La Historia Interminable

Estaba el otro día dándole vueltas a la cabeza a un momento concreto del ciclo del héroe y me vinieron a la mente algunos fragmentos de ese libro que no recordaba demasiado bien. A punto de descartarlas, me acordé de unos comentarios que una conocida había escrito en su blog, consulté la wikipedia – que para eso está- , y me acabé de convencer de salir a por él.

La novela, cuya clasificación en un género ha traído de cabeza a más de uno, fue escrita por Michael Ende en 1979, y permite varios niveles de lectura: desde la más simple, como historia de aventuras, hasta el de aquellos que ven en ella una metáfora elaboradísima acerca de la creación literaria – como el que escribió el artículo en la wiki, tan plagadito de spoilers que casi no hace falta leer el libro XD-.

Yo no doy para tanto y, dada la naturaleza de la obra, es muy difícil encuadrarla en el tema del ciclo del héroe, porque sencillamente se desborda… pero lo que sí encuentro son pasajes interesantes que pensé en reunir por aquí. Así que los iré poniendo en Off Topic.

25 Commentsto La Historia Interminable

  1. Vaelia dice:

    I. Parte.

    Bastian se lleva el libro de la librería, se esconde en el desván y empieza a leer. En el libro se cuenta cómo el reino de Fantasía, está siendo devorado por la Nada, al mismo tiempo que la Emperatriz Infantil enferma. Se manda a buscar a Atreyu y confiarle tanto el Auryn (un amuleto) como la misión de encontrar el origen de la enfermedad y su remedio.

    [url=http://es.wikipedia.org/wiki/La_historia_interminable_(novela)#Primera_parte]http://es.wikipedia.org/wiki/La_historia_i…)#Primera_parte[/url]

    Sé que esto puede interpretarse de maneras raras, para adelantarme a eso, la misión consiste en una búsqueda hacia nadie sabe dónde, y por motivos que se descubren más adelante es el punto en el que una vez se ha aceptado, voluntariamente, uno debe restringirse a cumplir con lo que se le ha pedido y no hacer otra cosa que crea mejor

    (…) Cumplir esa misión hubiera sido probablemente algo imposible para los héroes más grandes y aguerridos, pero para ti … Ella te envía a lo desconocido a buscar algo que nadie conoce. Nadie puede ayudarte, nadie puede darte consejos y nadie puede predecir lo que te aguarda. Y, sin embargo, tienes que decidir enseguida, ahora mismo, sobre la marcha, si aceptas o no esa misión. No hay momento que perder. (…)
    Escucha, Atreyu, no necesitas aceptar ese encargo. La Emperatriz Infantil lo deja a tu elección. No te lo ordena. Yo se lo explicaré y ella encontrará a otro. No debía de saber que eres un muchacho. Se habrá confundido con otro; ésa es la única explicación.

    Que, ÁURYN te dé el gran poder -dijo solemnemente-, pero no lo utilices. (…) te protegerá y guiará, pero tú no deberás intervenir, porqué tu propia opinión no cuenta a partir de ahora. Por eso debes ir sin armas. Debes dejar que ocurra lo que tenga que ocurrir. Todo debe ser igual para ti: mal y bien, belleza y fealdad, necedad y sabiduría…, lo mismo que es igual para la Emperatriz Infantil. Sólo debes buscar y preguntar, pero nunca juzgar por ti mismo. ¡No lo olvides jamás, Atreyu!

  2. Vaelia dice:

    La escena más triste del libro, la que habla de los que se dan por vencidos y quedan en el camino. O de los momentos en los que no puedes hacer nada por aquellos a los que aprecias.

    Espoleó a Ártax y el caballito obedeció. Paso a paso, iba comprobando la firmeza del suelo y, de ese modo, avanzaban lentamente. Finalmente, Atreyu desmontó y llevó a Ártax de las riendas. El caballo se hundió unas cuantas veces pero consiguió siempre salir. No obstante, cuanto más profundamente se adentraban en el Pantano de la Tristeza, tanto más torpes se hacían sus movimientos. Dejaba colgar la cabeza y se limitaba a arrastrarse hacia adelante.

    -Artax -dijo Atreyu-: ¿qué te pasa?

    -No lo sé, señor -respondió el animal-, creo que deberíamos volver. No tiene ningún sentido. Corremos tras algo que sólo has soñado. Pero no lo encontraremos. Quizá sea de todas formas demasiado tarde. Quizá haya muerto ya la Emperatriz Infantil y todo lo que hacemos sea absurdo. Vamos a volver, señor.

    -Nunca me has hablado así, Ártax -dijo asombrado Atreyu-. ¿Qué te pasa? ¿Estás enfermo?

    -Es posible -contestó Ártax-. A cada paso que damos, la tristeza de mi corazón aumenta. Ya no tengo esperanzas, señor. Y me siento cansado, tan cansado… Creo que no puedo más.

    -¡Pero tenemos que seguir! -exclamó Atreyu-. ¡Vamos, Ártax!

    Le tiró de las riendas, pero Ártax se quedó inmóvil. Se había hundido ya hasta el vientre. Y no hacía nada por librarse.

    -¡Ártax! -gritó Atreyu-. ¡No puedes abandonar ahora! ¡Vamos! ¡Sal de ahí o te hundirás!

    -¡Déjame,-señor! -respondió el caballito-. No puedo soportar más esta tristeza. Voy a morir.

    Atreyu tiró desesperadamente de las riendas, pero el caballito se hundía cada vez más. Atreyu no podía hacer nada. Cuando, finalmente, sólo la cabeza del animal sobresalía ya del agua negra, Atreyu la cogió entre sus brazos.

    -Yo te sostendré, Ártax -le dijo al oído-, no dejaré que te hundas.

    El caballito relinchó una vez más suavemente.

    -No puedes ayudarme, señor. Estoy acabado. Ninguno de los dos sabíamos lo que nos esperaba. Ahora sabemos por qué el Pantano de la Tristeza se llama así. La tristeza me ha hecho tan pesado que me hundo. No hay escapatoria.

    -¡Pero si yo también estoy aquí -dijo Atreyu- y no me pasa nada!

    -Llevas el Esplendor, señor -respondió Ártax-, y te protege.

    -Entonces te colgaré el Signo -balbuceó Atreyu-. Quizá te proteja también.

    Quiso ponerle la cadena alrededor del cuello.

    -No -resopló el caballito-, no debes hacerlo, señor. El Pentáculo te lo han dado a ti, y no tienes derecho a dárselo a nadie aunque quieras. Tendrás que seguir buscando sin mí.

    Atreyu apretó su cara contra la quijada del caballo.

    -Ártax… -susurró estranguladamente-. ¡Mi Ártax!

    -¿Quieres hacer algo por mí todavía, señor? -preguntó el animal.

    Atreyu asintió en silencio.

    -Entonces márchate, por favor. No me gustaría que me vieras cuando llegue el último momento. ¿Me harás ese favor?

  3. Vaelia dice:

    Atreyu prosigue el viaje. Encuentra dos cosas, el monstruo Ygrámul y el dragón de la suerte atrapado en sus redes. Necesita un medio para desplazarse al Oráculo del Sur y pide el dragón, Ygrámul le responde que está demasiado lejor para llegar sobre el dragón, pero le propone otra opción.

    -Además -siguió diciendo el rostro sin moverse-, el dragón tiene ya en el cuerpo el veneno de Ygrámul. Como mucho, le queda una horita de vida.

    -Entonces no hay esperanza -murmuró Atreyu-; ni para él, ni para mí, ni tampoco pata vosotros, Ygrámul.

    -Bueno -zumbó la voz-, al menos Ygrámul habrá comido bien otra vez. Pero no es nada seguro que se trate realmente de la última comida de Ygrámul. Él conoce un medio que te llevaría en un santiamén hasta el Oráculo del Sur. Que te guste o no, bípedo Atreyu, es otra cuestión.

    -¿Qué quieres decir?

    -Es el secreto de Ygrámul. Pero también las criaturas del abismo tienen sus secretos, bípedo Atreyu. Ygrámul no lo ha revelado nunca hasta ahora. Y también tú debes jurar que nunca lo revelarás. Porque le perjudicaría a Ygrámul, le perjudicaría mucho a Ygrámul que se supiera.

    -Lo juro. ¡Habla!

    El enorme rostro azul acerado se inclinó un poco hacia adelante y zumbó de una forma casi inaudible:

    -Debes dejar que Ygrámul te muerda.

    Atreyu retrocedió asustado.

    -El veneno de Ygrámul -siguió diciendo la voz- mata en el plazo de una hora, pero da también a quien lo recibe la facultad de trasladarse al lugar de Fantasia que desee. ¡Piensa en lo que ocurriría si eso se supiera! ¡A Ygrámul se le escaparían todas sus víctimas!

    -¿Una hora? -exclamó Atreyu-. Pero, ¿qué puedo hacer en una hora?

    -Bueno… -susurró el enjambre-, en cualquier caso es más que todas las horas que aún te quedan aquí. ¡Decídete!

    Atreyu luchaba consigo mismo.

    -¿Dejaréis en libertad al dragón de la suerte si os lo pido en nombre de la Emperatriz Infantil? -preguntó por fin.

    -No -respondió el rostro-, no tienes ningún derecho a pedirle eso a Ygrámul, aunque lleves a ÁURYN, el Esplendor. La Emperatriz Infantil permite que todos seamos como somos. Por eso también Ygrámul se inclina ante su signo. Y tú lo sabes muy bien.

    Atreyu seguía teniendo la cabeza baja. Lo que Ygrámul decía era verdad. Así pues, no podía salvar al dragón de la suerte. Sus propios deseos no contaban.

    Edito: El dragón es Fújur, y sí acaba salvándose y siendo la montura de Atreyu. A él le sobra lo que le faltó a Ártax.

  4. Lux dice:

    cada fragmento que elegiste, sí que plantea cosas importantes sobre el cíclo del héroe

  5. Ernesto dice:

    Es una de las películas que he visto cientos de veces =P

    Ernesto

  6. Vaelia dice:

    Es habitual que las películas no estén a la altura de los libros, pero en este caso en concreto hay algunas cosas que no se podrían “traducir” a película de ningún modo; por otra parte, hasta donde recuerdo parece que más o menos lo que se adaptó fue la primera parte del libro.

  7. Vaelia dice:

    Atreyu llega al Oráculo de Uylala, para llegar a la cuál debe cruzar las tres puertas.

    -La primera se llama la Puerta del Gran Enigma. La segunda la Puerta del Espejo Mágico. Y la tercera la Puerta sin llave…

    -Es extraño -le interrumpió Atreyu-. Por lo que pude ver, detrás de la puerta de piedra no había más que una llanura desnuda. ¿Dónde están las otras puertas?

    – (…) Lo que pasa es que la segunda puerta aparece solamente cuando se ha atravesado la primera. Y la tercera sólo cuando se ha dejado atrás la segunda. Y Uyulala únicamente cuando se ha entrado por la tercera. Antes no hay nada de todo eso. Sencillamente, no están allí, ¿comprendes?

    La Primera Puerta

    (…) – La primera, la Puerta del Gran Enigma, es la que has visto con mi catalejo. Con las dos esfinges. Esa puerta está siempre abierta… como es lógico. No tiene batientes. Sin embargo, nadie puede pasar por ella, salvo si… -Énguivuck levantó en el aire un minúsculo dedo índice-, salvo si las esfinges cierran los ojos. La mirada de una esfinge es algo totalmente distinto de la mirada de cualquier otro ser. Nosotros y todos los demás seres percibimos algo con la mirada. Vemos el mundo. Pero una esfinge no ve nada; en cierto sentido, es ciega. En cambio, sus ojos transmiten algo. ¿Y qué transmiten sus ojos? Todos los enigmas del mundo. Por eso las dos esfinges se miran mutuamente. Porque la mirada de una esfinge sólo puede soportarla otra esfinge. ¡Y puedes figurarte lo que le ocurre a quien se atreve a interferir el intercambio de miradas entre las dos! Se queda petrificado en el sitio y no puede moverse hasta haber resuelto todos los enigmas del mundo. Bueno, encontrarás los restos de esos pobres diablos cuando llegues. (…)
    La cuestión que hasta ahora nadie ha podido aclarar es: ¿por qué precisamente a unos sí y a otros no? No se trata, en modo alguno, de que dejen entrar a los sabios, los valientes y los buenos, y cierren el paso a los tontos, los cobardes y los malos. ¡Ni soñarlo! He visto con mis propios ojos, y más de una vez, cómo han dejado entrar precisamente a algún estúpido mentecato o un infame bribón, mientras las personas más decentes y sensatas esperaban a menudo inútilmente durante meses y tenían que volverse por último con las manos vacías. Tampoco el que alguien quiera ver al Oráculo por estar en un aprieto o sólo para distraerse parece desempeñar ningún papel.

    (…)-Entonces, ¿qué me aconsejas? -quiso saber Atreyu.

    -Debes hacer lo que tengas que hacer -respondió el gnomo-. Esperar a que ellas decidan… sin saber por qué.

  8. Vaelia dice:

    La Segunda Puerta

    Supongamos que has conseguido atravesarla. Entonces -y sólo entonces- aparecerá ante ti la segunda puerta. La Puerta del Espejo Mágico. (…) Esa puerta está tanto abierta como cerrada. ¿Parece un disparate, no? Quizá sería mejor decir que no está cerrada ni abierta. Aunque resulta igual de disparatado. En pocas palabras: se trata de un gran espejo o de algo así (…). En cualquier caso, cuando se está ante él, se ve uno a sí mismo… pero no como en un espejo corriente, desde luego. No se ve el exterior, sino el verdadero interior de uno, tal como en realidad es. Quien quiera atravesarlo tiene que -por decirlo así- penetrar en sí mismo.

    -De todas formas -opinó Atreyu-, esa Puerta del Espejo Mágico me parece más fácil de atravesar que la primera.

    -¡Error! -exclamó Énguivuck, empezando a andar otra vez excitado de un lado a otro-. ¡Craso error, amigo! He comprobado que precisamente los visitantes que se consideran especialmente intachables huyen gritando del monstruo que los mira irónicamente desde el espejo. A algunos tuvimos que tratarlos durante semanas antes de que estuvieran siquiera en condiciones de emprender el viaje de regreso.

    (…) -Otros -siguió exponiendo- no habían visto al parecer nada más horrible, pero tuvieron el valor de pasar sin embargo. Para otros fue menos espantoso, pero todos tuvieron que vencerse a sí mismos. No se puede decir nada que valga para todos los casos. Para cada uno es diferente.

    Tercera Puerta

    La Puerta sin Llave, efectivamente, está cerrada. Simplemente cerrada. ¡Y eso es todo! No tiene picaporte, ni pomo, ni ojo de cerradura, ¡nada! Mi teoría es que la única hoja de esa puerta, que cierra sin junturas, está hecha de selén fantásico. Seguramente sabes que no hay nada que pueda destruir, doblar o disolver el selén de Fantasia. Es absolutamente indestructible.

    -Entonces, ¿no se puede entrar por esa puerta?

    -¡Poco a poco, muchacho! Ha habido personas que han entrado y han hablado con Uyulala, ¿no? Por lo tanto, se puede abrir la puerta.

    -Pero ¿cómo?

    -Escucha: el selén de Fantasía reacciona a nuestra voluntad. Es precisamente nuestra voluntad la que lo hace tan resistente. Cuanto más se quiere entrar, tanto más se cierra la puerta. Pero cuando alguien logra olvidar sus intenciones y no querer nada… La puerta se abre sola ante él.

    Atreyu bajó la mirada y dijo en voz baja:

    -Si eso es verdad… ¿cómo podré entrar yo? ¿Cómo podría no quererlo?

    Enguivuck asintió suspirando.

    -Ya te lo dije: la Puerta sin llave es la más dificil.

    -Y si a pesar de todo lo lograse -prosiguió Atreyu-, ¿llegaría al Oráculo del Sur?

    -Sí -dijo el gnomo.

    -¿Y podría hablar con Uyulala?

    -Sí -dijo el gnomo.

    -¿Y quién o qué es Uyulala?

    -Ni idea -dijo el gnomo, y sus ojos centellearon furiosos-. Ninguno de los que estuvieron con ella me lo ha querido decir. ¿Cómo puede uno acabar su obra científica si todos se rodean de un silencio misterioso, eh? Es para tirarse de los pelos… si se tienen. Si llegas hasta ella, Atreyu, ¿me lo dirás por fin? ¿Lo harás? Me muero de ganas de saberlo y nadie, nadie quiere ayudarme. Por favor, ¡prométeme que tú me lo dirás!

    Atreyu se puso en pie y miró a la Puerta del Gran Enigma, que se alzaba a la clara luz de la luna.

    -No puedo prometértelo, Énguivuck -dijo suavemente-, aunque me gustaría demostrarte mi agradecimiento. Pero si nadie te ha dicho quién o qué es Uyulala, debe de haber alguna razón para ello. Y antes de conocerla no puedo decidir si debe saberlo alguien que no haya estado allí personalmente.

  9. Vaelia dice:

    Atreyu se pierde y pierde el amuleto, y acaba en un lugar bastante tenebroso.
    Nota interesante sobre el Auryn.

    Por primera vez sintió claramente cuánto necesitaba el amuleto de la Emperatriz Infantil y qué desvalido estaba sin él. No era realmente por la protección que le había dado -todos los esfuerzos y privaciones, todos los miedos y soledades había tenido que soportarlos con sus propias fuerzas-, pero, mientras había llevado el Signo, nunca se había sentido inseguro sobre lo que tenía que hacer. Como una brújula misteriosa, el Signo había dirigido su voluntad y sus decisiones en la dirección adecuada. Ahora en cambio era distinto: ya no había ninguna fuerza secreta que lo guiara.

    Sólo para no quedarse paralizado, se obligó a sí mismo a seguir a la comitiva de espectros, cuyo sordo tamborileo podía oírse aún en la lejanía.

    Y entonces vio Atreyu lo que miraban en una especie de éxtasis horrible: al otro lado del campo estaba la Nada. (…)llenaba el paisaje entero, era gigantesca y se acercaba lenta, muy lentamente, pero sin pausa.

    Atreyu vio que las figuras espectrales del campo que había ante él comenzaban a estremecerse, retorcían sus miembros, como acometidas por calambres, y tenían la boca
    abierta, como si quisieran gritar o reír, aunque reinaba un silencio de muerte. Y entonces -como si fueran hojas secas arrastradas por un golpe de viento- todas se precipitaron al mismo tiempo hacia la Nada y cayeron, se desplomaron o saltaron dentro de ella.

    Apenas había desaparecido el último de aquel tropel espectral, en silencio y sin dejar rastro, Atreyu vio con espanto que también su cuerpo comenzaba a moverse, con pequeñas sacudidas, hacia la Nada. Un deseo irresistible de precipitarse igualmente en ella quiso apoderarse de él. Atreyu puso en juego toda su fuerza de voluntad y resistió. Se forzó a permanecer inmóvil. Lenta, muy lentamente, consiguió volverse y abrirse camino hacia adelante, paso a paso, como si luchara contra una poderosa corriente invisible. La resaca se hizo más débil y Atreyu corrió, corrió tan deprisa como pudo sobre el irregular empedrado del camino. Se resbaló, cayó, se levantó otra vez y siguió corriendo, sin pensar a dónde lo llevaría aquel camino entre la niebla.

  10. Vaelia dice:

    Gmork explica a Atreyu qué pasa cuándo los habitantes de Fantasía cruzan al mundo humano, tras ser engullidos por la Nada.

    -Bueno… pues cuando entráis en ella se apodera de vosotros, quiero decir la Nada. Sois como una enfermedad contagiosa que hace ciegos a los hombres, de forma que no pueden distinguir ya entre apariencia y realidad. ¿Sabéis cómo os llaman allí?

    -No -susurró Atreyu.

    -¡Mentiras! -ladró Gmork.
    (…)

    -¿Me preguntas qué serás allí? ¿Y qué eres aquí? ¿Qué sois los seres de Fantasía? ¡Sueños, invenciones del reino de la poesía, personajes de una Historia Interminable! ¿Crees que eres real, hijito? Bueno, aquí, en tu mundo, lo eres. Pero, si atraviesas la Nada, no existirás ya. Habrás quedado desfigurado. Estarás en otro mundo. Allí no tenéis ningún parecido con vosotros mismos. Lleváis la ilusión y la ofuscación al mundo de los hombres. ¿Sabes, hijito, lo que pasará con todos los habitantes de la Ciudad de los Espectros que han saltado a la Nada?

    -No -tartamudeó Atreyu.

    -Se convertirán en desvaríos de la mente humana, imágenes del miedo cuando, en realidad, no hay nada que temer, deseos de cosas que enferman a los hombres, imágenes
    de la desesperación donde no hay razón para desesperar…

    -¿Todos seremos así? -preguntó Atreyu espantado.

    -No -replicó Gmork-, hay muchas clases de locura y ofuscación; según lo que sois aquí, hermosos o feos, tontos o listos, seréis allí mentiras hermosas o feas, tontas o inteligentes.

    (…)

    Sólo si creen que no existe Fantasía no se les ocurrirá visitaros. Y de eso depende todo, porque únicamente cuando no os conocen en vuestro verdadero aspecto puede hacerse con ellos cualquier cosa.

    -Hacer con ellos… ¿qué?

    -Todo lo que se quiere. Se tiene poder sobre ellos. Y nada da un poder mayor sobre los hombres que las mentiras. Porque esos hombres, hijito, viven de ideas. Y éstas se pueden dirigir. Ese poder es el único que cuenta.(…)
    En cuanto te llegue el turno de saltar a la Nada, serás también un servidor del poder, desfigurado y sin voluntad. Quién sabe para qué les servirás. Quizá, con tu ayuda, harán que los hombres compren lo que no necesitan, odien lo que no conocen, crean lo que los hace sumisos o duden de lo que podría salvarlos. Con vosotros, pequeños fantasios, se harán grandes negocios en el mundo de los hombres, se declararán guerras, se fundarán imperios mundiales…
    (…) También hay una multitud de pobres zoquetes, los cuales, naturalmente, se consideran a sí mismos muy inteligentes y creen estar al servicio de la verdad, que nada hacen con más celo que intentar disuadir hasta a los niños de que existe Fantasía. Quizá tú les seas útil precisamente a ellos.

  11. Vaelia dice:

    II. Parte. [url=http://es.wikipedia.org/wiki/La_historia_interminable_(novela)#Segunda_parte]http://es.wikipedia.org/wiki/La_historia_i…)#Segunda_parte[/url]

    A decir verdad, sí el libro no diferencia una primera y una segunda parte, pero el giro en la trama es notable. Bastian entra en la Historia Interminable, cuando ya no queda nada de Fantasía y todo debe volver a empezar, ahora él es el protagonista, y recibe el Auryn, aunque las funciones del amuleto son diferentes de las que tenía para Atreyu.

    Así, en el punto dónde la película termina con un final feliz, en la obra empieza un largo periplo para Bastian, en el que se sigue la detallada historia de su decadencia y extravío a causa del mal uso del poder que le ha sido confiado, por no estar consciente del precio que se paga por su uso, así como las escasas posibilidades de salir del pozo donde se mete por su propio pie, y que va perdiendo a medida que insiste en sus errores.

    Lo cierto es que no me vienen demasiadas obras a la cabeza que traten de este tema… y al leerlo me parece que la idea de una metáfora sobre la creación literaria, que apuntaba el articulista de la Wikipedia, se quedaría corta.
    Por otro lado, hay muchos mensajes que quedan a parte de las tramas principales, La Historia Interminable está pensada como una especie de “meta-libro”, por lo que van soltando historias y comentarios que no tienen porqué tener relación con la historia principal, y ahí quedan, llegando al lector a través de la observación de los protagonistas, y ya.

    Se hace difícil, sin embargo, seleccionar fragmentos, tengo la sensación de que la obra está escrita de manera que el mensaje está en las escenas, en las situaciones, en el paisaje, más que en lo que pueda decir uno u otro personaje, o en los nombres que reciban. Sin pensar en que Ende tuvo mayores pretensiones, porque no estoy por la labor de hablar de nada parecido al “mensaje oculto en el libro”, sí parece que en la obra fue enlazando metáforas muy personales de ideas en su cabeza, que al quedar expuestas de un modo tan sutil, dan vía libre a la interpretación.

  12. Vaelia dice:

    En aquel momento Bastián tuvo una experiencia importante: se puede estar convencido de querer algo -quizá durante años-, si se sabe que el deseo es irrealizable. Pero si de pronto se encuentra uno ante la posibilidad de que ese deseo ideal se convierta en realidad, sólo se desea una cosa: no haberlo deseado.

    Al menos así le ocurrió a Bastián.

    Ahora, cuando todo se hacía irremisiblemente serio, le hubiera gustado huir. Pero en aquel caso no había ya «huida». Y por eso hizo algo que, evidentemente, no podía servirle de nada. Se quedó como un escarabajo echado de espaldas.

  13. Vaelia dice:

    (…) Bastián miró largo tiempo las dos serpientes, clara y oscura, que se mordían mutuamente la cola formando un óvalo. Luego volvió el medallón y, con gran sorpresa por su parte, encontró en el reverso una inscripción. Eran cuatro palabras breves, escritas con unas letras peculiarmente entrelazadas:

    Haz
    Lo Que
    Quieras

    De aquello no se había hablado hasta entonces en la Historia Interminable

  14. Vaelia dice:

    Creo que éste es mi fragmento preferido

    Un día, después de haber estado alborotando, Bastián se sentó, un poco sin aliento, y preguntó:

    -¿No podría quedarme siempre contigo?

    El león sacudió la melena.

    -No, señor.

    -¿Por qué no?

    -Aquí sólo hay vida y muerte, sólo Perelín y Goab, pero no hay historias. Y tú tienes que vivir tu propia historia. No debes quedarte aquí.

    -Pero, ¡si no puedo marcharme! -dijo Bastián-. El desierto es demasiado grande para que nadie pueda salir de él. Y tú no puedes llevarme, porque llevas el desierto contigo.

    -Los caminos de Fantasia -dijo Graógraman- sólo puedes encontrarlos con tus deseos. Y sólo puedes ir de un deseo a otro. Lo que no deseas te resulta inalcanzable. Eso es lo que significan aquí las palabras «cerca» y «lejos». Y tampoco basta con querer marcharse de un lugar. Tienes que querer ir a otro. Tienes que dejarte llevar por tus deseos.

    -Pero si yo no deseo marcharme… -respondió Bastián.

    -Tendrás que encontrar tu próximo deseo -contestó Graógraman casi serio.

    -Y si lo encuentro -preguntó Bastián-, ¿cómo podré marcharme de aquí?

    -Escucha, señor -dijo en voz baja Graógraman-: hay en Fantasía un lugar que conduce a todas partes y al que puede llegarse desde todas. Ese lugar se llama el Templo de las Mil Puertas. Nadie lo ha visto nunca por fuera, porque no tiene exterior. Su interior sin embargo, está formado por un laberinto de puertas. El que quiera conocerlo, tiene que atreverse a entrar.

    -¿Cómo es posible, si uno no puede acercarse por fuera?

    -Cada puerta -prosiguió el león-, cada puerta de Fantasía entera, hasta una puerta completamente corriente de establo o de cocina, incluso la puerta de un armario, puede ser, en un momento determinado, la puerta de entrada al Templo de las Mil Puertas. Si el momento pasa, la puerta vuelve a ser lo que era. Por eso nadie puede entrar una segunda vez por la misma puerta. Y ninguna de las mil puertas conduce otra vez al lugar de dónde se vino. No hay vuelta atrás.

    -Pero, cuando se está dentro, ¿se puede salir otra vez a alguna parte?

    -Sí -respondió el león-, pero no es tan fácil como en las casas corrientes. Porque a través del laberinto de las mil puertas sólo puede guiarte un deseo auténtico. Quien no lo tiene ha de vagar por el laberinto hasta que sabe lo que desea. Y a veces hace falta mucho tiempo para eso.

    -¿Y cómo se puede encontrar la puerta de entrada?

    -Hay que desearlo.

    Bastián meditó largo tiempo y dijo luego:

    -Es extraño que no se pueda desear simplemente lo que se quiere. ¿De dónde vienen realmente los deseos? ¿Y qué es eso, un deseo?

    Graógraman miró al muchacho con los ojos muy abiertos, pero no respondió.

    Unos días más tarde, tuvieron otra vez una conversación muy importante.

    Bastián le enseñó al león la inscripción del reverso de la Alhaja.

    -¿Qué significa? -preguntó-. «HAZ LO QUE QUIERAS.» Eso quiere decir que puedo hacer lo que me dé la gana, ¿no crees?

    El rostro de Graógraman pareció de pronto terriblemente serio y sus ojos comenzaron a arder.

    -No -dijo con voz profunda y retumbante-. Quiere decir que debes hacer tu Verdadera Voluntad. Y no hay nada más difícil.

    -¿Mi Verdadera Voluntad? -repitió Bastián impresionado-. ¿Qué es eso?

    -Es tu secreto más profundo, que no conoces.

    -¿Cómo puedo descubrirlo entonces?

    -Siguiendo el camino de los deseos, de uno a otro, hasta llegar al último. Ese camino te conducirá a tu Verdadera Voluntad.

    -No me parece muy difícil -opinó Bastián.

    -Es el más peligroso de todos los caminos -dijo el león.

    -¿Por qué? -preguntó Bastián-. Yo no tengo miedo.

    -No se trata de eso -retumbó Graógraman-. Ese camino exige la mayor autenticidad y atención, porque en ningún otro es tan fácil perderse para siempre.

    -¿Quieres decir que no siempre son buenos los deseos que se tienen? -trató de averiguar Bastián.

    El león azotó con la cola la arena en que estaba echado. Agachó las orejas, frunció el hocico y sus ojos despidieron fuego. Bastián se agachó involuntariamente cuando Graógraman, con una voz que hizo vibrar nuevamente el suelo, dijo:

    -¡Qué sabes tú lo que son deseos! ¡Qué sabes tú lo que es o no es bueno!

    Bastián pensó mucho al día siguiente en todo lo que la Muerte Multicolor le había dicho. Sin embargo, muchas cosas no se pueden averiguar pensando: hay que vivirlas. Y por eso sólo mucho más tarde, cuando había vivido mucho, recordó las palabras de Graógraman y empezó a comprenderlas.

  15. Vaelia dice:

    Yicha, es la montura de Bastian y uno de mis personajes preferidos.

    Ya la primera noche, Bastián había buscado un rincón especial para Yicha, porque a la mula le gustaba estar de vez en cuando sola sumida en sus pensamientos. La compañía de los caballos, que no hablaban entre ellos más que de sus respectivos orígenes distinguidos y de sus nobles árboles genealógicos, le molestaba. Cuando Bastián, esa noche, llevó a la mula a su sitio, ella le dijo:

    -Señor, yo sé por qué no adelantamos.

    -¿Cómo vas a saberlo, Yicha?

    -Porque te llevo, señor. Cuando sólo se es burra a medias, una se da cuenta de todo lo imaginable.

    -¿Y cuál es el motivo, según tú?

    -Que no deseas continuar, señor. Has dejado de desear algo.

    Bastián la miró sorprendido.

    -Realmente eres un animal muy sabio, Yicha.

    La mula balanceó confundida sus largas orejas.

    -Sabes en qué dirección nos hemos movido realmente?

    -No -dijo Bastián-, ¿lo sabes tú?

    Yicha asintió.

    (…)

    -No puede ser -dijo Bastián dudoso-, Atreyu lo hubiera notado y Fújur con mayor razón. Y ninguno de los dos lo sabe.

    -Las mulas -dijo Yicha- somos criaturas sencillas y, desde luego, no podemos compararnos con los dragones de la suerte. Pero hay algunas cosas que sí sabemos hacer, señor. Y una de ellas es orientarnos. Es algo innato en nosotras. Nunca nos equivocamos.

    -¡Gracias, señor! -contestó Yicha a su estilo simple, y se fue.

    Bastián se quedó mirando largo tiempo cómo se iba trotando, sin sentirse demasiado contento de haberse deshecho de ella. (…) Una y otra vez se dijo que había satisfecho el mayor deseo de Yicha. Pero aquello no disipó su humor sombrío. Importa mucho el cuándo y el cómo se hace algo por alguien.

  16. Vaelia dice:

    La Ciudad de los Antiguos Emperadores

    -¿Te agradaría hacer una pequeña visita a la ciudad, señor? Digamos… ¿un primer contacto con tu futuro lugar de residencia?

    -No -dijo Bastián-. ¿Qué diablos estás diciendo?

    El monito saltó a los hombros de Bastián.

    -¡Vamos! -cuchicheó-. No cuesta nada. Has pagado ya lo que te da derecho a la entrada.

    Bastián comenzó a andar aunque, en realidad, hubiera preferido irse de la ciudad. Se sentía incómodo y esa sensación aumentaba a cada paso. Observó a la gente y se dio cuenta de que tampoco hablaban entre sí. No se preocupaban en absoluto unos de otros; en realidad, ni siquiera parecían darse cuenta de su mutua presencia.

    -¿Qué les pasa? -preguntó Bastián-. ¿Por qué se comportan de una forma tan rara?

    -No tiene nada de rara -se rió ahogadamente Árgax en su oído-. Se podría decir que son tus iguales o, mejor, que lo fueron en su tiempo..
    (…)

    -Bueno, en todos los tiempos ha habido seres humanos que no han vuelto a su mundo -explicó Árgax-. Al principio no querían y ahora… digamos… no pueden ya. (…) Tienen que desearlo. Pero ya no desean nada. Han gastado su último deseo en alguna otra cosa. (…) Sólo puedes desear cosas mientras te acuerdes de tu mundo. (…)¡Míralos! ¿Podrías creer que muchos de ellos llevan aquí mil años e incluso más? Pero se quedan como son. Para ellos no puede cambiar nada, porque ellos mismos no pueden ya cambiar.

    -Dime, Árgax, ¿qué puedo hacer?

    -Encontrar un deseo que te devuelva a tu mundo.

    Bastián calló otra vez largo tiempo y luego preguntó:

    -Árgax, ¿Puedes decirme cuántos deseos me quedan aún?

    -No muchos ya. En mi opinión, tres o cuatro todo lo más. Y con eso difícilmente podrás arreglártelas. Empiezas un poco tarde y el camino de vuelta no es fácil. Tendrás que atravesar el Mar de Niebla. Sólo eso te costará uno. Lo que viene después no lo sé. Nadie sabe en Fantasía dónde está para vosotros el camino de vuestro mundo. Quizá encuentres el Minroud de Yor, la última salvación para muchos como tú. Aunque me temo que para ti queda… digamos… demasiado lejos. De la Ciudad de los Antiguos Emperadores, por esta vez, podrás salir.

    Bastián permaneció un rato aún sin moverse. Lo que había sabido lo confundía y desconcertaba tanto que no podía tomar ninguna decisión. Todos sus objetivos y planes anteriores se habían derrumbado de golpe. Le parecía como si, en su interior, todo hubiera sido puesto cabeza abajo… Lo mismo que en aquella pirámide que tenía ante los ojos, la parte de arriba había quedado abajo y la parte de atrás delante. Lo que había esperado resultaba ser su perdición y lo que había odiado su salvación.

    Ante todo, una cosa le resultaba evidente: ¡tenía que salir de aquella ciudad de locos! ¡Y no quería volver jamás a ella!

    Se puso a andar entre la confusión de edificios sin sentido, y pronto se dio cuenta de que el camino de entrada había sido mucho más fácil que el de salida. Una y otra vez pudo comprobar que había perdido el rumbo y se dirigía otra vez rápidamente al centro de la ciudad. Necesitó toda la tarde para llegar al terraplén. Luego salió a la campiña y no dejó de andar hasta que la noche -tan oscura como la anterior- lo forzó a hacer un alto.

  17. Vaelia dice:

    El Mar de Niebla.

    Pero los deseos no se pueden provocar ni reprimir a placer. Surgen en nosotros de profundidades más profundas que todas las intenciones, sean buenas o malas. Y surgen inadvertidos.

    Sin que Bastián se diera cuenta de ello, se estaba formando en él un nuevo deseo que, poco a poco, iba tomando forma concreta.

    La soledad en que caminaba desde hacía muchos días y noches hizo que deseara pertenecer a alguna comunidad, ser adoptado por algún grupo, no como señor o vencedor ni como alguien especial, sino sólo como uno más, quizá el más pequeño o el menos importante, pero como alguien que perteneciera a ese grupo naturalmente y participara en la comunidad.

    Y Bastián aprendió las enseñanzas de los navegantes de la niebla y supo el secreto de su solidaridad: el baile y la canción sin palabras.

    Poco a poco, durante la larga travesía, se convirtió en uno de ellos. Era una sensación peculiar e indescriptible de olvido de sí mismo y de armonía la que sentía cuando, durante el baile, su propia imaginación se fundía con la de los otros, haciéndose un todo. Se sentía realmente aceptado en su comunidad y parte de ella… y al mismo tiempo desapareció de su memoria el recuerdo de que, en el mundo del que había venido y cuyo camino de regreso buscaba, había hombres, hombres que tenían todos sus propias imaginaciones y opiniones. Lo único que podía recordar aún, oscuramente, eran su casa y sus padres.

    Sin embargo, en lo más profundo de su corazón había aún otro deseo distinto del de no estar solo nunca más. Y ese otro deseo comenzó a agitarse suavemente.

    Eso ocurrió el día en que, por primera vez, observó que los yskálnari no lograban su solidaridad armonizando formas de imaginar totalmente distintas, sino porque se parecían tanto entre sí que no les costaba ningún esfuerzo sentirse una comunidad. Al contrario, no tenían la posibilidad de discutir o de no estar de acuerdo entre sí, porque ninguno de ellos se sentía un individuo. No tenían que vencer ninguna oposición para encontrar la armonía y precisamente esa facilidad le pareció a Bastián, poco a poco, insatisfactoria. Su dulzura le resultó sosa y la melodía siempre igual de sus canciones, monótona. Sentía que le faltaba algo, que anhelaba algo, pero no podía decir qué.

    Eso sólo le resultó claro cuando, algún tiempo después, divisaron en el cielo una gigantesca corneja de la niebla. Todos los yskálnari tuvieron miedo y se escondieron bajo cubierta tan aprisa como pudieron. Uno, sin embargo, no lo logró a tiempo, y la monstruosa ave se precipitó sobre él con un grito, cogió al desgraciado y se lo llevó en el pico.

    Cuando el peligro había pasado, los yskálnari salieron de nuevo y continuaron el viaje con su canto y su baile, como si nada hubiera pasado. Su armonía no se había visto afectada, y no se lamentaron ni se quejaron, ni dedicaron una sola palabra a comentar el hecho.

    -No -dijo uno cuando Bastián lo interrogó al respecto-: no nos falta nadie. ¿Por qué tendríamos que lamentarnos?

    El individuo no contaba para ellos. Y, como no se distinguían entre sí, ninguno era irremplazable.

    Sin embargo, Bastián quería ser un individuo, alguien, no sólo uno como los demás. Quería que lo quisieran precisamente por ser como era. En aquella comunidad de los yskálnari había armonía pero no amor.

    Bastián no quería ser ya el más grande, el más fuerte o el más inteligente. Todo eso lo había superado. Deseaba ser querido como era, bueno o malo, hermoso o feo, listo o tonto, con todos sus defectos… o precisamente por ellos.

    Pero ¿cómo era él?

    Ya no lo sabía. Había recibido tantas cosas en Fantasía que ahora, entre todos aquellos dones y poderes, no se sabía encontrar a sí mismo.

  18. Vaelia dice:

    La Casa del Cambio

    Apenas era ya un ser humano, sino casi un fantasio. Y seguía sin conocer su Verdadera Voluntad. Corría el peligro de agotar también sus últimos recuerdos sin conseguir su objetivo. Y eso hubiera significado que nunca podría volver a su mundo. Finalmente, sus pasos lo llevaron a la Casa del Cambio, a fin de que permaneciera en ella el tiempo que fuera necesario hasta encontrar su Verdadera Voluntad. Porque la Casa del Cambio no se llama así sólo porque se cambie a sí misma, sino porque cambia también a quien habita en ella. Y eso era muy importante para el niño, que hasta entonces había querido ser siempre otro, pero no cambiar.

    (…)Por las noches sostenían con frecuencia largas conversaciones. Él le hablaba de todo lo que le había ocurrido en Fantasia, de Perelín y Graógraman, de Xayide y de Atreyu, al que él había herido gravemente y quizá matado.

    -Lo hice todo mal -dijo- y lo entendí todo al revés. La Hija de la Luna me dio muchas cosas pero, con ellas, sólo traje la desgracia sobre mí y sobre Fantasia.

    Doña Aiuola lo miró largo tiempo.

    -No -respondió-, eso no lo creo. Seguiste el camino de los deseos y ese camino nunca es derecho. Diste un gran rodeo, pero era tu camino. ¿Y sabes por qué? Tú eres uno de esos que sólo pueden regresar cuando encuentran la fuente de donde brota el Agua de la Vida. Y ése es el lugar más secreto de toda Fantasia. Para llegar hasta él no hay camino fácil.

    Y tras un breve silencio añadió:

    -Cualquier camino que conduzca allí es en definitiva el verdadero.

  19. Vaelia dice:

    La Mina de Yor

    -Yo, en tu lugar -susurró-, entraría en el Pozo Minroud y cavaría sobre el terreno.

    -Pero yo no tengo tus ojos -dijo Bastián-. No puedo ver en la oscuridad.

    -¿No te han dado ninguna luz en tus largos viajes? -preguntó Yor mirando otra vez a través de Bastián-. ¿Ninguna piedra luminosa, nada que te pueda servir ahora?

    -Sí -respondió Bastián tristemente-, pero utilicé a Al-Tsahir para otro fin.

    -Mala cosa -repitió Yor con rostro de piedra.

    -¿Qué me aconsejas? -quiso saber Bastián.

    El minero calló otra vez largo tiempo, antes de replicar:

    -Tendrás que trabajar en la oscuridad.

    (…)

    En ese primer día y también en los siguientes el minero lo instruyó en silencio, llevándole de la mano, en el arte de separar entre sí las capas finas y sutiles de piedra especular, desprendiéndolas cuidadosamente. Para ello había herramientas que parecían al tacto espátulas de madera o de cuerno, aunque Bastián nunca pudo verlas porque se quedaban allí al terminar el trabajo del día.

    Poco a poco aprendió a orientarse allí abajo, en la oscuridad total. Reconocía los corredores y galerías con un nuevo sentido que no hubiera sabido explicar. Y un día Yor le indicó sin palabras, tocándolo únicamente con las manos, que a partir de entonces trabajaría solo en una galería baja, en la que sólo se podía entrar arrastrándose. Bastián obedeció. El lugar era muy estrecho y sobre él estaba la montaña entera de roca primitiva.

    Encogido como un niño no nacido en el vientre de su madre, Bastián yacía en las oscuras profundidades de los cimientos de Fantasia, buscando pacientemente un sueño olvidado, una imagen que pudiera conducirlo hasta el Agua de la Vida.

    Como no podía ver en aquella noche eterna de las entrañas de la tierra, no podía elegir nada ni tomar decisión alguna. Tenía que confiar en que la casualidad o un destino misericorde le permitieran hacer alguna vez el descubrimiento necesario. Tarde tras tarde llevaba arriba, a la luz del día que se extinguía, lo que había podido desprender en las profundidades del Pozo Minroud. Y tarde tras tarde su trabajo se revelaba inútil. Sin embargo, Bastián no se lamentaba ni se rebelaba. Había perdido toda compasión de sí mismo. Se había vuelto paciente y silencioso. Aunque sus fuerzas eran inagotables, a menudo se sentía muy cansado.

    No se puede decir cuánto tiempo duró aquel áspero trabajo, porque esa clase de trabajos no pueden medirse en días o meses. En cualquier caso, sucedió una tarde que trajo una imagen que, sobre el terreno mismo, lo excitó tanto que tuvo que contenerse para no lanzar un grito de sorpresa que pudiera destruirla.

  20. Vaelia dice:

    Bueno, y el final no lo voy explicar.

  21. Dark Crow dice:

    Como oftoppic el protagonista de la primera pelicula se suicido hace años.

  22. Dark Crow dice:

    mitologia moderna?

  23. Vaelia dice:

    [url=http://www.20minutos.es/noticia/453401/0/historia/interminable/remake/]http://www.20minutos.es/noticia/453401/0/h…minable/remake/[/url]

    ‘La historia interminable’ de nuevo al cine

    27.02.2009 – 15:42h

    * La película de 1984 fue un gran éxito en su momento.
    * Será una adaptación más fiel a la novela de Michael Ende.
    * Todavía se desconoce el reparto o los guionistas

    La novela fantástica de Michael Ende La historia interminable , que fue ya llevada al cine en 1984 en una celebrada película dirigida por Wolfgang Petersen , será objeto de una nueva adaptación.

    Así lo ha anunciado Warner Bros. en un proyecto que contará en la producción con Kathleen Kennedy y Frank Marshall (habituales colaboradores de Spielberg), Appian Way (la compañía de Leonardo Dicaprio) y Dieter Geisser (uno de los productores de la cinta de los ochenta).

    El protagonista del relato es un muchacho, Bastian, que roba un libro mágico que le conducirá hasta un mundo paralelo de Fantasía, y con numerosos paralelismos a su realidad, a punto de desaparecer a causa de una fuerza maligna conocida como La Nada.

    Y aunque todavía no dispone de guionistas e intérpretes, la intención en esta nueva versión es ser más fiel a la novela original, abarcando más hechos, personajes y episodios que los del filme que realizó Wolfgang Petersen.

    La historia interminable fue una producción alemana y uno de los grandes éxitos cinematográficos de los ochenta, pero sólo recogía la primera parte del libro. También la canción principal, interpretada por el británico Limahl, obtuvo una enorme repercusión.

    Se rodaron dos secuelas más, en 1990 y 1994, que pasaron prácticamente desapercibidas.

  24. Dark Crow dice:

    4 secuelas en realidad, tres directamente a video y una serie.

  25. Vaelia dice:

    Nunca las vi, pero el libro da para mucho más que para lo que fue la primera.

    Semi-spoiler

    Después de los errores que llega a cometer tras “cumplir la misión”, el periplo de Bastian durante la segunda parte no tiene desperdicio. Y de eso nada sale en la película.