Espectro del León

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Verdades ocultas sobre nuestra comida

[url=http://www.jornada.unam.mx/2009/08/15/index.php?section=opinion&article=023a1eco]http://www.jornada.unam.mx/2009/08/15/inde…rticle=023a1eco[/url]

Silvia Ribeiro, Investigadora del Grupo ETC

M
ucha gente no sabe que el aumento de la producción a través de variedades de cultivos de alto rendimiento (semillas mejoradas o híbridos) conlleva la disminución de nutrientes, vitaminas y proteínas en los alimentos producidos. Es un efecto conocido desde hace décadas por agrónomos e investigadores agrícolas llamado efecto dilución. El incremento drástico del rendimiento de los cultivos por hectárea basado en semillas híbridas, uso de fertilizantes sintéticos e irrigación eleva el volumen de materia cosechada, pero es menos nutritivo, principalmente porque la misma cantidad de nutrientes se diluyen en mayor cantidad de hojas, granos o frutos.

Un artículo reciente de Donald R. Davis (Declining fruit and vegetable composition. What´s the evidence?, HortScience, vol. 44/1, febrero 2009) analiza varios estudios anteriores sobre el tema. Concluye que tanto en el caso de los granos como en el de hortalizas y frutas se registra una disminución de nutrientes, paralelo al aumento de producción por hectárea. En el caso de hortalizas hay disminución de calcio y cobre de 17 hasta 80 por ciento, junto a la disminución de otros nutrientes, como hierro, manganeso, zinc y potasio. Un estudio del año 2004 que midió la cantidad de proteínas y cinco vitaminas (A, C y tres del complejo B ) sobre 43 hortalizas encontró disminución también de estos elementos: hasta 6 por ciento en proteínas y de 15 a 38 por ciento para tres de las 5 vitaminas estudiadas. Otros análisis sobre maíz y trigo confirman la misma tendencia.

En su revisión, Davis concluye que como la selección de laboratorio para producir híbridos se basa en aumentar el volumen de los granos, frutas y hojas, compuestos mayormente de carbohidratos, no se toma en cuenta que este incremento focalizado implica la dilución de docenas de otros nutrientes y fitoquímicos. No es un factor despreciable: la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO) denomina esta creciente falta de micronutrientes en los alimentos el hambre oculta. Según este organismo, mil millones de personas sufren deficiencia de hierro, factor asociado en los países pobres al 20 por ciento de los casos de muerte durante el embarazo y la maternidad. También en esos países uno de cada tres menores de cinco años sufren retardo de crecimiento por falta de micronutrientes, y 40 millones de personas sufren problemas de visión o ceguera por falta de vitamina A, entre otros ejemplos. Por otra parte, mil millones de personas consumen demasiadas calorías y son obesas.

La revolución verde, basada en aumentar el rendimiento de pocos cultivos, promover la uniformización de los campos con semillas híbridas, mecanización y uso intensivo de agrotóxicos produjo más volumen de comida, pero menos variada y que cada vez alimenta menos. Al mismo tiempo favoreció la concentración del comercio agroalimentario en una veintena de corporaciones trasnacionales que monopolizan desde las semillas y los agrotóxicos hasta la distribución y procesamiento de los alimentos.

Además de ser menos nutritivos, esos alimentos contienen cada vez mayor cantidad de residuos de agrotóxicos y químicos, debido a su industrialización y empaque. Son un generador silencioso pero continuo y omnipresente de enfermedades, que van del aumento significativo de alergias a efectos más graves como problemas neurológicos, malformaciones de nacimiento, debilitamiento inmune, infertilidad y cáncer. De paso, los agrotóxicos y fertilizantes sintéticos destruyen los suelos y contaminan las aguas.

El cúmulo de este desarrollo enfermo y enfermante son los cultivos transgénicos. Además de basarse en híbridos –a los que se les introduce materiales genéticos de virus, bacterias y especies con las que nunca se cruzarían en la naturaleza–, son resistentes a varios agrotóxicos, por lo que su aplicación masiva deja residuos de esos venenos hasta 200 veces mayores que sus similares convencionales también cultivados con químicos.

A los efectos de los agrotóxicos, los transgénicos suman nuevos impactos por el hecho mismo de la manipulación a la que son sometidos. Por ello, la Asociación Americana de Medicina Ambiental se pronunció en mayo de 2009 exhortando a sus miembros, pacientes y público en general a evitar el consumo de transgénicos.

Obviando estas realidades, muchos gobiernos y organismos internacionales se hacen eco del discurso de las trasnacionales de los agronegocios y nos dicen que se necesita producir mayores volúmenes de alimentos con más agricultura industrial y transgénica para resolver el hambre en el mundo. Digamos: comer mal, pero comer algo. Sin embargo, tampoco eso sucede. Aunque cada vez se producen mayores cantidades de alimentos, paralelamente aumenta el número de hambrientos y desnutridos. Más cantidad no significa que llega a los que lo necesitan. Por el contrario, debido a que los alimentos se transforman cada vez más en mercancías en manos de empresas, cada vez hay más pobres y hambrientos que no pueden pagarlos.

La solución real está justamente en lo contrario: que la producción de alimentos sea local y diversificada, en manos de campesinos y agricultores de pequeña escala que usan semillas locales y brindan alimentos sanos y nutritivos, que no sólo se alimentan a sí mismos, sus familias y comunidades (la mitad de la población mundial), sino que también producen la mayor parte de los alimentos que se consumen dentro de sus países. Al no cegarse con la alta producción de un solo cultivo y no usar agrotóxicos favorecen la cosecha de muchas otras variedades en conjunto con cada cultivo, fuente de muchos otros nutrientes.

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Monsanto amenaza plantíos del orbe

[url=http://www.jornada.unam.mx/2009/07/11/index.php?section=ciencias&article=a32n1cie]http://www.jornada.unam.mx/2009/07/11/inde…rticle=a32n1cie[/url]

Arturo Cruz Bárcenas

Policías genéticos de la trasnacional estadunidense Monsanto recorren el mundo para detectar si en algún cultivo se usan sus semillas y, con el argumento de que es su patente, exigen regalías. Marie-Monique Robin, quien se halla de visita en el país para promover su libro El mundo según Monsanto: de la dioxina a los OGM. Una multinacional que les desea lo mejor, expresó en entrevista con La Jornada:

“Estamos en una guerra de información, pues Monsanto –trasnacional líder en la producción de organismos genéticamente modificados (OGM), la cual comercializa 90 por ciento de sus productos– gasta mucho dinero para desinformar de manera sistemática.”

Hoy se proyectará a las 11 de la mañana, en la Cineteca Nacional, el documental El mundo según Monsanto, que trata sobre esta empresa fundada en 1901, en Missouri, la cual, según se expone en la obra, “ha acumulado infinidad de procesos penales debido a la toxicidad de sus productos, aunque hoy se presente como una empresa de ciencias de la vida, reconvertida a las virtudes del desarrollo sostenible”.

Robin tardó tres años en descubrir las aristas de este gigante de los transgénicos. El resultado de ese periodo de viajes, entrevistas y documentos es inquietante. “Nos encontramos con un libro esencial para entender cómo opera esta corporación –que tiene 17 mil 500 empleados, presencia en más de 46 países y es la principal productora de semillas del mundo– y cómo ha conseguido, con la complicidad de gobiernos y legislaciones permisivas, dominar el mercado mundial de la alimentación.”

Marie-Monique es periodista, documentalista y directora de cine. Autora de varios libros, ha rodado más de 50 reportajes en todo el mundo.

–¿Son dañinos para el ser humano los alimentos transgénicos?

–Ésa es una pregunta fundamental, pero el problema es que no podemos dar respuestas definitivas. En tres años de investigación descubrí que los transgénicos no han sido evaluados seriamente.

“En 1992, la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por sus siglas en inglés) publicó un texto fundamental, porque todo el mundo lo tomó en cuenta, ya que dice que los transgéncos son equivalentes a las plantas convencionales.

“Éste es el llamado principio de equivalencia sustancial. Por ejemplo, se afirma que el maíz PT transgénico es equivalente a un maíz convencional y, por eso, no hace falta hacer estudios. Hallé que este principio no tiene ninguna base científica y que más bien fue una decisión política de la Casa Blanca, en aquel momento dirigida por Ronald Reagan y George Bush, y luego por éste y Dan Quayle, una administración republicana cuyo lema era la desregulación y que quería poner en el mercado, lo antes posible, los productos transgénicos, lo cual, obviamente, convenía a Monsanto.

“Para lograr eso había que acabar con todos los ensayos y estudios de toxicidad, que tardan dos años y cuestan mucho dinero. Por eso se publicó ese texto en 1992, en la FDA. Es interesante hacer notar quién lo redactó. Entrevisté a esa persona. Se llama Michael Taylor, quien fue abogado de Monsanto. Después entró en la FDA como número dos. Luego volvió a Monsanto como vicepresidente. Ése es el sistema de las puertas giratorias.

“En mi libro doy como 100 ejemplos de personas de Monsanto que pasaron a la administración estadunidese y después regresaron a Monsanto, etcétera. Es decir, primero fue el texto básico de la regulación, o mejor dicho, de la no regulación.

“Segundo, entrevisté a James Marensky, entonces jefe del departamento de biotecnología en la FDA, y reconoció que este principio de la equivalencia sustancial no tenía ninguna base científica. Era una decisión política de la Casa Blanca.”

Para tener tal base se requieren estudios, y “en 1992, cuando publicaron ese texto, no había ningún transgénico disponible. Monsanto aún estaba trabajando en el primero, que se puso en el mercado tres años después, en 1995: la soya transgénica.

“Cuando se propuso este principio de equivalencia sustancial, científicos de la FDA se opusieron, porque, dijeron, desconocían si un transgénico era dañino.

“Había que hacer estudios, porque puede ser que la manipulación genética traiga riesgos importantes para la salud humana. Pero todos fueron callados.

“Hoy día, la situación es la siguiente: todos los transgénicos que están cultivados en el mundo no fueron evaluados seriamente, porque en 1992 se decidió en Estados Unidos que no había necesidad de hacerlo.

“En estos momentos, España es el único país donde hay cultivos transgénicos. Todos los demás países de Europa, como Francia, Alemania, Luxemburgo, Austria, Grecia y Hungría, han prohibido, hasta hoy, esos cultivos, bajo el llamado principio de precaución, porque, argumentan, no conocen las consecuencias de esos transgénicos para la salud o para el medio ambiente.”

Las imágenes que sobrevienen ante lo que expone remiten a una película de ciencia ficción, de terror, o a una intriga, un thriller.

“Los únicos estudios que se han llevado a cabo son los hechos por Monsanto, que son de tres meses, los cuales se realizaron con ratas que fueron alimentadas con transgénicos. Ahora bien, el ser humano puede comerse un transgénico y no pasa nada al día siguiente, pero en 30 años, o menos o más, no sabemos. Eso es lo que llamamos una toxicidad crónica.

“Para evaluar la posible toxicidad crónica de transgénicos se necesitan estudios de 12 años, y ¡nunca se han hecho!”

Pero estudios serios de dos años, realizados en Escocia e Italia, mostraron daños en órganos de ratas. Los científicos que desarrollaron tal investigación perdieron su trabajo.

Advirtió que en 1997 Monsanto introdujo en Canadá una canola transgénica, y a siete años de eso “la contaminación es total; es decir, no hay ninguna canola orgánica ni convencional.”

Otro tema es el de las patentes. Monsanto puede, con sus abogados, patentar ciertas semillas, y en un plazo de cinco años demandar pago de regalías. “Dice: este gen me pertenece.” Ese es el riesgo para México, donde Monsanto ya ha intentado “contaminar” el frijol amarillo.

Cuenta con los llamados “policías genéticos”, que andan por el mundo detectando cultivos transgénicos que generen regalías, pago de derechos vía patentes, a Monsanto.

Algunos científicos que han trabajado para Monsanto y que han renunciado al percatarse de los fines de la multinacional, han tenido que dedicarse a otras actividades.

Marie-Monique Robin dijo que cada palabra de su libro está cuidada para evitar demandas legales de la poderosa empresa.

Aconsejó que los ciudadanos mexicanos deben exigir que en los empaques de los alimentos se diga si son transgénicos.

Un punto difícil es el de la corrupción.

Robin documenta dos casos, uno en Canadá, de hace una década, en el que Monsanto intentó poner en el mercado una hormona de crecimiento transgénica.

“Fue prohibida (…) En México, me han dicho, se vende.” El otro caso fue en Indonesia.

Food Inc.

Fuente: [url=http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/20/cronicasdesdeeeuu/1245456568.html]http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/20/c…1245456568.html[/url]

¡Terror en el supermercado!
CARLOS FRESNEDA desde NUEVA YORK

20 de junio de 2009.- ‘Arrástrame al infierno’ aspiraba a convertirse en la película más terrorífica de la temporada en las carteleras norteamericanas. Pero en esto llegó un documental independiente, con una trama indigesta y un título más bien insípido: ‘Food Inc.’.

“Lo único que pretendía era mostrar a la gente de dónde vienen los alimentos”, confiesa el director, Robert Kenner. “Yo no aspiraba a convertirme en Michael Moore, pero las grandes compañías me negaron una y otra vez el acceso a sus instalaciones, y allá donde iba me topaba con el silencio y con el miedo”.

Con la ayuda de cámaras ocultas, ‘Food Inc.’ entra en los intestinos de los mataderos, y en las jaulas donde viven y mueren a oscuras decenas de miles de pollos, y en la fábricas de procesamiento en las que se consigue el milagro: la carne triturada de 1.000 vacas, contribuyendo generosamente a la hamburguesa que costará menos de un dólar o un euro.

“Es trágico ver cómo la dieta americana se ha convertido en la dieta del mundo”, nos confesaba recientemente Michael Pollan, autor de ‘El detective en el supermercado’ y locuaz protagonista de ‘Food Inc.’.

Su voz nos acompaña durante esta inmersión profunda a los secretos mejor guardados de la industria de la alimentación, cuyo desdén por el consumidor es tan sólo comparable con el que exhibía hace una década la industria del tabaco.

“Lo que nos venden como alimentos no son más que productos ultraprocesados con apariencia comestible”, insiste Pollan, que nos adivierte contra la presencia insidiosa del sirope de maíz (el producto ‘mágico’ que todo lo endulza) y nos recomienda que no probemos lo que no seamos capaces de descifrar. “Comed alimentos reales, no demasiados, preferiblemente plantas”, es su lema infalible.

Eric Schlosser, autor de ‘Fast Food Nation’, nos recuerda cómo la comida rápida ha marcado el tren hacia el que avanzan los gigantes de la alimentación industrial, con las lamentables consecuencias para la salud (obesidad, diabetes) y para el medio ambiente (monocultivos, deforestación, alimentos modificados genéticamente, emisiones de metano). Los poderes políticos, entre tanto, prefieren mirar hacia otro lado y se convierten periódicamente en cómplices del pánico alimenticio, como el que circula estos días por cuenta de la masa contaminada con la bacteria e coli.

“!Nunca mirarás a la cena de la misma manera!”, advierte con razón el cartel de ‘Food Inc.’, rebautizada por los críticos como ‘¡Terror en el supermercado!’. La película aspira a convertirse en el aliño necesario de ‘Una verdad incómoda’, donde por cierto no se le hincaba el diente a la todopoderosa industria de la alimentación. Como sabroso antídoto, veremos en escena al agricultor ecológico Joel Salatin, y saborearemos de cerca alguno de los 5.000 mercados de granjeros en Estados Unidos, y viviremos desde dentro la revolución del Slow Food, de la comida local y de la agricultura urbana…

Pero el postre lo dejamos para otro día, cuando nos hayamos recuperado del susto y de los retortijones. ¡Que aproveche!

Estructura y Cualidades de la Carne

La carne magra se compone de tres materiales básicos: tiene aproximadamente un 75% de agua, un 20% de proteína y un 3% de grasa, Estos materiales forman parte de tres tipos de tejidos. El principal tejido es la masa de células musculares, las largas fibras que causan el movimiento cuando se contraen y relajan. Rodeando a las fibras musculares esta el tejido conjuntivo, una especie de pegamento o cola viva que sujeta a las fibras entre si y a los huesos que mueven. Y esparcidos entre las fibras y el tejido conjuntivo hay grupos de células grasas, que acumulan grasa como fuente de energía para las fibras musculares. Las cualidades de la carne –textura, color y sabor dependen en gran medida de la disposición y proporciones relativas de las fibras musculares, tejido conjuntivo y tejido graso.

Fibras Musculares

Cuando miramos una pieza de carne, casi todo lo que vemos son haces de células musculares, las fibras responsables del movimiento. Una sola fibra es muy fina, aproximadamente del grosor de un cabello humano (de una décima a una centésima de milímetro de diámetro), pero puede ser tan larga como todo el músculo. Las fibras musculares están organizadas en haces, que son las fibras mas gruesas que vemos y separamos con facilidad en la carne bien cocinada.

La textura básica de la carne, densa y firme, se debe a la masa de fibras musculares, que al cocinar se vuelve más densa, más seca y más correosa. Y su disposición longitudinal explica la ¨ fibra¨ de la carne. Si la cortamos paralelamente a los haces, veremos estos de lado, alineados como los troncos de la pared de una cabaña; si cortamos transversalmente los haces, solo veremos sus extremos. Es más fácil separar los haces de fibras que cortar las fibras mismas, y por eso es mas fácil masticar siguiendo la dirección de las fibras a través de ellas. Solemos trinchar la carne perpendicularmente a la fibra, para poder masticarla siguiendo la veta.

Las fibras musculares tiene poco diámetro cuando el animal es joven y sus músculos se han utilizado poco. A medida que este crece hace ejercicio, sus músculos se hacen más fuertes agrandándose, no aumentando el número de fibras sino aumentando el número de fibrillas proteinicas contráctiles dentro de las fibras individuales. Es decir el numero de fibras musculares sigue siendo el mismo, pero estas se hacen más gruesas. Cuantas más fibrillas proteinicas haya empaquetada en las células, mas difícil es cortarlas de través. Por eso la carne de animales viejos y ejercitados es mas dura que la de animales jóvenes.

Tejido Conjuntivo

Es el arnés físico de todos los demás tejidos del cuerpo, incluido el músculo. Conecta células individuales y tejidos, organizando y coordinando sus acciones. Capas de tejido conjuntivo tan finas que son invisibles, rodean cada fibra muscular y sujetan las fibras vecinas en haces y después se unen para formar las grandes laminas blanquecinas que organizan los haces de fibras en músculo y los tendones traslucidos que unen los músculos a los huesos. Cuanta más fuerza ejerza un músculo, más tejido conjuntivo necesita como refuerzo y más fuerte tiene que ser este tejido. Así pues el crecimiento y el ejercicio aumentan la masa de fibras musculares y también agrandan y endurecen el tejido conjuntivo.

El tejido conjuntivo incluye algunas células vivas, pero consiste principalmente en moléculas que las células segregan en los grandes espacios que hay entre ellas. Para el cocinero lo mas importante de estas moléculas son los filamentos de proteína que recorren todo el tejido y lo refuerzan. Una de estas proteínas llamada elastina por su capacidad de estiramiento, es el principal componente de los vasos sanguíneos y de los ligamentos, y es especialmente resistente; sus enlaces transversales no se pueden romper con el calor al cocinar. Afortunadamente, no hay gran cantidad en la mayor parte del tejido muscular.

El principal filamento del tejido conjuntivo es la proteína llamada colágeno, que constituye aproximadamente una tercera parte del total de proteína en el cuerpo de los animales y se concentra en la piel, los tendones y los huesos. El nombre se deriva del griego y quiere decir ¨qué produce cola¨ porque cuando se calienta en agua, el colágeno sólido y duro se disuelve parcialmente formando una gelatina pegajosa. Así pues, a diferencia de las fibras musculares, que se endurecen al cocinarlas, el tejido conjuntivo se pone más blando. Un animal empieza su vida con gran cantidad de colageno que se disuelve fácilmente formando gelatina. A medida que crece y sus músculos trabajan. Su provisión total de colágeno disminuye, pero los filamentos que quedan están más entrelazados y son menos solubles en agua caliente. Por eso la carne de ternera cocinada parece gelatinosa y tierna, y la de vaca madura es menos gelatinosa y más dura.

Tejido Graso

El tejido graso es una forma especial de tejido conjuntivo, en el que algunas células asumen la función de almacenar energía. Los animales forman tejido graso en tres partes diferentes del cuerpo: debajo de la piel, donde proporciona aislamiento además de energía, en depósitos bien definidos de la cavidad del cuerpo, generalmente alrededor de los riñones, intestinos y corazón , y en el tejido conjuntivo que separan los músculos. Se utiliza el termino ¨entreverado¨ para describir el patrón de manchas blancas en la matriz roja del músculo

La Cocina y los Alimentos
Harold McGee
Pag. 137

Por qué no soy vegetariano

respaldo de http://biblioweb.sindominio.net/escepticos/vegetarianismo.html


Por qué no soy vegetariano
William T. Jarvis

El vegetarianismo se ha convertido en una “corrección política” comparable a la respetabilidad que tenía en el último siglo, cuando muchos progresistas sociales y científicos lo defendieron. Hoy sus partidarios exhortan a no comer carne no sólo como algo saludable, sino también como una solución al hambre del mundo y como una salvaguardia para la “Madre Tierra”. El Comité Médico para la Medicina Responsable (PCRM) ataca agresivamente el uso de alimentos animales y ha propuesto su propio modelo de grupos de alimentos que excluye todos los productos animales.

Yo negué al vegetarianismo después de muchos años de observancia. Aunque los argumentos a favor de él se muestran seductores, he aprendido a ser cauto, y a buscar aspectos ocultos en él cuando evalúo las afirmaciones de los beneficios del vegetarianismo. El vegetarianismo está lleno de aspectos engañosos a los cuales no están inmunes ni siquiera los científicos y los médicos profesionales.

Pero eso no me logra extraviar: Sé que las dietas sin carne pueden ser saludables, incluso deseables, para algunas personas. Por ejemplo: a) Los hombres con un gen transportador de hierro estarán mejor sin carne roja, porque contiene los hierro hemo, que es altamente absorbible y puede aumentar su riesgo de enfermedad del corazón. b) Porque es probable que las dietas vegetarianas contengan menos grasa saturada que las dietas no vegetarianas, pueden ser preferibles para las personas con hipercolesterolemia familiar. c) los vegetales contienen fitoquímicos que parecen proteger contra el cáncer colorectal. d) Homocisteinemia (homocisteína elevada en plasma) aproximadamente duplica el riesgo de enfermedad de las arterias coronarias. Varios trastornos congénitos y nutritivos, incluso las deficiencias de vitaminas B6 y B12 y ácido fólico, pueden causar esta condición. Puesto que el ácido fólico se encuentra principalmente en los vegetales, la ingestión baja de la vitamina probablemente es menos entre los vegetarianos que entre los no vegetarianos. e) Algunas personas encuentran que el vegetarianismo les ayuda a controlar su peso. El vegetarianismo tiende a facilitar el control del peso porque es una forma de restricción de comida; y en nuestra sociedad sobrealimentada, la restricción de comida es una ventaja a menos que ella ocasione un déficit de algún nutriente esencial. Sin embargo, uno no necesita eliminar la carne de la dieta por cualquiera de las razones anteriores. Al parecer, es el amplio consumo de frutas y vegetales, no la exclusión de la carne, lo que hace al vegetarianismo saludable.
¿Tarde de perro?

El término “vegetariano” es engañoso, porque no es un nombre para las personas a quienes agrada el consumo de vegetales, sino una palabra-código para aquellos que les desagrada o protestan sobre el consumo de alimentos de origen animal. El neologismo anticarnivoristas [anticarnes, anticárnicos] es mejor para caracterizar a la mayoría de aquellos que se llaman a sí mismos vegetarianos. Yo me defino “entusiasta de los vegetales,” porque animo fuertemente a comer muchos vegetales, incluyendo legumbres, granos enteros y frutas. Yo creo que estas comidas son deseables no sólo por su alta densidad de nutrientes y baja densidad calórica, sino también debido a factores estéticos y gustativos. Ser un entusiasta de los vegetales no implica rechazar el uso de la carne o de los productos animales.

La mayoría de las personas que categorizan a los vegetarianos identifican por lo menos cinco tipos diferentes, basándose en los tipos de alimentos de origen animal que consumen: los semivegetarianos consumen los productos lácteos, huevos, pescado, y pollo; los pesco-vegetarianos consumen productos lácteos, huevos, y pescado; los lacto-ovo-vegetarianos, productos lácteos y huevos; los ovo-vegetarianos, huevos; y los veganos, ninguna comida animal excepto la miel. Desde el punto de vista de su conducta, categorizo a los vegetarianos como pragmáticos o ideológicos. Un vegetariano pragmático es aquel cuya conducta dietética proviene de consideraciones de salud objetivas (por ejemplo, hipercolesterolemia u obesidad). Los vegetarianos pragmáticos son racionales, en lugar de emocionales, en su acercamiento a tomar decisiones de su estilo de vida. En contraste, para los vegetarianos ideológicos, el vegetarianismo es una “cuestión de principios”; su cumplimiento es un mandamiento.

Uno puede descubrir a los vegetarianos ideológicos por sus exageraciones sobre los beneficios del vegetarianismo, su falta de escepticismo y su fracaso para reconocer (o su infravaloración) los riesgos potenciales incluso de las dietas vegetarianas extremas. Los vegetarianos ideológicos tienen pretensiones de ser científicos, pero se acercan al tema del vegetarianismo más como abogados que como científicos. Los promotores del vegetarianismo recogen los datos selectivamente y engranan sus argumentos para desacreditar la información contraria a su dogma. Este acercamiento a defender una posición es conveniente para un debate, pero no puede engendrar conocimiento científico.

Debido a la influencia del Adventismo del Séptimo Día (SDA) en mí ambiente, yo practiqué el vegetarianismo durante muchos años. Mi esposa y yo intentamos dejar de consumir todos los productos animales, pero esto no funcionó. A veces reflexionamos en voz alta por la mañana y echábamos leche de soja a nuestro cereal del desayuno. Terminábamos comiendo el cereal con un tenedor porque encontramos la mezcla repulsiva. Tuvimos otra experiencia inolvidable cuando comimos con un grupo de hippies vegetarianos en los bosques de Oregón. Estábamos allí para aconsejarlos acerca del vegetarianismo. Habían preparado el peor guisado vegetariano que yo he saboreado en la vida. Consistía en cacahuetes crudos y una variedad de vegetales medio cocinados. Después de comerlo, tuve acidez durante varias horas. Los dolores digestivos son algo legendario entre Adventistas del Séptimo Día.

Las razones para adoptar el vegetarianismo pueden ser muy personales. Hace algunos años compartí un podio durante varios días con un vegetariano. Estaba claro por nuestras conversaciones informales que él no era religioso, así que le pregunté por qué había optado por el vegetarianismo. Me hizo una historia conmovedora de haber sido un muchacho solitario cuyo compañero más íntimo era su querido perro. Me dijo que un día, mirando a los ojos del perro, vino a ver al animal como un compañero, un prójimo. De inmediato aplicó esta forma de ver a todos los animales, y desde que no puede tener la idea de comerse a su perro, ya no podría comerse a los otros animales.
Con la muerte en los talones

Darla Erhardt, R.D., M.P.H., listó cinco postulados vegetarianos: 1) Todas las formas de vida son sagrados, y todas las criaturas tienen derecho para vivir sus vidas naturales; 2) está anatómicamente claro que Dios no diseñó a los humanos para comer carne; 3) la matanza es repugnante y degradante; 4) criar animales para carne es ineficaz y es hacer un mal uso de la tierra disponible; 5) la carne animal no es saludable porque contiene toxinas, bacterias virulentas, ácido úrico, fluidos impuros, y malos tipos de nutrientes.(1) Yo encuentro todos estos axiomas erróneos:

La creencia de que toda vida es sagrada puede llevar a absurdidades como permitir a los mosquitos extender la malaria, o la premisa de que las víboras anden sueltas delante de uno. Inherente a la idea de que toda vida es sagrada es la suposición de que todas las formas de vida tienen igual valor. El mundo natural revela jerarquías en la cadena alimenticia, la dominación de ciertas especies sobre otras. Y la mayoría de las criaturas con muerte en estado salvaje (normalmente víctimas de un depredador) mueren antes de que hayan alcanzado el límite genético de su longevidad.

Las múltiples prácticas dietéticas de las poblaciones humanas desmienten la noción que se diseñan algunos humanos para ser vegetarianos en lugar de omnívoros. Por ejemplo, los aborígenes australianos consumen larvas de insectos y reptiles; los esquimales comen carne cruda; y los hindúes tradicionales son vegetarianos.

El primer médico Adventista del Séptimo Día, John Harvey Kellogg (1852-1943), era un defensor del vegetarianismo. Alonzo Baker, Ph.D., su secretario privado anterior, me contó un incidente que ocurrió en 1939: Kellogg lo despertó a media noche y le pidió que abordara el tren de la mañana para Cleveland. Allí, Weston Price, D.D.S., quien simplemente había regresado del lejano norte misterioso, era para dar un informe sobre los hábitos dietéticos de los esquimales. Cuando Baker regresó, informó a Kellogg que Price encontró que los esquimales casi exclusivamente comían carne cruda (eskimo literalmente quiere decir “comedor de carne cruda”). Kellogg acusó a Price de mentiroso.

Quizás Kellogg no creyó a Price en parte porque era ampliamente conocido que los buscadores de oro del Yukón habían padecido de escorbuto extensivamente. Las personas generalmente creyeron que los esquimales obtenían su vitamina C de las bayas que las nieves habían conservado. De hecho, los esquimales obtienen la vitamina C de la carne cruda de animales que sintetizan ácido ascórbico. Si hubieran cocinado su carne, también habrían desarrollado escorbuto como los buscadores de oro. (Cuando yo visité los Territorios del Noroeste, Canadá, en 1973, un monje franciscano que cultivaba bellos vegetales en un invernadero en la Bahía de Pelly me dijo que los inuits, o esquimales norteamericanos, no les gustó su sabor y no los comían).

Si algo es repugnante es asunto muy individual. Algunos hindúes que no comen alimentos de origen animal, de buena gana se beben su propia orina por considerarla beneficiosa a su salud. Y lo que es repugnante no es necesariamente algo erróneo, como por ejemplo, quehaceres como cambiarle el pañal de un bebé, o el no querer necesariamente cuidar a personas enfermas. Si las tales actividades son degradantes es una cuestión de opinión. Como eso de que la mayoría de las presas son comidas mientras todavía están vivas, atestigua a los de naturaleza cruel sin corazón que lo comparan a los mataderos, donde la muerte es generalmente rápida y sin dolor.

La idea de que criar animales es una forma ineficaz de producir comida es algo mal concebido. Los animales arrastran su peso cuando se usan en la labranza y dan eficiencia a la producción de alimentos: pastan en tierras inadecuadas para cultivar, comen esas porciones de plantas que son consideradas incomibles (por ejemplo: tallos de maíz y cáscaras), y proporciona subproductos y servicios que alivian la carga humana.(2) Muchas poblaciones nómadas sobreviven en tierras que carecen del potencial de cultivo alimentando animales cuya nutrición es con vegetación grosera que los humanos no pueden digerir.

El postulado de que las carnes aportan toxinas es inadecuado, como el decir que son alimentos carentes de mérito. Las plantas también contienen tóxicos naturales muchos de los cuales son mucho más mortales que aquellos de la carne animal.(3) Los evangelistas vegetarianos que jaranean presentando a los alimentos de origen animal como insanos olvidan el hecho de que esas sociedades que consumen en su mayoría productos animales disfrutan de un mayor registro de longevidad. También pasan por alto la realidad de que los animales que señalan como enfermos son herbívoros cuya dieta consiste completamente en vegetación cruda. Estos animales desarrollan muchas enfermedades “a pesar de” que se convierten en veganos después de destetarse.

Vegetarianismo ideológico

Gran parte de mi vida profesional ha sido estudiar los gastados fraudes de la salud, el charlatanismo, la desinformación relacionada y su impacto en la vida de las personas. He distinguido una sucesión recurrente de conductas: Primero, el probable vegetariano elimina comidas reportadas como insanas según informes recibidos sobre su dieta, empezando con comidas que la sociedad considera “malas para usted” (ejemplo: azúcar, café y pan blanco). Luego, si las preocupaciones sobre la seguridad de su comida crece a proporciones neuróticas, la persona escudriña las etiquetas y se preocupa sobre los ingredientes indicados con términos que él no entiende. Entonces puede patrocinar las llamadas Tiendas de Comida de Salud, donde los empleados y las publicaciones pueden alimentar sus fobias. Puede definir las comidas modernas como venenosas. Finalmente, si cree bastante en el vegetarianismo como no restrictivo, los “alimentistas de salud” [“health foodist”] pueden convertirse al veganismo. En mi opinión, es en este punto donde el vegetarianismo se vuelve arriesgado, sobre todo para los niños.

El caso de Sonja y Khachadour Atikian ilustran lo que puede pasarle a aquellos seducidos por el vegetarianismo ideológico. Los Atikians emigraron del Líbano que —a causa de las barreras de los medios de comunicación tenaces que enfocan demasiado la contaminación medioambiental, la dieta, y la salud— se volvieron demasiado preocupados por la seguridad y salubridad de las comidas modernas. Sonja Atikian empezó yendo de compras a Tiendas de Comida de Salud en lugar de los supermercados. Gerhardt Hanswille, autoproclamado herbalista de Alemania, impartió clases en la parte posterior de una tienda de comida de salud que él patrocinaba. Aunque Hanswille no estaba autorizado para practicar medicina, veía de 40 a 45 “pacientes” al día. Trató a la señora Atikian de una lesión en la rodilla, y esta última tomó algunos de sus cursos. Hanswille enseñó que: a) las personas no deben matar animales, ni consumir productos animales; b) Dios proyectó la leche de vaca para ser comida de terneros, no por bebés humanos; c) comer huevos priva a las gallinas de cumplir su divino papel intencional como madres; d) las personas no deben envenenarse a ellos mismos o a la tierra con los productos antinaturales de la vida moderna; e) usando las hierbas como comida y como medicina es el modo de Dios, y f) las medicinas de los doctores son venenos. “Escoja, usted a quien creer —dijo Hanswille— a mí o a los doctores. Usted no puede hacerlo de ambas formas”.

La señora Atikian escogió mal. Salvo comer pescado ocasionalmente, siguió el consejo del herbalista durante su embarazo. Parió una niña saludable de 8,2 libras llamada Loreie. Hanswille convenció a los Atikians de que la recién nacida se volvería una superbebé si le daban una dieta vegetariana de comidas crudas, orgánicas. Los disuadió de tener que vacunar al infante y de no continuar viendo a un pediatra. Y los indujo a confiar en él para el consejo del cuidado de la salud.

Cuatro meses y medio después de su nacimiento, el peso de Loreie todavía era el 75%, pero cuando tuvo 11 meses, la leche materna se acabó —se terminó la fuente de alimento de origen animal—. La alimentó sólo con frutas, vegetales, y arroz, ella dejó de crecer, dormía cada vez más y tenía cada vez más infecciones. Como la salud del bebé se movía en un espiral hacia abajo, Hanswille aseguró a los padres que su declive era meramente “los venenos que salen de su cuerpo” y que en el futuro habría de volverse la superbebé que había deseado. En 1987, a los 17 meses Loreie se murió de neumonía bronquial complicada por una desnutrición severa. Pesaba 111/4 lbs. Los Atikians fueron acusados de no proporcionarle a su hija “las necesidades para la vida”. Su defensa fue que ellos habían creído de verdad que habían estado proporcionando “lo requerido para la vida” cuando ellos siguieron el consejo de Hanswille. El juez los absolvió después de descubrir que el procesamiento no proporcionó información importante que apoye la historia de la pareja.

Atravesemos algunos otros ejemplos de vegetarianismo ideológico extremista:

Causó retraso mental y del crecimiento en dos muchachos desnutridos de nacimiento de 3 y 5 años de edad. Su madre se había vuelto vegetariana, después eliminó el azúcar y los productos lácteos de su dieta y al final adoptó una dieta macrobiótica (vea Vegetarianismo Peculiar). 4

Se informaron diez casos de raquitismo nutritivos entre los infantes (la mayoría de ellos se alimentaron del pecho) de madres vegetarianas estrictas que no habían buscado consejo médico durante el embarazo pero habían obtenido consejo de salud en Tiendas de Comida de Salud.(5) [N. del T.: Las llamadas Tiendas de Comida de Salud son tiendas donde se vende comida vegetariana y productos considerados no tóxicos o no contaminados, por los adoradores o creyentes de la religión o corriente snob llamada New Age. No son los conocidos supermercados].

Ocurrió escorbuto y raquitismo en dos muchachos, de un año y medio y dos años y medio, cuyos padres eran partidarios de la dieta Macrobiotica Zen (vea Vegetarianismo Peculiar).(6)

Un profesor de 36 años de la universidad intentó volverse un “aireariano” —uno que supuestamente se alimenta solo de aire— y se murió de desnutrición. Primero él se convirtió en vegetariano, después un frugívoro, y luego un “liquidario” (sólo consumiendo jugos), y finalmente, hubo de convertirse en un respiratoriano o aireariano.(7)

Un niño de 2 meses murió porque su madre, siguiendo la errónea recomendación para el cólico de Adelle Davis que es: “Tenemos Niños Saludables”, le dio una sobredosis con potasio.(8) En una entrevista en la televisión, la madre dijo que se alejó cada vez más de la medicina convencional, y después había adoptado el vegetarianismo y luego el veganismo.

Una mujer de 24 años de la universidad del estado de San José que encabezaba los programas de estudiantes de arte, se murió después de tomar un extracto de peniroyal para inducirse un aborto. Ella se describió como “una vegetariana estricta que está involucrada en la medicina holística.”(9)

Para el ideólogo, el vegetarianismo es una religión higiénica. Capacita creyentes para practicar abnegación. Como una religión, el vegetarianismo atrae los complejos de culpa. Atrae a los masoquistas porque da a la culpa un empujón. Y seduce el crédulo causando culpa y/o instigando una falsa culpa. La culpa lleva a la abnegación, incluso al ascetismo. La creencia que la salvación es asequible evitando los placeres mundanos marcaron el ascetismo de los primeros defensores del cristianismo. De igual forma, los neuróticos de la salud con problemas médicos parecen creer eso de que cuando ellos restringen sus placeres alimentarios, más mejora su salud. Ayunando, dietas austeras, enemas y la ingestión de hierbas amargas es consistente con las necesidades psicológicas de salud neurótica, muchos de ellos huyen de las voces de la medicina convencional y de la salud pública que puede desencantarles.

Por supuesto, yo no culpo al vegetarianismo ideológico por completo de ser el causante de tragedias como las descritas anteriormente. Al parecer figuran en muchos casos desórdenes mentales o emocionales. En tales casos, el extremismo es más culpable. Sin embargo, esto no quita al vegetarianismo ideológico del banquillo de los acusados, porque echa combustible o enciende problemas psicológicos.
¿Comiendo según el Libro?

El vegetarianismo del Adventismo del Séptimo Día está arraigado en la Biblia, según la cual para la comida Dios dio a los humanos “…toda planta que da semilla que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla…” (Génesis 1:29). Dijo que la carne se ha vuelto una parte de la dieta humana después del Diluvio, cuando toda la vida de las plantas había sido destruida: “Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento” (Génesis 9:3). Enseñan los adventistas que la introducción de carne en la dieta humana en ese momento disminuyó el tiempo de vida humana de más de 900 años de los primeros humanos a “las tres partes y diez” hoy.

Sin embargo, la Biblia advierte contra confundir prácticas dietéticas con conducta moral:

Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo…. (Romanos 14:17)

…nadie os juzgue en comida o en bebida o en cuanto a días de fiesta (Colosenses 2:16)

Porque uno cree que se ha de comer de todo, otro que es débil come legumbres. El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come… y ¿tú quién eres que juzgas al criado ajeno? (Romanos 14:2-4)

También parece condenar al vegetarianismo:

Pero el espíritu santo nos dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas inspiradas por demonios. Estos enseñantes dirán mentiras con aspecto honrado y lo harán tan a menudo que no molestará a sus conciencias. Dirán que se prohibirá casarse y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracia participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse si se toma con acción de gracias. (I Timoteo 4:1-4, Biblia Viviente)

La pionera de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Ellen G. White, (1827-1915) fue una defensora del vegetarianismo aunque ella no lo practicó. Como el Grahamites de su tiempo, ella enseñó que gradualmente la tierra habría de volverse más corrupta, con enfermedades y calamidades peores, y la comida —particularmente las comidas animales — insegura. En 1902 escribió que en el tiempo por venir el uso de la leche será interrumpido. Aunque White era una defensora de la ciencia y principalmente responsable por hacer Adventismo del Séptimo Día y cuidado de la salud una empresa basada en la ciencia, claramente ella no se anticipó a los adelantos del siglo XX en salud pública y ciencia médica. A pesar del registro de la longevidad ahora disfrutada por personas en las naciones desarrolladas, los defensores vegetarianos dentro de la iglesia cogida a la histeria del día del juicio final de los años 90, ha decidido que ha llegado el tiempo de suspender todas las comidas animales y está predicando el veganismo férvientemente.
Al este del Edén

Es posible proporcionar todos los nutrientes esenciales sin usar comidas animales, excepto la vitamina B12. Por otro lado, es posible proporcionar todos los nutrientes esenciales con una dieta sólo compuesta de carne. La adecuación dietética personal —incluyendo el valor de una dieta como la fuente de nutrientes esenciales y su valor como preventiva— para uno mismo y otros, es la principal consideración dietética de los vegetarianos pragmáticos. En contraste, la atropellada consideración dietética de los vegetarianos ideológicos varía con la ideología particular. Típicamente, su motivación es una mezcla de preocupaciones física, psicosocial, social, y moral, a menudo religiosa. Un problema incesante para los Adventistas del Séptimo Día que se casan con la ideología “regreso al Edén”, es la ausencia de una fuente de alimentos no animal de vitamina B12. Un vegetariano Dietista Registrado que escribió una columna para la revista de una iglesia me preguntó si yo pensaba que los veganos podrían obtener vitamina B12 de los vegetales orgánicos que no eran lavados antes de la ingestión. Yo opiné que sería mejor comer alimentos animales que residuos fecales. Ella estuvo de acuerdo.

Una suposición perenne entre los vegetarianos es que el vegetarianismo aumenta la longevidad. En el último siglo, los Grahamites —devotos de la filosofía “higiénica” Cristiana de Sylvester Graham (1794-1851)— enseñan que la adhesión al estilo de vida del Jardín del Edén habría finalizado la reclamación en la humanidad del potencial para la superlongevidad, tal como se le atribuyó a Adán (930 años) o a Matusalén (969 años). Yo discutí este asunto hace 25 años con un médico del Adventismo del Séptimo Día que era decano de la Universidad de Loma Linda (LLU), Escuela de Salud. Aunque admitió que los vegetarianos de Adventismo del Séptimo Día no habían mostrado espectacular longevidad, afirmó que esa longevidad antediluviana pudo ser posible por la secuencia de varias generaciones de vegetarianismo. Las revistas del Adventismo del Séptimo Día publicitan a los centenarios y a menudo atribuyen su longevidad al estilo de vida del Adventismo del Séptimo Día. Sin embargo, de 1200 personas que alcanzaron los 100 años de vida, señalados entre 1932 y 1952, sólo cuatro eran vegetarianos.(10) Yo continúo preguntando: ¿En qué parte de la Tierra está la excepcionalmente longeva población de vegetarianos? Los hindúes han practicado vegetarianismo durante muchas generaciones pero no han impuesto records de longevidad. A lo mejor, el conjunto de datos científicos de apoyo de la investigación relacionados con la nutrición apoya el vegetarianismo sólo tentativamente. La incidencia de cáncer colo-rectal entre los mormones no vegetarianos es más bajo que esos de Adventismo del Séptimo Día.(11) Una revisión de poblaciones de bajo riesgo para el cáncer mostró que los veteranos de la Primera Guerra Mundial que nunca fumaron tuvieron el riesgo más bajo de todos.(12) Cuando los datos aumentan, el optimismo de que la dieta es un factor significativo en el cáncer parece estar disminuyendo. Un análisis (13) de los estudios de caso-control de cáncer colorectal y fibra dietética mostraron que, en los estudios con los mejores métodos de investigación, las estimaciones de riesgo para la fibra dietética y cáncer colo-rectal era cercanos a 0. Un análisis de un grupo de estudios sobre ingestión de grasa y el riesgo de cáncer de mama, que incluye los datos de Adventismo del Séptimo Día, no mostraron ninguna asociación.(14)

Una dieta sin carne puede facilitar el control del peso porque es una forma de restricción de comida. Pero uno no necesita eliminar la carne para mantener un peso saludable, y hay muchos vegetarianos en sobrepeso. Ciertamente la prudencia y la selectividad ensombrecen la mera abstención de consumir productos animales.
La Dieta de Daniel

Según el primer capítulo del Libro de Daniel, los niños de linaje cautivos de Israel —”bien favoreció, y hábil en toda la sabiduría, y hábil en todo el conocimiento, y la ciencia comprensiva” (verso 4)— después de subsistir sólo con vegetales y agua durante diez días, impresionó al rey babilónico como algo superior y mejor a todos los magos y astrólogos “en todo asunto de sabiduría y entendimiento” (verso 20). Muchos vegetarianos ideológicos dan crédito a los vegetales en mejorías físicas y mentales (vea El Método Bíblico Alternativista). Una hipótesis más creíble es que la abstención de beber vino causó la mejoría, que la historia atribuye a Dios. En una entrevista en la emisora de radio Cristiana de la escuela a mediados de los años 70, una estudiante graduada de nutrición de LLU (quién no era una Adventista del Séptimo Día) afirmó que el vegetarianismo produjo intelectos superiores. Para apoyarse, declaró:

Linus Pauling dice que la vitamina C mejora la inteligencia. Los vegetarianos obtienen más vitamina C en sus dietas que los comedores de carne. La razón más probable de por qué George Bernard Shaw y Leon Tolstói eran inteligentes se debe a que fueron vegetarianos.

El entrevistador estaba de acuerdo y exaltó la salud e intelecto de vegetarianos. Ese Adolf Hitler que fue vegetariano no fue mencionado durante la entrevista. Tampoco mencionó a ese Jesuristo, Mahoma, y a otros moralistas eminentes que no fueron vegetarianos.

[N. del T. los defensores de ciertas ideologías o conductas, para dar credibilidad y ganar adeptos recurren con frecuencia al Criterio de Autoridad, divulgando listas de personalidades a las que se les atribuye ser partidarios de su conducta. Así determinados grupos o asociaciones ideológicas, como Rosacruces, teósofos, partidos políticos, etc, manipulan y mienten sobre personalidades, como por ejemplo, citan a Einstein, diciendo que si fue Rosacruz, o teósofo, o religioso, espiritista, etc. Por otra parte, en la Ciencia el Criterio de Autoridad carece por completo de valor.]

Los científicos de la conducta animal han notado que en el sobrevivir comiendo carne, los depredadores deben ser más listos que su presa vegetariana. Sin embargo, creo que tales teorías fallan debido a la dificultad de definir la inteligencia.

Notas de los Adventistas del Séptimo Día dicen que comiendo carne los depredadores, como los lobos y los leones, tienen tremenda velocidad pero les falta resistencia. Sin embargo, los perros de trineo del Ártico que corren las 1200 millas de Ididarod [la carrera de trineos que va de Anchorage a Nome, en Alaska], en la que cubren más de cien millas por día —hecho que ningún caballo, mula o buey pueden lograr.

La idea que los vegetarianos tienen una resistencia física superior fue reforzada en 1974 cuando un grupo de hombres corredores vegetarianos llamado “los 7 vegetarianos” establecieron un record de 24h. de distancia. Esto inspiró a una estudiante principal de dietética para buscarme como entrenador para un grupo de siete mujeres vegetarianas corredoras de larga distancia. Le pregunté cuáles eran sus motivaciones —cosa que cada entrenador necesita saber. Ella me dijo que queríann demostrar la superioridad de una dieta vegetariana. Yo le pregunté quién estaría representando a los comedores de carne. Ella dijo que el evento no sería una competición normal, nadie representaría a los comedores de carne. Le revelé que tres de los corredores masculinos no habían sido vegetarianos hasta que se entrenaron para el record, y que simplemente habían prometido llegar a serlo. Yo también le dije: ese factor genético, principalmente la capacidad para la captación de oxígeno, determina la habilidad del corredor de larga distancia; que si la dieta es vegetariana es intrascendente para la habilidad del corredor de distancia; y que una carrera de 24h es una forma peligrosa de intentar demostrar la superioridad vegetariana. “Qué haría usted” le pregunté, “si siete comedores de carne, ateos bebedores de cerveza que son corredores de calidad mundial deciden romper su record?” Ella comprendió este punto. Y, aunque se convirtió en una consumada corredora aficionada, no acostumbró a hacer propaganda de su éxito para el vegetarianismo.

John Harvey Kellogg trató de demostrar que los vegetarianos eran físicamente superiores en el campo con el equipo de fútbol Battle Creek College que personalmente entrenó. Según un jugador anterior, el “Hermano” Wright, siempre que los jugadores de Kellogg perdieron, puso una valla alrededor de ellos por estafar sus dietas y los mantuvo cautivos, hasta uno llegó a decir que había roto las reglas de entrenamiento y comió carne. Wright a veces declaró eso de un jugador que había mentido que él había comido carne sólo para conseguir exculpar al equipo. Describió los esfuerzos de Kellogg como “una cruzada para demostrar la superioridad del vegetarianismo”. La condena de Ellen G. White de este acercamiento para demostrar la superioridad de los Adventistas del Séptimo Día llevó a una política de restringir el deporte inter-escuelas en las escuelas Adventistas.
¿Caca sin olor?

El personaje John Harvey Kellogg en la película Road to Wellville, de 1995, declaró que su excremento no tenía mas olor que el de “bizcochos recién horneados”. Una tarde ofrecí un paseo a casa desde la universidad a un colega mayor, un vegetariano ávido. Al entrar en mi automóvil, declaró: “Cuando bebo zumo de zanahoria, mis movimientos del intestino no tienen olor.”

Antes de que yo pudiera responder, dijo: “Los conejos comen muchas zanahorias, y su excremento no tiene ningún olor”. El pensamiento de que alguien corre alrededor olfateando pequeñas pilas de caca de conejo me hizo reír, pero yo ni siquiera fui irrespetuoso. Su idea de que los conejos comen muchas zanahorias me intrigaron. Ya se me había suscitado en mi niñez y había descubierto que, a pesar de la pasión por las zanahorias mostrada por Bugs Bunny, los conejitos reales no son particularmente aficionados a las zanahorias. Además, los conejos salvajes raramente tendrían una oportunidad de comer zanahorias. Por suerte el paseo fue corto.

El tardío Premio Pulitzer el antropólogo Ernest Becker sostuvo que la defecación está estrechamente asociada con la animalidad y mortalidad de la humanidad.

Durante una clase de la Biblia en una escuela del Adventismo del Séptimo Día, enseñé que las personas no defecaron en el Jardín del Edén pues utilizaron la comida que ellos ingirieron totalmente. Al parecer, los olores sucios no convenían en el Paraíso. (Quizás la persistencia de la teoría miasmática de la enfermedad —teoría de que las enfermedades son debidas a oler las sucias emanaciones de la tierra— bueno en el siglo XIX, cuando las creencias del Adventismo del Séptimo Día fueron desarrolladas, reforzó la idea de un Paraíso sin trasero). A mí también se me enseñó que ese material tosco se volvió parte de la dieta humana después de la Caída. Según se alega, esto que amplia la dieta para incluir “la hierba del campo” (Génesis 3:18, versión de King James) ocurrió porque los humanos estaban ahora bajo la “pena de muerte” causada por el pecado original. Según los informes recibidos, si esto era un cambio dietético voluntario o parte de la maldición de echar fuera del Paraíso, es discutible. Algunas versiones de la Biblia implican que “la hierba del campo” simplemente significó “alimentos silvestres” (Nueva Versión inglesa), no una nueva fuente de comida.
“PETAismo” Fuerte

En el último siglo, el movimiento pacifista era vegetariano debido a la creencia de que por comer carne los animales eran feroces y los vegetarianos, dóciles. El poeta británico Percy Bysshe Shelley clamó que la revolución francesa había sido sangrienta y la revolución inglesa incruenta porque los franceses comían más carne que los ingleses.(16) Tales planteamientos han sido desacreditados, pero no se han abandonado. Algunos boxeadores todavía comen carne cruda o beben sangre antes de una lucha para aumentar su agresividad.

Las personas que se imaginan moralmente superiores a mnudo se otorgan la misión de convertir a la humanidad a su propia visión del mundo. Los mas violentos ideólogos vegetarianos son los activistas de los Derechos Animales que han destruido los medios de investigación animal y han amenazado la vida de los investigadores. Los grupos de Derechos Animales como son las Personas para el Tratamiento Ético de los Animales (PETA) consideran a los animales equivalentes a los seres humanos. El 24 de abril de 1996, la miembro de PETA, Ingrid Newkirk, aparecía en la revista noticiosa de televisión Day & Date oponiéndose al deporte de la pesca. Ella empezó su argumento buscando conmiseración para el pez que se asfixia. Después dijo que los peces eran comida insana porque contenían mercurio y otros contaminantes medioambientales. La solución, según Newkirk, era el vegetarianismo. Su antagonista, un organizador del debate de TV, la presionó para reconocer el credo de PETA. La organizadora del debate describió un encuentro en directo que había tenido con otro representante de PETA. Se había sido presentado un escenario en que la hija de representante necesitó un órgano vital de un querido animal doméstico de la casa para sobrevivir. La pregunta ética había sido si la vida del niño merecía más la pena que la del animal doméstico. El representante de PETA había sostenido que el niño no tenía más valor que el animal doméstico. Newkirk no discutió la aserción de que PETA no considera la vida de un niño más valiosa que la de un animal doméstico.

Cuando el equipo médico de LLU trasplantó el corazón de un mandril a un infante de quien el seudónimo era “el Bebé Fae”, los activistas de los Derechos Animales estaban de protesta frente al centro médico. Parecían desilusionados con los Adventistas del Séptimo Día, los cuales no tuvieron náuseas para priorizar a los humanos por encima de los animales. En octubre de 1992, después de que el hígado de un cerdo se había trasplantado a una mujer de 30 años para hacerle posible sobrevivir, hasta un hígado humano fue asegurado, un representante de la PCRM se comprometió en un debate televisado con uno de los médicos que tenían realizado el trasplante. El representante lamentó que el consentimiento del cerdo no había sido obtenido.

La PCRM parece ser un foro personal grande para su líder, Neal, Barnard, M.D., y se dice que es substancialmente fundado por PETA. (En el año fiscal 1994, las donaciones y concesiones a la PCRM ascendieron a más de un millón de dólares, según informes recibidos.(17) Barnard exalta el valor longevo del vegetarianismo. Ha afirmado: “No es la genética o destino lo que les da a las personas largas vidas, salud y a otras personas las corta brevemente; para aquellos que quieren cuidarse, todo se reduce a la dieta.” El cirujano sostuvo que los cerdos se mataban diariamente para carne, incluyendo sus hígados. El doctor de PCRM respondió que el consumo de grasa animal (que es altamente saturada) era el responsable de la mayoría de las muertes en la sociedad moderna. Citó un estudio dirigido por Colin Campbell en China. Campbell había enfocado la morbilidad relativa de ciertas enfermedades sin señalar que la esperanza de vida en China (66 años) es más baja que en EE.UU. (75 años).(18)

Como se consideran moralmente superiores, muchos vegetarianos no muestran reserva alguna contra el uso de técnicas de control de la mente o terrorismo para actualizar su agenda. El control de la mente incluye usar información selectiva para “educar” a las personas sobre la alegada superioridad del vegetarianismo. Puede incluirse también el trauma emocional como método para condicionarlos contra el uso de alimentos animales. En mi experiencia temprana en la enseñanza, asistí a una reunión de escuela secundaria Adventista del Séptimo Día, de maestros de salud, muchos dijeron que convirtieron a estudiantes al vegetarianismo llevándolos en viajes al campo a los mataderos para dar testimonio del derramamiento de sangre. Esta estrategia me ofendió aunque yo era un vegetariano práctico en ese momento. Habiendo estudiado durante años cómo las personas han sido manipuladas por cultos y charlatanería, ahora está claro para mí que eso del matadero táctico es una forma de control de la mente —que es tan falto de ética como desalentar a niñas pequeñas a tener sexo induciéndolas a ver un parto difícil.

El terrorismo trata de obligar a las personas a comportarse de la forma en que los perpetradores deseen. En diciembre de 1994, para impedir a las personas tener pavo en la cena de Navidad, los descritos a sí mismos como terroristas por los Derechos Animales divulgaron que habían inyectado veneno de rata en los pavos del supermercado en Vancouver, Columbia Británica. El susto causó la destrucción de más de un millón de dólares en pavos. Al parecer, los activistas no habían previsto la matanza resultante de pavos como reemplazos.
Descubrimiento

La investigación dentro del vegetarianismo por vegetarianos siempre supone por lo menos un prejuicio inconsciente. Todos los humanos se han atrincherado en creencias —creencias cuyo arraigos hacen a toda investigación científica necia e imprudente. Kenneth J. Rothman, Dr.P.H., se refirió al Adventismo del Séptimo Día en una reciente discusión de conflictos de interés en investigación:

Podríamos esperar el surgimiento de la preocupación del conflictos de intereses, por ejemplo, sobre los Adventistas del Séptimo Día que están estudiando la salud y los efectos del estilo de vida comparativamente abstemio de su compañero Adventista. Considerando las políticas en [the Journal of the American Medical Association] y The New England Journal of Medicine enfatizan los conflictos financieros, la revista Science pide a los autores que divulguen “cualquier relación que ellos crean que pueda ser la causa de conflicto de intereses, si el individuo cree o no que es realmente así”. En otras palabras, para cumplir con las políticas de la publicación los autores tienen la obligación de informar a los editores de su orientación religiosa y sexual, así como su situación financiera.(19)

Aunque Rothman argumenta en favor de permitir que el trabajo muestre su propio mérito en lugar de juzgar alguna posible conexión a una fuente de financiamiento, su ejemplo hace pensar que motivaciones más poderosas que el dinero pueden distorsionar los datos. El fraude en la ciencia puede ser sumamente difícil de descubrir, porque los perpetradores controlan la información. Como Mark Twain observó, “¡Las figuras no mienten, pero los mentirosos figuran!”

Yo no creo que itoda la investigación hecha por vegetarianos es poco fiable. Mi experiencia con los Estudios de Salud de los Adventistas del Séptimo Día (SDAHS), una serie de estudios dirigidos por la Escuela de Salud Pública de la LLU, ha sido marcadamente positivo. Su investigador principal, Roland Phillips, M.D., Dr.P.H., era un científico excelente de cuya objetividad yo tenía suma confianza. Él reconoció el problema de la influencia de las expectativas sociales en los Adventistas del Séptimo Día que responde a las preguntas sobre su estilo de vida. El grupo de pensadores de los Adventistas lo hace probablemente, pueden no reportar las actividades desfavorables por la comunidad de la iglesia (por ejemplo: comer carne, beber café, y bebidas) y encima de los informes, aquellos que son aceptados (por ejemplo, cenar sin carne y hacer ejercicios). Phillips parecía sentir que los beneficios de el vegetarianismo por sí mismo se están limitado, y en eso uno debe tener en cuenta la herencia, el estado socio-económico, y el estilo de vida del Adventista en total. La abstención de fumar, acceder al cuidado innovador de la salud, y el fuerte apoyo social probablemente son los responsables para la mayoría de los beneficios de salud que los Adventistas disfrutan. El principal problema con la ciencia vegetariana adventista es cómo se usa la información científica. Para parafrasear un viejo refrán holandés de Pennsylvania: Entre Adventistas del Séptimo Día, cuando las noticias son sobre vegetarianismo y salud son buenas, “nosotros las oímos siempre”; pero cuando las noticias no son buenas, “nosotros nunca las oímos.”

He recibido numerosos informes de adventistas profesionales de la salud, y tengo conocimiento personal de otros casos en que el exceso de confianza en el vegetarianismo de miembros de la Iglesia les impidieron obtener un cuidado médico eficaz. Algunos informes han implicado a los verdaderos creyentes en vegetarianismo que eran miembros de familias de médicos. Algunos negaron síntomas, y su rechazo les impidió buscar eficaz intervención a tiempo. Otros rechazaron el cuidado médico por los “remedios naturales” que dieron énfasis a la dieta. Las actitudes evidenciadas son consistentes con aquellos identificados en pacientes de cáncer que se habían vuelto al charlatanismo porque ellos creyeron que ellos habían producido la enfermedad en ellos y podían curarla por las prácticas “naturales”.(20) La Iglesia del Adventismo del Séptimo Día ha hecho lo imposible por documentar los beneficios del estilo de vida del Adventismo y para persuadir a los miembros para que adopten dietas vegetarianas. Me habría gustado ver a la iglesia exponer el serio daño que las enseñanzas vegetarianas han causado a sus miembros. Desafortunadamente, ese es el problema con al vegetarianismo ideológico: en el proselitismo, la objetividad siempre quedá relegada.

Los datos sugieren que la mayoría de los Adventistas son razonables en su acercamiento al vegetarianismo. En los años setenta, el Adventismo reveló que sólo un 1 por ciento eran veganos.(21) Esto puede cambiar en la medida que el vegetarianismo se populariza entre la población. Los adventistas tienden a ser excesivos. Si consideramos algo como “bueno”, nos esforzamos por adoptarlo completamente. Si consideramos algo “malo”, lo evitamos completamente. Los Adventistas evangelistas vegetarianos se han vuelto más agresivos en los años recientes debido a la creencia extendida en la comunidad Adventista de que el día del juicio final esta cerca.

Yo recuerdo a un adventista líder de la Iglesia respondiendo a la pregunta de si él comió carne: “¡Como la suficiente para evitar volverme un fanático!”
Un “ismo” menos

Dejé el vegetarianismo porque encontré que ese compromiso significó rendirse a la objetividad, la cual es esencial para la integridad personal y profesional de un científico. Como un educador de salud, siento tener la obligación de esforzarme por adherirme a los hechos sin barnizar cualquier investigación científica descubierta. Puedo apoyar el vegetarianismo pragmático, pero yo creo que la cruzada de los vegetarianos ideológicos es peligrosa para ellos y para la sociedad.

El Dr. William T. Jarvis Ph.D., autor de este artículo, es consejero de ACSH (Consejo Estadounidense sobre Ciencia y Salud), profesor de salud pública y medicina preventiva en la Universidad de Loma Linda, fundador y presidente del Consejo Nacional Contra el Fraude en la Salud, y co-editor de The Healt Roberts: Una Mirada Íntima al Charlatanismo en América (1993). Este artículo es una adaptación de uno publicado por Prometheus Books (Amherst, Nueva York) en el November/December 1996 volante del problema de Nutrición & Noticia del Foro de Salud.

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From Raso J. The Dictionary of Metaphysical Healthcare: Alternative Medicine, Paranormal Healing, and Related Methods. 2nd ed. Atlanta: The Georgia Council Against Health Fraud; 1997.

Vegetarianismo peculiar

Dieta nº 7: “régimen curativo” recomendado por George Ohsawa (vea “macrobiótica”) en Macrobiótica Zen: El Arte de Rejuvenation y Longevity (1965). Principalmente implica la restricción de ingestión dietética (incluso agua) a arroz castaño y tipos particulares de té (“tan poco como sea posible”) por un periodo de una semana a un número indefinido de meses. Los pretendidos objetivos de la dieta nº 7 y las otras 9 dietas de Macrobiótica Zen es para mantener el equilibrio del yin y yang.

Macrobiótica (anteriormente llamada “Macrobiótica Zen”): el movimiento cuasireligioso y salud centrada en el estilo de vida cuyo centro de mesa es una forma mística de vegetarianismo. El empujón de nutrición de la macrobiótica es la regulación de la ingestión de dos alegadas formas elementales de energía: el yin y el yang. Categorizar una comida como yin o yang depende en gran medida de características directamente cognoscibles por los sentidos y no está relacionada con el volumen nutriente. Los defensores atribuyen la versión moderna de la macrobiótica a Ishizuka Sagen (1850-1910), médico japonés y autor de Una teoría Química Nutritiva de Vida Larga, o a George Ohsawa (1893-1966) cuyo nombre incluye: Georges Ohsawa, Nyoichi (también deletreado “Nyoiti”) Sakurazawa, y Yukikazu Sakurazawa. El exponente principal de la macrobiótica es Michio Kushi según su “Medicina Natural y Medicina Macrobiotica” abarca: (a) el diagnóstico astrológico; (b) el aura y diagnóstico vibratorio, alegadamente basado en el color, frecuencia, “el calor, “y intensidad de su “aura radiada” y “vibraciones”; (c) la conciencia y el diagnóstico del pensamiento, una variante de la llamada lectura de la mente; (d) diagnóstico medioambiental cuya teoría postula “influencias celestiales” (e) diagnóstico meridiano que supuestamente revela valiosa información sobre “flujo de energía interior”; (f) la presión diagnóstica de que supuestamente revela “el estancamiento del verter energía”; y (g) el diagnóstico espiritual, una variación clara del aura, análisis (probablemente rei-so).

La Macrobiótica Zen: Forma inicial de la macrobiótica, confirmada por Herman y Cornelia Aihara. Los Aiharas fueron estudiantes de George Ohsawa (vea “macrobiótica”) y co-autores de Natural Healing from Head to Toe: Traditional Macrobiotic Remedies (Avery Publishing el Grupo, Inc., 1994). También fundaron, en 1974, el Vega Study Center, en Oroville, California. La escuela enseña Macrobiótica Zen.

El Método “Bíblico” Alternativista

Dieta de Daniel: Alegada panacea médica y “la más elevada forma de comer” promovida por el microbiologo Robert O. Young, Ph.D., autor de Colloids of Light & Life, Profiles of Microscopy, Sick & Tired, y One Sickness –One Disease –One Treatment (1995). En el último libro, Young sostiene que las micosis, o infección por hongos, o la sobre-acidificación del cuerpo (o sangre), es la única enfermedad. Sostiene además que “invertir” la forma de vivir y comer, el consumo especialmente excesivo de azúcares y proteína del animal, causan tal sobre-acidificación. La Dieta de Daniel excluye todas las comidas excepto aguacates, limones, coles, tomates, las verduras (ej., alforfón y soya), el jugo de la verdura oscuro-verde, tofu (cuajada del frijol), mijo, “creció” o poner en remojo semillas y nueces, aceites, té de hierbas, sal marina, suplementos dietéticos específicos (ej., Pycnogenol©), y LiquidLightning Oxygen-O3 (una “fórmula” supuestamente beneficiosa para la “suspensión de oxígeno”). La dieta es el homónimo de un “profeta” judío y adivino del siglo sexto a.C. Según el Libro de Daniel, en el Antiguo Testamento, Daniel se negó a consumir carne y vino, destinado a él por un rey babilónico, pidió vegetales y agua, y después de comer sólo vegetales durante diez días, apareció más saludable y más fuerte.

Traducción castellana: Dr.José Luis Torres Carbonel
La versión original en inglés está disponible aquí: http://www.acsh.org/publications/priorities/0902/vegetarian.html

Sucedaneos

El falso queso. [url=http://www.dw-world.de/dw/article/0,,4263043,00.html]http://www.dw-world.de/dw/article/0,,4263043,00.html[/url]

Eso de pasar “gato por liebre” es una treta de antigua data. En este caso, se trata de pasar una masa compuesta de agua, grasas vegetales, proteínas lácteas y saborizantes… por queso. Queso análogo es la designación frecuentemente utilizada para designar este producto, que entretanto se abre paso en el mercado y suele aterrizar en pizzas, lasagnas y diversas comidas preparadas, entre las que el común denominador debería ser precisamente el queso. (…)

Dinamarca declara la guerra al chocolate, los helados y los dulces

[url=http://www.pasteleria.com/noticias/view/dinamarca-declara-la-guerra-al-chocolate-los-helados-y-los-dulces/01795]http://www.pasteleria.com/noticias/view/di…os-dulces/01795[/url]

8/05/09

A pesar de los múltiples estudios que avalan las propiedades saludables del azúcar o del chocolate, estos productos no gozan de buena prensa. De ahí que no sorprenda que el Ministerio de Sanidad del Gobierno de Dinamarca esté dispuesto a equiparar el consumo de helados o dulces al consumo de productos tan perjudiciales como el tabaco.

Según informa el Icex, con la intención de que la población lleve una alimentación más sana, los dirigentes del país han decidido incrementar las tasas fiscales de alimentos \”poco saludables\” tales como los dulces, los helados, el chocolate y las grasas saturadas. En concreto, la idea es incrementar nada menos que un 25% el precio actual de estos productos. Una polémica decisión que el ministro de Sanidad, Jacob Axel Nielsen, defiende como necesaria para poner freno al número de enfermedades cardiovasculares y diabetes.

La soya

Recuerdo mis andanzas del vegetarianismo y cuando em encontre con al soya pense que habia dado con la panacea alimenticia.

sorpresa, altamente indigesta, debido a una proteina natural que la unica forma de quitarla es hirviendola durante varias horas. Fisicamente no aporta mucho y el precio deja mucho que desear.

Señoras y señores, la soya.

Pepsi flavors

iendo la tendencia de sacar pepsis de sabores aca se pondra info de ella

La sal puede actuar como antidepresivo natural

[url=http://www.europapress.es/salud/noticia-sal-puede-actuar-antidepresivo-natural-20090311125423.html]http://www.europapress.es/salud/noticia-sa…0311125423.html[/url]

CHICAGO, 11 Mar. (EUROPA PRESS) –

La mayor parte de la gente consume demasiada sal y la razón puede no ser otra que su ingesta nos hace sentirnos en mejor estado de ánimo. Un psicólogo de la Universidad de Iowa ha observado en un estudio de laboratorio que cuando las ratas presentan un déficit de cloruro de sodio, la común sal de mesa, se asustan de actividades que habitualmente les resultan atractivas, tales como beber una sustancia dulce o presionar una barra que les proporciona sensación de placer a sus cerebros.

“Las cosas que normalmente serían palcenteras para las ratas no provocaron el mismo grado de deleite, lo que nos lleva a creer que un déficit de sal y el ansia asociada con ello puede inducir a padecer uno de los síntomas claves asociados con la depresión”, declaró Kim Johnson, autor del estudio y científico de la Universidad de Iowa.

Los investigadores no pueden decir que esto equivalga a la verdadera depresión, porque varias criterios deben ser tenidos en cuenta para su diagnóstico, pero una pérdida de placer en actividades normalmente placenteras es uno de los síntomas más tipicos de la depresión psicológica. Y la idea de que la sal es una sustancia natural que predispone a que mejore el estado de ánimo podría ayudar a explicar por qué su ingesta es tan tentadora, incluso cuando sabemos que contribuye a contraer dolencias cardiovasculares.

Asi, el consumo de sal ha crecido históricamente, incluso después de que perdiera su papel de conservante gracias a la tecnología de refrigeración, y actualmente se sitúa en 10 gramos diarios por persona, en un 77 por ciento procedente de comidas preparadas.

La mayor parte de nuestros sistemas biológicos requieren sodio para funcionar correctamente. La conducta también juega un papel clave en asegurarnos que contamos en nuestro organismo con el nivel de sal correcto. Nuestro sistema de gusto está diseñado para detectar sal con un cerebro que recuerda la localización de esas fuentes de sal. Un mecanismo que genera placer se activa cuando la sal es consumida, lo que indirectamente nos produce una sensación de buen estado de ánimo, señala este especialista.