Defensa Psíquica

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curaciones psiquicas

antes que nada buenas tardes tenia tiempo que no posteaba pero hoy lo vuelvo a hacer .
he estado asistiendo de un tiempo par aca a un centro donde se dan limpias con ramos ,huevos, circulos de alcohol y velas hay mucha gente que cree en sto a mi consideracion aveces trabaja la sugestion y la gente al tener enfermedades psicosomaticas y recibir un limpia tienden a dejar de somatizar y ver avances en sus problemas de salud pero tambien he sedo testigo de algunos fenomenos paranormales a los cuales no he encontrado expliccion aparente que tanto se manejaran energias para ayudar realmente a las personas en este tipo de ambito y si las defensas que se aprenden en este tipo de centros son tan efectivas
saludos su amigo cuitlahuac

Salir de una secta

La desprogramación
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De la misma manera que no se entra en una secta de carácter coercitivo, tampoco se sale de ella. Los que abandonan tienen que romper precisamente con la programación. Librarse de esas ideas exige un tiempo. Hay que conocer el grado de fanatismo que se ha padecido, reconocerlo en uno mismo y recuperar su personalidad original. De lo que se sale no es de la secta, sino de un estado mental o psicológico que aquella indujo.

Generalmente hace falta un apoyo exterior para poder sacar al adepto de la mentalidad que ha adquirido. En ocasiones este proceso lo vive uno por sí mismo. La programación se puede desactivar cuando observan ciertos abusos que no encajan con el programa que ha sido inculcado. Suele ocurrir con antiguos miembros que no han actualizado los ajustes del lavado de cerebro. Observan que cuando quieren explicar su punto de vista otros compañeros no le entienden, porque a estos se les ha adiestrado en consonancia con los nuevos acontecimientos. Lo que ocurre en estas ocasiones es que, si se deja la secta pero se mantiene la programación, se crean escisiones o se hacen otros grupos de las mismas características, sólo que con otra interpretación de la doctrina madre.

Puede suceder que los comentarios hechos desde fuera, si se hacen con tacto, dejen huella y se recapacite sobre ellos. Sucede algo parecido a lo que son los virus informáticos. En el caso de las sectas estropean el programa del cerebro de un adepto. La desprogramación consiste en desactivar el fanatismo en un breve período de tiempo.

En cualquier caso supone un golpe emocional para el sectario. Se sufre mucho. Se siente tal desesperanza, tal vacío que se piensa en el suicidio como única salida. Plantearse la posibilidad de dejar una organización de fanáticos no es fácil, además de las presiones de los compañeros, muchas veces con chantajes afectivos, uno debe superar su dependencia a ser como le han hecho ser. Desde luego nada tiene que ver con apuntarse a un club de fútbol y dejarlo, o cambiar la cuenta corriente de un banco a otro, o dejar la militancia en un partido político.

En una secta no se cambia la opinión sino la personalidad. Se va a ella con alegría o con problemas pero se abandona con angustia o incertidumbre. El adepto debe reconstruirse como persona. Necesita un apoyo externo que le acoja. También necesita que alguien le entienda. Él mismo debe comprender lo que le ha ocurrido y superar el sentimiento de culpa.

Al salir del entorno de la organización ve que debe encontrarse con la realidad. Se requiere un período de adaptación. Al no funcionar el programa mental, porque se desactiva, se ve el mundo de otra manera. En el boletín n° 28 de IAS-Projuventud, Jan Carol Ross escribe unos versos, en el poema «Amanecer postsectario », que son significativos por cuanto retratan la sensación que se tiene al dejar una secta: «¿Dónde he estado? ¿En un sueño? ¿En un delirio?».

Lo básico para dejar una actitud fanática es dudar. Pensar por uno mismo sobre los contenidos que una creen- -136- cia ofrece. Precisamente es lo que la técnica de una secta hace que se evite. Por eso discutir con un adepto fortalece su empecinamiento y le afianza en seguir en sus trece. En un enfrentamiento se atrinchera. Dialogar y dudar junto a él le puede llevar a plantearse ciertas cuestiones y no seguir los criterios del líder a ciegas. Sucede que si desde fuera se actúa como la secta y no se siguen las expectativas que ésta crea, en cuanto que va a ser rechazado o incomprendido, el efecto de la programación no se afianza.

Cuando se participa de lleno en un secta cualquier criterio crítico se vive como debilidad. El adepto sufre cuando piensa sobre posibles errores o falsedades. Se siente culpable y se castiga. Alejarse de su ambiente sectario supone dejar lo que hasta entonces le ha dado la felicidad y la paz interior. Tampoco se sabe lo que se va a encontrar fuera después de haber estado desplazado mucho tiempo.

Aún estando convencido un exadepto de que donde ha militado es una secta destructiva, durante unos años, queda un resquicio de desasosiego. Hay recaídas en las que se necesita volver. Se da un sentimiento contradictorio de odiar a aquellos que han abusado de unas técnicas manipuladoras en su beneficio y por otra parte querer hablar con ellos, acudir a los que preparan con actos. Es cuando se percibe que se está enganchado a la doctrina. Tiene el «mono», ansias de seguir en la organización. Cortar con tal dependencia exige una decisión tajante. No sucede de repente. Se abre un proceso para poco a poco desmontar la programación.
Las sectas son una estafa.

Cuando un exadepto descubre cómo ha funcionado la secta, entiende que ha sido utilizado como mano de obra gratuita. Que sus actos han sido guiados y manejados sin darse cuenta. La sensación de haber sido un tonto y de haber hecho el ridículo se apodera de uno. Se vive como un secuestro mental, como una violación de la personalidad. Contra ello no se puede hacer nada porque no hay pruebas de que se le obligase a hacer lo que hizo.

Al pasar un tiempo desconectado de la secta, física y siquícamente, al antiguo miembro se pregunta, extrañado de sí mismo, «¿yo he realizado eso?». No se lo puede creer. Piensa «¿cómo es posible que me haya creído esos planteamientos?». Estas son expresiones comunes de personas que han salido de organizaciones destructivas de la personalidad. Cuando ha pasado mucho tiempo se recuerda de manera distinta aquella estancia a lo que se rememora de antes y de después de haber pasado por la secta.

El editorial del boletín n° 24 de AIS-Projuventud recoge unas declaraciones del coronel Moris, experto en el problema de las sectas destructivas: «El progreso de las ciencias, relacionado con la psique, ha permitido descubrir métodos muy eficaces para obtener la destrucción de la autonomía de las conciencias para esclavizar mejor al hombre». Entiende que a las acusaciones de lavado de cerebro «habría que añadir que se trata de una violación psíquica, pues se invade el inconsciente y se sustituye una ideología por otra diferente». Concluye afirmando que «manipulación, violencia y engaño permiten la esclavitud psicológica del individuo y su adhesión a una ideología que el adepto no ha escogido».

Las sectas son un fenómeno que si no se ha sufrido se suele interpretar mal. Se oye decir en ocasiones «él se lo ha buscado ». Puede que en parte así sea, pero el aspecto de estafa y abuso debe ser conocido y comprendido. Sobre todo si se quiere tomar en serio el tema y aplicar medidas que desactiven los efectos dañinos de las sectas y el fanatismo.

Recuperar el sentido de lo inmediato es lo primero que debe atender quien deja el mundo cerrado en el que se ha encontrado. También tomar la decisión de afrontar lo malo y lo bueno de las circunstancias. Por regla general los que han sufrido este problema se vuelven hipercríticos. Son luego muy observadores.

Cuando alguien deja la organización a la que ha entregado todo su ser siente un desgarro. Luego debe aprender a pensar por sí mismo y atreverse a tomar decisiones. Quien fue un adepto descubre que los que eran amigos íntimos no le dirigen la palabra. Aquellos que le atendieron altruistamente hablan mal de él y le insultan sin motivo, porque a ellos nada les ha hecho personalmente. Si tuviera una tienda y fueran a comprar a ella dejan de hacerlo sin mediar el más mínimo comentario. Se da cuenta que él ha hecho lo mismo con otros. Es entonces cuando se ve que todo fue una farsa, una representación cuyo guión es la doctrina. Descubre que a los miembros de la organización no se les valora ni trata como individuos ni por ellos mismos, sino en cuanto que son piezas de un engranaje que forma parte de la secta. Si se deja la secta es como si no existiera el antiguo compañero. La persona como tal no cuenta, sino que es valorada en cuanto a su función en la secta.

Como sujeto, el adepto no vale nada. Al dejar de serlo es cuando se percata de que todos tienen un parecido asombroso y que él tiene todavía ese tic sectario. Se percibe la programación como algo que se encuentra dentro de uno. Se siente miedo ante la amenaza psicológica que funciona en la soledad de uno, «¿y si fuera verdad?». Los antiguos amigos de la secta dejan de entenderle, de ser camaradas y se encargarán de recordarle su compromiso. De azuzar el miedo. Tratarán de hacer que sucumba para que al verse perdido sepa que no debió dejar nunca la organización.

La insistencia malévola de algunos miembros, ante el que se va, da a entender que se concibe al adepto como una inversión. Hay que tomar medidas porque el peligro es que pone en entredicho los fundamentos doctrinarios. No se puede consentir que alguien abandone, ya que supone un fallo de la verdad. Por eso se encargan de desacreditar al traidor que ha sido, vencido y poseído por el Mal. Se le llama para que recapacite y los que siguen siendo miembros le dejan muy claro que no descubra los secretos o de lo contrario propondrían pagar el karma o recibir el castigo de Dios.
Atención técnica.

Para muchos casos y cuando se requiere una atención técnica específica es preciso acudir a un especialista en psicología coercitiva aplicada por las sectas. En España se encuentra el centro AIS-Projuventud (Asesoramiento e Información sobre Sectas). Asesoran sobre como debe ser el trato familiar del adepto y las pautas que deben seguir para que acuda a la consulta, que no siempre es fácil. También hay colectivos de afectados que comunican sus experiencias y ayudan a familias que sufren el problema.

La desprogramación es una técnica de romper los clichés que se han impregnado en la mente del fanático. A veces ha sido de una manera muy fuerte, a modo de contra lavado de cerebro. Lo que en ocasiones exigió secuestrar al hijo para poderle tratar, debido a que por ser mayor de edad no puede ser obligado a ausentarse del grupo ni a recibir una terapia contra su voluntad. Sin embargo, ha dado buenos resultados. Tal práctica se ha abandonado hace tiempo por problemas legales cuando la eficacia no es la esperada y si el adepto vuelve a la secta ésta puede denunciar a la familia. También plantea problemas éticos, sobre todo porque podría abusarse de esta práctica y desviar su cometido.

Max Erlich comenta que en algunos condados de EEUU adoptan una fórmula legal que se empleó en pri- -140- mer lugar en Tucson y en el condado de Pima, Srizna. Se llama «Custodia temporal». Mediante una orden judicial, los padres pueden adquirir el derecho de la tutela del hijo mayor de edad durante treinta días para intentar la desprogramación.

En la actualidad el tratamiento consiste en una rehabilitación terapéutica que consiste en abrir la percepción y la conciencia del afectado para que vea lo que le ha sucedido. Se estudia su proceso e historia y se le ofrece información de varios aspectos:

a) Explicación de las técnicas de manipulación.

Cómo las aplica la secta o el grupo en el caso particular que se estudie.

c) Qué carencias tiene la personalidad del afectado y cómo superarlas por uno mismo.

d) Fortalecer la voluntad mediante ejercicios, para ser autónomo a la hora de tomar decisiones y dejar de ser vulnerable a las influencias externas.

e) Informar con documentos internos y testimonios de exadeptos sobre cuál es la realidad del grupo, la cara oculta que se desconoce y evitar así que se sepa sólo parcialmente lo que es. El índice de éxito es bastante positivo. Lo difícil es conseguir que el sectario vaya motu proprio.

circulo mental de proteccion(mi experiencia)

hace algunos años leyendo en uno de tantos libros descubri esta tecnica la cual si mefunciono mas adelante relatare como
la tecnica es la siguiente
ante cualquier ataque psiquico de alguna energia o entidad se visualiza una esfera de proteccion como si se fuera un campo de fuerza protegiendonos a nosotros o a la casa,al principio yo no crei funcionara pero a continuacion relato algo sucedido
hace algunos años todas la noches despertaba presa de un terror y sintiendo una presencia o que me movian la cama o la pateaban esto sucedia aun instantes despues de que despertaba al percatarme de esta presencia
recorde lo de la visualizaciony la lleve a cabo y senti como se alejaba esto,quite a proposito y escuche como si alguien corriera en direccion a mi molesto,volvi a visualizar el circulo de proteccion y se volvio a alejar ,repeti esto varias veces y cuando quitaba la proteccion lo que fuese que se presentaba en ese momento volvia con mas furia y rencor al grado de que se podia escuchar como trataba de envestir y movia todo lo que estaba a su paso
cai en el egocentrismo de retarlo y quitar el campo de proteccion y se escuchaba con mas furia su intento de envestida ,incluso llegando a espantarse todos los de la casa ya que esto sucedio como a las tres de la madrugada
al final amplie el circulo hasta mas alla de lo que podia imaginar y ceso el fenomeno
aun tengo muchas incognitas sobre esto
pero quedo en claro que la visualizacion bien canalizada puede lograr efectos en esos planos
saludos su amigo cuitlahuac

¿sera un ataque psiquico?

desde mi mas pequeña infanci he sentido al estar dormido alguien que esta de pie en el lado de mi cama y hasta ha tenido la desfachates de acostarse junto a mi ,me llegue a acostumbrar a esto y solo lo ignoraba siendo muy recurrente esta presencia
me he soñado muerto en tres ocaciones y e notado cambios significativos en mi capacidad de comprencion despues de esto
todo esto se acrecenta cuando crece mi interes por los temas de parasicologia y estado alterados de conciencia,asi como cuando estudio o investigo sobre el crecimiento espiritual
podrian orientarme sobre esto
saludos su amigo cuitlahuac

Masculinización de la sexualidad femenina

Masculinización de la sexualidad femenina

A partir de los años ´70, merced a una fuerte prédica de los grupos feministas que reclamaban un cambio de conducta de los varones, especialmente en materia de comportamiento igualitario en deberes y obligaciones para con las mujeres y el de la forma de manifestar la sexualidad, algunos varones comenzaron a reflexionar y hacer propuestas desde su perspectiva de género y a cuestionarse la “masculinidad” tal como se la representaba tradicionalmente.
Luis María Aller Atucha

La sexualidad masculina está en un periodo de indefinición e incertidumbre. La tradicional y estereotipada imagen de varón heterosexual “puro”, construida en base al aspecto de fortaleza física, sentimentalmente duro, protector de la “débil” mujer y seguro y único proveedor de la familia, fue puesta en cuestión y el varón debió aceptar que esa imagen estaba perimida. La aceptación de la homosexualidad masculina incorporó una perspectiva de género diferente y abrió las puertas a otras miradas, junto con las reflexiones de algunos varones que empezaron a buscar diferentes definiciones acerca de qué era ser varón, ya que en esa categoría entran tanto los que están en el extremo uno o en el extremo seis del continuó de Kinsey. La predica de estos intelectuales, junto con la aceptación de nuevas manifestaciones de la masculinidad, impulsaron a que muchos incorporaran el cambio en sus vidas, cambio que puso en práctica una selecta elite de pioneros. Cuando el mismo estaba instalado, al menos en una capa determinada de la sociedad y se tenía esperanza de que el ejemplo se “derramara” a todas las capas sociales, la brusca modificación del comportamiento en materia de sexualidad femenina, junto con la influencia de los medios de comunicación de masa, pusieron freno al cambio esperado. En la actualidad, lo que parecía una “desdibujada” y “obsoleta” imagen del varón “macho invencible”, se ha reinstalado con mucha fuerza, reivindicándose el machismo como un componente deseado y deseable en la sociedad.

Antecedentes
A partir de los años ´70, merced a una fuerte prédica de los grupos feministas que reclamaban un cambio de conducta de los varones, especialmente en materia de comportamiento igualitario en deberes y obligaciones para con las mujeres y el de la forma de manifestar la sexualidad, algunos varones comenzaron a reflexionar y hacer propuestas desde su perspectiva de género y a cuestionarse la “masculinidad” tal como se la representaba tradicionalmente. Arnaldo Gomensoro (compañero de la líder feminista Elvira Lutz), en Uruguay y desde allí para toda la región latinoamericana, encabezó un movimiento que denominó, “Pierda una esclava, gane una compañera”, que fue muy bien recibido por algunos varones que trabajaban en sexualidad. En nuestro país, Juan Carlos Kreimer (Revista “Uno mismo” y el libro “El varón sagrado”) y posteriormente Sergio Sinay (“El buen amor”) trabajaron en la misma línea y pareció, a mediados de los ´80, consolidarse una nueva imagen del varón que dejaba el estereotipo de “macho fuerte, autoritario y proveedor”, para pasar a ser un “compañero sensible de la mujer”, que compartía los deberes de la casa y el cuidado de los hijos y que se atrevía a mostrase afectivo, tierno y hasta llorar. La película americana “Kramer vs. Kramer” de Robert Benton (con Dustin Hoffman y Mary Streep) mostró el camino de un varón distinto, que ponía el amor por su hijo por encima de su triunfo profesional.

Materialización del cambio
Los cambios se fueron notando de manera muy sutil en los jóvenes de la nueva generación y asombraron, y hasta escandalizaron, a los mayores, tanto varones como mujeres, que no llegaban a entender, y por lo tanto criticaban, que los varones en la casa desempeñaran roles supuestamente “femeninos”, como el de limpiar, cuidar los niños y cocinar. Esta tendencia se fue consolidando y no pareció extraño en los años ´90 que los varones aceptaran compartir el manejo de las finanzas con sus esposas, profesionales y trabajadoras igual que ellos, y asumieran actividades igualitarias dentro del hogar. Si bien este comportamiento no estaba ampliamente extendido, era alentador ver como prosperaba. Los medios de comunicación de la segunda mitad del siglo pasado, en especial los de entretenimiento, consolidaron un paradigma de varón construido con características particulares, presentándolo como fuerte, atlético, rudo, exitoso, violento, proveedor único de las necesidades del hogar, siempre dispuesto a la conquista y a tener relaciones sexuales con cuanta mujer se cruzara en su camino, relación a la que le agregaba una cierta dosis de violencia, haciendo que la mujer, objeto de su atención, asumiera a su lado un comportamiento obediente y abnegado. Desde Humphry Bogart, de mirada recia y distante hacia sus compañeras (inclusive la “liberada” lngrid Bergman de “Casablanca”), pasando por el duro cowboy John Wayne, la cachetada que sufrió Rita Hayworth de manos de Glenn Ford (que le dio aires de recio y seductor) y la distancia que tomaba Harry el Sucio protagonizado por uno de los íconos de la masculinidad, Clint Eastwood, fueron conformando el arquetipo del “varón deseado”, que tan bien encarnaron en películas Alain Delon (el boxeador de “Rocco y sus Hermanos” y el ladrón en “Los aventureros” acompañando a Lino Ventura, otro prototipo) o los eternos “machos” que nunca envejecían como Silvestre Stallone y Charles Bronson y, más reciente, Bruce Willis, que se acaba de mostrar barbudo, con un gorro encasquetado cual prisionero de una cárcel de alta seguridad, ya cincuentón, acompañado por un treintañera a quien casi dobla en edad, pero demostrando que el verdadero “hombre” no sólo es “duro de matar”, sino también de cambiar. Esa imagen del varón insensible, agresivo y dispuesto a todo, hasta morir de pie sin importarle nada (y menos su compañera) se impuso y se fue instalando en el inconsciente colectivo y conformando la imagen de lo que debía ser un “hombre”. Basta recordar a Gary Cooper en “A la hora señalada” dejando a su reciente esposa, la bella Grace Kelly, para demostrar su “hombría” empuñando un arma para batirse frente a frente con otro hombre; el verdadero “hombre” privilegiaba enfrentar la muerte a consumar el matrimonio. Con ese mandato creció la generación que nació después de la Segunda Guerra Mundial, donde las escenas de heroísmo masculino se multiplicaron por doquier.

No obstante la fortaleza de este mandato, en el que podían identificarse los niños y adolescentes para ir forjando su identidad masculina, la prédica de los grupos feministas y la reflexión de algunos grupos de varones, como el encabezado en los Estados Unidos por Robert Bly con su libros “Iron John” (“Hombres de Hierro, un libro para hombres y mujeres en cambio”) y “Los mitos masculinos están agotados” mostraron el camino del posible, y deseable, cambio. Sin embargo la batalla por un varón diferente no tuvo el éxito y la repercusión que desearon sus impulsores. El mismo Robert Bly reconoce que: “Algunas mujeres energéticas de entonces y de ahora, eligieron y aún eligen, hombres suaves para ser sus amantes y, en cierta forma, para ser sus hijos… Por diversas razones los hombres deseaban a sus mujeres más duras y las mujeres comenzaron a desear hombres suaves. Pareció un buen acuerdo durante un tiempo, pero ya hemos vivido conforme a él lo suficiente, para darnos cuenta que no está funcionando”. ¿A qué se debió que ese cambio esperado no diera sus frutos? Los argumentos de las respuestas oscilarán entre lo subjetivo y lo objetivamente subjetivo (debido a la elección de ejemplos).

Ejemplos desde la ciencia y los medios de comunicación
Según el escritor, sociólogo y periodista español, Vicente Verdú (“Noviazgo y matrimonio en la burguesía española”, “Nuevos amores, nuevas familias”, “Señoras y señores”), podría ser que el Movimiento de Liberación Femenina no haya logrado, en realidad, una liberación del dominio masculino sino tan sólo la liberación del modelo de la feminidad, lo que a su criterio, no sería poco y afirma que esto “Sería tan transformador como haber eliminado la antigua mirada propia de la mujer para haber dejado el espacio despejado para la mirada del modelo del hombre. No exactamente la antigua mirada masculina que incorporaba el contrapeso de la simulación femenina, no el espacio absoluto de la mirada obscena del macho frente a la mirada de la pudibundez y el espionaje femeninos dentro del teatro general del cortejo, sino la mirada masculina sin sus viejos atributos, desprendida de penetración, extraviada en la vastedad, viuda de sí”. Agrega Verdú que esto tendría por significado “Una mirada que se pierde sin réplica, una pupila sexual que no encuentra horizonte, un panorama visual, en fin, sin pliegues ni añagazas en que lo masculino y lo femenino se hunden en la ausencia de la dura dialéctica relacional”. Esa dialéctica relacional es la que proponía Gomensoro (con poco éxito) treinta y cinco años atrás. Otro español, el Licenciado en Antropología Social y Cultural José María Espada Calpe, afirma que cuando los varones reflexionaron acerca de su masculinidad muchos empezaron a sospechar, desde pequeñitos, que había algo que fallaba, generalmente por nuestra incomodidad con aquello que se supone que nos daba acceso a ser esos seres tan importantes, ser todo un hombre. “Muchos hombres viven mal esa presión que continuamente nos auto-inflingimos, nos infligen e infligimos a otros hombres. Pocos somos capaces de romper el silencio, y menos son los que podemos acceder a la información que nos permita identificar certeramente el origen de nuestros malestares, comprenderlos y cambiar. En general, tenemos poco contacto con nuestras emociones y hemos sido educados para dar respuestas inmediatas, mediante la acción. Nuestra socialización nos ha supuesto una traba para comprender nuestro papel como agentes de la discriminación y estamos cargados de resistencias”. En esta línea de pensamiento y apuntando a un cambio que él desea se produzca, el chileno Jaime Ceresa sostiene que: “De aquí a pocos años será común tener a hombres dueños de casa, serán igual de quejones que las mujeres que dirigen un hogar, creyendo que su pega (que sí, es verdad, implica harto trabajo) es la más “infartante” del mundo. Es más, no será raro ver una serie de cursos, ejemplo: bordado, pintura, artesanía, orfebrería y cocina, enfocado para llenar las horas de ocio de estos hombres”. Ceresa basa esa presunción en algunos datos objetivos que se observan en su país, tales como que para el 2023, el porcentaje de hombres profesionales será mínimo y que tal como ahora se habla de las primeras mujeres universitarias de Chile, se hablará de los últimos hombres con educación superior y acota que: “para el 2037 no será raro ver biografías y documentales sobre estos personajes, mientras el honorable trabajo de ser “ama de casa” del hogar será uno de los más comunes para los varones”.
La búsqueda de cómo se construyó la identidad masculina y el camino que la misma va tomando, llevó a Mark Millington, un doctor en literatura de la Universidad de Londres, a editar un libro que lleva por título “Hombres invisibles” (2008), en el que aborda el tema de la construcción de la masculinidad a través de las novelas latinoamericanas escritas entre 1920 y 1980. Entre los libros y personajes que analiza se destacan “Don Segundo Sombra” de Ricardo Güiraldes y “Los cachorros” de Mario Vargas Llosa, dado que el estudio de la pluralidad de los hombres y la construcción de la masculinidad, sus tensiones e incertidumbres, es el objetivo que persigue. En el análisis de estos dos modelos de varón, contrasta a un auténtico “gaucho” de la pampa argentina con un señorito “blanquiñoso” de la alta burguesía limeña. También privilegia en su estudio las obras de Jorge Amado y Carlos Fuentes, con fuertes personajes de figuras varoniles. Este autor se pregunta por la subjetividad, las relaciones de los hombres con las madres y los padres, las mujeres, otros hombres, el deseo heterosexual y homosexual, los cuerpos, el machismo y el feminismo, la violencia, la familia, el medio físico, la modernidad y la tecnología, en el afán de dar respuestas del porqué los varones son como son y sobre qué bases se construye su masculinidad. Al respecto señala Verdú que, “la masculinidad hegemónica es la forma de masculinidad, dominante y culturalmente autorizada y autorizante, en un orden social determinado (digamos, sociedad)”, pero hace la salvedad de que: “otras formas de masculinidad se generan al mismo tiempo. Por ejemplo, el producto y proceso de la cultura de los homosexuales genera una masculinidad subordinada que puede coexistir con la hegemónica para un grupo de hombres minoritario, y que, como tal, es una masculinidad marginada”. Ante esta realidad, puede al mismo tiempo funcionar una “masculinidad cómplice” propia de los hombres que aceptan y se benefician de la versión oficial, aunque no necesariamente defiendan el “dividendo patriarcal”, porque el sexismo, como macroestructura de poder, genera ideologías que actúan extendiendo y legitimando las relaciones de poder. En este sentido la subordinación se invisibiliza y permanece en un plano no consciente. Pero el poder interpersonal no es una mera derivación de las desigualdades macroestructurales ya que es reconstruido, desafiado, adaptado, negociado y/o reafirmado en la vida cotidiana.

El papel de los medios de comunicación como barreras al cambio
En la vida cotidiana, amplificada hasta el hartazgo por los medios de comunicación de masas, se tiende, de manera conciente o sin saberlo, (me inclino por esta ultima posibilidad) a rescatar la figura del varón hegemónico que no se cuestionaba su papel preponderante en la sociedad y que atribuía sus privilegios a un mandato natural (reforzado por cánones religiosos, sobre todo de algunas religiones marcadamente machistas, como la islámica, la católica y la judía), para que se reinstale con comodidad en una sociedad patriarcal y androcéntrica, en la cual también se instalaba cómodamente la contrapartida de mujeres que aceptaban, sin cuestionar, ese tipo de varón relegando su papel al de “mujer-madre-en la casa” donde aceptaba su función casi exclusivamente reproductora en materia de sexualidad. El camino del cambio no es simple y quienes lo desean deben enfrentar no sólo a los medios masivos de comunicación y admitir que más de un tercio de la población esté fascinada (varones y mujeres, jóvenes, niños y niñas) viendo como las mujeres se desnudan en el programa de Tinelli y tratan por todos lo medios, poniendo es escena coreografías francamente “coitales”, de gustar al varón que no sólo las observa, sino que las manosea y denigra, sino que deberá discrepar con teóricos que en son de broma, pero con fundamentos en el fondo que pretenden ser serios, proponen caminar en el sentido opuesto y rescatar la figura perimida del “macho”.
Ese es el caso del Lic. Omar Freire, que se lo conoce en el Uruguay como el líder de la Liberación Masculina o el Señor del Erotismo, movimiento que fundó en 1987 y que todavía perdura 20 años después. Basta enunciar algunas de sus propuestas para conocer sus intenciones. Sostiene Freire que debería declararse esencial a la prostitución, dar luz verde a la sexualidad, adoptar la consiga de “Arriba los penes y El falo al poder” y como objetivos lograr la libertad sexual para los curas y que haya más prostitutas y menos madres de familias. Esto que puede parecer disparatado, o cómico para algunos, para otros contiene visos de una realidad a la cual estarían dispuestos a adherirse.

Pocos logros y mucho retroceso
Los movimientos feministas, con mucha fuerza y predicamento, acompañados por los esporádicos intentos de varones autodenominados “feministas”, lograron que el tema se instalara con seriedad marginando a los Freires que se atrevieran a mostrarse, y, a nivel de discurso, el término “machista” y “machismo” pasó a ser peyorativo y descalificante. Pero el cambio no ha echado las raíces necesarias como para dar un vuelco a miles de años de supremacía patriarcal. Mientras la imagen de un nuevo varón sensible y compañero, como proponía Gomensoro aparecía e iba ganando espacio, los medios de comunicación (cómplices conscientes o inconscientes de los Freires) se encargaron de desmerecer esa tendencia proponiendo una imagen diferente, rescatando al “macho” agresivo, dueño, señor y proveedor, que había quedado relegado. Ante la carencia de arquetipos holliwodianos modernos, para reemplazar los de antaño, la industria del cine reinstaló la del amante latino, boy scout de la sexualidad, por lo cual “desató” a Antonio Banderas de las manos de Almodovar que lo había obligado a mostrarse en sus películas como un vacilante y pusilánime sexual y hasta homosexual, le puso una espada en la mano y la máscara del zorro y, de esa manera, empezó a reivindicar al gran “macho” que pretendían enterrar. El ejemplo cundió y otros amantes musculosos empezaron a poblar las pantallas. No es necesario mencionar los nombres de los artistas de cine Bruce Willis, Claude van Damme o de los deportistas Michael Jordan, David Beckam o de cualquier jugador de fútbol argentino exitoso, para comprobar que el “prototipo macho” no ha muerto y que la preferencia femenina en el comienzo del siglo XXI está establecida.
En la vida real también Banderas serviría de ejemplo y cumplió su rol a cabalidad. Enamoró a la rubia Melanie Griffiths, fiel esposa del actor Don Johnson, que había perdido su aspecto varonil a pesar de usar revolver y representar a la justicia, ya que arremangaba su saco de manera sospechosa y tenía una extraña relación con su “partener” de color. Se la quitó, la embarazó, la hizo abandonar su exitosa carrera cinematográfica y recluirse en su casa a cuidar sus hijos, cumpliendo así en la vida real, lo que la ficción le pedía que hiciera en las películas.

Una nueva sexualidad femenina para el varón recobrado
Como para balancear, los medios comenzaron a ocuparse de una sexualidad femenina diferente, acorde para acompañar a este nuevo y exigente varón, sexualidad alejada de la tradicional y recatada observada por las amas de casa asexuadas. Después del éxito de Whitney Houston en “El guardaespaldas” y su explosivo erotismo que termina “acosando” a su empleado, la misma actriz protagonizó, en 1995, la película “Waiting to Exhale” (Esperando un respiro), que describe la preocupación de un grupo de cuatro mujeres negras, ejecutivas de buen nivel económico y social, por mantener una frecuencia coital acorde a sus necesidades y lo difícil que les resulta encontrar el compañero de cama adecuado. Un comportamiento sexual reservado hasta hacía poco tiempo al varón, acostumbrado a prestarse “el bulín” y comentar sus encuentros coitales con absoluta naturalidad. Temas como el tamaño del pene, la eyaculación precoz y la falta de erección eran las conversaciones que estas mujeres mantenían. Si bien esa película pasó desapercibida, dio pie para la aparición en la televisión norteamericana, y a través del satélite en la de todo el mundo, de una serie exitosa que prolonga su vigencia hasta nuestros días, “Sex and the City”, donde Sarah Jessica Parker, acompañada por Kristin Davis, Cynthia Nixon y Kim Cattrall, desnudan vidas y amoríos de cuatro mujeres que son muy buenas amigas, tres de las cuales están en sus treinta años, y una en los cuarenta, donde se muestra la complejidad de ser mujer en una sociedad que compite en igualdad de condiciones con el varón y dificulta la posibilidad de la vida en pareja acompañada de una buena sexualidad. El éxito alcanzado por esa serie fue tal que se prolongó en la pantalla grande, imponiendo un modo de enfrentar la vida (y la manera de vestirse), al estilo de Sara Jessica Parker. Una de las características salientes de la serie fue que las cuatro protagonistas principales, tuvieron citas, o sexo, con personajes que aparecieron sólo en un episodio, o historias breves que continuaron durante dos o tres episodios, mostrando una nueva forma de vivir la sexualidad femenina, alejada de las “sagradas paredes” del hogar y desterrando el mito de que la mujer solamente tiene relaciones sexuales cuando existe el amor, sino que lo hace también cuando siente deseos. Y, al parecer, éstos son frecuentes. Otro atributo que estaba reservado a la sexualidad masculina. Uno de los capítulos emblemáticos de la serie, muestra a estas cuatro mujeres neoyorquinas en Los Angeles, donde van en busca de aventuras sexuales. Se regalan entre ellas grandes penes de plástico y felicitan y envidian a la que consigue llevar a la cama al actor porno que promueve esos penes (y los firma como si fueran libros) al que desecha cuando éste le propone una relación estable y duradera. Ella le explica que está atraída por su pene y no por su persona. Respuesta típica de un varón que puede perder la cabeza, y arriesgarse, por unos grandes senos o un monumental trasero, pero que no lo lleva a pensar siquiera en la posibilidad de compartir su vida con la portadora de tales atributos. Un ejemplo de esto fue la película “El lado oscuro del corazón”, donde su protagonista, Dario Grandinetti, disponía de una cama en la cual accionando un resorte hacía caer a la mujer que lo había acompañado en el coito al vacío. Ideal del varón que después de una relación coital satisfactoria, no desea tener a su lado a quien se la proporcionó. Apoyado en la misma línea argumental de “Sex and the city”, la serie “Desperate Housewives” apareció en la televisión norteamericana en el año 2004. Trata la rutina de cinco amas de casa de clase media suburbana y a través de sus vidas domésticas, revela varios misterios acerca de sus maridos, amigos, amantes y vecinos. El tono y estilo de la serie combina elementos de drama, comedia, misterio, culebrón y sátira. Por apartarse de lo que se espera de matrimonios de clase media, los personajes han sido criticados por grupos religiosos por la carencia moral que presentan. El éxito de la serie fue tal que se la recreó en Argentina con actrices locales, pero sin alcanzar mayor relevancia. Este comportamiento sexual que, como decíamos, antes le era reservado exclusivamente al varón, se fue imponiendo en la sexualidad femenina, que no se avergonzó en mostrar y demostrar que ella también tenía deseos y necesidades sexuales, pero que para satisfacerlos exigía del varón ciertas condiciones. Casi todas ellas referidas a la vieja imagen que algunos varones “sensibles” intentaron desterrar. En primer lugar no gusta el modelo atildado, pulcro y prolijo. Por el contrario, la imagen del brutal indio de Osvaldo Laport constituyó el varón deseado, que se cristalizó en la imagen del barbudo pelilargo Facundo Arana, entre sensual y primitivo, y del “prolijamente desprolijo” (valga el oximoron) de aspecto descuidado (rayando en lo sucio) de Nicolás Cabré, que tiene entre sus “virtudes” haber sido el amante de las actrices y modelos más cotizadas del momento. Ese aspecto “tumbero” se extendió y arraigó en la moda de manera tal, que hasta el aristocrático equipo de polo encabezado por el mejor polista del mundo, Adolfo Cambiaso, apareció en la tapa de una revista con los cuatro polistas casi disfrazados de marginales. El hecho de ser “casi marginal”, o al menos amigo de ellos, culminó cuando la hinchada del club de fútbol de Nueva Chicago invadió (para asombro y disgusto de la élite porteña) la cancha de polo de Palermo. La moda del varón rudo, recio y brutal había ganado la partida.

Los atributos masculinos exigidos por la mujer
De exigir el aspecto de “macho”, por presencia y vestimenta, la mujer pasó también a exigir un tamaño de pene acorde a sus fantasías y a pesar de todo el esfuerzo que la ciencia sexológica ha hecho en torno de ese mito, la preocupación por el tamaño del pene se ha hecho carne en las mujeres y ha “infiernizado” la vida de los varones. Si a la combinación del aspecto “hombre recio” y tamaño del pene se le suma la fama y el poder adquisitivo, ese varón no tendrá inconvenientes en alcanzar a la mujer que se le ocurra, como el arquero apodado “La boa”, haciendo mención a sus atributos viriles, exitoso jugador de un club de primera y por lo tanto también de abultada billetera, que fue el compañero sexual de Graciela Borges por bastante (y publicitado) tiempo. Ejemplos de “botineras”, como se denomina a las mujeres que tienen por objetivo estar con futbolistas, hay cientos. De igual modo los hay, aunque no en tal cantidad, de “raqueteras”, las que buscan jugadores de tenis.

La necesidad de volver a la mujer tradicional
Para que esto funcione y no haya controversia, este varón “macho proveedor” exigirá a cambio del favor sexual que brindará (porque el asediado y buscado fue él) una mujer que una vez que la logre “domesticar” en la cama gracias a su virilidad, se vuelva sumisa, abnegada y buena ama de casa. Entonces los medios de comunicación volverán a presentar la imágenes de mujeres recatadas preocupadas por comprar el mejor jabón en polvo, hacer la limpieza de la casa con los elementos que mejor huelen pero al mismo tiempo desinfectan y para ello aceptarán que le ayude a limpiar la cocina (lugar que debe ocupar después de satisfacer a su hombre en la cama) Mr. Músculo, o que Beto Gianola le explique cómo lavar un par de medias. La mezcla que debe prevalecer es el de la mujer agresiva, que muestra una sexualidad masculinizada, y que una vez que “atrapa” al varón que la mantendrá, deberá convertirse en madre, declarar que lo mejor que le pasó en la vida (después de haber conseguido un marido de pene grande y billetera generosa) es ser “mamᔠy dedicarse a atender la casa como lo hacía su madre y su abuela. Un caso paradigmático de esta tendencia lo constituyó la sentencia de un juicio de divorcio llevado a cabo en Argentina hace dos años atrás, en que el padre luchaba por la tenencia de los hijos y aportaba como antecedentes sus habilidades para prodigarles cuidados, alimentarlos, asearlos y ayudarles en las tareas escolares, la que le negaron por las “características femeninas del demandante” (sic). La autora de la sentencia era una Jueza.

A modo de conclusión y reflexión final
Estamos viviendo un periodo desconcertante que obligará a los varones que pregonaron la necesidad de cambiar, volver a empezar y encontrar argumentos no solamente válidos sino creíbles, que les permita tener una relación igualitaria con la mujer actual, sin temor a la escena del encuentro sexual que ha llegado a aterrorizar de tal manera a los jóvenes que ingieren medicamentos creados para solucionar las disfunciones eréctiles en varones sexagenarios. Los varones no deben sentirse desalentados por haber intentado un comportamiento diferente al estereotipo del macho proveedor y haber fracasado. Deben volver a empezar ya que, posiblemente, algún día ambos integrantes de la pareja comprenderán que sus sexualidades son complementarias y que una vida en común no es posible construirla en base a mitos y estereotipos.

“Cómo convertir a un mago en un sapo”

El Manual del no brujo

En vez de preocuparnos por el motivo de que no seamos magos (ya que sólo tú puedes saberlo), vamos a ver unas cuantas páginas del capítulo “Cómo convertir a un mago en un sapo”, del Manual del no brujo. Y si algo de esto empieza a sonarte familiar, también te dará una pista sobre quién más ha estado leyéndolo y usándolo.
Convence a todos de que NO son magos.
Enseña las delicias de convertirse en víctima.
Crea confusión en los sistemas de creencias y mezcla unos con otros.
Haz que los conocimientos nuevos sean temibles e inaccesibles.
Haz que los magos resulten desagradables y que ser mago sea peligroso.
Haz que mientan.
Y jamás mires en tu interior.

Y si por casualidad fueras un mago convertido en sapo, el Manual del no brujo contiene también antídotos para todos los casos mencionados arriba.

Convence a todos de que NO son magos.
Como todos somos magos, si convences a alguien de que no lo es, lo será. En ese caso, no sigas leyendo.
Antídoto: recuerda tu grandeza. Tú ya eres un mago.

Si te dicen que eres una mutación casual de la materia y que tu sentido del yo es un epifenómeno propio de partículas muertas, ¿te sientes mágico? Si la explicación de tus momentos mágicos es que son meras coincidencias, ¿dónde está la magia en tu vida? Si tu visión del mundo es muerte, enfermedad, guerra y sufrimiento (véase las noticias de la noche) y te sientes incapaz de hacer algo al respecto, ¿qué tienes de mago?
¿Y qué opinas de que te digan que eres un pecador despreciable, que has nacido en pecado y que eres un miserable a los ojos de Dios?
Hace cuarenta años, un grupo de pensadores pioneros, encabezados por el profesor Abraham Maslow, de la Brandeis University, se dieron cuenta de que la psicología parecía preocuparse casi enteramente por problemas y enfermedades: neurosis, psicosis, disfunciones. ¿Por qué no estudiar individuos sanos o incluso sumamente saludables? ¿Por qué no apuntar a las posibilidades más elevadas que tiene el ser humano y crear medios que ayuden a cada cual a desarrollar sus poderes?
El gran escritor americano Henry David Thoreau había escrito cien años antes: “Nunca se ha medido la capacidad del hombre; y se ha investigado tan poco sobre el tema que no contamos con precedentes para juzgar lo que el hombre puede hacer”.
Norman Cousins, autor y editor de la Saturday Review, expresaba la misma idea: “El cerebro humano es un espejo colocado hacia el infinito. Su alcance, posibilidades y crecimiento creativo son ilimitados. Nadie sabe qué logros inmensos podrá alcanzar la especie humana, una vez que se desarrolle plenamente la capacidad potencial de la mente”. Eso fue lo que se propusieron descubrir los psicólogos del Potencial Humano.
Quizá el legado más importante de Maslow y sus colegas es que contribuyeron a que todo el mundo sepa que todos tenemos un tremendo potencial latente y que hay poderes y aptitudes en nuestro interior que nunca han salido a la superficie, ¡hasta ahora!

“… ese hará también las obras que yo hago, y las hará mayores que éstas”.
Juan 14,12

No puedes creer a la gente que dice que nada de esto es así. Que nada de esto es así es relativo para ellos. ¿Qué elegirías tú en cambio? ¿Qué no es así o que es así? ¿Quién está en posesión de la verdad? ¿Hay alguien ahí fuera que diga que es imposible o que diga que sí lo es categóricamente? ¿Quién está en posesión de la verdad? Nosotros.
JZ Knight

2. Enseña los beneficios de convertirse en víctima.

Una vez que los magos aceptan ser victimas, renuncian a su pretensión de crear realidad. Para las víctimas, la realidad es algo que les sucede: es injusta y jamás es culpa suya, de modo que nunca tienen que mirar en su interior, donde verían su propia creación.
Antídoto: acepta la responsabilidad en tu vida.

Los beneficios de convertirse en víctima son muchos. Nunca te pillan en falta, así que no tienes que sentirte culpable. Le das pena a la gente y te hacen caso y te ayudan. El juego se llama “echar la culpa”: echas la culpa de las circunstancias de tu vida con las que no estás contento: a tus padres, a la sociedad, al trabajo, a tus socios, a la salud, etc. etc. etc. Pero si aceptamos que la consciencia crea la realidad (CCR) la red de excusas se desmantela. Es el aspecto más práctico del CCR. Significa que tú has creado tu vida y tu mundo. Puedes quejarte y protestar porque, según parece, no puedes tener lo que quieres, cuando, de hecho, sí tienes lo que quieres. Vives la vida que has escogido vivir, la vida que creías que podías vivir.
Para saber dónde está realmente tu consciencia, sólo tienes que observar cada cosa, cada persona, cada lugar y cada acontecimiento de tu vida.

Aceptar que “yo creo mi realidad” no fue fácil ni divertido. Miré a mi alrededor y vi la carnicería y el caos que había creado y pensé: “Mierda, ¡esto es un lío! Pero, ¡eh!, si puedo crear eso, también puedo crear algo más”.
BETSY

3. Crea confusión en los sistemas de creencias y mezcla unos con otros.

La fe es el motor de la creación. Cualquier irregularidad en la fe en un acto mágico lo desbaratará. Las “autoridades” son muy útiles en esta tarea.
Antídoto: no cedas poder a las autoridades y confía en tu propia experiencia. Recuerda: la fe es el motor de la creación.

¿Anduvo Jesús sobre las aguas?
¿Andan miles de personas cada año sobre un lecho de carbón en ascuas y no se queman?
Gordie, el marido de Betsy, lo hizo tres veces y ni siquiera lo sintió. Después lo consultó con su profesor de Fisiología y éste le dijo que realmente no había ocurrido y que los carbones al rojo vivo no estaban calientes en realidad. Era el efecto Leidenfrost. Mientras caminaba sobre el carbón por cuarta vez, Gordie empezó a preguntarse si sería cierto lo que le había dicho el profesor y si realmente estaba caliente el carbón. Salió con quemaduras de tercer grado.
¿Qué hizo entonces? En primer lugar, aplicó el antídoto 2 y, en vez de culpar al profesor o al lecho de carbón, se percató de que había sido él quien creó el resultado y entonces aplicó el antídoto 3. no se tragó lo del efecto Leidenfrost y aceptó que era su propia experiencia. Cuando anduvo por quinta vez sobre carbón en ascuas no tuvo ningún problema en absoluto.
Es un poco peliagudo esto de la fe. ¿Quién quiere ser un chiflado que imagine sucesos tan distantes de la realidad que la desconexión le vuelva loco? Pero entonces, ¿quiere alguien estar tan limitado por la realidad media, corriente y moliente, del día a día, que nunca encuentre magia por ninguna parte? Andar sobre agua es una idea de locos, y si no fuera por la famosa escena del mar de Galilea, todo el mundo diría que es imposible, sin duda. Pero si tú todavía crees que es posible, es que estás chiflado.
Es un poco peliagudo porque nuestros sistemas de creencias en general no forman un todo coherente, integrado y bien desarrollado. En otras palabras: puedes tener un momento de euforia en el que creas que puedes volar, pero sigues creyendo que lo que sube tiene que caer. Según Miceal Ledwith:

Si creo que puedo andar sobre el agua y vocifero y me grito a mí mismo que voy a andar sobre el agua, lo que enfatizo normalmente es una forma de disfrazar la duda que tengo, de modo que si me voy a andar sobre el agua con ese enfoque dividido en la mente, me voy a hundir.
Pero si lo has aceptado absoluta y plenamente, entonces sí podría ocurrir, porque la realidad se acomoda precisamente a lo que intentamos. Del mismo modo, si consigues concentrarte y aceptar completamente que estás curado, ocurrirá, pero lo que no aceptamos de verdad es el grado de duda que se esconde tras las afirmaciones.

Si ahondas lo bastante, verás que la duda es siempre el resultado de un sistema de creencias, que choca con la fe con la que actúas. Hasta que no se elimine el conflicto, la nave espacial permanece en el pantano. Como dice Ramtha:

¿Cómo es de amplio, profundo y elevado tu nivel de aceptación? Porque la fe consiste en eso. Jamás manifiestas lo que aceptas. Así que ¿cómo es de amplia tu aceptación? ¿Es mayor que tu duda? ¿Cuáles son las limitaciones de tu aceptación? ¿Es eso lo que te hace estar enfermo/a? ¿Por eso eres viejo/a? ¿Es por eso por lo que no eres feliz, porque tu nivel de aceptación es la infelicidad? Eso es todo lo que consigues, ya lo sabes. no consigues nada más importante.

Cuando un muggle ve un dragón, por ejemplo, el ministro manda a unos operarios llamados obliviadores que utilizan hechizos de memoria para hacer que el muggle olvide completamente.
The Harry Potter Lexicon Web Site

4. Haz que los conocimientos nuevos sean temibles e inaccesibles

Los nuevos conocimientos constituyen la llave que abre el baúl de los viejos sistemas de creencias y la puerta a realidades cada vez más importantes. Además, el conocimiento fortalece nuestra fe en el funcionamiento verdadero del universo, dando así poder al Mago. Por tanto, utiliza la contramedida más drástica: el miedo.
Antídoto: “Buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá”. Mateo 7, 8.

Cuando piensas en un mago, te viene a la mente la visión de alguien en su estudio, con libros apilados hasta el techo e instrumentos científicos esparcidos por todas partes. El Dr. Dispensa explica el porqué: “Tenemos que tener conocimientos que nos permitan tener grandes sueños. Tenemos que tener ganas y pasión para rebasar los límites de nuestra zona confortable y de nuestra propia necesidad de conformidad, para intentar hacer algo que la humanidad considere una locura. Con todo, si se hace sin el conocimiento adecuado es una locura, pero si se hace con el conocimiento adecuado, se considera heroísmo, brillantez. Se considera un don”.
Amit Goswami coincide:”Siempre que expandimos nuestros límites, nos sentimos felices. Cuando los reducimos y nos identificamos con un capullito, nos sentimos desgraciados. La idea es, pues, ampliar nuestros límites”,
¿Qué más tenían los brujos en común? Bastones. Tanto Gandalf como Yoda tenían uno.
“Y les encargó que no tomasen para el camino nada más que un bastón, ni pan, ni alforja, ni dinero en el cinturón” (Marcos 6, 8).
¿Porqué un bastón? Se consideraba que era el bastón del conocimiento. Sostenía al creador de la magia y le guiaba en el viaje. Poseía además un gran poder. Esto explica que durante siglos, si querías convertir en sapos a los seres inmortales, quemabas libros. Según John Hagelin:

El conocimiento es el estímulo más importante. Si la gente supiera simplemente cuál es el potencial de la vida, qué estados superiores de consciencia ofrece la vida además de estar despierto, soñar y dormir y cómo será el mundo cuando vivamos la unidad-consciencia, se atrevería a actuar. La única razón por la que no se atreve es porque no estamos abiertos al conocimiento.
Hoy en día, ¿qué clase de conocimientos presentan al público los medios? Sólo los necesarios para hacer que la gente salga a la calle a comprar una hamburguesa. No es suficiente, realmente. No es suficiente para estimular a la gente, ni para hacer que sepa lo que se puede hacer en la vida.

¿Por qué es rico Donald Trump? Porque ha aceptado ganar 3 millones de dólares al día. Ha construido un modelo de posibilidad que la mayoría de los otros no tiene. La mayor parte de la gente tiene el modelo de poder ganar quizá 200 dólares al día. Él simplemente ha añadido un puñado de ceros y lo acepta. No nació con ningún don especial, necesariamente. ¿Cómo construyes tu nivel de aceptación? Los atletas lo construyen entrenando y, después, corriendo una carrera. Averiguan cuáles son sus limitaciones. Averiguan lo que se les da bien. El entrenador les ayuda y al final puede que ganen medallas olímpicas. ¿Por qué tiene que ser diferente si nos referimos a la mente? ¿No deberíamos también entrenar la mente? ¿No deberíamos dar información a la mente?
MARK

Él [Gandalf] se irguió y sin apoyarse más en la vara…: “Los sabios sólo hablan lo que saben, Grima hijo de Galmod. Te has convertido en una serpiente sin inteligencia. Calla, pues, y guarda tu lengua bífida detrás de los dientes. No me he salvado de los horrores del fuego y de la muerte para cambiar frases retorcidas con un sirviente hasta que el rayo nos fulmine”.
Levantó la vara. Un trueno rugió a lo lejos… Hubo un relámpago como si un rayo hubiera partido en dos el techo. Luego, todo quedó en silencio. Lengua de Serpiente cayó al suelo de bruces.

El Señor de los Anillos

5. Haz que los magos resulten desagradables y que ser un mago sea peligroso.

Los seres iluminados tienen un magnetismo resplandeciente y procuran iluminar a todo el mundo. Eliminarlos de un modo u otro, elimina el problema y hace que los demás se cansen de seguir sus pasos.
Antídoto: encuentra a aquellos de quienes puedas aprender sabiduría, y estudia.

Traer iluminación al planeta ha sido una ocupación arriesgada durante milenios. Y no sólo para los maestros espirituales, también ha sido una empresa difícil para los científicos. Pero ahora, que es más difícil matar al maestro problemático sin más, se les hace parecer raros, o temibles, o espeluznantes. Y si eso no funciona, entonces se lanza sobre ellos la palabra que comienza por “C” (cabecilla del culto). Ahí fuera hay una gran cantidad de gente de quien podemos aprender y la única forma de saberlo es verlo por ti mismo. Recuerda el antídoto 3, no creas a las autoridades, confía en tu propia experiencia.
Y en cuanto a que sea peligroso, lo es, pero no tanto como solía serlo. Los tiempos han cambiado. Desgraciadamente, el recuerdo permanece en la conciencia colectiva. El mejor ejemplo no lo constituyen los miles de profesores que fueron eliminados, sino los brujos asesinados en un periodo de 500 años (se estima que fueron asesinados entre 50.000 y 100.000). es triste que todos los ejemplos de magos sean hombres, especialmente cuando, según muchos profesores, las mujeres son más duchas en el arte de la magia, de manera innata. De acuerdo con el brujo indio Don Juan, maestro de Carlos Castaneda, cuando a los hombres se les ofrece una idea mágica nueva, piensan y hablan y discuten sobre ella, mientras que las mujeres se limitan a hacerla.

¿Cómo convertimos un día ordinario en un día superextraordinario? Teniendo conocimiento para pensar sobre lo extraordinario, el día llega a ser extraordinario.
JZ Knight

6. Haz que mientan.

Una mentira es una desconexión con la realidad. Escinde a los mentirosos y los convierte en una casa dividida. También quebranta la integridad de sus sistemas de creencias, con lo cual convierte la magia que hagan en algo insignificante. Por tanto, haz que mentir sea aceptable.
Antídoto: cuando estés al borde de la mentira, pregúntate: ¿qué es lo peor que puede ocurrir si digo la verdad? ¿Merece la pena sacrificar por ello mi herencia mágica?

Hoy parece que todo el mundo miente. Los jefes mienten, los reporteros mienten, los políticos mienten, los amantes mienten, los líderes religiosos mienten. Parece que es aceptable porque nadie arma una gran bronca por ello. Pero los verdaderos magos saben las consecuencias. Uno de los votos de los monjes buditas es no mentir jamás. Se ha dicho que como Jesús jamás mintió y absolutamente nunca lo hubiera hecho, cuando decía algo, como jamás mentía, el universo tenía que obedecer. Así, cuando dijo: “Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa”, era una ley del universo. “Él se levantó, y se fue a su casa”. El doctor Ledwith añade:

Si en la vida no tuviéramos tiempo para mentir, ni para engañar, si tuviéramos la convicción absoluta del maestro espiritual, haríamos esas cosas [milagrosas] sin esfuerzo. Pero, bueno, ya sabes, eso no se consigue sentándose a escuchar una música maravillosa ni quemando incienso, ni con todas esas simplezas. Se consigue de una forma muy práctica: confrontando las mentiras y la falta de verdad y las actitudes victimistas que falsean lo que somos. Si las arrancáramos de raíz, esas otras cosas sobrevendrían inmediatamente. Pero si nunca las arrancamos de raíz y en cambio las cubrimos con una fachada de espiritualidad, entonces la ciencia y la religión se unirán cuando las ranas críen pelo y no habrá la más mínima diferencia.

“Buscad, pues, primero el reino y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura”.
Mateo 6,33

“No podrá decirse: helo aquí o allá, porque el reino de Dios está dentro de vosotros”.
Lucas 17,21

7. Y jamás mires en tu interior

Aunque es la última regla, es la piedra angular de todo lo dicho anteriormente. Si la gente nunca mira en su interior, nunca descubrirá la verdad de quién y de qué es realmente. Por tanto, convénceles de que la verdadera felicidad está ahí fuera.
Antídoto: no escuches; mira en tu interior.

El bombardeo diario de los anunciantes busca acentuar la idea de que la satisfacción se obtiene si se consigue alguna cosa del mundo exterior. Pero la pura verdad es que después de más coches y más casas, de más dinero y más fama, al final te quedas contigo mismo.
Sin embargo, es importante recordar que ni los anunciantes, ni los mentirosos, ni los medios son responsables de que alguien tenga la condición de sapo. Eso es ser una víctima. Al final, siempre es cada individuo quien decide a qué prestar atención, en qué concentrarse, a qué permitir la entrada. Es elección personal nuestra todo el tiempo. Culpar a algo de fuera es disminuir lo de dentro.
Imagínate: pasear llevando dentro de ti el Reino de Dios, el Cielo, la Ilustración, el Nirvana. Lo que quiero decir es que lo imagines literalmente.
Guarda esa imagen en la mente: ir al trabajo, al colegio o a la tienda de comestibles con todo eso en tu interior. Vayas donde vayas, lo eterno va contigo…
Si ésa no es la imagen de un mago, no sé lo que es.

Como hizo el doctor Mitchell. Aterrizó y creó el Instituto de las Ciencias Noéticas (IONS), un centro dedicado a investigar científicamente las percepciones “místicas” de la realidad, tanto las suyas como las de otras personas.
Los upanishads son textos sagrados del hinduismo relacionados con los vedas. (N. del T.)
Ken Wilber, El paradigma holográfico, Kairós, Barcelon, 1987
Henry Stapp, The Mindful Universe. Se cita en el capítulo:”El cerebro cuántico”.
En francés en el original: del momento, del día. (N. del T.)
Lo siento, Partícula Higgs. Has perdido
E-prom es un chip de memoria programable y borrable de sólo lectura. Se borra con la luz ultravioleta. (N. del T.)
Para una descripción más detallada, Conscious Acts of Creation, de William Tiller.
En el caso de la lotería, lo cierto es que todo el mundo se atribuye el mérito: “Después de lo que he pasado, me lo merecía”.
Toda transmisión / recepción funciona con arreglo a este principio: el que transmite y el que recibe están sintonizados en la misma frecuencia.
En los libros de Harry Potter, un muggle es una persona sin magia. Hogwarts es la escuela donde se aprende magia, y Dumbledore es su director.
Ejemplo: los líderes estadounidenses adujeron una serie de mentiras para manipular al país y meterlo en una guerra que mató a decenas de miles de personas. Y, por lo general, los ciudadanos se limitan a encogerse de hombros.

Extracto de:
WILLIAM ARNTZ, BETSY CHASSE Y MARK VICENTE
Coautores de la película
¡¿Y TÚ QUÉ SABES!?
con JACK FOREM Y ELLEN ERWIN
Traducción
Elisa Gómez-Acebo Príes
2006

Si alguien puede ayudarme…

Hola, no sé si lo que voy a preguntar tiene cabida en este foro, si no lo tiene perdonad mi ignorancia.
En el trabajo tengo una persona, mi superiora jerárquica, que me tiene manía porque soy la única que le hace
frente y no me escondo como las demás. La única cosa que me preocupa es que, como le gustan
los inciensos, las velas….. y tiene un cuarzo rosa grande encima del ordenador (esto me hace pensar que el tema
esotérico le va) me esté enviando energías negativas,o echando un mal de ojo.
Y mi pregunta es…. ¿cómo me puedo proteger, ya sea de sus energías negativas o del mal de ojo?
Gracias.

La gestión de la envidia

[url=http://franciscoalcaide.blogspot.com/2009/02/la-gestion-de-la-envidia.html]http://franciscoalcaide.blogspot.com/2009/…la-envidia.html[/url]

Francisco Alcaide Hernandez, 26 de Febrero de 2009

Dejo un artículo que publico hoy en el número 57 de la revista Executive Excellence titulado: «La gestión de la envidia». Lo reproduzco.

Es conocida la historia de un genio todopoderoso que se le apareció a un individuo y le dijo:
– Pídeme lo que quieras, pero ten en cuenta que de lo que me solicites le daré a tu vecino el doble.
El individuo, tras una pausa, contestó:
– Que me quede tuerto.

(…)

Apuntamos algunas ideas respecto a esta cuestión:

La envidia está incrustada en la naturaleza humana. Viene de fábrica y la experimentan todas las personas, la diferencia es que unos saben domesticarla mejor que otros; unos se dejan llevar por ella y otros son capaces de ponerla riendas para que no se desboque. Quien dice que nunca siente (o ha sentido) envidia, miente. Esquilo aseguraba: «Pocos hombres tienen la fuerza de carácter suficiente para alegrarse del éxito de un amigo sin sentir cierta envidia». Celebrar los éxitos de los demás sólo es propio de personalidades muy maduras y equilibradas. Es conocida la historia de dos amigos que se encuentran y le dice uno al otro: «¡Hombre Juan! ¡Qué alegría verte! Creía que estabas muerto porque todo el mundo habla bien de ti».

La envidia surge porque nos comparamos. No nos gusta tener o ser más, sino tener o ser más que los demás. Nada es mucho ni poco sino en relación a algo. Por ello, cualquier referencia es insuficiente si al otro le van mejor las cosas (y siempre hay alguien a quien le va mejor). El gran error, por tanto, es mirar demasiado hacia «fuera» y poco hacia «dentro». Disfrute con lo que hace, evite mirar a los lados y no sentirá envidia. El viejo Morrie Schwartz, en la obra «Martes con mi viejo profesor» (Maeva, 1996) de Mitch Albom, lo expresa magistralmente: «Haz las cosas que te salen del corazón. Cuando las hagas no estarás insatisfecho, no tendrás envidia y no desearás cosas de otra persona. Por lo contrario, lo que recibirás a cambio te abrumará».

Quien destaca levanta envidias, es inevitable. «Ladran, luego cabalgamos», le decía Don Quijote a su escudero Sancho Panza. Si Vd. vuela alto siempre habrá alguien que le intente cortar las alas. No se preocupe, las críticas malintencionadas son el mejor síntoma de que uno está por el buen camino y avanza con paso firme. Al que no alcanza metas no se le dedica ni un minuto de atención.

El mayor alimento de la envidia es la mediocridad. La envidia no es más que el recurso de los menos capaces; individuos que ante la imposibilidad de alcanzar los objetivos que les gustarían, intentan que otros tampoco se alcen con ellos porque eso supondría dejar al descubierto sus carencias. Para ello no tienen reparos en maldecir las ilusiones y las conquistas de terceros con la finalidad de que desistan y así poder saciar sus propias insatisfacciones personales.

La envidia no sólo hace acto de presencia por «acción» sino también por «omisión».
Hay comportamientos que requieren ser alabados y aplaudidos, y no hacerlo, es igualmente una demostración de envidia. Pablo Picasso aseveraba: «Quien se guarda un elogio se queda con algo ajeno». Cuando alguien se alce con algún mérito y el resto permanezca en silencio, probablemente la envidia está presente. Con gran acierto Khalil Gibran aseguraba: «El silencio del envidioso está lleno de ruidos».

Lo de «envidia sana» es un cuento. De sana, nada. Esta expresión es el mecanismo de defensa que utilizamos los humanos para esconder nuestros auténticos sentimientos, ya que como decía Plutarco, «entre los desórdenes del alma, la envidia es el único inconfesable». Por eso, el ser humano busca excusas para no quedar en evidencia y al nombre de la «envidia» se le añade el apellido de «sana».

Lo más triste de la envidia es que habitualmente se manifiesta entre los más cercanos.
Esto es, en el círculo de amigos, en el ámbito familiar o entre los compañeros de trabajo. La razón es sencilla: con quien uno tiene a mano existen más posibilidades de comparar. Es una triste paradoja pero cierta: donde teóricamente debería existir más unión y satisfacción por los logros del prójimo, es donde la envidia se manifiesta con mayor crudeza.

La envidia casi nunca se exhibe a cara descubierta. Es más sutil y suele servirse de segundas para disimularla. Jacinto Benavente lo explicaba espléndidamente: «Es tan fea la envidia que siempre anda por el mundo disfrazada». En ocasiones será una carcajada irónica y en otras una sonrisita cargada de doble sentido.

El envidioso es profundamente desdichado. Miguel de Unamuno escribía: «La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual». Una persona dominada por este sentimiento negativo se consume. Vive en un estado de amargura y desazón permanente. No disfruta de la vida. En muchas ocasiones se ha dicho que «la felicidad no consiste en tener muchas cosas sino en disfrutar mucho de lo que se tiene». Así es y así lo afirmaba William Shakespeare: «Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y gozamos poco de lo mucho que tenemos».

La envidia siempre tiene coartada. El arma arrojadiza del envidioso es la crítica, y como todo es susceptible de ser criticado, ello supone un gran alivio para los envidiosos que tienen dónde agarrarse y poder salirse con la suya. Si le va bien en el mundo de los negocios, le dirán que desatiende a su familia; si cumple con sus obligaciones familiares, le reprobarán su falta de ambición… Y así con todo.

La suerte es otro de los recursos de los que a menudo hace uso el envidioso. Si Vd. tiene suerte y él no, ya tiene la ecuación hecha y la conciencia tranquila. Su falta de acierto se debe a factores ajenos a su persona y queda exonerado de toda responsabilidad. Con agudeza Víctor Hugo llamaba «mezquina» a la suerte porque según el escritor «su falso parecido con el verdadero mérito engaña a los hombres».

No se deprima cuando alguien le critique, es lo normal. La experiencia demuestra que 9 de cada 10 críticas están basadas en la envidia o las ganas de hacer daño. Tan sólo 1 de cada 10 busca la mejora y el crecimiento del interlocutor. Por tanto, si «escuchar» es una gran virtud, saber cuando «no escuchar» también lo es.

Huya de los pesimistas que suelen ser «grandes envidiosos».
Si hay un rasgo que define a los pesimistas es su carácter excesivamente conservador. El miedo les lleva a mantenerse amarrados en puerto seguro, con lo que sus éxitos no suelen pasar del aprobado raspado. Por eso, les moleta que otros logren metas (ello dejaría al desnudo sus límites) y suelen verse dominados por la envidia.

Una de las mejores formas de evitar envidias gratuitas es no armar mucho ruido.
Actuar con discreción es una recomendación válida. De este modo, quienes estén tentados para atacar, no tendrán razones para hacerlo. Es complicado, porque en un mundo en el que tener visibilidad es imprescindible –lo que no se conoce, no existe–, resulta arduo torear la situación.

Lo que más le fastidia al envidioso es que le ignoren.
Porque entonces no tiene argumentos con los que atacar a su presa. Dar la razón al envidioso le desconcierta enormemente y le deja en fuera de juego al no poder seguir echando leña al fuego. Un proverbio árabe afirma: «Castiga a los que te envidian haciéndoles el bien». Hace poco cayó en mis manos una entrevista al director de cine David Trueba. Buena parte de la charla transcurría en torno a este tema. Resumo algunas preguntas:

– ¿Se siente envidiado?
– Bueno, despierto envidias en general. Y, sin querer, las convierto en eternas.
– ¿Por qué?
– Porque cuando alguien me machaca no le envío los tanques.
– Eso fastidia más todavía…
– Es lo que más les duele: que los ignores (…). Cuando envidias, odias y haces daño, lo que quieres es que tu víctima te corresponda. Si encima te ignora, ¡te quieres morir!
– Como con gran maestría aseguraba Kipling: «No busques más odio que el que te tengan».
– Mi madre me decía «Tienes muchas razones para ser envidiado, así que no les des más” (…). Cuando perdí todos los Goya, un viejo director amigo mío me dijo: «No sabes la de amigos que has ganado hoy».
– ¿Nunca ha envidiado al prójimo?
– ¡Pues claro! Todos viajamos con una máquina de odiar a cuestas que recicla todo lo que nos pasa.

En resumen, evite a toda costa ser preso de la envidia, un sentimiento que es tremendamente dañino no sólo para su bienestar mental sino también físico. Desde hace poco se sabe gracias a investigaciones llevadas a cabo en Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas en Inage–Ku (Japón), que la envidia activa las mismas zonas del cerebro que el dolor físico. Quizás no sea casualidad la expresión «me muero de envidia».

Un consejo de despedida: haga lo que le gusta, no tenga excesivo apego al reconocimiento de los demás, disfrute de lo que tiene más que fijarse en lo que le falta, no mire demasiado a los lados (el sol sale para todos y en todos los lados cuecen habas), y se sentirá mejor consigo mismo y más libre.

defensa psiquica y física

El asunto es que una vecina trabaja dando apoyo comunitario en Guerrero, cruza una zona militarizada, ya tuvo un susto porque los y las detuvieron en un reten y les amenazaron de que no estuvieran ayudando a la guerrilla, ni drogas, ni nada, les apuntaron con las metralletas, ya se imaginaran. Y como la impunidad del ejercito cuenta con muchos ejemplos, ella quiere prevenirse. Le gusta el trabajo comunitario.

COmo platicamos de temas “esotericos” ella y yo, luego de ese incidente, me pregunto ¿como podría protegerse ella para que no suceda nada en sus viajes?, me siento un poco comprometido a darle una mejor respuesta.
Ademas de la defensa psiquica del foro, para el caso en específico, habrá algo respecto a la amenaza fisica?. o Será que tenga que cambiarse de trabajo?.

Un saludo, gracias de antemano.

El Miedo

[url=http://es.wikipedia.org/wiki/Miedo]http://es.wikipedia.org/wiki/Miedo[/url]

El miedo es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente o futuro. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano. El presente artículo trata fundamentalmente del miedo en humanos.

Enfoques sobre el miedo

Desde el punto de vista biológico, el miedo es un esquema adaptativo, y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa, surgido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es normal y beneficioso para el individuo y para su especie.

Desde el punto de vista neurológico es una forma común de organización del cerebro primario de los seres vivos, y esencialmente consiste en la activación de la amígdala, situada en el lóbulo temporal.

Desde el punto de vista psicológico, es un estado afectivo, emocional, necesario para la correcta adaptación del organismo al medio, que provoca angustia en la persona.

Desde el punto de vista social y cultural, el miedo puede formar parte del carácter de la persona o de la organización social. Se puede por tanto aprender a temer objetos o contextos, y también se puede aprender a no temerlos, se relaciona de manera compleja con otros sentimientos (miedo al miedo, miedo al amor, miedo a la muerte, miedo al ridíclulo) y guarda estrecha relación con los distintos elementos de la cultura.

Fisiología, psicología y bioquímica del miedo

El mecanismo que desata el miedo se encuentra, tanto en personas como en animales, en el cerebro, concretamente en el sistema límbico,[1] que es el encargado de regular las emociones, la lucha, la huida y la evitación del dolor, y en general de todas las funciones de conservación del individuo y de la especie. Este sistema revisa de manera constante (incluso durante el sueño) toda la información que se recibe a través de los sentidos, y lo hace mediante la estructura llamada amígdala, que controla las emociones básicas, como el miedo o el afecto, y se encarga de localizar la fuente del peligro. Cuando la amígdala se activa se desencadena la sensación de miedo y ansiedad, y su respuesta puede ser la huida, la pelea o la rendición. Es interesante señalar que el miedo al daño físico provoca la misma reacción que el temor a un dolor psíquico.

La extirpación de la amígdala parece eliminar el miedo en animales, pero tal cosa no sucede en humanos (que a lo sumo, cambian su personalidad y se hacen más calmados), en los que el mecanismo del miedo y la agresividad es más complejo e interactúa con la corteza cerebral y otras partes del sistema límbico.

El miedo produce cambios fisiológicos inmediatos: se incrementa el metabolismo celular, aumenta la presión arterial, la glucosa en sangre y la actividad cerebral, así como la coagulación sanguínea. El sistema inmunológico se detiene (al igual que toda función no esencial), la sangre fluye a los músculos mayores (especialmente a las extremidades inferiores, en preparación para la huida) y el corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células (especialmente adrenalina). También se producen importantes modificaciones faciales: agrandamiento de los ojos para mejorar la visión, dilatación de las pupilas para facilitar la admisión de luz, la frente se arruga y los labios se estiran horizontalmente.

Como el sistema límbico fija su atención en el objeto amenazante, los lóbulos frontales (encargados de cambiar la atención consciente de una cosa a otra) se desactivan parcialmente. Durante un ataque de pánico[2] la atención consciente queda fijada en el peligro, y si los síntomas fisiológicos como el ritmo cardíaco o la presión sanguínea son interpretados por el sujeto como una confirmación de la realidad de la amenaza se produce una retroalimentación del miedo, que impide una ponderación del auténtico riesgo. Esto sucede, especialmente, en el caso de las fobias: la atención del fóbico es incapaz de prestar atención a otra cosa y magnifica el peligro ante la incomprensión de los presentes.

La consolidación en la memoria de un episodio de miedo intenso (o de un trauma) no es inmediata. Según los investigadores Min Zhuo, Bao Ming Li y Bong Kiun Kaang[3] la activación de los receptores NMDA (que son las moléculas que reciben las señales bioquímicas que provocan un efecto fisiológico concreto) provocan que en esos receptores se produzca una huella en las células cerebrales. En concreto, sería la subunidad molecular llamada NR2B la que serviría de marca de memoria. En experimentos realizados con ratones, el bloqueo de la NR2B en la corteza prefrontal produjo la desaparición de la reacción a un miedo previamente experimentado.

(…)

Notas :

? [url=http://www.viam.com.mx/art-fisiologia%20miedo.htm]http://www.viam.com.mx/art-fisiologia%20miedo.htm[/url] Estudio sobre la fisiología del miedo.
? [url=http://www.viam.com.mx/art-ataque%20panico.htm]http://www.viam.com.mx/art-ataque%20panico.htm[/url] Dinámica de un ataque de pánico.
? [url=http://www.solociencia.com/medicina/05102410.htm]http://www.solociencia.com/medicina/05102410.htm[/url] Origen bioquímico del miedo.