Segundo Arcano

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El sabio verdadero

EL SABIO VERDADERO (O SABIA):

Prefiere oír…

?Dice, vamos a ver si se puede/ imparte gradualmente y en forma responsable el conocimiento, deslindando el conocimiento público del conocimiento secreto.
?Demuestra con hechos y no atribuye a sí mismo los aciertos.
?Habla pausado y sólo lo necesario. Tiene silencio interno y dominio de sí mismo.
?Simplemente vive, presta servicios y el poder lo pone al servicio de la comunidad.
?Es cooperativo, solidario y media acertadamente para buscar la unidad del grupo. Respeta la dignidad de sus colaboradores. No humilla, critica constructivamente dando la oportunidad de rectificar.
?Maneja en forma precisa la metodología indígena del consenso. Hace las críticas en forma indirecta, sin dejar de tomar decisiones duras en el momento preciso.
Sus adversarios internos y externos saben a que atenerse, porque no pone en juego el destino del equipo y de su pueblo.

?Busca el consenso mediante la consulta inteligente, informa lo que debe informar y resguarda para el momento oportuno las informaciones de riesgo.
?Coordina el trabajo en equipo y contribuye a ubicar a cada quien según sus capacidades como una forma de ser justo, equitativo y equilibrado.
Propicia el autogobierno, comenzando por el gobierno de sí mismo. Asume el liderazgo compartido y propicia que cada quien cumpla sus tareas correctamente, sin nadie mandarlo.

?Se convierte en su principal crítico. La autocrítica es la mejor garantía de crecimiento
?Sabe detectar rápidamente a los enemigos fundamentales, practicando la rectitud en la conformación de alianzas. Sabe distinguir la amistad del “amiguismo” cómplice.
?Permanece siendo él mismo. Sabe que el poder es transitorio. Pero además entiende bien aquella enseñanza que dice: en el destierro conocerás a tus amigos y en el poder a los adulantes. Su verdadera sabiduría consistirá en poder conocer a sus verdaderos amigos en la victoria y en las derrotas. No práctica la demagogia: prefiere decir no se puede.
Sabe elegir y conservar su equipo.

?Práctica la igualdad social y está atento a sus propios resentimientos. Pasa humanamente del estadio del resentido al cultivo de la bondad humana. Por eso no se pasa automáticamente al enemigo cuando sele separa del cargo. Sigue apoyando la causa justa de forma crítica constructiva. Sabe que es lo que quiere y que causa defiende.
?Sabe valerse de los fracasos para propiciar la investigación, la meditación, reflexión-acción. Convierte el pasado en instrumento actualizado para afrontar el futuro. No ve enemigos en todas partes. En cambio, encuentra amigos y aliados en todas partes.
?Su preocupación fundamental es por su pueblo y por su destino en el mañana. Preserva a su pueblo de los falsos profetas y toma las precauciones debidas para orientar a las nuevas generaciones.
?Sabe que con hombres y mujeres sumisas no puede edificar nada grande, nada trascendente. Por eso respeta la personalidad de cada quien, si desatender el mandato del colectivo.
?Ignora a los chismosos y adulantes y da preferencia inteligentemente a todos aquellos que trabajan en silencio.
Rechaza la adulancia y no se deja halagar la vanidad.

?Sabe que su poder depende de su capacidad para estimular la cooperación sana y transparente del equipo.
?Hace todos los servicios en forma gratuita y la comunidad le retribuye con seguridad social.
?No siente inseguridadpor no haber tenido educación escolar y tiene claridad en que su espiritualidad y sabiduría no se adquiere en la escuela y la universidad, orienta a los universitarios de su comunidad para que no se separen de la educación propia y de su pueblo. Los fustiga positivamente cuando es necesario.
?Propicia la formación, educación y capacitaciónen forma integral y en todos los órdenes y a ser responsables en el ejercicio del poder. Asume los riesgosde ser marginado por su propia gente y por el poder establecido para ejercer con rectitud su liderazgo.
?Sabe que el tiempo para la formación es el mismo tiempo para la vida. Usa la paciencia, la astucia y la comprensión para no dejarse aislar. Encarna lo que dice en lo que hace: investiga haciendo, hace investigando.
?Investiga y propicia la investigación de su pueblo con su propia gente y se alía con verdaderos investigadores-militantes para tener una doble visión de su pueblo: la de adentro y la de afuera. Utiliza la investigación de afuera para verse en su propio espejo.
Se preocupa prioritariamente por la continuidad de la sabiduría, guarda adecuadamente los secretos y divulga lo que es necesario. Deja otros iniciados detrás él. Su muerte no es la muerte de la sabiduría.

?Sabe que la oración, el ayuno y las pruebas de la iniciación representan el temple y desafío para alcanzar el conocimiento y que este conocimiento se adquiere sin interrupción y de forma progresiva, presentándole a todos la oportunidad y formando a los que tengan vocación para ello.
Pasar todas las pruebas tiene que ver con el desarrollo de la humildad, generosidad, compromiso de por vida y por la vida: condiciones indispensables para ejercer rectamente el conocimiento.

El ayuno es practicado también por algunos intelectuales, artistas y religiosos para convocar su despertar interno y darle fuerza a la creatividad artística o intelectual o ya, para propiciar estados místicos. Otros intelectuales y artistas han llegado a practicar el lavado intestinal como medio de purificación para despertar la creatividad.

Sabe que además de oración y ayuno debe practicar de por vida, el shamán y el cacique una alimentación racional (pocos alimentos, pero de calidad) y una alimentación sana, atendiendo a una lista de alimentos permitidos para su desarrollo y de otros prohibidos. Mantener el cuerpo liviano para mantener agilidad y silencio interno.

El uso de algunos alucinógenos está contextualizado en cada cultura indígena y se usa como auxiliares –como el ayuno para adentrarse en estados místicos que permitan unir lo visible y lo invisible.

?Sabe que hay una realidad más profunda y sensible que aquella que captan sus ojos, su vista, sus oídos y sus manos o de los sabores que palpa su gusto. Hay un conocimiento extrasensorial, más allá de los cinco sentidos: un conocimiento sagrado y que se expresa por la legua sagrada.
?Sabe que en algunos pueblos indígenas la mujer tiene acceso a la iniciación como piache o como cacica. Y que en toda sociedad indígena la filosofía descansa en la unidad de los opuestos complementarios: hombre y mujer. Tanto en las sociedadesmatrilineales como en las sociedades patrilineales. En la recta sabiduría se sabe que la mujer como madre, esposa, hija, hermana, es el símbolo humano de la Madre Tierra y fruto de su fecundidad, inscrita en un cosmos de sol, agua, aire, tierra y éter.
Esto no significa que no existan de antemano algunas manifestaciones de machismo en esas sociedades y que el mismo sea reforzado por la penetración cultural. Debe buscarse la superación del machismo tomando como punto de partida la cultura materna, imprimiendo los correctivos necesarios.

?Sabe hacer alianzas por la causa común con los sabios de los otros pueblos indígenas y tiene claro que la supervivencia depende de la unidad indígena.
?Sabe ganarse a los criollos descendientes de indígenas, pero no se presta a los criollos y extranjeros explotadores de su propio pueblo. Permanentemente refina y perfecciona su política de alianzas. Olfatea a los aliados naturales: nuca los aparta. Sean indios descendientes de indios o de cualquier lugar.
?Combate acertadamente todos estos vicios y trata de encarnar la rectitud e su propia vida. Genera políticasconcretas para combatir los vicios y debilidades orientando en forma acertada y con el trabajo en equipo: no trabaja solo. Construye equipos donde puede. Sabe que el llanero solitario es un falso héroe que convierte a Toro en un tonto, en un cero a la izquierda.

?Sabe que no es sabio y que la verdadera sabiduría está en manos de la Madre Naturaleza, del Gran Espíritu o como se llame en cada cultura o pueblo. Y si está evangelizado, sabe de antemano que el mismo Jesús dijo: Sólo uno es perfecto y está en los cielos.
El mismo Gandhi en la India se molestaba cuando le decían Mahatma, alma grande.

“Dentro de más sabio se crea, más cerca de la ignorancia está “, decía un piache piaroa del Amazonas.

El pueblo dice: no hay peor demonio que el que se cree santo.

Y el libertador decía que todo talento ejercido sin rectitud es un azote. Tal vez por ello resulte difícil cualquier definición de sabio o sabiduría, humildad, santidad.

Y volvemos por otras vías, al tanto sé, que no sé nada de Sócrates.

El falso sabio

EL FALSO SABIO (O SABIA): (autor desconocido)

• Dice que sabe / habla mucho y dice más de lo que sabe, sin medir las consecuencias del conocimiento que trasmite.

• Demuestra todo con palabras y atribuye a su sabiduría cualquier acierto.

• No tiene silencio interno, ni dominio de sí mismo.

• Busca poder para ponerlo al servicio de sí mismo. Se vuelve utilitario. Exprime al militante a su servicio y no ve sus necesidades.

• Es competitivo y enfrenta al grupo, unos contra otros, convirtiendo a sus partidarios en súbditos serviles, súbditos agradecidos.

• No maneja la metodología indígena del consenso y hace las críticas en forma directa e hiriente. Es temeroso para tomar decisiones duras y contundentes en el momento preciso. Se vuelve temeroso y acomodaticio a la voluntad de sus adversarios internos y termina convertido en un juguete de ellos.

• Toma decisiones unilateralmente y no informa a nadie de sus actividades y decisiones transcendentes, pero espera que todo el mundo le consulte todo y le informe de todo lo que hace.

• Quiere jefear siempre y se afirma con el trabajo de los demás.Halaga al alumno, lo deforma y lo utiliza en forma burda.

• Se erige como “jefe único” es posesivo, engreído. Nunca comete errores y tiene en sus manos la verdad absoluta.

• Ve sólo las imperfecciones de los demás, atrapado en su propia envidia • Busca alianza con los enemigos fundamentales de su causa y aísla a los aliados fundamentales. Se siente más cerca de los enemigos de su pueblo que de alguien de los suyos al no saber procesar las diferencias

• Cuando asume su cargo, cambia instantáneamente y comienza a ver al equipo y a sus amigos por encima del hombro. Se vuelve cínico, arrogante, prepotente y sobre todo, mentiroso en el poder. La demagogia será su recurso favorito.No sabe por tanto elegir a su equipo de trabajo y si lo elige bien, pronto lo pervierte. Su poder es externo a las comunidades: le es dado de arriba, de los cogollos políticos.

• Practica la magia “negra” para deshacerse de sus enemigos y convierte a sus críticos constructivos en sus peores enemigosAvala todos los proyectos desarrollistas contra las comunidades y pueblos y todo lo que propicia la muerte

• Los fracasos lo envuelven y lo aturden. Pierde la fe en los demás y en el futuro. No aprende del pasado y termina viendo enemigos en todas partes.

• Se preocupa más por “quien seré mañana”, dejando de lado el futuro de su pueblo. Vende a su pueblo y sus tierras si es necesario para alcanzar prestigio y poder. No piensa en el futuro de sus hijos y nietos.Si puede vende también a su madre, a su mujer y sus hijos.

• Convierte a los adulantes en el modelo, trasformándolos en obedientes monaguillos de su propia “iglesia.”

• Le gusta el chisme y eleva a los chismosos y adulantes a los altares del poder.Se deja halagar la vanidad con su ejército de aduladores, convierte a los aduladores en sus mejores aliados. Y en sus más cercanos consejeros.• Sabe que su poder depende del poder de los aduladores estimulado la competencia.

• Cobra por los servicios prestados (sanación, servicios políticos y sociales, etc.)• Se autodesprecia por no saber leer y escribir o desprecia a los que no saben leer y escribir y no han ido a la escuela, el liceo o la universidad. Cree que saben más que los que no ha tenido formación escolar.• Ridiculiza y combate, abiertamente o en forma encubierta la formación y educación de la juventud indígena. Los desalienta cada vez que puede y los incita a buscar poder sin preparación.Dice que no hay tiempo para la formación, que hay otras cosas prioritarias. Predica un conocimiento que no se encanna en la vida y en la comunidad.Se pone al servicio de los investigadores foráneos que no retribuyen los conocimientos a la comunidad. Vende si es necesario, los secretos de la sabiduría. Es un Biozulua más, que trasfiere a otros el escondite de la sabiduría.Favorece la expropiación de la sabiduría. No le preocupa la continuidad de la sabiduría. No le preocupa la continuidad de la sabiduría y declara que eso no es prioritario.No hay iniciados detrás de (él.o con ella). “sabiduría” termina con él.• No hace oración y ayuno, ni pasa las pruebas requeridas para la iniciación como codición para ser piache o cacique.Si pasa las pruebas iniciales, cree que eso es suficiente y es lo único necesario para ejercer la recta sabiduría:Ni sigue viendo la oración y el ayuno como parte de la purificación para toda la vida.Cree que el comportamiento recto no es para toda la vida, sino para el momento de iniciarse.Es incapaz de entender que el ayuno no debilita sino que llena de energía y el comer en exceso envejece prematuramente y roba energía.No cuida la alimentación diaria, racional y de calidad. Tampoco vela por la correcta alimentación de su pueblo. Engorda como un cerdo.Convierte el uso de alucinógenos en un vicio degradante y termina uniéndose a los magnates del narcotráfico.

Se queda en lo que ven los cinco sentidos y eso le basta: oído, olfato, vista y tacto.

• No siente respeto por la mujer indígena, ni por su papel en la sociedadLa mujer es una cosa, un objeto más, una mercancía.Si el falso sabio es una mujer, puede reproducir un machismo al revés como ha ocurrido en la primera fase de la lucha por los derechos de la mujer en la cultura occidental, plantea al margen de sus formas de familia y de organización social.

• No se preocupa por enriquecer la espiritualidad y la sabiduría con otros pueblos indígenas.• No le importa el destino de los demás pueblos indígenas. Ni siquiera le interesa su propio pueblo.• Se presta con algunos antropólogos europeos y norteamericanos para dividir a la población venezolana entre indios y los supuestos “no-indios”, dejando bloqueada la identidad indígena de los criollos descendientes de indígena. Sin embargo, se alía con criollos y extranjeros explotadores de su propio pueblo. • Propicia los vicios en su comunidad y en su pueblo; el alcoholismo, la prostitución, la mendicidad en la calle y la mendicidad política en los despachos burocráticos, hasta llegar a la mendicidad espiritual. Trabaja solo como el, llanero solitario

• En definitiva se cree un sabio.

El paradigma que viene (Ken Wilber)

El paradigma que viene (Ken Wilber)
¿Dónde están los descubrimientos, no solo científicos sino también sociales, que dentro de quizá doscientos años cambie por completo nuestra forma de ver la vida?

De todos es sabido que la forma de ver el mundo ha ido cambiando a lo largo de la historia, y si bien en el mundo antiguo podían convivir v …arias culturas sin apenas comunicarse entre sí, hoy, gracias a las comunicaciones y el proceso de globalización, se tiende a unificar la visión que se tiene del mundo en que vivimos, se tiende a seguir una línea homogéneo de respuestas ante las preguntas que todos nos hacemos. Y el encargado de responderla suele ser la ciencia, verdadero caballo ganador de los tiempos que vivimos. Algo es verdad solo si la ciencia lo dice, y esto viene sucediendo desde varios siglos atrás.

Todo ese conjunto de respuestas científicas han ido conformando nuestra visión del mundo, nuestro paradigma, el que hoy manejamos con total convencimiento y sin casi dudarlo. El problema reside en que lo que hoy se piensa casi de manera global, en su día sustituyó a otra forma de pensar, cierto que más religiosa y por ello menos creíble desde el punto de vista científico: que si la tierra era plana, que si Dios creó al hombre, que si vamos al cielo o al infierno, etc. Pero es que todo eso empezó a suceder hace más de trescientos años, cuando algunos hombres “ilustres” empezaron a hablar sobre la ley de la gravedad, el origen de las especies, la democracia en la política, la clasificación cartesiana, las leyes mecánicas de causa y efecto, etc. Y no eran tomados muy en serio, sin embargo, a la vuelta de trescientos años, todos esos descubrimientos forman ya parte de nuestra vida cotidiana en prácticamente todo el globo terráqueo.

Por todo ello resulta interesante preguntarnos dónde están los descubrimientos, no solo científicos sino también sociales, que dentro de quizá doscientos años cambie por completo nuestra forma de ver la vida. ¿Qué dicen los hombres ilustres de hoy? En realidad hoy existen tantas teorías en tantos campos diferentes de estudio que sería difícil apostar por una u otra. Sin embargo, atendiendo a la creciente aceptación que está teniendo, sí podemos atrevernos a mostrar algunas de estas nuevas ideas, que en realidad no son tan nuevas, lo son en el sentido de su aplicación real en la sociedad, en el sentido de que es ahora cuando, poco a poco, más y más gente empieza a cambiar su manera de relacionarse en la vida, con lo cual son los pioneros, los primeros brotes de un paradigma que viene, o al menos eso parece.

Ken Wilber habla en su libro, “Una teoría de todo”, de cómo las diferentes formas de consciencia han ido marcando nuestro crecimiento como seres humanos (y con ello nuestra forma de ver las cosas), llega incluso a hacer ocho clasificaciones, atreviéndose a imaginar cómo será la futura humanidad a medida que amplíe esa conciencia. Él divide esta historia de la consciencia, o “Dinámica de la Espiral” (en referencia al movimiento que sigue el desarrollo humano) en seis primeras clasificaciones que llama “niveles de subsistencia” o “pensamiento de primer grado”:

1- Arcaico-instintivo. Nivel de supervivencia básica donde lo primero es el alimento, el agua, el calor, el sexo, la seguridad. Y donde se depende mucho de los hábitos e instintos. Es propia de las primeras sociedades humanas, pero también del recién nacido, los ancianos, vagabundos y masas hambrientas. Lo forman un 0,1% (con un 0% del poder social) de la población y su color sería el beige.

2- Mágico-animístico. Se refiere a los pueblos que ven la tierra poblado de espíritus mágicos, las religiones animistas, el culto al espíritu de los ancestros. Se halla presente en el vudú, los juramentos de sangre, el rencor, los rituales familiares, las creencias y las supersticiones. Está muy implantado en las bandas callejeras y los equipos deportivos. Lo forman un 10% de la población (con un 1% del poder) y su color sería el púrpura.

3- Dioses de poder. Emerge en algunos individuos un yo separado del grupo, alguien poderoso e impulsivo que se convierte en héroe, o líder. Muy propio de las épocas feudales donde el señor protege a sus subordinados en un mundo lleno de peligros. Se halla en el rebelde sin causa, los héroes épicos, los mercenarios o en un personaje histórico como Atila. Lo forman un 20% de la población (con un 5% del poder) y su color sería el rojo.

4- Orden mítico. En este paradigma o nivel existe una fuerte creencia en leyes impuestas y todopoderosas. Creándose un código de conducta con principios absolutistas que fijan lo que está “bien” y lo que está “mal”, siendo duramente castigado quien lo infringe. Puede asumir un aspecto religioso o de misión seglar histórica. Se halla presente en la América puritana, la época victoriana, los códigos de honor de la caballería, en todo tipo de fundamentalismo, las buenas obras e incluso en el patriotismo. Lo forman un 40% de la población (con un 30% del poder social) y su color sería el azul.

5- Logro científico. Aquí el yo del individuo escapa de la mentalidad de grupo y busca la verdad por sí mismo. Tiene las características del científico en cuanto a la experimentación y el uso de la razón para conocer las leyes naturales, y orienta todo eso hacia objetivos que suelen ser materiales. Según Ken Wilber “las leyes de la ciencia gobiernan la política, la economía y los asuntos humanos”. Lo podemos ver en la Ilustración, la bolsa, la clase media, la industria de la moda, la búsqueda del triunfo, el materialismo y el liberalismo. Lo forman un 30% de la población (con un 50% del poder social) y su color sería el naranja.

6- El yo sensible. En esta forma de ver la vida ya se da un salto muy importante en el camino que lleva a grados de conciencia más amplios. El individuo ahora valora mucho las relaciones entre los seres humanos, hay una gran sensibilidad ecológica. Se camina hacia la liberación de la codicia, de los dogmas y de la división, reemplazando la fría razón por el respeto y la atención a los demás. Es contrario a las jerarquías y gusta del diálogo y el consenso, interesándose por lo espiritual, la armonía y el crecimiento del ser humano. Lo podemos ver en Greenpeace, la defensa de los derechos de los animales, los movimientos antirracistas, la defensa de los derechos humanos, etc. Lo forman un 10% de la población (con un 15% del poder social) y su color sería el verde.

Podríamos quedarnos en este nivel verde y defenderlo como el paradigma que viene, pero en realidad estas ideas ya están entre nosotros, muchas provienen de la Ilustración. Para hablar de una nueva forma de pensar capaz de salvar las diferencias entre todos estos aspectos del ser humano, hay que ir un poco más allá, pues el problema hoy en día es que no se entienden entre ellos, se ignoran y cada visón del mundo cree que la suya es la auténtica, la única y la adecuada, cuando en realidad todas tienen algo que aportar y sirven según las circunstancias que nos depara la vida. Los investigadores Graves, Beck y Cowan llaman, a este verdadero paradigma aún por llegar, la conciencia integral de segundo grado, que se expresaría por medio de estas dos oleadas:

7- Integrador. La vida se observa como un caleidoscopio de jerarquías organizado en holones (término acuñado por A. Koestler), es decir, partes que son a la vez una totalidad. Dicho de otra manera, un holón es una totalidad que forma parte de otra totalidad (holoarquías), por ejemplo: la totalidad átomo forma parte de la totalidad molécula, la totalidad molécula forma parte de la totalidad célula, la totalidad célula forma parte de la totalidad organismo, etc. Es decir, se ve la realidad como algo no compuesto ni de totalidades ni de partes, sino de totalidades-partes u holones. Esto no gusta al nivel verde (el yo sensible) que odia todo tipo de imposiciones, pero se trata de una jerarquía de conocimiento e idoneidad (y no de dominio) que surge de manera flexible y espontánea provocando un orden natural, esto complementa el igualitarismo. Lo forman un 1% de la población (con un 5% del poder social) y su color sería el amarillo.

8- Holístico. Es la visión de la unidad, del sistema holístico universal, donde se integran el sentimiento y el conocimiento de manera consciente. Ya no se habla de reglas externa (nivel azul) ni de lazos grupales (nivel verde), se toma conciencia de un orden universal y vivo que hace posible una “gran unificación”. Este pensamiento se sirve de todos los niveles pues percibe todas sus interacciones. Su color sería el turquesa.

Recordemos que los niveles (maneras de interpretar la vida), según esta teoría, no se anulan unos a otros, sino que se trascienden y a la vez se incluyen, por lo tanto deben ser respetados, pues pueden verse reactivados según las circunstancias de la vida. Por ejemplo, un peligro estimula el impulso rojo (heroico) de poder; una situación caótica activa el nivel azul del orden; una relación de amistad incentiva el nivel verde de lo íntimo. La diferencia es que ahora, en esta conciencia integral de segundo grado, se vislumbran como partes de un todo, pero se los respeta como totalidades. Es la visión holística del mundo. Apenas representan una mínima parte de la población y del poder social, por eso podríamos decir que son el verdadero paradigma que está aún por venir, la auténtica “vanguardia” de la evolución humana.

Filosofía Perenne

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Filosofía Perenne
Dondequiera que la hallamos presenta siempre los mismos rasgos fundamentales: es un acuerdo universal en lo esencial
Pensamiento – 27/05/2009 8:22 – Autor: Ken Wilber – Fuente: Yogakai

…Ken Wilber

La Filosofía Perenne es esa visión del mundo que comparten la mayor parte de los principales maestros espirituales, filósofos, pensadores e incluso científicos del mundo entero. Se la denomina “perenne” o “universal” porque aparece implícitamente en todas las culturas del planeta y en todas las épocas. Los mismo lo encontramos en India, México, China, Japón y Mesopotamia, que en Egipto, el Tíbet, Alemania o Grecia. Y dondequiera que la hallamos presenta siempre los mismos rasgos fundamentales: es un acuerdo universal en lo esencial.

Para nosotros, los hombres contemporáneos, que somos prácticamente incapaces de ponernos de acuerdo en nada, esto es algo que se nos hace difícil de creer. Como lo resumió Alan Watts: “Apenas somos conscientes de la extraordinaria singularidad de nuestra propia postura, de modo que nos resulta muy difícil de admitir el hecho evidente de que haya existido un consenso filosófico único, de amplitud universal, que ha sido sostenido por muchos (hombres y mujeres) que han compartido las mismas experiencias y han transmitido esencialmente la mismas enseñanzas, hoy o hace seis mil años, y desde Nuevo México en el Lejano Oeste hasta Japón en el Lejano Oriente.

Esto es realmente muy notable. Creo que estas verdades de naturaleza universal constituyen fundamentalmente el legado de la experiencia universal del conjunto de la humanidad, que en todo tiempo y lugar ha llegado a un acuerdo sobre ciertas profundas verdades referidas a la condición humana y sobre cómo acceder a lo Trascendente Esta es una forma de describir lo que es la Philosophia perennis.

TKW: Dices que la filosofía perenne es esencialmente la misma en culturas muy diversas. Pero modernamente se afirma que es el lenguaje y la cultura lo que modela todo nuestro conocimiento. En caso de ser esto cierto, y dado que las diversas culturas y lenguajes son muy diferentes entre si, cabría la posibilidad de que apareciera alguna verdad universal o colectiva sobre la condición humana. Desde este punto de vista no existe una condición humana, como tal, sino tan sólo historia humana; y esa historia es muy diferente en cada caso ¿Qué opinas respecto de toda esta noción de relatividad cultural?

KW: Hay mucha verdad en ello. Existen , sin duda, una diversidad de culturas que poseen un diferente “conocimiento local”, y la investigación de esas diferencias constituye un actividad muy interesante. Pero si bien es cierta la existencia de una relatividad cultural, ello no es toda la verdad.

Además de las diferencias culturales evidentes, como son el tipo de alimentación, las estructuras lingüísticas o las costumbres de apareamiento, por ejemplo, existen también muchos otros fenómenos en la existencia humana que son, en gran medida, universales o colectivos. El cuerpo humano, tiene por ejemplo doscientos ocho huesos, un corazón y dos riñones, tanto si se trata de un habitante de New York como de Mozambique, y tanto hoy día como hace miles de años. Estas características universales constituyen lo que se denomina “estructuras profundas” porque son esencialmente las mismas en todas partes.
Sin embargo, para que las diversas culturas utilicen esas estructuras profundas de maneras muy diversas, como los chinos que vendaban los pies de sus mujeres o los de Ubangi que estiraban sus labios, o bien el uso de tatuajes y de prendas de verter, los juegos, el sexo y el parto, todo lo cual varía considerablemente de una cultura a otra. Todas estas variables reciben el nombre de “ estructuras superficiales”, porque son locales en vez de universales.

Esto mismo ocurre también en el ámbito de la mente humana. La mente humana posee estructuras superficiales que varían entre las distintas culturas, y estructuras profundas que permanecen esencialmente idénticas independientemente de la cultura considerada. Aparezca donde aparezca, la mente humana tiene la capacidad de formar imágenes, símbolos, conceptos y reglas. Las imágenes y símbolos particulares pueden variar de una cultura a otra, pero lo cierto es que la capacidad de formar esas estructuras mentales y lingüísticas- y las propias estructuras en si- es esencialmente las misma en todas partes. Del mismo modo que el cuerpo humano produce pelo, la mente humana produce símbolos. Las estructuras mentales superficiales varían considerablemente entre sí, pero las estructuras mentales profundas son, por su parte, extraordinariamente similares.

Ahora bien, al igual que el cuerpo humano produce universalmente pelo y que la mente produce universalmente ideas, el espíritu humano también produce universalmente intuiciones sobre lo Divino. Y esas intuiciones y vislumbres configuran el núcleo de las grandes tradiciones espirituales del mundo entero. Y una vez más, aunque las estructuras superficiales de las grandes tradiciones de sabiduría sean, desde luego, muy diferentes entre si, sus estructuras profundas, por el contrario, son muy similares y algunas veces idénticas.

La filosofía perenne se ocupa fundamentalmente de las estructuras profundas del encuentro humano con lo Divino. Porque aquellas verdades sobre las cuales los hindúes, los cristianos, los budistas, los taoístas y los sufíes se hallan en completo acuerdo, suelen referirse a algo profundamente importante, algo que nos habla de verdades universales y de significados últimos, algo que toca la esencia fundamental de la condición humana.

TKW: A primera vista, resulta difícil ver en que podrían estar de acuerdo el budismo y el cristianismo. ¿Cuáles son, pues, los principios fundamentales de la filosofía perenne? ¿Podrías postular sus tópicos fundamentales? ¿Cuántas son esas verdades profundas y esos puntos de acuerdo fundamentales?

KW: Son muchos, pero veamos los siete que considero más importantes.

1º- el espíritu existe.
2º- el espíritu está dentro de nosotros.
3º- a pesar de ello, la mayor parte de nosotros vivimos en un mundo de ignorancia, separación y dualidad, en un estado de caída ilusorio, y no nos percatamos de ese Espíritu interno.
4º- hay una salida para ese estado de caída, de error o de ilusión; hay un Camino que conduce a la liberación.
5º- si seguimos ese camino hasta el final llegaremos a un Renacimiento, a una Liberación Suprema.
6º- esa experiencia marca el final de la ignorancia básica y el sufrimiento.
7º- el final del sufrimiento conduce a una acción social amorosa y compasiva hacia todos los seres sensibles.

TKW: ¡Has dicho muchas cosas! Vayamos paso a paso. Dices que el espíritu existe.

KW: El Espíritu existe, Dios existe, existe una Realidad Suprema, ya sea que se le de el nombre de Brahman, Dharmakaya, Yahwel, Atón, Kether, Tao, Allah, Shiva, : “Muchos son los nombres que recibe lo Uno”.

TKW: Pero ¿Cómo sabes que el Espíritu existe? Los místicos dicen que existe pero ¿en que basan esa afirmación?

KW: En la experiencia directa. Sus afirmaciones no se basan en meras creencias, ideas, teorías o dogmas, sino en la experiencia directa, en la experiencia espiritual Real.

Esto es lo que diferencia a los verdaderos místicos de los religiosos dogmáticos.

TKW: Pero ¿qué hay del argumento de la experiencia mística no es un conocimiento válido porque es inefable y por consiguiente incomunicable?.

KW: Ciertamente la experiencia mística es inefable y no puede traducirse enteramente en palabras, pero lo mismo ocurre con cualquier otra experiencia, ya se trate de una puesta de sol, el sabor de un trozo de tarta o la armonía de una fuga de Bach.

En cualquiera de estos casos debemos haber tenido la experiencia real para saber de que se trata. Pero no por ello se debe concluir que la puesta de sol, la tarta o la música no existen o son experiencias no válidas. Además, aunque la experiencia mística sea, en gran medida, inefable, puede ser comunicada o transmitida. Así, por ejemplo, de la misma manera que la danza se puede enseñar aunque no se pueda transmitir con palabras, también es posible aprender una determinada práctica espiritual bajo la tutela de un determinado maestro espiritual.

TKW: Pero esa experiencia mística que tan verdadera le parece al místico bien podría estar equivocada. Los místicos pueden afirmar que están fundiéndose con Dios pero ésa no es ninguna garantía de que lo que dicen es lo que ocurre en realidad. Ningún conocimiento es absolutamente seguro.

KW: Estoy de acuerdo en que la experiencia mística no es más cierta que cualquier otra experiencia directa. Pero ese argumento, lejos de echar por tierra las afirmaciones de los místicos, los eleva, en realidad, al mismo estatus que yo definitivamente acepto. En otras palabras, el mismo argumento que se puede aducir en contra del conocimiento místico puede aplicarse, en realidad, a cualquier otra forma de conocimiento basado en la experiencia evidente, incluida la experiencia empírica. Creo que estoy mirando la luna, pero bien pudiera estar errado; los físicos creen en la existencia de los electrones, pero podrían estar equivocados; los críticos consideran que Hamlet fue escrito por un personaje histórico llamado Shakespeare, pero podrían estar en un error, etc.
¿Cómo podemos estar seguros de la veracidad de nuestras afirmaciones?
Mediante más experiencias.

Pues bien, eso es precisamente lo que han estado haciendo históricamente los místicos a lo largo de décadas, siglos y milenios: comprobar y refinar sus experiencias, un récord de constancia histórica que hace palidecer incluso a la ciencia moderna. El hecho de que este argumento, lejos de echar por tierra las afirmaciones de los místicos, lo que hace es conferirles de una manera sumamente adecuada – a mi juicio- el estatus de auténticos expertos e informados sobre su especialidad y, por consiguiente, los únicos verdaderamente capacitados para establecer aseveraciones al respecto.

TKW: Muy bien. Pero a menudo he escuchado que la visión mística bien podría tratarse de una patología esquizofrénica ¿Cómo contestarías a esa acusación?

KW: No creo que nadie ponga en duda que ciertos místicos presentan rasgos
esquizofrénicos y aun que haya esquizofrénicos que experimentan intuiciones místicas. Pero desconozco a cualquier autoridad en la materia que crea que las experiencias místicas son básicas y primordialmente alucinaciones esquizofrénicas.

Está claro que también conozco a muchas personas no cualificadas que así lo piensan, y que resultaría difícil convencerlas de lo contrario en el breve espacio de este entrevista. Diré, tan solo, que las prácticas espirituales y contemplativas utilizadas por los místicos- como la oración contemplativa o la meditación- pueden ser muy poderosas pero no lo suficiente como para atraer a un montón de hombres y mujeres normales, sanos y adultos y, en el curso de unos pocos años, convertirlos en esquizofrénicos delirantes. El Maestro de Zen Hakuin transmitió su enseñanza a ochenta y tres discípulos que se encargaron de revitalizar y organizar el Zen japonés. Ochenta y tres esquizofrénicos alucinados no podrían ponerse de acuerdo ni siquiera para ir al baño…¿Qué habría pasado con el Zen japonés si éste hubiera sido el caso?

TKW: (Risas) Una última objeción ¿No es acaso posible que la noción de “ser uno con el espíritu” no sea más que un mecanismo de defensa regresivo para proteger a una persona contra el pánico ante la muerte y lo impermanente?

KW: Si la “unidad con el Espíritu” fuese simplemente algo más en lo que uno cree y se tratara, por lo tanto, de una idea o una esperanza, entonces ciertamente suele formar parte de la “proyección de inmortalidad” de una persona, es decir, de un sistema de defensa diseñado- como he intentado explicar en mis libros “Después del Eden” y “Un Dios sociable”- para protegerse mágica o regresivamente de la muerte bajo la promesa de una prolongación o continuación de la vida.
Pero la experiencia de unidad atemporal con el Espíritu no es una idea o un deseo; es una aprehensión directa. Y sólo podemos considerar esa experiencia directa de tres maneras diferentes:

-afirmar que se trata de una alucinación, a lo cual acabo de responder;
-asegurar que es un error, cosa que también he rebatido,
-o aceptarla como lo que dice ser: una experiencia directa de nuestro Ser Espíritual.

TKW: Por lo que dices, el misticismo genuino, a diferencia de la religión dogmática, es científico, porque se basa en la evidencia y la comprobación experimental directa ¿Es así?

KW: efectivamente. Los místicos te piden que no creas absolutamente en nada y te ofrecen un conjunto de experimentos para que los verifiques en tu propia conciencia.

El laboratorio del místico es su propia mente y el experimento es la meditación.
Tu mismo puedes verificar y comparar los resultados de tu experiencia con los resultados de otros que también hayan llevado a cabo el mismo experimento.

A partir de ese conjunto de conocimiento experimental, consensualmente validado, llegas a ciertas leyes del espíritu, o a ciertas “ verdades profundas” si prefieres llamarlo así.

TKW: Y esto nos lleva de nuevo a la filosofía perenne, a la filosofía mística y a sus siete grandes principios. El segundo principio era: el espíritu está dentro de ti.

KW: El espíritu está dentro de ti, hay todo un universo en tu interior. El asombroso mensaje de los místicos es que en el centro mismo de tu ser, tú vives la divinidad. Estrictamente hablando Dios no está dentro ni fuera- ya que el Espíritu trasciende toda dualidad- pero uno lo descubre buscando fuertemente adentro, hasta que ese “adentro” termina convirtiéndose en “más allá”. El Chandogya Upanishad nos ofrece la formulación más conocida de esta verdad inmortal cuando dice: “En la misma esencia de tu ser no percibes la Verdad, pero en realidad está ahí. En eso, que es la esencia sutil de tu propio ser, todo lo que existe Es. Esa esencia invisible es el Espíritu del universo entero. Eso es lo Verdadero, eso es el Ser. ¿Y tú ? Eso eres tú”. Tat Tuam Asi, tú eres Eso. Es innecesario decir que el “tú” que es “Eso”, el tú que es Dios, no es tu identidad individual y separada, el ego, ésta o aquella identidad, el Sr. o la Sra. de Tal. De hecho, el yo individual o ego es precisamente lo que impide que tomemos conciencia de tu Identidad Suprema.

Ese “tú”, por el contrario, es nuestra esencia más profunda, o si lo preferimos, nuestro aspecto más elevado, la esencia sutil- como lo describe el Upanishad- que trasciende nuestro ego mortal y participa directamente de lo Divino. En el judaísmo se le llama el Ruach, el espíritu divino y supraindividualidad que se halla en cada uno de nosotros, y que se diferencia del nefesh, el ego individual.
En el cristianismo, por su parte, es el pneuma, el espíritu que mora en nosotros y que es de la misma naturaleza que Dios, y no la psique o alma individual que, en el mejor de los casos, solo puede adorar a Dios. Como dijo Coomaraswamy, la distinción entre el espíritu inmortal y eterno de una persona y su alma individual y mortal (el ego) constituye un principio fundamental de la filosofía perenne.

TKW: San Pablo dijo: “Vivo. Pero no soy yo, sino Cristo, quien vive en mi”. ¿Estás diciendo que San Pablo descubrió su verdadera Identidad, que era uno con Cristo y que éste sustituyó a su antiguo y pequeño ego, su alma o psique individual?

KW: Así es. Tu Ruach o fundamento es la Realidad Suprema, no tu nefesh, tu ego. Si crees que tu ego individual es Dios estás evidentemente en un gran aprieto. De hecho, estarías padeciendo una psicosis, una esquizofrenia paranoide. No es eso, por cierto, lo que conciben los más grandes filósofos y sabios del mundo.

TKW: Pero entonces ¿por qué no hay más gente que sea consciente de eso? Si el espíritu está realmente en nuestro interior ¿por qué no es evidente para todo el mundo?

KW: Muy bien . Entremos ahora en el tercer punto. Si realmente soy uno con Dios ¿por qué no me doy cuenta? Algo me está separando del espíritu ¿Por qué esta Caída? ¿Cuál ha sido el error?.

Las diferentes tradiciones dan diferentes respuestas a este asunto, pero todas ellas concluyen fundamentalmente en lo siguiente: “no puedo percibir mi Verdadera Identidad, mi unión con el Espíritu, porque mi conciencia está obnubilada y obstruida por alguna actividad; aunque recibe muchos nombres diferentes, es simplemente la actividad de contraer y centrar la conciencia en mi yo individual, en mi ego personal. Mi conciencia no se halla abierta, relajada y centrada en Dios, sino cerrada, contraída y centrada en mí mismo. Y es precisamente la identificación con esa contracción en mi mismo y la consiguiente exclusión de todo lo demás lo que me impide encontrar o descubrir mi identidad anterior, mi verdadera identidad con el Todo”. Mi naturaleza individual “el hombre natural” ha caído y vive en en el error, separado y alienado del Espíritu y del resto del mundo. Estoy separado y aislado del mundo de “ahí afuera”, un mundo que percibo como si fuera completamente externo, ajeno y hostil a mi propio ser. En cuanto a mi propio ser en sí, desde luego que no parece ser uno con el Todo, con todo lo que existe, uno con el Espíritu Infinito, sino que, por el contrario, permanece encerrado y aprisionado dentro de las paredes limitadoras de este cuerpo mortal.

TKW: Esta situación suele llamarse “dualismo” ¿no es así?

KW: Así es. Me divido a mí mismo en un “sujeto” separado del mundo de los “objetos” ubicados ahí fuera y, a partir de ese dualismo original, sigo dividiendo el mundo en todo tipo de opuestos en conflicto: placer y dolor, bien y mal, verdad y mentira, etc. Según la filosofía perenne, la conciencia que se halla dominada por el dualismo sujeto-objeto, no puede percibir la realidad tal como es, la realidad en su totalidad, la realidad como Identidad Suprema. En otras palabras: el error es la contracción de uno mismo, la sensación de identidad separada, el ego. El error no descansa en algo que hace el pequeño yo, sino en algo que es.

Y aún más: ese ser contraído, ese sujeto aislado “aquí dentro”, al no reconocer su verdadera identidad con el Todo experimenta una aguda sensación de carencia, de privación, de fragmentación. En otras palabras: la sensación de estar separado, de ser un individuo separado, da nacimiento al sufrimiento, da nacimiento a la “caída”.

El sufrimiento no es algo que ocurre al estar separado, sino que es algo inherente a esa condición. “Pecado”, “sufrimiento” y “yo” no son sino diferentes nombres para un mismo proceso que consiste en la contracción y fragmentación de la conciencia.
Por eso es imposible rescatar al ego del sufrimiento. Como dijo Gautama el Buda: para poner fin al sufrimiento debes abandonar al pequeño yo o ego; pues ambas cosas nacen y mueren al mismo tiempo.

TKW: Así que este mundo dualista es el mundo de la caída y el pecado original, es la contracción del ser, la autocontracción en cada uno de nosotros. ¿Y estás diciendo que no son sólo los místicos orientales sino también los occidentales quienes definen el pecado y el Infierno como algo inherente al estado de identidad separada?

KW: Al yo separado y a su codicia, deseo y huída carentes de amor. Si, desde luego. Es cierto que Oriente- y en especial el budismo y el hinduismo- hacen mucho incapié en equiparar al Infierno – o Samsara- con el ego separado e individualista. Pero en los escritos de los místicos católicos, de los gnósticos, de los cuáqueros, de los cabalistas y de los místicos islámicos también nos encontramos con los mismos tópicos. Al respecto, mi escrito favorito pertenece al extraordinario William Law, un místico cristiano inglés del siglo XVIII. Te lo leeré “He aquí la verdad resumida. Todo pecado, toda muerte, toda condenación y todo infierno no son sino el reino del yo, del ego. Las diversas actividades del narcisismo, del amor propio y del egoísmo que separan el alma de Dios y abocan a la muerte y al infierno eterno”. O las palabras del sufí Abi l-Khayr: “ No hay Infierno sino individualidad, no hay Paraíso sino altruismo”. También encontramos este mismo tipo de declaraciones entre los místicos cristianos, como nos lo demuestra la afirmación de la Theología germánica de que “ lo único que arde en el infierno es el ego”.

TKW: Sí, entiendo. Así que la trascendencia del “pequeño yo” conduce al descubrimiento del “ gran Yo”.

KW: En efecto. En sánscrito, este “ pequeño yo” o alma individual se denomina ahamkara, que significa “nudo” o “contracción”; y es este ahamkara, esta contracción dualista o egocéntrica de la conciencia, lo que constituye la raíz misma del estado de caída.

Llegamos así al cuarto gran principio de la filosofía perenne: hay una forma de superar la Caída, una forma de cambiar este estado de cosas, una forma de desatar el nudo de la ilusión y el error básico.

TKW: Tirar al tacho al ego individualista.

KW: (risas). Así es. Rendirse o morir a esa sensación de ser una identidad separada, al pequeño yo, a la contracción sobre uno mismo. Si queremos descubrir nuestra identidad con el Todo debemos abandonar nuestra identificación errónea con el ego aislado. Pero esta Caída se puede revestir instantáneamente comprendiendo que, en realidad, nunca ha tenido lugar, ya que solo existe Dios y, por consiguiente, el yo separado nunca ha sido más que una ilusión. Sin embargo, para la mayor parte de nosotros, esa situación debe ser superada gradualmente paso a paso.

En otras palabras, el cuarto principio de la filosofía perenne afirma que existe un Camino y que, si lo seguimos hasta el final, terminará conduciéndonos desde el estado de caída hasta el estado de iluminación, desde el Samsara hasta el Nirvana, desde el Infierno hasta el Cielo

TKW: ¿Es la meditación ese Camino?

KW: Bien. Podríamos decir que hay diversos “caminos” que constituyen lo que estoy llamando genéricamente “ el Camino” y nuevamente se trata de diferentes estructuras superficiales que comparten todas ellas la misma estructura profunda. En el hinduísmo, por ejemplo, se dice que hay cinco grandes caminos o yogas. “Yoga” significa sencillamente “unión”, la unión del alma con la Divinidad. La palabra inglesa yoke, la castellana yugo, la hitita yugan, la latina jugum, la griega zugon y muchas otras proceden de la misma raíz. En este sentido, cuando Cristo dice: “Mi yugo es leve”, está queriendo decir “Mi yoga es fácil”.

Pero quizá podamos simplificar todo esto diciendo que todos esos caminos, ya sean hinduístas o provenientes de cualquier otra tradición de sabiduría, se dividen en dos grandes caminos.

A este respecto se me ocurre otra cita para ilustrar este punto. Es de Swami Ramdas: “Hay dos caminos, uno de ellos consiste en expandir tu ego hasta el infinito y el segundo en reducirlo a la nada”; el primero es una vía de conocimiento mientras que el segundo, por el contrario, es una vía devocional. Un Jnani (sabio hindú) dice: “Yo soy Dios, la Verdad universal”. Un Devoto, por su parte, dice: “Yo no soy nada ¡Oh Dios! Tú lo eres todo”. En ambos casos desaparece la sensación de identidad separada”.

La clave del asunto es que cualquiera de estos dos casos el individuo que recorre el Camino trasciende o muere al pequeño yo y redescubre, o resucita, a su Identidad Suprema con el Espíritu universal. Y eso nos lleva al quinto gran principio de la filosofía perenne, es decir, el del Renacimiento, la Resurreción o la Iluminación. El pequeño yo debe morir para que dentro de nuestro ser pueda resucitar el gran Yo.
Las distintas tradiciones describen esa muerte y nuevo renacimiento con nombres muy diversos. Así, por ejemplo, en el cristianismo recibe los nombres de Adán – a quien los místicos llaman el “Hombre Viejo” u “Hombre Externo” y del que se dice que abrió las puertas del Infierno – y de Jesús- el “Hombre Nuevo” u “Hombre Interno” que abre las puertas del Paraíso-.En opinión de los místicos, la muerte y resurrección de Jesús constituye el arquetipo de la muerte del yo separado y la resurrección a un destino nuevo y eterno dentro de la corriente de la conciencia, a saber, el Ser Divino o Crístico y su Ascensión.Como dijo San Agustín: “Dios se hizo hombre para que el hombre pudiera hacerse Dios”.

En el cristianismo, este proceso de retorno desde la condición “humana” a la condición “Divina”, de la persona externa a la persona interna, se denomina “Metanoia”, una palabra que significa tanto “arrepentimiento” como “transformación”. En tal caso, nos arrepentimos del pequeño yo (el ego individualista) y nos transformamos en el Ser (o Cristo), de modo que, como afirmaba San Pablo, “no soy yo sino Cristo quien vive en mí”. De manera similar, el islam denomina tawbah ( que significa “arrepentimiento”) y también galb (que significa “transformación”) a esa muerte y resurrección que Al-Bistami resume del siguiente modo:” Olvidarse de sí es recordar a Dios”.

Tanto en el hinduísmo como en el budismo se describe esta muerte y resurrección siempre como la muerte del alma individual (jivatman) y el despertar a esa verdadera naturaleza de la persona que los hindúes describen metafóricamente como Totalidad del Ser (Brahman) y los budistas describen como Apertura Pura (Shunyata). El momento en que tiene lugar esa ruptura o renacimiento se denomina iluminación o liberación (Moksha o Kaivalya). El Lankavatara Sutra describe la experiencia de la iluminación como “una transformación completa en la misma esencia de la conciencia”. Esta “transformación” consiste simplemente en desactivar la tendencia habitual a crear un yo separado y substancial donde, de hecho, sólo existe una conciencia clara, abierta y amplia. El Zen denomina Satori o Kensho a esta transformación o Metanoia.

“Ken” significa verdadera naturaleza y “sho” significa “ver directamente”. Ver directamente nuestra verdadera naturaleza es convertirse en un Ser totalmente autorrealizado. Y como dijo el Maestro Ekhart: “En esta transformación he descubierto que Dios y yo somos lo mismo”.

TKW: ¿La iluminación se experimenta realmente como una muerte real o esto no es más que una metáfora?

KW: En realidad esto se refiere a la muerte del ego individualista.
Los relatos de esa experiencia, que pueden ser muy dramáticos pero también muy sencillos y nada espectaculares; afirman claramente que de repente te despiertas y descubres que, entre otras cosas, y por más extraño que pueda parecer, tu verdadero ser es todo lo que has estado mirando hasta ese momento, que literalmente eres uno con todo lo manifestado, uno con el universo y que, en realidad, no te vuelves uno con Dios y el todo, sino que entonces tomas conciencia de que eternamente has sido esa unidad sin haberte percatado antes de ello. Pero junto a ese sentimiento, junto al descubrimiento del Ser que todo lo impregna, se experimenta también la sensación muy concreta de que tu pequeño ego ha muerto, que ha muerto de verdad. El Zen llama al Satori “la Gran Muerte”.Eckhart era igual de categórico. “El alma-dijo- debe darse a sí misma”. Coomaraswamy dice: “Solo cuando nuestro ego muere comprendemos finalmente que no hay nada con lo que podamos identificarnos y entonces podemos transformarnos realmente en lo que ya somos”.

TKW: ¿Al trascenderse el pequeño ego se descubre la eternidad?

KW (Larga pausa). Sí, siempre que no consideremos que la eternidad es un tiempo que no acaba nunca sino un momento sin tiempo, el presente eterno, el ahora atemporal.

El SER no mora para siempre en el tiempo sino en el presente atemporal previo al tiempo, previo a la historia, al cambio, a la sucesión.
El espíritu, el Ser , está presente en el sentido de ser Pura Presencia, no en el de estar en un ahora interminable que es una noción más bien espantosa.
En cualquiera de los casos, el sexto gran principio fundamental de la filosofía perenne afirma que la iluminación o liberación pone fin al sufrimiento.

Lo que causa el sufrimiento es el apego y el deseo de nuestra identidad separada; y lo que pone fin al sufrimiento es el camino meditativo que trasciende al pequeño yo y al deseo y el apego. El sufrimiento es inherente a ese nudo o contracción llamado ego y la única forma de acabar con el sufrimiento es trascender el ego.

No se trata que después de la iluminación, o después de la práctica espiritual en general, ya no sientas dolor, angustia, miedo o daño. Todavía sientes eso, si. Lo que simplemente ocurre es que esos sentimientos ya no amenazan tu existencia y, por tanto, dejan de constituir un problema para ti. Ya no te identificas con ellos, ya no los dramatizas, ya no tienen energía, ya no te resultan amenazadores. Por una parte, ya no hay ningún ego fragmentado que pueda sentirse amenazado y, por otra, nada puede amenazar a ese gran Yo del Ser original y auténtico, puesto que, siendo el Todo, no hay nada ajeno a él que pueda hacerle daño. Esta situación produce una profunda relajación y distensión del corazón. Por más sufrimiento que experimente ahora el individuo, su verdadero Yo no se siente amenazado. El sufrimiento puede presentarse y puede desaparecer, pero ahora la persona está firmemente asentada y segura en “la paz que sobrepasa el entendimiento”. El sabio experimenta el sufrimiento, pero éste no le hace “daño”. Y como es consciente del sufrimiento, se siente motivado por la compasión y el deseo de ayudar a quienes sufren y creen en la realidad del sufrimiento.

TKW: Lo cual nos lleva al séptimo punto, la motivación del iluminado.

KW: Si. Se dice que la verdadera iluminación deriva en una acción social inspirada por la misericordia y la compasión, en un intento de ayudar a todos los seres humanos a alcanzar la Liberación Suprema. La actividad iluminada no es más que un servicio desinteresado. Como todos somos uno en el mismo Ser, entonces, al servir a los demás estoy sirviendo a mi propio Ser.

Audios sobre el cuarto camino

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Los ritos de paso

[url=http://www.historia-religiones.com.ar/los-ritos-de-paso-en-la-sociedad-actual-103]http://www.historia-religiones.com.ar/los-…edad-actual-103[/url]

Los ritos de paso en la sociedad actual

Las fiestas de la vida

Dentro de las formas de religión natural, siempre se presta una especial atención al ciclo de la vida, y a los momentos cruciales en que se pasa de una etapa a otra: el nacimiento, el paso de la niñez a la adolescencia, la vida adulta y la muerte.

La existencia de ritos de paso es una de las constantes antropológicas que caracterizan al ser humano de manera más universal y que, por tanto, no se resiente de la evolución económica y social. Los ritos cambian de cara y con ellos las costumbres correspondientes, pero su esencia sigue muy viva, en parte porque las diversas edades y ciclos del ser humano no están regidos por lo social, sino por lo natural. Según el estudioso francés Arnold van Gennep, este tipo de ritos se estructuran en tres fases: separación, transición y reincorporación. Es complejo aplicar esta división a la mayoría de ritos tal y como los concebimos hoy. Lo que está claro es que el aparato ritual que comportan tiene como objetivo reforzar la cohesión, primero familiar y luego comunitaria, del individuo que los pasa. Los bautizos, las bodas, los entierros, etc., marcan las fases y también los derechos y deberes del individuo. Además, poseen un marcado carácter socializador: los regalos que se hacen en ellas, así como las felicitaciones -o los pésames en los funerales- implican solidaridad e integración en el grupo. Todo ello refuerza los límites simbólicos de la comunidad familiar.

El primer rito de paso, aunque evidentemente su protagonista no lo siente como tal, es el nacimiento. Al cabo de poco tiempo la comunidad le da la bienvenida a su estructura socio-religiosa, haciéndole uno más. Muchos de los ritos en este caso están preñados de simbolismo y suelen aludir a la muerte (fase de separación) del niño o incluso a su vuelta al útero materno para renacer al mundo en otro estatus: por ejemplo, en el bautismo, el infante pasa de pagano a cristiano. El nacimiento es un acontecimiento en sí, pero además de asegurar la descendencia del grupo familiar, tiene connotaciones de buena suerte. Observemos el tratamiento que cada primer día de enero dan los medios de comunicación al primer bebé nacido en el nuevo año.

Del nacimiento a la muerte consumiendo ciclos

El segundo rito de paso es también común a todas las sociedades, pero la franja de tiempo en que se da es un poco más flexible: se celebra el paso de la niñez a la adolescencia. Suele tratarse de un rito más traumático y en algunas culturas están perfectamente documentadas tradiciones bastante crueles físicamente con el protagonista del ritual. Evidentemente en el mundo rural o precapitalista tiene una lógica: el niño debe endurecerse y curtirse al máximo antes de afrontar la vida. En la sobreprotectora sociedad industrializada este rito ha perdido consistencia y es difícil de definir en detalles del comportamiento de los padres con su hijo, aunque los hay: ese primer viaje que se permite hacer al adolescente, el primer vasito de vino que se le permite beber en la mesa familiar o la primera paga para que se la gaste en lo que quiera.

El rito de la madurez suele ir ligado a los desposorios. Ambos tienen la finalidad de perpetuar el futuro de la tribu mediante la posibilidad de tener descendencia. En algunas sociedades primitivas se valora más el matrimonio exógeno (con personas de otra tribu y familia) tal vez para garantizar, inconscientemente, que la mezcla genética contribuya a mejorar la raza. El incesto está explícitamente prohibido en cualquier cultura. Las bodas de hoy en día, dejando aparte las connotaciones religiosas, que se van perdiendo progresivamente, no dejan de ser una celebración en que se construye un nuevo núcleo familiar y los progenitores de ambos cónyuges respiran tranquilos (“¡Por fin lo/la he colocado/a!”) al ver su continuidad asegurada. Las muy en boga despedidas de soltero/a con espectáculo pornográfico y prostitución no son más que un modo bastante chabacano -pero esto no viene al caso- de concienciar al cónyuge de que deberá renunciar a su libertad sexual a partir de ese momento.

La jubilación es un rito de paso no habitual en las sociedades anteriores. El progreso económico ha permitido que las personas que llegan a una cierta edad puedan descansar sin más, ya que lo que han cotizado durante toda su vida laboral debería bastar para mantenerse el resto de su vida. Por eso, muchos la celebran con ganas. En ocasiones, sin embargo, el jubilado padece el síndrome de “Y ahora qué”: el embrutecimiento de la vida de mucha gente que ha vivido para trabajar, y no al contrario, hace que teman la jubilación porque no han desarrollado inquietudes que puedan llenar su recién adquirido tiempo libre.

La festividad dedicada a los muertos, que es común a la mayoría de culturas, se suele celebrar en otoño (el Samhain celta o el Todos los Santos cristiano). El hecho de visitar las tumbas de los antepasados contribuye a fortalecer el recuerdo, y la costumbre de depositar flores tiene las connotaciones simbólicas de la eterna paradoja: la vida que se va y la que florece a partir de ella. El ciclo de los ritos de paso acaba con esta última ceremonia.

Otros aspectos del rito iniciático

La mitología, y en especial la literatura legendaria, ha recogido los diversos tratamientos que las culturas han dado a los ritos de paso. El folclorista P. Saintyves estudió en cuatro cuentos populares la referencia a cuatro de estos ritos: en Le Petit Poucet(Pulgarcito) se está hablando del paso de la infancia a la juventud. En Barba azul se hace referencia al casamiento de las doncellas y a las costumbres que deben observar tras celebrarlo, lo mismo que le ocurre al protagonista de Riquet el del tupé. En el caso del famoso cuento El gato con botas, el protagonista muestra a un futuro caudillo las exigencias de su nuevo estatus.

No sólo en los cambios de edad hay rito iniciático. Son conocidos los que se hacen para ingresar en sociedades secretas (masonería, sectas, hermandades) y que guardan paralelismos con los que rige la edad.

Llevado al terreno de la sociedad actual, observemos que las entrevistas de personal de las empresas y las pruebas de aptitud -y a menudo de adhesión ideológica- que plantean a los recién llegados no dejan de ser ritos de iniciación algo prosaicos.

Notas sobre las llaves mayor y menores

Una nota sobre las escuelas esotéricas.

Estas notas las publiqué en otro lugar hace unos años, pero siguen siendo validas. Tiene que ver con el concepto de gran llave y pequeña llave, y a su vez aunque el secreto se dice al principio, este es una acción y sigue en secreto para los que no relaizan al acción, que tiene requisitos previos como tener un trabajo.

Ante La Ley

Ante la ley
[Parábola: Texto completo]
Franz Kafka

Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar.
-Tal vez -dice el centinela- pero no por ahora.

La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián lo ve, se sonríe y le dice:

-Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo mirarlo siquiera.

El campesino no había previsto estas dificultades; la Ley debería ser siempre accesible para todos, piensa, pero al fijarse en el guardián, con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileña, su barba negra de tártaro, rala y negra, decide que le conviene más esperar. El guardián le da un escabel y le permite sentarse a un costado de la puerta.

Allí espera días y años. Intenta infinitas veces entrar y fatiga al guardián con sus súplicas. Con frecuencia el guardián conversa brevemente con él, le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y, finalmente siempre le repite que no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha provisto de muchas cosas para el viaje, sacrifica todo, por valioso que sea, para sobornar al guardián. Este acepta todo, en efecto, pero le dice:

-Lo acepto para que no creas que has omitido ningún esfuerzo.

Durante esos largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: se olvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que lo separa de la Ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros años audazmente y en voz alta; más tarde, a medida que envejece, sólo murmura para sí. Retorna a la infancia, y como en su cuidadosa y larga contemplación del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel, también suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián. Finalmente, su vista se debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz, o si sólo lo engañan sus ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor, que surge inextinguible de la puerta de la Ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir, todas las experiencias de esos largos años se confunden en su mente en una sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para que se acerque, ya que el rigor de la muerte comienza a endurecer su cuerpo. El guardián se ve obligado a agacharse mucho para hablar con él, porque la disparidad de estaturas entre ambos ha aumentado bastante con el tiempo, para desmedro del campesino.

-¿Qué quieres saber ahora? -pregunta el guardián-. Eres insaciable.

-Todos se esfuerzan por llegar a la Ley -dice el hombre-; ¿cómo es posible entonces que durante tantos años nadie más que yo pretendiera entrar?

El guardián comprende que el hombre está por morir, y para que sus desfallecientes sentidos perciban sus palabras, le dice junto al oído con voz atronadora:

-Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti. Ahora voy a cerrarla.

FIN

Brujería

¿Porque Don Juan se refería a ciertas cosas como Brujería?

Paseo por el interior de las sectas (descarga pdf)

GUZMÁN MARÍN. MADRID 1999

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http://rojointenso.net/adjuntos/7265-Paseo.pdf (click derecho para descargar)