agosto, 2006

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Ensueño y el Astral

Una duda que se me metio en la cabeza hace unos dias.
¿el ensueño es lo mismo que el viaje astral?
Por lo que lei se parecen, pero no se si son lo mismo.
A traves del ensueño una vez (hace algun tiempo) me vi a mi durmiendo en tercera persona, estaba en mi habitacion solo que con los detalles oniricos presentes, todo mi habitacion estaba deordenada, y con aspectos surrealistas. ademas de unos individuos que se hacian pasar por mi familia, aunque yo sabia que no eran ellos (¿?) y me acosaban en alguna medida.(no mucho)

Saludos

new here

hey everyone. nagualismo is one of my favorite magickal paradighms. hoping to learn and share some knowledge.

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Las artes y las ciencias prehispánicas Toltecáyotl

Las artes y las ciencias prehispánicas

Origen del arte nahua

Los grupos prehispánicos que habitaron el Valle de Anáhuac se decían descendientes de los toltecas, los cuales influenciaron a los pueblos de su época y también a los posteriores, después de desaparecer misteriosamente.

Para exaltar su pasado glorioso, las culturas prehispánicas mexicanas con frecuencia hablaban de los tiempos idos como algo maravilloso donde tuvo su origen la Toltecáyotl, es decir, el conjunto de las artes y los ideales de los toltecas que también se cultivó en las ciudades de Huexotzinco, Chalco y Texcoco en los siglos XV y principios del XVI de nuestra era.

Cuando fray Bernardino de Sahagún llegó a la Nueva España escuchó de sus informantes indígenas las narraciones sobre el pasado floreciente de Tula, la ciudad principal de los toltecas, quienes construyeron soberbias casas y palacios con columnas de serpientes, incrustaciones de mosaicos de turquesa, pulidos y cubiertos de estuco. Habían sido los toltecas gente sabia y sensible al canto y a la poesía, fue así que la palabra toltécatl llegó a significar “artista” en lengua náhuatl.

Los artistas nahuas, herederos de la gran tradición tolteca, tenían su propia concepción acerca del arte, ésta se resumía en “la flor y el canto de las cosas”, es decir, el simbolismo que se expresa con una visión profunda y humana. Era necesario que el artista “dialogara con su propio corazón”.

Por la Colección de Cantares Mexicanos, se sabe que en las sociedades nahuas había reuniones de danzantes, cantores y poetas; Ixtlilxóchitl refiere en la Historia Chichimeca que existían academias literarias, musicales y de canto, parecidas a las de ahora, donde los distintos artistas recibían educación especial. Había: músicos, pintores, poetas, alfareros, orfebres y artistas plumarios, entre otros.

La poesía. Era común que los gobernantes del México prehispánico también desempeñaran la función de poetas y sacerdotes. La poesía náhuatl, a través del canto, estaba íntimamente ligada al sacerdocio, nada tenía que ver con el papel político del gobernante.

La pintura. Los tlahcuilos o pintores eran los artistas más importantes de la cultura náhuatl, pues hacían los códices y los murales y eran conocedores de las diversas formas de escritura náhuatl.

El arte plumario. Los amantécatl eran artistas que se encargaban de confeccionar exquisitos abanicos, penachos, mantos y cortinajes; para ello utilizaban plumas finas de distintas aves muy preciadas por los indígenas, sobre todo por los nobles.

La alfarería. Amasar el barro para que éste tomara la forma de cualquier figura era la tarea de los zuquichiuhqui, quienes con gran sabiduría transformaban la tierra. Los alfareros, dialogando con su propio corazón “hacían vivir las cosas”.

La orfebrería. Los artistas del oro y la plata fundían estos metales con carbón y cera para diseñar sus modelos, generalmente inspirados en seres vivos, es decir, imágenes en movimiento.

La escultura. Estaba ligada a los grandes conjuntos y construcciones arquitectónicas que florecieron en el México antiguo. Las principales creaciones consistieron en altares, yugos, palmas y cabezas colosales. La escultura está considerada entre las mejores manifestaciones de las culturas prehispánicas, como muestra están la Piedra del Sol o Calendario Azteca, el Océlocuauhxicalli y la Coatlicue.

La música. Antes de la llegada de los conquistadores, los pueblos del Valle de México –sobre todo los aztecas– habían alcanzado una evolución musical que seguía en ascenso, aunque en la actualidad no ha sido posible encontrar algún códice o clave que informe cuál pudo ser el aspecto melódico, rítmico o estructural.

La danza. Tenía un sentido profundamente religioso y mágico; cualquier error en su ejecución demeritaba su propósito y constituía una ofensa al bienestar público. Por otra parte, había danzas de placer expresamente para los festejos personales. Se tiene conocimiento de la existencia de academias de danza en Tenochtitlan, Tlacopan y Texcoco, mismas que gozaban de notoria importancia dentro del Estado. Dichas escuelas se llamaban mixcoacalli (“casa de la Vía Láctea”) y a ellas concurrían los alumnos, generalmente jóvenes, quienes eran instruidos, separados en cuartos para hombres y mujeres, en el arte del movimiento artístico corporal.

Las ciencias prehispánicas
Hay quienes afirman que, en general, el nivel intelectual de la Europa del siglo XV, en muchos aspectos era menor con relación al desarrollado por las civilizaciones de América. De haber preservado la metodología y los conocimientos indígenas, es probable que hubieran contribuido al enriquecimiento de las ciencias europeas; por el contrario, fueron destruidos y por lo poco que sobrevivió, es como se conocen algunos aspectos de las ciencias prehispánicas.

La medicina. Después de la Conquista Bernardino de Sahagún a través de unos doctores indígenas de Tlatelolco, obtuvo informes sobre la medicina mexicana, en particular, de algunas curaciones.

Los conocimientos del médico o curandero se transmitían de generación en generación, de padre a hijo o de madre a hija, para esta disciplina existía un idioma propio que solamente los “iniciados” conocían.

En la cirugía y patología externa, los médicos prehispánicos utilizaban métodos semejantes a los de nuestros días. Para las fracturas y luxaciones usaban emplastos que endurecían sobre la parte del cuerpo afectada, asimismo hacían entablillamientos. Las sangrías eran las operaciones de pequeña cirugía que se practicaban aunque muchas veces tenían fines religiosos más que medicinales; las hacían de dos maneras: ya sea locales, usando las púas huecas de huitztlacuatzin (puerco espín americano) o las de maguey; o bien las generales, verdaderas sangrías muy apreciadas entre ellos.

En la odontología tuvieron un avance considerable: curaban las caries rellenándolas con una pasta a base de raíces, zumo de hojas o polvos que eran usados como sedantes.

Respecto a la medicina interna, obtuvieron también avances importantes. Reconocieron las enfermedades infecciosas como el matlalzáhuatl (tifo), fiebres eruptivas, intermitentes, de la piel, parasitarias, etc. Asimismo, tenían prácticas muy avanzadas en obstetricia.

Cabe señalar que el tratamiento médico para las curas de pacientes estuvo respaldado por una excepcional botánica que contribuyó al enriquecimiento de la farmacéutica prehispánica, que todavía perdura en algunas poblaciones indígenas.

Las matemáticas, la astronomía y la cronología. Los pueblos nahuas mostraron excepcional genio matemático al inventar una serie de signos que conforman la expresión numérica o cronológica más singular en toda la historia de las ciencias exactas. La época y el lugar de invención son desconocidos; varios de esos símbolos han aparecido unidos a formas elementales de contabilidad.

Los antiguos astrónomos mexicanos dejaron testimonio de un gran número de cálculos que integran interciclos lunisolares y planetarios de singular precisión que necesitan para ser comprobadas las cifras astronómicas modernas, con cuatro y hasta con ocho decimales.

Por medio de datos que han sido rescatados –aunque incompletos– se ha podido reconstruir el sistema cronológico-astronómico de los pueblos indígenas. Sin embargo, lo más importante radica no sólo en lo que se podría definir como concepción geometrizada del tiempo, en cuanto a la correlación de las cinco unidades calendáricas utilizadas —260, 360, 364, 365 y 365.2421987— sino en la naturaleza cósmica del sistema cronológico indígena. Sin lugar a dudas, La Piedra del Sol o Calendario Azteca es el ejemplo más importante de la medición del tiempo en el mundo indígena prehispánico.

Canto de primavera*
En la casa de las pinturas
comienza a cantar,
ensaya el canto,
derrama flores,
alegra el canto.

Resuena el canto,
los cascabeles se hacen oír,
a ellos responden
nuestras sonajas floridas.

Derrama flores,
alegra el canto.

Sobre las flores canta
el hermoso faisán,
su canto despliega
en el interior de las aguas.

A él responden
varios pájaros rojos,
el hermoso pájaro rojo
bellamente canta.

Libro de pinturas es tu corazón,
has venido a cantar,
haces resonar tus tambores,
tú eres el cantor.

En el interior de la casa de la primavera,
alegras a las gentes.

Tú sólo repartes
flores que embriagan,
flores preciosas.

Tú eres el cantor.

En el interior de la casa de la primavera,
alegras a las gentes.

Amantécatl
El buen artista de las plumas:
hábil dueño de sí,
de él es humanizar el querer de la gente.

Hace trabajos de plumas,
las escoge, las ordena,
las pinta de diversos colores,
las junta unas con otras.

El torpe artista de las plumas:
no se fija en el rostro de las cosas,
devorador, tiene en poco a los otros.

Como un guajolote de corazón amortajado,
en su interior adormecido,
burdo, mortecino,
nada hace bien.

No trabaja bien las cosas,
echa a perder en vano cuanto toca.

Tlahcuilo
El buen pintor: entendido,
Dios en su corazón,
que diviniza con su corazón a las cosas,
dialoga con su propio corazón.

Conoce los colores, los aplica, sombrea.

Dibuja los pies, las caras,
traza las sombras, logra un perfecto acabado.

Como si fuera un tolteca,
pinta los colores de todas las flores.

Zuquichiuhqui
El buen alfarero:
pone esmero en las cosas,
enseña al barro a mentir,
dialoga con su propio corazón,
hace vivir a las cosas, las crea,
todo lo conoce como si fuera un tolteca,
hace hábiles sus manos.

El mal alfarero:
torpe, cojo en su arte,
mortecino.

* Ms. Romances de los señores de la Nueva España, trad. Miguel León Portilla, Trece poetas del mundo azteca.

Fuentes consultadas

Álvarez, José Rogelio. Enciclopedia de México, tomo.I. México, 1977, 607 pp.
Alvelais Pozos, Luis. Los cantos de Nezahualcóyotl. Instituto Mexiquense de Cultura, Primera edición: 1993, México, 140 pp.
Clavijero, Francisco Javier. Historia antigua de México, Editorial del Valle de México, México, 1991, 521 pp.
León Portilla, Miguel. La filosofía estudiada en sus fuentes. Prólogo de Ángel María Garibay. Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1993, 463 pp.
Martínez López Bago, Mario. Esplendor del México Antiguo. Editorial del Valle de México, México, 1988, 140 pp.

EL TIEMPO COMO ATRIBUTO DE LOS DIOSES

Duplicado con

EL TIEMPO COMO ATRIBUTO DE LOS DIOSES

 

la verdadera toltecayotl

El doctor León-Portilla

Miguel León-Portilla no ha dejado resquicio sin abordar dentro de la cultura de aquel universo. Por ello es dable afirmar que, quien quiera y donde quiera que escriba sobre el mundo náhuatl, es deudor de este Tlamatimine actual.
La palabra Toltécatl vino a significar en lengua náhuatl lo mismo que “artista”…
y hay incluso un texto en el cual, en forma general, se describe la figura del artista,
refiriéndose precisamente a él como un toltécatl…
Miguel León-Portilla

Pretender abarcar la vastísima bibliografía de este historiador es una tarea que incuestionablemente rebasa a los más asiduos estudiosos del México antiguo, ya que Miguel León-Portilla no ha dejado resquicio sin abordar dentro de la cultura de aquel universo. Por ello es dable afirmar que, quien quiera y donde quiera que escriba sobre el mundo náhuatl, es deudor de este Tlamatimine actual. Autor clásico que, como tal, siempre se está formando y que no deja de ahondar en el universo amplio y undívago de la filosofía y la cultura náhuatl, la Toltecayótl, es decir, el conjunto de las artes y los ideales de los toltecas. Sin embargo es posible, dentro de los territorios escriturales de este historiador, acceder a textos esenciales en las varias disciplinas en las que ha profundizado. Escritos provenientes del sabio análisis que ha logrado mediante una amplia documentación originaria de aquellas cosmogonías. Así, Miguel León-Portilla, gracias a su alma ágil, móvil, ávida, a la facilidad de aproximación que le da el conocimiento de las lenguas de tan pretéritos pueblos, y a una especie de convivencia espiritual que singularmente ha establecido con esas épocas, ha escuchado las voces, las risas y los llantos de quienes en un profundo saber fueron autores de grandiosas arquitecturas, elocuentes pinturas y toda suerte de esculturas. Creadores de un simbolismo que bien pudiera parecer lejano e inalcanzable, y que hoy se torna de algún modo comprensible mediante el devoto quehacer de quien ha querido desentrañarlo todo, para devolverlo en estudios en los que se advierte la sencillez, la dificilísima sencillez que es una cuestión de genio y de método.

Dentro de ese afán de poner aquel pasado al alcance del estudioso de ahora, de aproximarnos a aquella conciencia englobadora de conceptos y modos de existir de los nahuas, ocupa un sitio primordial La filosofía náhuatl, libro meridiano que se ha traducido a varios idiomas. Fuente que por su alcance y profundidad, al lado de otros estudios de envergadura, tales como El arte precolombino de México y de la América Central de Salvador Toscano, así como Coatlicue. Estética del arte indígena de México, de Justino Fernández, permite la aproximación a la esencia de aquellas sensibilidades.

De ahí que resulte oportuno recordar brevemente ciertos fragmentos referidos a una estética, que en algunos de sus aspectos se manifiesta actual. Esos principios que Miguel León-Portilla recoge en La filosofía náhuatl, primordialmente, y en Siete ensayos de cultura náhuatl, en los que el escritor selecciona de aquella antigua historia oral, los textos que podríamos designar como una declaración de los deberes de los artistas. Y en cuanto al arte, la revelación del mismo a través de los pasos de esos grupos, que de nómadas lograron alcanzar una madurez cultural notable.

A Miguel León-Portilla para esas ediciones le prestan autoridad y le aconsejan con sus caudales de información los indígenas cuestionados por Sahagún, y gracias a ello, él nos devuelve aquella dimensión histórica, lírica, que le es entrañablemente honda y humana para explicarnos lo que ahora resulta un lugar común, y que sorprende venturosamente, pues para el México Antiguo también el arte fue meditación, recogimiento y sinceridad, y de igual manera sus artistas fueron seres predestinados, aún más, se plegaron a normas y aproximaciones a su quehacer, a las que debían atender:

Toltécatl: el artista, discípulo, abundante,
múltiple, inquieto.
El verdadero artista: capaz, se adiestra,
es hábil;
dialoga con su corazón, encuentra las
cosas con su mente.

El verdadero artista todo lo saca
de su corazón;
obra con deleite, hace las cosas con calma,
con tiento,
obra como tolteca, compone cosas, obra
hábilmente, crea;
arregla las cosas, las hace atildadas,
hace que se ajusten.

Por lo que hace a la predestinación, se afirma:

El que nacía en esas fechas (Ce Xóchitl: Uno
flor…),
fuese noble puro o plebeyo,
llegaba a ser amante del canto, divertidor,
comediante, artista.
Tomaba esto en cuenta, merecía
su bienestar y su dicha,
vivía alegremente, estaba contento.
en tanto que tomaba en cuenta su destino,
o sea, en tanto que se amonestaba a sí
mismo, y se hacía digno de ello.

Indicaciones y augurios que Miguel León-Portilla resume al decir: “que para los sabios nahuas la única manera de decir palabras verdaderas en la Tierra era encontrando ‘la flor y el canto de las cosas’, o sea el simbolismo que se expresa por el arte”.

MIGUEL LEÓN-PORTILLA

MIGUEL LEÓN-PORTILLA

Nació en México, D.F., el 22 de febrero de 1926. Ingresó en El Colegio Nacional el 23 de marzo de 1971. Premio Nacional de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía (1981); Premio Elías Sourasky. La historia y los historiadores en el México Antiguo (discurso de ingreso). Memoria, tomo VII, número 2. 1971 pp. 147-164

Nació el 22 de febrero de 1926 en la ciudad de México. Cursó sus primeros estudios en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, y en la ciudad de Los Ángeles, California. En esta última ciudad, obtuvo el título de Master of Arts, con la mención Summa cum Laude. En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México se doctoró en Filosofía, bajo la guía del padre Garibay, con la tesis titulada La Filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes. Esta publicación que apareció revisada en 1959, ha sido traducida al ruso, al inglés, al francés y al alemán. Otros libros suyos son Los antiguos mexicanos, La visión de los vencidos (traducida a quince idiomas) y Literaturas indígenas de México.

Ha sido profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM desde 1957. Director del Instituto de Investigaciones Históricas, miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM, y actualmente es investigador del Instituto de Investigaciones Históricas, con antigüedad desde 1957. Ha dado conferencias en las principales universidades del país, de Estados Unidos, de Europa, de Asia y de América Latina y pertenece, como consejero, al Instituto de Civilizaciones Diferentes de Bruselas, Bélgica; a la Sociedad de Americanistas con sede en París Francia, a la American Anthropological Association, a la Sociedad Mexicana de Antropología, a la Academia de la Investigación Científica, a la Academia de la Historia, a la Academia Mexicana de la Lengua, a la American Historical Association, la National Academy of Sciences y a otras instituciones culturales de México y el extranjero. Sobresalen entre las distinciones que ha recibido: El Premio Elías Sourasky, El Premio Nacional de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía 1981, El Premio Universidad Nacional 1994, Cronista de la ciudad de México 1974, el ser Consejero de Cahiers du Monde Hispanique et LusoBrésilien de la Universidad de Toulouse-Le Mirail, Francia; Asesor de la revista California History, de la Sociedad de Historia de San Francisco, California; el ser catedrático distinguido en la Universidad de Alberta, Canadá; Coordinador de la Comisión Nacional del V Centenario 1492-1992. En El Colegio Nacional desde el 23 de marzo de 1971.

datos reales de los toltecas

En el diccionario de mitologia y religion de Referencias Laurosse los toltecas tienen distintas acepciones:

-Habitante de Tula (que por cierto no esta en Rusia sino en Mesoamerica por aquello de los toltecas rusos).
-Se le llama asi tambien a los miembros de distintos grupos que llevaban el nombre tipologico como toltecas.
-Tambien se le llamaban a si a los artistas y era un calificativo que se le daba a quienes estaban dentro de las artes teniendo habilidades dentro de ellas sobretodo en artesanias. No se les llamaba asi a los naguales por mucho que castaneda lo diga.
-Los grupos toltecas emigraron al centro de mesoamerica conquistando distintas regiones incluyendo la maya imprimiendo en ciudades mayas su estilo arquitectonico como en Chichenitza.
-Quetzalcoatl fue el personaje principal de esta cultura y a este nombre se le da a una antigua deidad de la fertilidad y a la vez a un heroe mitico considerado como el fundador del sistema politico legitimo de mexico central y area maya.
-La hegemonia tolteca termino alrededor de los siglos XII y XIII destruidos posiblemente por las tribus barbaras chichimecas por lo que su desarrollo fue el el postclasico (muy lejanos para ser los “padres” culturales de america como los de kinam lo quieren vender) entre el 900 y 1200. Lo que hace que sea una cultura que si bien fue predominante en 300 años de predominio no te hace la principal, aunque si es la mas vieja documentada en el area noreste de Mexico.

2B1

lleva ya varios tiempo desarrollandose.

El famoso portátil de 100 dólares de Nicholas Negroponte que prentede transformar la educación en los países en vías de desarrollo ya tiene nombre: 2B1. Con una pantalla TFT de 7,5″ y 1200×900 píxeles, procesador AMD a 400 MHz, 128MB de RAM y 512MB de memoria flash, webcam y router WiFi integrado, se moverá con una versión especial de Fedora Linux y podrá ser recargado mediante una manivela.

Las caracteristicas que mas me gustan en una computadora, amd, linux y barata.

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The First Gate

I`ve been lucid dreaming for a long time but I`m new to Don Juans dreaming techniques.
I`ve had a go at looking at my hands in a dream quite a few times and have no problem with that or remembering what I`m supposed to be doing. When I start to look around “glancing” at different objects the imagery in the dream becomes clearer and a lot more intense but the images start to change (generally into vivid trees and vegetation) I find I am struggling to keep up with the changing and also the intensity makes me anxious and I feel like something is coming up behind me. The result is in a short space of time I become sidetracked and go into another state of dreaming where I`m not as aware (n hence unable to do any dreaming practices).
Does that make any sense to anyone?
Do I just lack energy?
Is there anywhere I can read about the techniques to use in the first gate in more detail?
Thanks

Tecnologia Mobil

Que portan relamente soluciones eficaces.