Karma y Toradh

Mensaje 1 de 5 en la discusión
De: Áuryn-  (Mensaje original)
Enviado: 17/01/2006 18:54

Muchas veces me he quejado de que, en el espíritu de tolerancia que rige a la wicca, tomamos palabras de otras tradiciones para nombrar determinados conceptos, sabiendo o sin saber que muchas veces el concepto original que designaba esa palabra es muy diferente, y estamos hablando con el mismo nombre de cosas que poco o nada tienen que ver.

El ejemplo más claro me parece que es el uso de la palabra karma. El concepto de karma es puramente oriental, basado en una filosofía muy concreta, y su significado original tiene unas connotaciones que personalmente no me agradan. Como muchos wiccanos, yo empleaba la palabra karma para hablar de la ley de retribución, por pura comodidad, puesto que creía que, sin ser del todo correcto, era una palabra similar, y desde luego es más fácil decir “karma” que “ley de retribución universal”.

Sin embargo, hace un tiempo, en otro grupo wiccano, alguien hizo referencia a que no entendía el uso de la palabra karma, existiendo una palabra de tradición occidental que encajaba más con el concepto wiccano de retribución.

Pregunté, interesada, y aunque esa persona no respondió, tuve la suerte de que otro miembro del grupo, con amplios conocimientos al respecto, me ilustrase sobre el concepto celta de “Toradh”. Como me pareció importante, pedí permiso para publicarlo aquí, y así contribuir a aclarar la diferencia entre estos conceptos.

El texto que pongo a continuación es un copia-pega de los mensajes publicados en ese grupo. He eliminado las referencias directas a mis preguntas para hacer la lectura más cómoda, pero el resto está tal cual su autor lo escribió, para preservar sus derechos.

Espero que os resulte tan interesante como a mí.

————————————————

Mensaje 2 de 5 en la discusión   
Enviado: 17/01/2006 19:02

Este mensaje ha sido eliminado por el autor.

————————————————

Mensaje 3 de 5 en la discusión   
De: Áuryn- Enviado: 17/01/2006 19:17

Mi mayor reconocimiento al autor del texto, no sólo por aportarme el concepto, sino también por permitirme compartirlo.

Autor: Andras Corban Arthen

http://www.earthspirit.com/espagnol/andras_sp.html

Hay indicaciones de que por lo menos los celtas tenían una creencia muy similar a la esencia de la “karmaâ?, o sea, causa y efecto. Entre los gaelos escoceses, por ejemplo, hasta hace unas pocas décadas era muy común el concepto de “toradhâ?, palabra gaélica que simplemente significa “frutaâ?. En este caso, viene a ser una abreviación de “toradh do ghnìomharanâ?, que se refiere a los efectos o consecuencias (“el frutoâ?) de las acciones o conducta de uno; en otras palabras, “las semillas que plantas serán el fruto de tu cosecha.â?


En el gaélico, los sonidos de las vocales se asemejan más al inglés que al castellano — en vez de un sonido singular y claro, cada vocal tiene varios sonidos diferentes y, para el oído hispano, imprecisos, así que lo que te pueda sugerir es solo un aproximado. “Toradhâ? se pronuncia algo así como “tór ” agâ?, con la “gâ? insinuada, casi completamente silente (piensa en ella, pero no la vocalizes…;-)) En “toradh do ghnìomharanâ?, la primera palabra se pronuncia como te acabo de explicar, y la segunda es casi idéntica al castellano (como en “do, re, miâ?¦â?) La tercera es más complicada, ya que está en el plural genitivo: “jrí ” varanâ?, en la cual comienzas con el sonido gutural de la jota castellana, pero en vez de seguirla con una vocal
como sería lo normal, la sigues inmediatamente con una consonante, como si pronunciaras la “triâ? en “trigoâ? con una “jâ? en vez de una “tâ?; el resto es muy similar al castellano.

“Toradhâ? tiene tres significados principales entre los gaelos de Escocia, que, aunque diferentes, están relacionados y comparten el sentido fundamental de “frutoâ?. El primer significado se refiere específicamente al fruto de un árbol, como una pera o un durazno; el segundo se refiere a la “esencia vitalâ? de cualquier cosa, significado que también conlleva un sentido de “suerteâ?, “destinoâ? o “fortunaâ?; y el tercero, a ese principio de “causa y efectoâ? comparable al concepto hindú del “karmaâ?.
Ese tercer significado de “toradhâ? es probablemente el equivalente más cercano que se encuentra, entre las brujas tradicionales del Reino Unido, al “Redeâ? de la Wicca moderna. Para mis maestros (como para mi), por ejemplo, el Rede wiccano (“siempre que no dañe a nadie, haz tu voluntadâ?) no tiene mucho sentido, especialmente como una guía o código moral uniforme para los practicantes de esa senda (como generalmente se toma), porque aunque aparentemente expresa una buena intención, no define lo que constituye ese “dañoâ?, ni tampoco quién tiene el derecho de definirlo, o cómo. En otras palabras, en la Wicca ese concepto de daño es en actualidad algo extremadamente relativo e incierto, lo que quiere decir que todos los wiccanos al fin y al cabo tienen que juzgar por si mismos si cualquier acción suya es dañina o no. Eso en sí no es problema; es más, probablemente refleja lo que la mayoría de la gente que no se adhiere a religiones o filosofías absolutistas hace todos los días. Pero sí hay un problema en esa ilusión engañosa que les hace creer a los wiccanos que están unidos bajo un código moral uniforme, cuando en realidad no lo están; y hay otro problema diferente cuando tantos wiccanos perpetúan erróneamente la noción de que el Rede es “celta.â?
No conozco de escritos extensos que describan o analicen ese concepto de “toradhâ? — más bien, es una premisa cultural que la gente adquiere desde la niñez y que se mantiene por sentido común, aunque a menudo se refiere a ella a través de dichos y proverbios (alguien — se me olvida quién — hace años escribió que “los gaelos son un pueblo que no se rige por leyes, sino por proverbiosâ?); por ejemplo: “el sembrador de ortigas no cosechará manzanasâ?, o “el que quiera comer fruta, no debe estropear la flor.â? O sea, que cada acto, cada pensamiento, cada deseo nuestro tiene consecuencias — tanto directas como indirectas, tanto obvias como invisibles — por las que somos responsables, y de las que recibiremos los frutos apropiados. No tiene nada que ver con el bien o el mal, con hacer daño o no — es simplemente una cuestión de causa y efecto.
Mis maestros decían: “Todo lo que haces tiene consecuencias; antes de hacer algo, piensa bien si de veras estás dispuesto a aceptar esas consecuencias.â? Eso implica que, si no puedes ver claramente los resultados más probables de un acto, quizás no debas hacerlo hasta que lo entiendas mejor. Pero, por mucho que lo “entendamosâ?, nunca podremos ver todas las consecuencias de antemano, así que con cualquier cosa que hagamos, por insignificante que parezca, nos tomamos un riesgo; por supuesto, el no actuar también tiene sus consecuencias y riesgos.
Y el tener “buenas intencionesâ? no nos absuelve de responsabilidad por nuestros actos (como se cree en el cristianismo, por ejemplo); en el mundo natural, las cosas no son así. Por ejemplo, si, pensando que voy a hacer “el bienâ? de salvar una especie botánica que está amenazada con la extinción, siembro su semilla al borde de un bosque, y lo que resulta es que esa planta crece y se propaga como un cáncer hasta que destruye el bosque entero, mi “buenaâ? intención no cambia las cosas, y no me quita responsabilidad ni por mi ignorancia ni por el hecho de que mi acto causó la destrucción del bosque — es el fruto que cosecho, ya fuera esa mi intención o no, ya me guste o no, ya lo acepte o no. Y esa cosecha tendrá sus propias consecuencias en mi vida, ya bien las comprenda yo o no.

Sobre esa “Ley de Tresâ?, allá para principios de los setentas eso tenía un significado bastante diferente. Por un lado, entre los wiccanos se conocía entonces como la “Regla de Tresâ?, con el sentido de “reglaâ? que significa un principio o un postulado. Quizás ésto parezca como simplemente un juego de semántica, pero no lo veo así. Creo que “leyâ? es una palabra mucho más fuerte, que tiene el sentido de algo fijo e inmutable, comparable al sentido moderno de el “Redeâ? como ley o código moral; mientras que “reglaâ? es algo más flexible e inexacto, es una guía más que un edicto, comparable al significado original del “Redeâ? como “consejoâ?. Creo que este es un ejemplo bastante bueno de como las religiones tienden a calcificarse y codificarse a través del tiempo — en menos de veinte años, una guía o consejo se convierte en “ley.â?
Por otra parte, esa “Regla de Tresâ? se aplicaba exclusivamente a la magia, no a la vida en general. O sea, que las consecuencias de cualquier acto específicamente mágico te regresarían tres veces — el intento era subrayar que la magia incrementa e intensifica los resultados de nuestros actos, porque añade una fuerza concentrada de energía síquica que por lo general no está presente en nuestras acciones ordinarias, y por lo tanto eso conlleva una sugerencia (otro de esos “consejosâ?) de que se debe tener mucho cuidado con cualquier cosa que se haga a través de la magia, porque las consecuencias son más fuertes. Irónicamente, esa “Ley de Tresâ? moderna destruye el sentido original, porque borra la distinción entre actos mágicos y actos ordinarios.

————————————————

Mensaje 4 de 5 en la discusión   
De: Áuryn- Enviado: 17/01/2006 19:20

Postdata:

Msn Grupos es un auténtico coñazo a la hora de copiar textos. Acabo de sudar sangre para colgar esto, y ahora al menos se lee, aunque no ha quedado precisamente bonito.

Lapis… si estás dispuesta a meterte con lo de la página web y hacer un foro en superforos, me comprometo a ayudarte con todo lo que tenga. Acaba de terminárseme la paciencia.

————————————————

Mensaje 5 de 5 en la discusión   

De: NATURE_68
Enviado: 20/01/2006 21:35

ola, solo para decir que esta buenisimo el articulo,la verdad

es muy interesante y sobre todo porque me informa de cosas que yo no sabia, porque no sabia que existia una palabra celta en lugar de utilizar el karma.
pero es muy bueno
que bueno que tuviste paciencia para ponerlo
atte
pam

Comments are Closed