El estrés laboral

Fuente: “Aprende a dominar el estrés laboral” Pilar Alcázar y Javier Escudero, publicado en la revista Emprendedores (septiembre de 2002, núm. 60).

(…) Cómo se origina el estrés

El estrés forma parte de nuestras vidas y como tal hay que saber convivir con él. Pero debemos distinguir entre el positivo y el negativo si queremos evitar graves problemas.

La primera definición del concepto de estrés la estableció, hace más de medio siglo, el médico Hans Selye, que habló de una respuesta inespecífica del organismo a cualquier exigencia del medio para adaptarse. Es decir, es estrés significa capacidad de adaptarse al entorno”, explica Arturo Pretel Pretel, especialista en Medicina del Trabajo.

Según sea este proceso de adaptación podemos hablar de dos tipos de estrés. El primero es el estrés positivo o, como lo denominan los expertos, “eustrés”, y sería el normal ante cualquier actividad diaria, por ejemplo, conducir. El segundo se llama distrés e implica graves consecuencias, especialmente, para la salud.
Como señala Arturo Pretel, “todos necesitamos un punto de tensión, de respuesta al entorno. Lo malo es cuando esa situación se convierte en una evidencia de tipo negativo”.

Seyle identificó tres fases en el proceso del estrés:
· La reacción de alarma. Frente a una amenaza o riesgo, el organismo procesa la información y genera sistemas de protección y alerta para actuar.

· Estado de resistencia. Nuestro organismo está preparado para resistir y tolerar, tanto física como psíquicamente, un cierto grado de estrés.

· Estado de fatiga. Frente a una situación de estrés prolongada, el organismo se ve superado para detenerse llegando al agotamiento.

Esto degenerará en la aparición de problemas. “Cuando se llega a esta fase, esta persona ha superado ya su nivel de tolerancia frente al estrés”, indica Pretel.
Cuando has vivido una situación estresante, ésta se archiva en la memoria y, en el caso de que vuelva a repetirse, el organismo reutiliza los mecanismos de defensa para superar esa prueba.
Si el resultado es positivo el trabajador se enfrentará a retos similares con una buena predisposición al éxito.

Carácter enfermizo

Por el contrario, si es negativo, en el futuro reaccionará con inseguridad y miedo. “Cuando las situaciones negativas sobrepasan cualitativamente a las positivas puede darse una situación extrema: el desbordamiento. El sujeto no puede superar el balance abrumadoramente negativo que, a su parecer, le inhabilita para desempeñar casi cualquier tipo de tarea”, destaca Juan Manuel Gutiérrez en su libro Ergonomía y psicología en la empresa.

Según la Dirección General de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea, el estrés laboral es “el conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento frente a determinados aspectos adversos o nocivos de la organización, el contenido o el entorno. Se caracteriza por altos niveles de excitación y angustia, con la sensación de no poder hacer frente a la situación”.

Además, el estrés laboral puede conducir a la enfermedad “cuando los imperativos profesionales son elevados y la influencia que el trabajador ejerce en sus condiciones de trabajo es reducida, cuando el apoyo social de la dirección o de los compañeros es insuficiente, o cuando la recompensa que recibe –en cuanto a remuneración, estima o control de la situación– no corresponde al trabajo realizado”.

Controla la situación

Pero el estrés laboral no se considera nocivo si se permite al trabajador –dentro de unos límites razonables– controlar sus condiciones de trabajo, o si se anima a hacerlo, y si se le brinda un apoyo social adecuado “Cuando creemos que controlamos la situación, el estrés se convierte en un desafío, y no en una amenaza. Cuando nos falta esa sensación, el estrés puede suponer una crisis”.

Frente a esta situación, “el mejor tratamiento es la prevención, apunta Pretel.
El proceso fisiológico que explica la aparición del estrés ha sido objeto de un detallado estudio. Como dice Gutiérrez en su obra, el estrés es una situación fisiológica y anímica de reacción/no reacción ante una situación externa (instantánea o continuada en el tiempo). Las vías por las que se genera, regula y controla son principalmente neurológicas y hormonales.

La transmisión se produce a través de la vía hipotálamo-hipófisis-glándulas suprarrenales, bien directamente o a través del sistema nervioso vegetativo. La activación neuronal y endocrina generada a través de esta vía supone segregar una serie de hormonas y otras sustancias como adrenalina, noradrenalina y corticoides, “cuya actuación y efectos corresponden a la situación que se denomina de estrés agudo”, subraya.

‘Estar quemado’

El síndrome de burnout o estar quemado es un tipo de estrés crónico. “Es el culmen de la insatisfacción, del no control del estrés laboral, y se da en profesiones cualificadas. Llega un momento en que el profesional no da más de sí al no ver perspectivas ni resultados a su labor, y se quema”, explica Pretel. La reacción más habitual es la de encerrarse en la rutina. “Estos casos son más difíciles de detectar, a no ser que haya síntomas somáticos”. (…)

Controla tu propio estrés

La personalidad y los propios genes marcan los niveles de presión que puede soportar cada uno. Pero se puede aprender a tolerar mejor las situaciones de máxima tensión.

Algunas personas llegan a sufrir agudos cuadros de estrés aunque es su entorno no exista suficiente presión para desencadenarlo. La razón es que las fuentes de estrés pueden estar incluso en uno mismo. Así, factores como el miedo al fracaso, la frustración que genera no alcanzar las propias metas o la adicción al trabajo pueden tener una explicación muy personal. En esta predisposición personal al estrés los expertos apuntan dos factores:

La personalidad.
Desde hace años, los psicólogos distinguen dos tipos de personalidad que marca nuestra capacidad para afrontar el estrés. El principal grupo de riesgo se encuentra en los profesionales con una personalidad del “tipo A”: ambiciosos, impulsivos, muy competitivos en cualquier situación –no sólo en el trabajo–, perfeccionistas y que exteriorizan su respuesta al estrés mediante reacciones excesivas.

“Son, generalmente, personas que no saben desconectar, sin otros objetivos en la vida más que los laborales, y que carecen de una vida rica en odio, cultura y relaciones sociales. Ponen todas sus metas en el trabajo y sufren estrés cuando las ven amenazadas”, explica Jesús Francisco Molinera, consultor de relaciones laborales.

Otro denominador común que presentan las principales víctimas de estrés es que suelen tener unos parámetros de actuación muy rígidos. “Son profesionales poco permeables a los cambios y para ellos cualquier cambio representa el caos”, añade Molinera.

En el otro extremo se encuentran los trabajadores con una personalidad del “tipo B”: personas de carácter optimista, flexibles y controladas. Tienen menos predisposición a sufrir estrés porque dominan bien y de forma natural la presión.

Los propios genes. Mucho más recientes son las investigaciones que han descubierto la influencia de los genes en nuestra respuesta al estrés.
“Hemos identificado una serie de genes que repercuten en los niveles de estrés y nos permiten prever quiénes son más vulnerables a padecer este tipo de patologías. Estas investigaciones nos ayudarán a luchar contra el estrés en el futuro y a establecer un protocolo en medicina laboral que nos permita medir mejor los niveles de estrés de los empleados”, explica el doctor Ramón Cacabelos, director del Centro de Investigación Biomédica Euroespes (CIBE).

Poner límites

Pero el hecho de que tengamos una mayor o menor predisposición personal al estrés no significa que estemos condenados a sufrir sus efectos. “Cada uno debe conocerse y saber hasta dónde puede llegar en cada momento. En el trabajo conviene actuar como en el juego de La Oca: de vez en cuando hay que parar en la posada para mirar alrededor y ver hacia dónde vamos, si seguimos subiendo una cuesta o paramos”, explica Carmen López Aullón. Y advierte: “Las personas con tendencia a la adicción al trabajo deben aprender autodisciplina y recordar que el adicto al trabajo se comporta como el alcohólico o el ludópata, siempre dice que controla la situación. Es una patología y se debe tratar como tal”.

En la mayoría de estos casos la gestión del estrés individual precisa ayuda de profesionales. “Lo fundamental es aprender a detectar cuáles son las fuentes de estrés para actuar en consecuencia. Si el estrés lo genera uno mismo porque se ha puesto metas muy altas o porque se obsesiona con las consecuencias negativas que puede tener cualquier error, tendrá que trabajar sobre esto con la ayuda de un profesional, para cambiar actitudes y hábitos erróneos o para aprender a controlar los pensamientos que le generan estrés”, apunta María Cervera.

Cómo reducir la tensión

Fuera del lugar de trabajo existe una gran oferta de actividades y recursos para reducir el estrés. Elige el que mejor se adapte a tus necesidades.
La forma de control del estrés más extendida en el mundo empresarial es a través de la formación y las terapias impartidas por especialistas en salud laboral.

Qué ofrecen

Son clases prácticas en las que, de forma individual o en grupo, se aprende a controlar los factores que más inciden en el nivel de estrés de cada puesto de trabajo. Uno de los puntos clave de estos cursos son los conocimientos ergonómicos del puesto de trabajo, centrados de forma individual en la corrección de las posturas que agudizan las dolencias físicas del estrés. También incluyen el aprendizaje de técnicas cognitivas de control del estrés, como la detección de los pensamientos negativos o la gestión de las situaciones que provocan ansiedad, corrigiendo nuestras respuestas. Así, está demostrado que ante una situación de conflicto todos tendemos a repetir unas pautas de conducta. Por ejemplo, unos intentan asumir el problema haciendo un sobreesfuerzo, otros empiezan a actuar sin analizar la situación… Las técnicas de afrontamiento ayudan a introducir una acción correctora para evitar estos hábitos negativos.

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11 Commentsto El estrés laboral

  1. Vaelia dice:

    Señales de alarma

    Los síntomas más habituales del estrés son palpitaciones, taquicardias, molestias y trastornos gástricos, dolores de cabeza, contracturas musculares, mareos, fatiga, falta de concentración y de sueño, irritabilidad, apatía e incluso disfunciones sexuales y alteraciones menstruales.

    La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés habla también de incapacidad para tomar decisiones y para concentrarse, olvidos frecuentes, hipersensibilidad a la critica y bloqueos mentales. Además, apunta otros efectos sobre nuestro comportamiento, como predisposición a accidentes, consumo de drogas, comer en exceso y/o falta de apetito, beber y fumar inmoderadamente, excitabilidad, conductas impulsivas, alteraciones en el habla, risas nerviosas, etc.

    Estos síntomas pueden tener consecuencias sobre el trabajo, como absentismo, relaciones conflictivas, mala productividad, insatisfacción con las tareas…

  2. Vaelia dice:

    Técnicas individuales para controlar la presión

    Se trata de adquirir nuevas habilidades o cambiar nuestros hábitos de conducta para dominar las fuentes de estrés.

    1. Cambiar de hábitos en el trabajo. La clave para mejorar las condiciones de trabajo está en conocer nuestras propias capacidades y aprender a poner límites a tiempo. Por ejemplo, si el problema es un exceso de trabajo o falta de tiempo, nos ayudará aprender a ser más asertivos, delegar, evitar interrupciones cuando se realicen tareas que exijan mucha concentración, conocer nuestras horas de máximo rendimiento y dejar las tareas más difíciles para entonces…
    1. Evitar pensamientos estresantes. “Una percepción negativa del lugar de trabajo puede crear estrés, aunque no existan aparentemente causas objetivas para ello. Hemos visto que algunas personas sufren estrés porque perciben peligro en su puesto aunque no lo haya”, explica Cervera. En estos casos, resultan muy eficaces las técnicas de reestructuración cognitiva, orientadas a eliminar las creencias erróneas y los pensamientos deformados. Por ejemplo, se puede aprender a no interpretar los problemas en función de quién tiene la culpa y centrarse en buscar soluciones; no pensa continuamente en unas normas rígidas sobre lo que deberían ser las cosas en lugar de valorar la realidad como es; evitar los razonamientos emocionales (no pensar que eres un estúpido porque te hayas equivocado), o no obsesionarse con tener siempre la razón.
    1. Controles físicos de la tensión. Se trata de controlar los niveles de estrés cuando aparezcan los primeros síntomas físicos: tensión arterial, el pulso, la frecuencia cardiaca y respiratoria… Si los niveles de tensión están por encima de lo normal, hay que aplicar medidas antiestrés como técnicas de relajación, dar un paseo o hacer ejercicio físico.
      La alimentación también es importante. Conviene reducir el consumo de grasas, cafeína, alcohol, tabaco, azúcar y sal.
    1. Separar la vida privada del trabajo. Conviene evitar las comidas de trabajo, no llevar tareas a casa ni asistir a clubes y actividades de empresa. Es mejor reservar el tiempo de ocio para actividades en un entorno social diferente al trabajo.
  3. Banned Chipola dice:

    Este tema cae como anillo al dedo. Mi hermana se metio en una situacion que ahorita la tiene hospitalizada, y todo por stress laboral.

    Coincidencias que tiene la vida.

  4. Vaelia dice:

    :S Espero que se mejore… En breve posteo algo más acerca de las relacione laborales, a veces no es sólo una cuestión de estrés.

  5. Banned Chipola dice:

    Lo mas seguro es que en 48 hrs ya este dada de alta.

    Ahora sigue que proceda legalmente contra su jefe.

  6. Vaelia dice:

    Entonces tiene más pinta de ser la otra cosa :/

  7. MenteCritica dice:

    No están considerando el estrés por cambio de sexenio.

  8. Banned Chipola dice:

    Suena a operacion transgenerica.

  9. Dark Crow dice:

    O el estres provocado en operativos policiales.

    Un dia me castigaron nviandome directito a un club de pelea con chavales de secundaria drogados y en estado de ebriedad.

    Resultado:
    Dos costillas chuecas (las de siempre para variar). Y un monton de patrullas.

    Y unos 5 chamacos embarrados en el piso. Y sus otros 15 cuates corriendo.

  10. Banned Chipola dice:

    Mmm suena tentador

  11. Dark Crow dice:

    Yo tarde una semana en caminar bien.

    Luego explico sobre una pinolizacion que le cabao de hacer a mi exdirector.