LA DANZARINA PRODIGIOSA DEL TEUHTZIN

LA DANZARINA PRODIGIOSA DEL TEUHTZIN

San Juan Ohtli es el nombre que el alumno de mi maestro Marcial Gutiérrez, llamado Carlitos, dio a un paraje del Teuhtzin, donde paso algunos años de 1947 a 1953, realizando sus estudios de antropología. Durante su estancia en aquel bellísimo lugar, Carlitos vivía en un estado de constante sorpresa; de tal forma, el antropólogo llego a la conclusión de que “Malacateticpac y sus habitantes representaban una alternativa vital al concepto occidental de la causa y efecto, donde la ecología significa poco, donde no aceptan nada que salga de lo ordinario, donde ocultan a aquellos que poseen poderes, en vez de escucharlos”.

Los habitantes de Malacateticpac tenia premoniciones, veneraban piedras que al ser contempladas otorgan diversos dones, creían en el espíritu de la naturaleza y respetan lugares que calificaban de especiales. Sobre esta estancia y sus experiencias, el hermano Carlitos escribió sus notas, que él denominaba: “Los dones ocultos de las itotiani ichpocatzin (señoritas danzantes) del Teteuhtzin”, de las cuales extraemos un resumen.

Atlacomulco era una itotiani que fue el personaje importante y el sujeto mas interesante de los que Carlitos conoció y estudio, ella, Atlacomulco, por si misma, constituyo todo un conocimiento psíquico. He aquí.

Con solo 19 años, Atlacomulco, se encargo de demostrar al hermano Carlitos la diferencia radical que existe entre la concepción de la vida de ambos, revelándole al mismo tiempo una realidad para él desconocida. La itotiani era el ser mas dotado paranormalmente de la población del Cuahumecatl, pero – debido a su corta edad -, todavía no llegaba a dominar plenamente sus poderes.

LOS INCREIBLES PODERES DE ATLACOMULCO

Ella era huérfana, fue educada por mi maestro Marcial Gutiérrez y después por mi maestro de Danza Cósmica Emiliano Atlahutenco, de quienes recibió y asimilo conocimientos que ella consideraba naturales, pero para quienes no están en constante contacto con ellos son un milagro.

El San Juan Ohtli es el lugar de la danza, donde todo lo que se considera importante se expresa danzando, mi maestro de danza que ha enseñado la danza a todas las itotiani, le dijo a Carlitos que estaba esperando el momento en que los poderes de Atlacomulco maduraran pues entonces sucedería algo maravilloso, quizás un enfrentamiento de fuerzas que siempre están en pugna, durantes la “danza del poder” (Netotiliztli).

Cada vez que Atlacomulco danzaba, los espectadores caían bajo el influjo de la fuerza mental, pues ella poseía la capacidad innata de proyectar por medio de la danza cualquier imagen, situación o sentimiento que experimentaba en ese momento. La danza de Atlacomulco es un rito Creador, nadie podía escapar a su poder.

Carlitos no se explicaba como la itotiani podía crear imágenes tan vividas en la mente de los espectadores, imágenes que los que les rodeaban podían ver y casi tocar.

Atlacomulco era clarividente. Ella explicaba al hermano Carlitos como podía saber con anticipación cuando alguien o va a llegar, pues distinguía un humo negro con la forma de la persona que llegaría; dicha sombra se extiende desde el lugar de partida y se vuelve cada vez mas precisa en el sitio a donde llegará a medida que el arribo se aproxima. Así podía saber cuando regresaría del bosque su maestro Marcial Gutiérrez y si vendría solo o no. Atlacomulco no podía comprender esto, pues para ella era como una pelea de gallos, donde todo mundo deber ver la sombra que, antes de iniciarse la parte vital del combate, envuelve al perdedor.

La itotiani podía escuchar el color de los sonidos y los repetía sin equivocación todas las veces que Carlitos la interrogaba.

Durante su estancia en Malacateticpac, Carlitos vivió de cerca el cambio que se operaba día a día en la Itotiani, quien desde muy pequeña aceptó sus poderes e hizo uso de ellos de un modo natural, instintivo, sin Consejo o guía, mas que de mi maestro Marcial Gutiérrez.

ATLACOMULCO ALCANZA LA MADUREZ

Un día los poderes de la itotiani se conjugaron y ella demostró estar consciente de ello. Mientras preparaba un arado, Chepoztli, uno de los jóvenes conocidos como Atlacomulco, soltó el arado y se lastimo el arco del pie de tal forma que se le hincho y comenzó a formarse una gran ampolla. Atlacomulco se arrodilló y tomando el pie en la palma de la su mano derecha, suavemente cubrió la herida con la izquierda. De pronto Atlacomulco retiró la mano sonriendo extrañamente; la ampolla había desaparecido totalmente.

La fama de Atlacomulco creció, poco a poco acudían todos los necesitados a quienes curaba instintivamente, con gran sencillez; los Calpulehque (mayordomos) de los Calpulli (barrios) empezaron a mostrar disgusto, inquietos y temerosos, con razón de que el poder de Atlacomulco llegase a ser mayor.

ALGO QUE SE HA PERDIDO

Las notas de Carlitos, quien indudablemente esta influenciado por la gran sorpresa o revelación que constituye para un profesional de formación occidental enfrentar fenómenos de este tipo, a diferencia de cómo lo hacia la gente simple, los campesinos, que no rechazaban los hechos “sobrenaturales” solo por no poder explicarlos, sino que los aceptaban y los interesaban sin conflicto a su vida diaria.

Carlitos no trataba de probar una teoría, simplemente se concretaba a narrar hechos sorprendentes e inexplicables, para la mayoría de los occidentales, con un toque de misticismo pero también con una clara capacidad de análisis, conocimiento de la materia y disposición para aceptarlo.

Dones desconocidos por medio de la danza es una constatación de los poderes naturales del ser humano, los cuales se van atrofiando y perdiendo en gran parte debido a la absurda distorsión de la danza prehispánica por parte de los dirigentes del clero.

Claro está que hay personas con mas capacidad que otras como en todas las manifestaciones humanas, pero como escribe en sus notas Carlitos, es una pena que en el mundo occidental, en vez de tratar de aprender, de estudiar, de beneficiarnos de los dones extraordinarios que poseen ciertas personas de la tradición mexica, a propósito ridiculicemos, rechacemos o neguemos la existencia de estos fenómenos, que seriamente estudiados, seguramente arrojarán luz sobre la verdadera esencia del ser humano.

Artemio Solis Guzman.
Milpa Alta.

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