Las 20 historias más geeks

Fuente: [url=http://geekipollas.com/?p=131]http://geekipollas.com/?p=131[/url]

Alberto Torres

“Antes de acabar la ESO: Debía entregar un trabajo A MANO de educación física para recuperar la asignatura, y yo odio escribir a mano, sobretodo si es algo que se puede hacer (o copiar) a ordenador.

Me hice un programa en C con las librerías SDL que pegaba imágenes de las letras escritas por mí y escaneadas. Como se repetía mucho y se torcía, lo volví a hacer con 2 abecedarios, uno que se torcía hacia arriba y otro hacia abajo. El programa mantenía la base de las letras a la misma altura eligiendo cual letra se torcía menos también repetí las letras que más se notaban iguales, como la ‘a’. El resultado impreso era bastante malo: parecía hecho a rotulador. Investigué como
debería imprimir una línea para que pareciera escrito con pilot: imprimiendo líneas finas a 600 ppp, por lo que tuve que rediseñar mi letra dibujándola vectorialmente encima de mi letra escaneada. El programa tiene un modo en el cual vas señalando las coordenadas cada
letra, que son: punto de entrada, punto de salida, límite de arriba, límite de abajo, base de la letra.

La impresión ya era mas realista: el programa acepta un archivo de texto y guarda tantas imágenes bmp como páginas necesita. Tras la impresión le añadía algunos toques realistas tales como tachones, marcas de dedos manchados de tinta… Si uno conoce la existencia de
este programa, y fijándose un poco, podría saber que está impreso porque el color está un poco apagado. Pero no era el caso, claro. Sí, lo sé: hubiera sido más fácil escribirlo a mano, aunque fueran tantas hojas, pero eso es muy aburrido (y cansa) y no aprendo nada.

Eso fue hace 2 años y medio. ”

Luis Alejandro Bernal Romero

“Una vez me hice novio de una desarrolladora en cobol. Pues en esa época estaba yo aprendiendo sobre la interupciones de la BIOS, el acceso directo a pantalla y esas cosas. Era conocido por que me gustaba el bajo nivel. Pues con esos conocimientos decidí hacerle un regalo a mi novia. Le escribí un programa que reemplazaba el manejador de la interupción de teclado y cada cierto número de teclas, el programa se activaba y borrando toda la pantalla salía una exibición que terminaba en un corazón con el nombre de los dos, muy romántico. Y mi novia, algo Geek también, lo instaló en el computador de todos sus compañeros. No puede volver pasar por la oficina de mi novia en varios meses. ”

María 242

“Experimento 242

Recuerdo que allá por 1991, cuando tenía 24 añitos, modifiqué artificialmente mi ritmo circadiano. Me “fabriqué” una semana de 6 días de 28 horas cada uno. Mi intención era aumentar mi productividad y, sobre todo, hacer un experimento físico y psicológico de resultados impredecibles, era como aislarme del mundo sin abandonarlo totalmente. Cada día dormía aproximadamente 9 horas con lo que restaban 19 para estar despierta intentando aprovechar el tiempo y observando en mi propio cuerpo y en mi propia mente el resultado del experimento. Por supuesto el tiempo siguió siendo el mismo, no había más tiempo, pero daba la sensación de que transcurría a otra velocidad. Cada día era mucho más largo pero tenía un día menos a la semana. Realmente aprovechaba mejor el tiempo, porque agrupando de esta manera, las horas de sueño y de vigilia, los bloques de tiempo eran más largos y habían menos interrupciones y menos minutos perdidos en iniciar y parar actividades. Físicamente era más que soportable, me encontraba como nunca, con más energía y nada cansada. Incluso le puse nombre a mis nuevos días: Lunesmar, Tesmier, Colesjué, Vesvier, Nessaba y Dodomingo.

Pero la Tierra seguía girando con su velocidad habitual y todos los mortales que yo conocía seguían, más o menos, el ritmo del planeta. Psicológicamente empezaba a ser un poco insoportable. Por aquel entonces vivía en un piso de estudiantes en Salamanca y mi ritmo no coincidía con el de las demás chicas. Me perdía algunas clases. La regla me venía cada 24 días, tenía que planificar bastante las salidas a la calle para la compra, el ocio, etc. De la armonía inicial pasé al caos en cuatro semanas y duré seis días más (de los míos).

En fin, no me arrepiento de haber hecho esta burrada, es más, tenía que haber probado durante más tiempo el experimento para sacar más conclusiones. Ahora me sería totalmente imposible. Perdería mi trabajo y mis hijas me llevarían directamente al psiquiatra por geekipollas (la verdad es que no sé cómo no lo han hecho ya). ”

……

La verdad es que, del resto de historias, la mayoría no las entiendo

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2 Commentsto Las 20 historias más geeks

  1. admin dice:

    Varios estan buenisimos =)

  2. Banned Chipola dice:

    El de la modificacion circadiana suena interesante.