Formas alternativas economicas

Ideas sacadas del libro, ciudades dificiles, el futuro de la vida urbana frente a la globalizacion de Adolfo benito narvaez tijerina

9 Commentsto Formas alternativas economicas

  1. Banned Chipola dice:

    Una vida sin dinero? (pag 252)

    Heidemarie Schwermer (2002) plantea en su interesante autobiografia una posibilidad limite a las formas actuales de socializacion basadas en una biografia centrada en lo laboral: que es posible vivir sin dinero. Su experiencia al respecto tiene que ver con un experimento que inicio en 1994 con la fundacion de una casa-red de trueque en Dortmund, Alemania, llamada Centro “Da y Toma” que funcionaba merced a la asociacion voluntaria de personas que intercambiaban bienes y servicios, ya sea que estuvieran integrados al mundo laboral o no…

    …La historia de esta alemana se convirtio desde entonces en una experiencia llena de riqueza. La exploracion de Schwermer no solo se centro en las posibilidades pragmaticas de la supervivencia al margen del mundo del dinero, sino en una definicion nueva y radicalmente diferente a la cotidiana de lo que es el trabajo y el tiempo libre, la ocupaicon, la profesion y la especializacion de la actividad en el mundo contemporaneo…

    …Dice que no fue facil, sobre todo porque en el contexto cultural del que ella procede, la seguridad personal es un asunto del que hay que cuidar mucho y cuesta bastante…

    …Conseguir comida, ropa y casa se hizo tarea facil en la medida en la que intercambiaba el cuidado de casas en vacaciones (no hay que perder de vista que los alemanes son campeones mundiales en el disfrute de tiempo libre y acostumbran salir bastante tiempo de vacaciones cada anho, abandonando su casa con frecuencia) o el cuidado de personas mayores por el sustento y el techo. Los autocuidados, aunque en la etapa inicial de su aventura eran pocos, con el tiempo fueron tomando su lugar, asi la autora confiesa que fue adquiriendo el habito no solo de tener donde vivir y que comer, sino ademas el de verse bien (lo que le hacia sentirse mejor para consigo misma y en su relaciones con otros)…

  2. Banned Chipola dice:

    No les empuja ni el hambre ni la pobreza. Revolver cada semana entre las basuras responde simplemente a la llamada de sus conciencias. Hastiados de observar cómo la sociedad occidental deja morir en sus calles toneladas de comida en perfecto estado, un puñado de ciudadanos repartidos por el mundo y autodenominados freegan tratan de retrasar el colapso ecológico al que afirman que está abocado el planeta evitando pagar por consumir y recuperando parte de la comida salvable que se tira a diario. Que no es poca.

    En la puerta de supermercados neoyorquinos como D’Agostino, en el barrio de Midtown, se hacinan cada noche decenas de bolsas de supuestos residuos. Pero si uno mira dentro, como hacen dos veces por semana profesores de instituto como Janet Kalish o expertos en comunicación como Madeleine Nelson, es posible encontrar todo tipo de frutas y verduras en perfecto estado, yogures, zumos de fruta, pasta, arroz, huevos, carne, pescado ahumado…

    “El 80% de lo que como lo consigo así desde hace un año. Lo que más abunda es pan. Cada noche se tiran miles de barras. La verdura suele venir empaquetada y limpia. La fruta a veces está golpeada, pero en general tiene buen aspecto. Se encuentran muchísimos yogures y la mayoría sin caducar. La pasta o el arroz a veces simplemente tienen el paquete roto, y eso ya los convierte en basura”, explica Madeleine, que no es vegetariana, a pesar de que la palabra freegan naciera como contracción entre free (libre, gratis) y vegan (vegetariano que rechaza cualquier producto animal).

    “Cada persona decide su grado de compromiso”, explica esta mujer de 50 años. Ella vive en el corazón del West Village, en un amplio apartamento lleno de libros; trabaja como portavoz de una ONG, y antes, para una multinacional. “Lo mío es una decisión consciente: desobedecer la orden de comprar. Es un boicot a la sociedad de consumo. Se gasta en exceso, y eso está matando al planeta. Por eso he minimizado todas mis compras. Los libros son usados, los electrodomésticos los arreglo, la ropa es de mercadillos gratuitos”.

    Ella es parte del centenar de personas que constituyen el grupo de los freegan neoyorquinos. El País Semanal acompañó a una decena en una de sus compras nocturnas y después cenó con ellos, algo que hacen a menudo para demostrarle a la prensa que todo lo que se encuentra es tan co¬¬mestible como si se hubiera comprado en una tienda de gourmet. Y en muchos casos, los alimentos proceden precisamente de esas tiendas, porque los freegan saben cuidarse, no buscan bocadillos mordisqueados, sino setas italianas, pero en lugar de pagar precios astronómicos por ellas, las recogen de la basura.

    Quizá lleven un día caducadas. Quizá caduquen dos días después. La diferencia, dicen, es imperceptible. Los comercios ponen esas fechas mucho antes de lo necesario. Pero ¿por qué acaban en la basura? Por la sobreabundancia. “Muchos supermercados simplemente tiran productos cuando les llegan otros más frescos por falta de espacio”, asegura Adam Weissman, de 28 años, uno de los impulsores de este movimiento nacido en la costa oeste hace décadas y que él ayuda a promover en Nueva York desde hace dos años. Un trabajador del supermercado D’Agostino lo confirma mientras observa cómo los freegan hacen sus compras: plátanos, melocotones, espinacas, tofu…

    El grupo bucea en las basuras y va sacando tesoros que se escogen con sumo cuidado. “A veces hay tantas cosas que tenemos que dejarlas ahí”, dice Janet, con su mochila cargada de alimentos. Y no miente: frente a ella hay dos bolsas de basura llenas de zanahorias impolutas en contenedores de plástico. Caducan ese mismo día. Se sirven en la cena dos días después. Exquisitas.

    Según un estudio de la Universidad de Arizona, el 40% de los alimentos que se producen en Estados Unidos acaba en la basura sin pasar por ningún estómago; lo que significa que las familias tiran cada año al estercolero 40.000 millones de dólares. Un escándalo si se tiene en cuenta que hay 852 millones de personas malnutridas en el mundo, según la FAO, y que dentro de una ciudad como Nueva York, casi dos millones de personas viven por debajo del índice de pobreza, según el censo nacional.

    “La primera vez encontré 130 bagels [rosquillas de pan judío típicas de Nueva York] perfectamente limpios y empaquetados. Me juré a mí misma que nunca volvería a pagar por ellos”, cuenta Wendy Scher, de 26 años, quien ha convertido el freeganismo en una forma de vida. Se viste con ropa usada, su medio de transporte es una bicicleta reciclada, se está planteando ocupar una casa, pues hay muchos apartamentos vacíos en la ciudad, y en la medida de lo posible, tampoco consume cultura de masas, algo que los freegan más ortodoxos, como Adam Weissman, se toman muy en serio.

    “Si compras un cd, tienes que pensar en el impacto ecológico del plástico que lo envuelve. Si ves una película, sabes que te están me¬¬tiendo en ella mensajes subliminales sobre qué beber o cómo vestir, y además, en su producción se desperdician toneladas de materiales. Antes de tomar cualquier decisión me pregunto el impacto económico o social de cada producto que se consume. Y la cultura de masas es tremendamente contaminante, psíquica y físicamente”, afirma Weissman, que tampoco tiene televisión.

    Sin embargo, es difícil escapar de todas las tentaciones. Él consume cómics, aunque no los compre y los consiga gratis. Y durante la cena, la serie Star Trek, que todos devoraron de pequeños, se convierte en animado tema de conversación. Al menos Weissman reconoce sus debilidades: “El efecto de la cultura de masas es increíblemente poderoso. Y es muy difícil escapar de él. Pero hay que intentarlo”.

    Más información en: freegan.info.

  3. Banned Chipola dice:

    En Alemania hay de 1996 unas extrañas tiendas llamadas “Umsonst Laden” (tiendas gratis). En ellas hay todo tipo de objetos usados pero que conservan cierta utilidad. Ropa, música, libros, juguetes y otros objetos esperan a que se los lleve alguien por la cara.

    ¿Por qué tirar lo que le aún puede ser útil a alguien? La tienda se alimenta de donaciones y absolutamente cualquiera puede llevarse impunemente tres objetos al día sin que tenga que dar nada a cambio, ni en especie ni en dinero. Sólo se aceptan donaciones para pagar el alquiler.

    Por supuesto las mejores cosas no duran mucho. A veces la misma gente ronda la tienda todo el día; suelen ser parados de larga duración, que se les diría en jerga sociológica. Sin embargo se espera que la gente no sea egoísta y sólo se lleve algo que realmente necesite. De la misma forma se espera que la gente done lo que ya no usa.

    La idea que subyace es que la sociedad produce más de que necesita y sin embargo está mal repartido. En fin, un movimiento netamente anticonsumista, que se nutre de voluntarios comprometidos. El fenómeno, invisible al PIB, cubre varias necesidades sociales: reducir la producción de basura, dar uso social a lo ya producido y facilitar bienes a los más necesitados. Además genera reflexión sobre el modelo económico imperante, pues las implicaciones de este fenómeno son muchas y variadas.

    Está claro que la dosis de civismo necesaria para que esto funcione no parece estar a la altura de muchos países. De momento parece expandirse por las cívicas Austria y Suiza. ¿Podrá este fenómeno viajar al sur de Europa en el futuro?

    http://www.soitu.es/participacion/2008/03/22/u/ne0bi0_1206208825.html

  4. Vaelia dice:

    Yo sé de una “tienda gratis” aquí en Barcelona provincia; la verdad es que va muy bien para dejar esas cosas que a ti no te sirven pero a otro puede que sí. También funciona lo de los supermercados y la comida que desperdician. De hecho, más que como algo “alternativo” vi un corte en los informativos en el que se veía una ciudad española a la que los ancianos/as iban directamente con sus bolsas y sus carros a la parte de detrás de los mercados, y se los llevaban bien llenos. Ni eran ellos indigentes ni la comida era basura.

    Edito aclaración.

  5. Banned Chipola dice:

    Aca en México parece que no hay nada similar.

  6. Lux dice:

    se de comedores que se abastecen con los alimentos que desechan los restaurantes y creo que algunas tiendas, el servicio es para niños y es gratis.

  7. Vaelia dice:

    [url=http://abcnews.go.com/WN/PersonOfWeek/story?id=4123327]http://abcnews.go.com/WN/PersonOfWeek/story?id=4123327[/url]

    El pasado mes de enero la ABC hacía eco de la propuesta de un chico de 11 años(Jack Davis) había hecho a los legisladores. La propuesta abogaba por entregar las abundantes sobras de comida que cada día tiran importantes restaurantes y hoteles y entregarla gratuitamente a comedores para los más necesitados. La propuesta no pasó inadvertida y el legislador Ari Porth ya ha contactado con la “Florida Restaurant Lodging Association”

  8. Vaelia dice:

    Otra más, en Madrid.

    [url=http://www.letra.org/spip/article.php?id_article=2500]http://www.letra.org/spip/article.php?id_article=2500[/url]

    El pasado domingo se inauguró en Madrid SINCOSTE, una tienda donde las cosas no cuestan nada. (…)
    Inditex (Pull and Bear, Massimo Dutti, Bershka, Kiddy’s Class, Oysho, Stradivarius y Zara Home) se ha extendido en 2007 hasta alcanzar 3.691 tiendas en 68 países distintos, como una mancha de aceite de 1.914.493 metros cuadrados de suelo dedicado a la ropa y los complementos de temporada. Inditex ha logrado imponer y normalizar un modelo de venta donde los artículos de la tienda se renuevan constantemente (Zara envía prendas nuevas a sus tiendas dos veces a la semana y la ropa se diseña, produce y distribuye en sólo tres semanas).

    ¿Cuál es el truco? Una deslocalización en constante evolución que permite producir los tejidos en condiciones infrahumanas utilizando la maquinaria agroindustrial transgénica y la fabricación de las prendas a precios irrisorios en China o indonesia. Incluso ahora, del diseño de la ropa se encargan los propios países productores, casi sin regulaciones laborales y mano de obra a precios de saldo.

    Esta vertiginosa maquinaria productiva ha supuesto un paso más en nuestro modelo de consumo despilfarrador y hedonista, introduciendo en la moda del usar y tirar productos como coches, viviendas o viajes turísticos.

    Con este escenario empezamos a trabajar, alimentándonos de algunas experiencias que ya se venían desarrollando, en un espacio de intercambio de objetos y ropa de segunda mano. Ese espacio se ubica hoy en el Centro social Patio Maravillas y pretende, como objetivo más ambicioso, dignificar el intercambio de ropa de segunda mano. ¿Por qué?

    Otros proyectos similares terminan acumulando ropa y objetos de forma caótica y, al final, parece más un trastero de curiosidades que una opción de consumo alternativo. La tienda gratis del Patio Maravillas quiere ser un espacio de objetos con valor y una alternativa creíble frente al consumismo actual.

    Por ello, en la tienda se incluye información sobre el modelo de consumo al que responde y sobre cómo utilizar ese servicio de forma que sea posible su mantenimiento sostenible. Por un lado, la recepción de ropa y objetos se hace de forma personalizada para que se produzca un intercambio y SINCOSTE no sirva sólo de “limpia conciencias”. Por otro, la salida de los productos se hace a través de un modelo de autogestión.

    Cuando iniciamos este proyecto éramos conscientes de su grado de experimentación, así que sólo deseamos poder disfrutar contigo cada una de las etapas por las que pase SINCOSTE, un nuevo granito de arena contra la cultura de usar y tirar.

  9. Banned Chipola dice:

    Especuladores, grupos de presión, enormes beneficios empresariales… y mucha hipocresía.Los precios están subiendo en todo el mundo. En los países más pobres el alza del precio de los alimentos está provocando una situación dramática: hambre y escasez, “un crimen contra la Humanidad”, tal y como lo calificó con toda razón el relator de las Naciones Unidas para los asuntos de la Alimentación, Jean Ziegler. Los precios de materias primas estratégicas como el petróleo se disparan y provocan subidas sucesivas en todos los mercados y suben también.

    http://www.elplural.com/politica/detail.php?id=23594