Introducción por Dennis O’Neil

Después de tres intentos, estaba satisfecho, pero aun entonces no tuve idea de lo que esto llegaría a ser.
El “esto” a que me refiero es la idea básica de la historia en cinco partes que estas a punto de leer, titulada “Veneno” y publicada por primera vez en LEYENDAS DEL SEÑOR DE LA NOCHE y, como es mencionado arriba, en su tercera encarnación. La escribí primero como una aventura de artes marciales en “Richard Dragon: Peleador de Kung-Fu en algún momento a principios de los 70’s. Pense que la historia estaba bien, pero de algún modo incompleta. La volví a utilizar en un numero de HISTORIAS DE DETECTIVES. Con Batman como protagonista la crei mejor, pero aun sentía que había mucho potencial dramático que no se ajustaba bien en un formato sencillo. (Esto fue en aquellos asombrosamente primitivos días cuando el termino “Novela Gráfica” aun estaba por completarse en las oficinas de DC Comics y cualquier tipo de historia continuada era rara en las publicaciones de la compañía.)
Demasiado malo, pero cosas peores le pasan a los escritores. Frecuentemente.
Entonces, en 1989, DC decidió lanzar su primer nueva revista mensual de Batman desde que el héroe tuvo su propia revista en 1940. El editor, Andy Helfer, decidió que cada historia fuera de 125 paginas. El me pidió contribuir con guiones. Recuerdo el argumento el cual, debía doblemente empujarse, retacarse y aplastarse como el pie de la hermanastra malvada siendo forzado dentro de la zapatilla de cristal, y con la intención de que, quizá finalmente, tuviera el vasto espacio para ello. Todas las 125 páginas -que debían ser suficientes.

Esperaba que así fuera.
¿Y exactamente, que es esta idea tres veces concebida? Bien, no recuerdo exactamente donde empieza, fue hace muchos años –¿Quizá acerca de esteroides que amigos levantadores de pesas estaban tomando, o como un reflejo de mis días inciertos en que luchaba por llegar a tener algún tipo de noción de una maquina asesina?–pero se de donde venia. En una simple frase: Nunca nadie se convierte en adicto para arruinar su vida. Las adicciones siempre comienzan con el deseo de ser mejor. Mas Fuerte, mas Inteligente, mas sociable, mas Rico, mas Valiente, mas. La promesa es siempre de menos dolor y gran realización, y la promesa es siempre una mentira. Es una lección que millones de personas están aprendiendo ( particularmente en las calles de nuestras ciudades ), una intensamente agonizante lección humana, y como tal un tema apropiado en la historia de Batman porque, a pesar de sus extravagantes y épicas aventuras, Batman es el mas humano de los grandes héroes de las historietas.
“Venom” fue publicado en LEGENDS OF THE DARK KNIGHT, números 16 al 20, conteniendo algunas complicaciones y, pensaba, finalmente terminada. Estaba equivocado.
Unos pocos meses después y reunido en un Holiday Inn con un grupo de escritores extremadamente talentosos para formular lo que llamamos una proeza. Como editor encargado del cuidado y y nutrición de los mitos de Batman, era mi trabajo mantener la frescura de la saga. Por eso cada par de años mi equipo creativo y yo tratamos de pensar en algo que ni nosotros ni ninguno de nuestra docenas de predecesores hayan hecho antes. Después del habitual maratón de paseos, bromas bocadillos y, debo admitirlo, partidas de póker –y quizá solo un par de minutos de sudar sangre– teníamos lo que llamamos “LA CAÍDA DEL CABALLERO” y “LA BÚSQUEDA DEL CABALLERO” . Es una historia en dos partes (Tres si consideramos “EL FIN DEL CABALLERO”) , la mas larga, mas ambiciosa que nunca hallamos intentado, la cual esta, al escribir yo esto, justo por empezar a aparecer en seis diferentes revistas DC . La trama que desarrollamos demandaba una sustancia adictiva capaz de conferir una fortaleza sobrehumana (y, eventualmente, horribles sufrimientos) en cualquiera que la use. Algunos recordaron el “Venom” y ya teníamos nuestra sustancia. Nos restregamos nuestras frentes ensangrentadas y comenzamos a hacer lo que los escritores hacen para vivir, contar historias. Esperamos haberlo hecho bien porque, esta vez probablemente no tengamos un segundo intento. Mucho menos un encantador tercero.