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¿Quién habla por ellos?

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¿Quién habla por ellos?

Y para muestra… un Acteal

Resu Rodríguez

Qué y cómo se habla de los derechos de los pueblos indígenas en los medios de “comunicación”. ¿Quién habla de ellos? El manejo mediático de la última resolución de la Suprema Corte sobre el caso Acteal es ilustrativo para dar algunas respuestas a estas preguntas.

La televisión, radio, prensa escrita y electrónica con más audiencia y lectores, construyeron un hecho que pocas veces entra en sus agendas: la “justicia por una masacre entre indígenas” de los Altos de Chiapas. ¿A quién se le concedió la palabra en este seguimiento de la noticia? A la clase política: Suprema Corte, diputados, presidente de México y abogados de un centro de investigación que funciona con recursos públicos. Los periodistas se dieron la voz a sí mismos y, para el tercero en juego en la comunicación política, organizaciones sociales y ciudadanos que conforman la opinión pública, sólo quedó un hilo de voz. No tuvo volumen la palabra de quienes vieron morir a Marcela Pucuj Luna de 67 años y Graciela Gómez Hernández, de tres años, asesinadas junto con otras 43 personas y cuatro a las que aún no se les daba nombre.

Nula fue la relación del caso con la violación a los derechos de los pueblos indígenas, subrayando la palabra pueblos, rescatada en La Jornada por Jaime Martínez Veloz. El cumplimiento de los derechos indígenas tiene que ver con una complejidad de acciones para el bien comunitario, porque en común-unidad es como viven los pueblos, realidad alejada de contextos urbanos y adinerados.

Así, cuando se decide poner en los medios un asunto indígena (que sucede poco), se habla de “indígenas” como individuos sin organización alguna, lo que hace posible omitir, en este caso ejemplar, la historia de lucha de las comunidades tsotsiles unidas en la Sociedad Civil las Abejas a raíz de un injusto encarcelamiento, así como la relación que tienen quienes perpetraron la masacre, llamada: organización paramilitar. Entonces resulta fácil entender el asunto así: individuos pobres e ignorantes (hasta del español) que, solos, se matan sin razón.

Cuando aparezcan los indígenas en la prensa, será porque están metidos en algún lío. ¿Qué desencadenó el conflicto? ¿Desde cuándo está? ¿Quiénes y para qué están involucrados? Eso no se sabrá ni se preguntará, pero conoceremos los saldos de la violencia entre indios. Para que una comunidad indígena sea digna de estar en la agenda de un medio tendrá que ser parte de algún secuestro de servidores públicos, bloqueo de carreteras o bien, beneficiaria de algún programa gubernamental o visitada por algún actor político. El tema indígena es muy usado para la autolegitimación empresarial o gubernamental, como en este foco sobre Acteal.

Sí, los pueblos indígenas aparecerán, pero mudos. Sólo serán referencia y no actor. No sujetos y, menos, de derechos colectivos (que no son un invento, existen). La aparición de mujeres indígenas en un diario se limitará al encuadre de una fotografía, siempre y cuando traigan puesto el traje típico, para mostrar el folclore y las tradiciones de nuestro país, reducidas a los bordados.

¿Dónde quedó la guerra y la contrainsurgencia? ¿Dónde las persistentes amenazas a las riquezas territoriales de los indígenas? Todo esto sucede hoy. Esas inexistentes preguntas en los medios con más rating tienen respuesta, en otros medios, como en el que se imprimen estas letras y en otros, que no son tantos porque la vigente ley de medios se hizo para que no los hubiera.

Raúl Lucas: siembra de odio, cosecha de ira

Raúl Lucas: siembra de odio, cosecha de ira

Luis Hernández Navarro

La quinta fue la vencida. Cuatro ocasiones anteriores, Raúl Lucas Lucía se había librado de la muerte. Pero el pasado 13 de febrero ya no pudo escapársele. Ese día fue detenido y desaparecido con violencia. Tres días más tarde fue asesinado. Sus restos aparecieron ocho días después. Su cuerpo tenía huellas de tortura y tiro de gracia. La misma suerte sufrió su compañero Manuel Ponce Rosas.

Insumiso, desde hace 10 años Raúl vivía acosado por el poder. En 1999, poco después de la matanza de El Charco, el Ejército Mexicano lo torturó y amenazó. En septiembre de 2001 nuevamente fue torturado por militares en su comunidad, junto a sus hermanos y cuñado. El 18 de octubre de 2006, después del paso de la otra campaña por la comunidad mixteca de El Charco, recibió amenazas de los soldados. El 15 de febrero de 2007 fue herido de bala en el cuello durante una emboscada que casi le costó la vida.

La quinta fue la vencida. El pasado 13 de febrero, Raúl y Manuel participaban en un acto oficial para inaugurar la construcción de edificios escolares en la ciudad de Ayutla de los Libres, Guerrero, junto con otras 35 personas. Recién acababa de pasar la una y media de la tarde cuando tres sujetos con armas largas llegaron, gritando policía. Los golpearon en la cabeza, los sacaron de la reunión a rastras para meterlos en una camioneta Liberty negra que los esperaba con el motor encendido y se los llevaron con rumbo desconocido.

Media hora después, Guadalupe Castro Morales, esposa de Manuel, recibió una llamada a su celular proveniente del teléfono de su marido. Cuando ella respondió, una voz masculina le advirtió: No empieces a chingar. Quédate calladita o jodemos a tu esposo. Esto les pasa por defender indios. No se supo más de ellos, hasta el 21 de febrero en que sus restos fueron encontrados.

Raúl Lucas García y Manuel Ponce Ríos eran indígenas, mixtecos, guerrerenses y pobres. Raúl era presidente de la Organización Independente de Pueblos Mixtecos (OIPM) y Manuel el secretario. La organización, nacida en 2002 de las comunidades sembradas entre profundas barrancas y grandes cerros, tiene su base en la cabecera municipal de Ayutla de los Libres. Se dedica a defender los derechos de los pueblos indios de la región, a denunciar las violaciones de los derechos humanos que sufren y a gestionar proyectos productivos y de bienestar social para los nu’saavi.

La OIPM proviene de la Organización Independiente de Pueblos Mixtecos y Tlapanecos (OIPMT), fundada en 1994. De esta última surgió, también, la Organización del Pueblo Indígena Me’phaa, que actualmente tiene a cinco de sus integrantes recluidos en el penal de Ayutla, y que han sido adoptados como presos de conciencia por Amnistía Internacional. Ambas uniones indígenas trabajan de manera coordinada con el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.

Raúl era oriundo de la comunidad de Roca Colorada, en la región mixteca de Ayutla de los Libres. Durante muchos años luchó por el beneficio de las comunidades indígenas. Cuando fue nombrado presidente del comisariado de Coapinola defendió los bosques contra la tala ilegal de la madera que llevaban a cabo empresas que saqueaban la riqueza forestal sin permiso del comisariado. Con éxito, encabezó la lucha de las comunidades mixtecas de su municipio en contra del Programa de Certificación de Derechos Ejidales-Comunales (Procede).

El asesinato de Raúl y Manuel es el más reciente episodio de la cosecha represiva de El Charco. Ellos son las dos últimas víctimas de una saga macabra que se remonta casi 11 años atrás. En la madrugada del 7 de junio de 1998, mientras dormían en la escuela primaria Catarino Maldonado, 10 indígenas mixtecos y un estudiante de la UNAM fueron ejecutados –algunos sumariamente– por soldados. Los campesinos pertenecían a la OIPMT. El general Juan Alfredo Oropeza Garnica, jefe de la 27 zona militar, estuvo al mando del operativo. Ernesto Zedillo era presidente de la República. El gobierno quiso presentar la matanza como un enfrentamiento entre el Ejército y guerrilleros.

La lista de dirigentes indígenas regionales muertos violentamente desde entonces es larga. Entre muchos otros forman parte de ella Galdino Sierra Francisco, tlapaneco de Barranca de Guadalupe, miembro de las Comunidades Eclesiales de Base, asesinado en abril de 2000. Donaciano González Lorenzo, ejecutado en enero de 2001. Y Andrés Marcelino Petrona, dirigente mixteco de El Charco e integrante del Comité de Defensa de los Derechos Humanos, baleado el 26 de agosto de ese mismo año.

En una de muchas otras denuncias hechas en los últimos años, Raúl Lucas explicó cómo militares y policías han entrado en al menos 20 de las 28 comunidades mixtecas de Ayutla. Contó que en los pueblos La Fátima y Vista Hermosa los soldados llevan dulces a los niños, pero luego les preguntan si han visto a guerrilleros o a narcos. Explicó cómo en esas incursiones cerca de 100 uniformados a unos les robaron cultivos de caña y a otros los quisieron vincular con organizaciones guerrilleras como el ERPI o el EPR y, en el peor de los casos, con narcotráfico.

Como presidente de la OFPM, Raúl documentó en 2008 cuatro casos de violaciones a los derechos humanos consistentes en allanamientos, robo, daños, retenciones e interrogatorios ilegales efectuados por militares en poblaciones mixtecas y tlapanecas. Estos casos ameritaron la interposición de cinco quejas ante la CNDH y denuncias penales. Los abusos no cesaron.

Los homicidios de Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Ríos son un paso adelante en la guerra de intimidación en contra de las comunidades indígenas de la Montaña y la Costa Chica. Dos hombres, dignos y valientes, defensores de los derechos de los pueblos indios, fueron salvajemente eliminados. En la región, los militares han sembrado odio, violencia, muerte, robo de cosechas, abusos. Le han echado gasolina al fuego. Que nadie se extrañe cuando se levante una cosecha de ira. –

Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias. Policia Comunitaria ” EL RESPETO A NUESTROS DERECHOS SERA JUSTICIA”

www.policiacomunitaria.org

El trsite caso de Jacinta

Jacinta salio libre. 3 años de prision. 60 mil pesos de deuda a los abogados. Y tre s compañeras indigenas mas por elmismo “delito” todavia adentro del penal.
Se hizo justicia? De ningun modo. La PGR no pagara daños ya que considera de que no se actuo mal. Y solo la liberaron porque la prensa hizo “ruido”, sus otras tres compañeras sentenciadas nadie les hizo caso y por ende si tendran que pungar mas de 25 años por secuestro cuando sus casos todavia son mas endebles que el de Jacinta. Los abogados cobraron y no trabajaron gratuitamente y la deuda se le traslado a ella y a sus familiares. Obviamente con posibilidad de que pierdan pertenencias.
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Justicia queretana.

Persisten graves deficiencias del sistema de justicia:

el caso de Jacinta Francisco Marcial,

acusada injustamente de secuestro

· Jacinta Francisco Marcial, mujer indígena otomí fue acusada y sentenciada injustamente en Querétaro, acusada del secuestro de seis agentes de la AFI.

· En su caso persisten graves desigualdades del sistema de justicia como la falta de acceso a un traductor y la negación de su derecho a la presunción de inocencia.

· El Centro Prodh demanda una actuación guiada por el más estricto respeto a los derechos humanos que restituya a doña Jacinta su libertad y reconozca su inocencia.

El 19 de diciembre de 2008 fue sentenciada injustamente en la ciudad de Querétaro la mujer indígena otomí Jacinta Francisco Marcial. Se le acusa, junto con Alberta Alcántara y Teresa González, de haber secuestrado a seis agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI) durante hechos ocurridos el 26 de marzo de 2006 en la comunidad indígena Santiago Mexquititlán, del municipio de Amealco, Querétaro. Las pruebas empleadas para acusarla son insuficientes. Por lo contrario, su inocencia se encuentra plenamente probada y sustentada.

Hechos

El 26 de marzo de 2006, seis elementos de la AFI, sin identificarse como tales y sin portar uniforme, llegaron al tianguis de la plaza central de Santiago Mexquititlán. Despojaron a varios comerciantes de sus mercancías con lujo de violencia, alegando que se trataba de “piratería”. Los tianguistas afectados exigieron a los agentes su identificación y la exhibición de la orden que avalara su proceder; estos se negaron. La tensión aumentó y varios comerciantes afectados comenzaron a protestar.

El jefe regional de la AFI y el agente del Ministerio Público de la Federación en San Juan del Río, Querétaro, que acudieron al pueblo para dialogar con la gente afectada ofrecieron pagar en efectivo los daños ocasionados por los elementos de la AFI. Para esto argumentaron que debían trasladarse a la ciudad de San Juan del Río para conseguir el pago, por lo que ordenaron a uno de los agentes que permaneciera en el pueblo, como “garantía” de que regresarían. Éste, según testimonios, durante el tiempo que se quedó en el pueblo estuvo comunicado y jamás fue violentado en su integridad física. El incidente terminó cuando, el mismo día alrededor de las siete de la tarde, todos los elementos de la PGR que habían participado en los hechos dejaron la comunidad, después de haber acordado con los comerciantes la entrega de una cantidad correspondiente a los daños causados.

Fue hasta el 3 de agosto de 2006, cuando la señora Jacinta Francisco Marcial fue llevada, con engaños, a la ciudad de Querétaro. Allí, al ser presentada ante los medios de comunicación, se enteró de que la acusaban, con otras dos mujeres, de haber secuestrado a los agentes de la AFI durante los hechos ocurridos en marzo del mismo año. A la fecha, dentro del proceso se le condenó a 21 años de prisión y dos mil días de multa. Tras un minucioso proceso de documentación, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro (Centro Prodh) asume su defensa integral.

Postura del Centro Prodh

El caso de Jacinta Francisco Marcial muestra una vez más las deficiencias del sistema de justicia, las cuales tienen efectos que son sufridos con mayor intensidad por las mujeres indígenas debido a la triple discriminación de que son objeto: por ser indígenas, por ser mujeres y por ser pobres. Doña Jacinta ha sido víctima de violaciones a sus derechos humanos debido a que los órganos encargados de impartir justicia han vulnerado sus garantías procesales. Jacinta Francisco Marcial nunca tuvo acceso a un intérprete o traductor y se le negó el derecho de presunción de inocencia. En su caso, salen a relucir también las deficiencias de un modelo de justicia en el que subsisten elementos inquisitivos, como la preponderancia de las pruebas desahogadas por el propio Ministerio Público, que generan desigualdad procesal.

Su caso pone también de relieve la aplicación de tipos penales como el secuestro para procesar a quienes tienen alguna participación en manifestaciones en la vía pública. La señora Jacinta no participó en las acciones de los comerciantes, sin embargo es claro que la respuesta punitiva del Estado constituye una represalia a la manera en que los tianguistas se defendieron de los abusos de los agentes de la AFI, como ha sucedido en casos similares de protesta.

En el actual contexto de temor e inseguridad, dominado por las voces que exigen endurecer las sanciones para disminuir la delincuencia, el caso de doña Jacinta muestra la proclividad del sistema de justicia a imputar a personas inocentes, cuya situación es agravada por su condición étnica o de género, delitos que despiertan el mayor repudio social.

Frente a la vulneración de los derechos humanos de Jacinta Francisco Marcial, el Centro Prodh considera que el magistrado que resolverá sobre la apelación presentada el 22 de diciembre de 2008 tiene en sus manos la posibilidad de revertir las irregularidades existentes en el proceso y ordenar la inmediata excarcelación de Jacinta Francisco Marcial. En este sentido, demandamos una actuación guiada por el más estricto respeto a los derechos humanos que restituya a doña Jacinta su libertad y reconozca su inocencia.

Diálogo (inconcluso) entre un mapuche y un taxista

Diálogo (inconcluso) entre un mapuche y un taxista
Pedro Cayuqueo
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… Explicarle al taxista que mi bisabuelo, el lonko Luis Millaqueo, nació en un País Mapuche libre e independiente, cuando Chile aquí no era Chile y Temuco tan solo una palabra más en nuestra lengua. Contarle que fue el cuarto hijo de una familia de prósperos comerciantes ganaderos del valle del Cautin. Y que tras la invasión chilena fue arrinconado en un pedazo de tierra junto a los suyos. En miserables 340 hectáreas. Es lo que consigna el Título de Merced, fechado en 1904.

Aeropuerto Maquehue. Tras dos semanas fuera de Chile arribo a Temuco. Llueve a raudales, como casi siempre. Abordo un radiotaxi rumbo al centro de la ciudad.. “Mala cosa esto del clima… apenas pudo aterrizar su vuelo”, me dice el taxista, tratando de entrar en conversación con tal vez su primer cliente del día. “No lo crea”, le respondo. “Donde estaba hace unos días no paraba de transpirar… hasta cierto punto extrañaba la lluvia y el frio”, agrego. Intrigado me pregunta de dónde vengo. “De Bolivia, específicamente de Santa Cruz, en el oriente”, le respondo. “Ahhh… mire usted, Bolivia… es allá donde tienen un indígena de Presidente, ¿cierto?… ¡ese que lesea con el temita del mar!”, agrega. ¿Qué piensa de Evo Morales?, me pregunta. Le explico que en Bolivia hay diferentes visiones sobre su mandato y su figura. Cuando estoy a punto de dar la mía, interrumpe. “Fíjese que aquí en Temuco también los indios andan alzados… todos los días lesean, se toman los fundos, cortan los caminos, se agarran con Carabineros… ¡que gente más ociosa!, si les entregaran las tierras ni sabrían que hacer con ellas, sería como entregarle una locomotora a un niño…. ¡si está gente nunca ha trabajado, son flojos, así es su naturaleza!”, sentencia. Cinco, diez… quince minutos de viaje y la charla del taxista no cambia de tenor. “¡Si ya está bueno que la corten!”, subraya con evidente indignación. Intento a ratos que el monólogo de pie a una conversación, pero no hay caso. El viaje llega a su fin. “¿Cuánto le debo?”, pregunto. “Son tres mil pesos mi caballero… y aquí tiene mi tarjeta, pa’ la próxima”, me dice amable. Descargo maletas y me despido. Y ya rumbo a casa, respiro.

Pasan los días y la conversación con el taxista ronda en mi cabeza. Me alarma un hecho en particular. No se trataba en absoluto de un neonazi criollo. Nada de corvos tatuados en el antebrazo, nada de esvásticas, ninguna marcha alemana en la radio. Si multitud de fotografías de nietos (por su edad, sospecho), la Virgen del Carmen al costado del retrovisor y una calcomanía algo desgastada de Deportes Temuco en el parabrisas trasero. Más moreno que muchos mapuches, sus rasgos delataban además un mestizaje familiar de larga data. Un chileno común y corriente en definitiva, amante de su familia y a sus años todavía esforzado trabajador. ¿Dónde situar el origen de su racismo? ¿En su educación? ¿Entorno social? ¿Experiencias de vida?… ¿En los medios de comunicación? Concuerdo que El Austral de Temuco puede alterar la percepción de la realidad, pero ¿tanto como transformar a un querendón abuelo taxista en un potencial miembro de los Trizano? No es el único, por cierto. Sospecho que decenas, cientos, miles de personas de similares ideas transitan a diario por las calles de Temuco. Y millones lo hacen por todo Chile. No son personas intrínsecamente perversas. Si algo esquizofrénicas. No lo digo yo. Lo grafican las encuestas. ¿Considera usted que el Estado está en deuda con los mapuches? Si, un 82 %. ¿Considera usted que el Estado debiera tomar medidas más drásticas contra los activistas mapuches? Si, un 76 %. ¿Debiera el gobierno aplicar la Ley Antiterrorista a los activistas mapuches? No, un 67% (Sondeo del Centro de Encuestas de La Tercera, Septiembre de 2008). Si, si, pero no. No, no, pero si. Discriminación “a la chilena”.

¿Qué hacer al respecto? ¿Pasar a la ofensiva? ¿A cada insulto racista responder con otro de mayor peso y calibre? Alguna vez creí que este era el camino, lo reconozco. Ese tiempo ya pasó. No queda más que insistir en la oportunidad que otorga la palabra. O las letras, en este caso. Qué ganas de llamar al taxista y cual Barack Obama en el patio de la Casa Blanca, abordar nuestras diferencias junto a una ronda de cervezas. Explicarle tal vez que mi bisabuelo, el lonko Luis Millaqueo, nació en un País Mapuche libre e independiente, cuando Chile aquí no era Chile y Temuco tan solo un palabra más en nuestra lengua. Contarle que fue el cuarto hijo de una familia de prósperos comerciantes ganaderos del valle del Cautin. Y que tras la invasión chilena fue arrinconado en un pedazo de tierra junto a los suyos, ello tras despojarlo el Ejército de los caballos que a sus 25 años ya comerciaba en sendas caravanas a Puelmapu, la “tierra mapuche del este”, el actual Neuquen de la República Argentina. Contarle que de miles de hectáreas, al bisabuelo le “redujeron” sus tierras a miserables 340. Es lo que consigna el Título de Merced, fechado en 1904 y que legalizó el saqueo, el despojo y la miseria de quienes sobrevivieron a la derrota. Sin eufemismos, esos retazos de tierras fueron llamados “reducciones” por la ley chilena. Se crearon más de 2 mil, bien lo sabe el Ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, que por estos días usa aquella cifra ante los medios para minimizar la cantidad de mapuches movilizados en el sur. “Son solo dos o tres comunidades dentro de un grupo de más de dos mil las que han optado por el camino violentista”, ha repetido hasta el cansancio.

Contarle al taxista que aquello que Pérez Yoma denomina “comunidades” son precisamente las “reducciones” donde los Pérez Yoma de la época encerraron a gente como mi bisabuelo y su parentela. “Comunidades” las llama el ministro y nosotros muchas veces también, olvidando que fueron (y tal vez siempre serán) grises campos de refugiados. Contarle también que tras la muerte del bisabuelo, mi chedki (abuelo materno) Alberto asumió como lonko, heredando no solo el cargo, también la condena de no poder ser más que un campesino pobre. Contarle que el abuelo pasó gran parte de sus 76 años, sin saber leer ni escribir, recorriendo juzgados y oficinas públicas, falleciendo de cáncer y de pena una lluviosa mañana de julio de 1990. Al igual que su padre, el abuelo Alberto buscaba inútilmente recuperar parte de lo robado y así proyectar un mejor futuro para sus 13 hijos. No logró reparación alguna y en el esfuerzo se le fue la vida. Contarle que Jacinta, la mayor de sus hijas, era su regalona. Y que sufrió mucho al dejarla partir, a sus 17 años, a Santiago en busca de trabajo y posibilidades de estudio. Contarle al taxista que Jacinta, joven culta, brillante y buenamoza, sería mi madre. La misma que no dudaría en desechar una beca a Estados Unidos con tal de aportar a la educación de sus hermanos, trabajando de sol a sol como empleada doméstica. Y que allí, en el destierro hostil de la capital, siendo una veinteañera, conoció a mi padre y que allí, entre días libres ella, días franco del regimiento él, se acompañaron, se enamoraron y, a la primera oportunidad, no dudaron en regresar juntos al sur, a su tierra.

Y que de esa unión, ya en los 70′, nacieron Maria Elena, Alejandra y el pasajero que aquel día de lluvia recogió en el Aeropuerto.. Contarle que Jacinta, aun enviudando poco después del retorno, se esforzó por transmitir a cada uno de sus hijos la disciplina del estudio y la ética del trabajo. También el amor por su cultura y el respeto hacia su pueblo. No le resultó fácil y sus manos, atrofiadas hoy tras tanta amanecida cociendo ropas ajenas, son el testimonio de su sacrificio. Contarle que Maria Elena, la mayor, vive en Londres hace 15 años; que Alejandra, la regalona de papá, destaca hoy en el campo de la medicina. Y que su pasajero transita por la vida como profesional del periodismo. O de la comunicación más bien dicho, pues entre “informar” y “poner en común” trato siempre de optar por lo segundo. ¿Será posible que usted y yo hagamos ese ejercicio, el de “poner cosas en común”?, preguntaría al taxista. ¿Será posible para usted ponerse en mi lugar y en el reconocimiento de la dolorosa historia que hoy comparto, respetarme y convivir juntos? ¿Existirá un sueño compartido entre los suyos y los míos que nos permita tratarnos como iguales en nuestra diferencia? Tal vez si exista. Tanto usted como yo adoramos por igual a nuestros hijos. Tanto usted como yo deseamos por igual una mejor vida para nuestras familias. Tanto usted como yo quisiéramos vivir en una región en paz. Tanto usted como yo, incluso, deseamos que Deportes Temuco tenga mejor suerte esta temporada ¿Será posible entonces poner el acento en lo que nos une y no en aquello que nos fragmenta? No me responda de inmediato. Antes quiero que me hable de usted, de sus padres, sus abuelos, conocer también retazos de su historia. Atrévase, no tenga miedo. Las próximas cervezas corren por mi cuenta, le diría..

Pedro Cayuqueo
Periodista, director de Azkintuwe
www.azkintuwe.org

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El mundo indigena mexicano fragmentos de video

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“TRANSICIÓN AL PATRIARCADO EN LOS MITOS COSMOGONICOS CHIBCHAS”

“TRANSICIÓN AL PATRIARCADO EN LOS MITOS COSMOGONICOS CHIBCHAS”
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María Claudia Munévar

María Claudia Munévar es miembro y Secretaria General de ADEPAC, Psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia, con Especialización en Ética y Derechos Humanos. Tiene experiencia en talleres de Desarrollo Personal y es terapeuta clínica privada. Este documento recoge la ponencia presentada por la autora durante el Primer Encuentro de Mitos y Cuentos Colombianos, organizado por ADEPAC en Medellín el 21 de abril de 2007. Su e-mail es: maclamun@hotmail.com

“Bachué” del maestro Luis Alberto Acuña

Los arquetipos… son fuerzas psíquicas que exigen que las tomemos en serio, y que tienen un modo extraño de asegurarse su efecto. Dispensaron siempre protección y salvación, pero su profanación desencadena “los peligros del alma” que conocemos por la Psicología de los primitivos. Son, además, las causas infalibles de trastornos neuróticos e incluso psicóticos, comportándose exactamente como órganos menospreciados o maltratados o sistemas orgánicos funcionales.

C.G. JUNG, Ensayos sobre la ciencia de la mitología.
Obras completas, vol IX

OBJETIVO GENERAL

Tener la oportunidad de estudiar sobre la mentalidad mítica, presente a lo largo de todos los tiempos, y visualizar su vigencia en nuestra época actual, contribuye a esta tarea que muchos de nosotros nos hemos propuesto de adentrarnos en la comprensión de lo humano.

Así como la mente primitiva dio forma corpórea, visible y viviente, a través de sus deidades, para explicarse el origen de las cosas y de los hombres, quizás nosotros podamos conectarnos a través de estos relatos con símbolos renovadores que nos permitan transformar y transformarnos, generando nuevas y más integradoras formas de vivir nuestras vidas y entender lo que nos está pasando.

Es curioso que a partir de nuestro interés general por la Psicología analítica, decidamos ahora construir, a través de la mitología, un espacio que nos convoque y nos una desde nuestras raíces, recordándonos que necesitamos ritos que reactualicen permanentemente nuestro mito.

Dice Javier Ocampo ..aún los mismos hombres pueden ser mitificados, en cuanto revelan una fuerza o el espíritu que los anima. Tal vez aquí estamos alimentando al espíritu de Adepac, que partiendo de intereses profesionales, ha adquirido vida a partir de cada nuevo encuentro. Antes solo eran individuos, que con su dedicación hicieron que Adepac no fuera sólo una ilusión, sino una entidad que nos convoca nutriéndonos con cada encuentro, que es lo que lo mantiene y anima, revelándose su fuerza y espíritu. Somos parte y todo a la vez.

Jung comenzó como un individuo aislado, hasta que poco a poco, a partir de la propia fuerza que lo animaba, muchos se fueron uniendo a él, fundando no solo una teoría, sino un modo de vida. Por eso, muchos nos preguntamos si nosotros llegamos a Jung, o si su espíritu se ingenio la forma de encontrarnos.

Así comienza nuestra tarea de comprender qué liga nuestros mitos. No sabemos si el mito se va a comunicar a través de nosotros o nosotros a través del mito. Como tampoco a dónde llegaremos. Sólo hacia dónde estamos caminando.

MITOS COSMOGÓNICOS CHIBCHAS

Al principio todo era oscuridad. Al momento de la creación, la luz, que estaba «metida» en Chiminigagua comenzó a salir para iluminar el universo. Chiminigagua era «una cosa grande, esencia creadora», que infundía su luz resplandeciente a las cosas. La única luz que existía era la suya, una divinidad bondadosa y universal. Creó el universo con sus estrellas y el mundo con sus tierras y aguas. Era la oscuridad del espacio, en la noche del infinito. Cuando el dios creador quiso difundir la luz por todo el universo, creó dos grandes aves negras y las lanzo al espacio. Cuando estas aves echaban aliento o aire por los picos, esparcían una luz incandescente, con la cual todo el cosmos quedó iluminado. Así se hizo la luz y se crearon todas las cosas del mundo. En el proceso de creación de todo lo existente en el universo, Creó a Súa (el sol) y a Chía (la luna), que eran esposos. El sol era masculino y la luna femenina.

El era el benefactor de los hombres y dispensador de la fecundidad de la tierra. Ella, la representación de la hermosura de la mujer y de la luz en el firmamento en las horas de la noche. Se veneraba a través de las aguas y de las lagunas.

Luego la diosa Bachué, nimbada en una luz que hizo resplandecer la tierra, emergió de la laguna de Iguaque sacando consigo de la mano a su hijo Iguaque de tres años, con quien bajo a la serranía, en donde posteriormente surgió el pueblo de Iguaque. Allí construyó una choza, la cual se convirtió en la primera vivienda de los muiscas. Cuando el niño creció en su desarrollo natural, Bachué se casó con él realizándose el primer matrimonio chibcha. Esta unión fue tan importante y la mujer tan prolifera y fecunda, que en cada parto tenía entre cuatro y seis hijos, con lo cual muy pronto se llenó de gente la tierra. Viajaban por todas partes, dejando hijos en todas ellas. Mientras estuvo en esta tierra fue su tarea exhortar las gentes a «la paz y conservación entre sí, la guarda de los preceptos y leyes… en especial, en orden al culto de los dioses», para lo cual después se les apareció muchas veces.

Sin embargo, el poder de Bachué se debilitó cuando apareció Bochica, el enviado de Chiminigagua, un hombre «no conocido de nadie», de avanzada edad, largos cabellos y blancas barbas, descalzo, que se ayudaba con un bordón de oro y vestía una túnica recubierta por una almalafa. En Bogotá y en Sogamoso impartió sus enseñanzas sobre oficios, cultivos, normas y cultos. Era un maestro, en especial de los tejidos. Tenía control del tiempo, el cual gobernaba a su antojo: podía hacer llover, enviar heladas, escarchas, fríos, y calores. También podía producir enfermedades, pero también curarlas.

Ante la nueva situación que dio un mayor poder al hombre, apareció la diosa Huitaca, «hermosísima y de grandes resplandores» quien llegó para persuadir a las gentes que llevaran una «vida ancha, placeres, juegos y entretenimientos de borracheras». Predicó y difundió cosas «con novedad y malicia», que por lo contrarias a las de Bochica, «atraía con la facilidad que refieren la muchedumbre». Logró confundir la doctrina y las buenas acciones del predicador, y les instó a la embriaguez con el zumo de una planta, a mascar tabaco, a consultar los oráculos y equivocar los diseños de sus mantas.

El dios Chibchacum, el protector de los dominios del Zipa, agraviado por las murmuraciones y ofensas estimuladas por la diosa Huitaca, decidió castigar a la gente y provocó un espantoso diluvio, juntando las aguas de dos ríos que, salidos de madre, anegaron las tierras y cultivos provocando las hambrunas

Los chibchas pidieron a Bochica su protección ante la maldición de Chibchacum, por lo que una tarde apareció resplandeciente Bochica, «reverberando el sol en el aire húmedo contra esta sierra de Bogotá», quien ante un inmenso arco iris, convocó a los principales y, condolido de su suerte, arrojó contra las peñas que rodeaban el inmenso lago represado su vara de oro que separó la sierra y desaguó la sabana por el Salto de Tequendama. Así, el agua brotó, precipitando el agua represada en una catarata estruendosa, desinundando las tierras, y posibilitando de nuevo la siembra.

Indignado Bochica por el proceder de Chibchacum, este fue castigado a cargar eternamente el globo terráqueo, que hasta ese momento había estado reposando en cuatro grandes guayacanes que sustentaban la tierra. Cuando, cansado, Chibchacum cambiaba el mundo de un hombro a otro, se producían los temblores en la tierra. Pero también Bochica castigó a Huitaca por sus malas enseñanzas a la gente, «le dio plumas y transformó sus miembros en lechuza», «e hizo que no anduviera sino de noche, como ella anda».

Las gentes quedaron obligadas a adorar y hacer sacrificios a Bochica luego del poder demostrado al des-hanegar la sabana. Tiempo después, él desapareció en Iza, un pueblo cercano a Sogamoso, dejando estampada la huella de su pie en una piedra de cuya raspadura bebían las mujeres preñadas para tener buen parto y que por su carácter sagrado, era visitada en peregrinación por los chibchas.

En cuanto a Bachué e Iguaque cuando ya estaban viejos llamaron a sus descendientes y fueron acompañados hasta la laguna de Iguaque, su lugar de origen. Allí Bachué hizo una plática final, exhortándolos a la paz, después de la cual se despidieron y se convirtieron en dos grandes serpientes que se sumergieron en la laguna. (1)

LA CULTURA CHIBCHA

La cultura chibcha o muisca se ubicó en el altiplano cundiboyacense, en el interior del país. Constituyeron uno de los pueblos más avanzados en la zona nor-oriental de Sudamérica y desaparecieron con la conquista española en el siglo XVI.

Tenían un tipo de estratificación social en la cual los caciques formaban un estamento superior privilegiado; también influían los sacerdotes o jeques y los guechas o guerreros. En las decisiones importantes, los caciques estaban asistidos por un consejo de caciques de alta jerarquía. Después, seguía el pueblo, jerarquizado de acuerdo con el trabajo que realizaban. Por último, en la escala social estaban los esclavos, que generalmente eran los prisioneros de guerra.

La base de su sociedad era la familia. Varias familias formaban los clanes y varios clanes formaban la tribu. Pagaban los tributos a los caciques, con oro, alimentos, mantas y trabajo.

Alcanzaron notables avances en las técnicas de la agricultura, la exploración de la sal y de esmeraldas. Planificaban la agricultura con base en el calendario y en observaciones metereológicas y climatológicas. Su vivienda era el “bohío”, una choza cubierta de paja, de planta circular y con techo en forma cónica acampada.

Una de sus actividades importantes fue la alfarería y la orfebrería. Explotaban las minas de sal de Zipaquirá y en poblados como Sogamoso usaban el carbón mineral. También desarrollaron una industria de tejidos con una gran variedad de fibras vegetales, principalmente el algodón y el fique. También fue importante la industria plumaria y la de las pieles de los animales que cazaban.

Tenían una religión organizada alrededor de un conjunto de dioses, templos y un grupo sacerdotal encargado del culto. Sus principales deidades estaban alrededor del sol, la luna y el agua. Respetaban profundamente las lagunas, las montañas y las rocas, y consideraban que los espíritus están vinculados a los fenómenos físicos, los ríos, las montañas y las lagunas. Los sacerdotes llamados jeques, se educaban durante doce años.

Destacaron los mitos de los dioses creadores, aquellos que enseñan a los hombres los orígenes del mundo y de la vida, los mitos de los dioses civilizadores, aquellos que enseñan a los hombres los fundamentos de la vida cultural, tanto espiritual como material.

Es importante recordar que en el mundo neolítico, las sociedades se tornan matriarcales y lo femenino lleva las riendas sociales. Al igual que otras culturas prehispánicas, en Colombia existió una cultura femenina extendida. Roberto Restrepo dice que los chibchas se regían por el derecho materno y la descendencia matrilineal, y los mitos cosmogónicos de la creación del mundo y del hombre descansan sobre el papel protagónico de la Diosa Madre. Posteriormente la sociedad se reorganizó y el culto patriarcal apareció a finales del neolítico y comienzo de la edad de los metales, desplazando la organización matriarcal. Pero los mitos femeninos de Chía y Bachué, evidencian la importancia inicial que tuvo lo femenino. Adicionalmente estos mitos estaban en relación con la fertilidad de los campos, las cosechas y la influencia de la mujer, tan importantes para la supervivencia de la especie humana.

INTERPRETACIÓN JUNGUIANA DE LOS MITOS (3)

Marie-Louise von Franz ofrece algunas orientaciones metodológicas para interpretar los mitos. Propone básicamente las mismas normas que para la interpretación de sueños.

La primera etapa consiste en dar un orden al material mítico, a fin de facilitar la labor. Para ello, se trata al material como una historia o drama, separando el relato en cinco partes. La primera es la Introducción, en la que se deben definir el tiempo y el lugar de la acción. La segunda, la Dramatis personae, que corresponde al número y tipo de actores a lo largo del drama. La tercera es la Exposición del problema, en que se describen las dificultades del relato, las cuales permiten delimitar el conflicto psicológico e identificar su naturaleza. La cuarta es la Peripateia, que son las peripecias y altibajos de la historia. Finalmente, la última es la Lysis o desenlace, momento de máxima tensión en el que se resuelve todo el drama del relato.

Una vez dividido el mito en sus componentes, una segunda etapa es estudiar los símbolos en el orden en que éstos van apareciendo. Es preciso conocer el contexto típico y frecuente en que suelen aparecer cada uno de estos elementos simbólicos en la mitología universal, mediante asociaciones y amplificaciones arquetípicas. Para ello, es preciso buscar temas míticos paralelos que amplíen y enriquezcan las temáticas míticas, recogiendo versiones análogas; se realiza lo que von Franz denomina la “anatomía comparada” del material simbólico.

En la tercera etapa, la anterior amplificación típica se complementa con una “anatomía específica”, mediante la contextualización de las imágenes y elementos simbólicos especiales del relato, que se comporten de manera atípica y diferente a la habitual en mitos semejantes.

La etapa final en el estudio del mito consiste en llevar a cabo la “interpretación” propiamente dicha, relacionando todos los hallazgos anteriores desde una perspectiva psicológica que ofrezca un significado totalizador del conflicto implícito en el mito.

Introducción (definición del tiempo y del lugar de la acción)

Al principio todo era oscuridad. Al momento de la creación, la luz, que estaba «metida» en Chiminigagua comenzó a salir para iluminar el universo. Chiminigagua era «una cosa grande, esencia creadora», que infundía su luz resplandeciente a las cosas. La única luz que existía era la suya, una divinidad bondadosa y universal. Creó el universo con sus estrellas y el mundo con sus tierras y aguas. Era la oscuridad del espacio, en la noche del infinito. Cuando el dios creador quiso difundir la luz por todo el universo, creó dos grandes aves negras y las lanzó al espacio. Cuando estas aves echaban aliento o aire por los picos, esparcían una luz incandescente, con la cual todo el cosmos quedó iluminado. Así se hizo la luz y se crearon todas las cosas del mundo. En el proceso de creación de todo lo existente en el universo.

Como se observa aquí, no aparecen un tiempo ni un espacio definidos, lo cual es característico de los mitos cosmogónicos, donde lo que se cuenta ocurre en un tiempo primordial, en el de los comienzos.

Una pequeña descripción de cada uno de los personajes míticos contenidos en este relato y su comparación con otras mitologías, nos facilita comprender el significado tanto estructural como dinámico de cada uno de los símbolos contenidos allí, para poder proceder a plantear algunas hipótesis sobre el posible sentido del papel ha tenido la transición entre consciente-inconsciente, matriarcado-patriarcado, y femenino-masculino en nuestra sociedad contemporánea.

Chiminigagua era el ser supremo creador de todas las cosas del mundo, quien con el aliento de sus aves negras dio la iluminación al cosmos. No se le rendía culto directamente a él, sino a través de sus creaciones de Sue (el sol) y Chia (la luna). Chiminigagua nos recuerda al Caos de la mitología griega, dios totalizador del que surgieron otros dioses cósmicos, que poco tenían que ver con los humanos. Tanto Caos como Chiminigagua surgen de un gran vacío oscuro, y generan principios arquetípicos que al ascender hacia la conciencia, se van constelando en personajes que serán quienes pueblen la tierra.

Dramatis personae (número y tipo de actores a lo largo del drama)

Chiminigagua creó a Súa (el sol) y a Chía (la luna), que eran esposos. El sol era masculino y la luna femenina. El era el benefactor de los hombres y dispensador de la fecundidad de la tierra. Ella, la representación de la hermosura de la mujer y de la luz en el firmamento en las horas de la noche. Se veneraba a través de las aguas y de las lagunas.

Luego la diosa Bachué, nimbada en una luz que hizo resplandecer la tierra, emergió de la laguna de Iguaque sacando consigo de la mano a su hijo Iguaque de tres años, con quien bajo a la serranía, en donde posteriormente surgió el pueblo de Iguaque. Allí construyó una choza, la cual se convirtió en la primera vivienda de los muiscas en Boyacá. Cuando el niño creció en su desarrollo natural, Bachué se casó con él realizándose el primer matrimonio chibcha. Esta unión fue tan importante y la mujer tan prolifera y fecunda, que en cada parto tenía entre cuatro y seis hijos, con lo cual muy pronto se llenó de gente la tierra. Viajaban por todas partes, dejando hijos en todas ellas. Mientras estuvo en esta tierra fue su tarea exhortar las gentes a «la paz y conservación entre sí, la guarda de los preceptos y leyes… en especial, en orden al culto de los dioses», para lo cual después se les apareció muchas veces.

Sin embargo, el poder de Bachué se debilitó cuando apareció Bochica, el enviado de Chiminigagua, un hombre «no conocido de nadie», de avanzada edad, largos cabellos y blancas barbas, descalzo, que se ayudaba con un bordón de oro y vestía una túnica recubierta por una almalafa. En Bogotá y en Sogamoso impartió sus enseñanzas sobre oficios, cultivos, normas y cultos. Era un maestro, en especial de los tejidos. Tenía control del tiempo, el cual gobernaba a su antojo: podía hacer llover, enviar heladas, escarchas, fríos, y calores. También podía producir enfermedades, pero también curarlas.

Ante la nueva situación que dio un mayor poder al hombre, apareció la diosa Huitaca, «hermosísima y de grandes resplandores» quien llegó para persuadir a las gentes que llevaran una «vida ancha, placeres, juegos y entretenimientos de borracheras». Predicó y difundió cosas «con novedad y malicia», que por lo contrarias a las de Bochica, «atraía con la facilidad que refieren la muchedumbre». Logró confundir la doctrina y las buenas acciones del predicador, y les instó a la embriaguez con el zumo de una planta, a mascar tabaco, a consultar los oráculos y equivocar los diseños de sus mantas.

Dice Fray Pedro Simón en sus Noticias Historiales que el dios Chibchacum, el protector de los dominios del Zipa, agraviado por las murmuraciones y ofensas estimuladas por la diosa Huitaca, decidió castigar a la gente y provocó un espantoso diluvio, «para lo cual crió o trajo de otras partes los dos ríos, que crecieron tanto las aguas del valle, que no dándose a menos, como dicen, la tierra del valle a contenerlas, se venía a anegar gran parte de ella creciendo», juntando las aguas de dos ríos que, salidos de madre, anegaron las tierras y cultivos, provocando las hambrunas.

Como vemos, la relación entre estos personajes va generando una dinámica de opuestos que se va haciendo más visible en cuanto más se van objetivizando sus características, al alejarse de su carácter divino. Son ocho personificaciones, una que contiene en si mismo lo femenino y lo masculino, tres representaciones de lo femenino y cuatro de lo masculino.

Así como de Chiminigagua surgen Sué (el sol) y Chía (la luna), de Caos surgirán Nix (la noche) y de la unión de ésta con Erebo nació Hémera, que era la luz del día. El sol era el benefactor del pueblo chibcha y el dispensador de la fecundidad de la tierra (el dios fecundador). Todos los días en las horas de la madrugada, los indígenas, sus caciques y sacerdotes, se reunían para adorar al sol y esperar su salida por el oriente. Sentían terror y pánico ante la oscuridad y alegría cuando el sol seguía cumpliendo su deber de iluminar el mundo. Oraban, cantaban, danzaban y en algunas oportunidades hacían sacrificios de niños, a quienes se les sacaba el corazón como una ofrenda sagrada al sol.

Chía era la representación de la hermosura de la mujer y de la luz de la noche. Estaba relacionada con la fertilidad sexual y la fecundidad de la tierra. A Chía se la veneraba en las aguas de las lagunas y en los baños sagrados de los caciques. Su mito está ligado con el matriarcado entre los chibchas y con el poder e influencia de la mujer en la familia.

Tanto Bachué como Chía están también relacionadas con la fecundidad animal y vegetal. Entre los griegos, la diosa de la fertilidad y de la agricultura era Ceres, o Deméter, cuyos templos se encontraban en el interior de los bosques. El mito de Bachué está universalmente relacionado, asimismo, con los mitos de las aguas, las lagunas y los ríos. Igualmente en la mitología americana, el culto a la Luna, está relacionado con la fecundidad de la tierra y la fertilidad sexual.

Bachué es la progenitora del linaje humano, su diosa madre. Iguaque fecunda a Bachué para dar vida a toda la gente del mundo. Es frecuente encontrar este incesto sagrado en el que el recién nacido ego deja el estado de perfección del que gozaba dentro del mar del inconsciente, crece luego y se convierte en el amante de la Diosa para generar el resto de la humanidad. También en la mitología griega se encuentra este motivo arquetípico en el caso de Gea y Urano. Es por eso que Bachué será adorada posteriormente como la madre de todos los hombres y mujeres del mundo.
El conflicto se inicia después de la aparición de Bochica, que representa el emerger de la conciencia, un anciano de cabellos y barba blanca, que llevaba un bordón de macana en la mano y adornos de una cruz. Les enseño distintas artes. Tales como hilar, tejer mantas, pintar telas y elaborar la cerámica, y predicó así mismo los preceptos morales, sociales y políticos. Se convirtió en el gran predicador enviado por el dios creador Chiminigagua. Bochica fue el Dios civilizador.

Bochica nos recuerda al Apolo griego quien fue considerado un dios solar, quien se encarga de lograr el equilibrio y la armonía entre los deseos, no por suprimir las pulsiones humanas, sino por orientarlas hacia una espiritualización progresiva, gracias al desarrollo de la conciencia. Inspira profetas, poetas y artistas.

Volviendo al mito chibcha, ante la nueva situación que dio un mayor poder al hombre, apareció la diosa Huitaca. Dice el relato que predicaba la necesidad de una vida ancha, alegre, llena de juegos, placeres y borracheras, precisamente contra todas las predicaciones de Bochica. Este mito representa la lucha entre el matriarcado y el patriarcado. Aquí podemos observar el comienzo de una compensación arquetípica, resultante del emerger desequilibrado de una polaridad. Esta lateralidad genera a su vez la aparición del dios Chibchacum quien, considerando que la gente había aceptado las malas enseñanzas de Huitaca, resolvió castigar a los pobladores con un espantoso diluvio que inundó la sabana de Bacata, dañando todos los cultivos.

Es inevitable relacionar a Huitaca con el dios griego Dionisio, quien presidía los desenfrenos que produce la embriaguez, que apresa a las gentes arrebatadas por la música y la danza, opuesta al prudente aspecto de Apolo. Sin embargo, sus fuerzas están representando la forma en que la regresión hacia las formas primordiales de la vida, son fundamentales para el desarrollo psíquico. Por su parte, Chibchacum, que etimológicamente significa “Báculo de los Chibchas”, era el protector de los dominios del Zipa. Era el dios de los comerciantes, labradores y en general de los sectores populares del cacicazgo. Ella, como representante de lo femenino, reivindicaba este aspecto desde los niveles más profundos de la naturaleza humana. Él, representante de lo masculino y de la protección del emerger de la conciencia, respondía utilizando su poder destructivo.

Como vemos, estos personajes se relacionan unos con otros, aunque los contenidos van variando, representando valores arcaicos y ancestrales que tienen un valor inapreciable en la historia de la humanidad. Como afirma Mircea Eliade, en su libro “Mitos, Sueños y Misterios”, los mitos revelan las estructuras de la realidad y los múltiples modos de ser en el mundo. Por ello son el modelo ejemplar de los comportamientos humanos: revelan historias verdaderas, hacen referencia a las realidades…todos los mitos participan de alguna manera del tipo del mito cosmogonico ya que toda la historia de lo que ha pasado en el tiempo no es más que una variante de la historia arquetípica acerca de cómo ha llegado a existir el mundo.

Exposición (descripción de las dificultades del relato, delimitando el conflicto psicológico y su naturaleza)

Los chibchas pidieron a Bochica su protección ante la maldición de Chibchacum, por lo que una tarde apareció resplandeciente Bochica, «reverberando el sol en el aire húmedo contra esta sierra de Bogotá», quien ante un inmenso arco iris, convocó a los principales y, condolido de su suerte, arrojó contra las peñas que rodeaban el inmenso lago represado su vara de oro que separó la sierra y desaguó la sabana por el Salto de Tequendama. Así, el agua brotó, precipitando el agua represada en una catarata estruendosa, des-inundando las tierras, y posibilitando de nuevo la siembra.

Lysis (momento de máxima tensión en el que se resuelve todo el drama de la historia)

Indignado Bochica por el proceder de Chibchacum, este fue castigado a cargar eternamente el globo terráqueo, que hasta ese momento había estado reposando en cuatro grandes guayacanes que sustentaban la tierra. Cuando, cansado, Chibchacum cambiaba el mundo de un hombro a otro, se producían los temblores en la tierra. Pero también Bochica castigó a Huitaca por sus malas enseñanzas a la gente, «le dio plumas y transformó sus miembros en lechuza», «e hizo que no anduviera sino de noche, como ella anda».

Las gentes quedaron obligadas a adorar y hacer sacrificios a Bochica luego del poder demostrado al des-anegar la sabana. Tiempo después, él desapareció en Iza, un pueblo cercano a Sogamoso, dejando estampada la huella de su pié en una piedra de cuya raspadura bebían las mujeres preñadas para tener buen parto y que por su carácter sagrada, era visitada en peregrinación por los chibchas. Siendo elegida Sogamoso, como la ciudad religiosa del pueblo Chibcha por haber sido escogida por Bochica, y donde se instauró el gobierno de los sumos sacerdotes.

En cuanto a Bachué e Iguaque, cuando ya estaban viejos llamaron a sus descendientes y fueron acompañados hasta la laguna de Iguaque, su lugar de origen. Allí Bachué hizo una plática final, exhortándolos a la paz, después de la cual se despidieron y se convirtieron en dos grandes serpientes que se sumergieron en la laguna.

Mientras Bachué e Iguaque se dedicaban a poblar la tierra exhortando a la paz y conservación entre sí, la guarda de los preceptos y leyes… en especial, en orden al culto de los dioses», Bochica trataba de poner orden a los movimientos compensatorios producidos a raíz de su aparición, ayudando a los hombres y castigando a Huitaca y Chibchacum por sus manifestaciones.

Indignado por el proceder de Chibchacum, Bochica lo condenó eternamente a cargar el globo terráqueo sobre sus hombros, que hasta ese momento había estado reposando en cuatro guayacanes. El mito de Chibchacum se asemeja al mito griego de Atlas, el gigante hijo de Cimene y Japeto, quien tomo parte en la guerra de los gigantes contra los dioses. Los gigantes fueron vencidos, recibiendo por ello los castigos de Zeus, quien condenó al gigante Atlas a sostener la bóveda celeste sobre sus hombros. Por ello, al dios protector de Bacatá, también se le llama “El Atlas Chibcha”. Pero también Bochica castigó a Huitaca por sus malas enseñanzas a la gente, y la transformó en una lechuza, e hizo que sólo saliera a los campos como ave nocturna. Su culto pertenece al ritual lunar.

Después de esto Bochica desapareció en Iza, los muiscas visitabán en peregrinación el lugar y hacían anualmente una gran fiesta religiosa para conmemorar su regreso.
Bachué e Iguaque, cuando ya estaban viejos, llamaron a sus descendientes y fueron acompañados hasta la laguna de Iguaque, su lugar de origen. Allí Bachué hizo una plática final, exhortándolos a la paz, después de la cual se despidieron y se convirtieron en dos grandes serpientes que se sumergieron en la laguna. Así se resuelve el drama del relato.

INTERPRETACIÓN GENERAL DEL MITO

En este mito encontramos elementos que nos permiten comprender cómo a partir del caos de lo inconsciente, emerge la conciencia, a partir de su propio poder autogenerador y de la necesidad de una relación entre los principios femenino y masculino. También nos muestra la forma en que la conciencia emergente, representada en lo masculino, dejó de lado el poder creativo de lo femenino. En esencia, el relato representa el paso de una sociedad matriarcal a una sociedad patriarcal, en la que el predominio de lo masculino perdió contacto con el principio femenino, en aspectos que fueron asumidos como sombríos. La consecuencia es que este proceso de cambio apartará al ser humano de sus aspectos más instintivos.

El temor del ego a la dimensión transformadora de lo femenino escindió lo femenino, reduciéndolo a lo bondadoso, conectivo y procreador. En palabras de Whitmont, el propósito de reprimir lo femenino es que “el poder abismal de lo femenino no disolviese la voluntad firme del varón y le entregase desvalido al gran torrente de la transformación”

La pregunta es ¿cómo adaptarnos conscientemente a los principios femeninos y masculinos en todos sus aspectos, sin que se perciban como amenazantes sino como compensatorios y cooperadores, integrando sus aspectos inconscientes, redimiendo el dominio de lo femenino?

Esto parece hacerse evidente y necesario en nuestra sociedad Occidental, donde una nueva comprensión de estos principios contrarreste la parcialidad masculina predominante, contactando de nuevo con las fuerzas del Eros, que ignorémoslo o no, continua ejerciendo control desde sus profundidades, quedando enfrentados, ante la desintegración, al enorme poder destructivo de los arquetipos, cuando estos se sienten saboteados.

Esto hace pensar en la sacralidad del matrimonio de Bachué con su hijo, el ego naciente que ella necesita para salir de su estado inconsciente primigenio, como una relación con su propio poder creativo, con su capacidad de procrear, gracias a la cual todo lo demás surgirá, pues es a partir de esta unión que la tierra se puebla. Si bien es cierto que la función de Bochica de ordenar, enseñar y restablecer el equilibrio era fundamental para todo lo naciente, ¿qué pasa si nos divorciamos de nuestro propio ser, que desde lo femenino está relacionado con los orígenes de la vida?

Según Whitmont, el precio que pagamos por esto es doble, ya que por una parte, perdemos contacto con la continuidad vida-muerte de la existencia, y por otra, el yo se enfrenta a un mundo extraño y absurdo en el que la amenaza de la autodestrucción colectiva es inminente.

Por fortuna, ser conscientes del problema podría conjurar la amenaza, asimilando las fuerzas inconscientes y trasformándolas en nuevas formas de cultura, de conciencia y de control de lo agresivo.

Esto lleva también a reflexionar en el desenlace de nuestro mito, en que, Bachué y Bochica, que objetivizan la presencia de lo femenino y lo masculino, de lo inconsciente y consciente, de lo matriarcal y lo patriarcal, desaparecen volviendo a sus orígenes. ¿Qué sentido podría tener esta desaparición en este movimiento dialéctico, que nos impulsa a buscar nuevas formas de autovaloración y de relación con nuestros impulsos instintivos y emotivos, pero partiendo de formas arcaicas reprimidas y desechadas, que necesitan ser redimidas y reconocidas por la conciencia?

Varias ideas se me ocurren: que debemos volver al caos, al estado primordial, para renacer renovados y regenerados, como una forma de vivificarnos, integrar la dualidad relacionada con las fuerzas naturales y darle paso al espíritu. Whitmont dice que “La nueva conciencia, comparada con la del pasado, estará dotada de una claridad, una libertad y un conocimiento de sí misma mucho mayores, y de una capacidad de amor distinta y nueva”.

Lo anterior nos estaría mostrando el camino de la individuación, en el que después del reconocimiento, aceptación e integración de los opuestos, retornamos al arquetipo del Sí-mismo, el retorno a la totalidad consciente e inconsciente, pero habiendo pasado por un camino de adaptación consciente.

DESCRIPCIÓN DE LOS SÍMBOLOS (3)

Pero es aquí que me gustaría abrir paso a una reflexión, que nos ayude a darle vida al mito, relacionando lo ya analizado con la descripción universal de los símbolos contenidos en el relato, para a partir de allí elaborar unas conclusiones.

• LA LUNA, como símbolo femenino. A través de los tiempos ha sido relacionada con la Gran Madre, pero también con la anciana mujer. Y su simbolismo siempre se manifiesta en correlación con el sol. Se asimila a las aguas primordiales de las que procede la manifestación. La luna dirige la renovación periódica tanto sobre el plano cósmico como sobre el terrestre vegetal, animal y humano. Concierne a la divinidad de la mujer y a la potencia fecundante de la vida. La zona lunar de la personalidad es esta zona nocturna, inconsciente, crepuscular de nuestros tropismos, de nuestras pulsiones instintivas.

• EL SOL: es descrito como la manifestación de la divinidad, sino como la fuente de la luz, del calor y de la vida. Sus rayos representan las influencias celestes o espirituales recibidas por la tierra.

• EL AGUA: es el símbolo de las energías inconscientes, de las potencias informes del alma, de las motivaciones secretas y desconocidas. Las significaciones simbólicas del agua pueden reducirse a tres temas dominantes: fuente de vida, medio de purificación y centro de regeneración. Contiene todas las promesas del desarrollo, pero también todas las amenazas de reabsorción.

• LA LECHUZA: es Ave nocturna, en relación con la luna, que no puede soportar la luz del sol. Esta asociada con las fuerzas ctónicas, como un avatar de la noche, la lluvia y las tempestades. Se asocia a la vez con la muerte y las fuerzas de lo luni-terreno, que gobiernan las aguas, la vegetación y el crecimiento en general

• EL BÁCULO: Su forma de gancho, semicírculo, o círculo abierto, significa el poder celeste abierto sobre la tierra, la comunicación de los bienes divinos, el poder de crear y recrear los seres…es un símbolo de autoridad, de una autoridad de origen celeste. Es comparable al palo del pastor.

• EL DILUVIO: el símbolo de la germinación y de la regeneración. Un diluvio no destruye sino porque las formas están usadas y agotadas, pero lo sucede siempre una nueva humanidad y un nueva historia. Está ligado también a menudo a las faltas de la humanidad, sean morales o rituales, pecados y faltas a las leyes y a las reglas. Entonces purifica y regenera, es un inmenso bautismo colectivo, decidido, no por una conciencia humana, sino por una conciencia superior y soberana. Si las formas no fuesen regeneradas por su reabsorción periódica en las aguas, se desmoronarían, agotarían sus posibilidades creadoras, y se extinguirían definitivamente.

• LA SERPIENTE: expresión de lo primordial indiferenciado. Aparece como la gran regeneradora e iniciadora, dueña del vientre del mundo. La ciencia de la serpiente extiende igualmente su poder sobre el reino de la sombra y sobre el de la luz, concilia el alma y el espíritu, las dos zonas de la conciencia, la sagrada izquierda y la sagrada derecha. Reconoce la anterioridad de lo increado primordial, de lo que él mismo ha salido, y en donde hay que volver para sumergirse para regenerarse y fructificar. Relacionada con lo lunar y lo femenino por su por su capacidad de renovarse. El carácter, siempre cambiante, siempre renovador de ambas, la luna y la serpiente, ha hecho aparecer las creencias que atribuyen el poder de la inmortalidad a veces a la luna y a veces a la serpiente. También la serpiente se asocia con la luna porque viven en agujeros oscuros y bajan por las hendiduras de la tierra y de las rocas, Viven en una región subterránea que para los antiguos era el infierno. Su movimiento es secreto y misterioso, son de sangre fría e inaccesibles para el sentimiento humano. Se relacionan con las sombras de la muerte igual que la luna en su fase oscura. Finalmente también juega un papel como representación del falo.

Hasta aquí tenemos ya un mapa de los elementos contenidos en el mito y lo que estos nos pueden representar desde una mirada actual. Me gustaría ahora anotar algunas conclusiones respecto de lo descrito y analizado.

CONCLUSIONES

• Tenemos un mito, un relato, unas relaciones, unos símbolos, unas conjeturas que han permitido establecer una conexión con nuestros antepasados, permitiendo aventurar un sentido permanente y actual.

CHIMINIGAGUA
(Representante del caos, lo primigenio, lo indiferenciado)
SUE (EL SOL)
(Lo consciente, lo masculino) CHIA (LA LUNA)
(Lo inconsciente, lo femenino)
BOCHICA
(El gran padre, lo patriarcal)

BACHUE
(La gran madre, lo matriarcal)

CHIBCHACUM
(Lo masculino constelado) HUITACA
(Lo femenino escindido)

• Una historia que contar, donde a partir del caos, de lo primigenio, de lo indiferenciado surge la necesidad de diferenciar, apareciendo el sol y la luna como estructuras arquetípicas que al objetivarse dan vida a la inevitable aparición de los opuestos que surgen de la disolución, como única forma de salir de un estado de simbiosis, para generar progreso, desarrollo y evolución.

• Sin embargo el conflicto se polariza, mientras lo inconsciente-femenino da paso a lo masculino-consciente porque lo necesita como única posibilidad de desarrollo, dando vida a un ego, ordenador y generador de progreso, éste se empodera con una mirada patriarcal que pretendiendo protegerse y mantener el equilibrio para no regresar a un caos inconsciente e indiferenciado, niega una parte de si mismo, la relacionada con su propio origen.

• Pero él mismo lanza un diluvio que amenaza con destruir lo construido pero que también purifica. Por tanto, pasado un tiempo, las aguas son de nuevo reencauzadas para continuar generando vida. Sin embargo lo femenino y lo masculino ya se han hecho conscientes de su separación. Y han asumido un lugar que en la distancia parece invitarlos a encontrar una nueva forma de relacionarse.

• Entonces los arquetipos desaparecen, ya no se nos hacen visibles, vuelven a su origen, pero dejándonos la sensación de que siempre van a retornar. Así uno desaparece en la nada, en lo etéreo, en el espíritu. Mientras ella con su masculino ya diferenciado de sí, regresan a lo subterráneo, lo profundo, lo acuoso, a la infinidad de lo posible en forma de dos serpientes, que representan lo dualidad de lo regenerador y lo destructivo, de lo fecundador y de lo fecundado, de lo que es capaz de hundirse en lo más profundo y volver a salir, una y otra ves renovado.

• Quizás sea este el mismo camino que seguimos en nuestro proceso de individuación, primero diferenciarnos, permitir el desarrollo del ego, poblar nuestro mundo externo, volver la mirada hacia adentro, reconocer las fuerzas actuantes dentro de nosotros, observar la tensión producto del conflicto, equilibrar asumiendo las polaridades, asumir lo que nos es claro y lo que nos es oscuro, potenciar el conflicto, integrar, para finalmente de nuevo posesionando de nuestra dualidad, arrastrarnos de nuevo hasta las profundidades, donde lo individual, lo colectivo, lo creativo, lo vivificador, lo instintivo, lo espiritual, están presentes, para salir renovados y avanzar en espiral hacia mayores grados de conciencia, que sin alejarnos de nosotros mismos nos permita establecer una relación equilibrada como parte y todo de lo que somos y lo que nos rodea.

PIE DE PAGINA

(1) Compilación de mitos realizada por Juan Carlos Alonso para este escrito, tratando de mantener en lo posible los terminos utilizados por los autores clásicos consultados, en especial Restrepo, Correa y Ocampo.

(2) Basado en Juan Carlos Alonso, “El Mito Kogi de la Creación desde la Psicología Analítica”, En Revista Universitas Psychologica, Facultad de Psicología, Pontificia Universidad Javeriana, En Prensa.

(3) Basado en el Diccionario de Símbolos, de Chevalier y Gheerbrant .

BIBLIOGRAFÍA

• Chevalier, J y , A. Diccionario de Símbolos. Herder, 2003.

• Restrepo, Roberto. Consejería Presidencial para la Política Social, Las mujeres en la historia de Colombia.

• Harding, Esther. Los Misterios de la Mujer. Ediciones Obelisco,1995

• Newmann, Erich. Orígenes e Historia de la Conciencia.

• Ocampo L., Javier. Mitos y leyendas Bogotanas. Plaza y Janes, 2001

• _______. Mitos colombianos. Ancora editores, 1988.

• Whitmont, Edward. El retorno de la diosa. Es aspecto femenino de la personalidad. Piados, 1998.

“PROMETEOS INDÍGENAS: COMENTARIOS PSICOANALÍTICOS A UN MITO”

“PROMETEOS INDÍGENAS:
COMENTARIOS PSICOANALÍTICOS A UN MITO”
[url=http://www.adepac.org/P06-59.htm]http://www.adepac.org/P06-59.htm[/url]

Eduardo Gómez Escallón

Eduardo Gómez es Médico psicoanalista, Miembro de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis, Miembro Didacta y Miembro Titular de la Asociación Colombiana de Psicoanálisis. Docente en el Instituto Colombiano de Psicoanálisis. Ha trabajado en varios temas psicoanalíticos (teoría y clínica) y en especial ha manejado los tópicos de Psicoanálisis y Mitología, y adolescencia, de los cuales exsisten varios trabajos.

Monte Cáucaso

“Tiresias: ¡Ay, Ay, cuan
atroz es saber, cuando no
trae provecho ni siquiera
al que sabe!”

Sófocles, Edipo Rey

En trabajos anteriores (Gómez, E. 1998a., 1998b, 2000, 200I ) me he ocupado de diferentes aspectos de las relaciones que existen entre el psicoanálisis y la mitología. En esta oportunidad quiero dar a conocer los textos de tres mitos indígenas colombianos, cuyos contenidos tienen en común una temática claramente afín a la del Prometeo griego.

No son muchos los escritos que los psicoanalistas colombianos hemos dedicado a nuestros propios mitos. Entre ellos quiero destacar los aportes de De Zubiría, R. (1958), Sánchez M. G. (2004), Gómez C, F. (I986) y Alvarez, B. y Gutiérrez, J .A. (1987).

De los varios enfoques interpretativos que se pueden considerar en relación con la mitología y con los temas mitológicos, los más importantes resultan ser, sin duda, el antropológico-estructuralista, cuyo principal representante es Lévi-Straúss, y el psicoanalítico.

En la estructura del mito, descubierta y descrita por Lévi-Strauss (1958) encontramos, además del eje horizontal que se extiende en la dimensión de lo diacrónico y del vertical, del orden de lo sincrónico, un eje en la dirección antero posterior, que incluye las diferentes variaciones sobre el mismo tema. Esta triple estructura vectorial le otorga características tridimensionales. A pesar de que los distintos relatos de nuestros Prometeos indígenas muestran diferencias considerables, es posible determinar elementos básicos y esenciales, al hacer un estudio comparativo entre ellos y con la clásica versión griega. El siguiente paso, en el desarrollo de este trabajo, incluye algunos comentarios psicoanalíticos sobre este mito, basado, desde luego, en los aportes hechos por Freud y por otros psicoanalistas que se han ocupado del tema. La interpretación psicoanalítica de ninguna manera agota su comprensión, ni puede pretender abarcarlo todo; se trata sólo de una dimensión que, desde luego, enriquece las narrativas mitológicas, al introducir en su estudio la valiosa herramienta de los mecanismos propios del funcionamiento del sistema inconsciente, descubiertos por el psicoanálisis. Es evidente que, ni el sentido de la obra de un poeta trágico, ni la de un mito, pueden reducirse a una interpretación psicoanalítica.

El mito de Prometeo pertenece a aquellos que muestran una tendencia universal, afirmación que se ve respaldada por los hallazgos de las tres versiones indígenas que voy a exponer.

Pero no son solamente estos ejemplos los que nos testimonian de la universalidad de este tema mitológico: Lévi-Strauss (1964), en su libro Le cru et le cuit, se refiere a una serie de relatos míticos de las tribus del grupo lingüistico llamado Gé, vecinas de los Bororo, de la parte central del Brasil; aparece, en todos ellos, el tema de los orígenes del fuego, en seis variaciones, a las que, en un lenguaje musical, llama “seis aires seguidos de un recitativo”. Encuentro que estas narrativas tienen notorias semejanzas con las nuestras, pero entrar en detalles sobre ellas excede los límites de este trabajo. (1)

Finalmente, quiero dejar planteadas algunas hipótesis o preguntas sobre los que considero como los aspectos más importantes del mito, desde el punto de vista psicoanalítico, en cuanto estructurantes de la mente y en relación con su utilidad clínica.

Me parece más importante el estudio comparativo de las distintas versiones del Prometeo y los comentarios psicoanalíticos pertinentes, así como las funciones generales y usos de estas temáticas y contenidos, que lo que estrictamente se considera como análisis aplicado, en el sentido de dirigirlo en forma exhaustiva a todos los detalles de un texto; este terreno puede resultar riesgoso, como quiera que sus interpretaciones no están sustentadas, como sucede con el psicoanálisis clínico, por las asociaciones libres dei analizado.

Es preciso, entonces, ser muy cautelosos al transitar por estos caminos. Sin embargo, “La cuestión de saber si un texto puede recibir una interpretación psicoanalítica y bajo qué condiciones, ha sido planteada muchas veces.” (Potamianou, 1979) (2). Las relaciones entre la mitología y el psicoanálisis son de doble vía, y las influencias que !a estructura mitológica en general y los relatos mitológicos en particular han tenido para el psicoanálisis no han sido, en mi opinión, suficientemente estudiadas.

1. LOS MITOS INDIGENAS

1. 1. La historia del fuego

En un cuadernillo publicado por la Asociación Instituto Lingüístico de Verano (1993) aparece la narración de un mito Guahibo titulado La historia del fuego, el que quiero transcribir textualmente:

“En un lugar llamado Awia, actualmente Santa Rita en el Vichada, Cuwai (un héroe mitológico) solía calentarse en su hamaca cerca del fuego.

En aquel entonces la gente no conocía el fuego y por eso asoleaban el pescado y la carne que iban a comer; pero la gente se cansó de esto. Sin embargo Cuwai continuaba calentándose, aunque la gente no sabía que era el fuego.

Un día, por fin, el perico cachete amarillo (Pionopsitta barrandi) preguntó a su abuelo Cuwai:

– Abuelo, ¿qué es lo que tienes debajo de tu hamaca?

Cuwai le contestó: Nieto, es fuego.

-¿Para qué sirve el fuego? Insistió el perico.

-Sirve para asar pescado- contestó el viejo

Pero Cuwai mezquinaba el fuego. Entonces el perico pensó: “mi abuelo mezquina el fuego, pero yo se lo voy a quitar”. Y así lo hizo. Cuando el perico huyó con el fuego, Cuwai le siguió por detrás para matarlo, pero el perico se metió en un árbol ahuecado. Cuwai tumbó el árbol en el cual se había metido el perico y cuando éste cayó al suelo, Cuwai empezó a abrirle huecos, y es por eso que el árbol “cabo de hacha” tiene la superficie del tronco ondulada. Sin embargo, el perico salió huyendo por el extremo de una rama ahuecada y a su paso regaba partículas de carbón encendidas, y es por esto que el perico tiene el doblez del ala de color rojo encendido. Después de todo esto y una vez a salvo, el perico enseñó a la gente cómo utilizar el fuego”.

1.2. Namón, el hombre que robó al fuego el sol

Fabio Silva (1999), en su libro Mitos y Leyendas Colombianos, trae el relato de este otro mito colombiano, esta vez Cuibo, perteneciente a la zona de los llanos orientale sy de la amazonía.

“Al principio de la civilización, los indígenas no conocían el fuego; comían sus alimentos crudos y no podían evitar el frío en el calor de una hoguera. Muchas veces habían visto como se prendían los árboles con los rayos de las grandes tempestades pero, temerosos del castigo de los dioses, nunca se acercaron a ese fuego.

Un día un joven llamado Namón decidió ir hasta el sol y robarle un poco de su luz.

– Para que puedas cumplir con tu misión, debes estar alerta de las trampas que pone el sol- le dijo el pájaro carpintero.

– ¡Antes que nada, debes llevar dos palitos de Matapán y traerlos encendidos! exclamó el morrocoy.

Una noche, Namón partió a cumplir con su dificil misión. Se despidió de toda la tribu, preparó su arco y sus flechas, empacó sus alimentos y por último guardó muy bien los dos palitos de matapán en una de sus bolsas … El enmarañado bosque era cada vez más dificil de cruzar y Namón solamente se guiaba por el sonido del río. De pronto, en medio de la selva, escuchó una tenebrosa risa.

– Ja, ja, ja, hasta aquí ha llegado Namón. No permitiré que lleves el fuego a tu tribu.

Namón miró para todas partes y no supo de donde provenía la voz que escuchaba. Pero, fuera lo que fuera, no permitiría que lo detuvieran en su camino. De repente los árboles se fueron uniendo y sus ramas y hojas formaron una inmensa red que lo cercaba lentamente.

Namón se acordó de las palabras del pájaro carpintero, sacó su flecha más gruesa y amarrándole un lazo que tejió rápidamente con finas hojas y fuertes raíces, la disparó hacia el árbol mas alto, subió por la cuerda con una habilidad de tigre y justo cuando llegó a la copa del árbol, la red se cerró fuertemente. Entonces Namón sacó los dos palitos de matapán y bajó lentamente del árbol, porque los palos de matapán le sirvieron de alas. Namón, sorprendido de lo que había hecho, no se dió cuenta de que había caído en territorio de las grandes boas.

Las boas,. sin darle tiempo de reaccionar, lo atraparon. Una de ellas lo agarró por el cuello, tratando de estrangularlo. Namón alcanzó a sacar su afilado cuchillo de piedra y lo clavó en el cuello de la gigantesca boa que se retorció de dolor. AI ver a su compañera muerta, las otras culebras nuevamente se abalanzaron sobre él. Rápidamente sacó sus flechas y las disparó contra un gigantesco árbol, formando una serie de escalones por los que trepó velozmente.

Cuando Namón miró hacia el horizonte, una hermosa llanura dejaba ver el esplendoroso sol, que salía como del fondo de la tierra. Entonces sacó los dos palos de matapán, los expuso a la luz, esperó un buen rato y de pronto una Ilamita apareció súbitamente en uno de los dos palos; Namón sopló y frotó el palito y otra vez apareció la llama. Había logrado robarle un poco de fuego al sol.

De regreso a su aldea, corrió tan rápidamente que ni las boas, ni el bosque enmarañado lo pudieron atrapar. Cuando llegó a su tribu, mostró a todos lo que había conseguido. Desde este día, el frío fue dominado gracias alfuego de Namón”.

1. 3. El secreto del fuego

El mismo autor, Fabio Silva (1999), nos trae en su libro el texto de otro mito, perteneciente a la zona pacífica. Se tratade El Secreto del Fuego, mito Catío, cuyo contenido es el siguiente:

AI principio, la única que tenía el secreto del fuego era la iguana Himo pero ella no lo compartía con nadie. Los indios cocían y calentaban sus comidas al sol, pero éstas no quedaban bien preparadas, y por la noche dormían atemorizados y sentían mucho frío, pues no tenían con que calentarse.

Un día Karabayí, un astuto guerrero, salió a pescar y se encontró con Himo, que estaba asando un rico pescado. Himo invitó a Karabayí y éste quedó fascinado con el sabor de la comida. Pero cuando terminaron, Himo apagó el fuego y partió rápidamente. Karabayí volvió al poblado y contó lo sucedido a sus compañeros:

– ¡Hay que capturar a la iguana Himo para que nos muestre el secreto del fuego! – exclamó Karabayí a todo el poblado.

Himo no volvió a aparecer por ningún lado. Pero un día Karabayí, que todos los días salía a buscarla, olió el sabroso aroma del pescado asado y, guiándose por él, logró llegar a la cueva de la iguana; la entrada era muy pequeña. Entonces Karabayí, que podía transformarse en lo que quisiera, se convirtió en iguana y se metió en la cueva. Aunque la entrada era pequeñita, el interior era gigantesco. Karabayí quedó sorprendido al ver miles y miles de palitos prendidos y repartidos a lo largo de la cueva. “Con razón nunca se le acaba el fuego a Himo” pensó Karabayí. Al ver a su hermano, Himo le invitó a comer pescado asado. Karabayí comió y cuando estuvo satisfecho, le dijo a Himo que le obsequiara un palito para llevar a su propia cueva. Himo, que no sospechaba nada, le entregó varios y Karabayí partió rápidamente para su tribu.

Desde ese día, los hombres tienen fuego y la iguana sigue creyendo que sólo ella puede comer pescado asado.

2 – EL MITO GRIEGO

Tal vez el texto más antiguo que hace referencia al mito de Prometeo se encuentra en la Teogonía de Hesíodo, posterior a Homero. Por lo tanto alguna información, ya sea de referencia o de estilo, fue tomada de las grandes obras homéricas. En la Teogonía se describe toda la intrincada genealogía de los dioses del Olimpo, comenzando con Urano y Gea, y con el triunfo final de Zeus, después de una larga lucha, sobre todos los demás dioses.

La Enciclopedia Espasa-Calpe nos señala que el nombre de Prometeo viene del griego promezeus=Promezés, de pro y maz, raíz del verbo manzano, aprender. Agrega que, según Diodoro, este mito significa que Prometeo fue el inventor de las pyreia, “instrumentos que en los tiempos primitivos servían para encender el fuego”. Nos relata también que “Fulgencio y Petronio creen ver en el suplicio de Prometeo una alegoría de la envidia que roe las entrañas de la humanidad”. La misma enciclopedia refiere que una “exégesis histórica de la leyenda de Prometeo” se encuentra en Herodoto, según la cual Prometeo fue un rey de Escitia. Como consecuencia del desbordamiento del río llamado Aetos (del griego aetós, águila) y de los desbordamientos que provocó en todo el territorio, los escitas culpan a su rey del desastre y lo cargan de cadenas.

En el orden de las generaciones, Prometeo pertenece a la misma de Zeus, según el texto de Hesíodo, y por lo tanto es nieto de la pareja primordial y hermano de Cronos. Esquilo, en su Prometeo Encadenado, lo coloca en una generación anterior, como hijo de Urano y Gea, y por lo tanto perteneciente a la misma de los Titanes. ¿Cual es el significado de este cambio generacional? Una explicación posible, estaría en la necesidad de alejar los peligros de las implicaciones edípicas. Después de Hesíodo, el texto griego más importante sobre Prometeo se encuentra en Esquilo, en su famosa trilogía prometeíca, de la que sólo se conserva la primera parte; el Prometeo Encadenado, y algo de la segunda, fragmentos del Prometeo Liberado. Nada se conoce de la tercera Parte (3).

Como considero que el contenido de este mito es ampliamente conocido, voy a limitarme a exponer un resumen de la versión que trae la Enciclopedia Cívita de mitología (1973):

Prometeo.- Hijo del Titán Japeto y de Climene… Enviado a la tierra con la misión de crear un ser díferente de los animales, decidió vengarse del padre de los dioses, que destruyera a su estirpe. Tomó barro del suelo, lo mojó con agua y esculpió la masa hasta obtener rayos iguales a los de un dios… Estaba creada la especie humana. En un banquete en que una res iba a ser dívidida entre los Olímpicos y los hombres, Prometeo se encargó de hacer el reparto. De un lado puso las entrañas y la carne del animal, del otro sólo los huesos, disimulados con la grasa blanca. Júpiter eligió la segunda parte. Al darse cuenta de haber caído en una trampa, se encolerizó contra Prometeo y los mortales. Para castigarlos les escondió el fuego, último elemento que les faltaba para desarrollar una civilización. Prometeo voló hasta el cielo, encendió una rama en las brasas del carro solar y entregó la llama al hombre… (Júpiter) encadenó a Prometeo en la cima del monte Caúcaso y le envió un águila que le devoraba el hígado, reconstituído torlas las mañanas. A pesar de su sufniniento, el titán mantuvo su actitud de rebelión… Pasados treinta años, o treinta siglos, según algunos, Júpiter permitió que Hércules liberara a Prometeo. Tras haber hecho todo eso, Prometeo quedó libre pero se tornó mortal. Sólo recuperaría la inmortalidad sí un inmortal aceptaba trocar su destino con él. El centauro Quirón; herido por una flecha de Hércules, aceptó morir en su lugar. El títán pudo ser así admitido nuevamente entre los dioses.

Antes de abstraer los elementos comunes, no sobra señalar la importancia de las diferencias. El Prometeo griego se estructura, en esta versión, también como un mito de la creación del hombre, con notorias semejanzas con el relato del Génesis. Aparece clara la fantasía de la inmortalidad del hombre, como algo que, además, se puede adquirir o perder.

3 – ELEMENTOS COMUNES

Estos elementos, que quiero abstraer como comunes a todas las narrativas
referidas, tienen que ver solamente con los contenidos manifiestos.

3.1. En todas las versiones se alude a una época en que “la gente no conocía el fuego”, lo cual plantea, de entrada, un problema del conocimiento. En este sentido tanto el fuego como la luz deben ser considerados como símbolos del conocimiento; Francisco Rodríguez Marín, en el prólogo a su edición comentada del Quijote, y citando a Menéndez y Pelayo, exclama : “Luz, más luz, es la que esos libros inmortales requieren”. Por lo demás, la metáfora de la luz, como alusión al conocimiento, es tan amplia y difundida en el lenguaje común que no requiere aclaración. Desde luego que tiene otros significados, entre ellos unos claramente sexuales y otros agresivos.

3.2. Para robar el fuego se necesita una gran astucia, con el fin de lograr engañar a un ser superior, que puede ser otro hombre de mayor dignidad y poder, o un dios o, inclusive, un animal al que se le atribuyen poderes especiales. En Prometeo, el engañado doblemente es Zeus y, por supuesto, todos los dioses del Olimpo. En el primero de los mitos relatados, éste es robado al abuelo Cuwai. Namón tiene que hacerlo nada menos que al sol y, finalmente Karabayí engaña a la iguana Himo, animal revestido, en este relato, con características míticas.

3.3. Quien hurta el fuego lo hace con intenciones altruistas, para beneficiar a su pueblo, a los suyos y, de paso, convertirse en héroe, llámese Prometeo, Namón, Pionopsitta barrandi o Karabayí. ,

3.4. El robo trae como consecuencia muchos sentimientos persecutorios, y, en el mito griego, un castigo atroz. Llama la atención que, en los mitos indígenas, por supuesto más sencillos e ingenuos, el castigo se queda sólo en el campo de la amenaza, y nunca tiene las terribles consecuencias que nos muestra la versión griega.

3.5. El instrumento utilizado para transportarlo es una caña, o “dos palitos de Matapán”; “una rama ahuecada”, o “un palito” que se multiplica en “miles y miles”, en el caso del mito Catío; de todas maneras, claros símbolos fálicos.

3.6. El héroe tiene que pasar por muchas dificultades y enfrentar serios peligros para lograr sus fines, lo cual imprime a las narrativas un carácter siempre persecutorio. El mito de Prometeo tiene muchos puntos de contacto con el del Héroe, en el sentido en que fué propuesto por O. Rank, y citado por M. Abadi (1970).

3.7. La instancia (o instancias) que lo poseen, son mezquinas (envidíosas), no quieren ceder su privilegio, y por eso es preciso robar y acudir al engaño.

3.8. El final de la narrativa siempre es el mismo: el héroe logra su cometido en todos los casos, que es el de entregarlo a los hombres.

4 – ALGUNAS CONSIDERACIONES ANTROPOLÓGICAS:

Antes de los comentarios psicoanalíticos en relación con el mito de Prometeo, me parece interesante presentar algunas consideraciones que pertenecen al terreno de la antropología.

Una de las funciones del mito es la de tratar de dar una explicación a los orígenes y características de los fenómenos de la naturaleza; fenómenos que aterrorizaron con seguridad al hombre primitivo: inquietudes, preguntas sobre la presencia de movimientos telúricos, terremotos, inundaciones y lluvias torrenciales, o la trayectoria del arco iris, la existencia de las estrellas y sus movimientos.

Lo referente a la pregunta sobre el cuándo tuvo lugar la adquisición y la domesticación del fuego, es cuestión de importante controversia. Algunos autores la ubican en una época muy remota, hace aprox. 2,5 millones de años, en la era de los Australopithecus (4), primer género de homínidos. Ya menos polémica resulta su utilización por parte de los Neandertales, es decir hace cerca de cien mil años. La importancia de esta adquisición tiene que ver, ante todo, con el progreso cultural que implicó, no solamente en relación con la preparación de los alimentos y su mejor utilización para la nutrición, y con la protección contra las inclemencias del tiempo, sino también en el aprendizaje del manejo de los metales y de la arcilla, como primeras etapas en el desarrollo de la tecnología.

Rudgley (1999), citando al historiador de las religiones Mircea Eliade señala como “en todo el mundo se ha calificado a los chamanes, alfareros, herreros y alquimistas “maestros del fuego”. El poder del fuego para transformar la arcilla, en el caso del alfarero, y los metales, en el del herrero, se veía no sólo como un logro tecnológico, sino como una actividad impregnada de magia”.

Cosa distinta a su adquisición y dominio, y a la capacidad de producirlo y de mantenerlo, resulta el hecho más temprano de aprovechar aquel que se producía espontáneamente, ya sea a través de un incendio forestal o por los rayos de las tormentas eléctricas (RudgIey,R, 1999).

El relato de Prometeo incluye dos aspectos diferentes: por un lado está todo aquello que tiene que ver con lo heroico, con el héroe que desafía a los dioses para llevarles la civilización, cuyo desarrollo se encontraba estancado. Por otro lado, y en especial en relación con el texto de la tragedia griega, aparece en el protagonista, una clara faceta depresiva y melancólica, expresada en sus permanentes lamentos y quejas.

5- INTERPRETACIONES PSICOANALÍTICAS

5.1. Interpretación freudiana:

Según Freud (1931), y aunque no señala a cuáles se refiere, existen varias leyendas y mitos ígneos. Enseguida se centra en el estudio psicoanalítico del mito de Prometeo, haciendo una profunda e ingeniosa interpretación. Lo esencial, en su comprensión, es el. énfasis que pone en los mecanismos descubiertos en relación con la interpretación de los sueños, y en especial en los que se han descrito como “transformación en lo contrario” y “expresión simbólica”. Para su interpretación parte de un antiguo rito, practicado por algunos pueblos primitivos, que consistía en apagar el fuego orinando, lo cual implicaba, para él, un erotismo de tipo claramente uretral, así como fuertes impulsos homosexuales. Prometeo roba el fuego a los dioses, para entregárselo a los hombres, elemento éste que les faltaba para terminar su proceso de adquisición de la cultura. Pero resulta que lo transporta en una caña hueca, claro símbolo fálico, lo que indica que no era propiamente el fuego lo que Prometeo traía sino todo lo contrario, el instrumento para apagarlo.

En síntesis, Freud concluye que el contenido latente del mito significa una renuncia instintiva, en este caso concreto, a los impulsos uretrales y homosexuales, como base indispensable para lograr la civilización. Esta idea de la renuncia instintiva para los logros culturales, se encuentra también en otras obras de Freud, en especial en El Malestar en la Cultura (1930) y en El Porvenir de una llusión (1927).

5.2. Otras interpretaciones psicoanalíticas

5.2.1. El acto de Prometeo es un robo, un fraude, lo que constituye otra figuración simbólica. Los dioses griegos representan, según Anzieu (1970), no al superyó, sino, antes bien, a las pulsiones y agrega que el castigo de Prometeo implica también una transformación en lo contrario. Para los antiguos el hígado era la sede de los deseos, de las emociones, de la cólera, del dolor, del miedo y de las pasiones. Un ave le roe él hígado, el que es diariamente reconstruído. Dice Anzieu (op.cit.) (5)

“En el discurso manifiesto del mito, Prometeo es castigado por haberse dejado llevar por sus deseos. En el pensamiento latente es lo contrario: Prometeo da el ejemplo de la renuncia a un deseo, por el bien de la civilización; toda exigencia de renuncia suscita una respuesta agresiva; Prometeo es castigado puesto que exige una renuncia desagradable. Un pájaro le devora el hígado …los dioses del Olimpo, repetirá Freud, poseen toda la licencia para obtener la satisfacción de sus deseos, a los cuales los hombres tienen que renunciar. Los dioses griegos personifican el inconsciente y luego agrega que `la lección moral contenida en la tragedia, no es más que el disfraz de una verdad psicológica, la realización imaginaria de los deseos prohibidos, fuente de los sentimientos de culpa”.

5.2.2 Anna Potamianou

En su trabajo Réflexions Psychanalytiques sur la Prometeia d’ Esquile (l979) hace un profundo estudio que se puede sintetizar de la siguiente manera:

El Prometeo de Esquilo forma parte de una trilogía de la que, como hemos visto, sólo se conserva la primera parte, y fragmentos de la segunda. Llama la atención que los psicoanalistas se han ocupado mucho más de la otra trilogía de Esquilo, la Orestíada. Baste recordar el estudio que a esta última le dedicó M. Mein (1963). Considera que la Orestíada está más centrada en la problemática edipica que la Prometeia, en cuya temática predominan las referencias a lo pregenital.

Un primer aspecto psicoanalítico que plantea la autora, es la dificultad de Prometeo para someterse a la Ley del Padre, a pesar de la necesidad paradójica de hacerlo. Por otra parte afirma que Esquilo pone en escena un mito que le permite desarrollar la fantasía de la omnipotencia en defensa contra la ansiedad de castración. Potamianou ve muy claro el hecho de que Esquilo quiere su Prometeo omnipotente y bondadoso, que se opone a Zeus, padre agresor y castrante.

En el primer plano de la tragedia Zeus amenaza al sujeto así como a toda la humanidad y sus amenazas no son vanas, son las de aquel que detenta la autoridad absoluta. Prometeo se rebela, pero esta rebelión, más que edípica, se ubica en la necesidad de anular la separación irreversible que implica la inserción, entre Zeus y él, de un nuevo orden de cosas. En sus comienzos, la relación mítica entre Zeus y Prometeo, fue una relación gratificante para ambos, una especie de simbiosis: Zeus ve su fuerza confirmada a través de Prometeo y éste, a su vez, sirve a manera de Yo auxiliar a Zeus. Detrás está la figura de la madre nutricia, también ambivalente y devoradora, de la cual tampoco se quiere separar.

En todo caso Prometeo fue para Zeus un aliado de fuerza y este último fue para Prometeo un objeto de amor, lo que podría hacer pensar en un amor homosexual; pero en realidad Prometeo le ama, según la autora, en tanto objeto revestido de libido narcisista. El aspecto homosexual de la relación sirve para ocultar el objeto narcisista, nacido de la relación arcaica con la madre.

Prometeo desplaza su amor hacia los hombres y, a través de una transformación en lo contrario, sólo el odio parece subsistir en su relación persecutoria con Zeus. El amor se reencontrará en su reconciliación final.

Cuando el trazado mitológico haya sobrepasado el tiempo crucial de la relación narcisista, nos dice Potamianou, ésta desemboca en una relación sádica, oral y anal con el rival, donde la relación paterna encubre la de la madre, devoradora y destructiva.

5.2.3. Para Pasche, F (1979), la esencia del sentido del mito de Prometeo se encuentra en los avatares de un contra (6) – edipo paterno, en todas sus formas posibles. Lo mismo que Potamaniou (op.cit.), pone énfasis en los elementos depresivos y melancólicos del héroe, que entre lamentos y quejas, provoca o tiende a provocar en todo el curso de la tragedia, la atención y la compasión de los espectadores.

5.2.4. Sánchez M.,G. (2004) se refiere, en sus comentarios al Prometeo Encadenado de Esquilo, entre otros aspectos, a la arrogancia y soberbia de Prometeo. Lo describe, refiriéndose al contenido latente, como “una configuración de fantasías de destrucción del padre-pene idealizado”, basada en ataques envidiosos, lo que lo convierte en un objeto muy persecutorio. También destaca la presencia de fantasías y angustias homosexuales, que llevan a que Prometeo prefiera continuar en su rebeldía, antes que verse sometida homosexualmente al padre.

6.0 CONSIDERACIONES PSICOANALÍTICAS, A MANERA DE CONCLUSIÓN

Teniendo en cuenta las narrativas de las distintas versiones y las interpretaciones psicoanalíticas de los autores citados, podemos llegar a las siguientes conclusiones.

6.1. Nos encontramos ante un enfrentamiento con el padre, por parte del protagonista héroe. En este sentido el mito prometéico tiene que ver directamente con aspectos de un Edipo positivo, el que, según algunos autores, oculta una conflictiva más de tipo pregenital. Sin embargo, muchos
de los detalles de las narrativas apuntan a facetas de un edipo (o contra-edipo) negativo. (Pasche, 1979 y Sánchez M. 2004).

6.2. Existe, claramente, una lucha generacional, la cual, en unas versiones, se da directamente de padre a hijo, y, en otras, aparece distanciada, de manera defensiva, por una generación intermedia.

6.3. El contenido del mito de Prometeo está siempre ligado con el del héroe, en el que está implícito el desarrollo de la omnipotencia, como defensa frente a las ansiedades de castración.

6.4. Para el hombre se ha establecido una prohibición para lograr la plenitud de la civilización y del conocimiento, a manera de un sistema moral, en donde todos los elementos deben estar ligados en un orden lógico, del cual no es posible descontextualizar ninguno. Esta prohibición es muy clara en el mito de Prometeo.

6.5. Como lo ha señalado Bion (1963), los mitos generalmente remiten a la curiosidad, al conocimiento, con las angustias, las prohibiciones y los castigos correspondientes. En un trabajo anterior (2000) me he referido a la alusión repetida que hace a otros mitos que involucran la misma problemática. Se refiere al Edpo, al del Edén o paraíso perdido, a la Torre de Babel y al Enigma de la Esfinge. La curiosidad y arrogancia de Edipo, en su intento por llegar hasta las últimas consecuencias en su indagación, es la causa misma de su perdición; el castigo que recibe es el exilio y la ceguera.

En la Torre de Babel el hombre quiere llegar hasta el cielo, hasta dios, apoderándose de sus cualidades omnipotentes. En este caso el castigo es la confusión de las lenguas que dios impone a los hombres, es decir la incomunicación, como consecuencia de la destrucción de la capacidad para el pensamiento verbal.

El joven Narciso que observa su belleza reflejada en el agua, es castigado por investigar sobre él mismo, por el autoconocimiento.

Según Bion (op.cit.) existe, en los contenidos míticos, la presencia de un dios omnipotente y omnipresente, hostil al conocimiento.

En el caso de Prometeo el pecado es también el de la arrogancia y la soberbia, el de la Hybris o desmesura de los griegos.

6.6. Es preciso destacar los elementos melancólicos que se encuentran incluidos en el mito. Pienso que detrás de ellos se esconde, como lo pudo ver Petronio, y a través de la figuración del águila devorando el hígado, una alegoría de la envidia ancestral del hombre.

Veamos el tono melancólico del protagonista de la tragedia (al fin y al cabo
tragedia):

Prometeo.- ¡Oh divino éter y alígeras auras, y fuentes de los ríos, y perpetua risa de las marinas ondas; y tierra, madre común, y tú, ojo del sol omnividente: yo os invoco! Vedme cual padezco, dios como soy, por obra de los dioses. Contemplad cargado de qué oprobios lucharé por espacio de años infiníto. Tan infame cadena tuvo para mi el rey de los felices: !Ay! !Que lamento el mal presente y también e/ futuro! ¿Cuándo asomará el término de mis penas? (prólogo, Commós)

Y el coro, como siempre, hace eco al talante melancólico:

Coro.- Viéndote estoy, Prometeo, y una nube de temerosas lágrimas cubre mis ojos al contemplar tu cuerpo consumido en esas rocas entre afrentosos y diamantinos hierros. Nuevos timonelis rigen el Olimpo; Zeus manda a su gusto con desaforadas leyes; lo que ayer era grande, desaparecido es hoy ante nuestra vísta. (Prometeo Encadenado, Episodio I, Antistrofa I).

6.7. Considero de importancia, en el caso del Prometeo, como lo hiciera Son para el Edipo, desplazar el énfasis desde los elementos sexuales hacia un problema del conocimiento.

7. PREGUNTAS E HIPÓTESIS:

Quiero plantear ahora algunas hipótesis y preguntas en relación con la función y la utilidad psicoanalitica y clínica del mito.

7.1. Los mitos representan un sistema moral a nivel colectivo, que corresponde o se asemeja a los mecanismos del conflicto individual y a sus intentos de solución: deseos e impulsos, la tendencia a su realización, la prohibición que pone en marcha la represión (la defensa) y, por último, la “transacción” que implica una realización disfrazada de deseos reprimidos, como en el caso de los sueños.

En este sentido corresponderían a un sueño colectivo, en especial aquellos que tienen una tendencia a ser universales. En el Prometeo existe esta lucha instintiva, pero, en mi opinión, prima la lucha contra el instinto epistemofílico, que constituye la base de su problemática.

7.2. Utilidad clínica: Se puede pensar en que la principal utilidad clínica de los mitos estaría en el hecho de representar unos modelos paradigmáticos o prototípicos para la preparación (cocina) del proceso interpretativo. En este caso se trataría de unos modelos, útiles en la clínica, a manera de formulaciones de nivel intermedio, que no corresponden ni a las teorías de alto nivel de abstracción, ni a la realización que les corresponde; se ubicarían entre los dos extremos. Bion (no fechado) recomienda al psicoanalista escoger una serie de mitos que sean de su predilección, ejercitarse en ellos a través de asociaciones escritas, como una manera de mantenerse en buena forma para el ejercicio de su actividad en relación con la atención libre flotante. Si al estar intentando estas asociaciones aparece el nombre de algún paciente, este signo puede ser de ayuda en la comprensión de este caso particular.

7.3. El punto anterior implica un procedimiento que ocurre en sentido contrario a como hemos procedido siempre. En lugar de partir de un contenido manifiesto y por lo tanto consciente, para llegar a lo inconsciente, lo hacemos desde un contenido inicialmente inconsciente, y cuyo sentido ya ha sido develado a través de una amplia elaboración previa, en este caso el de un mito, para llegar a la comprensión del paciente en sus aspectos ocultos.

7.4. Finalmente, algunas inquietudes y preguntas:

¿podría afirmarse que los mitos remiten siempre a un problema del conocimiento, que busca solución y esclarecimiento? ¿A qué modelo clínico corresponde nuestro paciente-prometeo? ¿Sería posible categorizar y sistematizar una especie de “complejo de Prometeo”, con los mismos títulos del Edipo o del Narcisismo, teniendo en cuenta la universalidad e importancia del mito?

Pienso que estas últimas consideraciones merecen desarrollos posteriores.

NOTAS DE PIE DE PÁGINA

(1) Estas variaciones corresponden a las siguientes tribus del grupo linguístico llamado Gé del centro amazónico del Brasil: 1ª Variación Kayapo-Gorotiré, 2ª. Kayapo-kubenk. ranken, 3ª. Apinayé 4ª. Tlmbará oriental; 5ª. Timbará oriental (Grupo Kraho) y 6ª. Sherenté. La localización de estas tribus no dista mucho de las de nuestra cuenca amazónica. Para Lévi-Strauss, el énfasis de la temática de estos mitos que se ocupan todos de los orígenes del fuego, está puesto, de manera importante, en los aspectos relacionados con la cocina, con la preparación de los alimentos

(2) Trad. del autor

(3).Es interesante anotar que según la Enciclopedia Espasa, no se trata de una Trilogía, sino de una Tetralogía, de la cual Prometeo Encadenado constituiría la tercera parte, y el Prometeo Liberado la cuarta (solo fragmentos ). No se conserva nada de las dos primeras.

(4). A propósito, una rama de ellos fue llamada por un anatomista australiano australopitecus prometeus, cit. Por Rudgley

(5). Trad. del autor

(6).El “contra” se refiere a lo que corresponde al analista, en el caso del psicoanálisis o a la figura paterna, que es el sentido que le da Pasche en su trabajo.

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Indígena otomí lucha contra la violencia

Indígena otomí lucha contra la violencia

Macedonia Blas Flores integra el grupo Mil mujeres de paz a través del mundo. Capacita a las mujeres y a las niñas de su cultura para defenderse de las agresiones

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QUERÉTARO, Qro.— La indígena queretana Macedonia Blas Flores ha sido incorporada al grupo de Mil mujeres de paz a través del mundo, un compendio patrocinado por organizaciones de mujeres de varios países.

Ella fue la primera otomí mexicana que inició un proceso penal en contra de tres mujeres que hace tres años la agredieron públicamente, acusada de adulterio, una práctica contemplada entre los usos y costumbres en este grupo cultural.

Macedonia Blas asegura que ahora se siente más libre y con mejores condiciones de vida.

Indígena ñahñú de 51 años, con 12 hijos, abandonada por su esposo —quien reiteradamente la agredía— y sin energía eléctrica ni agua potable en su casa, a Macedonia Blas Flores lo que más le preocupa en la vida es que todos entiendan que “los hermanos y hermanas indígenas somos personas de la misma sangre”.

El nombre de Macedonia surgió públicamente hace dos años, en junio de 2003, cuando fue falsamente acusada de adulterio y lapidada públicamente por dos mujeres también indígenas.

Historias de violencia

A Blas Flores la golpearon en el rostro y de manera reiterada fue jalada de sus trenzas. También le untaron en los genitales una pasta preparada con diversos chiles, causándole daños ginecológicos irreparables.

Sobreponiéndose a esta situación, Macedonia Blas, asesorada por personal de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), decidió presentar denuncia penal ante el Ministerio Público, constituyéndose en la primera indígena de esta región queretana en proceder de esta manera.

“De eso ya ni me quisiera acordar…, ya no quiero dar tiempo para eso; ya pasó y ahora quiero nada más dedicarme a trabajar con las mujeres. Lo que yo hago está bien porque trabajo no nada más para mí sino para todas las mujeres que sufren violencia”, dice en un entrecortado español.

Desde hace 15 años, Macedonia se integró a la organización otomí Yax’ Kin (Primer Sol, en maya), desde donde ha trabajado en la puesta en marcha de proyectos productivos, específicamente en viveros familiares, que han dado buenos resultados a las indígenas ñahñú.

También se ha dedicado a capacitar a las mujeres y a las niñas de su cultura para defenderse de las agresiones y evitar la violencia.

—¿Por qué esta decisión?

—Porque yo viví mucho tiempo (el) sufrimiento de los golpes por mi esposo, pero aprendí que teníamos derechos. Un día vino una compañera de los Derechos Humanos que me enseñó mis derechos y cómo atender a mis hijos, sin golpes y sin regaños.

Prácticamente todo el día, Blas transita por los invernaderos de jitomates y hortalizas que la organización que preside ha creado en la zona indígena de Querétaro, con la intención de brindarle opciones económicas a las mujeres, muchas de las cuales son abandonadas por sus esposos.

“Aquí hay muchos problemas, más cuando (las) mujeres buscan formas de tener dinero y llegan tarde a la casa por estar en las reuniones de capacitación. Los esposos se enojan y no saben otra más que pegar y gritar insultos. Y hasta llegan borrachos”.

Ahora, ha tomado fama mundial al estar considerada como una de las mil mujeres en todo el orbe que son reconocidas por su labor a favor de los derechos humanos de las mujeres.

“Todavía me acuerdo que viví mucho muy pobre. Andaba en la calle vendiendo artesanías y ahora ya tengo dónde vivir y dormir. Ya no sufro como antes. Pienso que ha cambiado mi vida un poco más”, dice.

Proliferan abusos contra niñas indígenas .

Proliferan abusos contra niñas indígenas .

Querétaro: van 10 casos en una localidad. La mayoría de los presuntos responsables salen libres, denuncian

Juan José Arreola/Corresponsal
El Universal
Lunes 31 de octubre de 2005

QUERÉTARO, Qro.- Tan sólo en la comunidad de San Ildefonso ubicada en el municipio de Amealco de Bonfil se han denunciado 10 casos de ultrajes a niñas indígenas en el transcurso de este año.
Todos los casos fueron denunciados ante el agente del Ministerio Público, y a pesar de que se presentaron pruebas sobre los mismos, la mayoría de los presuntos responsables de tales delitos logró obtener su libertad con fianza no superior a los mil 500 pesos.

Macedonia Blas Flores, lideresa de la organización indígena Forzi Naño A.C. (Fuerza Ñhäñhü), denunció lo anterior. “No nos hacen caso, los dejan libres y luego abusan peor, por el coraje, por haber sido denunciados… después no sólo violan, también golpean”.

Blas Flores, ex candidata al Premio Nobel de la Paz 2005 y defensora de los derechos humanos de indígenas queretanos, hizo pública tal situación la semana pasada durante la ceremonia en la que fueron entregados recursos económicos a organizaciones civiles que trabajan a favor de la niñez y la juventud en Querétaro.

Ahí, Macedonia Blas afirmó que en la medida en que los autores de estos delitos se mantienen impunes, se ha provocado que en esta región una de las más pobres de la entidad proliferen las violaciones sexuales en contra de niñas y jovencitas indígenas.

“Ahora tenemos que cuidarlas más; las mamás las acompañan hasta las escuelas porque antes eran violadas en los caminos… tenían que caminar hasta tres horas para ir a la escuela y los caminos estaban solos, ahí las agarraban”, narró Blas.

La organización que encabeza Macedonia Blas trabaja en la educación sexual de niños y adolescentes indígenas de la zona de Amealco de Bonfil, ubicada a 50 kilómetros al sur de la ciudad de Querétaro, motivo por el cual recibió un apoyo de parte del Instituto Queretano de la Juventud por un monto de 53 mil pesos.

Emblemática

Aun cuando Macedonia Blas tiene cerca de 10 años en este trabajo y en otros, como la promoción de proyectos productivos para mujeres otomíes, su nombre recorrió el territorio nacional a finales de 2003, cuando se conoció que fue agredida por mujeres de su misma comunidad, al acusarla de adúltera.

Las agresoras de Macedonia elaboraron una pasta compuesta de varios tipos de chile, la que le untaron en sus genitales, lo que le causó daños físicos irreversibles.

Blas Flores procedió a presentar su denuncia ante el Ministerio Público respaldada por varios abogados de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).

El caso lo ganó. Condenaron a sus agresoras a pagar una multa pero también a la pena de prisión.

De acuerdo con estadísticas del coordinador del Consejo Estatal contra las Adicciones, Jaime Ponce Alcocer, de los indígenas ñhäñhü que habitan el municipio de Querétaro, 12 por ciento se encuentran enfermos de alcoholismo, lo que significa el doble de los indicadores que se reportan en el resto de la entidad. Dicha enfermedad se encuentra vinculada con el delito de violación.

Buscan reducción a sentencia de indígena acusada de secuestro

Buscan reducción a sentencia de indígena acusada de secuestro
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Por: Juan José Arreola, corresponsal

miércoles 11 de marzo de 2009, actualizado Marzo 11, 2009

Querétaro, 11 Mar 09 (EL UNIVERSAL).- La Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) se comprometió a realizar gestiones ante la Procuraduría General de la República (PGR) para reducir la sentencia dictada a la indígena queretana, Jacinta Francisco Marcial, y lograr así su libertad bajo fianza.

Sin embargo, diputados federales integrantes de la comisión especial para estudiar este caso, adelantaron que tratarán de que Jacinta sea absuelta de las acusaciones que se le imputaron y así recobre su libertad.

Este miércoles estuvieron en la ciudad de Querétaro los diputados federales Carlos Alberto Navarro Sugich y María de los Ángeles Jiménez Castillo, de Acción Nacional (PAN), y Alliet Bautista del Partido de la Revolución Democrática (PRD), integrantes de la referida comisión especial.

Desde las once de la mañana y hasta aproximadamente la una de la tarde estuvieron en el Centro de Readaptación Social (Cereso) femenil de San José el Alto, en donde platicaron con Jacinta Francisco Marcial.

La indígena, originaria de Santiago Mexquititlán, fue arrestada el tres de agosto de 2006, acusada de haber secuestrado presuntamente a seis agentes de la AFI, proceso por el cual se le condenó a 21 años de prisión y dos mil días de salario mínimo de multa.

Los legisladores que platicaron con ella, encontraron gran cantidad de irregularidades, que decidieron no dar información sino hasta que se estudie el caso. Por ésto, cancelaron una conferencia a la prensa que tenían programada para las dos de la tarde.

“Me anunciaron que de la entrevista que tuvieron recabaron información sumamente importante por lo que consideraron primero compartirla entre los integrantes de la comisión y posteriormente dar información pública”, informó la diputada local, Carmen Consolación González Loyola Pérez.

La legisladora queretana, en su calidad de integrante de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia de la 55 legislatura del estado, propuso a dicha instancia darle seguimiento al caso.

Además, confirmó que habrá de presentar un punto de acuerdo para exhortar a las autoridades federales de justicia, que revisen con puntualidad el proceso que se le sigue, especialmente al Recurso de Apelación que se interpuso en el Tribunal Unitario con sede en esta ciudad.

“En ese recurso -explicó- se pide al magistrado ponente, que analice con puntualidad la situación y los elementos que tuvo el juez cuarto de distrito para condenarla. Sabemos que el juez se basó solamente en pruebas documentales y no en testimoniales”.

De su parte, Xavier Abreu Sierra, titular de la Unidad de Coordinación y Enlace de la CDI, aseguró que intentaron intervenir en un principio con asesoría jurídica pero fueron rechazados por las personas que están presas, porque ya tenían sus abogados.

“Intentamos una segunda vez intervenir pero la Asociación Agustín Pro entró, y ya tampoco… pero vamos a trabajar con las autoridades federales para buscar la reducción de la sentencia y así pueda salir bajo fianza”, dijo Abreu Sierra.

ROTATIVO de Querétaro