El éspiritu del zen

El Espíritu del Zen

Artículo de Allan Watts (1915-1973):

Hasta hace poco tiempo el Budismo Zen era casi totalmente desconocido en Occidente, con excepción de unos pocos orientalistas cuyo interés por el tema era principalmente académico. […]

El Zen es tan definidamente distinto de cualquier otra forma de Budismo, y hasta podría decirse de cualquier otra forma de religión, que ha provocado la curiosidad de muchos que normalmente no hubieran pensado en mirar hacia Oriente en busca de sabiduría práctica.

Una vez que se provoca curiosidad, no es fácil aplacarla, pues el Zen ejerce una particular fascinación sobre las cansadas mentes de la religión y la filosofía convencionales. Desde un comienzo el Zen se aparta de toda forma de teorización, instrucción doctrinaria y formalidades desprovistas de vida; éstas son tratadas como simples símbolos de la sabiduría, y el Zen está fundado en la práctica y en una experiencia íntima, personal, de la realidad que la mayoría de las formas de la religión y la filosofía no encaran más que como una descripción emocional e intelectual. No se quiere decir con eso que el Zen es el único camino verdadero que lleva a la iluminación; se ha dicho que la diferencia entre el Zen y otras formas de religión reside en que ‘todos los otros caminos trepan lentamente por las laderas de la montaña, pero el Zen, al igual que un camino romano, arroja a los lados todos los obstáculos y se mueve en línea recta hacia la meta’. Después de todo, los credos, los dogmas y los sistemas filosóficos son solamente ideas acerca de la verdad, del mismo modo que las palabras no son hechos sino que hablan acerca de los hechos; mientras que el Zen es una vigorosa tentativa de ponerse en contacto directo con la verdad misma, sin permitir que teorías y símbolos se yergan entre el conocedor y la cosa conocida. En cierto sentido el Zen es sentir la vida en lugar de sentir algo acerca de la vida; no muestra ninguna paciencia hacia la sabiduría de segunda mano, hacia la descripción que haga cualquier persona sobre una experiencia espiritual, o las meras concepciones y creencias. Si bien la sabiduría de segunda mano es valiosa como cartel que señala el camino, con demasiada facilidad se la confunde con el camino mismo, y hasta con la meta final. Son tan sutiles las formas en que las descripciones de la verdad pueden presentarse como la verdad misma, que el Zen es con frecuencia una forma de iconoclastía, una destrucción de las simples imágenes intelectuales de la realidad viviente, cognoscible solamente a través de la experiencia personal.

Pero es en sus métodos de instrucción donde el Zen es único. No hay en él enseñanza doctrinaria, ningún estudio de escrituras, nada de programas formales de desarrollo espiritual. Aparte de unas pocas recopilaciones de sermones de los primeros maestros Zen, que son las únicas tentativas de una exposición racional de sus enseñanzas, la casi totalidad de nuestros antecedentes de la instrucción Zen son un número de diálogos (mondo) entre los maestros y sus discípulos que parecen dedicar muy poca atención a las normas usuales de la lógica y el razonamiento sano, a punto tal que aparecen a primera vista como carentes de sentido. […]

Pero el Zen no trata de ser inteligible, es decir, de poder ser comprendido por el intelecto. El método del Zen es desconcertar, excitar, intrigar y agotar al intelecto hasta que se perciba que la intelección es solamente acerca de; habrá de provocar, irritar y volver a agotar a las emociones hasta que se vea claramente que la emoción es solamente sentir acerca de , y luego discurrir, cuando el discípulo haya sido sometido a una impasse intelectual y emocional, sobre cómo salvar la brecha que existe entre el contacto conceptual de segunda mano con la realidad y la experiencia de primera mano. Para lograr esto pondrá en juego una facultad más elevada de la mente, conocida como intuición o Buddhi, denominada en ocasiones ‘Ojo del Espíritu’. Resumiendo: el Zen aspira a concentrar la atención sobre la realidad misma, en lugar de hacerlo sobre nuestras reacciones intelectuales y emocionales ante la realidad; siendo la realidad ese algo siempre cambiante, siempre creciente, que conocemos como ‘vida’, que jamás se detiene ni por un instante para que nosotros la hagamos encajar satisfactoriamente dentro de un rígido sistema de casilleros e ideas.

Es así como cualquiera que haga la tentativa de escribir sobre Zen, tiene que enfrentarse con dificultades insólitas: no puede jamás explicar, sólo puede indicar; tan sólo puede ir planteando problemas y proporcionando indicios que, cuando mucho, apenas alcanzaran a acercar al lector a la verdad, pero en el mismo instante en que trata de llegar a una definición exacta, la cosa se le desliza de las manos, y la definición termina siendo nada más que una concepción filosófica.

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4 Commentsto El éspiritu del zen

  1. Banned Chipola dice:

    Siempre que me veo tentado a comprar un libro de zen, me digo a mi mismo, ¿para que? si el zen no se aprende en libros.

    solo vivelo.

  2. Banned Chipola dice:

    El budismo nacio en India
    Crecio en China
    Florecio en Japon

  3. Lux dice:

    [color=#dfdfdf][size=]Genjo-koan[/size]
    (La realización del asunto fundamental)
    Dogen (1200-1253)

    ——————————————————————————–

    Traducción al español por Tom Kramer de CZM
    (fragmento)

    Cuando un pez nada en el océano, el agua es ilimitada, por muy lejos que nade. Cuando una ave vuela por el cielo, el aire es ilimitado, por muy lejos que vuele. Sin embargo, desde el inicio no ha habido pez o ave alguna que haya dejado su elemento. Cuando la necesidad es grande, el elemento se aprovecha en grande. Cuando la necesidad es reducida, el elemento se aprovecha de manera reducida. Por esto, ninguna creatura desaprovecha su totalidad. Dondequiera que se ponga, no deja de cubrir el terreno. Si una ave abandona el aire, morir en seguida. Si un pez abandona el agua, morir en seguida. Que se sepa, pues, que el agua es vida, que el aire es vida. El ave es vida y el pez es vida. Vida es el ave y vida es el pez. Más allá de estas implicaciones y ramificaciones, no hay otras.

    Ahora bien, si una ave o un pez tratan de llegar al límite de su elemento antes de moverse en él, esta ave o este pez no hallarán su camino ni su lugar. Al realizar tal lugar, la vida cotidiana es la realización de la realidad absoluta (genjokoan). Como el lugar y el camino no son grandes ni pequeños, ni sujeto ni objeto, y como no existían antes ni est n sólo apareciendo ahora, por tanto, existen así. Entonces, si uno practica y realiza el Camino de Buda, al alcanzar un darma, completa un darma. Al salir uno al encuentro de una acción, practica una acción.

    *

    Fuente: http://www.oshogulaab.com/ZEN/TEXTOS/Genjo-koan.html

  4. admin dice:

    Indexado por Ask Jeeves