Alguien me mando este texto, titulado :

“la cultura no puede ser gratis”, mas bien se trata de porque es gratis.
———————————–

La Cultura no puede ser gratis.
Mario Pena –
(Noticias)
– 12/04/2005

Leído 478 veces
Dijo la ministra de ¿cultura? Pero por favor señores, ¡así no vamos a ninguna parte! Medias tintas nunca fueron buenas. Si alguien ha obtenido cultura gratis ha robado y tiene que pagar por tamaño crimen.

Es más, la otra gloriosa frase que pronunció fue que los jóvenes son los que cometen la mayor parte de las ilegalidades con los productos culturales. Es decir, si veis algún joven culto y sin dinero seguro que es de los peores criminales que pueden existir. Hay que capturarlos y encarcelarlos de seis meses a dos años de inmediato ¡faltaría más! Así se lo pensarán dos veces antes de pretender compartir algo.

Por favor, vamos a aplicarnos y a poner a esos jovenzuelos a buen recaudo antes de que piensen por si mismos y no obedezcan más a los políticos o a las grandes corporaciones. Seguro además que los artistas y las entidades de gestión nos lo agradecerán. Hemos de ser consecuentes con las declaraciones de la ministra. Millones tendrían que dormir esta noche entre rejas.

Y voy más lejos; basta ya de ofrecer inadvertidamente cultura gratis. Por ejemplo, los abuelos son un grave peligro para la salud del tejido empresarial de la industria de la cultura. ¿Porqué? ¡¿Pero es que no se dan cuenta de la amenaza que supone unos abuelos contando cuentos a sus nietos o relatando sus historias de juventud, historias llenas de conocimiento y aprendizaje?! ¡Alguno incluso se permite el lujo de cantar una canción popular de cuando en cuando! Lamentable. Los abuelos a la cárcel. Esos que dan cultura sin cobrar son la raíz del problema. Lo que pasa es que los tenemos muy consentidos y se piensan que todo vale.

Pero sigamos porque los ejemplos no acaban aquí: ¿Qué ocurre con todos esos monumentos, patrimonio cultural de las tierras que están visibles por cualquier pobretón que camine sin un euro por las calles de tantos municipios. Hay dos opciones, o empezamos a cobrar a los viandantes por caminar por las calles, por si se les ocurriera mirar una obra arquitectónica, o derribamos el Acueducto de Segovia y tantas otras obras culturales. También podríamos desmontar dichas obras y ponerlas en las sedes de algunas entidades de gestión que cobre entrada. Y es sólo una idea, porque hay fachadas, frases esculpidas en paredes, lugares históricos, molinos de viento por todos los lares de nuestra geografía, e incluso,
porqué no, los famosos poemas garrapateados en las puertas de los indoros
públicos.

Pero hay muchos más casos. La televisión en ocasiones, y aunque cada vez menos frecuentemente, se atreve a programar documentales ¡pero eso es espantoso! ¡Sin cobrar! ¿Pero qué ocurre si alguien ve un documental sin pagar? ¿Cultura gratis? No no no. La ministra en su infinita cultura noblemente abonada durante varios meses, puede que incluso años, lo ha dejado muy claro ¿no? No caben malas interpretaciones. La cultura no puede ser gratis y los jóvenes son los más peligrosos criminales del mundo mundial.

He visto últimamente mucho joven cantando por las calles pidiendo algo de dinero a cambio ¡pero no obligan a dicho pago, dejan que sea voluntario! ¿Qué clase de perversión es esta? Gente por la calle escuchando música y sin intención de pagar lo que tienen que pagar. Es hora de que los jóvenes exijan el pago, aunque sea llamando a las fuerzas públicas. Todo sea por la cultura.

Y prefiero no entrar en temas de Internet, cuna de todos los males de la humanidad y males por venir. Ahora unos disparatados chavales hablan de licencias libres que permitirían el libre intercambio de materiales y de ideas, sin las nobles restricciones del sacrosanto copyright; le llaman genéricamente copyleft y ya han “inventado” algunas licencias llamadas Creative Commons, licencia a la que cada día se suman más y más artistas ¡No
se dan cuenta de que se van a morir de hambre apoyando tal aberración! Sin
duda este el mayor mal que nos amenaza a todos, gente compartiendo
conocimiento libremente. ¿Se imaginan la de ideas nuevas que pueden surgir?
Alguien podría cuestionar el actual modelo económico e incluso el modelo
social y eso no lo podemos consentir. Los beneficios de nuestras
multinacionales están en grave peligro.

Si alguien pretende hablar o pensar, antes que sepa el dinero que le va a costar y calcule el dinero que tendrá que cobrar para que sus huesos no vaya a parar a la cárcel.

La ministra ha hablado y de esto sabe un rato, porque el dinero da mucha cultura. Y tras la demostración magistral de la cultura de la ministra… seguro que algo acabaremos pagando.

Mario Pena (cc) by-nc-sa