Desde hace unas semanas vengo recibiendo una serie de mensajes entre extraños/exigentes.

Como algunos de ustedes saben me llego a mover en circulos de persones, donde se supone rigen otro tipo de valores con respecto a lo comun

Un maestro de artes marciales, con un nivel bastante alto y bastantes años de experiencia en el ramo, me manda un correo electronico pidiendome que le de dinero! porque esta pasando por una etapa muy dura de su vida. El maestro actualmente tiene una edad arriba de los 60 años.
Un momento, aqui hay algo raro, se supone que yo soy el alumno, el joven el impetuoso, y se supone que yo soy el que debe de pedirle al maestro, y no al reves?

Historia dos, una persona muy exaltada, me aborda para decirme que tiene una informacion vital que tenemos que platicar para dar solucion a un conflicto. Por cuestiones de tiempo no puedo reunirme y manejo todo el asunto por internet y termino recibiendo un mensaje descortes e incongruente.
Un momento, no se supone que el conflictivo era yo? y que de acuerdo a eso yo deberia ser el que busca el choque y el desacuerdo?

Dos historias diferentes, dos circulos vitales igualmente distintos, pero un factor comun, Imposicion.

La gente que tiene valores para crear una apariencia social y que no hace de ellos su cimiento vital, su motor, siempre busca dar mensajes de igual forma.

Su mensaje inicial es el de la reconciliacion, el del deber, y poco a poco va mutando al del “es que no te importo”, “es que eres un conflictivo, y no me quieres ayudar” y terminan en que ser su esclavo es tu obligacion.

Ah que cosas! hasta suena surrealista. Pero es muy real y tangible.
Es tanta su sed de buscar dependientes que no saben que hacer cuando alguien simplemente les dice:
No.

Y esto me lleva a confirmar algo que desde hace tiempo sospechaba.
Que importa si eres el gran iniciado en los arcanos?
Que importa si eres el shihan de la ultima dinastia samurai?
Si no tienes los mas simples valores de:
Cortesia y Respeto?
O lo que es peor:
Si no puedes mantener tu propio sustento (a los 60 años).

No, yo no soy asi, no me permito ser un parasito, ni un descortes.

A final de cuentas es cuestion de principios.