Charlatanes y Brujos en las Sociedades de Propiedad Privada.

Autor: Ulises Casas Jerez [casasulises@hotmail.com].
Crítica Política Numero: 146.
Fecha: 01 de de 2006.
Desde la aparición del grupo humano hasta el presente, y mucho tiempo futuro, el imperio de los charlatanes, chamanes o brujos será una realidad por cuanto ello obedece a la estructura de la sociedad humana que, en esencia, sigue siendo la misma desde su aparición: la lucha por la sobrevivencia sustentada en la idea de la propiedad. En las épocas primitivas, la comunidad se sustentaba en la propiedad común, pero ese hecho era parte esencial de la sobrevivencia; el animismo generaba la existencia de brujos, chamanes o sacerdotes tribales; en las siguientes sociedades, esos individuos se convirtieron en clérigos, médicos y políticos. Cuando hablamos de médicos nos estamos refiriendo a toda clase de individuos que afirman curar enfermedades y estos no son necesariamente profesionales salidos de las Universidades que aparecen apenas hacia el siglo X de nuestra era.

Siempre ha habido charlatanes que se desempeñan, ya sea como médicos, como curanderos, como visionarios o profetas; los líderes religiosos no son otra cosa que charlatanes que se aprovechan de la ignorancia y las necesidades de las gentes; los Mesías o Redentores se encuentran dentro de esta especie social. Nos encontramos con toda clase de individuos que viven de esa actividad y ellos son producto de la estructura económica y social de la sociedad Humana; en la modernidad la literatura de lo esotérico y metafísico es consumida por millones de gentes, incluidos muchos de los que se proclaman ‘revolucionarios’ en el sentido de hablar de una sociedad diferente a la actual.

Podemos afirmar, sin caer en error, que más del 99 por ciento de la población del planeta es objeto de estos charlatanes y la explicación no la encontramos en otra parte que en la ignorancia y la inseguridad del ser humano tanto en sí mismo como en lo que le rodea; al mismo tiempo, la inseguridad se encuentra en la necesidad de enfrentar el vivir. El individuo depende de la comida en primer lugar, de la vivienda en segundo lugar y del vestido en tercer lugar; sobre estas necesidades básicas vive y ellas determinan su actividad diaria. Quien le dé comida o se la prometa, quien le de vivienda o se la prometa, quien lo vista o le prometa vestido, es convertido en protector, en redentor, en Mesías. Y estos personajes los genera la sociedad como parte de las leyes que la determinan. Somos muy contados quienes superamos ese estadio social histórico y, por ello mismo, no podemos determinar los cambios que trascendieran ese estadio. En los espacios actuales de la Historia Humana lo religioso, lo esotérico, lo metafísico predomina y esos elementos ejercen total influencia en las gentes del planeta.

Lo que ha sucedido en una dependencia oficial del Estado colombiano es una manifestación del anterior fenómeno social. Un brujo que se hace pasar por ‘parasicólogo’ o ‘síquico’ como lo llaman los medios de comunicación que se aprovechan de todo lo que genera escándalo, llega a esa dependencia de la mano de un influyente personajes que logra presidir esa dependencia. Mediante su charlatanería se acomoda en la misma y pasa a determinar la dirección del ente, algo completamente por fuera de la institucionalidad y la legalidad.

Todo es posible porque quienes gobiernan, en cualquier país del mundo, son creyentes; ser creyente no necesariamente implica pertenecer a una religión determinada; es creyente el que considera que hay fuerzas por fuera de la realidad material que conocemos y dentro de la cual vivimos; son creyentes aquellos que consideran que hay seres no materiales, que hay seres espirituales que determinan la existencia de lo material y del mismo ser humano.

El conocimiento de la realidad no es garantía de la no creencia; los científicos son creyentes en su mayor parte; solamente los científicos que aceptan la filosofía materialista dialéctica se salen del marco de las creencias religiosas o espirituales; para ello es esencial estudiar la filosofía materialista y en parte alguna la enseñan o si la enseñan lo hacen para afirmar que ella no es filosofía o que lo que sustenta en sus tesis es erróneo. Muchos afirman que la filosofía materialista dialéctica no es filosofía.

Toda la dirigencia política actual del mundo es creyente, unos en mayor medida que otros; podemos fijarnos en el Presidente de la mayor potencia del mundo, alegando que defiende la religión cristiana cuando invade y masacra a las gentes de otros países; y podemos fijarnos en los líderes musulmanes cuando pregonan la verdad de sus creencias y catalogan a los dirigentes políticos de las naciones occidentales como representantes del mal o del demonio. Para nosotros, tanto los unos como los otros generan similares conflictos y reprimen en más o en menos a quienes pensamos en forma diferente. No hay diferencia en el pensamiento del presidente de los Estados Unidos, el Primer ministro inglés o de otra potencia, al pensamiento de los Ayatolahs y jeques musulmanes.

En conclusión, podemos afirmar que el discurso parapsíquico, metafísico o esotérico seguirá determinando, como charlatanería, la conducta y el actuar de la mayor parte de la sociedad mientras ella se sustente en estructuras económicas de propiedad privada de los medios de producción. Y quienes trascendemos esos espacios seremos la excepción y lo condenado por las institucionalidades dominantes.