Luther King

Mucho se ha dicho y escrito sobre este líder pacifista, pero quiero compartir un texto que lo muestra en un aspecto más personal, íntimo, dándole otro relieve a su personalidad.

En su libro autobiográfico, “Y una voz para cantar” Joan Baez cuenta un momento de la vida de Martin Luther king, que fue asesinado hace exactamente 39 años.

Ojalá lo disfruten.

Tercera parte – “ENSEÑAME EL HORIZONTE”

Fragmento.

1- “EL ANGEL NEGRO DE MEMPHIS”

-Alguien tiene que despertar a Martin.

-Pues no seré yo. No, señor. (Risas).

-La gente lleva más de dos horas esperando en la iglesia. Alguien tiene que despertarle. No puede dormirse otra vez.

-Es que es el negro más cansado que se haya tumbado en cama, y no seré yo quien le despierte.

-Oye, Joan, ¿por qué no le cantas un poquito y le despiertas con dulzura?

-¿Yo? Yo no quiero despertarle!

Me hicieron entrar en el dormitorio de la modesta casa del barrio negro de Grenada, Mississippi, donde se hospedaban el reverendo Martin Luther King, Jr., y varios ayudantes, y adonde Ira y yo habíamos ido a desayunar. Era el otoño de 1966. La puerta se cerró suavemente detrás de mí. Esperé unos segundos y me acerqué a la cama, por el lado hacia el que él estaba vuelto. Estaba muerto para el mundo. Tenía un aspecto tan plácido que yo no me atrevía a hacer el menor ruido. Su negra cabeza se recortaba nítidamente en la blanquísima almohada. Parecía un gran ángel de chocolate. Yo me acerqué para verle mejor. Sus ojos rasgados, de pobladas y rizadas pestañas, estaban cerrados. Las cejas se destacaban gruesas y bien dibujadas, sobre la piel suave y morena. El célebre bigotito sombreaba los abultados labios del que, probablemente, fuera el mejor orador que haya dado este país. Labios que ahora se doblaban hacia abajo, con el gesto grave del sueño diurno.

Di la vuelta a la cama y me senté en un raído sillón con macasar almidonado en los brazos y empecé a cantar con suavidad:

I am a poor pilgrim of sorrow

I travel this world alone…

Lo cantaba como me lo había enseñado una soprano en una iglesia de Birmingham, con notas largas y sostenidas, sin un ritmo especial.

No hope have I for tomorrow

I’m trying to make heaven my home.

La mole de chocolate no se movía.

Sometimes I’m tossed and I’m driven, ohhh.

Las notas subían.

Sometimes I don’t know where to roam, mmmmmm,

But I know that there must be king Jesus, ohhh,

And I’m trying to make heaven my home.

La montaña fue dándose la vuelta poco a poco hasta ponerse de cara a mi sillón, con un gruñido de satisfacción.

-Creí que estaba oyendo a un ángel. Cántame otra, Joan… Mmmm, qué bonito! -Sonreía con aire soñoliento y, cuando empecé la estrofa siguiente, había vuelto a dormirse. Yo sufría por toda la gente que le esperaba en la iglesia, pero seguí cantando, hasta que Andy Young asomó la cabeza y dijo con su media sonrisa: -Debí figurármelo-, y entre los dos despertamos al más moreno de los mensajeros de Dios, lo pusimos de pie y lo llenamos de café para que pudiera predicar al rebaño de otra ciudad.

Oh, cómo me gustaba oirle hablar! A veces, me parece que hablaba con mayor fervor sobre la no violencia cuando yo estaba presente, porque una vez dijo que todo lo que él tenía que hacer era decir: “No violencia”, y yo me convertía en una de sus seguidoras. Parecía un milagro que yo pudiera conocer y tener la dicha de trabajar con uno de los dos apóstoles del fenómeno que había conquistado mi corazón cuando tenía apenas dieciséis años: el concepto de la no violencia radical introducido en el mundo como instrumento político revolucionario por Mahatma Gandhi en la India y esgrimido ahora por Martin Luther King, Jr., en los Estados Unidos de América.

Gandhi había dicho que la misión de la India era liberar a los indios de la necesidad de estar delante de los fusiles ingleses y liberar a los ingleses de la necesidad de estar detrás. El mismo principio regía en el Sur, principalmente porque King creía que los blancos eran hermanos suyos, dado que sus seguidores le amaban lo suficiente para, por lo menos, creer en su palabra y perseguir con tenacidad la táctica de la no violencia.

Yo estaba en Washington en 1963 cuando King pronunció el famoso sermón “Tengo un sueño”. Fue un día fantástico que ha sido descrito muchas veces. Sólo diré que una de las medallas que llevo prendidas en mi propio corazón me la concedí yo misma porque aquel día se me invitó a cantar. Bajo aquel sol candente, frente a la original coalición del Arco Iris, yo dirigí a trescientas cincuenta mil personas en el canto de -We Shall Overcome-. Yo estaba al lado de mi querido doctor King cuando él descartó el discurso que tenía preparado, se puso a improvisar y dejó que el aliento divino vibrara a través de él, y yo vi la libertad sobre mi cabeza y la oí sonar alrededor.

4 Commentsto Luther King

  1. Banned Chipola dice:

    Traducción : “Cuando era pequeño y vi la película Fantasía, recuerdo una centaura negra que hacía todas las tareas de una centaura rubia. Al volver a ver la película años después, este estereotipo racista había sido eliminado. Después de investigar un poco, descubrí que no era el único que la recordaba. Su nombre era Sunflower y Disney negó durante años de su existencia. Y aquí está, el personaje de Disney que nunca existió.”

    http://www.slightlywarped.com/crapfactory/curiosities/disneycharacterthatneverexisted.htm

  2. Lux dice:

    impresionante… seguramente pensaron que no habría cambios en los estereotipos

  3. Banned Chipola dice:

    Y pensar que ahora hay un negro en la presidnecia de usa.

  4. Dark Crow dice:

    En el caso de la presidencia no cambio el estereotipo.
    Quieren al afroamericano para limpiar todas las cochinadas de los anteriores presidentes.