Sobre la arena

[color=#dfdfdf][size=]Sobre la arena[/size]

Dijo un hombre a otro:
-Con la marea alta, hace mucho tiempo, escribí con mi cayado, unas líneas en la arena.
Y la gente
Aún de detiene para leerlas y cuida mucho de que no se borren.
Y el otro hombre dijo:
-Yo también escribí unas líneas en la arena, pero lo hice durante la mera baja.
Y las olas del inmenso mar las borraron y breve fué su vida. Pero dime; ¿qué fué lo que tú escribiste?

y el primer hombre respondió:
-Escribí Soy lo que soy. ¿Y tú, qué escribiste?
y el otro hombre dijo:
-Escribí esto: Soy sólo una gota de este mar inmenso.

[color=#dfdfdf]Khalil Gibran, Gibran. El vagabundo.

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9 Commentsto Sobre la arena

  1. Vaelia dice:

    Siempre me ha gustado ese hombre, aunque ahora me quede un poco lejos, sigo pensando que es de los buenos…
    La mayoría de sus obras están disponibles en la red

  2. Lux dice:

    Tenía este libro impreso, pero finalmente ya no, así que buscando, me dí cuenta de que todos están en la red!

    [color=#dfdfdf][size=]La tierra Roja[/size]

    Dijo un árbol a un hombre: – Mis raíces habitan en lo profundo de la tierra roja, y te daré mi fruto.
    Y el hombre dijo al árbol: -¡Qué parecidos somos! Mis raíces también habitan en la profundidas de la tierra roja.
    Y la tierra roja te da poder para concederme tu fruto
    y la tierra roja me enseña a recibir de tí con agradecimiento.

    [color=#dfdfdf]Khalil Gibran, Gibran. El vagabundo.

  3. Lux dice:

    [color=#DFDFDF][size=]Derrota[/size]

    Derrota, mi derrota, mi soledad y mi aislamiento:
    Para mi eres más valiosa que mil triunfos,
    Y más dulce para mi corazón que toda la gloria mundanal.

    Derrota, mi derrota, mi conocimiento del mi mismo y mi desafío.
    Tu me has enseñado que soy joven aún y de pies ligeros
    y a no dejarme engañar por laureles vanos.
    y en ti he encontrado la dicha de estar solo.
    Y la alegría de ser alejado y despreciado.

    Derrota, mi derrota, mi fulgurante espada y mi escudo:
    En tus ojos he leído que ser entronizado es ser esclavizado,
    y que ser comprendido es ser derribado.
    Y que ser apresado es llegar a la propia madurez.
    Y como un fruto maduro, caer y ser objeto de consumo.

    Derrota, mi derrota, mi audaz compañera:
    Oirás mis cantos, mis gritos y silencios,
    y nadie mas que tú me hablará del batir de las alas.
    De la impetuosidad de los mares.
    Y de montañas que arden en la noche.
    Y sólo tú escalarás mi inclinada y rocosa alma.

    Derrota, mi derrota, mi valor indómito, inmortal.
    Tú y yo reiremos juntos con la tormenta.
    Y juntos cavaremos tumbas para todo lo que se muera en nosotros.
    Y hemos de erguirnos al sol, como una sola voluntad.
    Y seremos peligrosos.

    Khalil Gibran, Gibran. El loco.

  4. TATANKA dice:

    Tremendo…

  5. Lux dice:

    XXVII

    Un buen caminante no deja huellas.
    Un buen orador no se equivoca ni ofende.
    Un buen contable no necesita útiles de cálculo.
    Un buen cerrajero no usa barrotes ni cerrojos,
    y nadie puede abrir lo que ha cerrado.
    Quien ata bien no utiliza cuerdas ni nudos,
    y nadie puede desatar lo que ha atado.
    Así, el sabio que siempre ayuda a los hombres,
    no los rechaza.
    El sabio que siempre conserva las cosas,
    no las abandona.
    De él se dice que está deslumbrado por la luz.
    Por esto, el hombre bueno no se considera maestro
    de los hombres;
    y el hombre que no es bueno estima como buenas las
    cosas de los hombres.
    No amar el magisterio ni la materia de los hombres,
    y aparentar ignorancia, siendo iluminado,
    éste es el secreto de toda maravilla.

    Bibliográfía: Lao Tse, Tao Te Kin

  6. Lux dice:

    …creo que a lo mejor no fué la mejor selección del Tao Te Kin… pero bueno, pasa =P …lo asociaba con aquello que dice “tus actos hablan tan fuerte, que tus palabras no se oyen”. Imagino que no está en negar lo que es uno, sino en lo que hace uno para manifestar lo que es uno… bueno, esa es la idea =)

    [color=#F4A460][size=]Una Vara, Dos Varas [/size]

    Un anciano que está muriendo pide a su gente acercarse a su lado. Entrega una vara corta y maciza a cada uno de sus muchos hijos, esposas y parientes. \”Rompan la vara\”, les indica. Con algo de esfuerzo, todos parten sus varas en dos.
    \”Así sucede cuando un alma está sola, sin nadie. Puede quebrarse fácilmente.\”

    A continuación el anciano le da otra vara a cada uno, diciendo: \”Así es como quiero que vivan después de mi muerte. Coloquen sus varas juntas, en manojos de dos y tres. Ahora rompan esos manojos en dos.\”

    Nadie puede romper las varas cuando están dos o más en manojo. El anciano sonríe. \”Somos fuertes cuando nos apoyamos en otra alma. Cuando estamos con otro, no podemos quebrarnos.\”

    Tomado del libro Mujeres que Corren con los Lobos, de Clarissa Pinkola Estés,
    como le fue contado por un viejo africano-americano del Sur. (\”Ésta es la manera de los antiguos reyes africanos\”, le dijo.)
    Traducción de Cheryl Harleston

    Fuente: http://www.elexion.com/lakota/textos/texto29.htm

  7. Dark Crow dice:

    of de of?

  8. Lux dice:

    [color=#CC3300][size=]Tranformación[/size]

    -¿entonces, qué? ¿Vas a tratarlo como si fuera tu propio hijo, y dedenferlo en todo sentido, como harías si hubieses tenido un varón de tu pripio vientre?

    Peggy vio a Mamá mientras pensaba en ello, y de pronto, toda clase de nuevos caminos se abrieron en el fuego interior de su madre. Un hijo varón: eso podría ser este ninñito mestizo. Y si las gentes de allí lo miraban con mala cara por no ser todo blando, pues tendrían que vérselas con Margaret Guester, tendrían que hacerlo, y no se lo deseaba a nadie. Después de lo que les haría sentir, ya no tendrían miedo ni al mismo infierno.

    Mamá sintió una determinanción tan fulminantemente poderosa como Peggy nunca antes había visto en ella todos los años que llevaba observando su fuego interior. Era una de esas veces en que el futuro de una persona cambiaba ante sus propios ojos. Antes, todos los senderos habían sido iguales: Mamá no tenía elecciones que puediesen cambiarle la vida. Pero esa niña moribunda había traído consigo una transformación. Ahora había cientos de nuevos caminos abiertos, y en todos ellos había un hijito varón que la necesitaba como su hija nunca había necesitado de ella.

    Card, Orson Scott; Alvin el aprendiz, Ediciones B, S.A., Barcelona (España) 2007. pág:66-67

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  9. Lux dice:

    [color=#CC0000][size=]El canto del Hacer[/size]

    El canto del cardenal se tornó una melodía suave y sencilla, más semejante al trino de cualquier ave y más distinta de la epopeya milenaria de los pieles rojos que acababa de escuchar. Alvin no captó el sentido, pero supo de qué se trataba. Era el canto del Hacer. Una y otra vez, se repitió la misma tonada. Duró unos breves instantes, pero sus notas fueron tan cegadoramente brillantes y su canto tan verdadero, que Alvin lo vio con sus ojos, lo sintió desde los labios hasta las piernas, lo saboreó y lo olió. Era el canto del Hacer, y era su propia canción. Lo supo por el dulzor que le dejó en la lengua.

    Y cuando la melodía llegó a la cúspide, Arturo Estuardo volvió a hablar en una voz que, de tan prístina, de tan aguda, casi no pareción humana, —[color=#CC0000]El Hacedor es aquel que forma parte de lo que hace.—anunció el niño mestizo.

    Card, Orson Scott; Alvin el aprendiz, Ediciones B, S.A., Barcelona (España) 2007. pág:170-171

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