Pacientes psiquiátricos argentinos tienen su radioemisora

Pacientes psiquiátricos argentinos tienen su radioemisora

martes 9 de enero, 12:38 PM

BUENOS AIRES (AP) – Hay quienes apagan sus radioemisoras para preservar la salud mental y evitar noticias deprimentes sobre guerras, catástrofes, el calentamiento global o los destemplados gritos de algunos animadores.
PUBLICIDAD

Pero en la Argentina, los enfermos mentales recurren a la radiotelefonía como terapia.

“¡Radio La Colifata FM100.1! ¡La primera estación de radio que transmite desde un hospital psiquiátrico!”, grita en el micrófono un locutor desde dependencias del Hospital Neuropsiquiátrico José Borda de Buenos Aires. Luego acciona una llave en el tablero de control y aumenta el volumen, mientras la voz de los Beatles resuena “She loves you, Yeah!, Yeah!, Yeah!”

En el “lunfardo”, el lenguaje popular de Buenos Aires, “colifato” significa “medio loco, perturbado”.

La Radio La Colifata comenzó hace 15 años como una experiencia para ayudar a los pacientes psiquiátricos a comunicarse con sus pares, hacer escuchar sus voces fuera de los muros hospitalarios y ayudar a disipar los difundidos prejuicios y temores sobre los enfermos mentales.

La emisora emite sus programas en vivo durante cuatro horas todos los sábados por la tarde. Puede ser escuchada en la zona metropolitana que rodea la capital argentina, habitada por unos diez millones de personas.

A través de Internet, La Colifata es también retransmitida por unas 30 estaciones a lo largo y ancho de la Argentina y en países vecinos. Sus emisiones están también disponibles para radios europeas, que pueden grabar sus programas del sitio oficial de la emisora psiquiátrica.

El psiquiatra Alfredo Olivera, que fundó La Colifata, dice que “esta estación de radio ha abierto un espacio que permite a la gente recuperar su dignidad, decir las cosas con su propio estilo y encontrar un lugar en la comunidad”.

En un reciente sábado, decenas de pacientes deambulaban por los patios que rodean a los antiguos edificios del hospital. Algunos mascullan, otros imploran y no faltan quienes profieren irritados gritos. Varios tienen sus cabellos revueltos o lucen vendajes, mientras de los bolsillos de fumadores en cadena asoman paquetes de cigarrillos.

Cerca de allí, en el centro de transmisión de la radio _un simple tablón de madera, con un tablero y un micrófono_ varios pacientes internados o externos intercambian notas con el detalle de los programas que saldrán al aire en las próximas cuatro horas: noticias, deportes, informaciones policiales, poesía y reportajes.

Con la dirección de Olivera y de su equipo, inician la transmisión mediante una antena instalada en un edificio vecino.

Este día, el tema que preocupa a los pacientes es el de la “Felicidad”. Para uno de ellos reside en los amigos, para otro en la posesión de un moderno automóvil deportivo o en una suculenta comida de frutos del mar, que jamás tendrán en el menú del hospital. Finalmente, alguien recuerda que “Felicidad, ¡ese es el título de una canción de los Beatles!”

El programa se convierte en una mezcla de charla radial, entrevistas, música, poesías e improvisaciones espontáneas. El nivel de las discusiones sobre noticias y temas de actualidad exhibe un nivel de lógica y coherencia a menudo ausente de los programas “normales” de la radiotelefonía.

Uno de los pacientes externos, Julio, pasó un año en el hospital y dice que la radio le permite mantenerse lúcido y cuerdo.

“Para muchos pacientes, los muros son barreras impenetrables y la radio es la única manera de comunicarse con el exterior”, comenta Julio. “Y la gente en el exterior nos escucha y ello nos sorprende a todos. Hemos recibido mensajes de Bolivia, México e incluso España”.

La Colifata cuenta también con la colaboración de voluntarios, entre ellos dos muchachas que tocan la batería. Varios pacientes bailan alegremente y uno de ellos saca del bolsillo una pistola de juguete, con la que amenaza disparar al ritmo de la música.

Otro paciente, Fernando, dice que los programas de la radio contribuyen a disipar el difundido estereotipo sobre los enfermos mentales, mostrando cuál es su verdadera realidad.

“Una persona con problemas psiquiátricos sigue siendo una persona que piensa, una persona que anhela volver a vivir pacíficamente en el exterior”, comenta Fernando. “Sin embargo, aquí hay también gente que ha estado internada 30 años o más, con pocas posibilidades de recuperación, junto con personas que se someten a terapias para poder algún día salir”.

La radio permite también quebrar el silencio que impera en ese lugar.

“En el hospital reina generalmente el silencio. Hay muchos sometidos a medicaciones y hay pocas conversaciones o posibilidades de comunicación. Y la radio es un medio para que hablemos entre nosotros”, expresa Fernando.

Juan Carlos, un paciente de 47 años, pasa de tocar música de Chopin con su guitarra acústica a interpretar un vibrante flamenco español.

En las discusiones sobre política mundial, un hombre sostiene que el presidente George W. Bush debería retirar las tropas estadounidenses de Irak. “¡Fuera Bush!”, grita el paciente, mientras otros recuerdan divertidos cómo le robaron la cartera en Buenos Aires a una de las hijas del mandatario de los Estados Unidos.

David Luján Duarte, cantor profesional de tango, invitado especial, amenizó el programa con algunas canciones o contando anécdotas, con el trasfondo melancólico de la música popular de Buenos Aires.

“Debemos ayudar a esta gente. Muchos están solos y nadie se ocupa de ellos”, comentó después. “Creo que hay más locos afuera que aquí”.

2 Commentsto Pacientes psiquiátricos argentinos tienen su radioemisora

  1. Dark Crow dice:

    stakabrom

  2. Vaelia dice:

    Los usaron para la promoción de Aquarius, al menos aquí en España.
    Al menos parece que ellos se lo pasan bien.

    [url=http://www.youtube.com/watch?v=yTvfVCgBPUs]http://www.youtube.com/watch?v=yTvfVCgBPUs[/url]
    [url=http://www.youtube.com/watch?v=zDgPI_Yfg5o]http://www.youtube.com/watch?v=zDgPI_Yfg5o[/url]