marzo, 2011

now browsing by month

 

Lista de obras de Ayn Rand

[url=http://www.objetivismo.org/arbooks.html]http://www.objetivismo.org/arbooks.html[/url]
Lista de obras de Ayn Rand publicadas en formato de libro, incluyendo material publicado después de su muerte. El título de la traducción al castellano, si existe, está [indicado].

Anthem (Caldwell, Idaho: Caxton, 1946) New York: Signet, 1961. [“Himno”]

Atlas Shrugged (New York: Random House, 1957) New York: Signet, 1959. [“La Rebelión de Atlas”]

The Ayn Rand Lexicon: Objectivism from A to Z (New York: NAL Books, 1986) New York: Meridian, 1988.

Capitalism: The Unknown Ideal (New York: New American Library, 1966) New York: Signet, 1967. [“Capitalismo: El Ideal Desconocido”]

The Early Ayn Rand: A Selection from Her Unpublished Fiction (New York: NAL Books, 1983) New York: Signet, 1986.

For the New Intellectual (New York: Random House, 1961) New York: Signet, 1963. [“Para el Nuevo Intelectual”]

The Fountainhead (Indianapolis: Bobbs-Merrill, 1943) New York: Signet, edición del 25 aniversario, 1968. [“El Manantial”]

Introduction to Objectivist Epistemology, expanded 2nd ed. (New York: NAL Books, 1990) New York: Meridian, 1990.

The New Left: The Anti-Industrial Revolution. New York: Signet, 2nd rev. ed., 1963.

Night of January 16th (Cleveland: World Publishing, 1968) New York: Plume, 1987.

Philosophy: Who Needs It (New York: Bobbs-Merrill, 1982) New York: Signet, 1984. [“Filosofía: Quién la Necesita”]

The Romantic Manifesto (Cleveland: World Publishing, 1969) New York: Signet, 2nd rev. ed., 1971. [“El Manifiesto Romántico”]

The Virtue of Selfishness (New York: New American Library, 1964) New York: Signet, 1964. [“La Virtud del Egoísmo”]

The Voice of Reason: Essays in Objectivist Thought (New York: NAL Books, 1989) New York: Meridian, 1990.

We the Living (New York: Macmillan, 1936) New York: Signet, 1960. [“Los que Vivimos”]

The Ayn Rand Letter (1971-1976) San Diego: Second Renaissance Books, 1990.

The Objectivist (1966-1971) San Diego: Second Renaissance Books, 1990.

The Objectivist Newsletter (1962-1965) San Diego: Second Renaissance Books, 1991.

The Ayn Rand Column (1991)

Ayn Rand’s Marginalia (1995)

Letters of Ayn Rand (1995)

Journals of Ayn Rand (1997)

Russian Writings on Hollywood (1998)

The Ayn Rand Reader (1998)

Why Businessmen Need Philosophy (2000)

The Ominous Parallels

The Ominous Parallels
(“Los paralelismos ominosos”)
[url=http://www.objetivismo.org/paralelos.html]http://www.objetivismo.org/paralelos.html[/url]
“Esta es la teoría:
¿Tienen algo en común las circunstancias que llevaron al nazismo con las circunstancias y las actitudes filosóficas y culturales de hoy? Lee – y asústate.

“Es por lo tanto necesario que el individuo finalmente se dé cuenta que su propio ego no tiene importancia en comparación con la existencia de esta nación; que la posición del yo individual está condicionada exclusivamente por los intereses de la nación como un todo… que por encima de todo la unidad del espíritu y la voluntad de una nación tienen mucho más valor que la libertad del espíritu y la voluntad de un individuo…”
“Este estado mental, que subordina los intereses del ego a la conservación de la comunidad, es realmente la primera premisa para cualquier cultura verdaderamente humana… La actitud básica de la que surge tal actividad la llamamos – para distinguirla del egoísmo y el interés propio – idealismo. Por él entendemos solamente la capacidad del individuo de hacer sacrificios por la comunidad, por sus prójimos”.

Estas declaraciones fueron hechas en el siglo XX por el líder de una de las principales naciones de Occidente. Sus compatriotas consideraron su punto de vista indiscutible. Su programa político lo ejecutó al pie de la letra.

Estas declaraciones fueron hechas por Adolf Hitler. Estaba explicando la filosofía moral del Nazismo.

The Ominous Parallels
(“Los paralelismos ominosos”) CONTINUACIÓN

Por Leonard Peikoff (1982)
Y he aquí la práctica suprema (descrita por William Shirer en ‘Auge y Caída del III Reich’):

“Las propias cámaras de gas [en Auschwitz] y los crematorios anexos, vistos desde cerca, no parecían lugares siniestros en absoluto; era imposible distinguirlos por lo que eran. Sobre ellos había céspedes bien cuidados con flores alrededor; las indicaciones a la entrada decían simplemente: BAÑOS. Los judíos, inocentes, pensaban que les llevaban sólo a los baños para quitarles los piojos, como era costumbre en todos los campamentos. ¡Y llevados al sonido de una dulce música!”

“Porque había suave música. Una orquesta de “jóvenes y lindas muchachas todas vestidas con blusas blancas y faldas azul marino’, como un superviviente lo recuerda, había sido formada de entre los presos. Mientras se hacía la selección para las cámaras de gas, este conjunto musical especial tocaba músicas alegres de La Viuda Alegre y Los Cuentos de Hoffmann. Nada solemne ni sombrío de Beethoven. Las marchas de la muerte en Auschwitz eran melodías enérgicas y alegres, directo de las operetas de Viena o París”.

“Con esa música, recordando tiempos más felices y más frívolos, los hombres, mujeres y niños eran conducidos a las “casas de baño”, donde eran instruidos a quitarse la ropa en preparación a tomar una “ducha”. A veces les daban toallas. Una vez dentro de la “sala de duchas” – y tal vez este fuese el primer momento en el que se diesen cuenta que había algo raro, pues hasta dos mil de ellos estaban encerrados en la cámara como sardinas, haciendo difícil el ducharse – la pesada puerta era cerrada con llave y herméticamente sellada. Arriba, donde los céspedes y las flores casi escondían las tapas de los respiraderos con forma de seta que subían desde la sala de la muerte, unos subalternos estaban listos para dejar caer en ellos los cristales color azul-amatista de hidrógeno de cianuro…”

“Prisioneros que sobrevivieron, mirando desde algunos bloques cercanos, recuerdan cómo durante algún tiempo la señal para que los subalternos echasen los cristales por los respiraderos era dada por el Sargento Moll. ´Na, gib ihnen schon zu fressen´ (“Vale, dales algo que zampar’), se reía, y los cristales eran vertidos por los agujeros, que después eran tapados”.

“A través de las ventanas de vidrio grueso los verdugos podían ver lo que pasaba. Los prisioneros, desnudos, miraban a las duchas de las que no salía agua ninguna, o tal vez al suelo, preguntándose por qué no había desagües. Tardaba algunos momentos para que el gas hiciera efecto. Pero pronto los presos se daban cuenta de que estaba saliendo por las perforaciones en los respiraderos. Entonces era cuando normalmente entraban en pánico, apartándose de los tubos y finalmente corriendo en estampía hacia las enormes puertas de metal donde, como dice Reitlinger, ´se apilaban en una pegajosa pirámide azul llena de sangre, desgarrándose y destrozándose unos a otros mientras morían´.”

Los Nazis no eran una tribu de salvajes prehistóricos. Sus crímenes eran los actos y las políticas oficiales y legales de la Alemania moderna – una nación de la Europa Occidental educada, industrializada, civilizada, una nación reconocida en el mundo entero por la brillantez de sus logros intelectuales y culturales…

Los Nazis no consiguieron el poder contra los deseos de su país… El partido Nazi fue elegido al poder por el voto libre de millones de ciudadanos alemanes, incluyendo hombres de todos los niveles sociales, económicos y de educación. En la elección nacional de julio de 1932, los Nazis consiguieron el 37 por ciento de los votos y una pluralidad de asientos en el Reichstag. El 30 de enero de 1933, perfectamente de acuerdo con los principios legales y constitucionales, Hitler fue nombrado Canciller. Cinco semanas después, en la última (y medio libre) elección del período pre-totalitario, los Nazis obtuvieron 17 millones de votos, 44 por ciento del total…

En 1933, cuando Hitler estableció el sistema que había prometido, no consideró necesario prohibir el viajar al exterior. Hasta la Segunda Guerra Mundial, los alemanes que desearan huir del país podían hacerlo. La gran mayoría no lo hizo. Estaban contentos de quedarse…

“El concepto de libertades personales del individuo como opuesto a la autoridad del estado tenía que desaparecer; no se puede reconciliar con el principio de un Reich nacionalista” dijo Huber a un país que escuchaba y asentía. “No hay libertades personales del individuo que caigan fuera del campo del Estado y que deban ser respetadas por el Estado… La constitución del Reich nacionalista no está basada, por lo tanto, en un sistema de derechos del individuo innatos e inalienables”…

Al contrario que los Marxistas, los Nazis no estaban a favor de la propiedad pública de los medios de producción. Ellos exigían que el gobierno regulase y administrase la economía de la nación. El asunto de la propiedad legal, explicaron, es secundario; lo que cuenta es el asunto del control. Los ciudadanos privados, por lo tanto, pueden continuar teniendo sus títulos de propiedad – siempre que el estado se reserve a sí mismo el derecho ilimitado a regular el uso de la propiedad…

  • Pero los Nazis defendieron sus políticas, y el país no se rebeló; aceptó el argumento Nazi. Individuos egoístas pueden estar infelices, dijeron los Nazis, pero lo que hemos establecido en Alemania es el sistema ideal, el socialismo. El uso que le daban los Nazis a este vocablo no está restringido a una teoría económica; debe ser entendido en su sentido fundamental. El “Socialismo” para los Nazis denota el principio de colectivismo como tal y su corolario, el estatismo (la preeminencia del estado) en todas las esferas de acción humana, incluyendo pero no limitándose a la economía.

    “Ser un socialista” dice Goebbels, “es someter el yo al vosotros; el socialismo es sacrificar el individuo al grupo”. Según esta definición, los Nazis practicaron lo que predicaban. Lo practicaron en casa y luego en otros países. Nadie puede clamar que no sacrificaron suficientes individuos.

    La pregunta es: ¿por qué?

    ¿Qué podría explicar un sistema como el Nazismo? ¿Qué permitió que fuera posible?

    ……………

  • Como comparación: La Constitución Española (BOE de 29 de diciembre de 1978), dice así:

    TÍTULO VII
    Economía y Hacienda
    Artículo 128
    1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general.
    2. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general.

    ……………

  • y la encíclica Caritas in Veritate del Papa Benedicto XVI , publicada en julio de 2009, habla del “bien común” como algo a lo que hay que supeditar la actividad económica:

    CAPÍTULO SEGUNDO
    EL DESARROLLO HUMANO EN NUESTRO TIEMPO
    21 . …La ganancia es útil si, como medio, se orienta a un fin que le dé un sentido, tanto en el modo de adquirirla como de utilizarla. El objetivo exclusivo del beneficio, cuando es obtenido mal y sin el bien común como fin último, corre el riesgo de destruir riqueza y crear pobreza. …

  • Introducción a Objetivismo curso en video por Leonard Peikoff

    [url=http://www.objetivismo.org/vidcourseobjlp.html]http://www.objetivismo.org/vidcourseobjlp.html[/url]
    Este es un breve curso de Introducción a la Filosofía de Objetivismo de Ayn Rand, presentado por Leonard Peikoff.

    La primera parte (5 videos con un total de 42 minutos) es una exposición resumida de la filosofía; la segunda parte (hasta el minuto 75) está dedicada a responder a preguntas de los alumnos.

    La Filosofía de Objetivismo: Un breve resumen

    La Filosofía de Objetivismo: Un breve resumen
    Por Dr. Leonard Peikoff
    [url=http://www.objetivismo.org/objsum1.html]http://www.objetivismo.org/objsum1.html[/url]
    Publicado originalmente en el libro The Ominous Parallels (Plume Books, 1997)
    Un sistema filosófico completo defendiendo la razón y el egoísmo ha sido definido en nuestro tiempo por Ayn Rand. Es la filosofía de Objetivismo, presentada en detalle en Atlas Shrugged (“La Rebelión de Atlas”), Introduction to Objectivist Epistemology ( “Introducción a la Epistemología Objetivista”) y The Virtue of Selfishness (“La Virtud del Egoísmo”). Es el antídoto al actual estado del mundo. (Todas las citas, a menos que se indique lo contrario, son de las obras de Ayn Rand).
    Leonard Peikoff
    La mayoría de los filósofos han dejado sus puntos de partida a implicaciones sin identificar. La base de Objetivismo es explícita: “La existencia existe – y el acto de comprender esa afirmación implica dos axiomas corolarios: que algo existe que uno percibe, y que uno existe poseyendo consciencia, consciencia siendo la facultad de percibir lo que existe”.

    Existencia y consciencia son hechos que están implícitos en cualquier percepción. Son la base de todo conocimiento (y la pre-condición de prueba): conocimiento presupone algo que conocer y alguien que lo conoce. Son absolutos que no pueden ser cuestionados ni eludidos: cada declaración humana, incluida la negación de esos axiomas, implica su uso y su aceptación.

    El tercer axioma en la base del conocimiento – un axioma que es verdad, en palabras de Aristóteles, del “ser como ser” – es la Ley de Identidad. Esta ley define la esencia de la existencia: ser es ser algo, una cosa es lo que es; y conduce al principio fundamental de toda acción, la ley de causalidad. La ley de causalidad dice que las acciones de una cosa están determinadas, no por azar, sino por su naturaleza, es decir, por lo que es.

    Es importante observar la relación entre estos tres axiomas. Existencia es el primer axioma. El universo existe independiente de cualquier consciencia. El hombre es capaz de adaptar su entorno a sus propias necesidades, pero “La naturaleza, para ser comandada, ha de ser obedecida” (Francis Bacon). No existe ningún proceso mental que pueda cambiar las leyes de la naturaleza o borrar los hechos. La función de la consciencia no es crear la realidad, sino captarla, comprenderla. “Existencia es Identidad, Consciencia es Identificación”.

    El origen filosófico de este punto de vista y su principal abogado en la historia de la filosofía es Aristóteles. Sus oponentes son todas las otras principales tradiciones, incluyendo el Platonismo, el Cristianismo, y el Idealismo alemán. Directa o indirectamente, estas tradiciones mantienen la noción que la consciencia es la creadora de la realidad. La esencia de esta noción es la negación del axioma que la existencia existe.

    En la versión religiosa, los negadores abogan por una consciencia “por encima” de la naturaleza, es decir, superior y en contradicción a la existencia; en la versión social, derriten la naturaleza en un borrón indeterminado al que le dan una transitoria medio-forma por el deseo humano. La primera escuela niega la realidad al mantener que hay dos realidades. La segunda escuela prescinde del concepto de realidad como tal. La primera rechaza la ciencia, la ley, la causalidad, la identidad, afirmando que cualquier cosa es posible para la voluntad omnipotente y realizadora de milagros del Señor. La segunda expresa el mismo rechazo que hacen los religiosos pero en términos seculares, afirmando que cualquier cosa es posible para la voluntad “del pueblo”.

    Ninguna de las dos escuelas puede alegar una base de evidencia objetiva. No hay forma de razonar sobre la naturaleza negándola, ni sobre los hechos destruyéndolos, ni de establecer ninguna premisa para obliterar el razonamiento como tal, o sea, sus cimientos: los axiomas de existencia e identidad.

    Metafísica y epistemología están íntimamente relacionadas; juntas, ellas forman la base de la filosofía. En la historia de la filosofía, el rechazo de la realidad y el rechazo de la razón han sido corolarios. De forma similar, como el ejemplo de Aristóteles indica, una metafísica a favor de la realidad implica una epistemología a favor de la razón.

    Ayn Rand define la razón como “la facultad que identifica e integra el material provisto por los sentidos del hombre”.

    “La razón realiza esta función a través de conceptos, y la validez de la razón se apoya en la validez de los conceptos. Pero la naturaleza y el origen de los conceptos es un serio problema filosófico. Si los conceptos se refieren a hechos, entonces el conocimiento está basado en la realidad, y se pueden definir principios objetivos que guíen el proceso cognitivo del hombre. Si los conceptos no tienen relación con la realidad, entonces tampoco tiene relación con la realidad el conocimiento humano, y el hombre está irremediablemente ciego.

    Este es el “problema de los universales”, en el que la filosofía occidental se ha atascado.

    Platón afirmó que había encontrado el referente de los conceptos, no en este mundo, sino en una dimensión sobrenatural de esencias. Los Kantianos consideran que los conceptos (algunos o todos) no tienen referentes, es decir, que son creaciones subjetivas de la mente humana, independientes de hechos externos. Ambos enfoques y todas sus variantes en la historia de la filosofía llevan a la misma consecuencia esencial: desgajar las herramientas de conocimiento del hombre de la realidad, y por lo tanto coartar la mente del hombre. (Aunque la epistemología de Aristóteles es muy superior, su teoría de conceptos está mezclada con restos de platonismo y no es convincente). Filósofos recientes han abandonado el problema y, como resultado, han abandonado la filosofía como tal.

    Ayn Rand desafía y derrumba todo el montaje del eje anti-mente. Su hazaña histórica es vincular la forma particular de conocer del hombre con la realidad, o sea: validar la razón humana.

    Según Objetivismo, los conceptos se derivan de y se refieren a los hechos de la realidad.

    La mente al nacer (como Aristóteles dijo por primera vez) es tabula rasa; no hay ideas innatas. Los sentidos son los medios primarios de contacto con la realidad; ellos le dan la pre-condición de todo conocimiento posterior, la evidencia de que algo es. Lo que ese algo es lo descubre el hombre al nivel conceptual de su consciencia.

    Conceptualizar es el método del hombre para organizar el material de los sentidos. Para formar un concepto, hay que aislar dos o más cosas similares del resto del campo conceptual de la mente, e integrarlas en una única unidad mental, simbolizada por una palabra. Un concepto incluye un número ilimitado de cosas: tanto las cosas concretas en que uno se fijó como todas las otras cosas (en el pasado, el presente y el futuro) que son similares a ellas.

    Similitud es la clave de este proceso. La mente puede retener las características de concretos similares sin especificar sus medidas, que varían según la situación.”Un concepto es la integración mental de dos o más unidades que poseen las mismas características distintivas, con sus medidas específicas omitidas”.

    El principio básico de la formación de conceptos (que establece que las medidas omitidas deben existir en alguna cantidad, pero pueden existir en cualquier cantidad), es el equivalente al principio básico en álgebra, que dice que los símbolos algebraicos deben tener algún valor numérico, pero pueden tener cualquier valor. En este sentido y desde este punto de vista, la percepción conceptual es la aritmética, pero la consciencia conceptual es el álgebra del conocimiento.

    Los conceptos no son ni sobrenaturales ni subjetivos: se refieren a hechos de este mundo, procesados por el medio de conocimiento del hombre. (Lo anterior es un esbozo; para una presentación completa, ver Introducción a la Epistemología Objetivista, que por el momento está disponible solamente en inglés).

    Los sentidos, los conceptos, la lógica: estos son los elementos de la facultad racional del hombre – su inicio, su forma, su método. En esencia, “sigue la razón” significa: basa el conocimiento en observación; forma conceptos de acuerdo con las verdaderas (medible) relaciones entre cosas concretas; usa conceptos de acuerdo con las reglas de la lógica (en el fondo, la Ley de Identidad). Como cada uno de estos elementos está basado en los hechos de la realidad, las conclusiones alcanzadas por un proceso de razón son objetivas.

    La alternativa a la razón es algún tipo de misticismo o de escepticismo.

    El místico busca conocimiento sobrenatural; el escéptico niega la posibilidad de cualquier conocimiento. El místico afirma que los medios de conocimiento del hombre son inadecuados y que el verdadero conocimiento requiere la iluminación de Dios; el escéptico está de acuerdo, y prescinde de Dios. El místico asegura que hay absolutos, a los que defiende apelando a la fe; el escéptico responde que él no tiene fe. La fe del místico, en el fondo, está en sus emociones, las cuales él considera como el conducto al más allá; el escéptico ignora el más allá, y sigue sus emociones, las cuales, dice, son la única base de acción en un mundo ininteligible.

    Las emocioness son el producto de las ideas y juicios de valor de los hombres, mantenidas de forma consciente o subconsciente. Las emociones no son herramientas de conocimiento ni una guía para la acción.

    Los religiosos de antaño condenaban la razón humana basándose en que es limitada, finita, ligada a la tierra, en oposición a la perfecta pero indefinible mente de Dios. Esto implica un ataque en la identidad (como todo rechazo de lo finito); pero lo hace al amparo de afirmar una consciencia con una identidad supuestamente mayor, sobrenatural. Los modernos nihilistasson más explícitos: hacen campañas, no por el infinito, sino por el cero.Igual que en metafísica rechazan el concepto de la realidad, en epistemología rechazan la posibilidad de la consciencia.

    El hombre, dicen los kantianos, no puede conocer “las cosas como son”, porque su conocimiento se adquiere por sentidos humanos, conceptos humanos, lógica humana; es decir, por medios de conocimiento humanos.

    El mismo tipo de argumento se aplicaría a cualquier consciencia – humana, animal o divina (si esta última existiera): si es algo, si está limitada a algún, a cualquier medio de conocimiento, entonces por el mismo razonamiento no podría conocer “las cosas como son”, sino sólo “las cosas como le aparecen” a ese tipo de consciencia.

    Kant se opone al hecho que la mente del hombre tiene una cierta naturaleza. Su teoría es: la identidad – la esencia de la existencia – invalida la consciencia. O sea: un medio de conocimiento específico hace que el conocimiento sea imposible. Como Ayn Rand muestra, esta teoría implica que “el hombre está ciego, porque tiene ojos – sordo, porque tiene oídos – eludido, porque tiene una mente – y las cosas que percibe no existen, porque él las percibe”.

    Igual que el nihilismo epistemológico de Kant destierra el conocimiento de la identidad, así también su nihilismo ético destierra la moralidad – el reino de los valores ­– de cualquier disfrute de la vida.

    La ética Objetivista es la opuesta a la de Kant .

    La ética objetivista empieza planteándose una cuestión fundamental: ¿por qué es necesaria la ética?

    La respuesta está en la naturaleza del hombre como organismo vivo. Un organismo vivo tiene que actuar enfrentando una constante alternativa: vida o muerte. La vida es condicional; puede sustentarse sólo por un curso específico de acción realizado por el organismo vivo, por ejemplo las acciones de obtener alimento.En este punto, plantas y animales no tienen opción: dentro de los límites de sus poderes, ellos efectúan automáticamente las acciones que sus vidas requieren. El hombre no tiene esa opción.

    Él no sabe de forma automática qué acciones lo sustentarán; si ha de sobrevivir tiene que descubrir, y luego practicar voluntariamente, un código de valores y virtudes, el código específico que requiere la vida humana. El objetivo de la ética es definir tal código.

    Objetivismo es la primera filosofía que identificó la relación entre la vida y los valores morales. “La ética”, escribe Ayn Rand, “es una necesidad objetiva, metafísica, para la supervivencia del hombre – no por la gracia de lo sobrenatural o de tus vecinos o de tus caprichos, sino por la gracia de la realidad y de la naturaleza de la vida”.

    El criterio de la ética, requerido por la naturaleza de la realidad y la naturaleza del hombre, es la Vida del Hombre. “Todo lo que es apropiado para la vida de un ser racional es lo bueno; todo lo que la destruye es lo malo” .

    “La mente del hombre”, dice John Galt, el protagonista de Atlas Shrugged,

    ” es su herramienta básica de supervivencia. La vida se le da, la supervivencia no. Su cuerpo se le da, el sustento de éste no. Su mente se le da, el contenido de ésta no. Para permanecer vivo ha de actuar, y antes de poder actuar tiene que conocer la naturaleza y el propósito de su acción. No puede obtener su alimento sin un conocimiento de lo que es alimento y de la manera de obtenerlo. No puede cavar una zanja – o construir un ciclotrón – sin un conocimiento de su objetivo y de los medios de conseguirlo. Para permanecer vivo, tiene que pensar”.

    Pensar no es un proceso automático. Un hombre puede decidir pensar o dejar que su mente se quede a la deriva; o puede decidir activamente volverse contra su inteligencia, evadir su conocimiento, sabotear su razón. Si se niega a pensar, está cortejando desastre: no puede impunemente rechazar sus medios de percibir la realidad.

    Pensar es un proceso difícil y delicado, que el hombre no puede realizar a menos que el conocimiento sea su objetivo, la lógica sea su método, y el juicio de su mente sea lo único que le guía. Pensar requiere egoísmo, el egoísmo básico de una facultad racional que no deja que haya nada por encima de la integridad de su propia función.

    Un hombre no puede pensar si pone algo – cualquier cosa – por encima de su percepción de la realidad. Él no puede encarar la evidencia de forma confiable o mantener sus conclusiones de forma intransigente, mientras considera que adaptarse a otros hombres es su imperativo moral, humildad es su mayor virtud, y sacrificio su principal deber. Él no puede usar su cerebro mientras rinde la soberanía sobre su mente; es decir, mientras acepta que sus vecinos son sus amos y quienes dictan las condiciones.

    Los hombres aprenden unos de otros, construyen sobre el trabajo de sus predecesores, consiguen cooperando entre ellos hazañas que serían imposibles en una isla desierta. Pero todos esos tipos de relaciones sociales requieren el ejercicio de la facultad humana del conocimiento; dependen del individuo solitario, “solitario” en el sentido básico, interno, de la palabra, el sentido de un hombre enfrentándose a la realidad abierta y directamente, buscando no crucificarse a sí mismo en la cruz de los otros ni aceptar la palabra de otros como un acto de fe, sino buscando entender, hacer conexiones, saber.

    La mente del hombre requiere egoísmo, y también lo requiere cualquier otro aspecto de su vida: un organismo vivo tiene que ser el beneficiario de sus propias acciones.Tiene que perseguir objetos específicos – para sí mismo, para su propio provecho y supervivencia. La vida requiere el ganar valores, no su pérdida; logros, no renuncia; auto-preservación, no auto-sacrificio. El hombre puede elegir el valorar y perseguir su auto-inmolación, pero no puede sobrevivir ni prosperar con tal método.

    Egoísmo moral no significa una licencia para hacer lo que a uno le plazca, guiado por caprichos. Significa la disciplina precisa de definir y perseguir su propio interés racional. Un código de auto-interés racional rechaza todo tipo de sacrificio humano, sea de uno mismo a otros o de otros a uno mismo. La ética de auto-interés racional aboga por el ejercicio de la propia mente al servicio de la propia vida, y todas las elecciones de valor específicas y los atributos de carácter que tal ejercicio conlleva. Aboga por las virtudes de racionalidad, independencia, integridad, honestidad, justicia, productividad, orgullo. No aboga por “la supervivencia a cualquier precio”.

    ” La vida del hombre, como requiere su naturaleza, no es la vida de un salvaje insensato, de un rufián saqueador o de un místico gorrón, sino la vida de un ser pensante – no la vida por medio de fuerza o fraude, sino la vida por medio de logros – no la supervivencia a cualquier precio, pues sólo hay un precio que paga por la supervivencia del hombre: la razón”.

    La razón es un atributo del individuo.Pensar es un proceso realizado no por hombres, sino por el hombre – en singular. Ninguna sociedad, comité, o grupo “orgánico” puede hacerlo. Lo que un grupo puede hacer en este sentido es solamente: o dejar al individuo libre para funcionar, o no dejarlo.

    El requerimiento político básico de la Vida del Hombre es la libertad.

    “Libertad” en este contexto significa el poder de actuar sin coerción por parte de otros. Significa el poder de un individuo de actuar de acuerdo con su propio juicio, mientras respeta el mismo derecho en los otros. En una sociedad libre, los hombres renuncian al método letal de tratar con desacuerdos: el iniciar fuerza física.

    Fuerza es el antónimo y la negación del pensamiento. El entendimiento no se produce recibiendo un puñetazo en la cara; la claridad intelectual no fluye de la boca de fuego de una pistola; el peso de la evidencia no es mayor por espasmos de terror. La mente es una facultad cognitiva; no puede alcanzar el conocimiento o la convicción aparte de, o contra, su percepción de la realidad; la mente no puede ser forzada.

    El sistema político apropiado, en esencia – el sistema que guarda la libertad de la mente del hombre – es el sistema original americano, basado en el concepto de derechos individuales inalienables.”La fuente de los derechos del hombre no es ni la ley divina ni la ley parlamentaria, sino la ley de identidad. A es A – y el Hombre es el Hombre. Derechos son condiciones de existencia requeridas por la naturaleza del hombre para su supervivencia apropiada “.

    Los Padres Fundadores de los Estados Unidos estaban correctos sobre el hecho de que los derechos son políticos, no económicos, es decir, que son confirmaciones de poder actuar y guardar el producto de las propias acciones, no una demanda injustificada a las acciones y productos de otros. Y estaban correctos sobre el hecho que la función apropiada del gobierno es la protección de los derechos del hombre.

    Los derechos del hombre, observa Ayn Rand, pueden ser violados solamente a través de fuerza física (fraude es una forma indirecta de fuerza). Un sistema político basado en el reconocimiento de esos derechos es el que defienda al hombre contra la violencia. Los hombres por lo tanto tratan entre ellos no como potenciales asesinos, sino como comerciantes soberanos, de acuerdo con su propio juicio independiente y su consentimiento voluntario. Este tipo de sistema representa la protección metódica de la mente del hombre y de su auto-interés, o sea, de la función y objetivo de los cuales la vida humana depende.

    El gobierno es la agencia que mantiene un monopolio en el uso legal de la fuerza física. En una sociedad libre el gobierno usa la fuerza sólo en retaliación, contra aquéllos que inician su uso. Esto engloba tres funciones principales: la policía, el ejército, y los tribunales (que proporcionan los medios para resolver disputas pacíficamente, de acuerdo con reglas objetivas).

    El gobierno de una sociedad libre está prohibido de emular a los criminales que fue creado para aprehender. Está prohibido de iniciar fuerza contra hombres inocentes. No puede inyectar el poder de la destrucción física en las vidas de ciudadanos pacíficos, para ningún propósito ni en ningún campo de actuación, incluso en el ámbito de la producción y el comercio.

    Esto significa el rechazo de cualquier división entre libertad política y libertad económica. Significa la separación entre Estado y economía. Significa la única alternativa que se ha descubierto contra la tiranía: el capitalismo laissez-faire.

    Históricamente el capitalismo funcionó brillantemente, y es el único sistema que funcionará. El socialismo en todas sus variantes ha llevado siempre al desastre y lo hará de nuevo donde sea intentado. Sin embargo, el socialismo es admirado por los profesores de la humanidad, mientras que el capitalismo es condenado. La causa de esta inversión es el hecho que la libertad es egoísta, los derechos son egoístas, el capitalismo es egoísta.

    Es verdad que libertad, derechos y capitalismo son egoístas. Es verdad también que el egoísmo, propiamente definido, es lo bueno.

    No hay futuro para el mundo excepto a través de un renacimiento del enfoque Aristotélico a la filosofía. Esto necesitaría una afirmación Aristotélica de la realidad de la existencia, de la soberanía de la razón, de la vida en la tierra – y del esplendor del hombre.

    Aristóteles y Objetivismo están de acuerdo en lo fundamental y, como resultado, también en este último punto. Ambos mantienen que el hombre puede lidiar con la realidad, puede alcanzar valores, puede vivir sin tragedias. Ninguno de los dos cree en el hombre-gusano o el hombre-monstruo; los dos proclaman el hombre-pensador y consecuentemente el hombre-héroe. Aristóteles lo llama “el hombre de gran alma”. Ayn Rand lo llama Howard Roark o John Galt.

    En cada época, por su propia naturaleza, los hombres no pueden dejar de esforzarse en algo: tienen que trabajar, lo sepan o no, en actualizar algún tipo de visión del potencial humano, sea consistente o contradictoria, enaltecida o desecrada. Ellos tienen que, de alguna forma, tomar una decisión fundamental, que determina sus otras decisiones y su destino. La decisión fundamental, que es siempre la misma, es la decisión epistemológica: razón o no razón.

    Dado que la forma en que los hombres comprenden la razón y sus versiones varía de época en época de acuerdo con su nivel de conocimiento y su virtud, así también varía la forma de la decisión y su resultado específico.

    En el mundo antiguo, tras siglos de un declive gradual, la decisión fue entre las ideas de la civilización clásica o las ideas del Cristianismo. Los hombres escogieron el Cristianismo. El resultado fue el estancamiento total del Oscurantismo y la Edad Media.

    En el mundo medieval, mil años después, la decisión fue San Agustín o Tomás de Aquino. Los hombres escogieron Tomás de Aquino. El resultado fue el Renacimiento.

    En el mundo de la Ilustración, cuatro siglos más tarde, los fundadores de los Estados Unidos de América lucharon por reafirmar la decisión de sus antepasados del Renacimiento, pero no pudieron hacer que prendiera históricamente. El resultado fue un magnífico nuevo país, pero con una bomba de tiempo interna.

    Hoy, en los Estados Unidos y en el mundo, la decisión es los Padres Fundadores y la base que ellos nunca tuvieron, o Kant y destrucción. El resultado aún está por ver.

    Principios

    [url=http://www.objetivismo.org/lexprincipios.html]http://www.objetivismo.org/lexprincipios.html[/url]

    Principios
    Un principio es “una verdad fundamental, primaria o general, de la que otras verdades dependen”.

    Así, un principio es una abstracción que engloba un gran número de casos concretos. Sólo a través de principios puede alguien establecer sus objetivos a largo plazo y evaluar las alternativas concretas de cada momento en particular. Sólo los principios le permiten a un hombre planificar su futuro y alcanzarlo.

    El estado actual de nuestra cultura puede medirse por el grado en que los principios se han esfumado del debate público, reduciendo nuestra atmósfera cultural a la indecente y mezquina incoherencia de una familia peleándose por detalles triviales mientras traiciona todos sus valores esenciales, vendiéndole su futuro al diablo a cambio de alguna ventaja ficticia del presente.

    Para hacerlo más grotesco todavía, esa pelea está acompañada de un aura histérica de querer tener razón, en forma de declaraciones beligerantes de que uno debe ceder en todo y con todos (excepto en el principio de que uno debe ceder) y en apelaciones apavoradas a “ser prácticos”.

    Pero no hay nada tan impráctico como el llamado “hombre práctico”. Su actitud hacia la practicidad puede ilustrarse muy bien así: si quieres ir en coche desde Nueva York a Los Angeles, es “impráctico” e “idealista” consultar un mapa y decidir la mejor forma de llegar allí; llegarás mucho más rápido si te vas ya y empiezas a conducir al azar, girando (o atajando) cuando te parezca, tomando cualquier camino en cualquier dirección, guiándote sólo por el estado de ánimo y el clima del momento.

    El hecho es, por supuesto, que por este método nunca llegarás a tu destino. Pero mientras la mayoría de la gente aceptan este hecho en lo que respecta al curso de un viaje, no son tan perspicaces en lo que respecta al curso de su vida y el de su país.

    Problemas concretos no pueden ni siquiera ser comprendidos, y menos aún juzgados o resueltos, sin referencia a principios abstractos.

    No tienes opción en cuanto a la necesidad de integrar tus observaciones, tus experiencias y tu conocimiento en ideas abstractas, es decir, en principios. Tu única opción es si estos principios son verdaderos o falsos, si reflejan tus convicciones conscientes y racionales – o si son un revoltijo de ideas capturadas al azar, cuyas fuentes, validez, contexto y consecuencias no conoces; ideas que, en la mayoría de los casos, rápidamente tirarías por la ventana si los conocieras. . . .

    Podrías decir, como hace mucha gente, que no siempre es fácil actuar basado en principios abstractos. No, no es fácil. Pero, ¿cuánto más difícil es tener que actuar basado en ellos sin saber lo que son?

    Considerad algunas reglas sobre el funcionamiento de los principios en la práctica, y sobre la relación entre principios y objetivos. . . .

    En cualquier conflicto entre dos hombres (o dos grupos) que tienen los mismos principios básicos, es el más consistente (coherente) el que gana.

    En cualquier colaboración entre dos hombres (o dos grupos) que tienen diferentes principios básicos, es el más malvado o irracional el que gana.

    Cuando principios básicos opuestos están clara y abiertamente definidos, eso funciona en beneficio de la parte racional; cuando no están claramente definidos, sino que están ocultos o están siendo evadidos, eso funciona en beneficio de la parte irracional.

    Cuando los hombres abandonan principios (es decir, su facultad conceptual), dos de los principales resultados son: individualmente, la incapacidad de proyectar el futuro; socialmente, la imposibilidad de la comunicación.

    Sólo unos principios fundamentales validados racionalmente, entendidos claramente y aceptados voluntariamente pueden crear una forma deseable de unión entre los hombres.

    El mundo de Ayn Rand

    [url=http://www.objetivismo.org/literatura.html]http://www.objetivismo.org/literatura.html[/url]

    Si aún no lo has hecho, verás que entrar en el mundo de ficción de Ayn Rand es una experiencia intelectual y emocional inigualable.
    Su primera novela, Los que Vivimos (We the living) (1936), tiene lugar en el país del que Ayn Rand escapó, la Unión Soviética. Más tarde escribió otras novelas, Anthem (Himno) (1938), y The Fountainhead (El Manantial) (1943), su primera novela americana y su primer gran éxito literario (y también un éxito cinematográfico, con Gary Cooper y Patricia Neal). Su última novela – y su obra maestra – Atlas Shrugged (La Rebelión de Atlas) (1957), se sitúa en el país en el que vivió la mayor parte de su vida, los Estados Unidos de América. El interés reciente en ese libro (por causa de la creciente y abusiva regulación del gobierno de Obama), ha hecho que una película esté siendo producida: “Atlas Shrugged – Primera Parte” se estrenará el 15 de abril del 2011 (coincidiendo con el día del impuesto individual sobre la renta en USA).
    Más de 25 millones de copias de las obras de Ayn Rand han sido vendidas en el mundo; y, en un fenómeno nunca visto antes, novelas que fueron publicadas hace 50 años o más siguen vendiendo casi un millón de copias anuales. Las ventas de Atlas Shrugged en lo que va de 2009 ya se han cuadruplicado con relación a 2008, año en que las ventas ya habían alcanzado un récord histórico. ¿Por qué?

    La popularidad que sigue teniendo Ayn Rand no es difícil de entender. Sus novelas de ficción contienen valores que no se encuentran hoy en día. Sus héroes son únicos: hombres y mujeres como Howard Roark en El Manantial y Dagny Taggart en La Rebelión de Atlas, personas ambiciosas, determinadas, independientes, fuertes, honestas – y a la vez racionalmente egoístas, generosas y llenas de vida, totalmente morales y eminentemente prácticas. Sus historias, inspiradoras y nada convencionales, presentan una visión original y exaltada del hombre y de la vida.

    No es sorprendente que las ideas que encuentras en las novelas de Ayn Rand desafíen las creencias más profundas que la gente mantiene actualmente, y por eso continúan siendo debatidas y discutidas en universidades y en las páginas editoriales de periódicos en Estados Unidos y en el mundo.

    Su filosofía “para vivir en la tierra”, que ella formalmente denominó Objetivismo, ha cambiado las mentes de miles de lectores y ha creado una importante nueva escuela de pensamiento que está teniendo un impacto creciente en la cultura mundial.

    Ayn Rand es cada vez más popular entre personas de habla hispana, y como prueba ofrecemos la riqueza de información disponible en Objetivismo.org.

    Ayn Rand, el genio del siglo XX

    [url=http://www.objetivismo.org/ar.html]http://www.objetivismo.org/ar.html[/url]

    Ayn Rand, el genio del siglo XX
    Sus temas , profundos, y expresados en tramas lógicas y dramáticas, han influenciado la vida de millones de personas.

    Pero Ayn Rand es también un genio de la filosofía universal, y por eso será recordada dentro de mil años: quienes vivan entonces le agradecerán su contribución, igual que hoy hacemos con Aristóteles. Ella, sola, como los héroes de sus novelas, desafió la cultura prevalente de los últimos dos milenios, exaltando el individualismo, la razón, el egoísmo y el capitalismo. Ayn Rand revolucionó el pensamiento mundial, resolviendo brillantemente dilemas en cada una de las ramas de la filosofía.

    Gracias a su mente privilegiada, por primera vez en la historia de la humanidad existe un sistema filosófico completo, lógico, integrado, basado en la realidad, y por lo tanto, práctico. Sus ideas son originales, incuestionables y eternas – hoy tan necesarias como siempre y más necesarias que nunca.
    (Editorial en Los Angeles Times, 6 de marzo de 1982, día del fallecimiento de Ayn Rand).

    Ayn Rand es un genio de la literatura universal, a la par con Victor Hugo y Dostoievski. Sus novelas han vendido más de 25 millones de copias y han sido traducidas a más de veinte idiomas. Su obra maestra, Atlas Shrugged (traducida al español como “La Rebelión de Atlas”), fue publicada en 1957, ha vendido más de 7 millones de copias y es más popular hoy que nunca. Si aún no lo has hecho, verás que entrar en el mundo de ficción de Ayn Rand es una experiencia intelectual y emocional inigualable.

    ¿Quién le teme a Ayn Rand?

    [url=http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=946337]http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=946337[/url]

    “Los CEO argentinos más inteligentes recién están empezando a descubrir ahora a Ayn Rand; varios la leyeron y se entusiasmaron, aunque no sé a cuántos les gustaría hacerlo público”, informa Eduardo Marty, reconocido como el hombre que introdujo la filosofía randiana en Argentina, a mediados de los ochenta. Fue Marty, actual presidente de Junior Achievement –una ONG dedicada a despertar el espíritu emprendedor en los chicos– quien le recomendó y le dio en mano a Mauricio Macri una de las obras emblemáticas de la escritora rusa, La Virtud del Egoísmo.

    Claro que en nuestro país no hay nada comparable con la influencia decisiva que tuvo y tiene Rand en EE.UU., donde –según una encuesta realizada en la prestigiosa Biblioteca del Congreso de aquel país– La rebelión de Atlas fue la obra que más impacto produjo después de la Biblia, no sólo entre los hombres de negocios sino en la formación ideológica del americano medio. En Argentina, por diversas razones, la recepción de su pensamiento es muy distinta. Hay “círculos randianos” sueltos, por así decirlo, o think tanks liberales que, sin definirse tajantemente como randianos, estudian los textos de Rand, entre ellos, además de la ONG de Marty, las fundaciones Atlas y Hayek, el Foro Liberal de Recrear, el partido que fundó Ricardo López Murhpy –quien, al igual que su socio en Pro, también ha leído a Rand–, el Centro de Investigación sobre Instituciones y Mercados (CIIMA) y algunos posgrados ligados al management .

    Aunque, como señala Martín Krausse, profesor en Eseade, “el management argentino no fue influenciado por La rebelión de Atlas, y muchos no conocen a Rand”, lo que plantea Marty es igualmente cierto. Algunos CEO empiezan a interesarse ahora y, de hecho, La rebelión y La Virtud, reeditadas en Argentina, figuran en las bibliotecas de importantes hombres de negocios, como los CEO Armando Silberman (Iplan); Claudio Muruzábal (Neoris); Guillermo Yeatts, ex directivo de Sol Petróleo y presidente de la Fundación Atlas ; Jorge Sojo (QBE ART) y el fundador de Apple Argentina, Enrique Duhau.

    Tal como ocurrió con el revival del randianismo en España –impulsado por el gobierno de José María Aznar, que se nutrió de jóvenes provenientes del management –, aquí también, el compañero de fórmula presidencial de López Murphy, Esteban Bullrich, es uno de los pocos políticos que han estudiado a Rand, aunque no comparte totalmente sus postulados. Es que Bullrich pertenecía al mundo empresarial cuando conoció al jefe de Recrear, en 2002, cuando aquél organizaba debates con jóvenes que tenían posgrados en el exterior. “Acuerdo con Rand en que no me gusta la idea de Estado como Gran Hermano –explica Bullrich–, pero en países emergentes como el nuestro, el Estado no puede estar ausente en lo social.”

    Para el pionero Marty, una de las razones por las cuales la filosofía randiana no terminó de anclar en estas tierras es que los liberales argentinos clásicos están, por lo general, cerca del catolicismo. “Y Rand es una capitalista atea, no encaja en ningún lado”, explica.

    Sin embargo, nunca deja de estar en el candelero. La reciente reedición de sus textos en el país, la circulación de su obra entre empresarios y políticos jóvenes –Mauricio Macri es uno de los admiradores locales de la escritora–, el aniversario de los cincuenta años de la La rebelión de Atlas y la noticia de que el año que viene empezará a rodarse la versión cinematográfica –con Angelina Jolie como heroína– son todos signos de un interés que no decae.

    Donde no tiene repercusión es en el mundo académico. Muchos a los que podríamos considerar “popes” de la intelectualidad argentina ni siquiera la conocen (lo que resulta un dato en sí mismo) y quienes la conocen comparan la profundidad de su obra con la de un manual de autoayuda. “Pero a mí me gustaría saber cuántos intelectuales argentinos han vendido 20 millones de ejemplares, y creo que me quedo corto con la cifra de lo que ha vendido históricamente La rebelión –dice el consultor Enrique Zuleta Puceiro–. Digo, yo no soy leninista, pero he leído a Lenin y no puedo negarlo”, provoca.
    Odios y amores

    Claro que las explicaciones maniqueas siempre son tentadoras. Primero, porque son fáciles de creer y, segundo, porque son igualmente fáciles de difundir. Pero la realidad suele ser siempre más compleja. Para los más críticos, su obra alienta el capitalismo salvaje y el egoísmo. Para sus defensores, es una cumbre contra los abusos del colectivismo y una defensa radical de la libertad del individuo ante cualquier totalitarismo.

    “A mí el libro me provoca una doble reacción, una de ellas muy visceral –dice Gabriela Michetti, vicejefa porteña electa–. Por un lado, lo empezás a leer y te pega muy fuerte la exaltación de la construcción personal, el heroísmo y la creatividad en el armado de la propia vida, pero a medida que avanzaba en la lectura empecé a sentir náuseas por la crueldad que tiene con el desamparado o con los pobres. Para ella, la solidaridad es un disvalor y, desde ese lugar, creo que a su obra le falta amor”, cuestiona la líder de Pro, que está más cerca del socialcristianisno que de cualquier otra corriente.

    El futuro ministro de Educación de Macri, Mariano Narodowski –que dio sus primeros pasos en la vida política en la Federación Juvenil Comunista– confiesa que tiene La Rebelión en su biblioteca pero, según revela, no pudo pasar de la página 25. “Es que el individualismo posesivo me aburre”, explica.

    Quienes conocen al futuro jefe porteño aseguran que él odia la queja y el reclamo. “A Mauricio no le gusta esa gente que espera que le caiga el maná del cielo. Valora la superación personal”, cuentan algunos legisladores, que comparten reuniones políticas con el presidente de Boca. “Si todos pusieran su granito de arena, otra sería la Argentina”, machaca el ingeniero en los retiros espirituales de Pro. Y por ese lado, dicen, se enganchó con Rand, cuya máxima vital es que el triunfo es el resultado de la lucha y que el trofeo se mide en función del reto superado.

    Por Laura Di Marco
    Para LA NACION

    Ayn Rad

    [url=http://www.ilustracionliberal.com/5/ayn-rand-jose-maria-marco.html]http://www.ilustracionliberal.com/5/ayn-ra…aria-marco.html[/url]

    Ayn Rand -de nombre de pila,Alissa Rosenbaum- nació en San Petersburgo el 2 de febrero de 1905. Pronto decidió ser escritora, aunque, instintivamente ajena al misticismo y al colectivismo característicos de la cultura rusa, siempre tuvo como modelos los escritores europeos occidentales. Durante sus estudios en el instituto fue testigo del paso por el poder de Kerensky, al que apoyó, y de la Revolución bolchevique de 1917, que denunció como un golpe de Estado desde el primer momento. La familia huyó de los desórdenes y de la guerra civil a Crimea, donde Alissa terminó la enseñanza secundaria. Tras el triunfo bolchevique, la farmacia de los Rosenbaum fue confiscada y la familia sufrió privaciones.

    En 1921 Alissa se matriculó en la Universidad de San Petersburgo para estudiar Filosofía e Historia. Allí tuvo la oportunidad de conocer de primera mano la degradación de la Universidad y del saber impuesta por los comisarios políticos y descrita, como la expropiación del negocio familiar, en su primera novela, la autobiográfica We, the Living (Los que vivimos, Barcelona, Plaza y Janés, 1992). La protagonista, Kira Argounova, estudia ingeniería pero tiene que asistir a cursos sobre “Mujeres proletarias y analfabetismo”, “Electrificación proletaria” y “El camarada Lenin y el camarada Marx”. Kira Argounova, enfrentada a una vida sin perspectivas, intenta salir de la Unión Soviética pero es muerta a tiros por la policía fronteriza.

    Alissa Rosenbaum tuvo más suerte y a finales de 1925 consiguió un permiso para visitar a unos familiares en Estados Unidos. El permiso era temporal, pero Alissa estaba decidida a no volver a pisar la Unión Soviética. A los 21 años está en Berlín y tras una breve estancia en París, llega a Chicago, donde pasa seis meses: los suficientes para que le amplíen el visado. Decidida a seguir su vocación de escritora, y fascinada por el cine, Ayn Rand -todavía Alissa Rosenbaum-, se muda a Los Ángeles con la intención de trabajar de guionista. Cecil B. De Mille le ofrece un trabajo como extra y más tarde como lectora de guiones.

    En Hollywood conoce a Frank O’Connor, un joven actor con el que se casa pronto. El matrimonio duró hasta la muerte de Frank 50 años más tarde, a pesar de la larga relación que Ayn Rand mantuvo con un colaborador y discípulo suyo casado con Barbara Felden, autora de la excelente biografía The Passion of Ayn Rand. Como Frank pasa largas temporadas sin trabajar, Ayn Rand acepta cualquier trabajo, incluido uno en el departamento de vestuario de RKO, aunque por fin logra vender un primer guión a Universal. Termina Los que vivimos, un estremecedor retrato de los primeros años de socialismo real en San Petersburgo, pero no se lo publican hasta tres años después, en 1933, con un recibimiento reticente por parte de una crítica infestada de progresismo. Ayn Rand dirá más tarde, cuando preste testimonio ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas en 1947: “Es casi imposible dar a entender a personas libres lo que es la vida bajo una dictadura totalitaria… (El pueblo ruso) intenta vivir una vida humana, pero es una vida completamente inhumana. Intenten ustedes imaginar lo que es vivir bajo un terror permanente desde la mañana hasta la noche, y por la noche seguir esperando a que suene el timbre en cualquier momento, un país en el que se tiene miedo de todo y de todos, donde la vida no cuenta nada, menos aún que nada…”.

    En 1935 empezó a escribir The Fountainhead (El manantial, Barcelona, Orbis, 1988), para lo que se documentó en el estudio del arquitecto de origen estonio Louis Isadore Kahn. Howard Roark, el arquitecto protagonista de El manantial, es el primer gran protagonista épico de la obra de Ayn Rand, un hombre como “puede y ha de ser un hombre”, que consigue triunfar imponiendo su propia concepción de la arquitectura. Rechazada por doce editoriales, este canto al individualismo y a la independencia fue publicado por fin en 1943 y se convirtió, sin apenas publicidad, en uno de los grandes best-sellers del siglo XX. Cinco años después se estrenó la versión cinematográfica, también titulada El manantial, con Gary Cooper como protagonista. Trabajando a tiempo completo de guionista, Ayn Rand empezó a escribir Atlas Shrugged (La rebelión de Atlas, en Obras Completas, Barcelona, Luis de Caralt, 1961) que se publicó en 1957, y tiene por protagonistas a dos empresarios, Dagny Taggart y Hank Rearden, que intentan sacar adelante sus respectivos negocios en una Norteamérica arrasada por la intervención gubernamental masiva y el caos social subsiguiente. A medida que se intensifica la devastadora intrusión del Estado, algunos eminentes empresarios, intelectuales y profesionales liberales empiezan a desaparecer. Negándose a colaborar con el totalitarismo, fundan en el Estado de Colorado una utopía capitalista con un símbolo: el signo del dólar. Además de ficción menor (entre la que se cuenta el relato Anthem, protagonizado por Equality 7-2521, un ser que ha de aprender a decir yo en un mundo dominado por la colectividad), Ayn Rand escribió numerosas colaboraciones periodísticas, conferencias y ensayos de muy diversa índole, entre los que están For the New Intellectual (1961), Capitalism: The Unknown Ideal (1966), The Romantic Manifesto (1970) y The New Left: The Anti-Industrial Revolution (1971). En ellos, como en su obra de ficción, fue elaborando un pensamiento que llamó Objetivismo, basado en la afirmación de la razón como principio de conocimiento. Su defensa radical del “egoísmo racional”, opuesto a la irracionalidad de cualquier altruismo, y la del capitalismo libertario como único medio de lograr el solo objetivo posible de la vida humana, que es la felicidad individual, le llevaron a distanciarse de los grandes grupos políticos y de las corrientes contraculturales e irracionalistas, presuntamente libertarias, de los años 60 y 70.

    Fumadora impenitente, como muchos de sus personajes, falleció de una enfermedad pulmonar en Nueva York, el 6 de marzo de 1982 a los 77 años de edad. Su legado, de gran influencia en el pensamiento liberal norteamericano, ha venido siendo difundido y reivindicado por varias organizaciones, entre ellas el Ayn Rand Institute. Su obra se sigue reeditando con éxito, hasta tal punto que figura todavía en las listas de libros más vendidos. En las librerías españolas se encuentra aún alguna edición de Los que vivimos y de El manantial. El resto de la obra de Ayn Rand está agotado, o no ha sido publicado en España. Entre las muchas páginas web que le están dedicadas, destaca [url=http://www.aynrand.org]http://www.aynrand.org[/url].

    “Civilización es el proceso por el que el hombre se libera de los hombres.”

    “La pobreza no es una hipoteca sobre el trabajo de los demás; la desventura no es una hipoteca sobre la felicidad: el fracaso no es una hipoteca sobre el éxito; el sufrimiento no es un cheque en blanco, y su alivio no es el fin de la existencia; el hombre no es un animal que haya de ser sacrificado en el altar de los demás; la vida no es un inmenso hospital.”

    “Cuando el ‘bienestar común’ de una sociedad se contempla como algo aparte y superior al bienestar individual de sus miembros, el bienestar de algunos hombres prevalece sobre el bienestar de otros, y esos otros son destinados al sacrificio.”

    Capitalism: The Unknown Ideal

    “El principio básico del altruismo es que el hombre no tiene derecho a vivir por su propio bien, que el servicio a los demás es la única justificación de su existencia, y que el sacrificio es el más alto deber moral, la más alta virtud, el valor más alto. No debemos confundir altruismo con generosidad, buena voluntad o respeto por los derechos de los demás. Estos no son valores primeros, sino consecuencias que el altruismo, de hecho, hace imposibles. El valor irreductible, primero y básico del altruismo es el sacrificio propio, que quiere decir: inmolación de uno mismo, abnegación, negación de uno mismo, autodestruccción, es decir: el yo es el mal y los demás el bien.”

    Philosophy: Who Needs It

    “Si algunos hombres disfrutan de algún derecho sobre el producto del trabajo de los demás, entonces estos están despojados de sus derechos y condenados al esclavismo.”

    “La mayor virtud: la capacidad de hacer dinero.”

    “La riqueza es producto de la capacidad del hombre para pensar.”

    “Cualquier compromiso entre el alimento y el veneno conduce a la victoria de la

    muerte. Cualquier compromiso entre el bien y el mal lleva a la victoria del mal.”

    Capitalism: The Unknown Ideal

    “La racionalidad es el reconocimiento de que la existencia es un hecho en sí, que nada puede alterar la verdad y que nada puede prevalecer sobre el hecho de comprenderla, que es en lo que consiste el pensamiento.”

    La rebelión de Atlas

    “El único propósito del gobierno es proteger los derechos del hombre, es decir, protegerlo de la violencia física. Un auténtico gobierno no es más que un policía, que actúa en nombre del derecho a la autodefensa del ser humano y, como tal, sólo puede recurrir a la violencia contra aquellos que han hecho uso de ella.”

    La rebelión de Atlas

    “Quien quiere a todos los hombres odia a la humanidad. No espera nada de ella.”

    “No hay que decirle a nadie que sea orgulloso; te odiarán. No lo dirán, pero te odiarán.

    Dirán que los odias a ellos.”

    El manantial

    “El socialismo es la doctrina según la cual el hombre no tiene derecho a vivir por su propio bien, que su vida y su trabajo no le pertenecen a él, sino a la sociedad, que la única justificación de su existencia es el servicio a la sociedad, y que la sociedad puede disponer de él según le plazca, con tal de conseguir su propio bienestar colectivo, tribal.”

    The New Intellectual

    “No hay diferencia entre comunismo y socialismo, salvo en los medios para conseguir un mismo objetivo final: el comunismo se propone esclavizar a los hombres por la fuerza; el socialismo, por el voto. Es la misma diferencia que existe entre el asesinato y el suicidio.”

    Foreign Policy Drains U.S. of Main Weapons

    “El país que ha alcanzado los mayores logros, la mayor prosperidad, la mayor libertad, se construyó sobre el derecho del hombre a perseguir su felicidad. Su propia felicidad, no la de los demás.”

    El manantial

    Frases de Ayn Rad

    El argumento de la intimidación es una confesión de impotencia intelectual.

    Confesión

    El hombre que produce mientras los demás disponen de su producto es un esclavo.

    Esclavo

    Ningún hombre puede tener el derecho de imponer a otro hombre una obligación no escogida, un deber no recompensado o un servicio involuntario.

    Obligación

    Cuando el bien común de una sociedad es considerado como algo aparte y superior al bien individual de sus miembros quiere decir que el bien de algunos hombres tiene prioridad sobre el bien de otros hombres, aquellos consignados en el estatus de animales sacrificados.

    Sociedad

    La justificación moral del capitalismo yace en es el único sistema consonante con la naturaleza racional del hombre, que protege la superviviencia del hombre como hombre y que su principio gobernante es la justicia.

    Capitalismo

    La menor minoría en la tierra es el individuo. Aquellos que niegan los derechos individuales, no pueden llamarse defensores de las minorías.

    Derechos humanos

    Si quisiera hablar con vuestro vocabulario, diría que el único mandamiento moral que tiene el hombre es: Pensarás. Pero un “mandamiento moral” es una contradicción en los términos. Lo moral es lo escogido, no lo forzado; lo comprendido, no lo obedecido. Lo moral es lo racional, y la Razón no acepta mandamientos.

    Moral

    Puesto que no existe tal entidad conocida como “el público”, ya que el público es meramente una cantidad de individuos, la idea de que “el interés público” va por encima de los intereses y derechos privados solo tiene un significado: que los intereses y derechos de algunos individuos tienen prioridad sobre los intereses y derechos de los demás.

    Público

    ¡Dios salve al capitalismo de los defensores del capitalismo!

    Capitalismo

    Precisamente quería prevenirle contra el pecado del perdón.

    Pecado

    Me pregunta usted: “Exactamente, ¿por qué no cree usted en Dios?” Porque no he encontrado argumento racional que apoye dicha creencia.

    Creencia

    Tan sólo existe una forma de depravación humana: carecer de metas.

    prende a valorarte, lo que significa luchar por tu felicidad.

    Felicidad

    Quien lucha por el futuro ya lo vive en el presente.

    Presente

    Cuando digo “Capitalismo”, quiero decir Capitalismo completo, puro, incontrolado, no regulado, laissez-faire. Con una completa separación del Estado y de la economía del mismo modo y por las mismas razones por las que existe separación entre el Estado y la Iglesia.

    Laissez faire

    No hay nada que pueda quitar la libertad a un hombre salvo otros hombres. Para ser libre, un hombre debe ser libre de sus hermanos.

    Libre

    Es fácil ver cómo donde hay sacrificios, alguien los está recogiendo. Donde hay servicio, alguien está siendo servido. El hombre que te habla de sacrificios está hablando de esclavos y amos, e intenta ser el amo.

    Esclavo

    No puede haber semejante cosa, en las leyes o en la moralidad: Acciones prohibidas a un individuo y permitidas a una muchedumbre.

    Individuo

    Los Derechos Individuales son los medios de subordinación de la sociedad a la ley moral.

    Moral

    El anarquismo, como concepto político, es una ingenua abstracción flotante: Por todas las razones citadas, una sociedad sin un gobierno organizado estaría a los pies del primer criminal que se presentase, que la precipitaría en el caos de las guerras de bandas. Pero la posibilidad de la inmoralidad humana no es la única objeción a la anarquía: Incluso una sociedad en la cual todos sus miembros fuesen completamente racionales e impecablemente morales, no podría funcionar en una situación de anarquía; es la necesidad de leyes objetivas y el arbitrio de desacuerdos honestos entre los hombres el que necesita del establecimiento de un gobierno.

    Anarquía

    Dios… Un ser cuya única definición es que está más allá de de la capacidad de la mente humana para ser comprendido.

    Dios

    Elegiré amigos entre los hombres, pero no esclavos ni amos. Elegiré sólo a los que me plazcan, y a ellos amaré y respetaré, pero no obedeceré ni daré órdenes. Y uniremos nuestras manos cuando queramos, o andaremos solos cuando lo deseemos.

    Amigo

    La fuerza y la mente son opuestas. La moralidad termina donde empieza la pistola.

    Mente

    El capitalismo no meramente “práctico”, sino que es el único sistema moral de la historia.

    Capitalismo

    La ambición de poder es una mala hierba que sólo crece en el solar abandonado de una mente vacía.

    Ambición

    Los hombres sólo pueden tratar entre sí de dos formas: Armas o Lógica. Fuerza o Persuasión. Aquellos que saben que no pueden ganar utilizando la lógica, siempre han acabado por recurrir a las armas.

    Armas

    Toda interferencia gubernamental en la economía consiste en conceder un beneficio no ganado, extraído por la fuerza, a algunos hombres a expensas de otros.

    Economía

    ¿Cuál es el principio básico, el esencial, el crucial, que diferencia libertad de esclavitud? Es el principio de acción voluntaria frente a la coerción física u obligatoriedad.

    Esclavitud

    Felicidad es ese estado de consciencia que procede del logro de los propios valores.

    Felicidad

    Incluso si la contaminación fuese un riesgo para la vida humana, debemos recordar que la vida en la Naturaleza, sin tecnología, es un matadero al por mayor.

    Tecnología

    Piedad por el culpable es traición al inocente.

    Inocente

    No hay diferencia entre comunismo y socialismo, excepto en la manera de conseguir el mismo objetivo final: el comunismo propone esclavizar al hombre mediante la fuerza, el socialismo mediante el voto. Es la misma diferencia que hay entre asesinato y suicidio.

    Comunismo

    Mantener una juventud que no se marchita es alcanzar al final de la vida la visión con la que empezó.

    Juventud

    Un inventor es un hombre que pregunta “¿Por qué?” al Universo y no permite que nada se interponga entre la respuesta y su mente.

    Respuesta

    Conocer los propios deseos, su significado y sus costes, requiere la más alta virtud humana: Racionalidad.

    Virtud

    Es el mercado libre el que hace imposibles los monopolios.

    Monopolio