diciembre, 2005

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Castaneda y Gurdjieff comparados

El clásico de Ouspenski, Fragmentos de una enseñanza desconocida, nos habla de las enseñanzas privadas de Gurdjieff

La abstinencia sexual: Castaneda y Gurdjieff comparados
Por Corey Donovan
Traducción por José González Riquelme

Espero que ninguno de nosotros nos sintamos irritados porque Castaneda tuviera una vida sexual. Me imagino que la mayoría simplemente se maravillará de la capacidad de un varón de setenta y tantos años para llevar a cabo una vida sexual tan tremendamente activa y promiscua como la que ha salido a la luz en los últimos meses. También parece que ha habido mucho humor irónico, por parte de Castaneda, en la manera en que ha manejado sus relaciones sexuales dentro de su círculo íntimo. Por ejemplo, al adoptar a su amante de tanto tiempo, Nury Alexander, como hija unos años antes de su muerte, Castaneda parecía disfrutar escandalizando a los recién llegados a su círculo, con el hecho de que tuviera relaciones sexuales con la persona a la que primero conocieron como “la hija de Castaneda”.

Más “disonancia cognitiva” entra en juego cuando uno recuerda que muchas veces Castaneda insistió en público que él no tenía relaciones sexuales, que no tenía ni tiempo ni energía para desperdiciarlos en el sexo, y, particularmente, su tendencia a criticar a otros “gurús” y maestros por no vivir de acuerdo a sus propias enseñanzas. Uno se acuerda, por ejemplo, de las censuras que frecuentemente hacía de Alan Watts, el cual escribía sobre cómo llevar una vida espiritual, pero por otra parte tenía una vida sexual contraria a esos principios, al menos en la mente de Castaneda.

Una manera de compaginar las manifestaciones públicas de Castaneda sobre la abstinencia y su propia vida sexual podría ser ésta: La continencia puede ser una etapa por la que todos nosotros debemos pasar en algún momento para eliminar nuestro condicionamiento sexual y liberarnos, y poder empezar a usar nuestra sexualidad de tal manera que ayude a generar energía y que produzca ciertas clases de conciencia acrecentada.

Castaneda se refirió a los que no eran unos “cogidas aburridas”, es decir, aquellos cuyas madres tuvieron un orgasmo en el momento en que fueron concebidos y que, como resultado, nacieron con suficiente energía para tener toda la actividad sexual que quisieran. Sin embargo, insistió en que la mayoría de nosotros éramos unos “cogidas aburridas”, y que deberíamos actuar asumiendo que no teníamos energía para desperdiciar en actividades sexuales. Se me ocurre pensar que Castaneda hizo de esto la base de sus “enseñanzas” sobre el sexo, porque no confiaba en que sus seguidores probaran la continencia, a menos que se la convirtiera en un requisito indispensable para “ver energía tan como fluye”. (Supuso, evidentemente, que no nos hubiéramos sentido muy estimulados a probar la continencia de saber lo frecuentemente que él tenía relaciones sexuales.) El problema con esto es que Castaneda creó una de sus muchas reglas universales de brujería, que, en mi opinión, ignora el hecho de que hay una gran diversidad de tipos energéticos entre nosotros.

Esta es una de las muchas áreas en donde creo que Gurdjieff tiene sus enseñanzas más afinadas, al enfatizar que lo que es adecuado para un tipo energético no tiene por qué funcionar con otro tipo, y que antes de cambiar o adoptar cualquier clase de comportamiento, uno debe ante todo tratar de determinar su propia constitución particular.

Gurdjieff habló de la abstinencia sexual en particular cuando contestó a una pregunta sobre si uno debe abstenerse de tener relaciones sexuales para formar el “cuerpo astral” [en contexto, muy similar al concepto del “cuerpo energético” de Castaneda] en el capítulo 12 del libro de Ouspensky Fragmentos de una enseñanza desconocida:

“Aquí no hay uno sino varias preguntas’, dijo G. ‘En primer lugar, la abstinencia sexual es necesaria para la transmutación [o sea, la formación del cuerpo astral] sólo en determinados casos, es decir, para ciertos tipos de personas. Para otros no es necesaria en absoluto. Y para otros más, llega por sí misma cuando comienza la transmutación. Explicaré esto con más claridad. Para algunas personas es necesaria una abstinencia total y prolongada para que comience la transmutación; en otras palabras, esto significa que sin esta abstinencia total y prolongada la transmutación no puede comenzar. Pero una vez que haya empezado, la abstinencia ya no es necesaria. En otros casos, es decir, con otros tipos de personas, la transmutación puede empezar con una vida sexual normal —y hasta es posible que puede empezar antes y seguir mejor su curso con un gran consumo externo de energía sexual. En el tercer caso, el comienzo de la transmutación no requiere abstinencia, pero, una vez que ha empezado, la transmutación absorbe toda la energía sexual y acaba con la vida sexual normal, o con el gasto externo de energía sexual.”

En el mismo capítulo, Gurdjieff también dice:

“El sexo juega un papel tremendo en cuanto a mantener la mecanicidad de la vida. Todo lo que la gente hace está relacionado con el “sexo”: la política, la religión, el arte, el teatro, la música, todo es “sexo”. ¿Creen ustedes que la gente va al teatro o a la iglesia a rezar o a ver una obra nueva? Eso es sólo para cubrir las apariencias. Lo más importante en el teatro o en la iglesia, es que habrá muchas mujeres o muchos hombres. Este es el centro de gravedad de todas las reuniones. ¿Qué crees que hace que la gente vaya a los cafés, a los restaurantes, a todo tipo de las fiestas? Sólo una cosa: el Sexo. Ahí está la principal fuente de energía de toda la mecanicidad. Todo sueño, toda hipnosis deriva de ella.

Cuando el sexo es claramente consciente de sí mismo, cuando no se refugia
detrás de pretextos, ya no se trata de la mecanicidad de la cual hablo. Por
el contrario, el sexo que existe por sí solo y que no depende de otra cosa
ya es un gran logro. Pero ¡el mal estriba en esta mentira perpetua a sí
mismo!”

Según voy siguiendo mi camino, zigzagueando por entre los escritos de Gurdjieff y los de las personas que lo conocieron, encuentro constantemente explicaciones serias como ésta, que me hacen sentir que, en los escritos de Castaneda, o don Juan (si tal persona existió) o el mismo Castaneda puede haber sido un administrador de la “luz de Gurdjieff”.

Castaneda no fue capaz de hablar, hasta cerca del final, de su propia vida sexual en un lugar público (y cuando lo hizo, fue al grupo de los domingos y sólo de una manera evasiva) debido, entre otros factores, a la mojigatería con la que fueron educados los jóvenes de su clase social en la América Latina de los años 20 y 30. Era esta misma inhibición, en mi opinión, lo que le hacía sentirse tan incómodo cuando los hombres iban en pantalón corto, o las mujeres llevaban atuendos “sugerentes”.

A propósito, creo que hay mucha actividad sexual sugerida en los libros de Castaneda y Florinda, aparte de los continuos episodios de exhibicionismo que describen entre los brujos del grupo de don Juan. La energía sexual es la más poderosa energía que tenemos, de manera que si una banda de brujos tan audaces como los que se describen en los libros (o algo parecido) realmente existieron, deben haber trabajado con su sexualidad explorando otros niveles de conciencia y otras realidades energéticas. Que Castaneda no pudiera encontrar otro camino por el que avanzar, aparte de enfatizar la abstinencia sexual al hablar públicamente sobre el sexo, sólo nos muestra sus limitaciones como maestro.

N. del T.: La edición española de este libro clásico de Peter D. Ouspensky contiene la siguiente información:
– Obra traducida de la edición francesa, cuya primera edición fue impresa en 1949, publicada en 1950, y revisada, corregida y reimpresa en 1961 bajo el título: “Fragments d’un Enseignement Inconnu”.
– Las ediciones en inglés han sido publicadas bajo el título: “In Search of the Miraculous-Fragments of an Unknown Teaching”.

Felicidades

Felicidades a todos. Felices Fiestas y Buen Cambio de Año. Paz y Prosperidad. Con todo el Amor del Corazón.
Acordaros de esto: Cuando todos los hombres mueran, la Tierra ya no existirá.
El pájaro de la libertad sólo pasa una vez.

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Los usos de la imaginacion

Los Usos de la Imaginación

Correo curioso sobre el chamanismo

Respecto a pedir permiso a las plantas o el miedo a incorporar su “espiritu” al ingerirlas yo reflexionaría sobre la “necesidad”, dado que no suelo pedir permiso a la planta de las habichuelas cuando como, tampoco creo que haya que pedir perdon al cesped cuando lo piso, pero, lo que si debo es de respetar su magnifico poder, pues son capaces hasta de regular el clima, y sobre todo, no verlas como algo ajeno.
El problema de la descontextualización del hombre moderno es su “artificialidad”. Somos seres que a media que pasa el tiempo somos más sinteticos, con todas las desventajas que ello conlleva, más post-humanos. Y el horror estriba en descubrir que nuestra famosa individualidad es un espejo hueco, un vacio sin limites en el que caemos en la nada, cuando nos privamos del sustrato, de la conexión, con el medio, con la tierra, con las estrellas. (de hecho hay que dormir por la noche, y por la noche estar a oscuras, y por el dia tomar el sol. Y esa norma, que le vale a cualquier Rodoendro, Lilo, u Hortensia de Jardin, por lo que veo, nosotros, en nuestra suficiencia, hemos decidido saltarnosla, cambiando nuestro reloj biologico en la práctica pero no en nuestros “genes”)
Una vez que aceptamos la ley de la necesidad, obraremos como cualquier abeja y beberemos de la flor qué, por impulso bioquimico respectivo, se afilie en ese momento mágico con nuestra composición energetica desde el hecho de la sincronía de lo lo simbiotico (Marta), siendo la interacción manejada por el instinto, cualidad fisica que reconozco, ahora, no poseo, por que me la han robado y en su lugar me han dado una sesión diaria de tres horas del “Gran Hermano”
Pero en fín, como todo no está perdido, sugiero que la gente se cocine su propia comida, explore su cuerpo y el de los demás con las manos, (no con la imaginación que es cosa desagradable sentir en tu sueño una caricia ajena indeseada), utilice la imaginación para llamar a las personas y cuando por la mañana vea a los pajaros quietos se esté uno en su casa.
Los chamanes actuales (articulo enojoso y con enjundia)

¡Cuantas veces se ha afirmado que la función de esos medicos
primitivos (chamanes según la antropología)la cumple nuestros medicos
avanzados (psiquiatras según …)!. Aceptemos dicho criterio, vivamos
en el mundo que nos toca vivir (por favor deje los indigenas
tranquilos y adaptese al mundo moderno).
Pongamos pues el mundo que nos toca vivir (sic transit gloria
mundi).

Entrevista sobre el misticismo

Entrevista sobre misticismo

“El cerebro es la sede de todo lo espiritual”

http://nasdat.com/?p=4241

Estrategias

Tácticas.
Estrategias a tener en cuenta en un enfrentamiento
Asegurarse de dar combate en terreno que se conoce, generalmente es el terreno propio donde se es fortalecido.
Espera a que si no se conoce el plan del enemigo, que este inicie el juego solo en el caso de que no se tenga idea de cuál es el objetivo.
Si se conoce aunque sea en forma general el objetivo del enemigo, iniciar el juego procurando sólo hacerse evidente cuando el enemigo no tenga oportunidad de contraatacar.
Siempre procurar tener tres planes alternativos:
1- Si sales victorioso.
2- Si las fuerzas logran un equilibrio.
3- Si sales derrotado.
Procura lealtad entre tus seguidores por medio de tres acciones:
1- La bondad y la piedad.
2- La nobleza y el ejemplo.
3- La tiranía y el dolor.
Tus Generales deben tener las siguientes virtudes:
1- Lealtad.
2- Honradez.
3- Inteligencia.
4- Compasión.
5- Credibilidad.
6- Capacidad de lo contrario.
En la lucha se debe tener la suficiente “?”como para dar importancia a los pequeños detalles.
Cuida a tus hombres como te cuidarías a tí mismo, pero también impone las penas como tú te las impondrás.
Delega el mando a quien sabes que entiende tus objetivos.
Jamás busques innovar durante el combate si estás ganando.
Antes de un ataque evalúa las pérdidas, pero no desistas, el objetivo debe ser esencial.
Haz alianzas pero jamás entregues el poder, aún si te aseguran el total éxito.
No hay malas o buenas estrategias, solo hay buenos o malos resultados, y buenos o malos ejecutores.
El destino raras veces da dos oportunidades. No juegues con tu suerte.
Vive la vida de tu enemigo, de esa manera sabrás cuales son sus fortalezas y cuales sus debilidades.
No subestimes nada, puedes ser sorprendido. Si sobreestimas solo habrás gastado tiempo.
Si piensas, hazlo en grande cuando batalles, de esa forma aseguras la victoria para ti y tus generaciones.
No descartes ningún rumor pero no te obsesiones con ello.
Si tomas algo, quédatelo todo. De esa manera puedes negociar lo que quieras.
Busca siempre algo que te dé ventaja en la negociación. La humildad, el idealismo son para los débiles de carácter y para aquellos que no están dispuestos a cambiar su lugar aunque éste sea incómodo. En tiempo de lucha destina tus máximos esfuerzos y recursos a salir victorioso.
En tiempos de calma dedícate a construir.
Observa que la naturaleza siempra da ventaja a:
1- El más fuerte.
2- El más sagaz.
3- El más veloz.
4- El más astuto.
5- El más inteligente.

Los 4 mundos del chaman

LOS CUATRO MUNDOS DEL CHAMÁN
VER ES CREER: LOS CUATRO MUNDOS DEL CHAMÁN (Serge Kahili King)

Una de las cosas más confusas que enfrentan los estudiantes del chamanismo es la forma en que los chamanes miran mundo. Confunde a mis alumnos en la actualidad y ciertamente me confundió a mí cuando me iniciaba en esta tradición. En mi época de adolescente, en el campo, a veces mi padre, al igual que los demás agricultores, hablaba de los cultivos y animales que había a nuestro alrededor, y en algunas ocasiones se dirigía a ellos como si los cultivos y los animal fueran seres inteligentes, capaces de comprenderle y responderle. A pesar de que yo también aprendí a hacerlo, tuvo que transcurrir bastante tiempo para llegar a comprender el proceso. En una época determinada, todas las conversaciones con los árboles, flores, insectos, rocas y edificios que tenía lugar a mi alrededor, me impedían concentrarme en mi trabajo. Entonces, de algún modo, aprendí a abrirme y cerrarme aquel tipo de concienciamiento, sin saber cómo lo hacía.
De M’Bala, mi maestro chamán en África, aprendí a fusionarme con los animales de la jungla, después de entrar en un trance profundo. Creía que el estado de trance era el me dio de conseguir el cambio, hasta que me di cuenta de que él lo lograba en un abrir y cerrar de ojos, sin entrar en trance. Evidentemente el trance no era más que un instrumento y no la causa del cambio experiencial.
Mi tío kahuana hawaiiano, Wana Kahili, me enseñó a emprender viajes interiores repletos de asombro y terror, y a discernir augurios en las nubes, hojas y muebles. Sin embargo, también me enseñó a ser muy consciente de mi estado al despertar y a cómo no ver augurios, ya que en ciertos momentos esto puede ser igualmente importante.
Mi padre, M’Bala y Wana Kahili dedicaron muy poco tiempo a explicarme los fenómenos que me enseñaban a experimentar. Eran todos del parecer de que la experiencia es el mejor modo de aprender y de que las explicaciones intelectuales supondrían una traba. Este fue un buen método para salir de mi obstinación mental e introducirme en mi cuerpo, pero el hecho de tener que afrontar las dudas y temores generados por la cultura no chamánica en la que también vivía demoró considerablemente mi aprendizaje. En mis propias vivencias como alumno y como maestro, he descubierto que satisfacer el intelecto suele reducir las barreras analíticas y emocionales que dificultan el aprendizaje, permitiendo una asimilación mucho más rápida de la experiencia. Por ello, he pasado muchos años analizando, sin juzgarlas, mis experiencias personales, así como las de otros chamanes, a fin de adquirir una mayor comprensión de lo que hacemos cuando lo hacemos, para poderlo compartir más fácilmente.
El auténtico punto de partida fueron las enseñanzas de Wana Kahili sobre los cuatro mundos (niveles o clases de experiencia) entre los que todo el mundo fluctúa espontánea y, por regla general, inconscientemente, pero que los chamanes cultivan a conciencia. Se trata del ike papakahi (literalmente: primer nivel de experiencia), el ike papalua (segundo nivel de experiencia), el ike papakolu (tercer nivel de experiencia) y el ike papaha (cuarto nivel de experiencia). En términos generales, me explicó que éstos representaban respectivamente el mundo ordinario, el mundo psíquico, el mundo de los sueños y el mundo existencial. Por razones didácticas he optado por definirlos como mundos objetivo, subjetivo, simbólico y holístico. También me dijo que dichos mundos eran comunes a todas las personas, no sólo a los chamanes, y que la única diferencia consistía en que los chamanes los utilizaban con conocimiento y propósito. También agregó que gran parte de la con fusión en la vida de la gente emana de una mezcla de dichos mundos en la mente y en el habla.
Mi objetivo era el de instruir a mucha gente en poco tiempo sobre la experiencia chamánica, por lo que a pesar de un punto de partida tan favorable, me quedaba mucho por aprender. Lo que figura a continuación es un breve resumen de dicha búsqueda e investigación.
¿Qué hacemos cuando realizamos un trabajo chamánico? Hablamos con la naturaleza y con los espíritus; cambiamos el tiempo y creamos acontecimientos; curamos mentes y cuerpos, y canalizamos extraños seres; volamos fuera del cuerpo, nos trasladamos a otras dimensiones y vemos lo que otros no pueden ver; además, pagamos nuestros impuestos, lavamos el coche y hacemos la compra. ¿Hay algo que sirva de conexión entre actividades tan diversas, o se trata simplemente de una serie de conocimientos independientes?
Existe una pista importantísima en el primero y fundamental principio de Huna, término genérico de la filosofía polinesia de la vida en la que yo me formé. Dicho principio afirma que «el mundo es lo que crees que es». Otra forma más popular de decir lo mismo es: «nosotros creamos nuestra propia realidad». Sin embargo, la mayoría de la gente que lo dice no lo acepta plenamente, porque creen que lo único que eso significa es que todo lo malo que les ocurre es culpa suya. Incluso los que lo aceptan con una comprensión más profunda siguen limitando su significado a la idea de que son responsables de sus sentimientos y de su experiencia, y de que si convierten sus pensamientos negativos en positivos, comenzarán a atraer una experiencia positiva, en lugar de negativa.
Los chamanes, sin embargo, van mucho más lejos. Para nosotros, no sólo significa atraer la experiencia con nuestro pensamiento, sino verdaderamente crear realidades. Con nuestros supuestos, actitudes y expectativas, hacemos que las cosas sean posibles o imposibles, reales o irreales. En otras palabras, cambiando el marco de la mente podemos hacer cosas ordinarias y no ordinarias en la misma dimensión física que compartimos con todos los demás. Repito que esto no es privativo de los chamanes. Lo único distinto es la forma en que aplicamos el principio.
La forma de cambiar la experiencia y poder usar facultades no normales en una realidad determinada consiste en cambiar un conjunto de creencias (o suposiciones, actitudes y expectativas) acerca de dicha realidad, por otro conjunto. Parece muy sencillo y lo es. Lo más difícil -y puede serlo en grado sumo para algunos- es aceptar su simplicidad, porque esto significa cambiar la idea que uno tiene de la realidad.
El modelo que presento a continuación ha sido específicamente diseñado para que los chamanes modernos puedan distinguir clara y conscientemente entre distintos niveles de realidad o conjuntos mentales. Esto no sería necesario en una sociedad más familiarizada con el chamanismo y con una mejor disposición hacia la aceptación del mismo. Se realizarían los mismos cambios, pero de un modo más intuitivo, porque habría menos conjuntos mentales contradictorios con otras filosofías, tanto religiosas como seglares. Imaginemos, por ejemplo, a un antropólogo moderno estudiando una cultura indígena en una isla del Pacífico meridional. Un buen día aparece el chamán del pueblo y les comunica a sus conciudadanos que, mientras estaba en el campo quitando las malas hierbas, la diosa Hina ha descendido por un arco iris y le ha advertido que se acercaba un huracán, antes de convertirse en pájaro y salir volando.
El chamán alterna fácilmente el trabajo del campo con el de hablar con la diosa y sus conciudadanos lo aceptan sin dificultad alguna, porque esperan que el chamán sea capaz de realizar ambas tareas. Sin embargo, es probable que la mente del antropólogo se rija por un conjunto de ideas en las que sólo haya cabida para la alucinación inducida por las drogas, la aberración mental, la farsa, o la dramatización de una percepción ordinaria. La posibilidad de que el chamán se comunique realmente con un espíritu la elude por completo, así como su propia capacidad para hacer otro tanto.
Al hablar a continuación de los distintos mundos, es conveniente tener en cuenta que se pueden penetrar someramente, como quien se moja los dedos de los pies en un estanque, o con la plenitud de quien se zambulle en las profundidades del océano.

Ike papakahi: el mundo objetivo
El mundo del primer nivel es lo que la mayoría de la gente en la sociedad moderna llamaría realidad ordinaria. Tomando como ejemplo un prado en pleno bosque, la mera experiencia sensorial del mismo (los colores de las plantas, la tierra y el firmamento, el olor de las flores, el canto de los pájaros, la sensación de la brisa en la piel, la percepción del movimiento de una gama con sus cervatillos) tendría lugar en un marco objetivo. Desde esta perspectiva también parecería evidente e incuestionable que el prado tiene unas dimensiones determinadas, un número concreto de árboles de ciertas especies, que unos son de madera dura y hoja caduca y otros coníferas, que una cantidad específica de animales de distintos géneros puebla la zona, que alguien es propietario de la misma, etc. Todo esto sería evidentemente cierto, pero sólo a dicho nivel de percepción. Este primer nivel, por evidente que parezca, sólo es perceptible de ese modo gracias a una creencia o supuesto fundamental que sirve de marco de referencia al mundo objetivo: el supuesto de que todo es independiente. Éste es el supuesto que da cabida a la experiencia sensorial directa, la física clásica y las diversas filosofías de causa y efecto.
Suele ser bastante difícil que la gente formada en dicha creencia sea capaz de verla como un simple supuesto. Es evidente que aparenta ser la única verdad posible. Pero ésta es la naturaleza de los supuestos fundamentales. Toda experiencia tiende a ser consecuente con los supuestos acerca de la experiencia. Es como ponerse unas gafas de color rosa y olvidar que se llevan puestas. Si uno jamás recuerda que se las puede quitar, siempre pensará que el color rosa es el único y natural del mundo. La falta de consonancia se manifiesta cuando uno descubre, consciente o inconscientemente, otros supuestos, como por ejemplo cuando se le caen las gafas, o cuando recuerda que algún día se las puso, o cuando sueña con un mundo verde. Entonces uno puede abrirse a la experiencia de otros niveles. El chamán aprende lo antes posible que el mundo objetivo no es más que una forma de ver.
La idea de que todo es independiente es muy útil y poderosa. Ha estimulado los viajes, la exploración, la ciencia, la industria y todos los milagros de la tecnología moderna, incluidos los que han permitido que esta obra se publique. Sin embargo, también ha servido para justificar la esclavitud, el racismo, las guerras, la vivisección, la contaminación y la explotación abusiva de los recursos del planeta. Debemos comprender que el supuesto en sí no es bueno ni malo. Los seres humanos debemos crear otros supuestos relacionados con los sistemas de valores antes de poder introducir el concepto: de bueno o malo, y éstos pueden operar en cualquier otra nivel de la realidad. Por ejemplo, observando objetivamente el mencionado prado, puede considerarse como bueno porque constituye una fuente de nutrición para diversos animales. O puede considerarse como malo porque ocupa un valioso espacio, que sería mejor utilizar para construir casas o alimentar seres humanos. El caso es que el uso o abuso del medio ambiente o de sus habitantes se basa en la idea de que las cosas son independientes, vistas desde un sistema de valores personal.
Dos supuestos secundarios del mundo objetivo son el de que todo tiene un principio y un fin, y el de que todo efecto es producto de una causa. Algún acto u otro constituye la causa del nacimiento o principio de la existencia de las cosas, que un día mueren o dejan de existir. Esto es de vital interés en el pensamiento objetivo y despierta grandes polémicas en cuanto a las causas físicas de las enfermedades y al momento exacto en que un grupo de células se convierte en un ser humano. Se gastan enormes sumas de dinero para determinar las causas sociales y ambientales de la delincuencia, y en la conservación de edificios históricos, porque su desaparición supondría una pérdida cultural. Y la gente sufraga toda clase de cargas emocionales y económicas, a fin de descubrir el trauma específico de su infancia responsable de su desdicha actual, y para prolongar la existencia del cuerpo físico. Todo ello tiene perfecto sentido visto desde el supuesto antes mencionado, pero desde otras perspectivas no tiene sentido alguno.
Algunas personas evalúan el mundo objetivo como nocivo y procuran huir del mismo, menospreciarlo o negarlo. Sin embargo, en el pensamiento chamánico, el mundo objetivo es simplemente otro lugar donde operar, y el proyecto chamánico es hacerlo con eficacia en cualquiera de los mundos. Por consiguiente, en su función esencialmente curativa, el chamán podrá utilizar supuestos del mundo objetivo, a fin de adquirir pericia en métodos de curación como el masaje, la quiropráctica, las hierbas y medicinas, la cirugía y el ejercicio, o la nutrición y la cromoterapia, sin limitarse a los supuestos de dichos métodos.

Ike papalua: el mundo subjetivo
Ahora supongámonos de nuevo en el prado. En esta ocasión somos conscientes de la interdependencia del mundo natural, de las funciones de apoyo mutuo desempeñadas por los elementos de luz y sombra, viento y agua, tierra y piedra, árboles, pájaros, flores e insectos. Más que meros observadores, nos sentimos parte de dicha interdependencia. Puede que sintamos la emoción de la paz, la felicidad, el amor, o el asombro. O puede que seamos conscientes de la estación y acudan a nuestro recuerdo las estaciones pasadas y venideras. Si uno es chamán, o psíquicamente sensible, es probable que pueda realizar un cambio interno más profundo y percibir las auras, o campos de energía, de todo lo presente, así como la interrelación de dichas fuerzas. Puede que logre conversar con las plantas, los animales y las piedras, o con el viento, el sol y el agua, compartiendo sus historias y sus secretos. Según la formación, experiencia y pericia de cada uno, podrá ser incluso consciente de los espíritus de la naturaleza y comunicarse con los mismos, o con la sobrealma o aumakua del propio prado. Sin moverse del lugar, puede que de pronto presencie una escena de hace cien años, de indios acampados después de una buena cacería, fumando sus pipas alrededor de la hoguera y dándole gracias al gran espíritu. Es incluso posible que se sienta como uno de ellos.
Los ejemplos precedentes de experiencias en el mundo subjetivo son posibles gracias al supuesto básico de dicho nivel, que sostiene que todo está interrelacionado, con el apoyo de los supuestos secundarios de que todo forma parte de un ciclo y de una transición, y de que todos los acontecimientos son sincrónicos. En el marco de referencias de este mundo, la telepatía y la clarividencia son hechos naturales, tan incuestionables como la acción de una palanca en el mundo objetivo. La comunicación mental, independientemente de la distancia y con todo cuanto existe, es posible gracias a que el mundo está interrelacionado. Se pueden experimentar emociones gracias a la conexión empática. Las auras son visibles y tangibles porque la energía es el vínculo que las enlaza. Se pueden conocer vidas pasadas y futuras porque la vida es cíclica y el tiempo sincrónico. La muerte, a este nivel, no es más que una transición, parte de un ciclo, mientras que en el mundo objetivo es un fin. Todo acerca de este nivel es cierto, pero, una vez más, sólo desde la perspectiva del mismo.
Ésta es la razón por la que a la gente orientada primordialmente hacia el mundo objetivo le resulta tan difícil aceptar la veracidad de los fenómenos psíquicos y las ciencias subjetivas como la astrología, y a aquéllos orientados primordialmente hacia el mundo subjetivo les es sumamente difícil explicar sus experiencias a sus amigos anclados en la objetividad.
Ninguno de dichos mundos tiene sentido visto desde la perspectiva del otro. Si uno se limita a nacer y a morir, las vidas anteriores son patrañas. Si las estrellas están a tantísimos millones de kilómetros de la tierra, cualquier influencia es absurda. Por otra parte, si todo está interdependientemente conectado, la tala indiscriminada de árboles para construir ciudades es un acto suicida, y si uno ha pertenecido a otra raza en una vida anterior, odiar dicha raza en la actualidad es pura hipocresía. La solución chamánica a dicho dilema se halla en el séptimo principio de Huna: «la eficacia es la medida de la verdad». En lugar de intentar decidir cuál de estos puntos de vista es el correcto, el chamán adopta indistintamente el más eficaz y apropiado a cada objetivo curativo.
Los métodos curativos chamánicos a este nivel utilizan la sugestión telepática y las formas mentales, la acupuntura o la acupresión, así como el equilibrio, transferencia y movimiento de energía, ya sea manual o con la ayuda de instrumentos tales como cristales, y formas y pautas especiales de energía.

Ike papakolu: el mundo simbólico
Nos encontramos una vez más en el prado, sólo que en esta ocasión dejamos volar la imaginación y en su claridad vemos nuestra propia loa al amor y a la vida, los árboles se convierten en representaciones de nuestra fuerza interna y máximas aspiraciones, los pájaros cantan promesas de alegría y los rayos del sol son la caricia de Dios en nuestro rostro. Uno se siente impregnado por la belleza del lugar y tan conmovido que, según la inclinación de cada uno, escribe inmediatamente un poema o pinta un cuadro para capturar aquella sensación. Ahora nos habremos trasladado a un conjunto mental dotado de su propio supuesto básico: todo es simbólico. Con una formación chamánica uno puede ir más allá y procurar discernir augurios orientadores en la formación de las nubes, de las hojas o de los pájaros en vuelo. O llevar a cabo un ritual que consagre el prado, convirtiéndolo en el mejor lugar de curación para futuros visitantes. Una progresión de ideas típicamente chamánica a este nivel es la de que, si todo es simbólico y los sueños son símbolos, esta realidad es también un sueño.
Así pues, un aspecto de la pericia chamánica consiste en saber penetrar en los sueños y transformarlos.
Puede que a estas alturas alguien se pregunte ¿de qué es todo simbólico? y ¿a quién pertenece el sueño? En este nivel sería correcto afirmar que todo es simbólico de todo lo demás, pero esencialmente de quien lo percibe, y que el sueño es el sueño de todo cuanto existe, pero especialmente del sujeto. O, alternativamente, podríamos afirmar que en el nivel simbólico la totalidad de la experiencia personal del sujeto es un reflejo de sí mismo, incluida toda la gente y objetos que le rodean. Cambiar la experiencia de este nivel, supone que uno puede cambiar los símbolos, la interpretación de los mismos o cambiarse a sí mismo, para que así cambie el reflejo.
Los supuestos secundarios son los de que todo forma parte de un orden y existe en relación a otra cosa, y que todo significa lo que uno decide que signifique. Muchos investigadores científicos y teóricos matemáticos se aferran a este nivel, intentando descubrir pautas y relaciones significativas en la estructura aparente del universo, e ignorando con frecuencia el efecto que sobre su investigación provocan sus propias decisiones en cuanto a lo que es significativo, así como ignorando toda aplicación objetiva de su investigación. Para los chamanes, u otras personas simbólicamente sensibles, es útil darse cuenta de que las creencias se reflejan en el cuerpo y en las experiencias de la vida, y percibir la facilidad con que cambian las condiciones y las relaciones, cuando también cambian los conjuntos de creencias.
Los métodos de curación chamánicos -en este nivel- incluyen todos aquellos principios basados en la fe, las terapias verbales y de visualización (incluido el hipnotismo), las afirmaciones de programación neurolingüística, la orientación de imágenes, los placebos, los sueños, y el uso de amuletos y talismanes.

Ike papaba: el mundo holístico
En esta ocasión uno no está en el prado, sino que es el prado. Siente como la clorofila de las hojas convierte la luz en energía utilizable, al tiempo que sus propias raíces absorben elementos nutritivos de la tierra y ofrece encantado su néctar a la abeja que recoge el polen para compartirlo con otras flores. Como la abeja, disfruta libando el néctar y, sin pensarlo, sabe que parte del polen será compartido con otras abejas y que una buena cantidad será transportado a las extensiones de sí mismo en la colmena. Siente un cosquilleo en la garganta al emitir su canto de apareamiento y mueve las plumas de la cola para conservar el equilibrio sobre la rama de un pino al borde del prado, y como pino sabe que está al margen del prado, pero forma parte de lo que hace que el lugar sea lo que es.
Esto no es más que una pequeñísima muestra de la experiencia a nivel holístico. En este caso el supuesto básico es que todo es uno. En términos prácticos, es el sentido de identidad de uno con uno mismo. La experiencia más profunda acostumbra a llamarlo «conciencia cósmica», lo que supone un intento sumamente lamentable de describir una sensación de unicidad con el universo, esencialmente indefinible porque las palabras y el lenguaje son simplemente incapaces de contener dicha experiencia. Su rasgo más común y superficial consiste en la sensación de saber que uno existe. Descartes utilizó un enfoque simbólico muy de tercer nivel, para justificar dicha sensación de ser, cuando dijo: «Pienso, luego existo». El enfoque objetivo podría ser «siento, luego existo». Sin embargo, en el cuarto nivel holístico es probable que no logremos mejorar la definición de Popeye, que dijo: «Soy lo que soy y eso es todo lo que soy».
En el mundo holístico no existe sensación alguna de distinción entre uno mismo y lo que sea con lo que uno se identifique como sí mismo. En la medida que uno es consciente de dicha identificación, uno opera en el reino holístico, y en la medida que uno sea consciente de «lo demás» estará operando en otros reinos. Habremos podido comprobar que, en nuestra progresión de un mundo a otro, la sensación de separación -atributo bastante primordial y característico del mundo objetivo- decrece en el mundo subjetivo (una mayor sensación de conexión indica menor separación) y es todavía menor en el mundo simbólico (a pesar de que el nivel del reflejo todavía denota que se refleja algo ajeno). Una persona también puede ser holísticamente consciente de lo que se considera como «sí mismo», al mismo tiempo que lo es no holísticamente de lo que aparece como «no sí mismo». Así pues, el miembro de una tribu en África occidental puede identificarse holísticamente con su propia tribu (es decir, puede no tener un sentido de identidad personal, aparte de como componente de su tribu) y una visión completamente objetiva, separatista y hostil de otra tribu.
A pesar de que la identificación holística es algo natural en la experiencia humana (mucha gente extiende normalmente su sentido de identidad a sus posesiones personales, a la familia, a la ciudad o a su país), se precisa una destreza considerable para poder penetrar y operar conscientemente en dicho mundo. Los actores y las actrices, cuya profesión emana de una antiquísima tradición chamánica, son los mejores practicantes conocidos de dicho arte en la actualidad. En la antigüedad, y hasta cierto punto hoy en día, los chamanes eran y son capaces de adoptar la identidad de animales, espíritus de la naturaleza y de ciertos arquetipos que aparecen bajo capa de dioses y diosas. En dicho estado de identificación, adquieren las cualidades y los poderes de los entes en cuestión. Al igual que un buen actor, normalmente tímido, puede interpretar convincentemente el papel de un héroe seguro de sí mismo con una mentalización adecuada, el chamán logra tener la fuerza de un oso o la sabiduría de un dios gracias a la contemplación y a una interpretación tan perfecta del papel, que el papel le interpreta a él. Esto se desprende del supuesto secundario de este nivel, que sostiene que el saber engendra el ser.
«Realiza la obra y gozarás del poder», ha dicho Emerson. A este nivel, existen esencialmente dos modos de curación chamánicos. En primer lugar, existe la «canalización», por medio de la cual se adopta, en mayor o menor grado, la identidad de alguien con mayores poderes de curación, o uno se identifica con un poder curativo superior, para actuar sobre alguien con fines curativos. En segundo lugar, existe un proceso que yo denomino «grokking and guiding», por el que uno se identifica con la persona que debe ser curada, o se convierte en la misma, y entonces se cura a sí mismo. Ni que decir tiene que, para practicar con éxito este segundo método, hay que estar muy seguro de sí mismo. De lo contrario, uno puede sentirse tan perturbado por el estado del otro que se vea obligado a abandonar el nivel holístico sin poder operar con eficacia en el mismo, o bien olvida su auténtica identidad, adquiriendo los síntomas del otro sin llegar a ser capaz de curarse. Puede que las personas que sean fuertemente empáticas experimenten esto con frecuencia. Muchos terapeutas, por ejemplo, se identifican hasta tal punto con los problemas de sus pacientes o clientes que pasan a padecer las dolencias que intentan ayudar a curar. Por consiguiente, cuando les enseño a mis alumnos a curar en el nivel holístico, les recomiendo que limiten todo proceso de identificación a un máximo de un noventa y nueve por ciento, de modo que el «uno por ciento de chamán» siempre pueda volver a la identidad de partida.

Desplazándose entre mundos
Cambiar de conjunto mental o desplazarse entre los diversos mundos plenamente consciente es un proceso sutil y delicado. Una aproximación a lo que entonces ocurre lo constituye la experiencia de observar esta página escrita. Uno puede leer las palabras y absorber la información, a continuación verificar los posibles errores tipográficos y ortográficos, luego fijarse en el cuerpo y estilo de impresión y en la calidad del papel, y por fin ser consciente de que esta página forma parte de un libro, en un lugar y un momento determinados. Lo único que habrá cambiado habrá sido la percepción, modificada a voluntad para variar la experiencia. En el desplazamiento entre los distintos mundos chamánicos el proceso es muy parecido. Lo único necesario para cambiar lo que uno se propone consiste en modificar los supuestos relacionados con dicho objetivo.
El mayor obstáculo, tanto para esto como para otras prácticas chamánicas, es la intromisión de análisis críticos procedentes de otros niveles. Es muy difícil practicar la telepatía, por ejemplo, si uno no deja de decirse a sí mismo que el tema psíquico es una tontería. Asimismo, la visualización no servirá de gran cosa si uno persiste en preguntarse: «¿me lo estoy inventando?». De igual modo, es muy difícil ganarse honradamente la vida si uno se identifica a sí mismo como ser espiritual, e identifica el dinero como algo no espiritual. Para lograr desplazarse con facilidad y eficacia entre estos mundos es necesario poder practicar el abandono de los supuestos de cada mundo en particular, así como el análisis crítico que se desprende de los mismos, antes de entrar en el próximo. Con (muchísima) práctica, esto llega a convertirse en algo automático. Lo que sí ayuda enormemente es quererse a sí mismo sin