No sé porqué, me acordé de un fragmento de TS Eliot que dice Hay épocas en que uno siente que se ha caído a pedazos y a la vez se ve a sí mismo en mitad de la carretera estudiando las piezas sueltas, preguntándose si será capaz de montarlas otra vez y qué especie de artefacto saldrá.
Creo que bueno tener esa curiosidad por saber que saldrá, después del desastre... es sano porque significa que por mucho que nos duela una situación y nos demos un tiempo para vivir ese dolor, también sabemos que no nos va a hundir, que algo en nosotros no nos permitirá hundirnos.
Aunque no sé mucho de tu situación personal, si sé que hay cosas que ya sabemos y no hace falta que nos digan, sólo que llegue el momento justo en que las podamos aceptar con todas sus consecuencias. Mientras tanto una parte de nosotros hace las cosas de siempre , como si no pasara nada; y otra está preparando discretamente un plan B, por el bien de nuestra supervivencia y las cosas que importan.
Supongo que el amor tiene muchos modos de expresarse; hay diferentes tipos, y todos son válidos. Para algunas personas una relación significa dejarse invadir el pensamiento y nuestra vida individual por una parte del otro, lo que implica en ocasiones renunciar a algunas cosas por consideración a éste. Pero a lo básico de uno no se puede renunciar, y tampoco se puede exigir a nadie que lo haga por nosotros. (En realidad no podemos exigir nada a nadie, y aunque tuvieramos toda la razón del mundo, no tienen porqué hacernos caso).
Sé lo que duele haber iniciado un proyecto vital, y ver cómo se hunde a medio camino. Es un asco porque has puesto en ello todas tus esperanzas, tus energías, años de trabajo... y parece que todos los esfuerzos no han servido de nada, y cuanto más te esfuerzas, menos parece servir. Te sientes engañada, o autoengañada -que es peor-, como si te hubieran hecho una promesa y tu hubieras confiado, pero no se cumpliera.
A ratos piensas que si hubieras tomado otras decisiones tu vida hubiera ido por un mejor rumbo, que fuiste idiota... Otras veces te ves tan identificada con la idea mental que tenías de lo que iba a ser el futuro, que te mortificas pensando que más podrías hacer para arreglar la situación, desgantándote, negándote, rayando la desesperación; simplemente porque se hace demasiado difícil imaginar en que puedas vivir de otro modo del que tenías pensado, ese proyecto que parecía definitivo, perfecto, redondo... y aunque siendo sinceros con uno mismo vemos que la realidad no corresponde a esa imagen ideal, uno se empeña en distorsionarla, hasta que ya no hay modo de emborronar esa visión. Pero todo, lo bueno y lo malo, lo interno y lo externo, lo real y lo ficticio que te ha traído hasta dónde estás es pasado; ahora te toca vivir este presente.
A veces las cosas se solucionan, no hay porqué negarlo. A veces, superar una crisis de pareja significa que ambos se redescubran y conseguir un futuro mejor para los dos, entonces tiene sentido sacrificar algo de nosotros, algo que no es esencial, a lo que estamos apegados, por el bien de una relación... eso es aceptar las espinas, otra cosa diferente es autocastigarse.
Es importante poder distinguir cuándo una situación realmente se arregla o supera y cuando sólo estamos haciendo o contemplando un teatrillo, un apaño para "aguantar" un rato más, y prolongar la agonía, la autoculpa, el culpar al otro, el malestar, el desgaste y el sin sentido... a veces las personas prolongan tanto esto que agotan todas sus fuerzas, se consumen y se rinden y acaban autodestruyéndose.
Tampoco es necesario que se pase del amor al odio, o a la indeferencia; hay personas que se quieren mucho, pero por respeto a sí mismas no pueden tener una relación de pareja porque aunque en algún punto o parte del trayecto sus caminos se han encontrado o discurrido paralelos, a la larga tienen que separarse, o no pueden compartir ciertas cosas a las que tampoco pueden renunciar sin negarse a sí mismos. Nadie debería querer como pareja a alguien al que se le está negando la posibilidad de ser una persona completa.
No puedo decir mucho más, esto es lo que he visto y en parte he vivido... tu pareja es una persona individual, tus hijos -si los tienes-, tengan la edad que tengan, son personas (o personitas) individuales también. Todos merecen un respeto por lo que son, y el respeto se inicia en esa sinceridad respecto a la realidad de la situación que están viviendo.
Nadie la va a conocer mejor que tu. Supongo que llevas tiempo con esta historia, de modo que una parte de ti ha acumulado toda la información necesaria al respecto para saber que es lo que debes hacer con todo lo que llevas encima. Cuando puedas aceptarlo, simplemente hazlo, no hay quien te pueda juzgar; lo que sea, estará bien, puedes confiar en ello, y puedes confiar en tí mientras te mantengas íntegra.
Hay personas que pueden dejarse morir, y hay otras que por más que intentaran matarse, en el último momento, algo en ellas se lo impediría, y aunque la escena no quede tan romántica, conservan una vida a la que ya cuando sea le darán un sentido si en el momento no se lo ven. Hay capitanes que por dramatismo, orgullo, u otros motivos prefieren hundirse con su barco, y otros que tienen la lucidez suficiente para corregir el rumbo o reparar la avería, cuando se puede, o sacar a tiempo los botes salvavidas, cuando lo anterior no es posible.
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)