Haz lo que debes hacer
Inicio | Buscar | Quienes Somos | Reglas | Reuniones | Contacto | Aviso Privacidad | Usuarios
Editorial | La Realidad | Las AC | Sobre Proceso | Cambios al 2025


Moro, el perro que olía la muerte
#1

http://miszarrias.wordpress.com/2009/07/16...olia-la-muerte/

A veces los animales demuestran comportamientos sorprendentes e insólitos, a causa de un sentido o una sensibilidad que (quizá) nosotros perdimos en algún momento de nuestra evolución. Baste recordar aquel terrible maremoto que devastó Indonesia en 2004; los lugareños contaron cómo, horas antes de la llegada del tsunami, algunos animales llenos de excitación habían emprendido la huida hacia las partes altas de la isla, escapando de la costa adonde se avecinaba una muerte segura.

La historia que viene a continuación, ocurrió en el pueblo cordobés de Fernán Núñez, a finales de los setenta.

Los vecinos del pueblo no se ponen de acuerdo en recordar cómo apareció en sus calles aquel perro, negro como una mortaja. Hay quien dice que fue abandonado por un camionero en la estación de servicio; otros cuentan que fue encontrado junto al cadáver de un mendigo, al que llevaba velando varios días. En realidad nada extraño, pues nadie sabe nunca de dónde salen los perros vagabundos.

Sea como fuere, este perro pronto se hizo conocido en la villa por un don suyo un tanto siniestro: era capaz de “oler”, de predecir, la muerte de las personas. Así pudieron comprobarlo los habitantes de Fernán Núñez en numerosas ocasiones.

La secuencia era siempre la misma: cuando un vecino del pueblo estaba para irse al otro barrio, el perro invariablemente se dirigía hacia la casa del moribundo y aguardaba recostado en la puerta. Jamás se equivocaba de número. Más tarde, se incorporaba al cortejo fúnebre acompañando a los deudos del difunto hasta el cementerio, donde acababa todo.

Hay que decir que nunca asistía a otros actos sociales, como bodas, bautizos o comuniones. Solo acudía a los funerales, como si percibiese la atmósfera lúgubre que rodeaba el lecho de muerte. Por todo ello pronto fue conocido en el pueblo como «el perro de los entierros».

La familia recibía su visita como si ya viesen llegar la sombra afilada de la guadaña. Pese a todo Moro, apostado en el portal de la casa, parecía querer mostrarles sus condolencias y arroparles en tan doloroso trance. Pero el miedo podía más y casi siempre acababan echándolo con malos modos.

Años más tarde, el ayuntamiento mandó erigir en su memoria una escultura —a cargo del artista local Juan Polo— en el parque del Llano de la Fuente, la cual vemos bajo estas líneas [ En el post original, se entiende].

Por desgracia, a pesar de contar con el aprecio de muchos, este animal no tuvo un buen final y fue víctima de unos vándalos que lo apalearon hasta acabar con su vida. Quién sabe si aquellos cafres no tendrían tal pánico a la muerte, que decidieran desquitarse matando a su mensajero.

El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)
Responder


Mensajes en este tema
Moro, el perro que olía la muerte - por Vaelia - 08-16-2009, 11:54 PM
Moro, el perro que olía la muerte - por matu - 08-17-2009, 01:57 AM
Moro, el perro que olía la muerte - por yusuf - 08-17-2009, 03:34 AM
Moro, el perro que olía la muerte - por admin - 08-17-2009, 06:52 AM
Moro, el perro que olía la muerte - por Dark Crow - 08-17-2009, 08:10 PM
Moro, el perro que olía la muerte - por Dark Crow - 08-17-2009, 10:06 PM

Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 1 invitado(s)