08-18-2007, 10:46 AM
La metáfora del caminante en Nietzsche.
De Ulises al lector nómade de las múltiples máscaras.
Artículo en Ideas y Valores, Universidad Nacional de Bogotá, Colombia, Número 114, diciembre de 2000, pp. 51-64
http://www.nietzscheana.com.ar/nietzsche_viajero.htm
El caminante nietzscheano
(...) En primer lugar, habría que señalar que la figura del caminante está estrechamente unida a la del espíritu libre. Tal vez la mejor caracterización del espíritu libre se halle en el "Prólogo" de 1886 a Humano, demasiado humano. Allí Nietzsche señala que, para curarse de su enfermedad, necesitó inventar a los espíritus libres como amigos "temporarios". Éstos se caracterizan por el acontecimiento que ha decidido sus existencias: un gran desasimiento (Loslösung). De espíritus atados, de respetuosos de lo antiguo y de la patria de los padres, se han transformado en hombres signados por la "voluntad de irse a toda costa", por la necesidad de abandonar "la casa", por un afán de exilio, extrañamiento, desintoxicación. Para irse de la casa de los padres y de las tradiciones es necesario transitar el desierto y la soledad, pero éste es el camino a la gran salud, a la multiplicidad de perspectivas y modos de pensar(...)
(...) La continuación de Humano, demasiado humano II[xxii] se titula, precisamente, El caminante y sus sombra (Der Wanderer und seine Schatten). La primera parte de la obra finaliza con un texto titulado ?El caminante?. Allí se señala que el hombre que ha alcanzado la libertad de la razón "no puede sentirse sobre la tierra más que como caminante, aunque no como viajero hacia una meta final (wenn auch nicht als Reisender nach einem lezten Ziele): pues no la hay".[xxiii] El caminante ya no es entonces, viajero: mientras que el viajero va hacia alguna parte, el caminante no tiene meta. Por ello hallará placer en el cambio, en lo transitorio, pero también por ello encontrará noches tremendas, en las que sentirá el cansancio de tanto caminar, y mañanas serenas y claras, en la que todo lo bueno se le acercará y ofrecerá a su paso (...)
(...) Los amigos, en la obra de Nietzsche, son aquellos con los que se mantiene una relación de proximidad-distancia que hace patente de qué manera se "cruzan" las fuerzas "propias" con las de los "otros". El caminante y su sombra señala, en los diálogos entre ambos personajes, del inicio y del fin de la obra, esa relación con lo otro de sí presente en uno. La sombra acompaña al caminante, es la presencia de la alteridad y del doble en uno, un otro aspecto de uno mismo que está indicando la multiplicidad del sujeto, y la presencia de la otredad en la mismidad.
En esta multiplicidad del sujeto[xxvi], en esta transformación que es el viaje mismo, se adoptan diversas máscaras.
Mónica B. Cragnolini
De Ulises al lector nómade de las múltiples máscaras.
Artículo en Ideas y Valores, Universidad Nacional de Bogotá, Colombia, Número 114, diciembre de 2000, pp. 51-64
http://www.nietzscheana.com.ar/nietzsche_viajero.htm
El caminante nietzscheano
(...) En primer lugar, habría que señalar que la figura del caminante está estrechamente unida a la del espíritu libre. Tal vez la mejor caracterización del espíritu libre se halle en el "Prólogo" de 1886 a Humano, demasiado humano. Allí Nietzsche señala que, para curarse de su enfermedad, necesitó inventar a los espíritus libres como amigos "temporarios". Éstos se caracterizan por el acontecimiento que ha decidido sus existencias: un gran desasimiento (Loslösung). De espíritus atados, de respetuosos de lo antiguo y de la patria de los padres, se han transformado en hombres signados por la "voluntad de irse a toda costa", por la necesidad de abandonar "la casa", por un afán de exilio, extrañamiento, desintoxicación. Para irse de la casa de los padres y de las tradiciones es necesario transitar el desierto y la soledad, pero éste es el camino a la gran salud, a la multiplicidad de perspectivas y modos de pensar(...)
(...) La continuación de Humano, demasiado humano II[xxii] se titula, precisamente, El caminante y sus sombra (Der Wanderer und seine Schatten). La primera parte de la obra finaliza con un texto titulado ?El caminante?. Allí se señala que el hombre que ha alcanzado la libertad de la razón "no puede sentirse sobre la tierra más que como caminante, aunque no como viajero hacia una meta final (wenn auch nicht als Reisender nach einem lezten Ziele): pues no la hay".[xxiii] El caminante ya no es entonces, viajero: mientras que el viajero va hacia alguna parte, el caminante no tiene meta. Por ello hallará placer en el cambio, en lo transitorio, pero también por ello encontrará noches tremendas, en las que sentirá el cansancio de tanto caminar, y mañanas serenas y claras, en la que todo lo bueno se le acercará y ofrecerá a su paso (...)
(...) Los amigos, en la obra de Nietzsche, son aquellos con los que se mantiene una relación de proximidad-distancia que hace patente de qué manera se "cruzan" las fuerzas "propias" con las de los "otros". El caminante y su sombra señala, en los diálogos entre ambos personajes, del inicio y del fin de la obra, esa relación con lo otro de sí presente en uno. La sombra acompaña al caminante, es la presencia de la alteridad y del doble en uno, un otro aspecto de uno mismo que está indicando la multiplicidad del sujeto, y la presencia de la otredad en la mismidad.
En esta multiplicidad del sujeto[xxvi], en esta transformación que es el viaje mismo, se adoptan diversas máscaras.
Mónica B. Cragnolini
"Ni los muertos estarán seguros si el enemigo gana"<br /><br />W. Benjamin

