08-02-2007, 10:57 PM
La distribución de los grupos móviles no fue ortodoxa. No podíamos mezclar o combinar tribus distintas, a causa de sus diferencias: tampoco era posible que una tribu entrara en el territorio de otra. En compensación, buscamos la dispersión máxima de las fuerzas. Añadimos la ubicuidad a la rapidez usando un distrito el lunes, otro el martes, un tercero el miércoles, y esto reforzó nuestras dotes naturales de movilidad. Más tarde, nuestros mandos recibieron hombres frescos de cada nueva tribu, conservando así su energía inicial. En realidad, nuestro equilibrio se basaba en el máximo desorden. (Los siete pilares de la sabiduría, cap. LIX.)
Según Gilles Deleuze y Felix Guattari, esta tipología guerrera está conectada intrínsecamente a la naturaleza nómada y antiestatal de las poblaciones que practican la guerra irregular, y no al territorio en el que ésta se practica. Los nómadas comparten una concepción lisa del espacio, es decir, que conceben el espacio como un vacío atravesable y extendible, ya sea estepa, desierto o mar.
Deleuze y Guattari reconocen a Lawrence el haberse inspirado en la guerra marítima utilizando el desierto como un océano. En otras palabras, la disponibilidad de un espacio vacío sin límites en el que moverse a placer para atacar las fronteras estatales, los puestos avanzados, las guarniciones del imperio. Tan sólo un pueblo nómada, que lleva consigo todo lo que necesita, y comparte esta idea del espacio, puede practicar este tipo de guerra. Lawrence lo explica claramente en muchos pasajes y sostiene que era precisamente la autosuficiencia del combatiente árabe a la hora del abastecimiento lo que le otorgaba ventaja sobre el ejército regular enemigo, que, en cambio, al estar estructurado como un árbol, necesitaba largas y vulnerables cadenas de aprovisionamiento, de las raíces a las ramas más finas. Mientras el ejército árabe era el espejo de la sociedad nómada, en constante devenir, el turco reflejaba el estatismo y la complejidad del estado, del imperio, con sus infinitas ramificaciones burocráticas, jerárquicas y despersonalizadas.
En el espacio liso del desierto, como en el del mar, el nómada es el mejor soldado.
El guerrillero, por lo tanto, es esencialmente nómada y no concibe la guerra como conquista y mantenimiento del territorio, por lo que no aspira a cerrar el espacio en las fronteras de lo "propio", sino a abrirlo y hacerlo atravesable. El hecho es que allí donde el soldado regular ve sólo desierto, el guerrillero ve una red articulada de pistas y líneas por las que desplazarse: un espacio a poblar, que coincide con su mundo y al mismo tiempo lo supera.
[...] hemos visto que la máquina de guerra es la invención nómada, porque es en su esencia el elemento constitutivo del espacio liso, de la ocupación de este espacio, del desplazamiento por este espacio y de la composición correspondiente de los hombres: éste es el único verdadero objeto positivo (nomos). Hacer crecer el desierto, la estepa, todo lo contrario que despoblarla. (Mil mesetas, cap. 12, "Tratado de nomadología", 1980.)
La guerra contra los estados es sólo una consecuencia de la naturaleza nómada, no de una voluntad destructora o dominadora. Lawrence afirma que los árabes, por mucho que los despreciaran, nunca habrían alzado un dedo contra los turcos si estos les hubiesen dejado ser libres de decidir su propio destino.
La actitud del guerrillero no es negativa: es el máximo de la positividad.
Junto a los ríos de Babilonia*
Apuntes sobre la teoría de la guerrilla de T.E. Lawrence
Wu Ming 4
http://paginaweb.de/lcortazar/lawrence0.txt
"Ni los muertos estarán seguros si el enemigo gana"<br /><br />W. Benjamin

