EL NUEVO BATMAN

EL NUEVO BATMAN
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En el principio fueron las pulp magazines, y la historia de Batman no es ajena, ni por orígenes ni por actualidad, a ese medio privilegiado de la era de la «industria cultural». El ensayo que les ofrecemos a continuación explora la historia de las revistas económicas, su relación con otros medios de comunicación y el surgimiento del «héroe pulp», una tradición que Christopher Nolan homenajea desde su última película.

Cerca de 100 años atrás -poco más, poco menos- la mayoría de las expresiones de entretenimiento estaban exclusivamente en papel, no existían la radio ni la televisión, el cine ensayaba sus primeros pasos y en países desarrollados como Inglaterra, Francia y Estados Unidos, florecía un mercado editorial de revistas populares que mezclaban artículos, reportajes y ficción. En los Estados Unidos, un personaje llamado Frank A. Munsey creó en 1896 la revista The Argosy, que ofrecía únicamente ficción, creando una nueva tendencia. En las primeras décadas del siglo XX, los kioscos, farmacias, pequeños locales y librerías estaban repletas de decenas, cientos, de revistas que frecuentemente representaban un género por título. La mayoría de los géneros populares que conocemos hoy en día -las historias de detectives, la ciencia-ficción, la fantasía, el terror, las historias de amor o del lejano oeste- se cimentarían en las páginas de esas publicaciones del mismo modo que muchos otros géneros que desaparecerían o serían absorbidos dentro del mainstream de la literatura, como las aventuras aéreas o las de deportes.

Las revistas se imprimían en papel fabricado de pulpa vegetal, más barato y con esa apariencia áspera que en Brasil y Argentina se denomina papel prensa. Eran las denominadas pulp magazines.

En oposición a este tipo de publicaciones estaban las slick magazines, con un papel cubierto con una capa de material brillante, que les daba una apariencia lisa («slick»en inglés), similar al papel que se conoce como couchê(o ilustración en la Argentina). Las slick magazines, que existen en la actualidad en la forma de las tradicionales The Athlantic Monthly, Esquire, GQy The New Yorker, publicaban -y publican- ficción mezclada con reportajes y otros materiales de no-ficción, tenían una gran circulación y sobrevivían mayormente gracias a la publicidad. Las pulp magazines no tenían esa facilidad y por eso buscaban un público masivo, apostando a las historias aventurescas y sensacionalistas. De ahí que pulp se haya transformado en un adjetivo aplicable a cierto tipo de historias, a cierto tipo de personajes y a un cierto abordaje popular de la ficción.

Un elemento fundamental de eso que podríamos llamar estética pulp es el héroe pulp que, en las décadas de 1920 y 1930 era ya una especie de presencia multimedia, porque comúnmente migraba de las amarillentas páginas de las revistas a las tiras cómicas de las páginas dominicales sindicalizadas de los grandes periódicos, o a la radio en forma de radioteatros.

De esta manera, Buck Rogers, creación de Philip Francis Nowlan para la historieta, se basó en su novela de ciencia-ficción homónima, seriada en las páginas de Amazing Stories entre 1928 y 1929. Flash Gordon, de Alex Raymond, debe mucho de su estética y sus líneas narrativas a la serie Barsoon, aventuras marcianas escritas por Edgar Rice Burroughs, el creador de Tarzán, otro héroe pulp que pasó después a las historietas y más tarde al cine. Hasta el propio Superman estuvo basado en la historia de Philip Wylie, «Gladiator», de 1930.

Otra estirpe distinta de héroes pulp está representada por Doc Savage, que tuvo su propia revista en 1933, pero que apareció en varios programas de radio y en películas. Súper hombre en fuerza física e intelecto, Savage divide su tiempo entre «La fortaleza de la soledad», ubicada en una helada isla del Ártico (concepto utilizado más tarde por los artistas que desarrollarían Superman en historieta), y un almacén en Nueva York, desde donde lanza sus ataques contra el crimen organizado. Doc Savage es un millonario que tiene acceso a una fortuna en oro, guardada por los descendientes de los mayas en algún lugar de América Central.

Un héroe de perfil similar y origen anterior es La Sombra, creación de Walter Gibson también presentada en las pulp magazines, en radioteatros, series y películas cienamtográficas, incluyendo un film relativamente reciente (1994), con Alec Baldwin en el papel del héroe.

La Sombra es la identidad secreta del millonario Lamont Cranston (en las revistas, un disfraz del aviador Kent Allard), que fue entrenado en artes mentales en el exótico Oriente y es capaz de disimular su apariencia real, surgiendo delante de los bandidos como un sombrío y alto pistolero con sendas automáticas 45 de caño largo. Él también combate al crimen, que tiene la forma de una horda de supervillanos.

Hasta en el mismo Brasil tuvimos nuestro pulp hero, Dick Peter, creación del escritor paulista Jerônymo Monteiro (1908-1970) para la radio de los años ’30, y más tarde adaptado por él mismo en historias que aparecieron en varias ediciones populares de libros.

A esta altura queda claro que nuestro personaje historietístico Batman, creado en 1939 por Bob Kane y Bill Finger, es un legítimo héroe pulp, heredero de esa tradición de millonarios que combaten al crimen como La Sombra y Doc Savage. Tanto que, en sus inicios, el héroe portaba una pistola y combatía al crimen en base a una violencia irrestricta. Era publicado en la revista Detective Comics, publicación que daría su nombre a la famosa DC Comics, que todavía edita las historietas de Batman.

Lo interesante de la nueva tentativa de retratar al héroe en el cine radica en el hecho de que la película Batman inicia, de Christopher Nolan, realiza el esfuerzo más fiel hasta el momento para mostrar a Batman como un héroe pulp. Anteriormente, Batman fue una mera caricatura, tanto en la serie televisiva y en el film creado a partir de ella, como en las películas de Tim Burton y sus secuelas, con su exceso de estilo y carencia de peripecia y tensión dramática.

La relación con el linaje de los héroes pulp que llevó a la creación de Batman es bastante clara en la cinta, con el pasaje del joven Bruce Wayne (Christian Bale) por las montañas del Himalaya, donde obtendrá la disciplina mental que estará en la base de su concepción del superhéroe, a través del contacto con una organización secreta e inmemorial de guerreros y asesinos que, liderados por Ra’s Al Ghul, el primer supervillano con el que Batman deberá enfrentarse para salvar a la decadente Ciudad Gótica. El parecido del recorrido inicial de Btaman con el de La Sombra llevó al crítico Rick Norwood a señalar que ese comienzo es casi idéntico a la historia del origen del héroe en el film de Alec Baldwin (ver aquí).

Asimismo, la ciudad también está claramente enraizada con la imaginería pulp de la década de 1930, con rascacielos que parecen salidos de la película Metropolis (1926), de Fritz Lang, o del lápiz de Frank R. Paul, el principal tapista de la pionera revista de ciencia-ficción Amazing Stories (creada también en 1926). En el film, el principal centro criminal es una especie de ghetto que recuerda también a las sombrías y violentas calles de la Nueva York de los años ’30.

La película se desarrolla correctamente, sobre todo después de que Wayne consolida su personalidad de Batman. El montaje, en particular en el caso de las peleas, es un poco precipitado y demasiado fragmentado. Por otro lado, los efectos especiales son óptimos y discretos, lo que en este caso es una virtud.

Christian Bale está mejor como Batman que como Bruce Wayne, a quien interpreta de manera un tanto somnolienta, como a desgano. Pero su Batman de movimientos seguros y voz cavernosa impone el miedo a los criminales y emociona al espectador. El excelente reparto secundario -incluyendo a Michael Caine como Alfred, el mayordomo; a Gary Oldman como el todavía detective Gordon; y a Rutger Hauer como el actual presidente de las empresas Wayne- le da más personalidad a la película, y se destaca Morgan Freeman interpretando a Fox, el inventor que provee a Bruce Wayne de todos los equipos que le permiten transformarse en un superhéroe esquivo y escurridizo. Ese aspecto le da al personaje un excelente aggionamiento, en términos de una ciencia-ficción posible que incluye tejidos activados por electricidad (la capa se transforma en un ala delta) y trajes especiales de combate, además de un dinámico vehículo de asalto que sirve de Batimóvil.

En definitiva, se puede ver que el héroe pulp, anticuado como su propia historia puede dar a entender, es pasible de actualizaciones que pueden llevarlo exitosamente a su segundo siglo de existencia.

Traducido por Horacio Moreno

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