El código Bushido

Citas y resumen del cuarto libro de la bio de Musashi.

36 Commentsto El código Bushido

  1. Banned Chipola dice:

    Geki siguió hablando mientras comían. Musashi tuvo la impresión de que los samurai del feudo del señor Date, tanto individualmente como en grupo, estaban vitalmente interesados en el Camino del Samurai y el problema de disciplinarse de acuerdo con los preceptos del Camino.
    Ese Camino existía desde los tiempos antiguos, cuando se formó la clase guerrera, pero sus valores y obligaciones morales eran ahora poco más que un vago recuerdo.
    Pág. 27.

    Durante las caóticas luchas domésticas de los siglos XV y XVI, la ética del militar se había distorsionado, si no abandonado por completo, y ahora casi cualquiera que blandiese una espada o disparase un arco era considerado como un samurai, al margen de la atención, o la falta de ella, que pusiera en los significados más profundos del Camino.
    Pág. 27.

    Los pretendidos samurai de la época solían ser hombres de carácter más débil e instintos más bajos que los de los campesinos y ciudadanos corrientes. Como no tenían más que fuerza muscular y técnica para imponer el respeto de sus subordinados, a la larga estaban condenados a la destrucción. Pocos eran los daimyo capaces de comprenderlo así, y sólo un puñado de los vasallos más encumbrados de los Tokugawa y Toyotomi pensaban en la posibilidad de establecer un nuevo Camino del Samurai que pudiera llegar a ser el fundamento de la fuerza y prosperidad de la nación.
    Pág. 27.

  2. Banned Chipola dice:

    El Camino del Samurai. Se concentró en ese concepto tal como era aplicable a él mismo y su espada.De repente comprendió la verdad: las técnicas de la esgrima no eran su objetivo. Él buscaba un Camino de la Espada que lo abarcara todo. La espada tenía que ser mucho más que una simple arma, tenía que ser una respuesta al interrogante de la vida. El camino de Uesugi Kenshin y Date Masamune era demasiado estrechamente militar, rígido en exceso. A él le correspondería acrecentar su aspecto humano, hacerlo más profundo, darle mayor grandiosidad.
    Por primera vez, se preguntó si a un insignificante ser humano le sería posible llegar a ser uno con el universo.
    Pág. 28.

  3. Banned Chipola dice:

    Los ciudadanos tenían en gran estima tanto a los patrones como a los guerreros, pero de las dos clases, la de los patrones era la que más admiraban, porque solían defender a la gente corriente. Aunque los de Edo tenían un estilo y un espíritu propios, los patrones no existían sólo en la nueva capital, sino que su historia se remontaba a los turbulentos días finales del shogunado Ashikaga, cuando las bandas de matones deambulaban por el campo como manadas de leones, saqueando a placer y sometiendo sin límite a la gente.
    Pág. 83.

    Según un escritor de aquella época, se cubrían con poco más que unos taparrabos de color bermejo y amplias envolturas abdominales. Sus espadas eran muy largas, medían casi cuatro pies, e incluso sus espadas cortas tenían más de dos pies de longitud. Muchos usaban otras armas más rudas, como hachas de combate y «rastrillos de hierro». Se dejaban crecer salvajemente el pelo, usaban gruesos trozos de cuerda como bandas para la cabeza y a menudo se cubrían las pantorrillas con polainas de cuero.
    Pág. 83.

    Bastantes de ellos tuvieron éxito, y esa raza de dirigentes fue descrita cierta vez en estos términos: «Sus huesos son la rectitud, su carne el amor a la gente y su piel la galantería». En una palabra, eran los héroes populares por excelencia.
    Pág. 83.

  4. Banned Chipola dice:

    Sin embargo, allí el ideal era una jactanciosa masculinidad más que virilidad espiritual. Era en verdad un atajo de matones.
    Pág. 85.

  5. Banned Chipola dice:

    Estan dispuestos a desenvainar en cuanto un desconocido les pisa un pie o les roza la vaina de la espada, pero se amedrentan cuando llega el momento de un combate real. Perderían alegremente la vida por una mujer o por su mezquino orgullo, pero no tienen redaños para sacrificarse por una causa digna. Les dominan las emociones; sólo les mueve la vanidad, y eso no es suficiente, ni mucho menos.
    Pág. 99.

  6. Banned Chipola dice:

    La verdad es sencilla. La única valentía verdadera, la única confianza en uno mismo auténtica proceden del adiestramiento y la autodisciplina. Desafío a cualquiera de ustedes a que se levante y luche contra mí como un hombre.
    Pág. 100.

  7. Banned Chipola dice:

    Claro que no. Apuesto lo que sea a que ni siquiera ha recibido un rasguño. Suo problema es que no son lo bastante juiciosos para evitar el encuentro con él en sus propias condiciones. No comprenden la fuerza que tiene. Ciertamente es joven y tiene mal carácter, es grosero y arrogante, pero sobre todo es un espadachín sobresaliente. No sé cómo adquirió su habilidad, pero es innegable que la tiene. Y ustedes le subestiman. Ése es su primer error.
    Pág. 109.

    Exactamente. No podemos hacer nada. Nosotros no somos espadachines, sino estudiosos de la ciencia militar. Si creen que mi actitud es cobardía, entonces tendré que soportar que me llamen cobarde.
    Pág. 109.

  8. Banned Chipola dice:

    «Dejaré de lado la espada durante una temporada -decidió-, y en cambio me dedicaré a trabajar con la azada». El zen, la caligrafía, el arte de preparar el té, la pintura y la talla de estatuas eran disciplinas útiles para perfeccionar el dominio de la espada. ¿Acaso labrar un campo no podía contribuir a su adiestramiento? ¿No era aquella vasta extensión de tierra que aguardaba que alguien la cultivara una sala de adiestramiento perfecta? Y además, al transformar unas inhóspitas planicies en tierras de labor, promovería el bienestar de las generaciones futuras.
    Pág. 130.

    Había vivido toda su vida como un sacerdote zen mendigante… en el extremo receptor, por así decirlo, dependiendo de los demás para obtener alimento, refugio y donativos. Quería cambiar, de una manera radical, pues desde hacía tiempo sospechaba que sólo quienes cultivaban sus propios cereales y verduras comprendían realmente lo sagrados y valiosos que eran. Quienes no lo hacían eran como sacerdotes que no practicaban lo que predicaban o espadachines que aprendían técnicas de combate pero que no sabían nada del Camino.
    Pág. 130.

  9. Banned Chipola dice:

    No obstante, cuanto más examinaba Musashi la situación, tanto más se preguntaba por qué aquellos terrenos estaban subdesarrollados. Pensó que no iba a ser fácil invertir las cosas, excitado por el desafío que le planteaban. Unir agua y tierra para crear campos productivos no era muy distinto de dirigir a hombres y mujeres de tal manera que pudiera florecer la civilización. Le parecía que su objetivo era totalmente coherente con sus ideales de dominio de las artes marciales.
    Pág. 131.

  10. Banned Chipola dice:

    Había llegado a ver el Camino de la Espada bajo una nueva luz. Uno o dos años antes sólo deseaba vencer a todos sus rivales, pero ahora la idea de que la espada sólo existía con el fin de darle poder sobre otras personas era insatisfactoria. Derribar a otros hombres, triunfar sobre ellos, exhibir los límites de la propia fuerza, le parecía cada vez más vano. Quería conquistarse a sí mismo, hacer que la vida se le sometiera, que la gente viviera en vez de morir. No debería utilizar el Camino de la Espada simplemente para su propia perfección, sino que debería ser una fuente de fortaleza para gobernar a la gente y conducirla a la paz y la felicidad.
    Pág. 132.

  11. Banned Chipola dice:

    La gratitud empañó los ojos de Musashi, pero no dijo nada. Estaba demasiado avergonzado por su propia falta de sentido común. ¿Cómo podría orientar a la humanidad si era descuidado acerca de su propia supervivencia? De no haber sido por Iori, habría tenido que enfrentarse a la posibilidad de morir de hambre. Y el muchacho, que se había criado en una remota zona rural, debía de conocer al dedillo la manera de proveerse de víveres desde su más tierna infancia.
    Pág. 136.

  12. Banned Chipola dice:

    Si no haces más que leer, perderás de vista la realidad que te rodea. ¿Por qué no te tomas el día libre y te dedicas a jugar? Yo también voy a relajarme.
    Pág. 138.

  13. Banned Chipola dice:

    -Veamos…- Musashi repasó los cuentos que le gustaba escuchar de niño. Eligió el de las batallas entre los Genji y los Heike. A todos los chicos les gustaba.
    Iori no era una excepción. Cuando Musashi llegó a la parte en que los Genji son derrotados y los Heike se adueñan del país, el semblante del muchacho se entristeció. Tuvo que parpadear para contener las lágrimas por el trágico destino de la señora Tokiwa, pero se animó al saber que Minamoto No Yoshitsune recibió lecciones de esgrima de los Tengu «trasgos narigudos» que habitaban en el monte Kurama y que más adelante huyó de Kyoto.
    Pág. 139.

    Es posible. En cualquier caso, en este mundo hay personas que muy bien podrían ser Tengu. Pero los que enseñaron a Yoshitsune no eran Tengu verdaderos.
    -¿Ah, no? ¿Qué eran entonces?
    -Vasallos leales de los Genji derrotados. No podían salir de su escondite mientras los Heike estuvieran en el poder, así que permanecían ocultos en las montañas hasta que llegara su oportunidad.
    Pág. 139.

  14. Banned Chipola dice:

    -¡Qué estúpido he sido! -exclamó-. He tratado de hacer que fluyera el agua por donde creía que debería hacerlo y obligar a la tierra a permanecer donde me parecía que debería estar. Pero no ha servido de nada, y no es de extrañar. El agua es agua, la tierra es tierra. Yo no puedo cambiar su naturaleza. Lo que debo hacer es ponerme al servicio del agua y ser un protector de la tierra.
    Pág. 141.

    «Las mismas reglas deben aplicarse al gobierno de las personas», se dijo, y escribió en su cuaderno de notas: «No intentes oponerte a la naturaleza del universo, sino que ante todo asegúrate de que conoces la naturaleza del universo».
    Pág. 141.

  15. Banned Chipola dice:

    Sus dos espadas permanecían envainadas. Durante años había practicado la técnica de apoderarse del arma de su contrario y volverla contra él. Ahora llevó el estudio a la práctica, arrebatando la espada al primer hombre con el que se enfrentó. El motivo que le impulsaba a actuar así no estribaba en que su propia espada, a la que consideraba como su alma, era demasiado pura para que la ensuciara la sangre de malhechores comunes, sino que actuaba de una manera práctica: contra un surtido tan abigarrado de armas, una hoja podría desportillarse e incluso romperse.
    Pág. 151.

  16. Banned Chipola dice:

    En medio de aquella escena conmovedora, alguien preguntó:
    -¿Y si vuelven?
    Se hizo un súbito silencio entre los aldeanos, los cuales empezaron a sentir de nuevo la comezón de la inquietud.
    -No volverán -dijo con firmeza Musashi-. Por lo menos no volverán a esta aldea. Pero no debeerán tener demasiada confianza. Su tarea consiste en manejar el arado, no la espada. Si se enorgullecen demasiado por su habilidad en la lucha, el castigo que les enviará el cielo será peor que cualquier ataque de los diablos de la montaña.
    Pág. 157.

  17. Banned Chipola dice:

    Al cabo de unos minutos tiró de las riendas ante el portal del cacique del pueblo. Allí, escrito en tinta brillante sobre una tabla, estaba colgado el siguiente texto:
    «Recordatorio para los habitantes del pueblo. Su arado es su espada. Su espada es Su arado. Cuando trabajen en los campos, no olviden la invasión. Cuando piensen en la invasión, no olviden sus campos. Todas las cosas deben estar equilibradas e integradas. Lo más importante de todo es que no se opongan al Camino de las generaciones sucesivas».
    Pág. 159.

  18. Banned Chipola dice:

    Ave Musashi!!!!

  19. Banned Chipola dice:

    En vez de querer ser esto o aquello, conviértete en un gigante silencioso e inamovible. Así es la montaña. No pierdas el tiempo tratando de impresionar a la gente. Si te conviertes en la clase de hombre a quien la gente puede respetar, te respetarán sin que hagas nada.
    Pág. 170.

  20. Banned Chipola dice:

    Mientras se internaban en la ciudad, Musashi le dijo:
    -Mira, Iori, debes comprender que vivir aquí no es como estar en el campo. Allí sólo teníamos por vecinos a los zorros y las ardillas. Aquí hay mucha gente. Deberás ser más cuidadoso con tus modales.
    -Sí, señor.
    -Cuando la gente vive junta en armonía, la tierra es un paraíso -siguió diciendo Musashi muy seriamente-. Pero todo hombre tiene un lado malo así como un lado bueno. Hay ocasiones en que sólo aflora el malo. Entonces el mundo no es un paraíso, sino un infierno. ¿Comprendes lo que te estoy diciendo?
    Pág. 172.

    -Sí, creo que sí -dijo Iori, ahora más sumiso.
    -Existe una razón por la que tenemos modales y etiqueta, y es la de que nos permiten impedir que el lado malo se imponga. Esto promueve el orden social que es el objetivo de las leyes del gobierno. -Hizo una pausa-. Tu manera de actuar… Era un asunto trivial, pero tu actitud ha hecho que ese hombre se enfadara. No estoy nada contento por ello.
    Pág. 172.

  21. Banned Chipola dice:

    Koetsu siempre decía que las espadas japonesas no han sido creadas para matar o herir a la gente sino para mantener el gobierno imperial y proteger a la nación, para someter a los diablos y expulsar el mal. La espada es el alma del samurai, y la lleva sin otro propósito que mantener su propia integridad. Es una admonición omnipresente al hombre que gobierna a otros hombres y, al hacerlo así, trata de seguir el Camino de la Vida. Es muy natural que el artesano que pule la espada deba también pulir el espíritu de quien la maneja.
    Pág. 185.

    Koetsu decía que ver una buena espada es ver la luz sagrada, el espíritu de la paz y la tranquilidad de la nación.
    Pág. 185.

    Desde que llegué a Edo, he trabajado con un buen número de armas, pero ninguno de sus propietarios parecía tener el menor atisbo del verdadero significado de la espada. A veces dudo de que tengan almas que pulir. Lo único que les interesa es descuartizar a un hombre o partirle la cabeza… con yelmo y todo. Es algo que llega a ser muy fatigoso.
    Pág. 185.

  22. Banned Chipola dice:

    El problema parece ser que cuanto más antigua y famosa es una espada, tanto más tiende su propietario a guardarla en un lugar seguro, pero entonces nadie puede cuidar de ella, y la hoja se oxida cada vez más.
    Los propietarios son como padres que protegen a sus hijos tan celosamente que los niños crecen como idiotas. En el caso de los niños, siempre nacen más y no importa que unos cuantos sean estúpidos, pero las espadas…
    Pág. 189.

    -Ya hemos tenido todas las buenas espadas que existirán jamás. Durante las guerras civiles, los forjadores de espadas se volvieron descuidados…, ¡qué digo, totalmente chapuceros! Se olvidaron de sus técnicas, y las espadas se han ido deteriorando desde entonces.
    »Lo único que se puede hacer es cuidar mejor de las espadas antiguas. Hoy los artesanos pueden tratar de imitar las espadas de antaño, pero nunca conseguirán fabricar nada tan bueno. ¿No te encoleriza pensar en ello?
    Pág. 189.

  23. Banned Chipola dice:

    En las rodillas de su madre, Iori había escuchado innumerables cuentos que demostraban sin sombra de duda que los zorros tenían el poder de embrujar y poseer a los seres humanos.
    Pág. 199.

  24. Banned Chipola dice:

    Cuando empezaba a sentirse más tranquilo, llegó a sus oídos un sonido misterioso. Iori miró a su alrededor con los ojos muy abiertos. «Es el zorro, estoy seguro», se dijo, y se dispuso a oponer toda su fuerza de voluntad contra el hechizo. Se apresuró a levantarse y se humedeció las cejas con saliva, lo cual se consideraba eficaz para protegerse contra la influencia de los zorros.
    Pág. 200.

  25. Banned Chipola dice:

    Había trabajado en la estatuilla durante casi cuarenta y ocho horas seguidas. Como no era escultor, carecía de la habilidad técnica necesaria para resolver problemas difíciles, y tampoco podía ejecutar los diestros rasgos que ocultarían un error. No tenía nada en que basarse excepto la imagen de Kannon que albergaba en su corazón, y su técnica se reducía a eliminar de su mente todos los pensamientos ajenos a su tarea y poner la máxima voluntad en transferir fielmente esa imagen a la madera.
    Pág. 237.

    -Es inútil- dijo Musashi, suspirando.
    Se irguió y arrojó la daga a un lado. El tarugo de madera no era más grande que el pulgar de un hombre. Las virutas alrededor de sus piernas parecían nieve caída.
    -¿Inútil?
    -Sí, inútil.
    -¿Y la madera?
    -Ha desaparecido… No he podido lograr que emergiera la forma del bodhisattva.
    Pág. 237.

    Se tendió boca arriba. Cuando cerró los ojos, las distracciones parecieron disiparse para ser sustituidas por una bruma cegadora. Gradualmente, ocupó su mente la idea única del vacío infinito.
    Pág. 237.

  26. Banned Chipola dice:

    -Bueno, el zorro me perseguía y, para evitar que me embrujara, le di un tajo con mi espada. Entonces el zorro me castigó por ello.
    -No, eso no es cierto.
    -¿Ah, no?
    -No. No era el zorro el que te perseguía, sino tu propia conciencia, que es invisible. Ahora siéntate ahí y piensa en ello durante un rato. Cuando regrese, puedes decirme lo que crees que significa.
    Pág. 242.

  27. Banned Chipola dice:

    Quisiera darte un consejo: no luches con Kojiró. Te aseguro que no es posible derrotarle con las técnicas de esgrima ordinarias, y es incluso menos vulnerable a una estrategia inteligente. Como luchador, como orador, como estratega carece de rival, incluso entre los maestros más grandes que hoy viven.
    Estas palabras inflamaron a Yogoro, en cuyos ojos ardía la ira.
    Al notarlo, Musashi consideró prudente repetir su advertencia.
    -Refrena el orgullo -añadió-. Es insensato arriesgarse a un desastre por un agravio trivial. No creas que la derrota de Shinzó hace necesario que tú ajustes las cuentas.
    Pág. 244.

  28. Banned Chipola dice:

    No he estudiado ciencia militar durante tanto tiempo para enseñarla a los niños. Te garantizo que, si bien mis teorías de ciencia militar se llaman el estilo Koshu, no son una simple extensión de las fórmulas utilizadas por los famosos guerreros Koshu. Mis ideas difieren de las de Takeda Shingen o Uesugi Kenshin u Oda Nobunaga o los demás generales que lucharon por el dominio del país. El objetivo de la ciencia militar ha cambiado desde entonces. Mi teoría se dirige hacia el logro de la paz y la estabilidad.
    Pág. 247.

    No eres todavía la persona que pueda continuar mi obra, por lo que debo esperar a que se presente el hombre apropiado. Recuerda que cuando cae la flor de cerezo, sólo puede confiar en el viento para que disemine su polen.
    Pág. 247.

  29. Banned Chipola dice:

    -Es posible que así sea en el mundo en que viven -dijo Musashi en tono conciliador-. Pero es distinto en el mundo de los samurai. Entre los guerreros no es posible culpar a un hombre que se toma la venganza por su mano. Un samurai puede vengarse en nombre de la justicia o para defender su honor, pero no para responder a un agravio personal. Eso no es viril, como tampoco lo es lo que estáis tratando de hacer ahora.
    Pág. 254.

  30. Banned Chipola dice:

    -Si los samurai y los delincuentes lucharan para decidir si han de prevalecer las reglas de unos u otros, las calles estarían llenas de sangre. El único lugar apropiado para resolver esto es el gabinete del magistrado. ¿Qué te parece, Nembutsu?
    Pág. 255.

  31. Banned Chipola dice:

    -¡Ja, ja! Piensa en ello con tranquilidad y verás por qué. Hay ocasiones en que te sientes mejor si huyes. Mira, por ahí pasa un arroyo. Enjuágate la boca y luego te llevaré a casa de tu padre.
    Pág. 256.

  32. Banned Chipola dice:

    -¿Por qué son tantos lo que prefieren la lanza? -les preguntó Tadatoshi.
    Los lanceros opinaron que su arma era más eficaz en el combate.
    -¿Y qué piensan de eso los espadachines?
    Uno de los dos replicó:
    -La espada es mejor. La esgrima te prepara para la paz tanto como para la guerra.
    Pág. 258.

  33. Banned Chipola dice:

    -Cuanto más larga sea la lanza, tanto mejor, siempre que su longitud no impida manejarla con eficacia. La lanza puede ser usada para golpear, ensartar o cortar, y si fallas con ella, siempre puedes recurrir a la espada. Si sólo tienes una espada y se rompe, estás listo.
    -Puede que eso sea cierto -replicó un partidario de la lucha con la espada-, pero la función del samurai no se limita al campo de batalla. La espada es su alma. Practicar ese arte es refinar y disciplinar tu espíritu. En el sentido más amplio, la espada es la base de todo el adiestramiento militar, sean cuales fueren sus inconvenientes en el combate.
    Pág. 259.

    Si dominas el significado interno del Camino del Samurai, la disciplina puede aplicarse al uso de la lanza o incluso a las armas de fuego. Si conoces a fondo el manejo de la espada, no cometes errores estúpidos ni te dejas coger por sorpresa. La esgrima es un arte de aplicaciones universales.
    Pág. 259.

  34. Banned Chipola dice:

    -¿Por qué te dejaste llevar por la ira?
    -No pude evitarlo. Adondequiera que fuese, no había nadie que hablara bien de ti.
    -Yo no podía hacer nada contra eso.
    -Podrías haber liquidado a los hombres que esparcían los rumores. Podrías haber fijado tus propios carteles, desafiándoles.
    -No tiene ningún sentido iniciar peleas que no puedes ganar.
    -No habrías perdido con esa chusma, no puedo creerlo.
    -Pues te equivocas. Habría perdido.
    -¿Por qué?
    -Por su mismo número. Si derrotara a diez, habría cien más. Si derrotara a cien, habría un millar. No hay ninguna posibilidad de ganar en esa clase de situación.
    Pág. 293.

    -Pero ¿significa eso que van a seguir riéndose de ti el resto de tu vida?
    -Claro que no. Estoy tan decidido como el que más a tener un buen nombre. Es algo que debo a mis antepasados, y me propongo llegar a ser un hombre del que jamás se ría nadie. Por eso he venido aquí, para aprender.
    Pág. 293.

  35. Banned Chipola dice:

    Cuando te detuviste en el pasillo, te esperaba para tenderte una emboscada, listo para desenvainar su espada.
    -Su señoría parecía lamentar haber tenido que someter a Musashi a aquella prueba-.
    Pero te diste cuenta de que eras atraído a una trampa y viniste por el jardín. -Mirando directamente a Musashi, le preguntó-: ¿Puedo preguntarte por qué lo has hecho?
    Musashi se limitó a sonreír. Entonces habló Takuan:
    -Es la diferencia entre el estratega militar y el espadachín, señoría.
    Pág. 307.

    -Es una cuestión de reacciones instintivas…, la de un estudioso militar que se basa en principios intelectuales contra la de un hombre que sigue el Camino de la Espada, basado en el corazón. Razonaste que si engatusabas a Musashi, él te seguiría. No obstante, sin ver nada ni poder mencionar nada definido, Musashi percibió el peligro y actuó para protegerse. Su reacción ha sido espontánea, instintiva.
    Pág. 307.

    -¿Instintiva?
    -Como una revelación Zen.
    -¿Tienes esa clase de premoniciones?
    -La verdad es que no sabría decirlo.
    -En cualquier caso, he aprendido una lección. El samurai corriente, al notar el peligro, podría haber perdido la cabeza, o quizá habría usado la trampa como una excusa para exhibir su dominio de la espada. Cuando vi que Musashi retrocedía, se ponía las sandalias y cruzaba el jardín, me sentí profundamente impresionado.
    Pág. 307.

    No simplificaba las cosas el hecho de que su actitud hacia la espada hubiera cambiado. Desde Hotengahara, la espada del conquistador y la del que mata eran cosas del pasado, ya carentes de utilidad y significado.
    Tampoco ser un técnico, incluso uno que diera instrucciones a los hombres que formaban el séquito del shogun, excitaba su interés.
    El Camino de la Espada, tal como él había llegado a verlo, debía tener objetivos concretos: establecer el orden, proteger y refinar el espíritu.
    El Camino tenía que ser de tal manera que uno lo apreciara tanto como a su vida, hasta el mismo día de su muerte. Si existiese ese Camino, ¿no podría ser empleado para traer paz al mundo y felicidad a todos?
    Pág. 307.

  36. Banned Chipola dice:

    Resumen del libro, atencion si no has leido el libro este resumen puede quitarle el factor sorpresa a la novela.
    Si aun asi quieres continuar leyendo, adelante.

    4.El código Bushido

    Musashi ha comprendido que las técnicas de esgrima no son su objetivo. Busca un Camino de la Espada que lo abarque todo. La espada tiene que ser mucho más que una simple arma, ha de ser una respuesta al interrogante de la vida.
    Toma como alumno al joven lori, decidiendo dedicarse con él al cuidado de la tierra. Las inundaciones periódicas que se producen en la región hacen su tarea aparentemente imposible, hasta que deja de intentar someter la tierra y en vez de ello descubre cómo adaptarse a sus características. Durante este período organiza también a los habitantes de la localidad para repeler el pillaje de un grupo de bandidos. Este hecho y sus logros en el cultivo de la tierra le convierten en una celebridad local, llegando a llamar la atención de Tadatoshi, señor de Edo.
    La vieja Osugi, que ha jurado vengarse de Musashi por creerle responsable de la rotura del compromiso matrimonial de su hijo Matahachi con la joven Otsu, enamorada de Musashi, ha sido acogida en casa de Yajibei, un poderoso capataz local que lidera a un grupo de rufianes en Edo.
    Sasaki Kojiro, joven y ambicioso samurai, se ha instalado también en Edo y ha atraído asimismo la atención de Tadatoshi. Mientras maniobra para conseguir entrar al servicio de éste, se une al grupo de Yajibei como instructor, buscando desafiar a Musashi cuando sabe de su presencia en la ciudad.
    La ambición de Kojiro le lleva a enemistarse y, finalmente, a destruir la escuela Obata de estrategia militar. Uno de sus estudiantes, Shinzo, es ayudado por Musashi en un altercado con los hombres de Yajibei, con gran coste para su reputación, ya que es tildado públicamente de cobarde por éstos.
    Sin embargo, su personalidad cada vez más reflexiva y su entrega al Camino de la Espada le granjean la amistad de diversos personajes relevantes, incluyendo al señor Ujikatsu de Awa, padre de Shinzo y, a su vez, renombrado estratega militar, y a Munenori, samurai al servicio del propio shogun. Al conocer su situación, y deseosos de que pueda asentarse y casarse con Otsu, deciden recomendarle para el puesto de instructor del shogun.