El ciclo del heroe (aranruth)

Una Aproximación al Ciclo del Héroe (Aranruth)

La figura del héroe, en todas las culturas, es semejante a la de los dioses. Suele, en su sentido más subrepticio, representar la totalidad de la psiquis del pueblo que la genera, así como la complementación o idealización del yo real de este pueblo, en ambos puntos del continum de lo que, para otros pueblos, podría ser catalogado como sus «defectos» y «virtudes». En el mito, de forma muy cercana al arquetipo, el ciclo del héroe se cumple paso a paso, aún en culturas muy disímiles, en todo tiempo y circunstancia.

Plantea J.M. Campbell en su libro «El Héroe de las Mil Caras» (donde se detalla este ciclo), que «Las religiones, las filosofías, las artes, las formas sociales del hombre primitivo e histórico, los primeros descubrimientos científicos y tecnológicos, las propias visiones que atormentan el sueño, emanan del fundamental anillo mágico del mito.» Caracteriza de esta forma un camino a seguir por el protagonista de todas y cada una de las gestas heroicas de la historia, una repetición eterna de los antiguos ritos de separación – iniciación – retorno, en los cuales el niño se transforma en hombre y el pequeño es ensalzado, retirándose desde su seno social, o más generalmente desde su «centro de gravedad espiritual» (Mundo Externo al Mundo Interno), a una zona desconocida para su especie, donde se guardan en forma pura y sin distorsiones los arquetipos del conocimiento humano, las figuras que llaman y demuestran lo mejor del inconciente colectivo, los «ayudantes de la infancia» o los «potenciales vitales no transferidos» como les llama Campbell. Caracteriza el ciclo esas mismas grandes etapas, dividiendo cada una en «estadios»:

1.- La partida:

a) La llamada a la aventura , momento en que el héroe es solicitado para transformarse en tal. En este punto puede producirse lo que llama «Negativa al destino», en que el héroe imberbe, no conociendo sus propios límites aún, se siente incapaz, teme o simplemente se niega a aceptar su misión o su transformación, en lo que Castaneda también sindica como uno de «los enemigos del hombre de conocimiento»: El temor. El héroe puede emprender voluntariamente el camino, como en el caso de Teseo, o bien ser llevado forzosamente a él, como en el caso de Odiseo.

Es el momento en que Frodo es llamado a destruir el anillo, Luke Skywalker recibe la espada de luz de su padre o Paul Atreides es abandonado en el desierto.

La ayuda Sobrenatural: representando, en pocas palabras, a las fuerzas del destino, protectoras y benignas para el héroe. Y simbolizada en muchas ocasiones como aquello que le da el empuje final hacia el cruce del umbral. Una vez que el héroe confía, se hace merecedor de la ayuda de todas las fuerzas de aquel «otro mundo» al que accede. Los guardianes y guías arquetípicos aparecen. Guías arquetípicos como Gandalf, Obi Wan Kenobi o Stilgar, el Naib.

Cita Campbell en este punto, las palabras de Napoleón: «Me siento empujado hacia un fin que no conozco. Tan pronto como lo alcance, tan pronto como me vuelva innecesario, un átomo será suficiente para destruirme. Hasta entonces, ninguna fuerza humana puede hacer nada contra mí».

c) El Cruce del Umbral : Donde se produce la que Campbell llama «Liberación del Divino Entusiasmo», el sentimiento dionisiaco del esclavo que rompe las primeras cadenas que lo atan. Esto monta al héroe en alas del frenesí inspirado por las musas, o bien del entusiasmo guerrero de Ares o sencillamente en el más conocido y utilizado, principalmente durante el período romanticista: el frenesí del amor. Pero este es sólo el primer paso. Luke rescatando a la Princesa Leia, Frodo dejando la Comarca o partiendo hacia Mordor, Paul Atreides comenzando a asumir su papel de líder de los Fremen.

d) El Vientre de la Ballena: Donde los esquemas aprendidos comienzan a purificarse, la introspección llega al punto en el cual el héroe se libra de sus ataduras conceptuales, de la prisión a que lo confinan sus sentidos, comenzando la depuración del arquetipo que ha recibido distorsionado por las nieblas de la sociedad. Es este el momento en que Buda alcanza el conocimiento del «Principio Trascendente»: «Ser es ser libre, siempre». Es Luke Skywalker aprendiendo en Dagoba o Muad’dib en el trance de la Especia.

2.- La Iniciación:

Es el momento en que se completa la «Purificación del Yo» de nuestro héroe, el momento en que sus sentidos se encuentran humillados y limpios y el protagonista se concentra en la trascendencia.

a) El Encuentro con la Diosa – La Reconciliación con el Padre: Madre, hermana, amante, esposa. « La Diosa» siempre encarna el modelo de la belleza de la cultura que la genera y es quien otorga la dicha y motivación a la búsqueda terrena o no terrena de nuestro héroe. Es como una premonición de la existencia del júbilo al final de la aventura, una promesa de perfección, del regreso a casa. Puede ser representada también como una mujer que ejerce la tentación. Al ser ambos géneros, como afirman los budistas «dos mitades de un guisante partido», la figura del padre se presenta como un antecedente a esta división, ambos símbolos pueden presentarse juntos o por separado. En esta fase de su viaje, el héroe logra darse cuenta de que aquello que busca yace en el fondo de si mismo, que él es precisamente aquello en lo que busca convertirse.

Es clara la figura de Darth Vader como el padre o bien de Leia o Galadriel, como « La Diosa».

La Apoteosis: El ensalzamiento, la glorificación. «Cuando la envoltura de la conciencia ha sido aniquilada, se libera de todo temor, queda fuera del alcance de todo cambio» Se alcanza en este punto la transición nacimiento-Muerte-Trascendencia, Tiempo-Eternidad. Es el punto en el cual el héroe decide entregar su «gracia última», como es el caso del Portador del Loto, Avalokiteshvara que hace una pausa antes de cruzar el último umbral, mirando desde arriba, con piedad, al pueblo del que viene y decide regresar a entregar los dones recibidos, como el caso de Prometeo y el fuego. El héroe pronuncia la frase final: «Al menos haremos de esta una muerte digna de ser cantada» (Théoden en Las Dos Torres): El don será entregado, sobrevivamos o no.

3.- El Regreso:

Quizás la etapa mas difícil del viaje de nuestro héroe. En que debe volver a su lugar de origen a entregar los dones que ha recibido o bien legar a su pueblo el don ganado con su muerte.

a) La Negativa a Regresar – La Huida Mágica – El Rescate del Mundo Exterior: Aquí el héroe puede negarse a regresar, por el gusto de los dones ganados, la paz alcanzada o simplemente por el goce de la compañía de los Dioses. Es en este punto en que Frodo, puede escoger entre quedarse en Gondor y gozar del favor de los Hombres del Oeste o bien regresar a liberar a su tierra de la opresión. Esta negativa al regreso, puede nacer también de la incapacidad de volver a aceptar como reales las banalidades. Si el Don ha sido ganado a pesar de la oposición, como en el caso del robo del fuego por Prometeo, se produce la Huida Mágica; un viaje de regreso en que el héroe es perseguido o bien debe ser rescatado de ese lugar extraño.

El Cruce del Umbral de Regreso: El retorno al mundo «cercano» y la entrega del Fuego, del Don, de la Palabra. Aquí es donde además, se puede producir la lucha del héroe por enseñar a sus congéneres aquello que ha aprendido, «los mensajes que vienen de las profundidades» y que por su sola naturaleza, desafían la palabra. El héroe que regresa, para completar su aventura, debe sobrevivir al impacto contra el mundo que dejó. ¿Cómo convencerán los hobbits de la Comunidad a sus congéneres de que deben luchar y rebelarse, a ese pueblo acostumbrado a la sumisión y las comodidades?

4.- La Posesión de Ambos Mundos:

En que el héroe puede moverse libremente entre un mundo y otro, pudiendo ser ese mismo el legado que transmite «Soy aceptado tanto en Sietches como en la ciudad» (Liet Kynes en Duna) o bien caminar entre elfos así como entre Medianos. Ya ha trascendido y ha muerto como hombre moderno, pero sigue vivo como hombre eterno: perfecto, inespecífico, universal. La «bailarina cósmica» que caracteriza Nietzche.

A través de este ciclo se caracteriza el nacimiento del mundo, la invocación a esas cosas que yacen en lo profundo del alma de todo ser humano, de esas potencialidades arquetípicas que nunca fueron expresadas. El héroe no es más que la persona que ha logrado luchar y triunfar sobre las limitaciones que le impone la historia y las costumbres locales y personales, para alcanzar al ser humano en su forma general, inespecífica y universal antes mencionada. El resto de su misión consistirá, como enseñan todas las mitologías del mundo, volver a nosotros ya cambiado y enseñarnos lo que ha aprendido en su viaje iniciático, hacernos entrega del Don recibido.

En un mundo donde la tragedia ha sido ensalzada, las pequeñas realizaciones personales son a veces consideradas irrisorias. Pero finalmente representan hoy (y representaron para las culturas antiguas) una forma de trascender a la tragedia universal del hombre, una forma de traer ante nuestros ojos, una vez más la existencia de algo que las nieblas de la historia y las costumbres han velado de nuestros ojos.

(Publicado Originalmente en “ La Almenara de la Frontera” Edicion Cero, año 2004)

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One Commentto El ciclo del heroe (aranruth)

  1. Vaelia dice:

    Hace unas horas conseguí el libro de Campbell