RECUPERAMOS EL BAÑO DE TEMAZCAL PARA FORTALECER LA IDENTIDAD: PRIMO SÁNCHEZ MORALES

Nota del Fabo: Hasta que veo un articulo positivo en donde un temazcal este incluido dentro de un proyecto.

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RECUPERAMOS EL BAÑO DE TEMAZCAL PARA FORTALECER LA IDENTIDAD: PRIMO SÁNCHEZ MORALES
Artículo por Jesús Flores (version pdf)
En Españita, Tlaxcala

Españita, Tlaxcala.- Entre calles de terracería se levanta un pequeño poblado llamado Reforma, en el municipio de Españita, Tlaxcala. Comunidad
Un baño de temazcal, construido en el patio de una casa del pueblo denominado Reforma, ubicado en el municipio de Españita, Tlaxcala
rural, de no más de mil habitantes, donde los perros, las vacas, los borregos y otros animales de granja caminan por las calles haciendo alarde de que todo el espacio es suyo.
En ese lugar de frío nocturno y tardes calurosas, recuperaron la tradición prehispánica del baño de temazcal. El responsable, Primo Sánchez Morales, promovió la construcción de alrededor de 20 baños de este tipo en los patios de distintas casas de Reforma, con el apoyo del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC), del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Ubicado a una hora de la ciudad de Tlaxcala, la comunidad de Reforma es un sitio de difícil acceso. El transporte público consta de dos autobuses que pasan cada cuatro o cinco horas, dos veces al día, provenientes de Calpulalpan y de San Martín Texmelucan, Puebla.

Dicha situación impide que el baño de temazcal sea para los pobladores de Reforma una fuente de ingresos. Pero ése no era el objetivo del proyecto Rescate y promoción del baño de temazcal, que presentó Primo Sánchez Morales, quien con otros vecinos de la comunidad, aprovechan esta tradición para su uso cotidiano y fortalecer su identidad y tradición cultural de origen náhuatl.

El temazcal se usó en la época prehispánica cotidianamente, comentó Sánchez Morales, y así se mantuvo hasta hace unos 50 años, cuando empezó a extinguirse.

Y es que los “antiguos” -como llama Sánchez a los nahuas prehispánicos- consideraban al temazcal como una fuente de bienestar emocional y espiritual.

En la comunidad de Reforma, señaló, los temazcales dejaron de utilizarse hace 20 años, cuando empezó a usarse la regadera para el baño cotidiano. Por eso “impulsamos este proyecto para que la gente de nuestro pueblo tomara conciencia de la importancia de esta tradición como parte de nuestra cultura e identidad”.

Además de la construcción de alrededor de 20 temazcales, Primo Sánchez organizó talleres para difundir la historia de este rito, así como para difundir su importancia para la “curación de distintos malestares del cuerpo y el alma”.

Y es que según la tradición, el temazcal no es un baño cualquiera, comentó el promotor, “tiene un fin curativo, es un acto que se prepara con antelación, y las personas que participan en él tienen que respetar las formas”.

Primero se “ramea” y “humea” a las personas que entrarán para despojarse de energía negativa. Deben ingresar de espaldas al baño, donde se calentaron las piedras con troncos de leña. Una vez adentro, cantan estribillos de canciones en náhuatl para convocar las energías que aliviarán sus males.

El baño de temazcal usualmente se edifica en los patios de las casas. Es una construcción redonda abovedada, en la cual caben hasta nueve personas. Tiene una pequeña puerta en forma de arco por la que ingresan los bañistas una vez que las piedras de tezontle, que se colocan en un rincón del baño se han puesto al rojo vivo. En el piso se forma un “colchón” con ramas verdes de ocote. También se tiene ahí agua fría rebosante de romero y pirú.

Una vez adentro, el calor tiene que ser regulado con agua fría: si una persona siente mucho calor, con una rama de pirú remojada, se rocía el cuerpo; si necesita elevar la temperatura, con esa misma rama salpica agua a las piedras encendidas para que suelten vapor.

En la cúpula del temazcal hay un hoyo pequeño por el cual entra un rayo de luz. La puerta se cierra con una lámina para atrapar el calor. Los participantes del baño cantan al principio y posteriormente se quedan callados, quietos, relajados. Frotan romero y pirú con agua sobre las partes de sus cuerpos que necesitan aliviar. Y se alivian.

Las mujeres embarazadas entran al baño de temazcal para recuperarse. Dicen que es para “sacarles el frío”. Hay quienes, explicó Sánchez, aguantan hasta una hora y media. “Son personas que llevan tiempo tomando baños de temazcal y saben regular muy bien la temperatura”. Pero algunas otras apenas duran cinco minutos y se marean. Tienen que salir.

Después del temazcal, comentó el promotor, la gente se arropa por lo menos una hora. No debe salir al aire para evitar enfermarse. “Regularmente la sensación es de relajación, como si se volviera a nacer. Hay un sentimiento de haber sido liberado de las presiones porque las toxinas salen del cuerpo”.

Con el apoyo del PACMyC, los temazcales volvieron a ser de uso corriente en la población de Reforma, en Españita, Tlaxcala. Los pobladores que en principio se negaban a usarlo, una vez que lo han probado vuelven una y otra vez a formar parte del ritual.

“El baño se utiliza una vez a la semana. Es una ocasión especial. Se reúne la familia y entran todos juntos al temazcal. Dependiendo de la resistencia de cada uno, van saliendo del baño”

A diferencia de la regadera cuando sale del temazcal se siente uno como si volviera a nacer. Por eso el baño está construido como el vientre de una mujer, y cuando uno resbala por esa pequeña puerta, significa un nuevo nacimiento”.

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