Nos están fumigando con estelas químicas ahora en Querétaro”, reportan preocupados ciudadanos quienes desde hace poco más de un mes observaron las estelas aéreas que dejan supuestos aviones fumigadores, por cuya altitud sospechan que no sean fumigaciones a sembradíos, sino algo desconocido y de todos modos preocupante .

“Personalmente, desde que comenzaron las fumigaciones, he sufrido (al igual que mis hijos) de problemas respiratorios y de garganta”, reporta el ciudadano queretano sobre estos vuelos matutinos por la zona de Jurica, al norte de la ciudad de Querétaro, rumbo a San Luis Potosí, por donde anteriormente se había decretado una zona ecológica protegida, que las anteriores autoridades queretanas empezaron a cambiar de uso de suelo, para rematarlas a desarrolladores y terratenientes, a pesar de la tenaz oposición de vecinos y ciudadanos preocupados por el impacto negativo que tendrá este hecho en la recarga de los mantos freáticos, de suyo exiguos y preocupantes por su escasez.

Ahora las fumigaciones aumentan la alarma de los habitantes de esta zona, pues las autoridades no informan de qué se trata, quién lo hace, quién lo autorizó, para qué lo hacen, cómo van a atender las consecuencias en la salud personal de los ciudadanos de los químicos espolvoreados.

Esto es lo mismo que han reportado numerosos grupos ecologistas estadounidenses desde hace más de cinco años, también preocupados por los reportes de “chemtrails” o estelas químicas en Asia, Europa. Rusia y algunos países de Sudamérica.

“Estamos respirando esta porquería”, señalan más preocupados por sus familias, que indignados por la indiferencia de autoridades de los tres niveles de gobierno, como se acostumbra decir “institucionalmente”. Y es que según investigaciones reportadas (http://www.carnicom.com), en las muestras analizadas se ha encontrado aluminio, boro, químicos varios (tipo pesticidas) y microfibras, además de virus, bacterias y glóbulos rojos, como una mezcolanza tan extraña como potencialmente dañina.

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