11-26-2006, 09:13 PM
La noticia que sigue es del 2001, pero no he encontrado otra que explique mejor lo que yo vi el otro día en otro periódico (sí aceptó trabajar en Barcelona y sigue con sus investigaciones).
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EL PAIS ; Viernes, 23 de marzo de 2001
El científico Juan Carlos Izpisúa descubre la clave de la regeneración de órganos y miembros
Juan Carlos Izpisúa debe decidir en diez días si acepta volver a España
JAVIER SAMPEDRO | Madrid
El equipo de Juan Carlos Izpisúa, del Instituto Salk (La Jolla, California), ha
descubierto el mecanismo genético clave que dispara el desarrollo de las
extremidades y de al menos algunos órganos en todos los vertebrados, seres
humanos incluidos. Los anfibios son capaces de regenerar sus miembros
amputados gracias a que ese mecanismo permanece activo en el adulto. La
carrera para reactivarlo en las personas está en marcha.
Los humanos siempre han mirado con envidia a las lagartijas y salamandras
que son capaces de regenerar sus extremidades amputadas. Algunas
salamandras como el axolote mexicano también pueden regenerar trozos de
órganos como el corazón. El asunto fue objeto de un notable interés
científico hasta hace unos 20 años, cuando se abandonó por inmanejable.
Pero Izpisúa y su equipo han situado ahora el sueño de la regeneración
humana en el ámbito de la investigación de vanguardia directamente aplicable
a la medicina. Su trabajo ha merecido hoy la portada de Cell, la mejor
publicación del mundo dedicada a la biología.
Los axolotes, los pollos y los humanos utilizan exactamente el mismo
disparador para generar sus extremidades. Consiste en una complicadísima
interacción entre dos familias de proteínas que las células del embrión
utilizan para charlar unas con otras, saber en qué parte del cuerpo están y
modificar el comportamiento de sus vecinas: la familia Wnt y la familia FGF.
La charla entre estas proteínas ocurre antes de que la extremidad se
empiece a formar, y es su causa directa. Cuando falla alguno de sus
componentes, el animal nace sin piernas, o sin alas, o sin cabeza. Cuando
los investigadores provocan artificialmente su activación en un lugar
erróneo, en ese lugar se forma un ala o una pata extra. Basta que el
mecanismo funcione durante un rato y dispare el proceso. Después, aunque
la charla se silencie, las células ya saben cómo formar la extremidad entera
y perfecta.
Y eso es justo lo que ocurre en los vertebrados superiores, como el ser
humano: que las familias Wnt y FGF se callan en cuanto han disparado la
formación de extremidades y órganos y ya no vuelven a activarse. En el
axolote, según han comprobado también Izpisúa y su equipo, esas familias
siguen activas durante toda la vida. Por eso, cuando el axolote sufre una
amputación, o la extirpación de parte de su corazón, las dos familias de
proteínas vuelven a dar la señal y el miembro o el órgano se regeneran.
Izpisúa está convencido de que la activación artificial de los genes Wnt y
FGF podrá, con el tiempo, obrar el prodigio de la regeneración humana, no
sólo de extremidades, sino también de órganos como el corazón, el pulmón
o el hígado. Y el científico español cuenta con el apoyo de la élite científica
estadounidense.
Esa élite -Harvard, Stanford, Caltech y el propio Instituto Salk- está a punto
de definir lo que serán las cuatro o cinco grandes líneas de la investigación
biológica en los próximos diez años: los grandes campos que acapararán los
gigantescos presupuestos científicos de ese país. Una de ellas será la
regeneración y la diferenciación celular, y han propuesto a Izpisúa dirigirla.
El español tiene exactamente diez días para aceptar o rechazar ese
ofrecimiento.
El momento es crítico, porque Izpisúa tiene también una oferta del Gobierno
español para dirigir un programa de biología del desarrollo, células madre y
regeneracion en el Instituto de Investigaciones Biomédicas del Parque
Científico de Barcelona. El investigador asegura estar 'encantado' con la
idea, pero al proyecto le falta todavía una punta de concreción. Sólo hay
diez días.
© DIARIO EL PAÍS, S.L.
http://www.ugr.es/~dpto_gen/noticias/010...racion.PDF
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EL PAIS ; Viernes, 23 de marzo de 2001
El científico Juan Carlos Izpisúa descubre la clave de la regeneración de órganos y miembros
Juan Carlos Izpisúa debe decidir en diez días si acepta volver a España
JAVIER SAMPEDRO | Madrid
El equipo de Juan Carlos Izpisúa, del Instituto Salk (La Jolla, California), ha
descubierto el mecanismo genético clave que dispara el desarrollo de las
extremidades y de al menos algunos órganos en todos los vertebrados, seres
humanos incluidos. Los anfibios son capaces de regenerar sus miembros
amputados gracias a que ese mecanismo permanece activo en el adulto. La
carrera para reactivarlo en las personas está en marcha.
Los humanos siempre han mirado con envidia a las lagartijas y salamandras
que son capaces de regenerar sus extremidades amputadas. Algunas
salamandras como el axolote mexicano también pueden regenerar trozos de
órganos como el corazón. El asunto fue objeto de un notable interés
científico hasta hace unos 20 años, cuando se abandonó por inmanejable.
Pero Izpisúa y su equipo han situado ahora el sueño de la regeneración
humana en el ámbito de la investigación de vanguardia directamente aplicable
a la medicina. Su trabajo ha merecido hoy la portada de Cell, la mejor
publicación del mundo dedicada a la biología.
Los axolotes, los pollos y los humanos utilizan exactamente el mismo
disparador para generar sus extremidades. Consiste en una complicadísima
interacción entre dos familias de proteínas que las células del embrión
utilizan para charlar unas con otras, saber en qué parte del cuerpo están y
modificar el comportamiento de sus vecinas: la familia Wnt y la familia FGF.
La charla entre estas proteínas ocurre antes de que la extremidad se
empiece a formar, y es su causa directa. Cuando falla alguno de sus
componentes, el animal nace sin piernas, o sin alas, o sin cabeza. Cuando
los investigadores provocan artificialmente su activación en un lugar
erróneo, en ese lugar se forma un ala o una pata extra. Basta que el
mecanismo funcione durante un rato y dispare el proceso. Después, aunque
la charla se silencie, las células ya saben cómo formar la extremidad entera
y perfecta.
Y eso es justo lo que ocurre en los vertebrados superiores, como el ser
humano: que las familias Wnt y FGF se callan en cuanto han disparado la
formación de extremidades y órganos y ya no vuelven a activarse. En el
axolote, según han comprobado también Izpisúa y su equipo, esas familias
siguen activas durante toda la vida. Por eso, cuando el axolote sufre una
amputación, o la extirpación de parte de su corazón, las dos familias de
proteínas vuelven a dar la señal y el miembro o el órgano se regeneran.
Izpisúa está convencido de que la activación artificial de los genes Wnt y
FGF podrá, con el tiempo, obrar el prodigio de la regeneración humana, no
sólo de extremidades, sino también de órganos como el corazón, el pulmón
o el hígado. Y el científico español cuenta con el apoyo de la élite científica
estadounidense.
Esa élite -Harvard, Stanford, Caltech y el propio Instituto Salk- está a punto
de definir lo que serán las cuatro o cinco grandes líneas de la investigación
biológica en los próximos diez años: los grandes campos que acapararán los
gigantescos presupuestos científicos de ese país. Una de ellas será la
regeneración y la diferenciación celular, y han propuesto a Izpisúa dirigirla.
El español tiene exactamente diez días para aceptar o rechazar ese
ofrecimiento.
El momento es crítico, porque Izpisúa tiene también una oferta del Gobierno
español para dirigir un programa de biología del desarrollo, células madre y
regeneracion en el Instituto de Investigaciones Biomédicas del Parque
Científico de Barcelona. El investigador asegura estar 'encantado' con la
idea, pero al proyecto le falta todavía una punta de concreción. Sólo hay
diez días.
© DIARIO EL PAÍS, S.L.
http://www.ugr.es/~dpto_gen/noticias/010...racion.PDF
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)

