[Vaelia]

Esto no es más que un intento autoexplicativo.

Ignoro si existe alguna técnica material para averigüar si un objeto está trabajado o no, y en qué sentido. De ahí ya pasaríamos a formas avanzadas de percepción, que permitan ver (u oler, o palpar... ) si hay algo "impregnando" el objeto en cuestión, o algún tipo de vínculo.

Pero supongo que, en primer lugar, lo lógico es prestar atención a las impresiones recibidas al respecto y al contexto del regalo.

A todos nos han hecho regalos feos, aun cuando no estubieran cargados de nada, y, a veces, por cortesía incluso ante personas que no nos agradan, nos da reparo decir simplemente "no lo quiero", y lo aceptamos y lo dejamos en algún rincón de la casa dónde no se vea demasiado.
Incluso cuando el objeto realmente nos desagrada, nos sentimos un poco culpables al pensar en la idea de tirarlo a la basura, y aunque no negamos la posibilidad, la dejamos para otro día.

De esto se deduce que es relativamente fácil entrar en la esfera privada de alguien haciéndole un regalo . Así que si alguien no te agrada o te despierta desconfianza, no le aceptes un regalo ( y de paso, ni un favor). O ponlos a ambos en cuarentena hasta recaudar más info al respecto.

En las tiendas esotéricas dónde venden productos supuestamente trabajados, aunque otros no lo estén, sólo por el lugar en el que se encuentran ya es necesario hacerles una limpieza antes de emplearlos para algo que valga la pena. Y puede que alguien los compre y nos lo traiga de muy buena fe

Cuando unos parientes fueron Perú, me trajeron un colgante con un Tumí ( una especie de hacha ceremonial con ídolo antropomorfo incluido) y un cono de papel que se quemaba teóricamente para hacer limpiezas. No desconfío de mis parientes, y supongo que todo eran buenas intenciones por su parte.

Pero no quemo nada que no conozca, como uno no se come un fruto silvestre que uno no conozca; ni tenia caso que me colgara algo así al cuello ( y la idea no me hacía ninguna gracia). El cono se fue a la basura con todo el respeto del mundo, y el tumi quedó en cuarentena, hasta que años más tarde encontré a alguien a quien le hizo bastante ilusión recibirlo, y a quien no le causó ninguna impresión "extraña" ; alguien para quien era adecuado.

A parte de estos casos de personas sin demasiada habilidad para regalar cosas, de los regalos que son del tipo "no sabia que regalarte y te compré una colonia" o "esto me sobra, aprovéchalo tu" (en el mal sentido de la expresión), prácticamente todo lo que venga de alguien que nos quiere bien tendrá una carga extra a nuestro favor.

Las bendiciones de nuestros parientes y amigos son poderosas, y el objeto que nos regalan es, a menudo, un concentrado de éstas. A veces dicen "te compré esto, a ver si te animas, últimamente te veo decaído" o "toma esto, te traerá suerte" antes de un examen, o en un momento difícil. Entonces aunque el objeto no tenga nada de especial en sí, queda cargado.

Evidentemente, hay objetos más receptivos a estos efectos que otros, y después de los objetos sometidos realmente a ritual, los trabajos manuales se llevan la palma. Como los edredones de patchwork. Un inocente jersey tejido a mano con intención, por la persona que te lo regala, es una auténtica armadura.