05-12-2009, 09:21 PM
Fuente: http://www.mediterrania-cie.org/cas/index....7&Itemid=87
El lobo, entre la espada y la pared
Su mirada fijada en un viejo muflón, y todos lo han entendido, saben quién será su presa, el macho alfa ha decidido. La carrera no será fácil ya que el muflón pone todo su empeño, su vida está en juego, los lobos le persiguen y cortan su paso hasta que uno de ellos lo alcanza y logra abatirlo, enseguida el grupo lo sujeta y uno de ellos se aferra a su cuello hasta asfixiarlo. Ahora la jerarquía marca el turno de comida, por suerte la presa es grande y habrá para todos.
El lobo ha ejercido su papel dentro del entramado trófico y tenemos que agradecer su presencia como una pieza más del ecosistema natural de la montaña más salvaje y a la vez más pura. El lobo se sabe rey pero con una limitación que impide que también se sienta señor, el hombre y su encarnizada odisea contra él. Nadie le ha declarado la guerra pero desde hace cientos de años el lobo sufre la persecución del hombre que con o sin razón ha exterminado la mayor parte de la población de este can en la Península Ibérica.
El último lobo ibérico de Cataluña cayó abatido en la zona de los Puertos de Tortosa- Beceite en 1972. Poco antes había desparecido el último lince de estas mismas tierras. Los dos se extinguieron debido al interés del hombre por no compartir una tierra que nadie le ha otorgado en propiedad.
Ahora, en pleno siglo XXI, el lobo continúa cayendo por culpa del autoeregido dueño del planeta, el hombre, el ser que se siente superior y que se define como pensante o racional. Pero no nos podemos engañar a nosotros mismos, ya que pensar sólo lo hacen unos pocos y razonar aún menos. Si este planeta debe estar supervisado y coordinado por nosotros es necesario recopilar todos los datos que han hecho que la tierra sea como es, donde la red de vida que conforman todos los seres vivos y los elementos inanimados han tenido y tienen su papel. Cada elemento del paisaje es importante y si alguno de ellos falla rompemos el equilibrio que ha provocado entre otras consecuencias que el hombre ahora este aquí, y el lobo es una de esas piezas clave.
Inteligente y social, así es el lobo, un ser que ahora comenzaba a recuperar territorio, para el bien de todos, ya que puede devolver el equilibro allá donde falta, porque es el animal que podrá mantener a raya poblaciones como las del jabalí, que tanto daño hacen a la agricultura o impedir que la cabra montés se convierta en un problema a controlar por los cazadores.
Todos debemos tener cabida en este planeta, ya que todos somos fruto de una estrecha relación entre la casualidad y la selección natural y no humana, como algunos practican.
El lobo necesita de nuestra ayuda porque somos nosotros precisamente los que lo hemos arrastrado hasta esta situación. No podemos permitir que el lobo desaparezca una vez más por el sentido de propiedad del hombre que dice constantemente aquí vive quien yo quiero sin comprender que cada uno de los seres vivos del planeta es insustituible e importante en el desarrollo evolutivo.
Alguien que ha entendido esta reflexión y que la ha llevado a cabo al pie de la letra es el biólogo i fotógrafo naturalista Carlos Sanz. Un hombre que no solo ha contribuido a la desmitificación de la parte maléfica del lobo, a través de algunos libros como Amigo lobo; de exposiciones tipo Amigo lobo. Leyenda y realidad del Lobo Ibérico, o de piezas audiovisuales como por ejemplo los capítulos del documental Pacto con lobos de la serie televisiva Especies Naturales de TVE. Sanz ha ido más allá y se ha dedicado también a la lucha por la preservación de la especie, hasta el punto de dedicarse a su crianza.
Desde nuestra entidad, Mediterrània-CIE, queremos reconocérselo y por ello hemos decido otorgarle el Reconocimiento Ones Mediterrània de Defensa del Patrimonio Natural de la XV edición de los Premios Ones Mediterrània del próximo 5 de junio en Tarragona.
Sigamos el ejemplo de Carlos Sanz, cada uno en la medida en la que podamos, pero al menos, no dejemos que sigan cazando lobos. Exijamos que se contemple a esta especie como no cinegética y comencemos a devolver al resto de seres lo que también es suyo.
Txiqui López, Mediterrània-CIE
El lobo, entre la espada y la pared
Su mirada fijada en un viejo muflón, y todos lo han entendido, saben quién será su presa, el macho alfa ha decidido. La carrera no será fácil ya que el muflón pone todo su empeño, su vida está en juego, los lobos le persiguen y cortan su paso hasta que uno de ellos lo alcanza y logra abatirlo, enseguida el grupo lo sujeta y uno de ellos se aferra a su cuello hasta asfixiarlo. Ahora la jerarquía marca el turno de comida, por suerte la presa es grande y habrá para todos.
El lobo ha ejercido su papel dentro del entramado trófico y tenemos que agradecer su presencia como una pieza más del ecosistema natural de la montaña más salvaje y a la vez más pura. El lobo se sabe rey pero con una limitación que impide que también se sienta señor, el hombre y su encarnizada odisea contra él. Nadie le ha declarado la guerra pero desde hace cientos de años el lobo sufre la persecución del hombre que con o sin razón ha exterminado la mayor parte de la población de este can en la Península Ibérica.
El último lobo ibérico de Cataluña cayó abatido en la zona de los Puertos de Tortosa- Beceite en 1972. Poco antes había desparecido el último lince de estas mismas tierras. Los dos se extinguieron debido al interés del hombre por no compartir una tierra que nadie le ha otorgado en propiedad.
Ahora, en pleno siglo XXI, el lobo continúa cayendo por culpa del autoeregido dueño del planeta, el hombre, el ser que se siente superior y que se define como pensante o racional. Pero no nos podemos engañar a nosotros mismos, ya que pensar sólo lo hacen unos pocos y razonar aún menos. Si este planeta debe estar supervisado y coordinado por nosotros es necesario recopilar todos los datos que han hecho que la tierra sea como es, donde la red de vida que conforman todos los seres vivos y los elementos inanimados han tenido y tienen su papel. Cada elemento del paisaje es importante y si alguno de ellos falla rompemos el equilibrio que ha provocado entre otras consecuencias que el hombre ahora este aquí, y el lobo es una de esas piezas clave.
Inteligente y social, así es el lobo, un ser que ahora comenzaba a recuperar territorio, para el bien de todos, ya que puede devolver el equilibro allá donde falta, porque es el animal que podrá mantener a raya poblaciones como las del jabalí, que tanto daño hacen a la agricultura o impedir que la cabra montés se convierta en un problema a controlar por los cazadores.
Todos debemos tener cabida en este planeta, ya que todos somos fruto de una estrecha relación entre la casualidad y la selección natural y no humana, como algunos practican.
El lobo necesita de nuestra ayuda porque somos nosotros precisamente los que lo hemos arrastrado hasta esta situación. No podemos permitir que el lobo desaparezca una vez más por el sentido de propiedad del hombre que dice constantemente aquí vive quien yo quiero sin comprender que cada uno de los seres vivos del planeta es insustituible e importante en el desarrollo evolutivo.
Alguien que ha entendido esta reflexión y que la ha llevado a cabo al pie de la letra es el biólogo i fotógrafo naturalista Carlos Sanz. Un hombre que no solo ha contribuido a la desmitificación de la parte maléfica del lobo, a través de algunos libros como Amigo lobo; de exposiciones tipo Amigo lobo. Leyenda y realidad del Lobo Ibérico, o de piezas audiovisuales como por ejemplo los capítulos del documental Pacto con lobos de la serie televisiva Especies Naturales de TVE. Sanz ha ido más allá y se ha dedicado también a la lucha por la preservación de la especie, hasta el punto de dedicarse a su crianza.
Desde nuestra entidad, Mediterrània-CIE, queremos reconocérselo y por ello hemos decido otorgarle el Reconocimiento Ones Mediterrània de Defensa del Patrimonio Natural de la XV edición de los Premios Ones Mediterrània del próximo 5 de junio en Tarragona.
Sigamos el ejemplo de Carlos Sanz, cada uno en la medida en la que podamos, pero al menos, no dejemos que sigan cazando lobos. Exijamos que se contemple a esta especie como no cinegética y comencemos a devolver al resto de seres lo que también es suyo.
Txiqui López, Mediterrània-CIE
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)

