02-27-2008, 11:25 PM
«¿Un círculo? . Qué podría significar?» Dejó que sus pensamientos fluyeran
Una línea perfectamente redonda, sin principio ni fin, sin ninguna desviación. Si se expandiera infinitamente, se convertiría en el universo. Si se contraía, sería igual al punto infinitesimal en el que residía su alma. Su alma era redonda. El universo era redondo. No eran dos, sino uno. Una entidad..., él mismo y el universo.
Pág. 236.
Desenvainó su espada, con un ruido metálico, y la sostuvo en diagonal. Su sombra parecía el símbolo del sonido «o» en el silabario katakana. El círculo universal seguía siendo el mismo. Y por idéntica razón, él mismo no había cambiado. Lo único que había cambiado era la sombra.
«Sólo una sombra pensó. La sombra no es mi yo real.» El muro contra el que había estado golpeándose la cabeza era una mera sombra, la sombra de su mente confusa.
Alzó la cabeza y un grito tremendo salió de sus labios.
Desenvainó la espada corta con la mano izquierda. La sombra cambió de nuevo, pero la imagen del universo no varió ni una pizca. Las dos espadas eran una sola, y formaban parte del círculo.
Exhaló un hondo suspiro. Sus ojos se habían abierto. Miró de nuevo la luna y vio que podía considerar su gran círculo idéntico a la espada o el alma de alguien que pisa la tierra.
-Sensei!- exclamó, echando a correr en pos de Gudo.
No quería nada más del sacerdote, pero le debía una disculpa por haberle detestado con tanta vehemencia.
Tras una docena de pasos, se detuvo. «Son sólo hojas y ramas», pensó.
Pág. 236.
Una línea perfectamente redonda, sin principio ni fin, sin ninguna desviación. Si se expandiera infinitamente, se convertiría en el universo. Si se contraía, sería igual al punto infinitesimal en el que residía su alma. Su alma era redonda. El universo era redondo. No eran dos, sino uno. Una entidad..., él mismo y el universo.
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Desenvainó su espada, con un ruido metálico, y la sostuvo en diagonal. Su sombra parecía el símbolo del sonido «o» en el silabario katakana. El círculo universal seguía siendo el mismo. Y por idéntica razón, él mismo no había cambiado. Lo único que había cambiado era la sombra.
«Sólo una sombra pensó. La sombra no es mi yo real.» El muro contra el que había estado golpeándose la cabeza era una mera sombra, la sombra de su mente confusa.
Alzó la cabeza y un grito tremendo salió de sus labios.
Desenvainó la espada corta con la mano izquierda. La sombra cambió de nuevo, pero la imagen del universo no varió ni una pizca. Las dos espadas eran una sola, y formaban parte del círculo.
Exhaló un hondo suspiro. Sus ojos se habían abierto. Miró de nuevo la luna y vio que podía considerar su gran círculo idéntico a la espada o el alma de alguien que pisa la tierra.
-Sensei!- exclamó, echando a correr en pos de Gudo.
No quería nada más del sacerdote, pero le debía una disculpa por haberle detestado con tanta vehemencia.
Tras una docena de pasos, se detuvo. «Son sólo hojas y ramas», pensó.
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Marco Antonio Arenas Chipola fue expulsado por insultar a mujeres y reclutador para sectas. Se confirma en el año 2009 que ha sido reclutado por la secta templo de la serpiente emplumada, y que realizó robo de un perro con pedigree hacia nuestra AC, además de despojo a su maestro de artes Marciales, Hoffner Long.
