11-18-2007, 07:18 AM
Leo una noticia acerca del sacrificio "por precaución" de 24000 aves de granja en Inglaterra. ( http://www.diariometro.es/es/article/efe/2...2336/index.xml)
Me he acordado otra vez de lo que comenté dobre los sacrificios por intereses comerciales.
Klein era optimista... pero 6 años después aún se dan los grandes sacrificios, ahora por la gripe aviar.
Creo que es interesante pensar que siendo realistas, la agricultura orgánica no satisfacería las necesidades de consumo de la mayor parte de la población; pero ahí queda al alcance del que se pueda permitir pagar los costes de los productos (de lujo) que genera. La única solución real que la industria alimentaria hiciera las cosas bien, en lugar de seguir la linea de abaratar costes en perjucio del consumidor... sólo que, obviamente, no parece estar por la labor.
Me he acordado otra vez de lo que comenté dobre los sacrificios por intereses comerciales.
Vallas y Ventanas, Naomi Klein, ed. Paidós, Barcelona, 2002, pp.111-113
Los chivos expiatorios de la fiebre aftosa
El objetivo primordial de la matanza del ganado en Europa es salvar mercados, no la protección de la salud pública.
Marzo de 2001
Los talibanes dinamitan estatuas de Buda de dos mil años de antiguedad y nosotros negamos con la cabeza: qué bárbaros, destruir esas solemnes imágenes en nombre de la pureza religiosa. Pero mientras los Budas son destruidos en Afganistán, la Unión Europea está inmersa en su propio ritual purificador, de dimensiones casi bíblicas: el feroz sacrificio de decenas de miles de animales para saciar a los hambrientos dioses de la economía de libre mercado. Cuando oí por primera vez la descripción del ganado como chivo expiatorio del capital ( así me lo refirió el ecologista alemán Mathias Greffrath), pensé que se trataba de una hipérbole. Seguro que estaban quemando todas esas fosas para proteger la salud pública, no el valor de mercado de la carne o el acceso futuro a mercados extranjeros.
Más de cincuenta mil animales están siendo, o ya han sido, sacrificados en Gran Bretaña, y otros diez mil están condenados a muerte. An Alemania, donde he estado esta semana, se ha sacrificado a mil quinientas ovejas. No había prueba alguna de que estuvieran infectadas, sólo existía la posibilidad de que hubieran estado en contacto con la fiebre aftosa.
Una parte de ello, por descontado, tiene que ver con la salud. Pero no todo. La fiebre aftosa conlleva un riesgo mínimo para los humanos y no puede contraerse mediante la alimentación. La enfermedad puede ser rápidamente curada en los animales con los medicamentos y las cuarentenas apropiados, y prevenida mediante la vacunación. Donde el virus tiene su verdadero efecto es en el mercado. Y el mercado exige grandes gestos para restaurar la confianza en su sistema.
(...)
Cuando un virus muy contagioso como la fiebre aftosa entra en la cadena alimentaria obliga a los consumidores a pensar en cómo llegan los alimentos hasta nuestra mesa. (...) El proceso de calcular la seguridad de cada bocado descorre sin tapujos la cortina del etiquetado y deja a la vista las granjas y mataderos fabriles a gran escala, los inmensos depósitos, los productos de las megacadenas de supermercados y restaurantes de comida rápida y las largas distancias que deben recorrer los animales y la carne en camiones y barcos atestados entre cada uno de estos eslabones de la cadena industrial agropecuaria.
(...)
Por alguna razón dudo de que la crisis de seguridad de los alimentos europeos sea esta vez resuelta con la ampliación del marketing de los productos orgánicos. Después de más de una década de debates sobre la enfermedad de las vacas locas, el E. coli, los organismos manipulados genéticamente y ahora la fiebre aftosa, la seguridad alimentaria ha dejado de ser una cuestión de salud o de consumo y se ha concertido en un tema económico que cuestiona la pretensión de que, en la agricultura industrial, \"cuanto mayor, mejor\".
Se ha visto afectada la fe en la ciencia, en la industria, en los políticos, en los expertos. SE puede satisfacer a los mercados con sus chivos expiatorios, pero creo que los ciudadanos exigirán medidas más duraderas.\"
Klein era optimista... pero 6 años después aún se dan los grandes sacrificios, ahora por la gripe aviar.
Creo que es interesante pensar que siendo realistas, la agricultura orgánica no satisfacería las necesidades de consumo de la mayor parte de la población; pero ahí queda al alcance del que se pueda permitir pagar los costes de los productos (de lujo) que genera. La única solución real que la industria alimentaria hiciera las cosas bien, en lugar de seguir la linea de abaratar costes en perjucio del consumidor... sólo que, obviamente, no parece estar por la labor.
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)

