Vivir entre dos mundos 1/2

A lo largo de mi vida he visto que con excepción de tres personas, la mayor parte de la gente no puede hacer planes a largo plazo y luego cumplirlos. Algunos llaman hacer planes de largo plazo a comprar una casa a quince años, otros a comprar una camioneta, pero la mayor parte de las personas son incapaces de fijarse metas, y sin metas no es posible ni hacer una estrategia, ni validar el avance en los incrementos sucesivos al objetivo primordial.

A lo largo de mi vida he visto que con excepción de tres personas, la mayor parte de la gente no puede hacer planes a largo plazo y luego cumplirlos. Algunos llaman hacer planes de largo plazo a comprar una casa a quince años, otros a comprar una camioneta, pero la mayor parte de las personas son incapaces de fijarse metas, y sin metas no es posible ni hacer una estrategia, ni validar el avance en los incrementos sucesivos al objetivo primordial.

El problema puede ser desde objetivos idealistas (conseguir el amor de zutanita) a difusos (obtener un aumento de sueldo, sin fecha ni pasos intermedios) o hasta imposibles.

Castaneda habla del mundo de las personas comunes y corrientes y del mundo de los guerreros. En lo personal creo que eso no es posible, primero porque todos somos iguales y moriremos, y pensarse especial hace que uno piense en algo inútil. Hay dos mundos en realidad, uno entre las personas que tienen metas medibles razonables y posibles, y los que se hacen tontos solos.

He visto a lo largo de los años muchos que se casan y dejan el camino del conocimiento (que para ellos puede ser una licenciatura, un curso de flores de Bach o del pasado de México), y esto es sano por varias razones. En primer lugar porque las personas que tienen la expectativa que algo les diga que son elegidos, suelen hacerlo como pretexto para no trabajar; en segundo es que el matrimonio puede ser muy bueno si las dos personas tienen un objetivo común o un objetivo mayor a ellos mismos, pero no es práctico por casarse abandonar los estudios, o por quedarse sin trabajo empezar una borrachera.

Hace unos años me enteré de una experta indígena en herbolaria en el interior del país que estaba tomando información sobre agua diamantina y dejando de lado lo que su esposo, difunto, le había enseñado. ¿Que le quedaba a ella a la muerte de su marido? O seguir los pasos de un herborista respetado, o tratar de ampliarse a algo que no es ni verificable, ni medible ni comprobable.

Castaneda en sus libros se la pasa dando bandazos y no hay estrategia expresada claramente por don juan. Dejar que el espíritu o el poder decida, son pasos de control de sectas. La voluntad de hacer algo razonable, en un transcurso de tiempo, es lo que permite la estrategia siempre y cuando lo que se vaya a hacer sea razonable, medible y comprobable.

En ocasiones no conviene dar todos los detalles. Por ejemplo, la semana pasada me encontré revisando unos documentos con la gente de cuentas pro cobrar de la empresa, y encontré un error garrafal de parte de tres personas, cabezas de área, que daban por sentado que alguien mas ya había verificado un dato. Ahora estoy a la espera de que el director general decida una de las alternativas para corregir el error.

Castaneda no toma en sus acciones algo para corregir lo que pudo hacer mal o de influencias externas, y tampoco hay un propósito medible contra el cual alguien pueda evaluarse. El sistema de “conocimiento” de Castaneda resulta por lo tanto menos útil para fines prácticos que el óctuple sendero de los budistas.

En la mayor parte de las empresas en que he estado no se hacían las revisiones al personal para hacer planes de carrera. La mayor parte de las empresas que he visto no piensan en su recurso humano, y la mayor parte de los trabajos tampoco piensan en los cambios en la tecnología, incluyendo empresas tecnológicas.

Mientras escribo, se por ejemplo que antes de que acabe este año debo tener resueltos tres asuntos, uno de ellos es nuevo, y derivado de las acciones idiotas de la secta Kinam del mes pasado. Pero los otros dos asuntos, uno debe quedar este mes y en el peor de los casos lo arreglo con dinero creando una Razón Social en el estado de Nayarit, y por otra sé que podré evaluar el éxito o fracaso de un plan de tres años en base a lo que resulte la próxima semana.

Mientras tanto veo a profesionales realmente buenos en su cumplimiento de tiempos, con los que he trabajado antes, tener problemas por no pensar mas allá de dos años, y por otro encuentro que la mayor parte de los grupos tradicionales mexicanos actuales cometen un error simple pero fatal repitiendo uno de sus modos de operación. Pensar a 100 años no es verificable y los treinta años anteriores no han sido avances. Así que, pensando un poco en lo que ha sucedido con el nagualismo y la “filosofía de Castaneda” que no duró ni veinte años ni pudo crear algo aplicable a la vida real, me doy cuenta que el problema de fondo es la incapacidad de muchas personas para fijarse un plan de trabajo en las cuestiones materiales de su vida, y si no pueden sacar adelante sus propios problemas materiales, menos van a poder resolver problemas espirituales o de un camino de conocimiento.

Hace unos años me comentaba uno de mis maestros tradicionales que uno debe tener un objetivo que sea superior a cualquier persona que conozcamos y que pueda cumplirse incluso en caso de una guerra civil; algo que sea interno y no tanto de un camino a lo pendejo de a ver a donde se va; es decir, es muy diferente decir vamos de paseo a ver que vemos en la plaza, a decir : de este jueves en ocho tengo que ir a Nayarit a revisar si el plan de capacitación en Kanban se autoriza por tres años o solo por uno.

Pero ya hay un plan si la empresa decide no hacer el curso de Kanban, y lo que se haga para ganar dinero es independiente del camino espiritual. No podemos esperar resolver problemas o necesidades de tiempo de parejas e hijos a través del trabajo, pero si nos dedicamos únicamente a asuntos de familia y amistades el resultado es descuidar el trabajo. Así que la capacidad de trabajo dirigido en períodos cortos es válida, pero los objetivos deben estar señalizados desde antes y ser mesurables.

A finales de 1998 tenía yo dos automóviles y una dama me dijo, ¿por qué no los vendes y compras uno mas reciente? Le dije buena idea, y no volví a verla.

La razón en ese entonces de tener dos coches era para moverme entre las plantas de mi trabajo de entonces, y no iba a poner mi puntualidad en problemas por una falla mecánica, ni a poner mi vida en problemas por usar un coche compartido para los que teníamos mi nivel de sueldo.

El coche en ese entonces no era una necesidad, pero era útil. Igualmente cuando la secta Kinam empezó a preguntar por mi patrimonio, revisé que mis coches estuvieran a nombre de las razones sociales. Vivir en un solo mundo implica por lo general vivir en el tiempo presente o estar tratando de regresar a un pasado ya perdido.

En cambio, las posibilidades solo las puede dar el futuro, y el nagualismo debe estar basado si va a ser útil, en planes a largo plazo que sean mesurables para uno mismo, realizables de manera independiente, y no ligados a nuestra familia o actividad económica.

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