Prisionero de las estrellas

Hay una historia de ciencia ficción llamada así. Aquí me refiero a algo que entendí en una noche de insomnio, de esas de aullarle a la luna.

Hay gentes que aceptan compromisos a lo loco, hay otras que no tienen compromisos, otras que son esclavos de la libertad ( no es lo mismo que ser prisionero de las estrellas )

Pero hay veces en que uno debe evitar establecer vínculos para sobrevivir, a veces uno está en una circunstancia difícil, esperando salir de la situación desagradable, pero a veces no sabemos de plano como salir. En esos momentos, nos sentamos, a esperar que algo pase, cuando sabemos que hagamos lo que hagamos, actuaríamos mal., porque no es un tiempo de hacer nada, sino simplemente de estar ahí, sentados en el camino. Justamente lo que el hombre no hace sino para compadecerse y llorar… porque el llanto es algo que solo pertenece al hombre. El lobo espera, y el rayo de luna o el amanecer le muestran su camino. Mientras, el lobo espera alegre y de buen ánimo.

Todos los caminos llevan a Roma, pero a veces los rodeos son muy largos, así que es cuestión de estar esperando, a que algo en el corazón del lobo nos diga, por ahí….

El prisionero de las estrellas es el momento entre que lobo se da cuenta que algo anda mal, y que debe detenerse, y el momento en que la garra se apoya en el camino, dispuesto a la batalla, sin aullarle a la luna, saliendo a cazar y matar; y a proteger a sus cachorros.

El lobo debe vivir en el lugar que es su hogar; un lobo tiene su propio territorio; al que marca a su manera. Las posibilidades ilimitadas no convienen al hombre porque enloquecería, pero es el derecho del lobo. El hombre pone limites artificiales, el lobo no; el lobo orina, y deja huella de su paso, el hombre se desplaza sin dejar huella; el hombre no puede luchar contra la naturaleza, pero el lobo si, porque las garras del lobo le permiten luchar por si mismo, sea cual sea su nivel de poder, sea uno de la manada, sea el lobo estepario, o el príncipe de los lobos; el hombre se basa en los cazadores, no lucha por si mismo. El lobo tiene como límites la tierra y la naturaleza, porque en el momento en que sale a la ladera; debe enfrentarse con el hombre y las reglas artificiales, que no tienen otro valor que proteger a los débiles y convencerlos de que son fuertes.

Sea uno hombre o lobo, lo importante es moverse en el camino iluminado por la luna.

Alguien me preguntaba hace poco cuales eran los valores o las metas del lobo. Al igual que para el hombre, debemos definir que es un valor.

Básicamente, los requisitos para que algo sea valor, son siete.

Ser escogido libremente
De entre varias alternativas
Nos produce satisfacción y orgullo
Lo podemos publicar libremente
Llevarlo a la acción
De manera Repetida y Consistente
Sin dañar a otros

Nota: En de manera repetida y consistente entra el poder hacerlo sea cual sea nuestra edad. No puede ser valor para una dama usar ropa escotada, o para un hombre el correr la milla en cuatro minutos.

Si no lo podemos publicar, o no lo podemos hacer, o dañamos a otros en el proceso, no es valor, es sentarnos a tomar cerveza en un día de campo y decir que bonita es la naturaleza. Me atrevo a decir que no existen los valores para aquellos que no tienen algo de lobos en su herencia, y que no lo han ahogado.

La única forma de trascender la prisión que imponen las estrellas, con su libertad, es aceptarla, a través del coraje, y el valor que elegimos.

Mientras no podamos correr en la noche en la montaña, con la certeza de un mañana y una vida con valor, siempre nos consideraremos esclavos, o víctimas de las circunstancias. Seremos hombres, y no lobos.

El camino del hombre es el del que trata de vencer al mundo cambiando las circunstancias; el lobo se enfrenta al mundo a través de si mismo, con lo único que tendrá siempre, porque es su derecho, su garra, y su deber.

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Alfonso Orozco – Mayo 1999
ICQ 41907900

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