El ciudadano australiano James Harrison, 74 años, quien a los 14 años estuvo cerca de perder la vida cuando fue sometido a una cirugía de tórax para la que necesitó 13 litros de sangre, ha decidido convertirse en el donador universal de miles de bebés que corren el riesgo de nacer con la peligrosa enfermedad de Rhesus, una forma severa de anemia que puede ser mortal:

\”Estuve en el hospital durante tres meses. La sangre que recibí me salvó la vida e hice la promesa de donar sangre para cuando cumpliera los 18 años\”, declaró James en entrevista aparecida en el diario Daily Mail.

Hoy a 65 años de haber iniciado su labor altruista, James puede estar orgulloso de haber salvado la vida de 2.2 millones de recién nacidos a través de 984 donaciones, gracias a su raro tipo de sangre que contiene anticuerpos capaces de erradicar la mortal enfermedad.

A pesar de que en su país ya es conocido por algunos habitantes como \”El hombre del brazo de oro\”, los especialistas aseguran que ni James, ni su sangre, cuentan con propiedades milagrosas:

\”Sólo es Rh-, nada más. Este hombre es sólo una de las miles de personas en el mundo con Rh- que, de forma voluntaria, son inmunizadas para que creen anticuerpos en el plasma. Más tarde, ese mismo plasma es el que utilizan las farmacéuticas para fabricar la gammaglobulina anti D, o vacuna anti D, que evita la aparición de la enfermedad de Rhesus en los niños con un Rh incompatible con el de su madre\”, comentó Eduardo Muñiz-Díaz, jefe de la División de Inmunohematología del Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña.

Más allá de lo que piensen algunos especialistas, James está sumamente orgulloso de su actividad y más aún cuando gracias a ella pudo salvar la vida de su nieto, quien corría el riesgo de padecer la mortal enfermedad.

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