Siguiente encuentro

La sombra de la cabeza

Ya habían pasado unas semanas después de mi primer encuentro con el nagualismo, cuando de pronto en el ICQ veo a Nagual Online. Lo saludo y le preguntó si el es el autor de esa página, a lo cual me responde que si. Me emocioné porque estaba frente a un Nagual verdadero, pero mi emoción terminó pronto, pues no sabía que era eso.

Por lo que cerré la ventana de chat, poco después de despedirme. Pasaron algunos días y veía online nuevamente al Nagual. Lo ignoraba…se cumplían semanas enteras y no lo veía conectado. Hasta que en una de esas lo encontré y le pregunte un montón de tonterias. El Nagual se hartó y me invitó a las reuniones de los azulejos. Me dió en cierta forma gusto y haciendo alarde de mi entendimiento, en realidad no tenía idea de lo que decía, le dije que lo reconocería porque de la coronilla de un Nagual sale La sombra. Era el mes de Marzo, lo recuerdo bien por que hacía calorcito, y porque faltaba poco para mi cumpleaños.

Nunca había ido a ese Sanborn’s de los Azulejos, y después de mucho preguntar di con el lugar. Comencé a buscar a alguien al que le saliera una sombra de la cabeza, pero no sabía lo que estaba haciendo, pues, ¿qué es eso de que a alguien le salga una sombra de la cabeza? Al decirme a mi mismo, ¿Qué chingados hago aquí buscando a un tipo que ni conozco y peor aún a un tipo desconocido que le sale una sombra de la cabeza?, opté por irme del lugar, no sin antes ir al baño. Al bajar una persona de 1.80, tez blanca, pelo lacio, complexión robusta, se me acerca y me pregunta: -¿Tu eres Marco?- le respondo que si, y antes de que le preguntara, ¿Tu eres el nagual al que le sale la sombra de la cabeza?…me interrumpe y me invita a su mesa.

Me invitó a que pidiera algo de comer en lo que llegaba la demás gente. Me dijo que “el grupo” no era ninguna secta, que solo se buscaba un fin común, y que en ningún momento se lucraba. Yo no entendía nada, y cuando lo veía a los ojos pensaba “Este cuate tiene cara de loco, ¿porqué se me queda viendo asi?, pareciera que me leyera el pensamiento, naada que”, el corazón se me aceleraba y comenzaba a transpirar por todo el cuerpo, seguía sin entender nada. El Nagual Alfonso seguía hablando, a veces pensaba cosas para mi mismo, y pareciera que me leia la mente. Llegó un momento en que se me quedó viendo y le iba a preguntar que si tenía algo en mi contra me lo dijera. Decidí controlarme y poner toda la atención posible, de algo serviría el haber ido alli. De pronto comencé a oir términos conocidos, Guerreros, Camino del Guerrero, Linajes, Escuelas, Combates…y fue cuando entendí a donde había llegado, en parte, pues no había un lugar en donde se hicieran ejercicios.

Pasó un buen rato, y nadie llegaba, y yo me comenzaba a aburrir. El Nagual también, pues era deseperante tratar con una persona como yo, que no entendía nada, y cuando dabas señales de entendimiento, todo el pequeño avance lo tiraba a la basura con pensamientos como: “Que le pasa a este tipo, me sigue viendo, sigo sin entender el porque de su molestia, no me lee el pensamiento, este ..groseria… me sigue viendo, ¿se habrá enojado porque lo insulté?, no no creo no hay nadie que pueda leer el pensamiento”. Y decidimos terminar nuestra primera reunión.

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