El temazcal visto desde la etnomedicina

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EL TEMAZCAL.

Es el baño de vapor ceremonial-terapéutico tradicional de Mesoamérica. De origen prehispánico, se utilizaba principalmente para las parturientas después de dar a luz. La finalidad: limpiar a la mujer de la suciedad (simbólica) y elementos residuales del parto. Según López Austin (1997), los antiguos nahuas consideraban la reproducción dentro de una esfera conceptual relacionada con lo sucio y lo pecaminoso. Tras el parto, el recién nacido traía esa suciedad. La madre también la tenía. De ahí la necesidad de practicar una limpieza integral. Al aproximarse la hora crítica, la comadrona daba a la madre un baño de vapor y un masaje para facilitar el parto (Murdock, 1987: 303). La partera lanzaba un grito de guerra cuando nacía el niño, que era considerado “nuevo cautivo”. Se cortaba el cordón umbilical y se encendía una lumbre que duraba cuatro días. Luego, la madre recibía un baño purificador (Murdock, 1987).

Los restos más antiguos hallados hasta la fecha se encuentran en la zona maya (Palenque) y Guatemala (Piedras Negras).

La medicina tradicional maya es uno de los sistemas terapéuticos más antiguos del continente americano. Bien conservada, es practicada en la actualidad por sus especialistas, teniendo gran acogida por la gente que acude, como hacen los zapotecos o los mixes de Oaxaca, a sus médicos, vistos éstos no sólo como quienes curan sino también como quienes saben, personas que dan consejos. Escribe Murdock de los mayas: La civilización maya, con su agricultura intensiva y su religión, sus artes y ciencias desarrolladas estaba en pleno florecimiento hacia el año 200 d. C. (Murdock, 1987: 284). El temazcal fue el medio-procedimiento terapéutico más importante entre los mayas. Una cultura tan desarrollada y sofisticada influyó en los grupos próximos; y aspectos particulares de su terapéutica fueron adoptados por otros pueblos vecinos. Algunas de las opiniones que he escuchado en Oaxaca hablan de un origen del temazcal más remoto aún que los restos hallados en el área maya. Este baño, y esa práctica, reflejan el grado de avance de la cultura prehispánica en materia de salud, con importante preocupación por la higiene. El nombre viene del náhuatl y significa casa (calli) de vapor (temaz).

Generalmente, el temazcal en cuanto a edificio es una estructura redondeada y abovedada de barro relativamente pequeña parecida a un iglú. Pero la forma cupular no es la única, y el tamaño también varía. Los puede haber más altos o más bajos, cuadrangulares, más alargados con pilares y refuerzos en los muros, etcétera. Agustín Ortiz Butrón expone en su artículo: La mayoría de los vestigios arqueológicos de temazcales se han localizado dentro de centros ceremoniales, frecuentemente asociados a juegos de pelota. Su construcción era similar a la de los palacios y templos, y su tamaño, en comparación con los ejemplares modernos, muestra que eran edificios de gran importancia (Ortiz, 2005). He visto temazcales en espacios costructivos prehispánicos cerca de México D.F. En el sitio arqueológico de Tenango se halla la base de lo que pudo ser un baño ceremonial al lado del “Juego de Pelota”. El carácter ritual-terapéutico del temazcal estaba relacionado con el simbolismo del “Juego de Pelota”. El temazcal servía para purificar a los jugadores. Lo que queda en Tenango es un espacio cuadrado con una entrada y un agujero en el suelo alrededor del cual, supuestamente, se posicionaban los bañistas. El Tenango actual sigue conservando la cultura del baño ritual, ofrecido en esta ocasión por empresas dedicadas al ocio y al bienestar.

La estructura de los cupulares pequeños es parecida a la yurte, construcción tradicional (vivienda montable y desmontable) de los pueblos esteparios nómadas siberianos. Esta vivienda se construye con pieles o fieltro y un armazón de palos. Pues bien, aún hoy se utilizan como temazcales estructuras provisionales en Mesoamérica hechas con ramas, palos, mantas o pieles, llamadas toritos. La diosa protectora del temazcal es Temazcaltoci.

De los distintos tipos de temazcal y de las características técnicas de cada uno de ellos no hablaré. Esencialmente significan todos los mismo, aunque la moda de revivir lo étnico está generando una nueva clase de consumidores de bienes culturales, o simplemente consumidores de adaptaciones de elementos tradicioneles hechas por el mercado turístico especializado, que implica la oferta de temazcales comerciales (desvinculados de su sentido y significado originarios) tal como conocí en Oaxaca. Para hacer una aproximación antropológica del Temazcal clásico, hay que buscar en las comunidades y en la cultura. Después de acercarme a alguno de los de nueva creación, no vinculado a la tradición, entrevisté a Doña Norma Yescas, terapeuta de Temazcal tradicional de Tutla, localidad próxima a la capital oaxaqueña. Con ella mantuve algunas conversaciones sobre el significado tradicional del baño ritual, además de participar directamente en el mismo con otras personas.

Doña Norma se incluiría, según mi planteamiento inicial, en el sector de los profesionales, practicantes y expertos indígenas de salud tradicional. Para la información sobre el temazcal utilicé la entrevista en profundidad (no estructurada, sobre una idea básica, revisando, repasando, reforzando y precisando las informaciones a través de diferentes encuentros y charlas).

El baño temazcal de Doña Norma es una construcción hecha con adobe y piedra de río. Se calienta desde fuera. La parte interior, que recibe el calor, lleva canto rodado y piedra volcánica. Se unen las piedras con barro de tierra y ceniza. No se recubre con cemento el área caliente porque se resquebrajaría. He aquí unos fragmentos de lo que la terapeuta zapoteca me contó:

-(p)¿Las dimensiones y las proporciones de la pieza tienen que ser unas determinadas?

-Varía mucho la forma. La terminación puede ser cuadrada o en bóveda, como ésta. Normalmente, antes se acostumbraba cuadrada, y más chiquita, para dos, tres personas. Este baño es para ocho (…). Si se hace muy grande, no guarda mucho el calor. Éste está diseñado así por el espacio que tenemos acá. La orientación de la puerta siempre ha de ser hacia el Norte. Eso sí es muy específico (…). Ahí en Tetiztlán del Valle conocemos uno que es más bajo y es solamente para unas cuatro personas, y está casi directo el fuego (…) Nada más que es un poco molesto para la gente porque al momento que se le echa el agua, sale el vapor pero también la ceniza que sale de las piedras y de la lumbre. Por eso nosotros diseñamos éste para que se calienten las piedras por fuera pero que no entre el humo y que no entre la ceniza. A la gente le gusta así y no siente como que se vaya a sofocar o asfixiar con la ceniza, pues.

-(p) ¿Y el grosor de las paredes?

-Ahí ya varía del diseño porque éste, por ejemplo, tiene como treinta de grueso. El adobe es de 30 por 40. Por fuera está revocado con cemento, nada más para proteger el adobe.

-(p) ¿Y cómo se sabe cuál es la temperatura ideal ya que puede calentarse más o menos?

-Pues cuando entramos en el temazcal, la persona que dirige el baño, ya sea mi mamá o yo, pues vamos echándole agua despacio y ya la gente va diciendo. Si aguanta más, se le echa más agua porque, de hecho, las piedras ya están bien calientes. Uno va calculando adentro.

-(p) El interior huele muy bien ¿Qué han echado?

-Es el olor que queda de las hierbas porque el agua que se le pone al temazcal es agua de hierbas. Previamente se cuece agua con plantas y cuando hierve, se deja enfriar. Es el agua que usamos.

-(p) Esas hierbas, ¿tienen finalidad medicinal?

-Sí. Realmente son para desintoxicar, y hierbas también que son relajantes, para cuando el cuerpo empieza a sudar, se sienta una tranquilidad. Por ejemplo, se ocupa (utiliza) el romero, la albahaca, la ruda y flores, la rosa de preferencia. La rosa blanca, que es muy aromática, es la que ocupamos (usamos) más. La clave es la mezcla de albahaca y romero.

Señala Ruth Gubler que hay una baño de limpieza de hechizo en Yucatán en el que se emplea la ruda, la albahaca y el romero (Gubler, 1996).

-(p) ¿Y cuánto dura un baño temazcal?

-Normalmente, 45 minutos, pero si las personas aguantan más, hasta una hora y media.

-(p) Y, ¿en qué consiste el ritual?

-Pues antes de entrar, las personas se ponen en pura ropa interior envueltas en una sábana. Se prende un incienso de copal. Entonces ya se le hace.

-(p) Explique qué es el copal, por favor.

-Es una piedra de resina de un árbol, que se derrite. Se ocupa (utiliza) mucho aquí, cuando hay muertos o cuando se va a la iglesia. Eso significa purificar. Entonces, antes de entrar al temazcal, se le pasa a la persona por todo alrededor para purificar su aura. Luego entran hincados (agachados) y se van acomodando dentro sentados. Después se le pasan sus ramos que son preparados con flores de albahaca y ruda. Con esas hierbas es con las que se hojea, que es como darse golpes con los ramos estimulando la circulación de la sangre.

-(p)¿Se dan las personas unas a otras?

-Normalmente cada persona se da a sí misma, pero si tiene algún dolor muy fuerte, entonces la que dirige el temazcal realiza la frotación, como si fuera una limpia con las hierbas. Se le frota y se le estimula la circulación. Y como se está constantemente sudando, eso hace que el cuerpo también se purifique pues, tanto a nivel físico como a nivel espiritual.

Me habla Doña Norma del fuego y el agua como elementos esenciales del temazcal. Dice que hay que tenerle un respeto al fuego y en general guardar silencio y concentración en el interior. Ellas (su madre y la propia Doña Norma) le piden mucho respeto a la gente. Al principio se hacen unas respiraciones profundas, a modo de meditación. La gente empieza a sentir el cuerpo, reconociendo las partes que le duelen, o si hay algún sentimiento, aflora. Señala que estando en contacto con la respiración, empiezan a surgir emociones, por ejemplo, en la gente que trae mucho coraje o miedo. La persona que dirige el temazcal acompaña con cánticos o recitaciones. Comenta que la gente manifiesta emociones diversas. Algunos lloran, otros sienten miedo. En general, lo hacen porque tienen esa necesidad. Hay que sacarlo, subraya.

-(p) ¿Qué significa esa exteriorización?

-Una forma de sacar las impurezas físicas, psíquicas y emocionales. Por eso es muy importante la concentración y el respeto. La gente que entra tiene que ser muy consciente de lo que va a hacer allí dentro, o sea, esto no es un juego, pues. La que dirige el temazcal va rezando, va haciendo una meditación. Ella dirige dependiendo de las personas porque hay gente que no le gustan los rezos y sí los cantos.

En México capital y en la zona de Teotihuacán se usa el pirul (o pirú), que es un árbol típico de toda aquella planicie, para hacer limpias. Le pregunto a Doña Norma si lo usan también en Oaxaca en el temazcal. Me dice que no debido al exceso de aroma que desprende, y que puede irritar los ojos. Para la limpia se usan la albahaca, el romero y las rosas. Le pregunto si ella o su madre tienen algún tipo de sentido especial para ver o saber qué problemas traen las personas. Me responde que su madre sí, que ella se guía por la intuición y que en estado de concentración y en el ambiente tan especial del temazcal, se da cuenta de quién necesita más ayuda. A algunas personas que muestran la espalda dolorida o los brazos, se les da un masaje para ayudarles a concentrarse y a relajarse. Una vez que ellas ya están más relajadas, entran en contacto consigo mismas, sacando los bloqueos que traían. Avanzado el baño, se les pasa un té preparado con hierbas para que se rehidraten. Y ya en el momento en que las personas van a salir, tienen que dar gracias al fuego

Algunos seres terrestres fueron creados, según el mito, con más presencia de la esencia divina, entre ellos, el fuego. Dichos seres están más cerca de los dioses o son considerados ellos mismos dioses (López Austin, 1997).

-Se les recomienda siempre, estando dentro, que entreguen al fuego lo que traen, ya sea dolor físico o emocional. Por eso, los ramos después de que se pasan por el cuerpo se ponen donde están las piedras como símbolo de que se les está entregando al fuego para que purifique sus males.

-(p)¿Se puede pedir por terceras personas?

-No, normalmente se hace para los que están participando en el temazcal.

-(p)¿El procedimiento es el mismo para toda la gente, independientemente de sus males?

-Hay ciertas variaciones porque, por ejemplo, cuando las personas tienen asma o tos, se les agrega otras plantas que ayudan a aflojar las flemas y a desintoxicar esa parte del cuerpo. Por eso a veces hay no más dos personas que lo quieren para su malestar, o gentes con artritis y otros problemas. Entonces ya mi mamá prepara las plantas especiales para eso (…). Desintoxicar, a todos les ayuda, incluso también a los que no tengan verdadera intención de curación, debido al contacto con las hierbas. Los poros del cuerpo se abren y penetra la substancia de las plantas. El baño purifica y limpia a todos en general.

-(p)¿Cuándo se usaba tradicionalmente el temazcal?

-Básicamente, anteriormente se ocupaba (utilizaba) para las mujeres que acababan de tener a sus bebés. Ese era el objetivo principal. A las mujeres que acababan de parir las metían en el temazcal para que, a través del baño de vapor y del masaje, se les cerrase el útero. Ese es el significado de fondo del temazcal. Es como un útero. Si usted se da cuenta de la forma, es un útero. Entonces, su objetivo primordial antiguamente era para las mujeres que acababan de parir.

Para Norma Yescas, la simbología uterina del temazcal tiene que ver con una especie de renacimiento. Al adentrarse, uno se siente seguro allí. Por esa razón la gente saca sus emociones al exterior, se renueva y se cura. Este era el objetivo antiguo: renovarse, limpiarse (entendidos también simbólicamente). El temazcal de Doña Norma y Doña Enriqueta, su madre, fue construido en 9 días que simbolizan los 9 meses que dura el embarazo en la mujer. Antes de levantarlo, hicieron una ofrenda al lugar, a la tierra, como respeto por el espacio que se iba a ocupar y por el objetivo que tenía para la curación. Ofrecieron copal, cacao, canela y algunos condimentos usados para el chocolate. Es la tradición, hacer un regalo a la tierra.

Insistió en que la intención de curar y ayudar debe guiar la construcción del temazcal, no el negocio. Según ella, lo que se cobra (en su caso) viene a cubrir los gastos. Muchos acá conocemos a otros que tienen grandes temazcales porque piensan que entre más grandes, hay más gente y se cobra más, añadió. En esos lugares, para la terapeuta, no hay diferencia entre un baño temazcal y un baño de vapor normal. Por ejemplo, las plantas que se usan en un temazcal ritual tienen que ser frescas y verdes, no secas. Por eso las citas se hacen con tiempo suficiente para ir a recoger las plantas, prender el fuego y disponerlo todo. Cuando la gente sale del temazcal, pasa a un cuarto donde se tiende sobre esteras y se tapa con mantas. Explica Norma que es para no perder calor, para que el cuerpo se acostumbre al ambiente normal y quede relajado. Por eso se suele hacer en la tarde porque después las personas ya no van a trabajar. Antes de venir al temazcal hay que comer ligero y beber líquidos. Después del temazcal también conviene comer fruta y bebidas tibias. No conviene exponerse ni al frío ni al aire. Mucha gente viene porque a veces tiene un dolor de cabeza para el que no encuentran explicación. Mi mamá le pasa el huevo y las hierbas, diciendo: “es que recibió un fuerte aire”. Se refiere a que tal vez pasó por algún lugar donde la energía es muy pesada. Se llama eso, muy congestionada, pues. La persona, si no está bien físicamente, recibe esa energía y empieza a sentir el malestar del dolor de cabeza que es lo más común, o una especie de resfriado. El cuerpo no funciona bien, pero no hay una explicación lógica. Ella le hace la limpia con el huevo, la albahaca y las otras hierbas que se usan en el temazcal.

La tradición originaria atribuye a las fuerzas y a las energías terrestres y acuáticas el poder de ocasionar males pesados, densos, fríos, como el aire (López Austin, 1997). También pueden circular a través de los seres humanos y dentro de ellos, causándose aire con la mirada, con la presencia y con los deseos. El temazcal tiene el poder de regular, reequilibrar, sacar, extraer, purificar, limpiar, reenergizar, calentar (en el sentido de revitalizar), sanear, no sólo a la parturienta sino a cualquiera. Puede eliminar el aire y todas las adherencias causantes de bloqueos a todos los niveles. Restablece el movimiento y el flujo de la energía, mejorando cuerpo, espíritu y emociones. Desde el punto de vista estrictamente físico, tonifica el sistema nervioso, relaja, calma, permite una buena circulación neuromuscular, desintoxica, depura las vías respiratorias, regula la presión arterial, hidrata las mucosas, refrigera, ayuda a la limpieza del aparato digestivo, purifica la piel, mejora la circulación linfática y sanguínea, potencia las defensas, ayuda a soltar la tensión muscular, facilita la eliminación de sales y elementos sucios de músculos y articulaciones permitiendo la flexibilidad y la elasticidad. Para Norma Yescas, no todos los sanadores y terapeutas tienen las mismas capacidades. Les hay que nacen con un don especial para ver, para entender y para sanar los problemas, como su madre, Doña Enriqueta, que además de trabajar allí, da cursos y seminarios fuera de México. No todos consiguen quitar los dolores y mejorar los problemas asobando un huevo, por ejemplo (realizando la limpia, pasando el huevo alrededor de la cabeza). Hay quien con sólo asobarlo lo consigue, y hay quien no logra nada, explica. Añade que cada persona tiene más desarrollado un don, o puede desarrollar más un don (coincide con la explicación que me dio D. Isaías en Puerto Escondido, hablando de para qué se viene a este mundo). Dice que hay algo en su madre que heredó de su abuela, un algo transmitido de generación en generación. Norma tiene la capacidad de conducir el temazcal y de atender a las personas dentro, pero no logra los mismos efectos con las limpias que su madre, según sus palabras. Reconoce que su fuerte son los masajes, las ayudas directas, el contacto con el cuerpo.

3.1.1. LA EXPERIENCIA DEL TEMAZCAL.

Expondré a continuación las observaciones realizadas en el baño ceremonial así como algunas opiniones de los asistentes.

Para el antropólogo, la observación participante es su método. Por ello, me planteé conocer el temazcal de primera mano.

Varios días después de mi primer encuentro con Doña Norma participé en un baño ritual. Como ya se ha explicado en el punto precedente, antes de pasar al interior del habitáculo, los participantes recibimos un baño energético de copal, primera purificación. Entramos en el recinto agachados por la pequeña puerta. Dentro, la oscuridad era casi total. Tan sólo un agujero circular dejaba entrar un tenue haz de luz atravesando todo el espacio. Hacía calor y el ambiente era agradable. Nos sentamos y nos apoyamos en la pared. Cerramos los ojos y empezamos a respirar siguiendo las instrucciones de Doña Norma, que fue echando agua olorosa en las piedras calientes. Luego, tapó la ventanilla. Nos entregó ramos para frotarnos y golpearnos (hojear) suavemente todo el cuerpo. Sensación agradable y relajante. La conductora recitó algunas frases a modo de oraciones para ayudar a nuestra purificación. En las frases, se expresaba el deseo de llegar a conseguir la limpieza y la cura de los asistentes. Respirábamos profundamente a la vez que nos dábamos con los ramos. El calor y el vapor se iban haciendo más intensos.

Resultaba agradable el ambiente. Después vinieron canciones y más rezos por parte de Doña Norma. Bebimos té de hierbas para rehidratarnos y continuamos con las limpias, en este caso practicadas por la terapeuta. Luego entregamos los ramos al fuego con el fin de eliminar nuestras impurezas y males adheridos. A los 45 minutos aproximadamente empezamos a salir, cada cual a su ritmo. Pasamos a una habitación donde nos tendimos en el suelo (sobre esteras) envueltos en mantas. En este espacio intermedio de recuperación térmica permanecimos media hora hasta que nuestro cuerpo se hizo al ambiente natural. En todo momento había incienso y perfumes agradables en el ambiente.

En general, los participantes me transmitieron que les había agradado la experiencia. Tenían sensación de limpieza interior y exterior, bienestar y relax. María, una de las participantes, valoró especialmente el silencio, un silencio muy comunicativo, muy de sentirse al lado de los que estaban en el recinto. Según ella, en el temazcal hay algo espiritual que lo diferencia totalmente de un baño de vapor normal de gimnasio por ejemplo. Como no se sentía enferma antes de ir allí, no percibió cambios a nivel de salud, pero sí una sensación de paz interior y de ligereza. Para otro de los asistentes, un muchacho de 13 años, significó una experiencia sorprendente e inesperada. Valoró la actitud de la terapeuta, que le atendió con gran delicadeza acercándose a él y animándole a exteriorizar los problemas que le preocupaban. Cuenta que así lo hizo, lo cual le produjo un gran desahogo y alivio.

Personalmente puedo añadir que durante varios días sentí esa ligereza que apuntaba uno de los asistentes, y una sensación agradable, mejorando de una contractura en la espalda.

En otras épocas, el temazcal ayudaba a las mujeres a recuperarse del parto. El símbolo tradicional de recuperación después de liberarse de problemas y bloqueos físicos y emocionales le da el principal valor terapéutico. En la cultura popular de salud mesoamericana el temazcal ocupó siempre un lugar principal. Desprendiéndose del lastre inútil (agua sucia a través de la transpiración, bloqueos emocionales, etcétera), las personas se renovaban, volvían a nacer, quedaban limpias (de la impronta mortal). Esa limpieza afectaba también a las faltas, a los pecados, por lo que el temazcal ayudaba a aligerar el peso de la conciencia.

El temazcal constituye el elemento de la cultura tradicional de salud y de la terapéutica originaria mesoamericana más genuino e importante, en mi opinión. Es también el más íntimamente relacionado con los contenidos tradicionales antiguos. La curación como renovación implica una muerte y un renacimiento. El fuego real y el fuego simbólico eliminan lo viejo, lo gastado, lo sucio, lo que ya no vale de/a la persona (entendida como compleja. En el matraz universal que representa el útero microcósmico del temazcal renace una nueva persona. Esta imagen es una de las más antiguas conservada en las culturas mesoamericanas. Utilizada tanto para dioses como para hombres entre los aztecas y otros pueblos, hacía ver la necesidad de morir para nacer, hecho al que se llegaba de diversas maneras y a través de múltiples procedimientos. Mircea Eliade (2001) narra la necesidad de muerte y destrucción simbólicas del cuerpo del futuro chamán en Siberia y su recomposición posterior, en el proceso de iniciación.

La tierra, el fuego y el agua, como elementos de la naturaleza están presentes en un ambiente en el que el movimiento del vapor, la circulación interior del aire y la liberación de aromas completan el microcosmos básico junto al elemento vegetal representado en las plantas usadas que actúan como intermediarias entre el ser humano y la naturaleza. Todas esas connotaciones se siguen teniendo en cuenta hoy. El temazcal, pues, esencial en las tradiciones amerindias mesoamericanas, y existente con sus adaptaciones locales en tradiciones de pueblos de Norteamérica (Sweat house), es un elemento proveniente de la antigua cultura que supone la relación con la vida (muerte y renacimiento), el cambio, lo material (gran naturaleza y naturaleza humana) y lo espiritual (superior e inferior) dentro del equilibrio. El concepto de confluencia de elementos en un microcosmos que relaciona al humano con la madre naturaleza (corporal y espiritual) acerca la cultura indígena mesoamericana a las culturas tradicionales antiguas de China y Corea donde se concibe que la vida surge y se reequilibra permanentemente alrededor de la relación armónica entre el fuego, la tierra, el metal, el agua y la madera-viento (concebidos en sentido amplio y simbólico) tanto en el macrocosmos como en los diferentes microcosmos o microsistemas vitales de la naturaleza. En la medicina tradicional de los pueblos mesoamericanos así como en la medicina tradicional china, el desequilibrio deficiencia/exceso (o Inn/Iang), a lo que se llama enfermedad, se compensa armonizando los microsistemas o microcosmos con el entorno de la realidad amplia. El temazcal cumple esa función siendo una de las piezas clave de la salud y de la terapéutica de las viejas culturas mesoamericanas y amerindias.

3.1.2. DIVERSAS OPINIONES.

Para Jacques Galinier, el temazcal es un auxiliar eficaz en el tratamiento de las afecciones más delicadas. Según él, el temazcal tiene la capacidad de mantener a distancia a agentes patógenos inmateriales (Galinier, 1997). Los otomíes, opina Galinier (1997), realizan ofrendas como todos los pueblos amerindios cuando se obtienen beneficios, por ejemplo, los del temazcal. Recordemos que Norma nos hablaba de una ofrenda ritual importante a la Tierra donde se construye el temazcal. Entre los zapotecos se prenden velas, se enciende copal. Para los otomíes, el baño interviene sobre todo en gran número de actos terapéuticos dictados por los chamanes (Galinier, 1997: 87).

D. Ricardo Alberto Castañeda, médico tradicional pobleño, señala la importancia del temazcal, útil en caso de empacho porque hay toxicidad pegada que lavar. En el caso de suciedad-infección-flujo, también hay que lavar por temazcal. El temazcal actúa calentando todas las vértebras del cuerpo; los tendones se ablandan, se desinflaman…Toda la frialdad ahí se nos sale (Alberto, 1999: 62).

Alcina Franch (1999) en su libro sobre los aztecas subraya la importancia del baño temazcal tras el parto. A través del baño ritual se procedía a la limpieza del cuerpo y del espíritu de la parturienta.

Para Arturo Marín el temazcal tiene relación con diversos ámbitos que no siempre van mezclados, uno de ellos es el erótico, a lo que también hace referencia Jacques Galinier señalando relación entre ciertas prácticas (eróticas) y el simbolismo de renovación y limpieza (Galinier, 1997).

Eduardo Sandoval (2003) estudia el temazcal otomí como ritual de purificación, sanación y refrescamiento (así titula su obra).

María Lidón, analizando el estudio de Sandoval, señala el valor del temazcal como una aportación de la medicina indígena a la salud y a la paz.

En un artículo de Xavier Lozoya se señala que para los antiguos mexicanos el baño de vapor era mucho más que un procedimiento curativo: formaba parte de una tradición más compleja respecto a la costumbre de cuidar, estimular y disfrutar el cuerpo (Lozoya, 2005).

3.1.3. COMPARACIÓN CON OTROS ENFOQUES TERMALISTAS.

Técnicamente, el temazcal sigue el mismo principio que el del baño finlandés: Es una estructura cerrada de pequeñas dimensiones en la cual se introducen piedras porosas previamente calentadas al rojo vivo.

Al lado del baño finlandés, está la Banya o baño de vapor tradicional ruso. Ambos tienen un cierto parecido con el temazcal, pero en contextos diferentes. Banya y vapor finlandés se dan en tradiciones físicas del cuidado del cuerpo y de la persona, en espacios dominados por el frío. En dichos lugares, el termalismo ha sido una costumbre para mantener y recuperar parte de la energía de las personas que absorbe el elemento atmosférico.

Las connotaciones religiosa y ritual-ceremonial propias del temazcal no se observan en los baños nórdicos. Todos ayudan al mantenimiento de la salud por medio de la acción limpiadora del vapor, pero cada uno de ellos tiene tras de sí las características propias de sus pueblos y culturas.

El baño tradicional japonés (Ofuro) también se asienta sobre principios culturales arcaicos relacionados con la salud y con la convivencia. Se trata de un baño caliente tomado en una bañera o tina de madera en la que entra toda la familia (uno a uno) como símbolo de unión y de purificación integral de la persona y del grupo. Según la tradición japonesa, no se trata sólo de limpieza corporal sino de comunión de la familia en torno a la idea de renovación y paz.

Aunque en este estudio hago referencias comparativas de la cultura tradicional de salud mesoamericana con culturas asiáticas, hablando de una posible cultura matriz común o emparentada, previa a los desplazamientos y migraciones de Asia a América en la prehistoria, diré que el termalismo es una característica apreciable en las tradiciones de muchos otros pueblos del planeta. Los romanos también usaban el agua con fines terapéuticos. Siempre fueron famosos y conocidos los baños en la cultura árabe, relacionados con el simbolismo y con las creencias y tradiciones de los distintos pueblos islámicos. En la India, en Oceanía y en gentes y culturas muy distintos del globo, las costumbres del uso del agua como medio de conexión con partes no visibles de la gran realidad, han llegado a nuestros días, directamente (prácticas conservadas asociadas a la religión o a otros aspectos de las tradiciones) o indirectamente a través de escritos, narraciones orales o folklore.

Todos los pueblos circumpolares posen una rica cultura del agua como medio de recuperación de la salud y el bienestar.

3.2. LA LIMPIA.

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