la locura de los frailes

La iglesia siempre vio al indio como un ser indigno, inferior
inclusive de ser cristiano y mucho menos de ingresar a la iglesia
como monje o sacerdote, el concilio de 1555 en Roma prohibió que
fueran consagrados como sacerdotes, ni siquiera los admitían como
legos.

El clero se comporto mas como conquistador que como cristiano salvo
excepciones tales como: Las Casas, Motolinia, Pedro de Gante, Vasco
de Quiroga, Kino en menor grado, Fray de Zumarraga; primer obispo e
inventor de la guadalupana presumía haber destruido mas de 500
Teocaltin y veinte mil figuras sagradas, así como los archivos
indígenas de Texcoco, tal fue su fanatismo que fue nombrado primer
gerente de la inquisición mexicana.

Diego duran estaba convencido que los aztecas eran una de las tribus
de Israel, realiza una comparación entre las normas bíblicas y las
leyes aztecas, en el Salmo 105 que se refiere a “la sangre de los
hijos e hijas que sacrificaban a los ídolos de Canaán…” Hallo la
relación del prejuicio adquirido por sus antecesores de que los
aztecas eran caníbales al igual que en la Europa de esos días,
creían que los ritos judaicos sacrificaban gente para obtener la
sangre necesaria para elaborar el pan judaico, así mismo aseguraban
que nuestras figuras de tzoalli (amaranto) de las ceremonias además
de miel agregaban sangre de los sacrificados.

Otra fantasía mas es aquella donde suponían que Ce Acatl Topiltzin
gobernante Tolteca de grado Quetzalcoatl fuera el muy
viajado “Apóstol Santo tomas”. El ultimo temor de Duran es que en
lugar de Moisés (judaísmo) y Santo Tomas (cristianismo)
posiblemente “el mismo Satán había enseñado a los mexicas toda su
idolatría que el como religioso pudo entender”… En sus textos
abundan las citas respectos a los sacrificios y la
antropofagia “…se llevaban los cuerpos y los repartían entre si y
se los comían…” pese a sus prolijos comentarios, en ninguna parte
asienta haber presenciado un solo sacrificio o un acto de
canibalismo de ninguna índole.

Fray Bernardino de Sahagún se salva de los errores historicos en que
inquiere Duran, desde su primer libro deplora los errores que por
gran número de años han padecido los de esta “infelicima y
desventurada nación” refiriéndose a un supesto paganismo. Menciona
que las figuras de Tzoalli que hoy día conocemos como “alegrías” en
ceremonias eran repartidos entre los presentes y comidos por todos
haciendo alusión a un “canibalismo simbólico” , aquí podemos deducir
entonces que la repartición del pan y el vino de la ultima cena que
se realiza misa tras misa ¿seria también un canibalismo simbólico?

Describe ceremonias sacrifícales con gran lujo de detalle, respecto
a las vestimentas, a los personajes, a las actitudes, sin tomar en
cuenta que quizás es fantasía de sus informante que ya
cristianizados tenían otro punto de vista al que hubieran tenido en
su niñez, cuando se supone que presenciaron los sucesos. Sahagún
realiza su recopilación en la segunda mitad del siglo 16, sus
informantes eran jovencitos si no es que niños en la invasión
europea y si presenciaron ritos en Tenochtitlan y Teztcuco ¿cómo es
que no perecieron?.

Otra de las dudas que resaltan en sus escritos es que si de verdad
sus informantes tenían conocimiento acaso no pudieron darle
información falsa para salvaguardar su ciencia, que el mismo sahagún
por sus prejuicios religiosos no hiba a comprender. Ninguno de sus
informantes afirma haber presenciado un solo sacrificio ritual ni
mucho menos antropofagia.

Nuestros abuelos tuvieron que hacer ver al invasor que creía en la
palabra de su dios, nuestros grandes sabios pidieron al pueblo que
aceptaran la voz del tirano español, pero que siempre guardaran en
su corazón la grandeza de Intlazohtlalnantzin Anahuac Nuestra amada
patria anahuac, y que llegaría el tiempo donde toda la sabiduría y
grandeza de nuestra madrecita tierra echará abajo todas las mentiras
que de nuestra raza se dijeran….

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