Razones para el secreto

Nota previa: Siento especial predilección por la editorial Luis Cárcamo, con una distribución de cuenta-gotas y siempre presente en los mercados de viejo, cuando encuentras uno de sus libros te reencuentras con ese estilo es tan inconfundible que parece que sea trabajo artesanal. ^^ Sus traducciones son muy particulares también, así que con la pena, me he tomado la libertad de sustituir algunas palabras o expresiones para que el texto fuera más comprensible (por ejemplo, ellos escriben siempre la palabra \”realizar\” en lugar de \”darse cuenta\”). Así mismo, las cursivas son del autor, y las negritas son mías.

W.E. Butler, El Mago, su entrenamiento y trabajo, Ed Luis Cárcamo, Madrid, 2006.

pp.13-18

Puede preguntarse, “¿por qué otro libro sobre Magia? Con seguridad que ya hay muchos escritos. En cualquier caso todos están cortados de la misma pieza – todos son descripciones de la experiencia de otras gentes- y significan simplemente que sus autores toman de la lavandería literaria de los otros”.
(…)

El problema es que la magia ha yacido por tanto tiempo bajo una nube de superstición, ignorancia y temor por una parte, y ha sido obscurecida por la otra por un biombo de humo de secreto, maquinado por aquellos que temían la pérdida de poder y de prestigio si el asunto se llevaba a la luz, que es muy difícil para el escritor corriente hacer algo más que dar un bosquejo general sobre el asunto. El está compelido a extraer su material del trabajo publicado de otros, que estaban también bajo la misma limitación.
La posición fue complicada aún más por el hecho de que aquellos que podían haber dado un registro de primera mano fueron amordazados por terribles juramentos de secreto, y la ruptura de un juramento de iniciación no es una cuestión ligera. Desde luego, algunos rompieron su juramento de silencio y lealtad, pero como regla general lo hicieron no para instruir al público en general, sino para aumentar su propio poder, y aunque prometieron dar todos los secretos, retuvieron sin embargo ciertas claves esenciales. Formaron entonces alrededor suyo grupos obligados al secreto y a la obediencia y toda la historia se repitió.

Ahora bien, la ruptura de un juramento es un asunto serio, e involucra el honor del individuo concernido. Pero la exacción de un juramento de secreto donde no debería estar presente secreto alguno, es también deshonroso. Fue Aleister Crowley, que se ganó una considerable notoriedad como mago (…) y como rompedor de juramentos, quien escribió amargamente que sus iniciadores le obligaron al silencio por terribles juramentos ¡y le revelaron entonces el alfabeto hebreo y los nombres de los planetas!

El cuerpo general del conocimiento mágico puede ser dividido groseramente en dos grupos. El primero, en cantidad si no en calidad, es el cuerpo general de ceremonias y prácticas mágicas que son las existencias disponibles de la organización “oculta” normal. Todo éste, con pocas excepciones, está compuesto de material ya existente en libros que son accesibles al público. (…) Todos ellos proporcionan inagotables canteras de las que podemos obtener el material que necesitamos. (…)

Surge la pregunta de porqué habrían conminado las diversas ordenes mágicas a sus iniciados al secreto respecto a estas cosas que son de conocimiento común. La respuesta es que, en las órdenes y fraternidades que eran genuinas, la información que era dada en estas diversas fuentes era combinada en un patrón particular, y era este patrón el que era el objeto real del secreto.(…)
Podemos decir que las partes componentes de los patrones del ritual (…) se acoplan para formar una cerradura metafísica. En esta cerradura se insertan y giran ciertas llaves, y la puerta de la conciencia y el poder suprafísicos se abre. (…)

Estas llaves son de dos clases, llaves mayores y menores.(…) Las llaves menores consisten en técnicas fisiológicas, psicológicas y psíquicas que han sido transmitidas desde el pasado, o se han construido por un proceso de trabajo experimental. Los diversos ejercicios de yoga son tales técnicas. Una buena parte es de “dominio público” pero hay varios artificios técnicos que son muy poderosos en sus efectos, y que requieren la preparación debida por parte de la persona que los usa. Estas llaves se mantienen consiguientemente secretas. (…)

Los sensitivos mediumnísticos (…) no deberían “hurgar” en estas materias. Con ellos, es una cuestión de entrenamiento concienzudo en la técnica, bajo cuidadosa supervisión, o de dejarlo estrictamente. No hay razón, por supuesto, para que un psíquico bien desarrollado y estabilizado no siga el sendero de la magia ritual, si sinceramente desea hacerlo.

Estas llaves menores constituyen las llaves principales en las manos de los rectores de las logias. Pero las llaves mayores son una proposición enteramente diferente. Las llaves menores pueden ser comunicadas a otros, que pueden practicar la técnica y adquirir destreza en ella, pero con estas llaves mayores tal proceso es imposible. (…)

Se ha dicho lo suficiente como para dar alguna idea de las razones para el secreto de las órdenes y fraternidades mágicas, y le queda ahora al escritor presente por indicar su propia posición en el asunto. (…) Como miembro de la Fraternidad de Dion Fortune, dio el juramento de secreto usual concerniente a su enseñanza y rituales, y todavía respeta ese juramento. Nada de lo de aquí es en modo alguno parte de lo que juró mantener secreto e inviolado.

Pero de su primer instructor y de sus asociados Orientales, y de Dion Fortune misma, recibió un considerable cuerpo de conocimiento, sin restricción alguna sobre su uso, excepto, desde luego, el consejo general que queda bien expresado por la advertencia que fue situada encima de un aserradero americano, “¡No jugar con la cuchilla!”
Habiendo “jugado” al menos en una ocasión con una cuchilla, él aprecia ahora la fuerza del mandato. Por lo tanto, las instrucciones prácticas dadas aquí son prologadas por la advertencia necesaria.

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