febrero, 2010

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Un significado personal

Buenas, queria compartir una experiencia que tuve, bastante rara… para que si alguien sabe mas del tema sume info o para decirme simplemente que estoy confundido y me estoy volviendo loco!
Estaba sentado en el tren, pensando.. despues de varios dias de tener problemas con mi voluntad. En un momento me parecio ver 2 caminos, y yo estaba en el comienzo mirando cual elegir, mi atencion estaba en el que doblaba a la derecha, todo obscuro. El otro sabia que estaba, pero no le di bola (no me acuerdo bien, solo creo acordarme). De repente se me vino la idea de la muerte, que ese camino era la muerte. Lo mire de lejos y me di cuenta que podia hacer cualquier cosa, menos ir por ese camino. Cambie significativamente despues de semejante experiencia, ademas de haber entendido muchas otras sobre temas varios.
Al estar influenciado por castañeda..
Le pregunto al que tenga mas experiencia. Es una vision? tiene algo de verdad esto? Tengo que tener alguna precaucion?

Ami me sirvio mucho, fuese lo que fuese.
Saludos y gracias!

Biblioteca digital de medicina tradicional mexicana

[url=http://www.medicinatradicionalmexicana.unam.mx/index.php]http://www.medicinatradicionalmexicana.unam.mx/index.php[/url]

:: Presentación ::.

INTRODUCCIÓN

La medicina tradicional es reconocida hoy como un recurso fundamental para la salud de millones de seres humanos, un componente esencial del patrimonio tangible e intangible de las culturas del mundo, un acervo de información, recursos y prácticas para el desarrollo y el bienestar, y un factor de identidad de numerosos pueblos del planeta.

La medicina tradicional mexicana, como toda institución social, ha cambiado en el curso de los siglos, interactuando con otros modelos terapéuticos para conformar lo que llamamos el “sistema real de salud” de millones de mexicanos del siglo XXI, habitantes del campo y la ciudad. Asociada fuertemente a las plantas medicinales –su recurso más abundante, accesible y conocido-, la medicina tradicional es mucho más que botánica medicinal, y esta obra que hacemos pública hoy trata, precisamente, de dar cuenta de su riqueza y diversidad.

Tomando como base la información contenida en la Biblioteca de la Medicina Tradicional Mexicana que elaboramos en el Instituto Nacional Indigenista (INI) entre los años 1990 y 1994, la Universidad Nacional Autónoma de México decidió preparar una nueva versión, recurriendo a las posibilidades y ventajas que ofrecen las Tecnologías de la Información y Comunicaciones: se trata, en consecuencia, de una Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana. La posibilidad de consulta y recorrido interactivos enriquecen a la versión impresa, la ponen a salvo de mutilaciones y alteraciones, y ofrecen al lector una cómoda y funcional labor de interacción de nombres, conceptos, pueblos, enfermedades y recursos materiales y simbólicos.
CARACTERÍSTICAS DE LA VERSIÓN DIGITAL

La Biblioteca Digital partió de la versión impresa –varios de cuyos volúmenes originales se encuentran agotados- publicada por el INI (hoy Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, CDI), recurriendo esencialmente a las siguientes obras:

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Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana (2 tomos). El Diccionario contiene alrededor de 1,100 términos de entrada sobre causas de demandas de atención, recursos humanos, recursos materiales, procedimientos y métodos diagnósticos y terapéuticos, así como conceptos de la medicina tradicional mexicana, con énfasis especial en la medicina tradicional indígena. Es un trabajo realizado por un grupo interdisciplinario de investigadores (médicos, etnólogos, antropólogos y biólogos) y cuya fuente central proviene de la literatura especializada.

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La Medicina Tradicional de los Pueblos Indígenas de México (3 tomos). Describe en 47 monografías, aspectos relevantes de la medicina tradicional de 56 pueblos indígenas de México: aporta datos generales de las regiones indígenas, descripción de los terapeutas tradicionales y las causas de demanda de atención más frecuentes. La fuente de esta obra es directa, es decir, producto del trabajo de campo de un equipo de investigadores, fundamentalmente antropólogos y etnólogos quienes aplicaron cuestionarios y encuestas a los terapeutas tradicionales y personas conocedoras del tema.

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Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana (3 tomos). Contiene 1,045 monografías de las plantas medicinales más frecuentemente usadas en la medicina tradicional mexicana. Incluye datos taxonómicos, descripción botánica, información etnobotánica y antropológica, aspectos históricos e información experimental (química, principios activos, farmacología, toxicidad). Las fuentes más importantes provienen de la literatura especializada, información de campo aportada por 48 equipos regionales y más de 350 médicos tradicionales, así como de información contenida en ejemplares de diferentes herbarios de México. El trabajo fue realizado por un equipo central de investigadores, en su mayoría biólogos, y como se mencionó anteriormente, con una importante particiapación de equipos regionales.

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Flora Medicinal Indígena de México. (3 tomos). Está conformada por 33 monografías de diferentes comunidades o regiones indígenas del país; en su mayoría cuenta con versión en lenguas indígenas y en español. Cada monografía contiene generalidades culturales y/o ecológicas de la comunidad o región y una serie de fichas que aportan información de primera mano sobre su flora medicinal: ilustración, descripción botánica, localización geográfica, datos sobre el uso medicinal y sobre las causas y sintomatología de la enfermedad que curan. Las monografías fueron realizadas por más de 230 terapeutas tradicionales indígenas (textos e ilustraciones) como un ejercicio de sistematización de sus conocimientos herbolarios y etnomédicos, y como una nueva herramienta de transmisión del saber médico a las nuevas generaciones.

MODALIDADES DE CONSULTA

En esta versión digital, son tres las modalidades de consulta por las que puede optar el usuario: 1) búsqueda de información por obra 2) mediante índices específicos (alfabético general, temático y por pueblo indígena) y 3) utilizando la búsqueda libre.

Cada obra tiene su página de inicio particular en donde el acceso a los contenidos respeta la estructura original de los volúmenes de la versión impresa, pero aprovechando las posibilidades de interactividad que ofrece una versión electrónica:

* En el Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana se accede a los términos de entrada por orden alfabético.

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En La Medicina Tradicional de los Pueblos Indígenas de México se dispone de la información a través de monografías de cada pueblo indígena mediante un listado alfabético o a través de su ubicación geográfica en un mapa interactivo.

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En el Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana se consultan las monografías de las plantas a través de sus nombres, botánico o popular, organizados también en orden alfabético.

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En la Flora Medicinal Indígena de México los contenidos se concentran en cuadernillos por región o comunidad indígenas y se consultan también mediante un listado alfabético o a través de su ubicación geográfica en un mapa interactivo.

En todos los casos es posible la navegación eficiente entre los contenidos de las obras mediante el uso de hipervínculos inmersos en los textos, de tal suerte que el consultante dispone de un sistema de relaciones cruzadas al interior de cada obra y con los contenidos de las otras. Asimismo, tanto el Diccionario como el Atlas cuentan con la posibilidad de relacionar los textos con otros artículos o contenidos de la misma colección, lo que le permite ampliar el espectro de información alrededor de un tema.

Desde el punto de vista del diseño, se decidió que los sellos y colores ocupados en las páginas de inicio y en los textos tengan una función didáctica:

1 Azul para el Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana

2 Magenta para La Medicina Tradicional de los Pueblos Indígenas de México

3 Verde para el Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana

4 Anaranjado para la Flora Medicinal Indígena de México

Así, las palabras claves se tiñen de acuerdo a la dirección del vínculo que marca el texto. Por ejemplo: en el texto del término Latido que está en el Diccionario, existe, entre otros, el vínculo interno hacia el término teparirriya que está en el mismo Diccionario; hay otro cruce con el capítulo de los yaquis perteneciente a La Medicina Tradicional de los Pueblos Indígenas, y a la planta Teloxys ambriosioides cuya monografía está en el Atlas.

Por último, es de destacar que la página técnicamente está confeccionada para realizar la actualización mediante una herramienta selectiva de modificación de textos. El haber incluido esta herramienta responde a la intención de enriquecer y actualizar los contenidos de esta Biblioteca atendiendo a los avances y nuevas investigaciones en las ciencias sociales y experimentales, así como los cambios demográficos, epidemiológicos y medioambientales en el campo y la ciudad, factores que empujan a sustanciales modificaciones en los “sistemas reales de salud” de nuestro país.

Biblioteca digital con fines de investigación y divulgación. No tiene la intención de ofrecer prescripciones médicas. El uso que se dé a la información contenida en este sitio es responsabilidad estricta del lector.

2009 © D.R. Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana. Hecho en México

Rosarios Prehispanicos?

Quisera preguntar si en el Mexico antiguo se usaban algun tipo de rosarios o collares de cuentas para alguna practica ritual.

La concepción náhuatl del hombre

Istmo, 204(1993), pp.69-75
La concepción náhuatl del hombre
[url=http://www.rafaeljimenezcatano.net/art_tlacatl.php]http://www.rafaeljimenezcatano.net/art_tlacatl.php[/url]
Rafael Jiménez Cataño

El objeto de estas páginas es el de ilustrar las modalidades nahuas de algunas constantes universales acerca del ser del hombre. Ciertamente existen otros aspectos de la cultura náhuatl en contraste con lo que aquí veremos, pero esto no tiene nada de extraño. De ordinario, toda cultura puede admitir en su seno una pluralidad de pensamientos que convivan sincrónica y diacrónicamente aunque presenten aspectos contradictorios. Conviene tener presente, además, la distancia entre un ideal y su realización histórica. Sirva de ejemplo la siguiente pregunta: ¿de todo pueblo cristiano es posible decir que haya reflejado la noción cristiana de hombre?

En el caso que me dispongo a afrontar se suman otros obstáculos. Los documentos que conservamos testimonian indistintamente el sentir de muchos pensadores a los que sólo poco a poco se ha ido asignando un nombre. Es presumible que este trabajo de identificación continúe, pero tendrá un límite, bien porque no se dé con el autor de una obra, bien porque carezca de sentido asignarle uno. Aparte de esto, hay una real superposición de elementos culturales, complicada por la procedencia de las fuentes. Es, por tanto, de gran importancia no añadir por nuestra parte nuevos elementos de confusión, como lo sería la tendencia a confundir lo náhuatl con lo azteca.

1. La persona.

La especificidad de la concepción náhuatl del hombre es reflejada estupendamente por la expresión “rostro-corazón” (in ixtli in yollotl). Es una de esas designaciones de estructura binaria que Garibay llamó “difrasismos”. Se trata de una configuración de la lengua que comporta toda una fisonomía mental y todavía hoy, entre gentes que nunca han oído hablar náhuatl, se nota en ciertos modos populares de hablar “elegante” que parecen obedecer al siguiente principio: “si puedes designar algo con dos nombres, no lo designes con uno; si puedes afirmar algo con dos frases, no lo afirmes con una”. Un caso extremo se puede percibir en nuestros merolicos: “le venimos ofreciendo, le venimos presentando, es una oferta, una promoción, la original, la auténtica…” (1). La calidad de estos difrasismos es notablemente inferior a la que alcanzaba el náhuatl clásico, sobre todo porque se limitan a yuxtaponer sinónimos o, en cualquier caso, términos que poco se añaden entre sí, mientras que los antiguos nahuas, si bien a veces recurrían a los sinónimos por exigencia de su ritmo mental, contaban con difrasismos mucho más ricos porque constaban de conceptos complementarios. Así, “falda-camisa” (in cueitl in huipilli) significa mujer (aunque existe una palabra específica: cíhuatl), “flecha-escudo” (in mitl in chimalli) significa guerra (aunque existe yaotl), y “mano-pie” (in maitl in icxitl) significa cuerpo (aunque existe nácatl). De este modo se usaba el difrasismo “rostro-corazón” para referirse a una persona, aunque fuera posible usar un pronombre personal. Por ejemplo, para invitar a la ecuanimidad ante una mala noticia, no se decía “no te aflijas” sino “no se aflija tu rostro, tu corazón”.

El rostro parece indicar la fisonomía de cada yo; el corazón, su aspecto dinámico. La perfección del rostro está en la sabiduría, la del corazón, en la rectitud o firmeza. Por eso, el concepto más próximo al nuestro de “educación”, ixtlamachiliztli, literalmente quiere decir “acción de dar sabiduría a los rostros”, y al acto de rectificar la propia vida se le llamaba yolmelahualiztli, que Sahagún tradujo como “confesión” y es más próximo a “conversión”, pues a la letra significa “acción de enderezar los corazones”. Esto explica el siguiente ideal humano:

El hombre maduro:

corazón firme como la piedra,

(…)

rostro sabio,

dueño de un rostro y un corazón.

La mujer lograda,

en la que se ponen los ojos,

(…)

la feminidad está en su rostro (2).

Pero ¿cómo se llega a ser “dueño de un rostro y de un corazón”? Es éste justamente el ideal de la educación, confiada en su más alta instancia a una figura muy bien perfilada en el contexto social náhuatl: el sabio.

2. La educación.

La descripción del sabio en los textos de los informantes de Sahagún es de una riqueza extraordinaria. Por razones de espacio me limito a señalar algunos puntos particularmente dignos de mención. El sabio (tlamatini: “sabedor”) es caracterizado como luz, guía, camino, depósito de la tradición, etc., pero ante todo llaman la atención las reiteradas alusiones al rostro: “(el sabio) enriquece los rostros ajenos, hace a otros tomar una cara, los hace desarrollarla (É), pone un espejo delante de los otros, hace que adquieran habilidades, los hace cuidadosos, hace que en ellos aparezca una cara”. Lo que aquí se describe es la formación de la personalidad. Nótese, sin embargo, que el advenimiento de la cara no es absoluto, es decir, no hay una total ausencia inicial de rostro, pues si así fuera no tendría sentido poner un espejo delante de los otros. El espejo sirve en la medida en que hay un esbozo de rostro, para conocerlo, reconocerlo, actuar con conciencia de la propia identidad y así llevar ese rostro a su perfección.

En el texto sobre el sabio se menciona también el corazón: el sabio “conforta el corazón”. Y ya que rostro y corazón constituyen la integridad de la persona, la obra del sabio en ella es una auténtica humanización: “gracias a él la gente humaniza su querer y recibe una estricta enseñanza”. ¿Qué más profundo que la voluntad? Por eso la más radical humanización es la del querer. Lo cual no impide que se hable de la humanización de un modo más directo, como es el caso de la caracterización del artista: “por él uno se hace hombre”. Esto nos lleva a otro capítulo de la antropología náhuatl.

3. Arte y humanización.

Conservamos muchos textos de caracterización de los diversos tipos humanos, sobre todo referentes a artistas. Estas descripciones siguen un esquema fijo muy significativo. Primero se enuncia la categoría, por ejemplo “el sabio”, seguida de sus principales características; luego se especifica “el verdadero sabio”, con nuevas determinaciones, y, en fin, “el falso sabio” y sus notas correspondientes. “Verdadero” y “falso” se podrían también traducir, según lo exija el contexto, como “bueno” y “malo” (qualli y amo qualli), y de hecho las traducciones oscilan entre las dos posibilidades. Así se analiza la fisonomía del varón y la mujer, la anciana, la curandera, la costurera, el artista, el pintor, el alfarero, el orfebre, el poeta, el cantor, etc. Las descripciones sorprenden por su sabiduría. Están en buena parte constituidas por las actividades propias de cada tipo: el pintor “conoce los colores, los aplica”, el orfebre “martillea los metales, los funde”, la curandera “hace punciones, cose, purga”; el mal gematista “deja agujeros en las piedras”, el mal cantor “suena como campana rota”, la mala costurera “sólo hecha puntadas sin tino”. Pero en todas las descripciones hay elementos que están por encima de las particularidades de cada tipo humano y son de alguna manera comunes a todos. Me ha parecido interesante reunir esos elementos comunes y ordenarlos tratando de aproximar a las valoraciones positivas las correspondientes negativas. El resultado es el siguiente:
(Este esquema está más elaborado en “El perfil del artista en la cultura náhuatl”,
Nueva Revista, 97[2005], pp.145-161, que posteriormente se recogió en
La debilidad del poder creador, Jus, México 2006, pp.75-94.)

El buen artista:

El mal artista:

a) hábil, capaz, entendido

a) torpe

múltiple

cojo en su arte

abundante

ayuno y seco como una piedra

inquieto

en su interior adormecido

dueño de sí

no tiene vergüenza

de mirada certera

burdo

agudo de ingenio

pone esmero en las cosas

obra al azar

hace las cosas con calma, con tiento

obra sin cuidado

hace vivir las cosas

opaca las cosas

todo lo conoce como un tolteca

sus creaciones son torpes, las hace al azar

obra como un tolteca

compone cosas

echa a perder en vano cuanto toca

crea, arregla las cosas, las hace atildadas, hace que se ajusten

no trabaja bien las cosas

nada hace bien

c) guarda sus secretos, sus tradiciones

c) tiene sus tradiciones, las guarda

hace hábiles sus manos

tuerce lo que le enseñaron

se adiestra

experimentado

de mano experimentada

discípulo

de todo se acuerda

d) corazón endiosado

d) su corazón está muerto, está comido por las hormigas

diviniza con su corazón las cosas

como un guajolote de corazón amortajado

dialoga con su propio corazón

nada sabe su corazón

dueño de un rostro y un corazón

mortecino

todo lo cuarda en su corazón

todo lo saca de su corazón

ladrón de cantares su corazón

ladrón

enseña al barro a mentir

engañador, siempre anda engañando

e) conoce el rostro de las cosas

e) pasa por encima del rostro de las cosas

está dialogando con las cosas

no se fija en el rostro de las cosas

encuentra las cosas con su mente

no muestra el rostro de las cosas

creador de cosas como los toltecas

desfigura el rostro de las cosas

f) tranquiliza a la gente

f) indignación de la gente

de él es humanizar el querer de la gente

se burla de la gente, le es afrenta, la ofende

provoca fastidio

tiene en poco a los otros

defrauda a las personas

devorador

g) obra con deleite

g) no encuentra placer en su trabajo

Hago notar que las parejas de valoraciones opuestas no suelen pertenecer a la misma descripción. Que “obra con deleite” se dice del artista en general (el tolteca), pero que “no encuentra placer en su trabajo” se aplica al mal gematista; del orfebre se afirma que “conoce el rostro de las cosas”, pero que “no se fija en el rostro de las cosas” se dice el mal artista plumario.

Tomando en cuenta que la mayor parte de estos textos se refiere a artistas, resulta notable el equilibrio entre técnica adquirida (“experimentado”, “se adiestra”, “guarda sus tradiciones”, “discípulo”) y espontaneidad (“todo lo saca de su corazón”, “diviniza con su corazón las cosas”). Es una armonía cuyo fruto se ve en que “obra con deleite”. Es, por otra parte, una armonía de la que se tiene conciencia y que activamente se fomenta, por lo que el artista “dialoga con su propio corazón”, pero también “está dialogando con las cosas”. La competencia técnica es fruto del esfuerzo (“hace hábiles sus manos”), pero una vez adquirida da una espontaneidad que se expresa con el término yolteotl, “corazón endiosado” (como el enthousiasmós griego). Ciertamente tiene algo de divino esa facultad de comunicar una naturaleza, ese “enseñar a las cosas a mentir” (el alfarero hace que lo que no es más que barro parezca un pájaro).

4. Naturaleza y persona.

Si se nos permite hacer una interpretación subsidiaria desde los parámetros de la civilización occidental, podemos entender rostro como cercano a naturaleza, y corazón como correspondiente a libertad. El hombre tiene una naturaleza en cuyo núcleo hay una libertad. Se puede decir que él es propiamente libertad y tiene una naturaleza. Cada hombre debe formarse un rostro actuando desde su corazón, pero el punto de partida no es sólo corazón: tiene un esbozo de rostro sin el cual el corazón no tendría ningún criterio para actuar. A medida que el rostro se perfila, las virtualidades del corazón se incrementan, pues la posibilidad de la libertad se convierte en efectiva potencia en la medida en que puede hacer pie en una naturaleza para actuar. Esa efectiva potencia se incrementa si la naturaleza se incrementa, a lo cual alude el texto sobre el sabio al decir que éste es “uno que enriquece los rostros humanos”, “que hace a los otros adquirir habilidades” (3).

Desde aquí se pueden reconstruir los perfiles de la estética náhuatl. En el texto sobre el sabio había muchas alusiones al rostro y sólo una al corazón. En las descripciones de los artistas, en cambio, abundan las referencias al corazón, y siempre que se menciona el rostro no es el del artista sino el de las cosas. Desde el punto de vista del binomio naturaleza-libertad, esto significa que en el mundo sólo encontramos naturaleza. Cuando debemos hablar sólo del hombre nos podemos entretener mucho en la naturaleza (rostro) sin una necesidad absoluta de explicitar la libertad (corazón), pues ésta se sobreentiende (la naturaleza del hombre es ser libre). Pero como en el mundo sólo hay naturaleza, cuando se habla de él en su relación con el hombre salta a la vista lo específico de éste, la libertad, el corazón.

No obstante, no todo en el arte es tratar con naturaleza. De los malos artistas llama la atención lo acertado que es observar que no encuentran placer en su trabajo (otra convergencia con la noción clásica de hábito); que conservan sus tradiciones pero torciendo lo que les enseñaron; la ignorancia, la falta de cuidado, etc. Pero destaca de modo particular el que tengan en poco a los demás, el ser afrenta: la ineptitud no se queda en limitación técnica sino que implica una ofensa a los demás. En la medida en que el sujeto es humano, la técnica no debe ser nunca sólo técnica.

5. Dos tipos negativos.

Entre las caracterizaciones negativas de tipos humanos destacan dos que revisten especial perversidad y confirman a contrario los parámetros de la antropología náhuatl: la ramera y el falso sabio (4). El mal artista atenta contra la humanización de los demás, lo cual es una auténtica afrenta, pero la acción de estos dos tipos llega tan directa y profundamente a lo más íntimo de la persona que resulta deletérea en extremo.

La descripción de la ramera en el Códice Matritense sorprende por la eficacia de sus observaciones exteriores (“mujer de muchos meneos”, “hace ojos, hace guiños”), algunas llamativamente actuales (“masca el chicle, hace ruido con él”), pero sobre todo por la penetración en la fisonomía interior. Aparte de numerosas alusiones a su corrupción (“mujer ya perdida”, “perdida de joven, perdida de vieja”, “de entrañas marchitas, sumamente marchitas”, “entrañas como de perra que se pierde a sí misma”, “su vientre está echado a perder”) y a su enajenación (“embriagada, fuera de sí”, “en sus entrañas definitivamente embriagada”, “como quien toma los hongos que producen visiones”), el rostro y el corazón se mencionan de un modo bien preciso.

La corrupción afecta directamente su rostro –“rostro echado a perder”–, pero en cierto sentido lo anula. Ella “se mira en el espejo, tiene el espejo en la mano”, pero eso no quiere decir que sea autodidacta, pues es “vana cuando muestra su rostro” y, por lo tanto, en el espejo no ve nada (5). No ve nada porque todo es apariencia (“rostro fingido”, “pinta su rostro, con muchos colores lo pinta”, “llamativamente se viste”, “viste con vanidad”), y una apariencia, por otra parte, que ni siquiera es muy eficaz, por lo que el autor añade: “dizque sabe ataviarse”.

Las palabras dedicadas al corazón hacen estremecer: “su corazón está siempre de huida, palpitante su corazón”. Es la honda infidelidad a sí misma, la traición a su propia identidad: si su corazón huye es que ella huye de sí misma. Por eso no tiene paz, “no se está quieta, no conoce reposo”, “sin rumbo camina, por todas partes sin rumbo”. Esa incapacidad de saciar su afán –pues está buscando apagarlo en la negación de su más íntimo ser– se describe con una sensación fisiológica de gran eficacia, la comezón: no sólo “anda con comezón”, sino que la suya es una “vida de comezón”. El resultado para con los demás, que son la “materia” de su oficio, es nefasto: “así como se aficiona a alguien así lo destruye”. Su efecto negativo no se queda en “pasar por encima de su rostro”, como acontecía con los malos artesanos, sino que ella es “corruptora de rostros humanos”.

La maldad del falso sabio es mucho mayor. No es sólo “corruptor de rostros humanos” –que lo es– sino también “corruptor de los rostros de las cosas”, “hace perecer a la gente, hace perecer las cosas”, “hace difíciles las cosas, las mete en dificultades, las destruye”, “misteriosamente acaba con todo”. Su acción sobre los rostros de los hombres recibe también otro matiz: el falso sabio “hace volver el rostro”. No es sólo alterar la naturaleza y desviarla sino negarla, contradecirla. También él aparenta lo que no es; si de la ramera se lee que “dizque sabe ataviarse”, del falso sabio vemos que “dizque sabe acerca de Dios”. Una vez más: la corrupción de lo mejor es la peor de las corrupciones.

6. El sentido de la vida.

Una cosa tiene sentido en la medida en que dice relación a una meta. Es del todo incomprensible el sentido de la vida humana sin esa referencia a una destinación. La poesía náhuatl se pregunta incesantemente por el más allá, y si más de la mitad de la que conservamos consiste en lamentos y en reflexiones que intentan ayudar a sobreponerse ante el sinsentido de la vida, es justamente porque no se daba con una respuesta satisfactoria.

Entre las pocas seguridades con que se contaba se encuentran estas dos: “tenemos que irnos” y “sólo una vez hemos venido a vivir”. Muy esporádicamente se formulan dudas sobre la supervivencia después de la muerte, pero de ordinario se da por supuesta. Uno de los nombres del más allá es Quenonamican. Traducido por lo general como la “región del misterio”, el vocablo quiere decir a la letra “el lugar donde ¿cómo se vive?”; es decir: se sabe que se vive, pero no se sabe cómo (es eso, justamente, lo que caracteriza un misterio).

La incertidumbre se refiere principalmente a la posibilidad de apagar en la otra vida los anhelos de nuestros corazones, que en ésta ciertamente no se pueden apagar. No se sabe qué relación hay entre el tipo de vida que se llevó aquí y el tipo de suerte que tocará allá. Curiosamente, lo mejor tipificado eran las modalidades de muerte en su relación con la vida de ultratumba, de modo que se consideraba una desgracia morir de muerte natural, y era una fortuna morir ahogado, fulminado, en el parto, en guerra o, la mejor suerte de todas, sacrificado.

Entre los aztecas, el misticismo guerrero de la reforma de Tlacaélel puso el acento en la escatología cósmica, no personal: lo que importa es mantener en vida al sol y, con él, a la tierra (6). Sin embargo, aun cuando de ordinario tomara la forma de una pura ilusión, siempre estuvo presente la preocupación por la salvación personal, y es la que a cada paso encontramos en la poesía. Salvación personal y determinación de la vida futura según el tipo de vida –y no de muerte– son la base de la práctica de esa especie de confesión que describe el libro VI (cap. VII) de la obra de Sahagún. Es la esperanza en que una rectificación de la vida presente traerá consigo una vida futura más favorable. Este carácter profundamente existencial de la incertidumbre se refleja muy bien en el tono de los siguientes versos de los Cantares Mexicanos:

Muy cierto es: de verdad nos vamos, de verdad nos vamos;

dejamos las flores y los cantos y la tierra.

¡Es verdad que nos vamos, es verdad que nos vamos!

¿A dónde vamos, ay, a dónde vamos?

¿Estamos allá muertos, o vivimos aún?

¿Otra vez viene allá el existir?

¿Otra vez el gozar del Dador de la vida?

Cuando el poeta se pregunta si gozará del Dador de la vida quiere decir: ¿nos estará comunicando la vida como aquí? Hay una gran seguridad en que la región de misterio es su casa. Pero al náhuatl no le interesa tanto ir a su casa sino otra cosa que veremos más adelante.

El náhuatl es un hombre muy realista que, ante la evidencia del carácter efímero de esta vida y del definitivo de la otra, concluye que todo el peso lo tiene la otra. La verdadera vida es la otra, y la presente pierde entonces realidad, al punto que

Sólo venimos a soñar,

sólo venimos a dormir:

no es verdad, no es verdad

que venimos a vivir en la tierra.

El “único” problema estriba en que no tenemos más experiencia de vida que la presente, y no es muy positiva. Es éste el tenor de un poema de Nezahualcóyotl:

Ay, sólo me debo ir,

solamente así me iré

allá a su casaÉ

¿Alguien verá otra vez la desdicha?

¿Alguien ha de ver cesar

la amargura, la angustia del mundo?

Solamente se viene a vivir

la angustia y el dolor

de los que en el mundo vivenÉ

¿Alguien ha de ver cesar

la amargura, la angustia del mundo?

Y esto no era una exclusiva de poetas “existencialistas”. El Códice Florentino conserva el discurso que el padre de familia solía hacer a su hijita cuando ésta cumplía los 6 ó 7 años: “Ahora que ya miras por ti misma, date cuenta. Aquí es de este modo: no hay alegría, no hay felicidad. Hay angustia, preocupación, cansancio. Por aquí surge, crece el sufrimiento, la preocupación. Aquí en la tierra es lugar de mucho llanto, lugar donde se rinde el aliento, donde es bien conocida la amargura y el abatimiento. Un viento como de obsidianas sopla y se desliza sobre nosotros. Dicen que en verdad nos molesta el ardor del sol y del viento. Es éste lugar donde casi perece uno de sed y de hambre. Así es aquí en la tierra. Oye bien, hijita mía, niñita mía: no es lugar de bienestar en la tierra, no hay alegría, no hay felicidad. Se dice que la tierra es lugar de alegría penosa, de alegría que punza”, etc., etc.

Este discurso se introduce con las siguientes palabras sobre el origen de la vida: “Vives, has nacido, te ha enviado a la tierra el Señor Nuestro, el Dueño del cerca y del junto, el Hacedor de la gente, el Inventor de los hombres”. Es esto lo sorprendente. Toda esa lista de pavorosos atributos sobre el trascurso del hombre sobre la tierra no remueve la convicción de que la vida es buena, algo positivo, don de Dios. Esas advertencias tienen sólo el cometido de poner sobre aviso para evitar sorpresas. No tengo datos sobre suicidios entre los nahuas, pero en el discurso citado se da a entender que son un fenómeno inusitado: “¿quién anda tratando de darse muerte? Hay afán, hay vida, hay lucha, hay trabajo. Se busca mujer, se busca marido”.

7. Expectativas de culminación de la persona.

Se ha hecho notar repetidas veces la inexistencia de poesía amorosa en el mundo náhuatl. Se trata ciertamente de una laguna llamativa. Sin embargo, está presente la intuición del amor como exigencia esencial del hombre: pertenece a la condición más íntima del hombre su relación con otros hombres. La circunstancia de estar en esta vida, lo que en español se dice “en este mundo”, se expresaba con el difrasismo tlaltícpac-tenáhuac, que a la letra quiere decir “sobre la tierra y al lado de alguien”. En un poema de Chalco se abunda sobre esta idea:

Solamente aquí en la tierra, oh amigos,

estamos prestados unos a otros.

En esta relación interpersonal reside el mayor bien que cabe esperar en esta tierra, hasta el punto que un poema de Huexotzinco cambia radicalmente el juicio terrible sobre la vida presente, pues estima la tierrra como

lugar de placer, lugar de bienestar,

de dicha junto a otros.

Esta relación, además, es una expresa disposición divina, según deja ver un canto de la Triple Alianza:

Oh amigo mío, oh amigo mío, quizá en verdad mi amigo,

¡sólo por su mandato nos tenemos cariño!

Esta relación es justamente la amistad (icniuyotl), y es considerada a tal punto el bien humano por excelencia que la máxima fundamental para la vida sería formulable como “haya amistad”. Así se lee en los poemas de Yoyontzin (7):

Haya aquí alegría,

demuéstrese la amistad.

Y es que la tierra es precisamente “lugar de darse a conocer”, lo cual determina nítidamente el fin del hombre sobre ella:

Hemos venido a conocernos.

El pensamiento sobre la amistad ofrece un nuevo matiz a la visión trágica de la vida. La situación es la de quien ha visto en qué consiste la propia realización y al mismo tiempo ve que eso es inalcanzable. El problema está en que toda amistad terminará tarde o temprano con el advenimiento de la muerte. Ese es ya un motivo suficiente de amargura. Pero quien no se resigna se pregunta entonces si no habrá amistad en la otra vida. Nadie lo puede afirmar con seguridad. Es la acuciante pregunta del poeta Ayocuan de Tecamachalco:

Sólo un breve tiempo en la tierra.

¿Será igual en el reino del misterio?

¿Allá se alegra uno?

¿Hay allá amistad?

¿O sólo aquí en la tierra

hemos venido a conocer nuestros rostros?

Responder negativamente a esta pregunta significa imposibilidad de dar una respuesta a los anhelos del corazón humano:

Sólo un sueño perseguimos,

oh amigos míos.

Nezahualcóyotl se formula estas preguntas con toda su fuerza y da incluso un paso más. Él subraya con frecuencia su vocación terrena a la amistad:

Solamente busco,

recuerdo a los amigos.

No hago más que buscar,

no hago más que recordar a nuestros amigos;

pero le parece claro que no hay amistad en la otra vida:

Solamente aquí una vez

haya galas de uno a otro.

¿Quién es conocido así allá?

¿Aún de verdad hay allá vida?

¡Ya no hay allá tristeza,

allá no recuerdan nadaÉ ay!

¿Es en verdad nuestra casa?

¿También allá vivimos?

Lo más que se puede hacer es fomentar la amistad mientras se pueda:

¡Que haya aún trato mutuo

aquí, oh amigos míos:

solamente aquí en la tierra!

Lo cual no anula ciertamente el deseo de hacerla perdurar. Nezahualcóyotl dice:

Con flores aquí se entreteje

la nobleza, la amistad,

y otro poeta exclama:

¡Quiero flores que duren en mis manos!

Ahora bien, la angustia de Nezahualcóyotl es un abismo más hondo en la medida en que manifiesta una conciencia más lúcida de lo que significa estar hechos para algo que no se puede alcanzar. No es exclusiva de él la referencia a Dios, pues ya algún poeta había dicho:

Sólo te busco a ti,

Padre nuestro, Dador de la vida;

sufriendo estoy: sé tú nuestro amigo;

hablemos uno a otro

tus hermosas palabras,

digamos por qué estoy triste:

es que busco el deleite de tus flores,

la alegría de tus cantos,

tu riqueza.

En Nezahualcóyotl, en cambio, el mayor motivo de amargura es la imposibilidad de lo que el otro poeta formula como petición (“sé tú nuestro amigo”). Es decir, no sólo es triste que la amistad se acabe con la muerte sino que él no se conformaría ni siquiera con continuar en la otra vida las amistades de ésta, pues tampoco lo saciarían. Su dolor está en no ver la posibilidad de establecer amistad con Dios:

Nadie puede ser amigo

del Dador de la vida,

¡oh amigos!

Nadie puede aquí,

nadie puede ser amigo del Dador de la vida;

sólo es invocado,

a su lado, junto a él,

se puede vivir en la tierra;

y luego, dirigiéndose a Dios, se lamenta:

Nadie en verdad

es tu amigo,

¡oh Dador de la vida!

Sólo como si entre las flores

buscáramos a alguien,

así te buscamos,

nosotros que vivimos en la tierra,

mientras estamos a tu lado.

Es así como Nezahualcóyotl plasma poéticamente ese anhelo, que se manifiesta como una nostalgia no ya de algo sino de alguien. En un poema colectivo, compuesto hacia 1490 en Huexotzinco durante una reunión de sabios convocada por Tecayehuatzin, desde este contexto existencial que trata de formular del modo más radical posible la pregunta sobre el significado de la vida del hombre sobre la tierra, exclama de pronto Aquiauhtzin de Ayapanco:

¿A quién se espera aquí?

Se aflije nuestro corazón.

* * *

A un ser humano, mientras no ha alcanzado ese punto de desarrollo que llamamos madurez, le cabe pensar que en llegar allí consiste la realización cabal de su ser. Pero en cuanto llega a ser un hombre maduro, una mujer lograda, ve que ser dueño de un rostro y de un corazón no es más que un punto de partida. Si antes podía anhelar el rostro y el corazón, ahora que los posee con auténtico dominio ve que es desde ellos desde donde anhela, y que la hondura de su anhelo es insondable. ¿Qué cabe entonces esperar? No cabe más que esperar que el Dador de la vida la dé en serio, es decir, dé también la satisfacción del deseo de que hace capaces a las creaturas que vivifica. Esta esperanza la abrigó más de alguno, como el que dejó escrito que “nuestros corazones irán a conocer su rostro”. Pero la mayor parte no osaban tanto, frenados por la conciencia de que eso es mucho pedir. Es ciertamente mucho, pero ¿por qué tenemos esa capacidad de pedir tanto? Creo que esta tensión define muy bien la situación existencial de Nezahualcóyotl y de muchos otros tal como la encontramos en su poesía. Si el Señor de Tezcoco, como ya vimos, subraya el aspecto aporético de esa tensión, Aquiauhtzin nos deja una formulación que revela confianza en que la tensión no se resolverá destructivamente:

¿Dónde vives, oh mi Dios,

Dador de la vida?

Yo a ti te busco.

Algunas veces, yo poeta

por ti estoy triste,

aunque sólo procuro alegrarte.

(1) También la construcción “venir ofreciendo” es típicamente náhuatl. -^

(2) Utilizo alternativamente las traducciones de Garibay y León-Portilla, con algunas alteraciones cuando me parecen justificadas por el original náhuatl. -^

(3) Así traduce León Portilla teyolcuitiani. Cui: tomar; cuitia: hacer tomar (-tia es una desinencia causativa); yolli: habilidad; -ni: desinencia de participio presente; te-: prefijo personal que indica que el término de la acción son personas. Desde un punto de vista aristotélico la traducción nos cuadra maravillosamente, pues nos remite a la noción de hábito, que es justamente lo que incrementa la naturaleza. Sin embargo, creo que cabe otra interpretación. “El que hace a los otros adquirir un rostro” se dice teixcuitiani, es decir, como teyolcuitiani pero con rostro (ixtli) en lugar de habilidad (yolli), y ya el solo paralelismo hace suscitar la pregunta: ¿por qué no se interpreta yol como proveniente de yollotl (corazón)? Morfológicamente es correcto y hay otros términos compuestos de yol que León Portilla traduce con corazón. En este caso, el sabio se convierte en uno “que hace que los otros adquieran un rostro y un corazón”. Y no nos hemos alejado de la noción de hábito, pues ¿de quién es el hábito?,¿de la naturaleza o de la libertad? Propiamente es de la naturaleza, es su incremento, es la “segunda naturaleza”. Pero ya vimos que el incremento de la naturaleza redunda en el fortalecimiento de la libertad (lo que corrientemente se llama “fuerza de voluntad”, que tiene justamente el que es virtuoso), con lo cual, trátese de yolli o de yollotl, el sabio llega hasta lo más íntimo del hombre. En efecto, la educación mira a crear hábitos, y a través de ellos desarrolla la libertad. La verdadera educación, de suyo, es siempre educación para la libertad. -^

(4) Hago notar que la ramera cuenta con una descripción específica, es decir, no es caso negativo de un tipo humano sino un tipo a se (no es la “mala mujer”; la caracterización de la mujer sigue el esquema mencionado arriba y la “mala mujer” no tiene nada que ver con la ramera) en el cual, además, no cabe distinguir entre el caso bueno y el malo, pues se trata de un tipo específicamente malo. También se da el caso contrario, como la descripción de la niña: no tiene sentido hablar de la “mala niña” o la “falsa niña”. -^

(5) Esto nos recuerda más bien la epístola de Santiago (1,23-24): “quien se contenta con oír la palabra, sin ponerla en práctica, es semejante a un hombre que contempla la figura de su rostro en un espejo: se mira, se va, e inmediatamente se olvida de cómo era”. -^

(6) Ciertamente la práctica de los sacrificios humanos es un dato importante para la antropología náhuatl. No se puede justificar, ni siquiera como sublimación de la religiosidad (como decir: Dios es tan grande que merece víctimas también humanas). Un Dios que crea seres con una dignidad que hay que respetar incluso en su propio culto es más grande que uno que crea seres omnímodamente subordinables. No construyo alrededor de este hecho la concepción náhuatl del hombre porque no es dominante ni geográfica ni cronológicamente y, en cambio, lo dominante en la poesía –la expresión más directa de lo que llevaban en el corazón– tiene más altos vuelos (y ahí los sacrificios casi no aparecen). Este fenómeno sirve de contrapunto para destacar cuán difícil es anular la distancia entre un ideal y su realización histórica. -^

(7) “Yoyontzin” es un pseudónimo utilizado por varios poetas, entre otros Nezahualcóyotl. -^

Bibliografía:

León-Portilla, Miguel, Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares, FCE, México 1988.

Idem, La filosofía náhuatl, UNAM, México 1974

Idem, Toltecáyotl. Aspectos de la cultura náhuatl, FCE, México 1987.

Garibay, Angel María (ed.), Poesía náhuatl, UNAM, México 1964, 1965 y 1968.

Mártínez, José Luis, Nezahualcóyotl. Vida y obra, FCE, México 1986.

Filosofía nahuatl

[url=http://www.monografias.com/trabajos61/filosofia-nahuatl/filosofia-nahuatl.shtml]http://www.monografias.com/trabajos61/filo…a-nahuatl.shtml[/url]

Tlamatinime

(Los que dan forma al rostro y al corazón del hombre)

Fueron los toltecas, uno de los tantos pueblos que habitaron nuestro lindo México, desde tiempos remotos. Continuaré pues diciendo que éstos, los antecesores de la cultura náhuatl, emigraron desde el norte de lo que ahora es México, tras la decadencia (en torno al año 700 d. C.) de la gran ciudad de Teotihuacán, y que establecieron un estado militar en Tula, a 64 Km. al norte de la moderna ciudad de México, en el siglo X d.C.

Años más tarde surgiría una cultura de las raíces de la civilización tolteca, la cual me atrevo a decir que era casi igual de importante que la cultura tolteca. Dicha cultura es precisamente la náhuatl, la cual tenía una visión dual del universo, de la divinidad y de la vida. Flores y cantos eran su norma de vida. La poesía, la verdad, el amor y la alegría comprendían las flores y los cantos.

Lo que actualmente sabemos de la cultura náhuatl se debe al gran esfuerzo de reconocidos investigadores, como el padre Sahagún y el historiador Miguel León Portilla.

Gracias al padre Sahagún y a sus informantes (sabios ancianos nahuas, que en el año de 1547 vivían en Tepepulpo, Tlatelolco y México) sabemos que la cultura náhuatl enfatizó mucho en los aspectos de la vida humana: la cultura, la poesía, la enseñanza de las ciencias, pero, sobre todo, en la formación de hombres y mujeres. Para ellos no bastaba con nacer hombre o mujer, sino que se tenía que aprender a ser hombre o mujer, claro, dependiendo del género propio de cada uno.

Para la enseñanza y el aprendizaje de los saberes propios de la cultura había lugares especiales, los “calmécatl” (donde habitaban los sacerdotes), destinados a capacitar a todos aquellos hombres que aceptaran y siguieran las doctrinas de la Toltequidad. Por supuesto que había personas dedicadas especialmente a enseñar a los “macehuales” (los hombres) principalmente la cultura, aquella que les daba forma a su rostro y a su corazón, los tlamatinime. Su forma de aprendizaje era a través de la observación, la búsqueda y la investigación. Pero de los tlamatinime hablaré más adelante.

La cultura, los conocimientos, el saber eran para los nahuas las fuentes primordiales que dan al hombre la esencia humana. Son los que hacen al hombre ser hombre y a la mujer ser mujer. Son los que les dan a ambos géneros la humanidad.

Para los nahuas el hombre maduro tenía un corazón firme como la piedra, un rostro sabio, es dueño de una cara, de un corazón, hábil y comprensivo. La mujer ya lograda, en la que se ponen los ojos… la feminidad está en su rostro.

La poesía flor y canto era la auto-expresión de la vida en la tierra; era la manifestación del principio creador (Ipalnemohuani); también es la embriaguez originaria que eleva mediante la belleza sobre toda tristeza; y finalmente, también es comprendida como un vínculo florido de los corazones o don supremo de la amistad humana.

Todas las enseñanzas, todos los saberes, toda la poesía, la verdad, en su mínima expresión, puesto que nadie puede poseer toda la verdad, era tarea de los tlamatinime transmitirlos a los demás hombres y mujeres. Los tlamatinime eran los encargados de dar forma a los rostros de hombres y mujeres, de forjarles una personalidad, de hacerlos capaces de enfrentarse a las adversidades de la vida, de dar amor a los demás, etc. Al mismo tiempo, era su tarea cultivar los corazones de los hombres, hacerlos semejantes a los dioses, en otras palabras, divinizar los corazones humanos era parte de la tarea de los tlamatinime.

Los tlamatinime, además de enseñar cuestiones de ciencia, poesía, cultura, religión, arte, sobre todo enseñaban un estilo de vida: vivir en comunidad, vivir bien, en sociedad; siendo respetuosos de las tradiciones, de los derechos de los demás, de la naturaleza, de las flores y de los cantos, etc.

Puede decirse que los tlamatinime eran algo así como un “todólogo” ya que entre el cúmulo de sus conocimientos no faltaban el cálculo y las reflexiones puramente racionales, las observaciones astronómicas; además del planteamiento que se hacían con respecto del sentido de la vida y del más allá.

Tenían los tlamatinime varias funciones que cumplir en la comunidad. Fungían como sacerdotes principalmente, sin dejar de lado la investigación y la educación del pueblo, dando especial énfasis a los que serían los futuros guerreros y defensores de la comunidad. Al mismo tiempo era pues el tlamatinime, maestro (temachtiani) el “camino”, suya era la sabiduría; era poseedor de la tinta roja y negra, era el maestro de la verdad, amonestador de los demás. Hacía también oficios de psicólogo (teixcuitiani), pues formaba a los otros un rostro y les daba los elementos para desarrollarlo.

Era moralista (tetezcahuiani), hacía que los demás fueran cuerdos y cuidadosos. Le gustaba examinar el mundo y todo lo que tuviera que ver con cuestiones físicas. Y por si fuera poco, también era metafísico, pues se dedicaba a estudiar lo que nos sobrepasa, la región de los muertos, lo que no conocemos, pero que llamamos “el más allá”.

Anteriormente dije que el tlamatinime era un sabio. Júzguese si lo era o no, a partir de los oficios ya mencionados. He aquí lo que decían los nahuas acerca de los tlamatinime:

1.-“El sabio: una luz, una tea, una gruesa tea que no ahúma.

2.-Un espejo honrado, un espejo agujereado por ambos lados.

3.-Suya es la tinta negra y roja, de él son los códices, de él son los códices.

4.-Él mismo es escritura y sabiduría.

5.-Es camino, guía veraz para otros.

6.-Conduce a las personas y a las cosas, es guía en los negocios humanos.

7.-El sabio verdadero es cuidadoso (como un médico) y guarda la tradición.

8.-Suya es la sabiduría transmitida, él es quien la enseña, sigue la verdad.

9.-Maestro de la verdad, no deja de amonestar.

10.-Hace sabios los rostros ajenos, hace a los otros tomar una cara (una personalidad), los hace desarrollarla.

11.-Les abre los oídos, los ilumina.

12.-Es maestro de guías, les da su camino,

13.-de él uno depende.

14.-Pone un espejo delante de los otros, los hace cuerdos, cuidadosos; hace que en ellos aparezca una cara (una personalidad).

15.-Se fija en las cosas, regula su camino, dispone y ordena.

16.-Aplica su luz sobre el mundo.

17.-Conoce lo (que está) sobre nosotros (y), la región de los muertos.

18.-Es hombre serio.

19.-Cualquiera es confortado por él, es corregido, es enseñado.

20.-Gracias a él la gente humaniza su querer y recibe una estricta enseñanza.

21.-Conforta el corazón, conforta a la gente, ayuda, remedia, a todos cura.”

Breve comentario de las anteriores líneas que nos ayudan a contextualizar el papel de los sabios nahuas:

Línea 1.- El sabio: una luz, una tea, una gruesa tea que no ahúma.

La palabra sabio es la forma más usual de traducir tlamatinime. Etimológicamente dicha voz es derivada del verbo mati (él sabe), del sufijo ni, esto le da al verbo un carácter de sustantivado de “el que sabe”. Y finalmente el prefijo tla, siendo como es, un correlato que antepuesto al sustantivo o verbo significa cosas o algo. De esto se concluye que tla-mati-ni significa “el que sabe cosas” o “el que sabe algo”.

Línea 2.- Un espejo horadado, un espejo agujerado por ambos lados.

Aquí se alude al tlachialoni: era algo así como un cetro, con un espejo agujerado en la punta. Dicho artefacto formaba parte de los atavíos de algunos dioses. A través de este instrumento los dioses miraban la tierra y las cosas humanas.

Línea 3.- Suya es la tinta negra y roja, de él son los códices, de él son los códices.

En esta línea aparece el sabio como poseedor de los códices (amoxtli), los viejos libros nahuas, de los cuales sólo muy pocos se salvaron de la destrucción que acompañó a la conquista.

Línea 4.- Él mismo es criatura y sabiduría.

Tlilli tlapalli, literalmente significa que el sabio es tinta negra y roja. La yuxtaposición de los dos colores en toda la mitología náhuatl significaba la representación y el saber de las cosas difíciles y del más allá.

Las líneas 5, 6 y 7 son demasiado claras, que ni el mismo autor las comenta, así que pasaré a comentar las que le siguen.

Línea 8.- Suya es la sabiduría transmitida, él es quien la enseña, sigue la verdad.

La sabiduría transmitida dicho en náhuatl: machize, es una derivada de machiztli y del sufijo e, indicador de posesión (de él es…) De esta palabra se deriva la forma pasiva de mati (saber) que es macho (ser sabido). Por consiguiente tenemos un sustantivo pasivo: sabiduría -sabida (o transmitida)

Línea 10.- Hace sabios los rostros ajenos, hace a los otros tomar una cara (una personalidad) los hace desarrollarla.

Aquí aparecen tres sustantivos de gran riqueza. Teixtlamachtiani, teixcuitiani y teixtomani. Tteixtlamachtiani significa “el que enriquece o comunica algo a los rostros ajenos. Teixcuitiani significa “a los otros una cara hace tomar”. Y teixtomani significa “a los otros una cara hace desarrollar”.

En las líneas 11 y 12 se constata el paralelismo entre la palabra náhuatl ixtli (rostro) y la palabra griega prosopón (cara), tanto en su significado anatómico como en un sentido metafórico de personalidad.

Línea 13.- De él uno depende.

Aquí encuentro un problema, puesto que pareciera como si se refiere a alguien del cual se recibe algo que sustenta el propio existir, o bien, puede referirse a alguien que es la “luz que iluminara el camino de los demás”.

14.- Pone un espejo delante de los otros, los hace cuerdos, cuidadosos; hace que en ellos aparezca una cara (una personalidad).

Aparece el tlamatini como moralista. Hay también aquí un paralelismo con pensamiento moral común entre los griegos y los pueblos de la India : la necesidad de conocerse a sí mismo.

Línea 17.- Conoce lo (que) está sobre nosotros (y), la región de los muertos.

Aquí nos encontramos con un rasgo fundamental del tlamatini (sabio) “conoce lo (que está) sobre nosotros”. Topan, ” lo que nos sobre pasa”, y mictlan, “la región de los muertos”, es decir, “el más allá”

Línea 20.- Gracias a él, la gente humaniza su querer y recibe una estricta enseñanza.

Aquí es visto el tlamatini como todo un humanista, pues apunta a una cierta idea de “lo humano”, como calidad moral. Como un embrión del tipo humanista aparece aquí el tlamatini entre los nahuas.

Pero en la cultura náhuatl, no sólo existieron los tlamatinime, pues al igual que en la cultura griega, en tiempos de la Grecia clásica, cuando la filosofía que daría forma al pensamiento occidental se germinaba, tenía sus enemigos, los sofistas, así entre los nahuas, abundaban los amo qualli tlamatini, o falsos sabios.

Estos, eran todo lo contrario de los tlamatinime, no daban un rostro a los hombres ni a las mujeres, ni tampoco cultivaban en ellos un sabio y prudente corazón, por el contrario.

Los amo qualli tlamatini o falsos sabios, hacían perder el rostro a los hombres. Mientras que los tlamatinime son como un espejo para los macehuales, los hombres, donde éstos se pueden ver claramente un rostro bien formado, los amo qualli tlamatini son como un espejo ahumado (teixcuitiani) que impide a los hombres contemplar claramente su rostro.

A propósito de la diferenciación entre los tlamatinime y los amo qualli tlamatinime, según el padre Sahagún, de estos últimos los nahuas decían lo siguiente:

1.-“El falso sabio: como médico ignorante, hombre sin sentido, dizque sabe acerca de Dios.

2.-Tiene sus tradiciones, las guarda.

3.-Es vanagloria, suya es la vanidad.

4.-Dificulta las cosas, es jactancia e inflación.

5.-Es un río, un peñascal.

6.-Amante de la oscuridad y el rincón,

7.-sabio misterioso, hechicero, curandero,

8.-ladrón público, toma las cosas.

9.-Hechicero que hace volver el rostro,

10.-extravía a la gente,

11.-hace perder a los otros el rostro.

12.-Encubre las cosas, las hace difíciles,

13.-las mete en dificultades, las destruye,

14.-hace perder a la gente, misteriosamente acaba con todo.

Aunque el autor aquí no hizo ningún comentario al respecto yo comentaré algo que me pareció importante.

Línea 1.- “El falso sabio: como médico ignorante, hombre sin sentido, dizque sabe acerca de Dios.

El falso sabio es sólo sabio en apariencia, pues de verdadero no puede tener nada, si nunca ha conocido la verdad. Por eso no puede conocer a Dios, y miente cuando dice conocerlo.

Línea 2.- Tiene sus tradiciones, las guarda.

Como todos, los buenos y los malos somos susceptibles de habituarnos a hacer las cosas que nos parecen normales, y tendemos por lo tanto a acostumbrarnos a hacerlas.

Línea 3.- Es vanagloria, suya es la vanidad.

Entre más vacío se está más se busca disfrazar y ocultar la propia vacuidad con la jactancia y la estupidez.

4.- Dificulta las cosas, es jactancia e inflación.

Significa que el falso sabio para lo único que era bueno, era para dividir el pueblo y hacer menos fácil de realizar las tareas que la cultura demandaba.

En las línea 6 y 7 (“Amante de la oscuridad y el rincón” “sabio misterioso, hechicero, curandero”) me parece que se puede interpretar que, quien en la oscuridad se siente feliz, nunca buscará la clara luz; al mismo tiempo manifiesta que prefiere la mentira a la verdad.

9.- Hechicero que hace volver el rostro.

Habría que ver qué rostro hacía volver, o en qué lo hacía volver; diría más bien que en qué transformaba el rostro de los hombres y mujeres el falso sabio. Tal vez en un rostro deformado y estúpido.

11.- Hace perder a los otros el rostro.

Seguramente el falso sabio era todo un modelo de antivalores. Con ellos confundía y perdía a los que le seguían los pasos.

Para resumir, los amo qualli tlamatini todo lo destruían, metían a la gente en dificultades, hacían perder el rostro a los otros y misteriosamente acababan con todo.

He aquí la diferenciación que de los verdaderos y los falsos sabios hacían los mismos nahuas. Queda claro, pues, que en la cultura náhuatl, al igual que en otras distinguidas civilizaciones, hubo un gran desarrollo humanístico, por llamarlo así, debido a su preocupación por la cultura, las ciencias, la educación, pero sobre todo, debido al gran interés por la formación de hombres y mujeres, lo que en la actualidad conocemos como formación humana.

Bueno, una vez que distinguimos entre los verdaderos y los falsos sabios nahuas, sólo queda ensalzar a los primeros sabios, los verdaderos, por su valiosa y fructífera tarea, ya que gracias a ellos su cultura es ahora reconocida en diferentes partes del mundo, y es tenida como cuna de la posible filosofía prehispánica en América.

Importante es señalar también que, la cultura náhuatl además de ser cuna de la filosofía prehispánica, es también partícipe del desarrollo humanístico y religioso en lo que ahora es nuestro pueblo mexicano.

BIBLIOGRAFÍA

León Portilla, Miguel, La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, UNAM, México, 1993.

Códice Matritrense, citado por León Portilla en Rostro y corazón de Anáhuac, México, Asociación Nacional del Libro, A.C., 2001.

Códice Matritense de la Real Academia , ed. Facsimilar de don Fco. del Paso y Troncoso, vol. VIII, últimas líneas del fol. 118 r. y primera mitad del 118 v; AP I, 8. Citado por León Portilla en Filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, P. 65.

[1] León Portilla, Miguel, La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, UNAM, México, 1993, P. 8

[2] Códice Matritense de la Real Academia , ed. Facsimilar de don Fco. del Paso y Troncoso, vol. VIII, últimas líneas del fol. 118 r. y primera mitad del 118 v; AP I, 8. Citado por León Portilla en Filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, P. 65.

[3] Códice Matritense de la Real Academia , ed. Facsimilar de don Fco. del Paso y Troncoso, vol. VIII, últimas líneas del fol. 118 r. y primera mitad del 118 v; AP I, 8. Citado por León Portilla en Filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, P. 65.

[4] Íbidem, P. 73.

La vida es el don más grande que Dios te puede dar;

de ti depende aprovecharlo al máximo

o tirarlo a la basura, Dios nada te va a reclamar,

tenlo por seguro.

Autor:

Rafael Morales González

rafmorgon_2103[arroba]hotmail.com

Caballeros Coyote

Nagual, en lguno de los diferentes website ud. se refiere a ellos, he estado leyendo varios libros sobre los grados militares en el ejercito mexica, y de como los Ocelot y los Aguila eran parte del consejo del Tlatoani , ¿tiene ud alguna idea de la funcion que desarrollaban?

Idima Español

Que se requiere para que azcatl tenga el idioma en español?

Saludos.
Victor.

Warren Buffet

probablemente corresponda a otro lugar del foro…

El segundo hombre más rico del mundo, Warren Buffet, enumeró los 20 principios básicos que posibilitaron gran parte de su éxito. Pero, aunque estas indicaciones para invertir y ganar en la bolsa parecen sencillas a simple vista, los especialistas aseguran que son pocos quienes pueden seguirlos y aplicarlos con éxito.

Buffet es un inversor que hizo su fortuna solamente comprando y vendiendo acciones y que hoy es la persona más influyente del mercado financiero estadounidense.

Este genio de las finanzas compró su primera acción a los once años, aunque dice que se arrepiente de haberlo hecho “tan tarde”. A los 14 adquirió una pequeña granja con los ahorros que consiguió repartiendo periódicos y aún vive en la misma casa de tres dormitorios en Omaha, que compró hace 50 años cuando se casó.

Esas fueron parte de sus claves para convertirse en millonario, tal como lo reveló en una reciente entrevista a la CNBC.

Según los operadores, Buffet, hoy conocido como “el oráculo de Omaha”, empezó a operar con u$s100 propios y llegó hoy a una fortuna de u$s52 mil millones. Básicamente, las veinte reglas de su éxito, fueron:

1. Nunca invierta en un negocio que no pueda entender, como tecnologías complicadas.
2. Si no puede ver caer un 50% su inversión sin pánico, no invierta en el mercado de valores.
3. No intente predecir la dirección del mercado de valores, la economía, los tipos de interés o las elecciones.
4. Compre compañías con buen historial de beneficios y posición dominante de mercado.
5. Sea temeroso cuando otros son codiciosos y viceversa.
6. El optimismo es el enemigo del comprador racional.
7. La capacidad de decir “no” es una enorme ventaja para un inversor.
8. Gran parte de éxito puede atribuirse a la inactividad. La mayoría de los inversores no resiste la tentación de comprar y vender constantemente, pero la piedra angular debe ser el letargo, bordeando la pereza.
9. Las oscilaciones salvajes de precios están más relacionadas al comportamiento de los inversores que a los resultados empresarios.
10. Un inversor necesita hacer muy pocas cosas bien si evita grandes errores. No es necesario hacer algo extraordinario para conseguir resultados excelentes.
11. No tome seriamente los resultados anuales, sino los promedios de cuatro o cinco años.
12. Céntrese en el retorno de la inversión (no en las ganancias por acción), el nivel de endeudamiento y los márgenes de beneficio.
13. Invierta siempre a largo plazo.
14. Es absurdo el consejo de que “nunca se quiebra tomando un beneficio”.
15. Recuerde siempre que el mercado de valores es maníaco-depresivo.
16. Compre un negocio, no alquile las acciones.
17. Busque empresas con mercados amplios, fuerte imagen de marca y consumidores fieles, como Gillete o Coca Cola.
18. También son interesantes algunas compañías con marcas consolidadas pero que están infravaloradas por dificultades transitorias. Para buscar estas oportunidades, deben aprovecharse los mercados bajistas.
19. Busque compañías con gran capacidad de generación de efectivo y que, una vez en marcha, no necesiten grandes reinversiones.
20. Mientras más absurdo sea el comportamiento del mercado, mejor será la oportunidad para el inversor metódico.

En Estados Unidos aseguran que de todas estas reglas, la más exitosa para Buffet fue la del “value investing”: comprar compañías infravaloradas (pero con buen historial, ventajas competitivas e imagen de marca consolidada) y esperar hasta que crezca nuevamente su patrimonio.

Con esta meta, Buffet aprovechó los mercados bajistas para buscar buenas empresas con dificultades transitorias, analizando cuidadosamente la información financiera y el precio en relación a los valores históricos.

En su análisis, siempre puso especial énfasis en el “Book Value Per Share” (valor en libros por acción), el ROE (Return On Equity) y el nivel de endeudamiento de la empresa.

A su vez, en la entrevista concebida recientemente a la CNBC Buffet dio detalles de su filosofía de vida y cómo logró convertirse en multimillonario:

* Sostiene que tiene todo lo que necesita en su casa, la que compró hace 50 años. Allí no tiene ni rejas.
* No tiene chofer, maneja su propio auto y tampoco cuenta con personal de seguridad.
* Jamás viaja en aviones privados, a pesar de ser dueño de la compañía aérea de jets privados más grande del mundo.
* Su empresa Berkshire Hathaway es dueña de 63 compañías.
* Le escribe una carta por año a cada CEO de las empresas deseándoles buenos augurios para el año próximo.
* Jamás mantienen reuniones ni los llama regularmente por teléfono.
* Les dio dos únicas reglas a sus directivos. Número uno: nunca perder plata de los accionistas, y número dos: nunca se olvide la regla número uno.
* No socializa con la clase alta. Su pasatiempo cuando llega a su casa es prepararse pochoclo y mirar televisión.
* No usa celular ni computadora. Cuando le preguntaron qué recomendaciones les daría a los jóvenes respondió con las siguientes reglas:
* Aléjense de las tarjetas de crédito y sus ahorros inviértanlos en ustedes mismos y recuerden lo siguiente: el dinero no crea al hombre, es el hombre el que crea el dinero.
* Vive tu vida tan simple como eres.
* No hagas lo que otros te digan, sólo escúchalos. Sólo haz aquello que te haga sentir bien.
* No uses cosas por sus marcas, sólo usa aquello que te haga sentir cómodo.
* No gastes tu dinero en cosas innecesarias, gástalo en cosas que realmente necesites.
* Después de todo es tu vida, por qué darle la oportunidad a otros de que te la manejen.

El hombre en cuestión nació en 1930 en Omaha, Estados Unidos, y desde niño aprendió el funcionamiento de las altas finanzas ya que su padre era un broker. Estudió en las universidades de Wharton y Columbia para luego comenzar su carrera como vendedor de inversiones y analista de Bolsa en la firma de su padre.

En 1965 adquirió la firma textil Berkshire Hathaway y comenzó a invertir en compañías de seguros. En los últimos 37 años, sus inversiones generaron una renta media de 22 por ciento.

El año pasado, Buffet decidió donar 85% de su fortuna a instituciones benéficas y, entre estas donaciones, le otorgó u$s31.000 millones a la fundación del matrimonio Gates.

El señor Buffett declaró que virtualmente toda su fortuna pasará a la Fundación Buffett. Se opone al principio de transferir grandes fortunas de una generación a otra.

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LA EVACUACIÓN ESPIRITUAL Y FÍSICA DE LA HUMANIDAD

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LA EVACUACIÓN ESPIRITUAL Y FÍSICA DE LA HUMANIDAD

LA EVACUACIÓN ESPIRITUAL

Y FÍSICA DE LA HUMANIDAD

Información entregada a grupos de instructores de Rahma, grupos espirituales, escuelas e interesados en la humanidad de este planeta, por el hermano Pedro Bravo en el mes de marzo de 1997. El hermano Pedro es fundador de “Misión Rahma en Chile” y también fue miembro del Directorio Nacional de la “Alianza Espiritualista Internacional” (Chile) y de la Institución Ecológica, “Fundación para la tierra”. Misión Rahma es un grupo de Contacto Extraterrestre Internacional. La profesión del hermano Pedro es Contador General y durante 30 años, desde el año 1979 se ha dedicado a la investigación y contacto con hermanos mayores extraterrestres de nuestra galaxia.

Ya sabemos que a nivel mundial, en escuelas del conocimiento hermético y esotérico, grupos espirituales del contacto, se ha entregado de arriba por las altas jerarquías espirituales, que América es justamente ahora el lugar de irradiación Cósmica Planetaria. Es por donde ingresa la mayor cantidad de energía cósmica, así como fué antes en Israel, así como fué antes en Egipto y en el Tíbet, sencillamente ahora es en América. Y entonces, como el foco de una linterna que es un haz de luz, en la irradiación de esa luz vamos buscando los puntos focales, lo primero es América del sur, después hablamos del cono sur, de los países del cono sur, que son los que están más beneficiados con esa energía cósmica. Y así vamos más hacia el centro y nos encontramos en Chile, al norte de Chile, valle del Elqui, y llegamos a Cochiguaz, ¿Por qué llegamos a ese punto focal, porque es importante analizar esta parte de América?, ya lo dije, porque en América del sur, en Chile y al interior de Chile, en el valle del Elqui, y al interior de dicho valle, encontramos el pequeño valle de Cochiguaz, ahí justamente es donde está el ingreso de mayor energía cósmica del planeta o sea el lugar de más alta vibración del planeta, y donde se encuentra el Chacra Cardiaco del planeta, osea el Chacra Corazón del planeta que se trasladó desde El Tíbet a Chile y esto no significa que la Misión Humanidad, (que está formada por todas las misiones en la tierra, por las diferentes misiones cósmicas, todas complementarías, no existe la más importante) no tenga importancia en otros países del planeta, también Europa, algunos países que reciben irradiación en ese continente y en los demás. No podemos decir que nosotros somos los privilegiados en América. Se está misionando en todas partes.

Se trata de la Misión Humanidad que es el conjunto de todas las misiones cósmicas para la evolución de la humanidad del planeta, todas tienen una vibración determinada. Dentro de ellas están también las religiones que son Misiones Cósmicas importantísimas en la evolución del hombre de este planeta. Hermanos de escuelas y grupos, no solamente de América sino también de Europa, otros continentes, y del Tíbet inclusive han llegado hasta acá. Un muchacho Francés que andaba en el Tíbet, allí estaba buscando conocimiento para ayudar a nuestra humanidad, donde encontraba el conocimiento se quedaba. Su maestro le decía que dentro de los viajes que él estaba haciendo, tenia que venir a Chile y llegar al Valle del Elqui a un lugar llamado Cochiguaz, a las comunidades de ese lugar, por que en el recibiría iniciaciones de los guías (Jerarquías Espirituales Extraterrestres), pero tenia que ser en ese lugar, y le explicó que era un lugar por donde ingresaba la mayor cantidad de energía cósmica al planeta.

Llegó a la comunidad de la hermana Gladys Medina y lo instruimos junto a la hermana Gladys, certificando lo que se ha recibido desde arriba. ¿Y por que estos lugares son tan importantes?. Como reciben mucha energía cósmica es muy fácil llegar a la vibración de cuarta dimensión de conciencia, pero también es por que hay una gran cantidad de trabajo planetario para esta humanidad, que se está haciendo en estos lugares, justamente está concentrada una cantidad enorme de energía planetaria. Las Jerarquías pueden actuar desde cualquier parte, pero necesitan actuar también dentro del planeta, y para ello eligen los lugares de mayor Energía Cósmica y entonces ahí hay una cantidad de Jerarquías que trabajan concentradas (en el Norte Valle del Elqui – Chile) en la irradiación espiritual hacia la humanidad y cadenas mentales de limpieza. Debido al mayor ingreso de energía cósmica al planeta, en dicho lugar se encuentra el chacra cardiaco de esta tierra o sea el chacra del sentimiento.

Tenemos una Jerarquía Espiritual accionando en común-unidad y tenemos una Confederación Galáctica de Mundos Evolucionados, cada una con su tarea, tenemos un gobierno galáctico que está concentrado en el consejo de los 24 Ancianos que es el Gobierno Espiritual Galáctico. Toda la jerarquía esta trabajando en una unidad, como siempre en común- unidad espiritual, y es así como nosotros debemos trabajar también. A ese nivel de 6ª Dimensión de Conciencia donde esta el consejo de los 24 Ancianos, se trabaja en forma directa con Jerarquías Espirituales Superiores y justamente eso es importante analizar: Cuando hablamos de Humanidades Extraterrestres Evolucionadas que están preparadas para ayudar a otras humanidades más atrasadas como la nuestra, hablamos de la Ayuda y el Plan Extraterrestre, ahí nos encontramos con que el plan extraterrestre está dentro del gran Plan de Salvación Espiritual de nuestra humanidad que esta diseñado por las Jerarquías Espirituales. Tenemos los co-mandantes del plan extraterrestre, significa que los mandantes de los planes ejecutivos son otros, estos son las jerarquías espirituales de la galaxia y del planeta, comandados todos por “los 24 Ancianos” que son los gobernantes de nuestra galaxia, conformando un concejo de gobierno que se dividen las tareas y también las delegan organizadamente.

Tenemos este Plan Extraterrestre que se efectúa con las humanidades físicas evolucionadas de 4ª y 5ª dimensión de conciencia de nuestra galaxia que ayudan a las jerarquías espirituales. Siempre ha sido así y siempre será así, por lo tanto han estado siempre ayudando a las civilizaciones y humanidades de este planeta a evolucionar, directa e indirectamente. Este análisis es bueno hacerlo porque yo estoy reuniendo a las jerarquías espirituales con las humanidades físicas de la Confederación Galáctica y esa Confederación Galáctica es una cantidad enorme de Hermanos Mayores de diferentes mundos que están concentrados en ayudarnos a evolucionar. De nuestro sistema planetario los Hermanos Mayores Extraterrestres de Venus y Ganímides (llamado Morlen por ellos), y aquí es donde uno se admira y la verdad es que sencillamente son las leyes del Amor Universal, creadas por el Padre, el Profundo Amor de la Conciencia Cósmica, pero a nosotros, como somos salvajes y bárbaros inteligentes, nos extraña que tantos Hermanos Mayores Extraterrestres de diferentes planetas de la galaxia estén preocupados de nosotros y que dejen sus hogares y se vengan a trabajar y a misionar por nuestra humanidad, desde las bases que tienen en nuestro planeta y en otros tantos planetas también, hay una flota galáctica e intergaláctica preparada, de hecho ya está todo organizado para hacer el rescate físico de está humanidad.

Toda una organización y una preparación tan maravillosa que nosotros decimos: ¿Por qué tanta preocupación?, sencillamente porque son las leyes del Amor Universal, que ellos practican y que nosotros todavía teorizamos, y el Hermano Mayor ayuda a sus Hermanos Menores a evolucionar en la eterna “Ley de la Evolución Espiritual” y a dar el examen del ascenso de la 3ª dimensión de conciencia a la 4ª dimensión de conciencia de nuestra humanidad, en conjunto con nuestra Madre Tierra que por derecho de evolución le corresponde ascender a la 4ª dimensión de conciencia “AHORA”, ascendiendo en conjunto “solamente con los hermanos de esta humanidad que se autoeligiran para dicho ascenso”

Extracto del libro
\”LA EVACUACION ESPIRITUAL Y FISICA DE LA HUMANIDAD DEL PLANETA\”
por Pedro Bravo

A Critical Bibliography of Carlos Castaneda

A Critical Bibliography of Carlos Castaneda
[url=http://sustainedaction.org/Explorations/a_critical_bibliography.htm]http://sustainedaction.org/Explorations/a_…ibliography.htm[/url]
Bibliographer’s Note: The following titles represent some serious early criticism of Carlos Castaneda’s enterprise. I’ve chosen these from de Mille (1976) as well as from citations in the chronologies already posted on this Website, including titles relating to Florinda Donner’s work. This bibliography will be expanded and also pruned as we go along. As always, I welcome comments and corrections. –S.M.

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Comment: The terms “anemic” and “emetic” reflect apparently short-lived concepts in anthropology. They appear here because Carlos Castaneda referred to this concept in the precis of his dissertation. (See deMille, 1976)

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