diciembre, 2005

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Totems y chuleles

Tótems
Los animales Tótem son los que mejor reflejan las necesidades y cualidades de una persona. La forma en que los tótems son usados varia grandemente, algunas tradiciones chamánicas dan gran importancia a los tótems, y tienen muchos y diferentes animales tótems, de colores, direcciones… y algunos ni siquiera los mencionan.
Comúnmente se acepta que hay dos tipos de totems, el central , que define lo que es una persona, y los “exteriores”, espíritus que nos rodean y guían. El tótem central es el que mas se identifica con uno, el que refleja lo que uno es.
Los tótems exteriores Son llamados normalmente para guiar a una persona, como son llamados y como se manifiestan depende muchísimo de la particular tradición que se sigue y que es lo que uno cree.
Resulta interesante considerar que los tótems tienen relación con las culturas precolombinas, desde los caballeros coyote, aguila y jaguar, hasta los relatos de zoomorfismo, y por otra parte, todo el conocimiento chamánico de américa del Norte ( EU ) y sudamérica lo toman muy en cuenta. Carlos Castaneda tiene relación con el coyote, y Don Juan con el Cuervo, así como mi benefactor tenía relación con el puma americano y yo con el lobo.
Ahora bien, el significado de cada tótem es diferente segun las tribus y su medio; el significado o el mensaje del tótem puede ser diferente entre los miembros de una tribu o grupo, por ejemplo, los yanomamos.
En el sitio original se encuentra una página sobre Tótems, El espíritu del buitre, que habla un poco sobre los animales guardianes en México central, segun algunas personas con las que hablé.
En ocasiones he llegado a pensar que el tótem guardián es secundario, quizá el tótem no existe, y LA PERSONA BLANCO ES EL MENSAJE.

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Los chuleles
Mitología Mexicana:Roldán Peniche, Página 48; Editorial Panorama. ( www.panoramaed.com.mx )
Los chamulas veneran a los chuleles porque representan el alma de los hombres. Se manifiestan n la forma de un animal y son un ejemplo puntual del nahualismo. Quien se atreva a matar a un chulel matará también (en esa misma ejecución) al hombre identificado con esa bestia.
Hay una funesta serie de chuleles que llaman PUKUJES, cuya osadía llega al punto de arrebatar a los hijos del vientre de sus madres. He aquí las palabras de Ricardo Pozas (Mitos, ritos y hechicerías) en torno a esa consternadora experiencia:
Cuando la mujer esta embarazada de seis meses, debe cuidarse muy bien, porque de pronto puede ocurrir que ya no tiene nada, que un pukuj le sacó a su hijo.
Entre los PUKUJES destacan los IKALES ( que son fereoces y vahan por la noche a la caza de ingenuos transeùntes) y los KIBALES, cuyos diabólicos poderes aterran a los chamulas. Ellos se atreven, en colosal irreverencia, a combatir contra el Sol y la Luna y suelen convertiurse en POSTOMES ( Bolas de fuego ). Aqui recurro nuevamente a las palabras de Pozas:
Los postomas son los chuleles mas altos, los de mayor jerarquía , los mas fuertes, los que ya no se acuerdan de Dios, que quieren igualarse a Chultotic y se convierten en bolas de fuego.
El Chulel viene siendo el tótem que se mencionó antes, pero dato curioso, la actitud de los chamulas y sus leyendas influyeron en la estrategia de los españoles durante la conquista hacia aquellos que todavía podían organizar una defensa. Es interesante que aquellos chuleles de nivel mas alto, los postomas, son una bola de fuego. Hay cierto parecido con Castaneda y el fuego interno, no ?
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Mi benefactor me dijo que el NaHual es la fuerza y el naGual el hombre que llama a vivir esa fuerza dentro de su pecho, pero a grandes rasgos, todos tienen un compañero animal AFUERA. El Nagual es el que llama a vivir esa fuerza DENTRO de su pecho.
Por eso me ha resultado siempre tan interesante que nadie mencione el doble del que habla Castaneda en el Segundo anillo de poder, del precio de la sombra, y de la frase que poco mas o menos dice “Cualquiera puede tener la sombra que surge de la cabeza, esa sombra es el Nahual, y por lo tanto, el que la tiene es el Nagual”. ¿Porqué esa parte del conocimiento Castanediano es ignorado sistemáticamente?.
Arqueológicamente en ocasiones se refieren al NaGual como el “disfraz” que usa una fuerza, asi que ver al hombre como vehículo de esa fuerza es mas que un simple símbolo. De momento solo recuerdo los comentarios que hay el El Convento de Santo Domingo en Oaxaca sobre el tesoro de la Tumba siete de Monte Albán, pero es frecuente encontrar estos tipos de referencias. Quizá debe considerarse al chulel ( ver mas abajo ) como el disfraz que usa el naHual para manifestarse, a través de un NaGual, que a la vez es disfraz del NaHual.

Peliculas malditas y para no dormir

Peliculas para no dormir. Visitantes 173.

El angel Exterminador
Por Luis Buñuel. Una pelicula perturbadora.

El Gabinete del Dr. Caligarí
Por Robert Weinne.
Expresionismo Alemán de los 20s un clásico cinematigráfico con un tratamiento especial de cine de horror, critica al facismo y al acartonamientode la sociedad, inovadora en su tiempo en todos los sentidos (fotografía, escenografía, diseño, vestuario, movimiento de camara, etc) todavía vigente después de 80 años.

El odio
Por mathieu kassovitz.
Muy en la linea trainspotting pero mas desgarradora y pesimista. Inolvidable. Se sale el trio protagonista entre ellos Vincent cASSEL…

El perro andaluz
Por Luis Buñuel. son 7 minutos para la película pero siglos de avance para la cinematografia

Exótica
Por Atom Egoyan.

Gato negro, Gato blanco
Por Emir Kusturica.
Una película diferente, divertida y envolvente con una magnífica banda sonora de Goran Bregovic.

Interiores
Por Woody Allen.

La gata sobre el tejado de zinc
Por Richard Brooks.
Es la primera película buena que ví. No hay monstruos, ni travestis, ni efectos especiales, ni disparos (creo recordar); es diálogo, es teatro. Aquí pongo una sinopsis que he encontrado navegando: “Intenso drama interpretado por Paul Newman, Liz Taylor, Burl Ives y Judith Anderson. Adaptación cinematográfica de una de las obras teatrales más famosas del dramaturgo Tennesse Williams en torno al cruel retrato de una familia movida por la ambición, la codicia y el sexo. Los dos hijos del cabeza de familia (Burl Ives) reaccionan de una forma muy diferente ante el anuncio de que éste tiene un cáncer incurable. La película obtuvo siete nominaciones al Oscar.”

La pianista (La Pianiste)
Por Michael Haneke.
Una catedrática de piano que a sus cuarenta años ha fracasado como mujer y en su carrera como pianista vive vigilada sigilosamente por su madre. Convencida de la inferioridad de las mujeres en cuanto a la lucha por la igualdad, niega su propia sexualidad y es incapaz de formarse una identidad sexual. Vive con su madre tiránica en un viejo departamento un poco abandonado, parecido a una fortaleza a la cual nadie puede entrar. Desde su infancia es llevaba a luchar sólo por el éxito, educada para ser única, preciosa y virtuosa, se encuentra sola, separada de la vida y los demás. Día y noche la madre está allí, esperando que su hija regrese del trabajo. Su penas, amores y dependencia mutua están ligadas una a la otra, una relación impenetrable para un hombre…
Recomendado por almaprozac, 30/12/2003.

Persona
Por Ingmar Bergman.

Recomendado por Bukowski , 04/09/2001.

Requiem por un sueño
Por Darren Aronofsky.
Una de las mejores peliculas que he visto, atrevida, impactante, casi alucinógena.
Recomendado por miller , 29/12/2001.

SEUL CONTRE TOUS (LE TEMPS DETRUIT TOUT)
Por Gaspar Noé.
SEUL CONTRE TOUS (LE TEMPS DETRUIT TOUT)

JUAN BEAT

[url=http://homepage.mac.com/juanbeat/iblog/]http://homepage.mac.com/juanbeat/iblog/[/url]

Desde esa produción de 1998, Gapar Noe parece estar obsesionado con “los actos IRREVERSIBLES”; y no entiendo ese escandalo en Cannes con Irreversible, Seul contre Tous es mucho más dura; es que, además de la irreversibilidad de nuestra jodida o “feliz vida”, hay una profunda soledad en esta película. Muestra la desesperación, el que tengamos que seguir reglas que “ellos” inventan para jodernos más. Un carnicero lo ha perdido todo, tiene que deshacerse de la carnicería que le costó 30 años de arduo trabajo; a su hija, una adolescente autista la “abandona” y se hace amante de una gorda con dinero. La idea es poner un negocío en Lille, así que de decide mudarse con la gorda que, además está embarzada y tiene que cargar con su madre. La gorda, una egoísta lo obliga a buscar trabajo; el carnicero se harta y vuelve a Paris. —–Voy a comenzar una nueva vida, si tengo que ser un cabrón lo haré… seré un cabrón—– La película tiene un rítmo rápido en primera persona, la voz en off del carnicero nos va hundiendo más en la soledad, en la vanalidad de las posiciones sociales; de lo insulso que es tener un “revolver con solo 3 balas”. El carnicero ya no tiene esperanzas, —-el amor es una puta—–. (Ya algun día le dije a Karina: parece que el amor no es más que una prostitución); así que le queda su revolver; y aunque intenta ya en Paris buscar un trabajo, todos le cierran las puertas, sus amigos tampoco “pueden hacer nada por él”. Cuando parece que todo esta perdido, no sabe cómo gastar sus 3 balas y como pagar un cuartucho de las afueras de París, aparece en la pantalla una advertencia —–DANGER, solo tiene 30 segundos para que el espectador salga——; y lo que sucede después creo deben verlo.

Iría a la cineteca a ver la película con Karina, semanas atrás (ja… lo recuerdo como en flashback) le dije que “necesitaba ver a Gaspar Noe”; pero amanecí este domingo con diarrea, vómito y profunda tristeza. No fuímos a la cineteca, pero baje SEUL CONTRE TOUS del bit-torrent. Al terminar la película me importó una mierda la diarrea y destapé una cerveza; pensé en comenzar de nuevo, no han sido días fáciles así que si tengo que ser un cabrón lo seré…

Réalisation:Gaspar Noé
Scénario:Gaspar Noé
Photo: Dominique Colin
Distribution: Philippe Nahon (Le boucher), Blandine Lenoir (Cynthia, sa fille), Martine Audrain (Sa belle-mère)
Durée: 93 min
Recomendado por JUAN BEAT , 17/07/2004.

Razón de edición: Fundido y Numero de visitantes del tema anexado.

Encuentran orígenes de la contracultura

Encuentran orígenes de la contracultura

Por Corina Preciado
Mural

Guadalajara, México (23 noviembre 2003).- Sócrates, el conocido filósofo, es para el poeta Neeli Cherkovski uno de los primeros subversivos, uno de los padres de la contracultura.

“Era contracultural porque enseñaba a la gente a oír su propia voz”, agregó Cherkovski, quien con su conferencia abrió la tercera jornada del Congreso Nacional de Contracultura, que se celebra en Lagos de Moreno, desde el jueves por la tarde.

El biógrafo oficial de Charles Bukowsky, autor de culto, y escritor de libros como “El Cartero”, consideró que aún cuando a los periodistas les ha parecido fácil etiquetar a la generación beat como la iniciadora de la contracultura, los cuestionamientos a la oficialidad se remontan a un pasado mucho más remoto.

Las cavernas de Altamira, el arte maya, los profetas que se encuentran en la Biblia y que se oponían a sus opresores de su pueblo y los poetas malditos como Rimbaud son para Cherkovski los predecesores de la búsqueda por encontrar respuestas, que no son necesariamente las que ofrecen los grupos en el poder.

“La contracultura es una liberación del cuerpo, de la mente y de la cultura oficial que piensa sólo en el entretenimiento y en el hacer dinero”, explicó el pensador en este Congreso, organizado por la Universidad de Guadalajara y por la revista Generación.

“Es difícil distinguir cuando algo es contracultural si de repente vende mucho, como por ejemplo en el caso de Bukowsky, suena a una contradicción, yo a veces no lo entiendo, pero lo imperante es el mensaje, ese deseo de tocar el centro de la gente, independientemente de si es un best seller”.

Para Cherkovski, quien reside en San Francisco, California, su versión poco heterodoxa de la contracultura se explica más fácilmente a través de un poema, por lo que leyó, ante la audiencia de 15 personas, el texto titulado “Surrealismo Natural”.

Después respondió las preguntas del público, que en su mayoría lo cuestionó acerca de Bukowsky, con quien compartió veladas etílicas.

“¿Dónde está Bukowsky? Yo creo que está tomándose una cerveza fría en el purgatorio”, dijo entre risas el poeta en su plática dictada en Casa Serrano, espacio cultural de la UdeG en Lagos de Moreno.

El Congreso culmina hoy con un concierto en el que compartirán el escenario el grupo La Misma Cosa y el Dj God is mi Name en el Bar Lagos.

El don de la ebriedad

El don de la ebriedad

Los señores

Los señores Jim Morrison

El significado de la enfermedad y la curacion

“EL SIGNIFICADO DE ENFERMEDAD Y CURACIÓN
EN EL CHAMANISMO Y EN LA MEDICINA MODERNA”

La palabra curar, así como todos sus derivados, son términos vagamente pérfidos en la medicina moderna, en la que curandero es sinónimo de matasanos o de «evangelista untuoso y charlatán». En realidad, desde el punto de vista de la ciencia contemporánea, incluso la capacidad natural de un individuo para curar prácticamente todo trauma mental, corporal y espiritual recibe escaso reconocimiento en términos de investigación, así como tampoco se suele otorgar crédito alguno a su propia capacidad de recuperación. La remisión espontánea de una dolencia se tilda de anomalía, el efecto placebo supone un fastidio para la investigación y toda enfermedad que no se ajuste a las estadísticas es groseramente calificada de diagnóstico erróneo, remisión temporal, o simplemente histeria. Claramente, la curación no goza de popularidad.

En cualquier caso, ¿qué significa curar o ser curado? Las «claves» que uno acepte como representativas de la curación varían enormemente y son distintas para cada cultura. En las culturas chamánicas tradicionales, la curación guarda escasa relación con la remisión de los síntomas físicos. Se refiere más bien a formar un todo o a armonizar con la comunidad, con el planeta y ciertamente con las circunstancias privadas de uno mismo. Esto puede ir, o no, acompañado de la curación física, e incluso cabe que el paciente fallezca, lo que inspira una enorme desconfianza, evidentemente, entre los observadores ajenos a dicha tradición. Después de todo, ¿qué clase de curanderos son esos chamanes, si sus pacientes se mueren? Sin embargo, desde el punto de vista del chamán, el curso de la vida y la muerte carece de importancia, ya que no son más que distintas experiencias a lo largo del continuo de la existencia.

Evidentemente, la actitud chamánica sugiere una definición bastante diferente de curación que aquella con la que la civilización occidental está primordialmente familiarizada, es decir la de «regresar a la normalidad», normalidad que se define culturalmente de acuerdo con unos niveles creados por los miembros de dicha sociedad. Es oportuno mencionar aquí el siguiente comentario de un curandero indio: «Con la medicina del hombre blanco, uno sólo vuelve a ser como antes; con la medicina india, uno puede llegar a ser incluso mejor».

No obstante, cabe destacar que el espíritu humano emerge frecuentemente victorioso, incluso del más atroz de los tratamientos médicos. En esta cultura, la gente supera creativamente las enfermedades, aprende de ellas y las trasciende. Y para el terapeuta, la posibilidad de participar en este viaje con pacientes muy excepcionales y a menudo gravemente enfermos, supone un gran don y una fuente de sabiduría. Claro que no todo el mundo es capaz o está dispuesto a hacerlo, y se suele precisar mucho apoyo para realizar el esfuerzo necesario.

El viaje de autotransformación

Existe un claro paralelismo entre el viaje de crecimiento personal que emprenden los que atraviesan una enfermedad de suma gravedad y el viaje de iniciación del curandero. Ahora estoy convencida de que, para el curandero, dicho viaje significa un progreso más o menos constante en su labor simultáneamente alegre y dolorosa de autoconcienciamiento y autodesarrollo, además de un compromiso con su misión de servicio. En las sociedades chamánicas tradicionales, se consideraba dicha transformación como parte imprescindible de la formación del curandero para el correcto ejercicio de su vocación, mientras que en la medicina moderna ha sido prácticamente olvidada. No obstante, la senda tradicional de autodescubrimiento emprendido por los curanderos indígenas durante su proceso de iniciación, cuenta con un prototipo moderno que adquiere cada día mayor popularidad. Dicho viaje transformador no sólo es compatible con la medicina moderna, sino esencial para ella. La sabiduría de la curación sólo podrá progresar si se combinan inteligentemente los mejores aspectos de todos los sistemas.

Utilizando mi experiencia como ejemplo, diré que el viaje de iniciación no tuvo lugar en preparación para mi trabajo sino a causa del mismo. Además, no fue una elección consciente, ni siquiera fue el deseo lo que impulsó el proceso. Existe un proverbio latino que dice «quien vaya por su propia voluntad, será guiado por los Hados; quien vaya contra su voluntad, será arrastrado por ellos». La segunda parte es la que mejor describe mi participación.

Ni los reconocidos métodos de la ciencia médica ni los principios de la religión moderna me fueron de gran ayuda para guiar mis pensamientos, mi investigación, o mi trabajo clínico con pacientes gravemente enfermos. La confusión, la incertidumbre, el enojo y la frustración provocaron la necesidad de aprender otras tradiciones culturales como el chamanismo, e incluso de identificarme con las mismas, ya que sólo éstas parecían capaces de inyectar cierta sabiduría en áreas de la medicina esterilizadas por la objetividad.

En primer lugar parecía que, en interés de la tecnología y del dogma, la medicina pasaba por alto la esencia de lo que significa ser humano. Los que padecen enfermedades crónicas y los moribundos, ambos fuera del alcance de la medicina tal como se conceptualiza en la actualidad, han sido los que más dolorosamente han sentido dicho olvido.

En mis primeros años de investigación, yo también presencié sucesos totalmente inexplicables según los conocimientos que poseemos sobre el cuerpo humano, o de lo que cabe esperar del tratamiento médico.2 Por ejemplo, algunos pacientes con cierto tipo de personalidad tenían mayores probabilidades de vivir más tiempo, después de un diagnóstico de enfermedad «terminal». Los análisis de sangre de dichos pacientes revelaban una asombrosa correlación entre los cambios hematológicos y los resultados de pruebas psicológicas. Era posible predecir estadísticamente la longevidad, basándose en la visión que tenían dichos pacientes cancerosos de su propia enfermedad, sus defensas y el tratamiento.3 Muchos fallecieron cuando no lo preveían las teorías vigentes. A menudo eran demasiado jóvenes o estaban excesivamente sanos, o su enfermedad, según los libros de texto, no era lo suficientemente grave como para causarles un deterioro tan rápido. El «curso biológico de la enfermedad», frase con la que se intenta describir el progreso independiente de la misma según su propia naturaleza, pasó a tener muy poco sentido.

Por otra parte, comprobé que algunos pacientes a quienes se había administrado los últimos sacramentos se recuperaban, reincorporándose a una vida satisfactoria y productiva, También he sido testigo del milagro de vidas gratificantes bajo las más traumáticas limitaciones físicas y del milagro de aquellos que avanzan hacia la etapa final de esta vida con toda conciencia y claridad. En todos los casos, estas curaciones aparentemente milagrosas podían ser atribuidas a recursos internos mentales y espirituales. Estos sucesos son excepcionales, pero el hecho de que ocurran merece estudio y consideración.

El significado de enfermedad en el chamanismo y en la medicina moderna

Toda enfermedad, esté clasificada por el sistema occidental como mental o como física, está dotada de unas características verdaderamente extrañas. Por ejemplo, uno raramente se encuentra con ningún caso «clásico». Los diagnósticos se realizan de acuerdo con un conjunto de síntomas semejantes los manifestados por otros individuos y a los que se ha otorgado un nombre. Dichos diagnósticos son frecuentemente arbitrarios, pero parecen contentar a la gente. El doctor se alegra de haber identificado algo y el paciente de que lo que padece sea «real» y tenga un nombre.

Sin embargo, la verdad es que cada cuerpo/mente/espíritu parece responder de un modo único a la vida interior y exterior, estrechándose o ampliándose por aquí o por allá. Sugiero que, además del sistema típicamente occidental, existen otras formas de ver la enfermedad, más adecuadas para la identificación de sus causas. El énfasis chamánico en los conceptos clave de discordancia, miedo y pérdida del alma es una de esas formas.

Por ejemplo, los chamanes hace tiempo que reconocieron que la enfermedad es inevitable si la vida pierde significado y uno olvida la sensación de pertenencia y de conexión (discordancia). Asimismo, una sensación crónica de miedo hace que el individuo pierda el amor, la alegría y la confianza, cimientos básicos de la salud, sin los cuales la propia fuerza de la vida parece comenzar a retirarse del cuerpo. Las inferencias de estos diagnósticos chamánicos aparecen desparramadas a lo largo de este capítulo. Ambas, a su vez, se manifiestan en las enfermedades identificables en la medicina occidental. Así pues, los síntomas que, a nuestro entender, representan la enfermedad, puede que sean simplemente los epifenómenos de problemas mucho más básicos.

La pérdida del alma, por otra parte, se considera como el diagnóstico más grave en la nomenclatura chamánica, ya que se cree la causa principal de la enfermedad y de la muerte. Sin embargo, no se menciona en absoluto en los libros de medicina occidental moderna. No obstante, cada día está más claro que lo que los chamanes denominan pérdida del alma, es decir una lesión en el centro inviolable que es la esencia de la persona, se manifiesta como desolación, deterioro inmunológico, cáncer y muchas otras enfermedades de suma gravedad. Esto parece ocurrir después de algún grave fracaso sentimental, profesional, o algún otro tipo de ruptura significativa.

El curador herido y la imaginación

Existe un vínculo invisible de poder entre el curador herido y el curado. Dicho vínculo constituye la esencia del trabajo del curador. Todo lo demás, los rituales, instrumentos, las maniobras médicas del cuerpo y manipulaciones de la mente, son meros recuerdos del proceso divino. Los chamanes lo saben perfectamente y refuerzan el vínculo con su ritual. Hay quien lo denomina amor. Emana del deseo de convertir y convertirse en sano o completo.

Como seres humanos que avanzamos a trompicones por la senda de la perfección, hemos invertido nuestra fe en lo que nuestros sentidos nos indican que es real. En nuestra sociedad es real la cirugía, los medicamentos y, hasta cierto punto, las vitaminas y la acupuntura. Para las culturas chamánicas, por otra parte, lo real son los tambores, la succión de objetos y los cristales. Todo ello tiene cierta energía, a menudo bastante sutil, que es percibida por los sentidos y, por consiguiente, determina cierto cambio físico. Sin embargo, además del poder de los sentidos, los chamanes reconocen el poder de la imaginación.

El curador herido, aquel hombre o mujer conocedor del paisaje del reino espiritual, facilita el momento de la unión entre el curador y el curado, alcanzando las dimensiones interiores del espíritu con su propia imaginación. De este modo, mostrándole el camino, el curador ayuda al curado a recordar lo olvidado.

El chamán que viaja por el mundo del espíritu, conoce a fondo el mundo de la imaginación, la imaginación genera el más atroz de los dolores, paraliza y mata con la certeza de un despiadado asesino. Son incontables los casos de gente que fallece, no a causa de su enfermedad, sino del miedo. Buscan apoyo, respuestas que les orienten en su viaje a través de la enfermedad, pero con demasiada frecuencia no las encuentran.

La imaginación es también el mayor recurso curativo. No hay nada escrito en la historia de la medicina, ni en los descubrimientos de la ciencia moderna, que lo contradiga. La información que poseemos sobre la salud y la enfermedad se debe en mayor grado a los sueños, las visiones y otros productos de la imaginación, que a cualquier otro fenómeno.’

La asociación íntima, y en realidad inseparable, que existe entre la mente y el cuerpo, no sólo permite que se realice un diagnóstico exquisito, sino que se ejerza un control fisiológico. Ningún pensamiento deja de marcar corporalmente; ninguna señal neuroquímica tiene lugar sin ser registrada por la mente.

Los instrumentos destinados a utilizar la imaginación con propósitos curativos y diagnósticos reciben muchos nombres distintos. Pueden ser conocidos como hipnosis, trance, meditación, viajes, imaginería, u oración. Sea cual fuere su nombre, lo que se precisa es modificar el concienciamiento, para poder oír de un modo intuitivo los mensajes procedentes del propio complejo cuerpo/mente/espíritu. El cambio permite una comunicación con una mente universal, un poder superior, un inconsciente colectivo, o con lo que yazca en el interior: aquello que da sentido, substancia y orientación a la vida.

La investigación procedente de numerosos campos perfectamente verosímiles sugiere que la imaginación puede influir en la actividad de los procesos corporales, o incluso dirigirla. Puede que esto sólo ocurra con gran esfuerzo y mucha práctica, y cuando el mensaje es transmitido repetidamente con suma precisión. Parece ser de una importancia relativamente insignificante que las imágenes correspondan, según los libros de texto, a la realidad común. Lo necesario es la precisión de la dinámica en un sentido sano. Esto exige cierta apreciación de la realidad biológica y fisiológica, aunque la forma del mensaje dirigido al cuerpo sea eminentemente simbólica.

Existe, todavía, otra forma en la que cura la imaginación, consistente en entrar en un momento en el que se sienta la verdad extática de ser absoluta y totalmente inseparable de todos los demás aspectos de la creación. Dicho momento en sí constituye la definición y el propósito de la curación. En algunos casos desaparecen los problemas físicos y en otros el paciente fallece. De un modo u otro, en el instante de conexión, de unión, tiene lugar la curación.

El poder de los símbolos

El poder curativo de los símbolos externos, ya sean de origen chamánico o alopático occidental, crece y decrece. Existe un viejo chiste en la profesión médica, según el cual los medicamentos y las técnicas quirúrgicas deberían usarse con frecuencia cuando son nuevos, porque después de cierto tiempo en el mercado pierden su eficacia; es cierto. Por consiguiente, a nadie deberían asombrarle los espectaculares descubrimientos que constantemente se dan a conocer como remedios contra el SIDA y el cáncer, con resultados decepcionantes después de las primeras pruebas clínicas, la correspondiente turbación de los investigadores y la frustración del público.

Después de años de observación de quienes reciben tratamientos convencionales de medicina occidental y quienes han elegido tratamientos alternativos, parece factible llegar a la conclusión de que todo puede curar o no hacerlo. He visto pacientes que se han recuperado después de ser sometidos a quimioterapia contra el cáncer, que ha estado a punto de costarles la vida, otros que lo han hecho después de «abrir y cerrar» (es decir, cirugía exploratoria que ha revelado un estado excesivamente avanzado de la enfermedad para justificar una extirpación), y a otros que lo han logrado después de estar a punto de morir de hambre, siguiendo algún extraño régimen difícilmente tolerable.

La esposa de un doctor a quien conocí, recibía la mejor atención médica para un cáncer óseo que la deterioraba progresivamente, hasta que su oncólogo le sugirió que probara cualquier cosa, porque él ya no podía ayudarla. Así lo hizo, acudiendo incluso a un vidente, y volvió sin rastro alguno de la enfermedad. ¡El oncólogo estaba furioso!

Por otra parte, una mujer que acudió a mí para que la ayudara con técnicas de imaginería contra el cáncer, se había negado a tomar un medicamento reductor de estrógeno que le habían recetado para sus tumores, que se «alimentaban» de estrógeno. En su lugar, había adoptado un tratamiento que incluía un régimen alimenticio macrobiótico, meditación profunda y estudios con un gurú, que curaba con colores, además de un adivino que colgaba un péndulo sobre sus muestras de sangre. Sus tumores se siguieron desarrollando hasta que por fin se sometió a la medicina moderna, cuando empezaron a decrecer. Una vez más, todo o nada se cura, según el poder invertido en el símbolo. Ha llegado sobradamente el momento de investigar este misterio y con toda probabilidad, el SIDA y el cáncer nos conducirán penosamente a la verdad.

El papel del curador herido en la actualidad

Si, como lo he venido sugiriendo, la curación es una decisión personal por parte del paciente y el poder procede enteramente del interior, ¿cuál es la función del curador y cómo puede éste evaluar su propio éxito?

Supongo que con cierta tristeza y sin falsa modestia, debo afirmar que soy incapaz de forzar una curación. Ni siquiera puedo acceder consistentemente a mis propios mecanismos curativos. Todos tenemos mucho que aprender. A fin de cuentas, el «milagro» de la curación, la solución de los complejos problemas de la enfermedad, tanto física como mental, tal como los conocemos, así como el punto de la trascendencia, es algo que debemos definir, buscar y alcanzar individualmente.

Podemos aprender muchísimo del chamanismo, especialmente respecto a la más difícil de las lecciones para los que nos dedicamos profesionalmente a ayudar a los demás: aprender a respetar la singularidad de la senda de cada individuo. Cabe la posibilidad de que no existan dos enfermedades, ni su propósito en la vida del paciente, que sean exactamente iguales. No obstante, emergen ciertas líneas generales. En primer lugar, existen técnicas respetables y eficaces en todo sistema curativo, tanto el del chamán como el del médico occidental, trazadas para aliviar el sufrimiento y facilitar el proceso natural de curación. Pero sea cual fuere el método de tratamiento, debe utilizarse con compasión y buen juicio profesional.

Así pues, en el papel curativo moderno, con todas sus limitaciones, nada le impide a uno tocar, rezar y facilitar las transiciones. Podemos compartir el conocimiento que recibimos de nuestros pacientes, de nuestros colegas y de nuestras mentes inquietas y torturadas, a fin de facilitar el viaje de autotransformación que hemos emprendido, y en el que debe basarse nuestra práctica curativa.

En mis estudios, tanto del paradigma chamánico como del occidental, coincido con la curandera senneca, Twylah Nitsch, que sugiere que en dicho viaje existen cuatro orientaciones a las que el curador debe aspirar: 1) ¿Soy feliz en lo que hago? 2) ¿En qué contribuyo a la confusión? 3) ¿Qué estoy haciendo en pos de la paz y de la satisfacción? 4) ¿Cómo se me recordará, en la ausencia y en la muerte?

La primera pregunta hace referencia a lo básicamente apropiado o inapropiado de la vocación o «llamada» personal del curador: ¿satisface su profesión las necesidades más profundas de su alma? Sin dicha satisfacción, como lo han reconocido los chamanes, se sentirán carcomidos por una sensación de frustración que absorberá ineludiblemente su energía, conduciéndoles finalmente al fracaso y posiblemente al desastre. De ahí su importancia primordial.

Las preguntas segunda y tercera hacen referencia a la capacidad y eficacia del individuo: ¿puedo ayudar realmente al paciente a alcanzar una mayor claridad de concienciamiento que le permita aprender las lecciones necesarias de su enfermedad para lograr paz y plenitud? O, por otra parte, ¿estoy simplemente aumentando la confusión y el sufrimiento del paciente? Evidentemente, la respuesta a esta pregunta es también de suma importancia.

La cuarta cuestión concierne al juicio de la comunidad: ¿estoy realizando una contribución lo suficientemente significativa como para que se me recuerde cuando ya no esté presente? No olvidemos que es el interés de la comunidad en su conjunto, además del de cada uno de sus miembros, el que el chamán se compromete a servir. Por consiguiente, es importante tener en cuenta el juicio de los demás. Además, sin su apoyo, reconocimiento y aliento, su trabajo como curador carecerá de una importante fuente de poder.

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Citas:

1. J. De Angulo, Indian Overalls, en B. Calahan (ed.) A Jaime de Angulo Reader (Berkeley, Turtle Island, 1979). Las observaciones de primera mano de De Angulo sobre la actividad chamánica en diversas tribus indias son de especial inter´s para estos materiales.

2. J. Achtenmebr, Imaginery in Healing, Boston, Shambala, 1985). La investigación a la que se refiere brevemente en este capítulo es objeto de un análisis detallado en el libro mencionado.

3. J. Achtenberg y G. F. Lawlis, Imaginery anD disease: A Diagnistic Tool (Champaign, Ill., Institute for Personality and Ability Testing, 1985).

4. R. Grossinger, Planet Medicine (Boulder, Shambala, 1984).

“MEDITACIÓN CHAMÁNICA”

Tema duplicado con

Meditacion chamanica

Favor de no borrar

 

Un pinguino en la selva lacandona

UN PINGÜINO EN LA SELVA LACANDONA. I/II
(La zapatista es apenas una casita, acaso la más pequeña, en una
calle llamada “México”, en un barrio llamado “Latinoamérica”, en una
ciudad llamada “Mundo”).

No me lo van a creer, pero en el Cuartel General del ezetaelene hay
un pingüino. Ustedes dirán “¡Ah qué el Sup!, ya se le fundieron los
fusibles por la Alerta Roja”, pero es la verdad. Es más, mientras les
escribo esto, él (o sea el pingüino) está aquí a mi lado, comiendo
del mismo pan duro y rancio (tiene tanto moho que le falta un grado
para ser penicilina) que, con el café, me tocó como ración de hoy.
Sí, un pingüino. Pero de esto les cuento más luego, porque primero
hay que platicar un poco de la Sexta Declaración.

Hemos leído con atención parte de las dudas, críticas, consejos y
debates sobre lo que planteamos en la Sexta. No todas, es cierto,
pero adjudíquenlo no a la desidia, sino a la lluvia y el lodo que
alargan todavía más los caminos en las montañas del Sureste Mexicano.
Aunque son muchos los puntos, en este texto sólo me referiré a
algunos de ellos.

Algunos de los ejes de crítica se refieren al llamado a un nuevo
intercontinental, al carácter nacional mexicano de la Sexta
Declaración y, de la mano de éste, a la propuesta (todavía es sólo
eso, una propuesta) de unir la lucha indígena a las de otros sectores
sociales, marcadamente a las de los trabajadores del campo y la
ciudad. Otros se refieren a la definición de izquierda
anticapitalista, y a que la Sexta toca “temas viejos” o utiliza
conceptos “desgastados”. Algunos más advierten peligros: el
desplazamiento del tema indígena por otros y, por consiguiente, el
arrinconamiento de los pueblos indios como sujetos de transformación;
el vanguardismo y centralismo que pudiera surgir en la política de
alianzas con organizaciones de izquierda; la sustitución del
liderazgo social por el político; el que la derecha use al zapatismo
para golpear a López Obrador, o sea al centro político (yo sé que
esos señalamientos dicen que AMLO es de izquierda, pero él dice que
es de centro, así que aquí tomamos lo que él dice, no lo que dicen
por él). La mayoría de estos señalamientos son bien intencionados y
buscan ayudar, bien advirtiendo obstáculos en el camino, o bien
aportando opiniones de cómo podría crecer el movimiento que pretende
despertar la Sexta. Todo esto lo agradecemos, lo valoramos y lo
tomamos en cuenta.

De la tijera y el engrudo.

Dejaré de lado a quienes lamentan que la alerta roja no haya
culminado en la reanudación los combates ofensivos por parte del
EZLN. Sentimos no haber cumplido con sus expectativas de sangre,
muerte y destrucción. Ni modos, discúlpenos. Tal vez en otra
ocasión… También quedan a un lado las críticas deshonestas. Como
las de quienes editan el texto de la Sexta Declaración para que diga
lo que quieren que diga. Esto es lo que hace el señor Víctor M.
Toledo en su artículo “El zapatismo rebasado. Sustentabilidad,
resistencias indígenas y neoliberalismo”, publicado en el periódico
mexicano La Jomada (18 julio 05). Creo que se pueden debatir los
propósitos y métodos que plantea la Sexta Declaración sin necesidad
de ser deshonestos. Porque, aplicando el método de “la tijera y el
engrudo”, el señor Toledo edita la Sexta para señalar que le falta…
lo que le cortó. Dice Toledo: ”Sorprende que (el EZLN en la Sexta
Declaración) decida unir sus esfuerzos a campesinos, trabajadores,
obreros, estudiantes, mujeres, jóvenes, homosexuales, lesbianas,
transexuales, sacerdotes, monjas y luchadores sociales, y que no haga
una sola referencia a las miles de comunidades indígenas volcadas a
la búsqueda de la sustentabilidad”.

Bueno, las partes que el señor Toledo editó de la Sexta dicen lo
contrario. Por ejemplo, en el segmento donde se reconoce la
existencia de resistencias y alternativas al neoliberalismo en
México, y como primer lugar en la enumeración de ellas, se señala: “Y
así nos enteramos que hay indígenas, que sus tierras están retiradas
de aquí de Chiapas, y que hacen su autonomía y defienden su cultura y
cuidan la tierra, los bosques, el agua”. Tal vez el señor Toledo
esperaba un recuento detallado de esas luchas indígenas, pero eso es
una cosa, y otra muy diferente, y deshonesta, es decir que no se hace
ni una sola referencia. En el recuento que hace el señor Toledo de
los esfuerzos a los que el EZLN decidió unirse, ha cortado al primer
grupo social al que se refiere la Sexta, que dice, textual: “Y
entonces, según el acuerdo de la mayoría de esa gente que vamos a
escuchar, pues hacemos una lucha con todos, con indígenas, obreros,
campesinos, etcétera.”. Y no sólo, el primer punto de la Sexta
propiamente dicha señala: “1.- Vamos a seguir luchando por los
pueblos indios de México, pero ya no sólo por ellos ni sólo con
ellos, sino que por todos los explotados y desposeídos de México, con
todos ellos y en todo el país “. Y en el colofón de la Sexta se
dice “Invitamos a los indígenas, obreros, campesinos, … etcétera”.
En fin, imagino que habrá, entre los irritados por nuestras críticas
a López Obrador y al PRD, argumentos más serios, y honestos, para el
debate. Tal vez algún día los presenten. Esperaremos, es nuestra
especialidad.

De en este barrio no te queremos.

Están también las críticas, aunque más soterradas, a que la Sexta
Declaración se refiera a algunos temas internacionales y al modo en
que son tocados. Así, algunos critican que nos refiramos al bloqueo
que el gobierno norteamericano mantiene contra el pueblo de Cuba. “Es
un tema muy viejo”, dicen. ¿Qué tan viejo? ¿Tanto como el bloqueo? ¿O
tan viejo como la resistencia de los pueblos indios en México?
¿Cuáles son los temas “modernos”? ¿Quién, con honestidad, puede ver
el mundo y dejar pasar, “por ser un tema viejo”, una agresión a un
pueblo que hace lo que deben hacer todos los pueblos, es decir,
decidir su rumbo, paso y destino como Nación (“defender la soberanía
nacional” le dicen)? ¿Quién puede ignorar las décadas de resistencia
de todo un pueblo ante la prepotencia Norteamericana? ¿Quién,
sabiendo que puede hacer algo, aunque sea muy poco, por reconocer ese
esfuerzo, no lo hace? ¿Quién puede ignorar que ese pueblo cada vez
tiene que levantarse, después de una catástrofe natural, no sólo sin
los apoyos y créditos de los que gozan otros países, también en medio
de un cerco brutal e inhumano? ¿Quién puede hacer caso omiso de la
base norteamericana de Guantánamo en territorio cubano, del
laboratorio de torturas en que se convirtió, de la herida que
representa en la soberanía de una Nación y decir: “vamos, ése es un
tema viejo”?

Por otra parte, ¿no les parece natural que, en un movimiento
mayoritariamente indígena como el zapatísta, despierte simpatías y
admiración lo que hacen los indígenas en Ecuador y Bolivia? Que
sienta hermandad con los que no tienen tierra y luchan en Brasil. Que
se sienta identificado con los “piqueteros” de Argentina, y que
salude a las Madres de Plaza de Mayo. Que perciba similitudes en
experiencias y organización con los Mapuche de Chile y con los
indígenas de Colombia. Que advierta en Venezuela lo evidente, a
saber: que el gobierno norteamericano está haciendo todo lo posible
por vulnerar la soberanía de ese país. Que aplauda con entusiasmo las
grandes movilizaciones en Uruguay para oponerse a la imposición de
la “estabilidad macroeconómica”.

La Sexta Declaración no se refiere a instituciones de arriba, buenas
o malas. La Sexta está mirando abajo. Y está mirando una realidad que
es compartida, cuando menos desde las conquistas que España y
Portugal hicieron en las tierras que hoy comparten el nombre
de “Latinoamérica”. Tal vez este sentimiento de pertenencia a “la
patria grande” que es América Latina, es “viejo”, y lo “moderno” es
voltear la mirada y las aspiraciones al “norte revuelto y brutal”.
Tal vez, pero si algo es “viejo” en este rincón de México, de América
y del Mundo, es la resistencia de los pueblos indios.

De no te queremos en esta calle.

Hay también (resalto y resumo algunas de ellas), las críticas por
pretender “nacionalizar y Aún universalizar” nuestro discurso y
nuestra lucha. La Sexta, nos dicen, recae en estos despropósitos.
Recomiendan entonces que el EZLN se quede en Chiapas, que fortalezca
las Juntas de Buen Gobierno, y que se circunscriba al compartimento
estanco que le ha tocado. Que ya consolidado ese proyecto y ya que
hayamos demostrado que podemos “poner en práctica una modernidad
alternativa al neoliberalismo en los propios territorios”, entonces
podríamos lanzamos a lo nacional, a lo internacional y a lo
íntergaláctico. Frente a esos argumentos, nosotros presentamos
nuestra realidad. No pretendemos competir con nadie a ver quién es
más antíneoliberal o quién tiene más avances en la resistencia, pero,
con modestia, nuestro nivel y aporte están en las Juntas de Buen
Gobierno. Se puede venir, hablar con las autoridades o con los
pueblos, hacer caso omiso de las cartas y comunicados donde hemos
dado cuenta de este proceso e investigar, de primera mano, lo que
aquí pasa, de los problemas que enfrenta, de cómo se resuelven. No sé
ante quienes tenemos qué demostrar que todo esto es “poner en
práctica una modernidad alternativa al neoliberalismo en los propios
territorios” y quién nos va a calificar con palomita o tache, y,
entonces sí, permitirnos salir e intentar unir nuestra lucha a otros
sectores.

Además, tenemos el presentimiento de que esas críticas serían
alabanzas… si la Sexta declarara el apoyo incondicional al centro
político representado por López Obrador. Y, si dijéramos “vamos a
salir para sumamos a las redes ciudadanas en apoyo a AMLO”, vendrían
el entusiasmo, los “sí”, los “claro, hay que salir, no hay que
quedarse encerrado, es hora de que el zapatismo abandone su guarida y
una sus experiencias a las masas volcadas a favor del esperado”.
Mmh… López Obrador. Acaba de presentar su “Proyecto Alternativo de
Nación” ante las redes ciudadanas. Nosotros desconfiamos y no vemos
mas que un maquillaje plástico (y que cambia según el respetable) y
una lista de promesas olvidables. Como quiera, tal vez alguien pueda
decirle a AMLO que no puede prometer “el cumplimiento de los Acuerdos
de San Andrés”, porque eso significa, entre otras cosas, reformar la
Constitución y, si mal no recuerdo, ése es trabajo del Congreso. En
todo caso, la promesa la debería hacer un partido político, señalando
que sus candidatos cumplirán si son elegidos. De otra forma, tendría
que proponerse que el ejecutivo federal mandara sobre los otros
poderes, o los desconociera. O sea una dictadura. Pero no se trata de
eso. ¿O si?

En la política de arriba, los proyectos buscan, en los períodos
electorales, sumar lo más que se pueda. Pero al sumar a unos, restan
a otros. Entonces deciden sumar a los más, y restar a los menos. Como
estructura paralela al PRD, AMLO ha creado las “redes ciudadanas” y
su objetivo es sumar a los que no son perredistas. Para esas redes
ciudadanas, AMLO presenta a 6 personas que van a coordinar, a nivel
nacional, a todos los lopezobradoristas no perredistas. Veamos a dos
de los “coordinadores nacionales”:

Socorro Díaz Palacios, Subsecretaría de Protección Civil en el
gobierno de Carlos Salinas de Gortari. El 3 de enero de 1994,
mientras los federales perpetraban la matanza del mercado de
Ocosingo, declaró (cito el Boletín de Prensa de la Secretaría de
Gobernación): “Los grupos violentos que están actuando en el estado
de Chiapas presentan una mezcla de intereses y de personas tanto
nacionales como extranjeras. Muestran afinidades con otras facciones
violentas que operan en países hermanos de Centroamérica. Algunos
indígenas han sido reclutados, presionados por los jefes de estos
grupos, y también, sin duda, manipulados en torno a sus reclamos
históricos que deben seguirse atendiendo”. Y más adelante: “El
ejército mexicano, por su parte, seguirá actuando con gran respeto a
los derechos individuales y de la población hasta dar una respuesta
clara y decidida a la demanda de orden y seguridad… bla, bla, bla”.
En los días subsiguientes la Fuerza Aérea bombardeaba las comunidades
indígenas al sur de San Cristóbal de las Casas, y el ejército federal
detenía, torturaba y asesinaba a 3 indígenas en la comunidad de
Morelia, entonces en el municipio de Altamirano, Chiapas, México.

Ricardo Monreal Ávila.- En enero de 1998, apenas unos días después de
la matanza de Acteal, el entonces diputado por el PRI e integrante de
la Comisión Permanente del Congreso de la Unión “comentó que el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es un grupo
paramilitar, al igual que aquellos que victimaron a los 45 indígenas
tzotziles el 22 de diciembre de 1997 en Chenalhó, Chiapas. “Porque
paramilitar es todo aquel que actúa como Ejército sin serlo y se arma
siendo civil. Todos tienen que desarmarse, porque todos han
contribuido a esta violencia innecesaria, injusta y torpe en el que
nos han enlutado a todos los mexicanos”, indicó” (“El Informador” de
Guadalajara, Jalisco. 3/1/98). Días después, antes de pasarse al PRD
porque en el PRI no le dieron la candidatura al gobierno de
Zacatecas, declararía (cito la nota de Ciro Pérez y Andrea Becerril,
en La Jornada, 7/1/98) que el episodio de Chenalhó (se refiere a la
matanza de Acteal) sí estaba planeado, “pero no por quien asegura el
líder blanco de los indígenas de piel oscura”, opina que la posición
del EZLN respecto a la matanza trata de “allegarle una justificación
adelantada a Marcos y a los intereses que protege”, y termina
advirtiendo que el EZ sirve intereses extranjeros que buscan “obtener
el dominio de la zona del Istmo de Tehuantepec, sus recursos y su
ubicación estratégica, objetivo al que adecuadamente Sirven Marcos y
los ejércitos que disputan la bandera indígena”. Mmh… me suena, me
suena… sí, es el punto 28 del programa de AMLO que dice,
textual: “Vincularemos el Pacífico con el Atlántico, en el Istmo de
Tehuantepec, mediante la construcción de dos puertos comerciales: uno
en Salina Cruz, Oaxaca, y otro en Coatzacoalcos, Veracruz, así como
ferrocarriles de carga de contenedores y la ampliación de la
carretera existente “.

Con esos personajes, López Obrador se ha definido, ha sumado a unos
y, con ellos, ha restado, entre otros, a los “neozapatistas”.

Pero, por otro lado, ¿por qué no hay nada en ese programa sobre los
presos y desaparecidos políticos en la guerra sucia de los 70’s y
80’s?. Ni sobre castigo a los ex gobernantes que se enriquecieron de
manera ilícita. Ni sobre hacer justicia en los casos de las masacres
de Acteal, El Bosque, Aguas Blancas, El Charco. Me temo que, en
justicia, López Obrador ofrece “borrón y cuenta nueva” lo que,
paradójicamente, no es nuevo. Antes de volver a las críticas a los
pronunciamientos que sobre México, Latinoamérica y el Mundo hace la
Sexta Declaración de la Selva Lacandona, permítanme decirles algo:

De vamos a salir.

Vamos a salir. Vamos a salir, y más vale irse haciendo a la idea.
Vamos a salir y, creo, sólo hay 4 formas de detenernos.

Una es con un ataque preventivo, tan de moda en esta etapa
neoliberal. Los pasos predecibles son: acusaciones de ligas con el
narcotráfico o, en general, con el crimen organizado; invocaciones al
estado de derecho y pamplinas por el estilo; una campaña mediática
intensa; un ataque doble (contra las comunidades y contra la
Comandancia General); control de daños (es decir reparto de dinero,
concesiones y privilegios entre los “voceros de la opinión pública”);
las autoridades llaman a tomar las cosas con calma; los políticos
declaran que lo más importante es que el proceso electoral transcurra
en paz y con tranquilidad social; después de un breve impasse, los
candidatos reanudan sus campañas.

Otra es tomarnos presos en el momento de salir, o en el transcurso
de “la otra campaña”. ¿Los pasos? Reuniones clandestinas entre las
dirigencias del PRI, PAN y PRD para hacer acuerdos (como en 2001,
cuando la contrarreforma indígena); la Cocopa declara que el diálogo
está roto; el Congreso vota la anulación de la Ley para el Diálogo;
la PGR activa las órdenes de aprehensión; un comando de la AFI, con
apoyo del ejército federal, toma prisioneros a los delegados
zapatistas; simultáneamente, el ejército federal copa las comunidades
indígenas rebeldes “para prevenir el desorden y mantener la paz y la
estabilidad nacionales”; control de daños, etcétera.

Otra es matarnosos. Etapas: se contrata a un sicario; se monta una
provocación; se comete el crimen; las autoridades lamentan el hecho y
ofrecen investigar “hasta las últimas consecuencias y caiga quien
caiga”. Otra alternativa: “un lamentable accidente provocó la muerte
de la delegación zapatista que se encontraba en trayecto hacia bla,
bla, bla”. En ambas: control de daños, etcétera.

Otra es desaparecernos. Me refiero a una desaparición forzada, como
la que se aplicó a cientos de opositores políticos en la etapa
de “estabilidad” priísta. Ésta podría ser así: no aparecen los
delegados zapatistas; la última vez que se les vio fue cuando bla,
bla, bla; las autoridades ofrecen investigar; se aventura la
hipótesis de un problema pasional; las autoridades declaran que
investigan todas las pistas y que no se descarta que la delegación
zapatista haya aprovechado la salida para huir, con una cantidad de
pozol agrio, a un paraíso fiscal; la INTERPOL investiga en las Islas
Caimán; control de daños, etcétera.

Éstos son los peligros iniciales con los que topa la Sexta. Para
enfrentar esas posibilidades es que nos hemos preparado muchos años;
es por eso que la Alerta Roja de las tropas insurgentes no se ha
levantado, sólo la de los pueblos; y es por eso que uno de los
comunicados señalaba que el EZLN puede perder, por cárcel, muerte o
desaparición forzada, a parte o a la totalidad de su dirección
conocida públicamente, y seguir luchando.

(Continuará…)

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Julio del 2005.

UN PINGÜINO EN LA SELVA LACANDONA. II/II

(La zapatista es apenas una casita, acaso la más pequeña, en una calle
llamada “México”,
en un barrio llamado “Latinoamérica”, en una ciudad llamada “Mundo”).

Les decía yo sobre las críticas a los señalamientos que sobre
México,
Latinoamérica y el
Mundo, hace la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Bueno, pues
frente a ellas
permítanme algunas preguntas:

De en este mundo no cabes.

¿Qué pasa, por ejemplo, hace más de una década, cuando una niña
(digamos de 4 ó 6
años), indígena y mexicana, ve que su padre, sus hermanos, sus tíos,
sus
primos, o sus
vecinos, toman un arma, una bola de pozol y un tanto de tostadas y “se
van a la guerra”?
¿Qué pasa cuando algunos no regresan?

¿Qué pasa cuando esa niña crece y, en lugar de ir por la leña, va a
la
escuela y aprende a
leer y escribir con la historia de lucha de su gente?

¿Qué pasa cuando esa niña llega a la juventud, después de 12 años de
ver, oír y hablar con
mexican@s, vasc@s, norteamerican@s, italian@s, español@s, catalan@s,
frances@s,
holandes@s, aleman@s, suiz@s, británie@s, fínlandes@s, danes@s,
suec@s,
grieg@s,
rus@s, japones@s, australian@s, fílipín@s, corean@s, argentín@s,
chilen@s,
canadiens@s, venezolan@s, colombían@s, ecuatorian@s, guatemaltec@s,
portorriquefi@s,
dominican@s, uruguay@s, brasileñas, cuban@s, haitian@s, nicaraguens@s,
hondureñ@s,
Bolivian@s, y etcéter@s, y saber de cómo son sus países, sus luchas,
sus
mundos?

¿Qué pasa cuando ve que esos hombres y mujeres comparten con su
comunidad las
carencias, los trabajos, las angustias, las alegrías?

¿Qué pasa con esa niña-luego-púber-luego-jóvena después de ver y
escuchar a “las
sociedades civiles”, durante 12 años, trayendo no sólo proyectos,
también historias y
experiencias de diversas partes de México y del Mundo? ¿Qué pasa
cuando
ve y escucha a
los obreros electricistas, trabajando con italian@s y mexican@s en la
instalación de una
turbina para dotar de luz a una comunidad? ¿Qué pasa cuando se
encuentra
con los jóvenes
universitarios en plena huelga de 1999-2000? ¿Qué pasa cuando descubre
que en el mundo
no sólo hay hombres y mujeres, sino que la atracción y el amor tienen
muchos caminos y
modos? ¿Qué pasa cuando ve a jóvenes estudiantes en el plantón de
Amador
Hernández?
¿Qué pasa cuando escucha lo que dijeron los campesinos de otras partes
de México? ¿Qué
pasa cuando le cuentan de Acteal y los desplazados en Los Altos de
Chiapas? ¿Qué pasa
cuando conoce de los acuerdos y avances de los pueblos y
organizaciones
del Congreso
Nacional Indígena? ¿Qué pasa cuando se entera que los partidos
políticos
ignoraron la
muerte de los suyos y decidieron desconocer los acuerdos de San
Andrés?
¿Qué pasa
cuando le cuentan que los paramilitares del PRD atacaron una marcha
zapatista, pacífica y
para llevarle agua a otros indígenas, y dejaron a varios compañeros
heridos de bala,
precisamente un 10 de abril? ¿Qué pasa cuando ve a los soldados
federales pasar todos los
días con sus tanques de guerra, sus vehículos artillados, sus fusiles
apuntando a su casa?
¿Qué pasa cuando alguien le cuenta que en un lugar que se llama Ciudad
Juárez,
secuestran, violan y asesinan a jovencitas como ella y las autoridades
no hacen justicia?

¿Qué pasa cuando escucha a sus hermanos y hermanas, a sus padres, a
sus parientes,
contar de cuando fueron a la marcha de los 1,111 en 1997, a la
consulta
de los 5000 en
1999, platicar de lo que vieron y escucharon, de las familias que los
recibieron, de cómo es
su modo de los ciudadanos, de que también luchan, de que tampoco se
dejan?

¿Qué pasa cuando ve, por ejemplo, a Eduardo Galeano, Pablo González
Casanova, Adolfo
Gilly, Alain Touraine, Neil Harvey, con el lodo hasta las rodillas,
reunidos en una champa
en La Realidad, platicando del neoliberalismo? ¿Qué pasa cuando
escucha
a Daniel
Viglietti cantar en una comunidad “A desalambrar”? ¿Qué pasa cuando ve
la obra de teatro
“Zorro el zapato” que los niños franceses de Tameratong presentaron en
tierra zapatista?
¿Qué pasa cuando ve y escucha a José Saramago hablando, hablándole?
¿Qué
pasa cuando
oye a Osear Chávez cantar en tzotzil? ¿Qué pasa cuando escucha a un
indígena Mapuche
contar su experiencia de lucha y resistencia en un país que se llama
Chile? ¿Qué pasa
cuando se mete a una reunión donde uno que dice que es “piquetero”
cuenta de cómo se
organizan y resisten en un su país que se llama Argentina? ¿Qué pasa
cuando oye a un
indígena de Colombia contar que, en medio de la guerrilla, los
paramilitares, los soldados y
los asesores militares norteamericanos, sus compañeros tratan de
construirse como
indígenas que son? ¿Qué pasa cuando oye a los “ciudadanos musiqueros”
tocar esa música
muy otra que se llama “rock” en un campamento de desplazados? ¿Qué
pasa
cuando sabe
que los de un equipo italiano de fútbol que se llama Internazionale de
Milano apoyaron
económicamente a los heridos y desplazados de Zínacantán? ¿Qué pasa
cuando ve llegar a
un grupo de hombres y mujeres norteamerican@s, aleman@s y británic@s
con aparatos
electrónicos, y los escucha contar de lo que hacen en sus países para
acabar con las
injustícias, mientras le enseñan a armar y a usar esos aparatos, y al
rato ella ya está frente al
micrófono diciendo “Escucha usted Radio Insurgente, la voz de los sin
voz, transmitiendo
desde las montañas del sureste mexicano, y vamos a empezar con una
bonita cumbia que
se llama “La Suegra “, y les avisamos a los promotores de salud que ya
pasen al Caracol a
recoger la vacuna” ¿Qué pasa cuando escucha en la Junta de Buen
Gobierno
que ese
catalán vino desde muy lejos para entregar personalmente lo que un
comité de solidaridad
juntó como apoyo para la resistencia? ¿Qué pasa cuando ve a un
norteamericano ir y venir
con el café, la miel y las artesanías (y el producto de su venta), que
producen las
cooperativas zapatístas, cuando ve que no reclama ninguna atención
especial a pesar de que
lleva años haciendo eso sin que nadie, mas que nosotros, le lleve la
cuenta? ¿Qué pasa
cuando ve a l@s grieg@s traer el dinero para los materiales de la
escuela y pues que se
ponen a trabajar junto con los indígenas zapatistas en la
construcción?
¿Qué pasa cuando
ve a una frentista llegar al caracol y entregar un camión lleno de
medicinas, aparatos
médicos, camas de hospital y hasta uniformes y zapatos para l@s
promotor@s de salud,
mientras otros jóvenes del fzln se distribuyen para ayudar en las
clínicas comunitarias?
¿Qué pasa cuando ve que los de “una escuela para Chiapas” llegan, se
van
y dejan, en
efecto, una escuela, un camión escolar, lapiceros, cuadernos,
pizarrones? ¿Qué pasa
cuando ve que, a la escuela de idiomas que hay en Oventik (y que, en
condiciones heroicas
mantiene funcionando un compañero “ciudadano”), llegan hindúes,
coreanos, japoneses,
australianos, eslovenos, iraníes? ¿Qué pasa cuando mira que llega una
persona a entregar
con la Comisión de Vigilancia un libro con la traducción en árabe o en
japonés o en kurdo,
de los comunicados del EZLN y las regalías de su venta?

¿Qué pasa cuando, por ejemplo, una niña crece y llega a la juventud
en
la resistencia
zapatísta, durante 12 años en las montañas del Sureste mexicano?

Les pregunto porque, por ejemplo, aquí, haciendo la posta de alerta
roja en el Cuartel
General del EZLN, hay dos ínsurgentas. Las dos son, como dicen los
compas, “cien por
ciento indígenas y cien por ciento mexicanas”. Una tiene ahora 18
años
y
la otra 16. O sea
que en 1994 tenían 6 años la una y 4 la otra. Como ellas hay decenas
en
nuestras
posiciones de montaña, centenas en las milicias, miles en los cargos
organizativos y de
comunidad, decenas de miles en los pueblos zapatístas. El mando
inmediato de las dos que
hacen la posta es un teniente insurgente, indígena, de 22 años, o sea
que tenía 10 años en
1994. La posición está bajo el mando de un capitán insurgente, también
indígena, al que,
como debe de ser, le gusta mucho la literatura, y tiene 24 años, es
decir, 12 años cuando
inició el alzamiento. Y en todas partes de estas tierras hay hombres y
mujeres que pasaron
de la niñez a la juventud y de la juventud a la madurez, en la
resistencia zapatísta.

Entonces, les pregunto: ¿Qué les digo? ¿Que el mundo es ancho y
ajeno?
¿Que sólo
importa lo que nos pase a nosotros? ¿Que lo que pasa en otras parte de
México, de
Latinoamérica y del Mundo no nos interesa, que no debemos meternos ni
en
lo nacional ni
en lo internacional, y que debemos encerrarnos (y engañarnos),
pensando
que podremos
lograr, solos, eso por lo que murieron sus parientes? ¿Qué no debemos
hacer caso a todas
las señales que nos indican que sólo haciendo lo que vamos a hacer
podremos sobrevivir?
¿Qué debemos negarle el oído y la palabra a quienes no nos han
escatimado ni el uno ni la
otra? ¿Qué debemos respetar y apoyar a los mismos políticos que nos
negaron una salida
digna a la guerra? ¿Qué, antes de salir, tenemos que aprobar ante un
jurado calificador para
ver si lo que se ha construido acá en 12 años de guerra tiene méritos
suficientes?

En la Sexta Declaración les contamos que han entrado nuevas
generaciones a la lucha. Y
No sólo son nuevas, también tiene otras experiencias, otras historias.
No lo dijimos en la
Sexta, pero lo digo ahora: son mejores que nosotros, los que empezamos
el EZLN e
iniciamos el alzamiento. Miran más lejos, tienen el paso más firme,
son
más abiertos, están
mejor preparados, son más inteligentes, más decididos, más
conscientes.

“NATURALEZA Y SIGNIFICADO DEL CHAMANISMO”

Duplicado con

“NATURALEZA Y SIGNIFICADO DEL CHAMANISMO”

 

Hechiceros y chamanes

La Jornada Semanal, 13 de octubre de 1996

Entrevista con Juan Miranda

Hechiceros y chamanes

Germaine Gómez Haro

Ampliamente conocido en el medio periodístico por su larga trayectoria, primero en la revista Sucesos para todos, que dirigió Gustavo Alatriste ­donde laboró de 1969 a 1977­ y luego en Proceso, donde coordina actualmente el Departamento de Fotografía, Juan Miranda (San Andrés Tepetilco, DF, 1949) da un giro en su quehacer fotográfico para adentrarse en la Sierra Mazateca con el fin de retratar a algunos de los principales sabios, herederos de la milenaria tradición medicinal de la célebre Huautla de María Sabina. Su exposición Hechiceros y chamanes se exhibó en la Casa Lamm dentro del marco de Fotoseptiembre.

¿Cómo llegaste por vez primera a la Sierra Mazateca?

­Hace once años nos enviaron de Proceso a realizar un reportaje sobre María Sabina, en el cual se intentaba demostrar cómo ese gran personaje de reconocimiento internacional pasaba sus últimos años en un total abandono. Tuve la enorme fortuna de conocerla y de participar en su compañía en una ceremonia de hongos. Era una mujer de una dulzura increíble, que te acariciaba con la mirada. María Sabina fue la primera chamana mazateca que se dio a conocer fuera de la región; sin embargo, sabemos que la tradición es milenaria y que actualmente sobrevive gracias a algunos de sus sucesores, quienes con gran celo han sabido preservar las enseñanzas de la sacerdotisa. A estos personajes dedico mi trabajo reciente, con el fin de difundir la autenticidad y profundidad de estas ceremonias rituales, tantas veces malinterpretadas o tergiversadas por la sociedad moderna.

­¿Existen todavía muchos chamanes en la región mazateca?

­En realidad no tantos, y mucho me temo que la tradición terminará por desaparecer. Chamanes son dos: Filogonio, uno de los nietos de María Sabina, considerado actualmente el Chamán Mayor, y Ricardo Rocha. El resto son curanderos en diferentes especialidades.

­¿Cuál viene siendo la diferencia entre chamán y curandero?

­Es básicamente lo mismo. Ambos se dedican a curar el cuerpo y el alma, pero los chamanes incorporan en sus ceremonias el uso de los hongos alucinógenos, mediante los cuales logran ver el interior del paciente como a través de una radiografía que les permite detectar exactamente cuál es el mal que los abruma, ya sea físico o espiritual. Su función es extraer la energía negativa que has acumulado a lo largo de los años y que en determinado momento se puede convertir en insoportable carga emocional. El Chamán Mayor tiene el reconocimiento de la comunidad por ser el sucesor directo de la sacerdotisa de los hongos y por estar conectado directamente con Dios, y es quien, durante la ceremonia, se bate personalmente contra las fuerzas del mal que abruman al enfermo que deposita en él su confianza.

­¿Cómo se establece la jerarquía del chamán?

­Todo depende. Puede ser por sucesión, como es el caso de Filogonio, o bien por designación divina, como le ocurrió a Ricardo Rocha. Mira, si llegas a Huautla como vil turista y no acudes a las personas adecuadas, te van a abordar en la entrada para venderte los hongos como si fueran dulces y cualquiera te jura que es pariente de María Sabina. En efecto, dejó una numerosa descendencia, pero antes de morir designó como único sucesor a su nieto Filogonio. Éste cuenta que cuando su abuela se encontraba ya muy enferma, le comunicó a través de los sueños que lo necesitaba de regreso en Huautla (él trabajaba entonces en tierras cafetaleras) pues había decidido que él estaba destinado a ser el Gran Chamán. Filogonio regresó con toda su familia al Fortín ­el barrio más alto de Huautla­ y le tocó presenciar todo el drama de la muerte de su abuela. Ahí compartió la dolorosa experiencia con Juan García Carrera, ahijado y último traductor de la sacerdotisa, y quien años después publicó La otra vida de María Sabina, donde relata cómo en esos penosos momentos todos les fueron cerrando las puertas y nadie ­ni siquiera las autoridades­ les quiso ayudar durante la agonía y el sepelio de la chamana. No te imaginas la marginación en la que vive esa gente. Encontré una pobreza impresionante cuando visité Huautla por primera vez, hace once años, y hoy la situación sigue siendo la misma y así vivió María Sabina. Imagínate que Margarita López Portillo le regaló una casa prefabricada, supuestamente para ofrecerle un nivel de vida más digno, pero nada más dejaron la casa ahí, jamás le conectaron ningún servicio, de modo que tampoco fue una gran ayuda. Al final, sólo Filogonio y Juan García Carrera se ocuparon de acompañarla a la sepultura. Desde entonces, Filogonio ocupa el lugar de su abuela y García Carrera se ha dedicado a difundir la imagen auténtica de la madrina, tantas veces distorsionada por los charlatanes que buscan lucrar con esa figura casi mística. Además, quiero subrayar la gran labor que está haciendo García Carrera de recopilar las leyendas y tradiciones de la cultura mazateca, con el fin de preservarlas y darlas a conocer fuera de la comunidad.

La historia de Ricardo Rocha es otra. Él cuenta que cuando tenía treinta años de edad sufrió una experiencia que cambió el destino de su vida. Por ese tiempo cosechaba con gran prosperidad unas tierras fuera de su región natal. El éxito y el hecho de ser un extraño alimentaron la envidia de los vecinos, quienes, asegura, le echaron el mal de ojo; lo hechizaron a tal grado que enfermó de parálisis y anemia, quedando ciego y sordo. Fue entonces cuando recurrió por primera vez a los “hongos milagrosos”, como último recurso para recuperar la salud. Sostiene que recibió el designio de Dios para curarse solo y a partir de entonces decidió dedicar el resto de su vida al oficio de curandero.

­¿Y en las ceremonias religiosas, además de los santos cristianos se invocan deidades paganas?

­No, los dioses prehispánicos aparecen más bien en el transcurso del viaje alucinógeno, ¡en serio! Los curanderos y chamanes invocan primeramente al Dios todopoderoso. Mencionan por lo común a San Martín de Porres, Jesucristo, la Virgen de Guadalupe, al Sagrado Corazón, a San Martín Caballero, entre otros. El rezo del curandero es una elevación de sus peticiones a lo sagrado. Los hongos están ahumándose y el humo se lleva las palabras hacia lo alto. Se ruega por la curación y la prosperidad del paciente. Con un esfuerzo sobrehumano, ellos extraen el mal del interior del enfermo y lo absorben; al final, lo vomitan físicamente.

­Aunque predomine la religión católica, las supersticiones y los amuletos a los que recurren los indígenas denota, de alguna manera, una supervivenciade los cultos paganos, ¿no es cierto?

­Claro, utilizan los amuletos como complemento de la curación, o como instrumentos que apoyan la práctica del ritual, por ejemplo las hojas de floripondio, las plumas de guacamaya, el papel amate, los huevos de totol, los granos de maíz y de cacao, etcétera. Aunque no falta el agua bendita para ahuyentar a los malos espíritus. Es célebre el San Pedro que todo lo cura (tabaco molido, mezclado con cal y ajo); igual te lo untan para calmar un dolor, que te lo regalan en un paquetito para que te traiga suerte. (Por si acaso, yo siempre lo llevo en la cartera.)

Depende de la especialidad de cada curandero el sistema que se emplea y los amuletos que se utilizan. Por ejemplo: Juan Allende, huesero, lee la suerte con copal; doña Brígida García es clarividente con las velas; Rosalío Viera, “chupador de enfermedades”, literalmente succiona el mal del paciente; Herminio González, maestro en el oráculo de la suerte, interpreta el futuro por medio de su libro de destinos; José Luis García, honguero, proporciona a sus pacientes un caldo que consiste en granos de cacao, agua bendita y la sangre de gallos sacrificados. Gracias a su buena disposición, podemos verlos a todos en mis fotografías, algunos de ellos en pleno ejercicio de su oficio.

­¿Y qué nos dices de los hechiceros?

­¡Uf!, ése es otro mundo, son palabras mayores. El hechicero, en vez de acudir a Dios, invoca a las fuerzas del mal con un fin negativo, destructivo. Con ellos preferí no meterme porque, además, todo lo malinterpretan y si algo no les parece ¡olvídate!, no la cuentas. Mira, intentamos acercarnos a una hija de María Sabina ­María Apolonia­ y en un principio aceptó dejarse fotografiar. Pero después apareció su hijo echando serpientes por los ojos, y como es una sociedad enteramente patriarcal y el hijo mayor lleva el control total de la familia, éste se negó rotundamente. Su argumento era que seguramente estábamos comercializando las imágenes de su gente con fines de lucro. Le expliqué la finalidad de mi proyecto, y le aseguré, inclusive, que en la exposición de la Casa Lamm las fotografías no iban a estar a la venta, que el único objetivo era la difusión de sus tradiciones. No hubo manera, y nosotros, con todo respeto, nos retiramos.

­¿Y es abiertamente aceptado entre ellos acudir al hechicero para hacer el mal a un tercero?

­Sí, también forma parte de su tradición. Finalmente, pensé que por algo pasan las cosas: ¿para qué promover el trabajo de alguien que se dedica a hacer el mal? Por el contrario, el trabajo de los chamanes no despide más que bondad y generosidad, pura energía positiva.

­¿En la comunidad existen charlatanes que se dediquen a tomarle el pelo a la gente con falsas curaciones?

­No, pues ellos, aunque no se vean, se reconocen a través de los hongos y entre ellos no hay engaño posible. Los charlatanes son más bien aquellos que han explotado la imagen de estos sabios sacerdotes con fines superficiales, de comercialización ­como ocurrió en numerosas ocasiones con María Sabina­, sin preocuparse por profundizar en la complejidad y la autenticidad de esta tradición religiosa milenaria.

(Los rostros que vemos en las fotografías de Juan Miranda me recuerdan las mascaras prehispánicas; son expresivos por la fuerza de sus angulosas facciones, gestos indescifrables, inermes, al mismo tiempo cercanos y lejanos. El lente de Miranda logra captar la serenidad que brilla en sus miradas penetrantes,que revelan la generosidad de quienes ­con la fe y la sabiduría como instrumentos de trabajo­ dedican su vida a asistir al prójimo.)

­¿Por lo regular aceptan que se fotografíen sus ceremonias y se prestan para posar ante la cámara?

­Son personas muy sensibles que inmediatamente se dan cuenta de las intenciones del visitante. Yo he tenido la suerte de ir acompañado por mi tocayo Juan García Carrera, a quien todos conocen y respetan. Y en todos los casos, al manifestarles mi respeto y admiración por su trabajo, me han abierto sus puertas y sus corazones. Ahora cuento con numerosos amigos en la comunidad. A fin de cuentas, para ellos lo más preciado es que les regales una sonrisa. Es gente entrañable, de una generosidad inconcebible.

­¿Piensas acercarte a otras comunidades indígenas con el mismo fin?

­Definitivamente. Mi trabajo en Proceso me ha dado la oportunidad de viajar por todo el mundo recopilando imágenes, pero ahora más bien me dedico a coordinar el Departamento de Fotografía porque me interesa la proyección de los jóvenes que tenemos ahí. El más reciente trabajo que hice para la revista fue un ensayo fotográfico del subcomandante Marcos. Pero a partir de esta experiencia trascendental con los mazatecos, me he planteado el proyecto de hacer un largo recorrido por todas las regiones indígenas, con el mismo fin de recopilar imágenes que queden como testimonio de esa realidad de nuestro país, que cada vez me interesa más. Para ello pienso solicitar una beca del FONCA, pues sería un largo trabajo que me llevaría quizás unos tres años o más, ya que la idea es meterme de lleno en cada cultura para poder dejar la constancia de ese México profundo que la mayoría de nuestra sociedad, desafortunadamente, desconoce o ignora.