Algo sobre los Septenios o Septenarios

Una mirada sobre el tema de los septenios
Por Miguel Angel Tomasini

“Poco a poco sientes como tu Yo se fortalece.”
De un débil retoño se despega un noble árbol:
un árbol entre muchos otros árboles…

Después de un periplo importante, el hombre vuelve a comprender que se encuentra en relación con el cosmos y que no es un ser aislado cuya única misión es ver y sintetizar lo que ve.

Vuelve a comprender que su vida tiene un sentido y que dentro de ese sentido está su evolución espiritual, enmarcada en una matriz cósmica que lo sostiene.

Sale de la máxima “el hombre es la medida de todas las cosas” y de la escisión cartesiana de cuerpo y mente, para entrar nuevamente en la idea, bien sintetizada en el pensamiento oriental que dice “el hombre se encuentra entre el cielo y la tierra sujeto a sus leyes”. Descubre las fuerzas terrestres que lo conectan con la tierra y las fuerzas cósmica que lo tienden a elevar. De esta manera la vida se re-significa, pero el hombre no es el único ser vivo en la tierra, hay plantas y hay animales, ¿pero en que se diferencian?.

En la planta la vida está absolutamente determinada por el cosmos, mas específicamente por el sol; por eso se dice que la vida es luz metamorfoseada. El animal se aísla un poco mas de lo externo, en el hay un proceso de interiorización, y es debido a esto que reacciona a los estímulos con simpatía / antipatía. Incorpora el alma que le permite estos procesos, pero sus respuestas pertenecen mas a las características de la especie que desde el centro de si mismo.

Pero es en el hombre donde a la conciencia se le agrega la autoconciencia del Yo, que es de donde parte todas sus respuestas, es aquí donde se expresa y se manifiesta lo espiritual del hombre.

En búsqueda de este sentido de vida ha intentado ir explicando los proceso evolutivos que iba descubriendo, entonces, productos de las observaciones de hombres de todos los tiempos y de todas las culturas, la separación de ciclos cada siete años fue una de las formas de hacerlo.

Así por ejemplo el Nei King, So Ouen, que es el libro de medicina mas antiguo del mundo y en donde están las bases de la medicina china dice lo siguiente:

El emperador Huang Ti pregunta:
“Los viejos no pueden tener hijos. Es una ley fijada por el cielo?”.

El médico Khi Pa le responde:
En las niñas de siete años, la energía del riñón se forma, sus cabellos y sus dientes tienen su pleno desarrollo. A los 14 años (dos veces siete), llega a la pubertad, las glándulas genitales entran en función. Es el momento en que el vaso de la concepción muestra su energía. …En esta época aparecen las reglas, la joven puede engendrar. A los 21 años (tres veces siete) la energía del meridiano de riñón está en plena actividad, salen las muelas de juicio. A los 28 años (cuatro veces siete) los huesos y los músculos se consolidan, el cuerpo se robustece. A los 35 años (cinco veces siete) la energía del meridiano Yang Ming se debilita. La cara se comienza arrugar, los cabellos se caen. A los 42 años (siete veces siete) se agotan las energías …..y las hormonas genitales se agotan….la mujer se vuelve infértil.

Para los muchachos a los 8 años la energía del riñón entra a funcionar. Dientes y cabellos tiene su pleno desarrollo. A los 16 años (dos veces ocho) la energía renal se consolida, las hormonas genitales entran en juego, la virilidad aparece y el hombre puede fecundar. A las 24 años (tres veces ocho)la energía renal está en plena actividad y aparecen las muelas de juicio. A los 32 años (cuatro veces ocho), el hombre es robusto. A los 40 años (cinco veces ocho), la energía del riñón comienza a debilitarse y los dientes comienzan a caer. A los 48 años (seis veces ocho), la energía del hígado se agota y los músculos comienzan a perder tonicidad, la secreción hormonal se debilita. A los 64 años (ocho veces ocho) los dientes y los cabellos se caen, los músculos se relajan…..aparece la esterilidad en el hombre.”

Esta cita está escrita hace tres mil años, pero en la tradición occidental varias escuelas esotéricas y médicas intentaron explicar los procesos de forma parecida, los griegos dividían la vida en diez fases de siete años, Paracelso se interesó profundamente por la noción de ritmo, y la antroposofía creada por Rudolf Steiner, hace especial hincapié en los septenios para describir el proceso evolutivo del hombre tanto desde el punto de vista físico como anímico espiritual. He aquí una comprensión integrativa.

Todo aparece bajo la noción de ritmo, de un ritmo de siete años, ya que la observación demostraba que en cada múltiplo de siete se producían modificaciones en todos los cuerpos, es decir en el cuerpo sensible y en los cuerpos suprasensibles.

Quiero dejar aclarado que las distintas oscilaciones que pueden aparecer, también pertenecen al ritmo y adquieren mucha importancia en el momento de hacer un diagnóstico. Steiner en una conferencia titulada “La metamorfosis de la vida anímica”, dice que los datos relativos a los septenios se trata de “cifras promedios”.

Es indudable que el número siete además de esto está cargado de un gran contenido simbólico.

Ritmo no es fijeza, es movilidad, ya que en cada uno de estos periodos se van sentando las bases para que se produzcan cambios significativos en los próximos periodos. Ritmo es metamorfosis, en el ritmo hay un proceso de muerte y renacimiento. Cada septenio sirve de apoyatura para el próximo, por eso los procesos vitales que sucede en cada uno de ellos son tan importante.

“De acuerdo al criterio científico espiritual el niño no es exclusivamente un producto de sus padres. No proviene solo del seno materno: también adviene. Desciende del seno del mundo espiritual en el que se ha demorado como esencia propia, antes del nacimiento y se corporiza en el punto terrenal del seno materno”. (Rudolf Treichler).

Por eso en cada septenio hay un nuevo nacimiento, es el despliegue de una nueva forma de ser tanto en el mundo físico como en el anímico espiritual.

También se puede precisar que hay septenios predominantemente físicos, como los que van desde el nacimiento hasta los 21 años; otros predominantemente anímicos, como los que van de los 21 años a los 42 años; y por último los espirituales, que van de los 42 los 63 años.

Por otro lado los septenios del cuerpo se reflejan en forma inconsciente en los septenios del alma y en forma consciente en los septenios del espíritu, manifestación clara de la voluntad del hombre.

Ahora vamos a ir desarrollando los primeros cinco septenios en forma relativamente esquemática, ya que hablar en profundidad de ellos y del resto, nos llevaría muchísimo tiempo, de hecho la bibliografía al respecto es muy importante.

Septenio de 0 a 7:

En este septenio la individualidad tiende a la tarea de transformar el cuerpo. Se termina la formación del sistema nervioso, ya que después de los ocho años no hay diferencias anatómicas sustanciales con el adulto. Se termina la implantación de los dientes definitivos, que le da al niño un carácter de individualidad, se continua con la maduración del resto de los órganos del cuerpo.

Las enfermedades infantiles hacen aparecer en los niños sus propias fuerzas, por ejemplo con el sarampión se renuevan todas las células del cuerpo. Este desarrollo del cuerpo físico tiene entre otras finalidades el poder trasformarse en un buen instrumento del alma. Es importante en este momento las influencias del mundo, ya que estos estímulos influyen en la constitución de los órganos, según las influencias reacciona también el cuerpo. Hay en este periodo una naturaleza predominantemente imitativa que se realiza mas bien inconscientemente. Solo después de los tres años, aproximadamente, cuando se nombra como Yo, se comienza a manifestar mas conscientemente las exteriorizaciones anímicas, esto significa que el sistema neurosensorial está maduro y la individualidad lo puede comenzar a utilizar, esta madurez se manifiesta por ejemplo en la capacidad de recordar.

Las capacidades absolutamente humanas como el caminar, el pensar y el hablar se aprenden por imitación.

Septenio de 7 a 14:

Durante todo el periodo anterior, las denominadas fuerzas formativas, han trabajado en el modelaje y la construcción de los órganos del cuerpo. A partir de este momento estas fuerzas se liberan de ese trabajo y están a disposición de la función del pensar. Dicho de otra manera las fuerza que trabajaban predominantemente en el cuerpo físico están ahora a disposición del alma.

Por ello en este momento, según Steiner, es el momento adecuado para comenzar el aprendizaje.

Así como el cuerpo físico se construye con la estructuración y la modulación de las células, dando lugar a la formación de órganos que procesan y trasforman lo que viene del mundo exterior, la vida anímica lo hace desde las representaciones, que ensambladas pueden producir contenidos del mundo anímico espiritual, dando lugar de esta manera a los “complejos representativos”. Son estos los que ayudan a comprender todo lo que viene del mundo como información.

En este septenio domina la vida anímica, aparece las vivencias de simpatía y antipatía, la alegría y el sufrimiento. Algunos niños se vuelven mas sensibles, otros se vuelven mas insensibles llegando a estados de apatía. En este momento es importante para el niño la autoridad amorosa, de ahí la importancia de los maestros u otros educadores.

Así como antes todo el accionar estaba dirigido hacia el neurosensorio, ahora lo está sobre el sistema rítmico (corazón, pulmón y circulación). El alma sensible se halla en la interioridad y en el mundo.

A pesar de ser mas sutil que en el septenio anterior, lo anímico no está totalmente libre, todavía se encuentra con una envoltura de lo materno.

Resumiendo en esta etapa:

Desarrollo del aparato respiratorio.
Desarrollo de mayor vida interior.
Relación distinta con el mundo que lo rodea.
La percepción de los otros con la idea de autoridad amorosa antes señalada.
Si esto último se vive con exceso, el niño se cierra y aparece una tendencia a la introversión, si por el contrario caemos en el otro extremo, es decir en la falta de autoridad no se desarrolla en el niño una interioridad importante.

Hay mucha impregnación del comportamiento de las personas que rodean al niño.
Alrededor de los nueve años hay un repliegue sobre si mismo, ya que comienza a comprender que sus sentimientos pueden ser distintos a los sentimientos de las otras personas.
Septenio de los 14 a 21:

Estamos frente al nacimiento de una vida anímica nueva, de características mas personales, pero sin tener aún un Yo como núcleo.

A partir de los 14 años comienza mas el pensamiento abstracto conceptual, aparece una visión mas crítica del mundo y se enfrenta a los impulsos que vienen del llamado polo metabólico motor, donde se encuentran los órganos sexuales.

Puede pasar de estados de marcada introversión y quietud a estados de impulsos kinéticos importantes. Jung mismo habla en esta etapa de “desavenencias anímicas” o “fase dualística” pero sin llegar a relacionarlo con los cambios corporales.

El varón va desarrollando mas los miembros con su musculatura, y la mujer se queda mas instalada en lo sentimental. Dicho de otro modo sobre el varón actúan mas las fuerzas de la tierra y sobre la mujer mas las fuerzas cósmicas. Las fuerzas que siendo creadoras hasta los siete años en el propio cuerpo, pasan a poder engendrar otra vida con la madurez sexual. La diferencia se ve en el lenguaje, donde en el varón su voz se vuelve una octaba entera mas grave, y en la mujer solo un tono, mas allá de los cambios que se dan en los órganos genitales.

Es a través del desarrollo de los miembros donde se produce un crecimiento de su capacidad volitiva y por lo tanto una conexión distinta con el mundo exterior.

Aparecen fuertes deseos que, teniendo su origen en el sistema metabólico motor, se unen a la vida anímica, generando emociones que pueden tener la polaridad de ser agradables o desagradables, aparece el amor, el odio, el temor y la vergüenza.

Todo lo que sucede en el polo metabólico tiene que ver con el movimiento, en oposición a lo que sucede en el polo superior (neurosensorio) donde todo es quietud. A nivel del alma el movimiento se manifiesta como emoción. Son mas claros los deseos que tienen su estímulo desde el cuerpo, como es el deseo sexual; es el comienzo de la humanización de fuerzas animales.

Así como antes las fuerzas formativas se transformaron en fuerzas del pensamiento, en esta etapa se transforman en fuerzas de la fantasía, surgen de las fuerzas de crecimiento de la región inferior del cuerpo, sobre todo la de los órganos reproductores, paro las fuerzas formadoras sanguíneas ascienden al alma y desembocan en el desarrollo de la representación.

Queda aquí aclarado que la verdadera fantasía nace en el individuo después de la maduración sexual, y esta metamorfoseada puede llegar a convertirse en una fantasía artística. Pero hay que tener cuidado de no confundir este concepto con el de sublimación que tiene la escuela psicoanalítica freudiana. El proceso es mucho mas profundo, se remite a las fuerzas anímicas del amor infantil, que ahora se liberan para una nueva evolución.

Otras dos actividades de este septenio es la formación de juicios y experimentar sensaciones. Aparece toda una vivencia existencial de ser arrojado al mundo, como una sensación muy dolorosa, solamente superada cuando se puede amar al mundo que ahora lo acosa.

A este cuerpo astral o anímico que nace a los 14 años, Steiner lo denominó “cuerpo sensible”, desde el cual se reciben las impresiones sensaciones que están en relación con el cuerpo físico.

Septenio de 21 a 28:

Llegamos acá a lo que se llama la mayoría de edad. Hasta este momento el mundo influenciaba en el a través de la casa o del colegio, pero a partir de este momento se encuentra como mas autónomo frente al mismo mundo, sin las influencias antes nombradas. Aparece una nueva instancia que ya no reacciona espontáneamente frente al mundo, “sino que se puede colocar frente al mundo en una actitud cognoscente y actuar voluntariamente a partir de la cognición”. Aparece el Yo, miembro verdaderamente humano.

Se entiende como Yo al centro del alma, actúa por un lado sobre la vida subconsciente descendiendo hasta el centro del cuerpo, y por otro lado se abre a la luz del espíritu. Es no solo constituyente del hombre, sino además del mundo, hasta del mundo espiritual. Es este yo superior que permanece en el mundo y a partir de allí irradia dentro del ser del hombre.

Es indudable que todo esto se va preparando a partir de los 18 años, allí se comienza a elegir por ejemplo las profesiones y aparece la idea de “quien soy?” o “que quiero?” y esto n es casual, ya que aquí aparece otro ritmo que es el de los nodos lunares, es decir la intercepción de la órbita de la luna y la del sol que se vuelve a repetir en un estado igual al del momento del nacimiento. Son nuevos nacimientos y sucede cada 18 años, 7 meses y nueve días, el segundo nodo a los 38 años, el tercero a los 56 años y el cuarto a los 72 años.

A partir de este momento la pareja no es solo deseado sino intuida en esencia, se inicia el camino del Yo al Tu.

La noción de la relación grupal también se modifica en este momento, no solo se mide desde la simpatía, sino también desde el esfuerzo común, desde la vivencia de comunidad.

El hombre no solo se adapta al mundo como el animal, sino que evoluciona en el mundo. Aparece en este momento el concepto de alma sensible. El hombre tiene en común con el animal un cuerpo sensible, que actúa de afuera hacia adentro es decir reacciona a la percepción inmediata, pero solo el tiene el alma sensible, que va de adentro hacia fuera, abriéndose así a una nueva contemplación del mundo, envía una mirada activa desde el interior hacia el afuera. Habíamos dicho que la vida sentimental del segundo septenio tenía una envoltura, ahora el yo es unido directamente al mundo a través de los sentimientos y las sensaciones “pero ahora el sentimiento se transforma en destino”. Pero la sensación sigue siendo un elemento dominante en este septenio.

La pregunta vital en este momento es “como vivencio el mundo y a mi mismo en contacto con el”.

Septenio de 28 a 35:

En todo este proceso las sensaciones se vuelven mas móviles y las hace madurar hasta llevarlas a sentimientos.

Hay en este momento intentos de cambiar cosas en la vida, se puede cambiar de profesión y hasta las relaciones personales pueden cambiarse, muchas separaciones matrimoniales se pueden producir en este momento.

Lievegoed llama a este momento “fase organizativa”. El intelecto organiza caminos, el yo comienza un camino hacia adentro, pudiendo llegar a un estado de equilibrio interior. Se interviene en el mundo desde el intelecto, o se retira de el reflexionando.

Hablamos ya de unidad, no de una parte intelectual y facultades sensibles, hablamos de alma racional intelectiva. Actúan en el pensamiento las facultades sensitivas y viceversa. Adquiere una relevancia el pensamiento, que apacigua los deseos y las pasiones que provienen del mundo sensible. Aún en la búsqueda de la verdad el alma sensible está influenciada por la simpatía / antipatía y mas allá de una actitud subjetivamente, se llega a la verdad objetiva, llegando al pensamiento personal del adulto.

Se actúa de un modo mas duradero que las sensaciones que se forman y se modifican mas rápidamente.

Con respecto al cuerpo la curva de la vitalidad se aplana, el cuerpo se consolida, el cuerpo es el cimiento para el alma racional intelectiva y la apoyatura biológica en este momento es el sistema hepato-biliar. Aparece aquí una impronta volitiva importante, de la misma manera que el alma sensible se apoyaba sobre el sistema urogenital. El primero se desplaza y desemboca en el corazón y el segundo en el pulmón.

La pregunta vital de este momento es “como se ordena para mi el mundo, y en el mundo la propia vida?”.

En el libro de Gudrum Burkhard hay a forma de síntesis, una serie de preguntas para orienta el trabajo en los septenios que estuvimos viendo a vuelo de pájaro.

Hasta los siete años:

Primer recuerdo.
Primeras impresiones sensoriales.
El hogar y su entorno, las personas que allí vivían.
¿La relación con el padre, la madre, hermanos, abuelos, que actividades realizaban?.
Juegos.
De los 7 a los 14

La escuela, los maestros, los métodos de enseñanza.
Normas y costumbres que me fueron inculcadas.
¿Como fue la educación religiosa?
Actividades artísticas desarrolladas.
Prácticas de deportes, experiencia con la naturaleza.
Oportunidades para salir de vacaciones.
¿Fue especial el décimo año de la vida?.
¿Y los doce años?.
¿Que cambios se produjeron con la pubertad y como los sentí?.
De 14 a 21 años

¿Me seguí desarrollando como persona o fui reprimido en mis intenciones?.
¿Tuve, tanto físicamente como anímicamente un espacio privado?.
¿Cuales eran mis ideales?¿Quienes eran mis ídolos?.
¿Que personas influenciaron mucho sobre mi, positiva o negativamente?.
¿Como elegí mi actividad profesional? ¿Fue especial el momento de los 18 _ años?.
¿Tuve posibilidad de seguir perfeccionándome?.
De los 21 a los 28

¿Elegí la actividad adecuada?.
¿Pude conocer distintos lugares de trabajo?.
¿Acumulé distintas experiencias laborales?.
¿He tenido un buen jefe?.
¿Que papeles adopté?, ¿alguno de ellos me pesó particularmente?.
¿Que ideales tuve?.
¿Que talentos he dejado atrás que la vida no me exigió?.
¿Como elegí la pareja?.
¿Establecí una relación coherente con el mundo, con la organización en la que vivo, conmigo mismo?.
De 28 a 35

¿Pudo mi individualidad desplegarse bien en esta fase?.
¿Se me reprimió o fui yo quien reprimió a otras personas?.
¿Encontré algún lugar donde actuar?
Como fue mi percepción de la vida y de mi mismo?, en que consistió mi realización vital’.
¿Que encuentros significativos tuve entre los 33 y los 35 años?.
¿Tuvo mi vida un nuevo giro?.
Me pareció importante incluirlas para darle al mismo un aspecto práctico en el camino de la búsqueda del si mismo.

Por último quiero decir que en esta síntesis no se incluyen en profundidad el movimiento de los cuerpos suprasensibles.

Fuente: [url=http://www.fvinculo.org.ar/reflexion/septenios.htm]http://www.fvinculo.org.ar/reflexion/septenios.htm[/url]

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7 Commentsto Algo sobre los Septenios o Septenarios

  1. admin dice:

    Disculpa por verlo hasta ahora =)

    En resumidas cuentas, a ciclos de 7 años, dejan de funcionar ciertas glandulas y funcionan otras.

  2. glormoon dice:

    En resumidas cuentas… pues si, segun lo entiendo los ciclos de las edades van en ciclos de 7 años. Ahora en cada ciclo van primando ciertas conductas, motores o intereses y de acuerdo a esto debería estar regido por un chakra en especial y por ende por una glandula, y asi …todo esta relacionado con todo.. Asi lo veo yo al menos…

    Glormoon )O(

  3. Vaelia dice:

    No sé si tendrá algo que ver, pero fui a un lugar el otro día al que se accede caminando por el lateral de una carretera. Esta vez lo pasé bastante mal pensando en la velocidad de los coches que conducen como bestias, lo estrecho del laterial y el precipicipicio del otro lado. Hace diez años andaba y venía por la misma ruta, en las mismas condiciones, o de noche con toda tranquilidad… y me pregunté si estaba perdiendo facultades, o es que antes era un tanto temeraria.

  4. Banned Chipola dice:

    Quizas lo que sucedio es que te concentraste en el peligro en lugar de avanzar.

  5. Vaelia dice:

    Bueno, llegar, llegamos.

  6. Dark Crow dice:

    mmm, se que hay un foro para este pero no ubico cual
    =P

  7. centzontle dice:

    Vallá qué tema tan interesante ahora que ando en los 28… me agrada esta parte:

    Vuelve a comprender que su vida tiene un sentido y que dentro de ese sentido está su evolución espiritual, enmarcada en una matriz cósmica que lo sostiene.

    Sale de la máxima “el hombre es la medida de todas las cosas” y de la escisión cartesiana de cuerpo y mente, para entrar nuevamente en la idea, bien sintetizada en el pensamiento oriental que dice “el hombre se encuentra entre el cielo y la tierra sujeto a sus leyes”. Descubre las fuerzas terrestres que lo conectan con la tierra y las fuerzas cósmica que lo tienden a elevar. De esta manera la vida se re-significa, pero el hombre no es el único ser vivo en la tierra, hay plantas y hay animales…

    Bueno si entré a otro ciclo, se supone que ahora tengo que volver a tomarle al medida al hombre??? Al menos con migo mismo estoy volviendo a tomarme la medida.