El policía Zen

En esta ocasión escribiré sobre dos temas relacionados, uno de ellos es una antigua leyenda llamada el policía Zen, y el otro, un ejemplo de la aplicación de ese principio en grupos actuales de “Buscadores de la verdad”

[span style=\\\’font-family:Impact\\\’][span style=\\\’font-size:21pt;line-height:100%\\\’]El policía Zen[/span][/span]
Se cuenta que hace muchos años llegó un monje de visita a un monasterio budista, con el propósito de aprender de los antiguos manuscritos que estaban ahí. Al llegar después de meses de viaje, el monje responsable del monasterio le pidió que esa noche no durmiera, para ayudarlos en un ejercicio en el que hacía mucho no participaba el mismo.

Lo único que tenía que hacer el monje era permanecer despierto toda la noche sentado en un lugar, y no levantarse ni asustarse por nada de lo que viera. El monje, respetuoso y buen compañero, aceptó.

Toda la noche el monje sintió vientos fríos, vio sombras moverse, y se sintió un poco molesto. Cuando el padre superior lo llamó para darle las gracias, el monje visitante preguntó sobre lo que había hecho, a lo que le respondieron diciéndole que los monjes esa noche enviaron a viajar sus almas, y que gracias al monje visitante, les fue posible regresar de su viaje; porque al permanecer despierto era un punto de referencia para ellos y una fuerza de contención para los intrusos, una persona que era una barrera por el simple hecho de no hacer nada, es decir, un policía Zen.

Esta leyenda es muy antigua y puede parecer extraña. El poder de una persona depende en gran medida si es un punto de referencia para otros; pero ese punto de referencia nos permite canalizar la energía de diversas fuentes; si somos un punto de referencia positivo, canalizaremos cosas positivas, y si somos un punto negativo, la gente positiva se volverá instantáneamente una barrera para contenernos.

Una persona puede ser en un momento dado un punto de referencia, y ser el policía Zen que nos permita regresar y saber instintivamente lo que es noble o bueno; pero el policía Zen puede ser una pareja sana, en quien podemos confiar, o una persona de la que debemos quitarnos de en medio para salvar la propia alma. Cuando se descubre el mal, debe combatirse.

Ser un punto de referencia es un secreto y clave para muchas cosas. Pero como nos convertimos en un punto de referencia? Solo por nuestras acciones. Por nada más.

[span style=\\\’font-family:Impact\\\’][span style=\\\’font-size:21pt;line-height:100%\\\’]El ancla[/span][/span]
El sábado 5 de junio, una persona del grupo de magia ritual en que estuve hace años, me invitó a ir a un ejercicio que se iba a hacer llamado, el ancla. Este ejercicio es un método muy poderoso, pero su eficacia depende en gran medida de quien es el policía Zen, o el ancla. Debido a mi entrenamiento, se me invitó a participar en el ejercicio como ancla.

Este ejercicio tiene muchas variantes, pero algo que crea diferencias contra la Leyenda del policía Zen, es que en este ejercicio se entrena la intuición de los que deciden “enviar su alma a volar”, enfocada a un objetivo común, definido por alguien que es llamado el guía, pero que no puede ser el ancla.

En esta ocasión se decidió hacer una prueba común, llamada circular, lo que me obligó como ancla a pensar en un tema en especial. Pensé en una persona muy valiosa que tiene temor a enfrentarse a la soledad, alguien de quien no he oído en las ultimas semanas. Me pasé casi tres cuartos de hora pensando en esta persona, en su pasado, y lo que sé de su presente, cuando terminó el ejercicio, el guía me invitó a pasar a otra habitación; y se hizo pasar uno a uno por separado a aquellos que habían participado.

Lo extraño es que lo que se dijo es algo muy coherente; que el sábado 12 de junio esta persona encontraría una relación de su pasado, llena de rencor; otra persona describió claramente a esta persona, sin conocerla, y una mas me dijo que me veía como un arquero. Y que la clave para conservar el alma del ancla y del arquero era ser recto como una flecha y duro como el metal.

Este incidente me pareció curioso, porque se aplica a ciertas circunstancias interesantes. Si nos olvidamos por un momento de lo extraño que hubiese coherencia entre los practicantes del ejercicio, resulta mas extraño lo que ellos dijeron, y que tuviera relación con una situación extraña de los últimos meses.

Y es cierto. Una vez que uno se vuelve el policía Zen, la clave para conservar el alma es ser recto como una flecha y duro como el metal.

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Alfonso Orozco – Junio 1999
ICQ 41907900

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One Commentto El policía Zen

  1. admin dice:

    Tema citado en
    [url=http://puntoh.ning.com/profiles/blogs/el-policia-zen]http://puntoh.ning.com/profiles/blogs/el-policia-zen[/url]